La Librería de El Sueño Igualitario

1.jpgCazarabet conversa con...   Manuel Almisas Albéndiz, autora del libro “Anita Carrillo, capitana republicana de La Línea. Milicias antifascistas malagueñas (julio 1936-febrero 1937)” (El Boletín)

 

 

 

 

 

Manuel Amisas Albéniz se adentra en la vida de esta miliciana malagueña y, al hacerlo lo hace, también en las milicias antifascistas malagueñas desde julio de 1936 a febrero de 1937.

Lo que nos dice la sinopsis del libro desde palabras del propio Almisas:

Una vez más en este libro podemos  observar cómo la figura de una mujer que ha llegado tan alto en puestos de responsabilidad en una sociedad profundamente machista ha sido invisibilizada y ocultada hasta lo imposible. Y puedo afirmar que este es el caso de Ana Carrillo Domínguez, malagueña de nacimiento y linense y campo gibraltareña de vecindad y de militancia política.

Su historia apenas la he podido reconstruir en líneas generales, pero este libro sí es posible obtener un retrato bastante aproximado de Anita Carrillo: una mujer muy comprometida y consciente, de mucha valía como dirigente política  y oradora comunista, y de una entrega en la lucha por la República y por la Revolución Social como hubo pocas en aquella época ( y en esta, me atrevería a decir)

Todo comenzó con una fotografía de la II Conferencia Provincial del PCE celebrada en Cádiz en junio de 1936. Ya entonces me llamó la atención esa soledad de Anita entre más de 50 camaradas masculinos  y su posición central, segura y orgullosa. Ella fue también la que cerró la conferencia con una intervención y eso me hizo comprender que no era una militante cualquiera…

 

 

Cazarabet conversa con Manuel Almisas:

320170711PresentacionLibroA.jpg-Manuel, la historia de Anita Carrillo, aún con sus particularidades que son muchas,  es la muestra o el ejemplo de la historia de muchas mujeres que se atrevían y resaltaban por encima de la masculinidad…¿Qué nos puedes decir?

- Tienes razón. Anita Carrillo es otra muestra más de lo difícil que ha sido para las mujeres conscientes y comprometidas con la causa de la revolución el incorporarse en pie de igualdad a la participación en la vida política, ¡y no digamos a la participación en la vida militar! Anita se escandalizaría si le llamasen feminista o que se comportó como tal, pero es indudable que la convicción en su forma de autoafirmarse con su práctica sociopolítica y en su liderazgo, la sitúan con la perspectiva actual como un ejemplo de mujer libre y luchadora por la igualdad de derechos entre ambos géneros. No solo vistió en las primeras semanas el mono de miliciana en las calles de Estepona (Málaga) sino que ¡se atrevió! a pasearse por la calles de Málaga y Almería con uniforme y botas militares, y mientras pudo iba montada a caballo en el frente. Nos podemos imaginar lo transgresora que fue en esos momentos, y las críticas abiertas que recibió de los fascistas por ello, y los recelos de sus propios compañeros y camaradas… 

-Por lo que tengo entendido ni aún en los partidos de izquierdas la intervención de las mujeres se acogía de la misma manera que la de cualquier hombre. Nos ha costado y nos está costando mucho…

-Es verdad que nos está costando mucho, pero creo que la situación ya es irreversible, y como dijo Thomas Sankara la revolución será feminista o no lo será. Han tenido que pasar 80 años, dejando atrás una guerra revolucionaria, una dictadura y un proceso decepcionante de «transición» para que en los sectores de izquierda más o menos organizados se hable sin tapujos de feminismo como idea inseparable de la necesaria transformación social.  Otra cosa distinta es que se practique con determinación y consecuencia… Por eso sigue siendo importante e imprescindible sacar a la luz historias como la de Anita Carrillo y aprender de los errores del pasado.

-Aunque cuando las mujeres daban un paso adelante en el compromiso consciente y activo, eran las mujeres las más determinantes. Me da que tenemos una decisión más firme.

-Sin quitar méritos a nadie ni a ningún sector social, mi opinión es que la lucha más revolucionaria, la que más cambios ocasionó, también en el plano personal y afectivo, fue la de las mujeres. Ellas tuvieron que romper más lazos con la vieja sociedad y se arriesgaron más en todos los planos. La guerra y los muchos prejuicios en las distintas formaciones políticas y sindicales del Frente Popular no supieron aprovechar el enorme potencial de las mujeres después de 5 años de experiencia republicana y su entusiasmo revolucionario en las primeras semanas de guerra.  Es una opinión que puede parecer muy superficial, pero el fascismo venció porque, entre otras cosas,  se desaprovechó el torrente de entusiasmo revolucionario que derrochaban las mujeres y se las relegó a la retaguardia. El fascismo sí temió a esas mujeres republicanas que se liberaron de sus cadenas, y por eso las reprimió especialmente.

