Cazarabet conversa con... Alfonso
Domingo, autor de “Mirabilia” (Árdora)
Un libro desde la
editorial madrileña Árdora que nos descubre al creador más curioso y
polifacético que hay detrás de Alfonso Domingo.
Lo edita Árdora
dentro de la colección Colecciones al Peso
La sinopsis:
Mirabilia, libro de las maravillas. O gabinete de curiosidades,
singularidades u objetos del asombro, tan posibles como soñados. Imaginario del
mundo y sus espacios, de aquello que aguarda en ángulos aún no muy conocidos ni
transitados del saber, la comprensión o la intuición. Territorio, tal vez, de
la magia. Libro de escritura fragmentaria, que podría ser el inventario de un
extraño museo contemporáneo, donde, asombrosamente, también figura el propio
libro, en un juego de espejos en el que queda atrapado quien lo lee.
Se cifra en estas
páginas un universo que asoma por las grietas de lo perceptible, siempre en los
márgenes de lo conocido, así sean desiertos ignotos, mares australes o polos
geográficos. Para descubrirlo, recrearlo e imaginarlo se necesitan las palabras
justas y quizás algún dibujo afortunado. Entren, pues, y observen un horizonte
donde se difuminan realidad y ficción.
El
autor: Alfonso Domingo (Turégano, Segovia, 1955) es periodista, escritor y
cineasta. Ha trabajado en prensa escrita, radio y televisión. La selva y el
desierto son dos de sus grandes pasiones. Entre sus trabajos, figuran la serie
documental La memoria recobrada (2006); la codirección de Almas sin
Fronteras (2006); Sahel, nuestra ribera (2009); Bajo todas las
banderas (2009), Dormíamos, despertamos (2012); la codirección de Héroes
invisibles, afroamericanos en la guerra de España (2015) y Melchor
Rodríguez, el ángel rojo (2016). Ha escrito y dirigido el documental La
serpiente líquida: cuadernos amazónicos (Producciones Nueva Argonauta,
2018).
Es autor de varios ensayos sobre la historia reciente de España como El
canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los
españoles en la Segunda Guerra Mundial (2009), así como la novela
biográfica El ángel rojo (2009). Su primera novela, La madre de la
voz en el oído, ambientada en la selva amazónica, ganó el Premio Feria del
Libro de Madrid de 1991. La estrella solitaria (2003), que cuenta la
creación de un estado independiente en Acre (Brasil) por el español Luis
Gálvez, obtuvo el VII Premio de Novela Ciudad de Salamanca. Con El espejo negro
obtuvo el Premio Ateneo de Sevilla en 2011 y con El enigma de Tina logró el
Premio Ateneo Ciudad de Valladolid de Novela en 2012. En 2014, publicó La
balada de Billy el Niño...añadamos a este currículum de aportaciones. Desde ese año también ha publicado A tumba abierta (2018),
la reedición de La serpiente líquida (2018) y la reedición de El
ángel rojo (2019), así como Comuneros (2022).
Alfonso Domingo,
generoso colaborador y amigo de esta casa:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/alfonsodomingoreport.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/atumbaabierta.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/domingo.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/heroesinvisibles.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/espanoles2GM.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/serpienteliquida.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/melchorrodriguez.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/elangelrojo2.htm
Cazarabet
conversa con Alfonso Domingo:
-Amigo, ¿cómo calificarías este libro
que tiene como protagonistas a objetos inanimados?
-Bueno, quizá me
dejé seducir por la frase de "este libro es una maravilla". Mirabilia
es más que una maravilla: es una colección de ellas. Maravillas contemporáneas,
una colección de objetos inútiles, maravillosos y estrambóticos, en la
tradición de literatura hespérica que tuvo su culmen en la península ibérica,
que impulso esa estética al resto de Europa. lo hespérico era lo que San
Isidoro podría calificar como ostentos, portentos, monstruos y prodigios. En
ese tiempo se trataba sobre todo de esos animales fantásticos de las
marginalias, los que poblaban los márgenes de las obras. En este caso yo hablo
de aparatos y objetos inventados, que tienen hoy en el libro esa misma función.
