Cazarabet conversa con... Alfonso
Domingo, escritor y periodista
Alfonso Domingo: la mirada incisiva y la pluma
callada.
Un acercamiento al escritor y
documentalista que no ha dejado nunca de ser un periodista y un reportero de
guerra, aún cuando lo que no silban son
balas…hay muchas maneras de disparar
y de que le disparen a uno…. Domingo “dispara” con palabras en forma de libros
de narrativa o de investigación; también con documentales que dan muestra de
una particular mirada.
Alfonso Domingo llegó a nosotros,
el Proyecto de Difusión Cultural de Cazarabet, como por casualidad, casi sin
querer… después de aquella primavera en que las gentes inquietas e indignadas
se sentaron en las grandes plazas; aquellos días en los que la gente sacó las
viejas cazarlas para irrumpir con ellas a los sones de un ”no nos representan”…aún en la más honda indignación se sentía y
había cierta ilusión…miradas que te sonreían , aunque no te conociesen,
solidaridades que se cruzaban y entrecruzaban….conocimos a Alfonso Domingo como
documentalista en “Dormíamos.
Despertamos”… a nosotros, ignorantes de estos nuestros
días, su nombre nos venía conocido,
seguramente, de su faceta como reportero y periodista. Al tiempo nos topetamos
con la novela El enigma de Tina….una investigación llevada a narrativa
novelesca que, de venir de otro nombre, nos la hubiésemos tragado hasta en la
sopa…es lo que hay y lo que queda. Con el paso del tiempo hemos ido siguiéndole
la pista y forma parte de nosotros…es, ya, de la familia del Proyecto de
Difusión Cultural Cazarabet.
Escribir una reseña
más allá de la concreción de las conversaciones sobre Alfonso Domingo es un
placer y un reto porque nuestra admiración por su trabajo de trabajos nos da un
poco de vértigo a la hora de acercarles a este divulgador, periodista,
documentalista y escritor…
Pero Alfonso Domingo tiene mucho más
que ofrecernos con sus trabajos e investigaciones tanto en el campo de la
escritura como en el más periodístico que nos hace llegar con sus películas
documentales. Así os animamos a sumergiros en el mundo editorial desde la
escritura de títulos que se remontan en
el tiempo y otros más cercanos a nuestros días: La Madre de la Voz en el Oído
(publicada en 1991, Premio Feria del Libro de Madrid). La Estrella Solitaria
(editada en 2003 y con el que consiguió el
VII Premio de novela Ciudad de Salamanca). El espejo negro (publicado en
2011 y con el que se alzó con el Premio
Ateneo de Sevilla) ; con El enigma de Tina , título
con el que realizábamos un Conversa con…editado en 2012, ganó el Premio Ateneo Ciudad de Valladolid. Aún más
cercano es su libro La balada de Billy
el Niño (editado en 2014); tiene
editado con Almuzara editorial el libro Melchor Rodríguez, el ángel Rojo y
desde el hilo de la Memoria Histórica, también tiene y retiene el libro, EL Canto del Búho. La vida en el monte de
los guerrilleros antifranquistas. Desde sus trabajos de pelis documentales
nos acercamos a: “La memoria recobrada”—en
2006-- (Argonauta Producciones y TVE), se trata de una serie de documentales de
cinco episodios sobre la Guerra Civil Española; siguiéndole el pulso a la
Guerra Civil Española, ese mismo año también codirigió, en ese mismo
año—2006—otro documental, “Almas sin
Fronteras” ,
que cuenta la historia de la Brigada Lincoln(producción de Diagrama
Producciones y TVE). Tres años después y desde la otra faceta que surge desde
la creatividad que se acopla a la aproximación a determinadas causas sociales
Alfonso Domingo se acerca al fenómeno de la inmigración con el documental “Sahel, nuestra
ribera” (Mali, Senegal y Burkina Faso, Argonauta Producciones). Retoma,
después, su particular mirada y pulso sobre la Guerra Civil Española con el
documental: “Bajo Todas las banderas.