Anita-Carrillo-Domínguez-19.jpg-Tomó partido por el comunismo y por la defensa de los valores Republicanos. ¿Qué es lo que más nos puedes destacar de ello?

-Anita Carrillo militó primero en el Partido Socialista y en las elecciones de noviembre de 1933, cuando ya pudieron votar por vez primera las mujeres, hizo campaña en los pueblos de la serranía de Ronda (Málaga), junto a su marido José Torrealba Ordóñez,  por el diputado socialista Antonio García Prieto (sastre de profesión y alcalde de Antequera al comenzar la sublevación fascista de julio de 1936).  Ya destacó en ese momento por sus llamamientos a las mujeres a la participación. No sabemos en qué momento ambos pasaron a militar en el Partido Comunista, pero en las siguientes elecciones de febrero de 1936, ya hicieron campaña en La Línea (Cádiz) a favor del diputado comunista Daniel Ortega Martínez. Anita, como comunista en esos meses, fue una defensora a ultranza de la Segunda República y de la política del Frente Popular que su partido impulsó hasta el final de la guerra revolucionaria.

-Pero destacó, también en la revolución social. Esa revolución que tanto miedo levantaba y que, me atrevería a decir que era lo que más temían las clases dirigentes.

-La reacción no temía a la República por serlo. Ya sabemos que pueden aceptar cualquier modelo de estado siempre que no se vean comprometidos sus intereses económicos y su papel dirigente. Temían a los logros revolucionarios, como bien dices; temían al pueblo con acceso a la educación y a la cultura, temían la libertad de las mujeres, temían a la reforma agraria y al laicismo que se extendía por todas partes. Temía al pueblo empoderado y en armas para defender sus conquistas y enfrentarse al fascismo.  En todas esas facetas destacó Anita Carrillo en su papel de dirigente comunista en los últimos meses del año 36, pero especialmente en animar a las mujeres  a liberarse del yugo patriarcal y a incorporarse a la lucha por la revolución.

-Pero explícanos, Manuel, ¿Qué es lo que más destacarías, como facetas diferenciales, de esta activista comprometida? 

-Anita Carrillo no era una intelectual ni tenía estudios; no era abogada ni periodista. Apenas sabía leer y escribir y procedía de una familia de campesinos pobres que tuvieron que emigrar a la capital, Málaga, para poder sobrevivir en aquella mísera Andalucía de principios de siglo XX.  Ese origen social tan humilde me ha llamado poderosamente la atención en una dirigente comunista en aquellos años.

Anita tuvo su primer contacto con la rebeldía cuando se casó con José Torrealba. Él era militante socialista y fue expulsado del ejército (en el que alcanzó la graduación de sargento) en 1935 por sus ideas políticas cuando estaba en territorio del Protectorado español en Marruecos. De su mano se adentró en la política y en la lucha contra las injusticias.  Pero Anita pronto le aventajó  en su militancia y no sabemos si fue ella la que impulsó el paso de ambos a las filas comunistas. José Torrealba llegó a ser presidente del PCE en La Línea, pero el papel activo y determinante fue el de Anita Carrillo.

En su sencillez tenía que tener alguna cualidad especial que sobresaliera por encima de cualquier otra característica, y esa era su capacidad de comunicación. Tuvo que ser una gran oradora que conectaba perfectamente con el pueblo, de donde procedía. Ya en su época socialista participó en charlas y conferencias en algunos pueblos de Málaga, pero un hito importante tuvo que ser su participación en el mitin de la Plaza de Toros de Cádiz el 1º de mayo de 1936. En aquel momento sustituyó al diputado Daniel Ortega como máxima representante del PCE en la provincia de Cádiz. Y ya en la guerra quiero destacar su participación en el «primer mitin femenino» de Málaga en enero de 1937 y sus palabras pronunciadas en las honras fúnebres del Comandante Mario D’Ancona muerto en el frente de Málaga, que tuvo lugar en el cementerio de Coín (Málaga) en enero de 1937.