-Aunque
detrás de “esos objetos inanimados están tus recuerdos muy cargados de
“recuerdos cargados de humanismo”, ¿no?
-Bueno, en muchos
de estos objetos y sus aplicaciones hay una preocupación ética además de
estética. Esos objetos que se suponen inanimados destilan humanismo, son una
especie de proyección o deseos de muchas cosas. Y sí, quizá sea también mi
mirada. Un poco juguetona, sarcástica, pero comprensiva de nuestros defectos,
los de la especie humana, que equilibran en la balanza nuestras
virtudes.
-Una
cosa es “calificar” y otra presentar...como Alfonso Domingo ha estado con
nosotros con obras tan variopintas, nuestros lectores se van a preguntar qué es
y qué esconde esta Mirabilia, ¿cómo la presentarías a nuestr@s
lector@s?
-Bueno, es una
línea que he abierto, de lo que llamo literatura fragmentaria. Puede leerse en
cualquier momento y lugar, no es una novela, ni un libro de relatos, aunque
contiene muchas historias. Una manera de escribir basada en la fantasía, en el
absurdo -nos enredamos cada día en empeños ilógicos e incongruentes-, en el
surrealismo, que también es una manera de superar a veces la realidad hiriente
que nos rodea, de manifestar y proyectar deseos y suspiros de verdad y
belleza.
-Y
es que muchas veces los objetos y los recuerdos que desde ellos se nos evocan
dicen mucho de nosotros, de lo humano...
-Desde luego.
Esos objetos parecen tener tanta vida como otros seres vivientes. Y obedecen a
lógicas y necesidades del ser humano, o por lo menos, las mías. Como digo al
final "que maravilloso sería si existiera algo parecido alguna
vez".
-¿Desde qué necesidad se te ocurre
escribir Mirabilia?
-No tengo una
respuesta clara a esa pregunta. Necesidad de afrontar la rutina de los días de
una manera diferente, hacer algo basado en la fantasía, en la imaginación,
intentar una vía nueva (de hecho, tengo ya escritos varios libros cortos más en
este registro: objetos encontrados en la playa, Planetarium, librerarium, una
extraña galería de cuadros, etc.). Se trataba de hacer un giro, una distorsión,
y ver lo que salía. Desde la belleza, la verdad, la ética, el humor, los guiños
literarios...
-¿Por
qué Mirabilia?
-Siempre me ha
interesado los gabinetes de maravillas que vienen de siglos anteriores, algo
habitual en coleccionistas, intelectuales y pintores desde el siglo XVI. Las Mirabilia
fueron una constante. Retomé la tradición y la innové.
-No
sé, me da que eran relatos que ibas componiendo y guardando en una carpeta o
“cajón de recortes” y que al final te has decidido hilvanar como componiendo
una colcha...
-Sí, una vez que
escribí los primeros por intuición o vete a tú a saber por qué, pensé que
podría coleccionar esas maravillas, ir engordando mi colección (hoy es un
pequeño museo), iban surgiendo semanas, meses después. La verdad es que empecé
hace años. Y he eliminado algunos (o los he relegado a salas del museo que no
enseño) cuando he hecho la edición. La verdad es que una vez conseguido el
tono, el registro, los objetos surgían espontáneamente ante mí. A veces era yo el
que me maravillaba. Había despertado a un monstruo.
-¿Los
objetos con el paso del tiempo cobran una vida ,cargada y recargada por el paso
del tiempo y de los latidos humanos dentro y en ellos?
-Esos objetos de
mi museo, de mi gabinete de maravillas, no tienen sentido, como todos los
objetos, si no es por el ser humano. Están íntimamente ligados a la naturaleza,
pero, sobre todo, a la condición humana. Hay plumas que solo escriben la
verdad, un cuchillo balanza para hacer justicia, tijeras que unen en vez de
cortar, espejo zen, filtrador de tópicos, traductor universal de sonidos de
aves, etc., etc.