Españoles en la II Guerra Mundial” (TVE, Canal de la Historia, Argonauta
Producciones y TVG).
Nos gusta acercarnos
al Alfonso Domingo periodista , aunque según se desprende de sus declaraciones
el periodismo de hoy ha dejado de “atraparle” o “interesarle”, así lo declaraba
,por ejemplo, en un artículo reciente https://www.eldiario.es/politica/Alfonso-Domingo-asegura-periodismo-interesa_0_125287928.html
; nosotros al margen de este artículo de prensa, también le quisimos preguntar:
¿Qué ha significado para ti el periodismo y
qué significa ahora…?.- Una profesión en el punto de mira; a menudo comprada,
maltratada, vilipendiada, ¿no?, pero ¿hay todavía esperanza? Y eso, ¿desde el
punto de vista de que hay muy buena gente y muy buenos profesionales trabajando
desde la prensa en la denuncia por un mundo mejor?: “Sí,
aún hay héroes y heroínas tratando de mejorar el mundo. Gente que quiere y
dignifica la profesión. Y hay también mucha morralla, mucho botarate. El
periodismo que se hacía en mi época era diferente, también el mundo era
distinto, no se ha complicado tanto como lo es en la actualidad”
El escritor se hace
leyendo o eso se dice…así que nos sumergimos en el “particular mundo lector” de
Alfonso Domingo, éste se forjó entre lecturas, libros y así recuerda sus
primeras lecturas, siendo muy, muy joven: “Corazón, de
Edmundo de Amicis. Muchos de Agatha Christie, todos
los de Verne, Conrad, etc.
Mi abuelo paterno, Narciso, de Burgos, tenía una gran biblioteca, todos los
novelistas del XIX y el XX, desde Balzac a los rusos. El cuidado en el que
tenía su biblioteca me hizo considerar siempre a los libros casi como algo
sagrado”.
A todos los que entierran sus órbitas oculares
entre las páginas de los libros, tienen y retienen lecturas que les influyen y
no poco:, muchas de esas lecturas son las que, con el
tiempo, no dejan de recomendar: “ Muchos escritores me han influido,
Faulkner, Max Aub, Conrad,
Carpentier, Lezama, siempre te olvidas genios cuando empiezas a enumerar. Hay
tantos libros para leer que mi pena es no poder leer todos los que quisiera.
Cervantes, no sólo el quijote, ha sido para mí fascinante. Un brasileño, Guimaraes Rosa, sobre todo en el lenguaje. Rulfo, Proust
(que tiene párrafos absolutamente brillantes) los rusos, Tolstoi, tantos…”.
Sus lecturas más recientes son: “Somerset
Maugham, Entonces y ahora, Leticia Sánchez, Cuando es
invierno en el mar del norte, Fidel Moreno, ¿Qué me estás cantando?, Felipe II,
Manuel Lacarta. Tengo una pila de 15 libros en mi
mesilla de noche, no baja mucho, porque leo y sustituyo. Hay tanto de lo que
disfrutar”
Todos los escritores,
guionistas y documentalistas tienen sus “manías” que vuelcan en sus diferentes
maneras de expresarse en torno a la
creatividad, Alfonso Domingo tiene las suyas propias: “A veces
llevo libretas de notas y me pongo a escribir ideas, un diálogo que se me ha
ocurrido… En general, mi única manía, a veces hasta yo creo que obsesiva es que
sea lógico, que esté bien documentado, y incluso, en casos de política ficción,
como mi última novela sobre la exhumación de Franco, A tumba abierta, que fuera
posible…. Cuando me enfrento al género
documental, por ejemplo, la documentación es fundamental. Lo último que he
hecho ha sido dirigir “Cantata de la guerra civil” en coproducción con
TVE, sobre la música en la guerra civil,
que no se había hecho. Lo de Basilio Martín Patino es después de la guerra.
