cubierta.jpgCazarabet conversa con...   Manuel Almisas Albéndiz, autor de “Dolores Zea y otras mujeres. En los márgenes del librepensamiento” (Suroeste)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Manuel Almisas Albéndiz reúne en un libro la figura de esta malagueña emigrante en Barcelona que abrazó el librepensamiento y lo hizo muy suyo desde su aportación en no pocas portadas ácratas arropándola, además, de otras mujeres como Dolores Navas, Eloísa Martín, Pilar Cañamaque y Amalia Pérez…pero leyendo la propia trayectoria librepensadora de Dolores Zea nos acercamos indirectamente a otras mujeres que confluyeron en ella Amalia Domingo Soler, Ángeles López de Ayala.

Punto y aparte en este libro lo tienen los medios librepensadores en los que Zea se vio y se sintió involucrada: Sociedad Progresiva Femenina, El Progreso, El Gladiador, La Conciencia Libre o “lugares” como la Agrupación Liprepensadora Gracia y San Gervasio….

Con Manuel Almisas nosotros hemos tenido varios Conversas con: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/anitacarrillo.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/pasoalamujer.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/danielortega.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/rendon.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/mariamarinlabrador.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ramirezbrunet.htm

 

 

 

Cazarabet conversa con Manuel Almisas Albéndiz:

image002.jpg-Amigo, ¿qué es aquello que te ha hecho investigar sobre la figura de Dolores Zea?

-Para cerrar mi investigación sobre las librepensadoras andaluzas, después de las biografías de las gaditanas Amalia Carvia y María Marín Labrador, quería -y aún hoy día quiero y estoy en ello- hacer una Exposición donde estuvieran todas juntas y se les hiciera un merecido homenaje.  Con ese motivo me dispuse a investigar a una serie de mujeres aún olvidadas, y entre ellas estaba la malagueña Dolores Zea.  La conocí en el libro anterior de María Marín, y ya entonces me emocionó su valía y el gran olvido de su figura, y al conocer que era andaluza me dispuse a dedicarle un Panel de la Exposición. Pero de un panel ha pasado a un capítulo muy importante y extenso de un libro, y a darle título con todo merecimiento a mi última obra de esta especie de Trilogía que he escrito sobre el mundo de las Librepensadoras andaluzas que aún quedaba por profundizar.

-¿Qué te ha atraído de ella, humanamente hablando...? E intelectualmente...

-Como en el caso del resto de mujeres que he investigado, me ha atrapado su independencia, su espíritu de superación, sus ganas de emanciparse y ocupar su espacio en una sociedad profundamente machista y misógina.  No he conseguido mucha información de su forma de ser y sus anhelos al no ser escritora, al contrario que Amalia Carvia y María Martín, quienes en sus escritos destilaban párrafo a párrafo su rica personalidad. Por tanto, me he tenido que quedar y conformar con las noticias de prensa donde desde 1899 se fue desgranando sus logros como feminista, librepensadora y como mujer dotada de un gran sensibilidad y solidaridad hacia los necesitados y los seres más vulnerables de esta sociedad.

-Pero las demás mujeres también demuestran ser inmensas en lo humano y en lo intelectual, ¿qué nos puedes decir?

-Bueno, el resto de mujeres que retrato con más o menos pinceladas, yo las he situado en los «márgenes del librepensamiento», bien porque su faceta como luchadora apenas duraron unos pocos meses o años, y luego su vida cambió por completo, o bien porque sencillamente desaparecieron de la Historia o quedaron en el olvido ante el gran poder mediático de otras mujeres. Además de Dolores Zea, obscurecida ante la poderosa personalidad de Ángeles López de Ayala, otro caso puede ser el de la también malagueña Eloísa Martín, que se quedó solo como «la discípula de Belén Sárraga» y su nombre ni aparecía en los periódicos de la época. Incluso cuando la detuvieron y encarcelaron, era Belén Sárraga a quien se la mencionaba en los diarios como la protagonista de dicha detención. No he conocido otro caso igual de invisibilidad.

-Me da que estas mujeres actúan como hormiguitas y que en silencio, con mucha paciencia y buen hacer van tejiendo una buena tela de conciencia, conocimiento, humanismo...sobre un denominador común, el librepensamiento, ¿qué nos puedes decir?

-Tienes toda la razón en lo de «hormiguitas», por su constancia, y porque muchas de ellas se dedicaron en cuerpo y alma, toda su vida, a la consecución de sus ideales. Eran unas verdaderas militantes activas entregadas a la causa del feminismo y el republicanismo (la mayoría). Además, recuerda, eran maestras laicas de niñas y de obreras, por lo que en ese espacio docente seguían transmitiendo una peculiar forma de ver el mundo para transformarlo. Algunas eran consideradas unas «apóstolas laicas» como las define la profesora Lola Ramos, y su reconocimiento fue mayor que el de muchos hombres de su tiempo.