-¿Es
casi como montar uno de tus documentales...?
-Bueno, muy
diferente. Hay acumulación, desde luego, también orden y selección, quizá esas
son las afinidades o similitudes, pero luego es bastante distinto.
-Me da que en este libro te has
concedido muchas libertades creativas y que te has vestido de un escritor
jugando incluso con cierto realismo mágico ese que nos evocan muchos objetos,
¿qué nos puedes decir?
-Me ha gustado
jugar a ser literario, a cambiar de registro, a jugar con los objetos, pero
también con las palabras. Las palabras, sin duda, son mágicas, al igual que la
realidad que nos rodea, si sabemos verla. Estamos rodeados de maravillas (me
refiero, sobre todo, a los seres humanos).
-Pero
en la historia de esos objetos y de las almas que palpitan en ellos hay cierto
surrealismo, ¿no?
-Sí, que no es
más que subvertir la realidad, o lo que consideramos realidad. Es un golpe de
mirada diferente. Hay muchas realidades. Bien pensado, casi todo tiene una
pizca de surrealismo que a veces se desborda. Yo he investigado en esa línea de
fuga.
-¿Crees
que, de alguna manera, aunque desde perspectivas diferentes se hermanan un poco
el realismo mágico y el surrealismo...¿qué nos puedes decir?
-Ahondando en lo dicho, es simplemente
cambiar la dirección de la mirada, dejar que otras cosas, además de la lógica
racional, afloren a la escritura. Todo está formado de muchas cosas, y unas cuantas,
no sé si decir la mayoría, no son lógicas ni racionales. El amor, por ejemplo,
aunque sea algo lógico para la continuidad de la especie, en el fondo es un
misterio. Mágico. Surrealista también, como a veces parece la vida y las cosas
que nos rodean.
-Me
da que te has desprendido como de algunas pieles como creador-escritor
escribiendo Mirabilia, pero lo que más noto es que te has divertido y no
poco...
-Desde luego. Al
primero que me tenía que divertir y alucinar era a mí. A veces me sorprendía a
mí mismo escribiendo con una sonrisa o incluso, con una carcajada. También lo
que espero es que la gente se divierta, que sonría, que piense un poco, que se
deleite, y que, además, piense en sus propias mirabilias. Seguro que a cada uno
se le ocurren las suyas propias.
-¿Te
has descubierto como un prosista un poco poético?
-Siempre me ha
gustado la prosa poética. No abuso, pero la practico en las novelas y los libros
de relatos que aún no he publicado. Todo tiene que sonar, que cantar, que
evocar. Alas de la imaginación para volar, escribir, sentir...
-Mirabilia
forma parte de la colección 150 gramos de Árdora ediciones, ¿cómo ha sido
colaborar y trabajar con ellos?
-Magnífico. Los
conozco bien, son buenos amigos y han sido sensibles y cómplices en esta
aventura. Una auténtica gozada. Con Tono Areán, por ejemplo, uno de los
editores y además amigo, hemos pasado buenos momentos. Y con mi amigo Carlos
Eugenio, que es quién primero leyó lo que estaba haciendo y que me alentó,
también. Ellos dos me presentaron el libro en Madrid, en una noche maravillosa
(perdón por la redundancia) con muchos amigos músicos y otros amigos, como el
actor Javier Gutiérrez, leyendo algunos textos. Una noche que no olvidaré.
-¿Alguna
cosa más que quieras añadir?
-Para terminar
esta entrevista, hago una invitación para que todo el que quiera, pueda visitar
esta galería, este gabinete de maravillas. Yo les invito a mi museo. Seguro que
pasan un rato divertido, instructivo, gozoso y bello, y que salen con algunas
ideas. Y, sobre todo, con otra mirada para relacionarse con las cosas, los
objetos, o esas maravillas que somos los seres humanos (no siempre, desde
luego, pero al menos hay que intentarlo).
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)