Hemos manejado una documentación exhaustiva, incluso archivos inéditos y luego
elegir, descartar. Tan importante en la novela como en el documental. En este
caso del documental, también en el ensayo, como en el Canto del búho, sobre los
maquis, lo que a mí me interesa es sus historias, su drama particular. Todo lo
que nos hace humanos, también a mí”.
Nos preguntamos, además, por qué escribe sobre
lo que escribe y por qué realiza ciertos documentales y no otros: “En esto soy
como mi amigo Julio Llamazares. Historias que me conmueven. Descubrir historias
que deben ser contadas y aún no lo han hecho. Personajes como Luis Gálvez
Rodríguez de Arias, un gaditano que creó un estado en la selva, Tina de Jarque, vedette que trajo el jazz a España y que
desapareció en la guerra civil, Melchor Rodríguez, el hombre que salvó a sus
enemigos en la guerra. Billy el niño, un héroe hispano que aún no se había
abordado desde esa perspectiva… En la imaginación necesaria y utilizada va
implícito también un deseo de servir para algo, de que le sirva a alguien como
a mí me han servido mis lecturas… Está claro que la justicia está en lo más
alto dentro de mi escala de valores, y eso se refleja en lo que hago. Es más
fácil nadar a favor de la corriente…”.
En el género de películas y
documentales a los creadores también les llegan “influencias” de películas y
documentales, veamos qué le ha influido a Alfonso Domingo: “Ha
habido varias películas que he visto muchas veces, y a esas me voy a referir
dentro del mecanismo reduccionista que son las listas. Pat Garrett y Billy the Kid, de Sam Peckinpah, Cabaret de Bob Fosse, The Blues Brother, de John Landis, la Gran belleza, de Sorrentino.
De documentales, los clásicos, Flagherty, Berlín,
sinfonía de una ciudad, Morir en Madrid de Rossif, etc, etc. Me gusta mucho el documental histórico, también
el de Michael Moore, aunque no me gusta que salga en pantalla, como una
estrella”.
Que es época de series, no hay la menor dudad,
pero no todos ni todas tienen porqué seguir la corriente…así nos explica
Domingo: “No, no soy de series. Por no ver, ni he visto
el juego de tronos. Algunos capítulos de Breaking Bad, porque iba a Nuevo Méjico, y escribí sobre eso. Veo
“Blues. Clásica. Rock. Folk. Cualquier música buena, y hay muchas. Pink Floyd, Supertramp, Janis Joplin, Tom Waits, Billy de Ville...”
Pero, por encima de
todo o de cualquier otra consideración, queremos tener en cuenta al Alfonso
Domingo como ser humano. Los expertos dicen que la infancia nos moldea, así que
pretendemos poner la mirada, casi reposándola, en el Domingo
desde su infancia con sus recuerdos, qué recuerda: “Mi pueblo, Turégano, un precioso pueblo de Castilla, que descubrí
entre 6 y 8 años. Yo había nacido en Turégano pero
vivía con mi familia en Segovia. Esos años, a mi padre que era brigada
artificiero le destinaron a Canarias y nos fuimos con mi madre al pueblo.
Aquello era la felicidad. No fui en ese tiempo a la escuela porque me pusieron
en el curso que me correspondía, y yo iba uno por delante. El hecho es que mi
padre era un antiguo maestro que siempre nos leía poemas. Descubrir un mundo
como el del pueblo para un niño de ciudad, aunque fuera pequeña como Segovia,
es fascinante. Mi abuelo herrero, mago del fuego, era también una figura
impotente, maravillosa, llena de sentido común.
He escrito un libro con esas vivencias, con relatos y cuentos, que aún
busca editor: La memoria habitada”.
Y qué debió de significar su etapa escolar, la
escuela como tal: “En Segovia, donde hice también el Instituto.