Ahora bien, lo de «en silencio» ya es más discutible pues desde un primer momento consideraron que debían «hacer ruido» para que se les escuchara y, entre otras cosas, fundaron y dirigieron revistas librepensadoras y feministas. Tal es el caso de Belén Sárraga y La Conciencia Libre, o de Ángeles López de Ayala con El Progreso y El Gladiador del Librepensamiento (entre otros), o de Ana Carvia Bernal con Redención.  Estas mujeres fueron muy activas en la prensa, en la tribuna y en la calle. Otra cosa es que no siempre encontraron los  apoyos suficientes entre los hombre que practicaban sus mismo ideales. La misoginia de aquella «izquierda» de entresiglos era increíble, y eso hace a estas mujeres resplandecer con grandeza en su lucha constante, sufriendo muchas veces decepciones y sinsabores. Tuvieron una lucha doble, además de su trabajo y de su casa y familia. ¿No es admirable? 

image004.jpg-Librepensamiento que cada una de ellas lo aplica muy a su manera, ¿verdad? Y en esas diferenciaciones y matices hay riqueza.

-La palabra y el concepto de «librepensamiento» es de los más desconocidos de la historia del estado español. Y eso que constituyó una poderosa corriente ideológica, totalmente transversal, que impregnó la mitad del siglo XIX y primeros años del XX. No se puede analizar la historia del republicanismo, el socialismo ni el anarquismo de esas décadas sin mencionar la importancia del componente librepensador. Por tanto, ya te puedes imaginar la gran variedad de matices que pudo tener. Además, por ejemplo, de la irrupción en dicho movimiento del espiritismo más progresista, de la masonería y, cómo no, del feminismo incipiente y el pacifismo en nuestro estado. La cantidad de aristas es descomunal, pero todas ellas tiene un núcleo común antimonárquico, anticlerical y de perseguir el progreso social de las capas obreras y más populares. Un paraguas muy amplio bajo el que las mujeres más conscientes y progresistas se sintieron muy a gusto. Aun siendo unas masonas y otras no, unas de clase acomodada y otras muy humildes, unas de unas tendencias republicanas y otras sencillamente socialistas o anarquistas, aunque fueron las menos, todas ellas lucharon por tener un espacio propio en ese mundo tan masculinizado que les tocó vivir.  

-Háblanos, por favor, del proceso de investigación…de esa tarea tan ardua, de búsqueda, de mucha lectura...

-Mi forma de trabajo es totalmente lineal y con un único fin: recopilar información en hemerotecas, padrones, registros civiles o archivos diversos de los personajes que quiero investigar. No siempre da resultado por inexistencia de datos, documentos desparecidos, diarios o revistas que no se encuentran. Y además me va llegando la información sin orden cronológico ninguno, por lo que el último paso es ordenar todo el maremágnum de datos y noticias y poder darle una forma útil para la lectura. Por supuesto, si tengo la inmensa fortuna de contactar con algún descendiente de estas mujeres, la información se enriquecerá en un doble sentido. Yo les proporciono una imagen de su abuela o bisabuela (la mayoría son personajes femeninos) que jamás hubieran imaginado, y ellos me aportan fotografías y datos personales a los que nunca hubiera llegado por mis propios medios. Este fue el caso de Dolores Zea, de quien encontré -de forma detectivesca- a unos bisnietos por parte de una hija suya, Carmen Torrubia Zea, quien sale en la biografía porque siguió y ayudó a su madre en sus muchos avatares librepensadores.  

-¿Cuántos trabajos y/o informaciones eres capaz de llevar, amigo Manuel...?

-¿Al mismo tiempo, dices? En realidad, siempre he llevado dos o tres trabajos al mismo tiempo, pero nunca con igual preferencia en mi tiempo de trabajo y dedicación. Porque según estoy investigando a algún personaje, me voy encontrando con otros que, aun siendo secundarios en ese momento, intuyo su importancia y ya voy recabando algunas noticias que voy guardando en alguna carpeta virtual de mi portátil.  Igual que personajes, puedo decirte de actos o sociedades, o huelgas o noticias políticas que me atrapan.  Así pasó con Anita Carrillo mientras escribía sobre Daniel Ortega, que cuando mandé a la imprenta su último libro ya tenía en mi escritorio virtual del ordenador una voluminosa carpeta sobre ella, esperando la oportunidad de pasar a un primer plano. Además, ten en cuenta que también he escrito artículos de opinión sobre estos temas que no siempre han acabado en libros. También sucede que empiezo una investigación y se me cruza un personaje y desplaza mi centro de interés. Así me pasó con Amalia Carvia, con quien me tropecé cuando estaba investigando a las milicianas de julio de 1936, recopilando datos, buscando la primera vez que se escribió esa palabra, «miliciana», en la prensa, etc. y el 18 de julio de 1936 leo en la primera plana de El Pueblo (Valencia) un artículo de Amalia Carvia llamando al pacifismo de las mujeres ante el auge del militarismo nazi y fascista en esas últimas semanas...¡el día que los militares golpistas provocaban una guerra en el estado español!  ¿Quién era esta Amalia Carvia? Y así me atrapó este personaje que fue a parar a otra carpeta y más adelante se convertiría en la gran figura de mujer de toda mi obra, y que tanto me ha inspirado.

 

 

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