Estudiábamos, aprendíamos, había buenos profesores en general y buen ambiente,
las peleas de siempre…”
Y los
juegos, a qué jugaba, cómo fueron evolucionando los juegos: “En el
mundo del pueblo, a todo, el río, la huerta, jugábamos a lo de todos los niños,
soldados, vaqueros, etc. Luego he jugado lo de todo el mundo, la peonza, los corchos.
Antes no había móviles y todos los juegos eran en la calle, en la plaza, por
supuesto el lugar del fútbol, en todos los lados que se pudiera. El fútbol era
lo máximo. Desarrollaba todo, la inteligencia, el cuerpo y la agilidad, y el
compañerismo”.
Nos preguntamos si estudió lo que estudió por
vocación, por compromiso…y nos contesta: “Una mezcla de ambas. Pensaba, como
muchos en mi generación, que los españoles no estaban informados de lo que
pasaba. Que cuando lo estuvieran, se concienciarían, tomarían postura,
actuarían, y todo podría cambiar. Luego descubres que no funciona exactamente
así. Pero no me arrepiento de lo que he hecho. He dado exclusivas, he
investigado, he entrevistado, he estado en la guerra, en muchos países. Eso me
lo ha dado el periodismo, y yo he intentado estar a la altura. Hace poco que he
retomado una idea que se me pasó en algún momento por la cabeza, y era escribir
algo desde el punto de vista memorialístico. Hice
muchas entrevistas a gente importante, viví algunas situaciones de máxima
actualidad, en el ojo del huracán, y de vez en cuando, escribo algo en ese
sentido, quizá un día lo acabe”.
¿Le llegaron a “marcar” los maestros y
profesores?: “Bueno, alguna profesora de literatura en el
instituto, pero en la universidad no mucho. Lo que sí me marcó es haber
trabajado con Manuel Leguineche, José Luis Balbín,
Pedro Erquicia, y haber estado varias veces en viajes
con Miguel de la Cuadra Salcedo, una magnífica persona”.
Y qué significa la familia: “Mi madre,
que aún vive, muy lista, y tres hermanos más, dos maestros ya jubilados y una
hermana artista que hace talleres creativos. Y mi hija, sicóloga, una maravilla
de la que estoy muy orgulloso como padre y muy satisfecho como persona”.
Así como la amistad: “Muchos y muy variados. Compañeros de
profesión, de aventuras vitales, en España y repartidos por el mundo, EEUU,
México, Brasil, Perú, Argentina, Grecia, Egipto. Creo que es lo mejor de la
vida, junto con el amor. No podría citar a uno solo, al menos tengo una decena
de buenos amigos, un tesoro”.
Creo que en el devenir del camino por la vida
de las cosas más importantes es encontrar nuestro lugar en el mundo, pero
Alfonso Domingo dice de haberla encontrado en: “Segovia, Castilla, indudablemente, en
España en todos los sitios, me parece mágica nuestra diversidad. Grecia,
Toscana, Nuevo México, México, Perú, Venezuela, Brasil, Mali, el desierto del
Sahara, la selva amazónica…”.
¿Qué sería la vida sin ideales?, seguramente
nada—por idealista que parezca esto---tratamos, con sigilo, de acercarnos a los
ideales de Alfonso Domingo: “Justicia. Amor y humor. Literatura. Soy
libertario de corazón, pero en un sentido muy amplio, quizá más romántico que
práctico. No estoy contra el concepto de Dios (en la esfera de lo íntimo). Creo
en el ser humano, aunque cada vez menos. Vive y deja vivir. Vive y disfruta, la
vida es una maravilla, un raro milagro. Me gustaría vivir 200 años, aunque por
supuesto, con el estado en el que estoy ahora de salud. Bromeo. La muerte es
necesaria. La gran igualadora, la única absolutamente democrática. Aunque hasta
en eso el ser humano está queriendo violentar a la naturaleza y buscar la
inmortalidad. Algo muy peligroso, porque si se logra habrá un puñado de gente
así y millones de esclavos. No mola nada”.
Y no hay ideales sin ilusiones, ¿no?, veamos
qué opina nuestro protagonista de las ilusiones: “Si no
creyera no escribiría, no amaría, no haría nada. Aunque mi lema es como el de
los grecolatinos: sin esperanza, pero también sin angustia”.
¿Qué le disgusta?: “Por
supuesto la injusticia, el abuso de poder, la tontería. Intento, eso sí,
cabrearme cada vez menos, que no me afecte a la salud”
Y qué es la cualidad que desea y acaricia más:
“Inteligencia,
sensualidad, capacidad de apreciar la belleza, capacidad de amar –con lo que
conlleva de entrega y sacrificio-, humor…”. Todos apreciamos defectos de los
cuales nos gustaría apartarnos más: “Egolatría, avaricia, soberbia…” Y en
cuanto a las cualidades, de cuál o cuáles le gustaría “recargarse” más: “de la capacidad de comprensión, de
amor, de tomarme las cosas con humor. Ya no pretendo reconquistar nada, que me
quede como estaba…”.
Nos pretendemos aproximar al Alfonso
Domingo en sus trabajos en el periodismo, de tu faceta como reportero de
guerra, así responde: “Bueno, no me quiero enrollar mucho. También he
escrito una novela sobre mis experiencias en la guerra del Líbano. Estuve en El
Salvador, Libia, Georgia, Bosnia… Una guerra es lo peor, y para el periodista
es ponerse a prueba. Ahí te replanteas todo, hasta tu mirada de testigo. He
vivido las suficientes para no desear ir a ninguna más. Lo mejor y lo peor del
ser humano, mezclado a veces, alternativo también. Experiencias al límite que
te ayudan luego a vivir. Tristeza ante la violencia, la muerte, el odio, el
poder”.
¿Cómo un inconformista como Domingo ve o se
encuentra ante desastres humanitarios como es la de los migrantes?.- Todos somos un poco o un mucho migrantes, ¿no? .- ¿Y ante la devastación de la salud medioambiental?: “Terrible la
realidad del Mediterráneo y el auge de la extrema derecha para dejar morir a
los que vienen a buscar un futuro mejor. Todos los países han tenido
emigrantes: Grecia, Italia, España. Es muy duro, pero espero que se imponga la
cordura y que salvar vidas humanas es lo más importante. Respecto al medio
ambiente, creo que estamos en un momento de extremo riesgo, tenía que
declararse emergencia medioambiental en el mundo, eliminar los plásticos,
hidrocarburos, etc., etc. pero sigue siendo un negocio y el capitalismo, que es
ciego, sordo y mudo, salvo para hacer dinero, también es insensible a la salud
humana. Va a ser muy difícil luchar contra el cambio climático sin que el
capitalismo cambie. El mercado y el dinero siguen siendo dioses, ídolos a los
que se adora. Esto cambiará, estoy seguro, aunque no sé si lo veré. Me gusta un
dicho massai: esta no es la tierra que heredamos de
nuestros padres, sino la que nos han prestado nuestros hijos”.
Sobre la política… confía todavía Domingo en la política y en los políticos: “No, no
confío mucho. Mi última creencia en algo que podía cambiar el devenir político
fue el 15-M y pronto se esfumó. No creo en Podemos, me han decepcionado su
actuación, y no digamos sus líderes. Creo que Errejón
es bien intencionado, pero no sé si se maleará o llegará a alguna parte. Sufro,
como todos, la política pero conozco lo suficiente a los políticos para no
confiar demasiado. Es la condición humana, el sempiterno tema del poder, del
ego. Y también, claro, colocarse, ganar una pasta, no hay más que ver las
subidas de sueldo de los concejales, una vergüenza”.
La indignación a pie de calle que inmortalizó
en Dormíamos, despertábamos… ¿siente que sigue?, ¿le han robado parte de su
pálpito?, ¿está como secuestrada?, ¿sobornada?... ¿cohibida o…?.Esto es lo que
nos responde: “Creo que lo he contado más o menos. En el
15-M surgió una esperanza, pero su fuerza era su debilidad. La transversalidad, positiva, acabó en disgregación y que
algunos vieron posibilidades de medrar en política, más que cambiar las cosas.
Yo creo que ese movimiento, que ha dado lugar a muchas cosas, y estuvo muy
bien, nos dio ilusión unos meses, ya no tiene peso específico, está muy
fragmentado según los lugares, quedan algunas personas que reivindican la
pureza de aquellas ideas y de esas formas de hacer las cosas, con peso de la
asamblea, con rumbos distintos. Lo he escrito: todas las revoluciones nacen
para ser traicionadas. Si el ser humano no cambia por dentro, no sirven de
mucho”.
Existir,
como tal, existen, habitan y respiran
entre nosotros los valores como: la igualdad, la igualdad, la fraternidad y la
justicia?.- Le preguntamos si no le da la impresión de
que vivimos entre demasiados egos y con aquello que dice constantemente: “Ande
yo caliente que se…”: “Pues sí, lo peor es eso de “el que vengas
detrás, que arree”. Hay que pensar en los demás, en que no estamos solos, que
la injusticia solo siembra odio y resquemor, en que todos tenemos que ser
tratados con dignidad y justicia. Hay que tener empatía con los demás, dejar de
pensar en nosotros y nuestro caso particular, lo que es muy difícil. Yo he
intentado ponerme también en la piel de las personas que no me gustan, intentar
comprender por qué hacen lo que hacen. Por ejemplo, la derecha, gente
conservadora, tradicional, rancia. Han recibido unos valores que piensan que
son superiores y que nunca han caducado. Creo que tal y como está el mundo, hay
que entenderse con la derecha, siempre que sea razonable, no fascista ni
religiosa. Hay que convencerles de que ha evolucionado el concepto de familia,
que todo, hasta las fronteras pueden ponerse en cuestión, que no hay nada
sacrosanto salvo la vida. En fin, habría que buscar fórmulas para que sea mejor
la convivencia con quien no piensa como tú y seguir militando en valores
universales”.
Es importante la amistad y saber ¿cómo concibe
la amistad?.- ¿Qué busca en un amigo o amiga?.- A veces la amistad está donde menos se espera, ¿no?; “Estoy con
Epicuro en que uno de los placeres de la vida es la amistad. La buena amistad.
Hay pocos amigos de esos de toda la vida, que haces en la infancia o
adolescencia, y a esos se van sumando algunos a lo largo de la existencia. Ser
amigo a veces no es fácil. Todos hemos tenido problemas, amigos que dejan de
serlo, pero se compensa con gente nueva, con gente buena. Tengo amigos de 96
años y otros de 30”.
¿Y qué hay de las aficiones
y seres humanos que ocupan tu “alma”; “Estoy
rodeado de mujeres. Mi madre, mi hija, mi pareja. Unos cuantos amigos y amigas.
He hecho submarinismo hasta muy poco. Montañismo. Yoga”.
Finalmente, nuestro amigo, nos deja un mensaje: “Solo una
frase con la que he acabado una de mis novelas, frase que probablemente ponga
en mi epitafio: “El viaje continúa””.
Seguramente, amigas y amigas, que
Alfonso Domingo seguirá estando con nosotros arropando el proyecto de Difusión
Cultural y dejando que, nosotros a la vez, le miremos de arropar porque nos
gusta lo que hace y cómo lo hace. Esto ha sido una especie de entremés
complementario a las entrevistas que le hemos estado haciendo desde hace unos
años y muy concretamente con los últimos días. Empezamos a escarbar y nos dimos
cuenta en que podíamos enseñaros un poco más de él, acercarlo para acercárnoslo
a nosotros. Domingo es un trabajador incansable con el que nos gusta estar en
contacto para intercambiar muchas miradas y perspectivas….
_____________________________________________________________________
Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069