Junto a esta faceta de gran agitadora de las capas proletarias gaditanas y malagueñas («agitadora» en  su acepción positiva, no en la de lo fascistas que la condenaron en 1955), quiero destacar su gran valentía y determinación en los fatídicos y sangrientos momentos que siguieron a la sublevación fascista del 18 de julio. Estaba refugiada en Gibraltar y volvió a La Línea para encontrarse con su marido José y correr su misma suerte. Después de estar huidos en las huertas de El Zabal regresaron a Gibraltar para posteriormente embarcarse en «El Zuras» rumbo a Estepona para luchar contra el fascismo.  Como le preguntó Margarita Nelken en su entrevista publicada en Estampa en marzo de 1937, «¿Para ponerse a salvo?». Y su respuesta lo dice todo: «Eso no lo hacen unos comunistas. A pedirle al cónsul pasaportes para volver a Estepona en una motora y empezar a luchar».

image002.jpg-El tiempo de las milicias antifascistas y el tiempo que pasó en ellas, nuestra protagonista,¿ cómo fue y en qué se caracteriza?

-Hasta ahora sabía muchas cosas de las grandes batallas de Brunete, Belchite, Ebro o Jarama, pero era un gran desconocedor de las batallas que se libraron en el frente de Málaga, tan próxima a nuestro Cádiz, y de la época turbulenta de las milicias antifascistas en esas primeras semanas de la sublevación de los generales golpistas. Para mí ha sido esta investigación una experiencia muy enriquecedora. Y seguro que lo fue también para Anita Carrillo, primero como miliciana y después como responsable política y oficial del ejército republicano. Además no olvidemos que su papel de dirigente comunista, aunque estuviera en otra provincia, le haría tener una mejor visión de conjunto de las muchas contradicciones y tensiones que se libraron esos meses en los frentes malagueños hasta la pérdida final de Málaga el 7 de febrero de 1937.

Seguro que fue crítica con las grandes decisiones que afectaron a la compleja red de compañías milicianas de las diferentes tendencias  del Frente Popular (socialistas, comunistas, republicanas, sindicalistas o anarquistas) que a veces hicieron la guerra por su cuenta y no demostraron la debida unidad de acción hasta que ya fue demasiado tarde. Lo miles de entusiastas y sacrificados milicianos de los frentes malagueños, con unos mandos conjuntos y sin fisuras, y con los debidos pertrechos y armamentos, no hubieran sucumbidos ante los fascistas, por mucho apoyo que contaran de las tropas y aviación italianas y alemanas. Lo que declaró Anita sobre la huida de Málaga, la «desbandá» y el horror que se vivió en la carretera Málaga-Almería, indicaba que no estaba conforme con la política militar de los mandos malagueños que se siguió en aquellas semanas donde se derrochó tanto entusiasmo revolucionario para nada. 

De hecho, la constitución de las Brigadas Mixtas fue demasiado tardía en Málaga. Su Batallón de milicias «México», en el que fue delegada militar y capitana de la tercera Compañía,  se constituyó en el batallón 339 (comandado por su marido José Torrealba) de la 52 Brigada Mixta poco antes de la pérdida de Málaga, y dentro del mayor desorden.

Anita comprendería, seguro, que las graves acusaciones entre anarquistas y comunistas, principalmente, no conducirían a ningún sitio ni a reducir y rectificar los errores y que solo la unidad de los revolucionarios, mujeres y hombres, nos traería la ansiada revolución social que todos perseguimos. Si no aprendemos de la historia, el futuro será más incierto y doloroso…

Anita nunca perdió la esperanza. Después de la toma de Málaga y de caer herida evacuando los heridos del Hospital de Málaga, la capitana no fue seducida por lo elogios de Margarita Nelken: «¿Magnifica yo? Nada de eso. Soy comunista...».

 

 

 

 

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Anita Carrillo, capitana republicana de La Línea. Milicias antifascistas malagueñas (julio 1936-febrero 1937). Manuel Almisas Albéndiz   
121 páginas
12.00 euros
El Boletín



El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar y la editorial El Boletín han organizado para el próximo martes, 11 de julio, en La Línea la presentación del libro titulado Anita Carrillo, capitana republicana de La Línea, del que es autor Manuel Almisas Albéndiz. El acto se celebrará en la biblioteca pública José Riquelme, en el Museo del Istmo, a partir de las 20.00 horas. Intervienen, además del autor, el director de El Boletín, Eduardo Albaladejo, el secretario del foro, Felipe López Agüera, y el presidente, Andrés Rebolledo Barreno.

El autor, roteño afincado en El Puerto de Santa María, vuelve a escribir sobre la vida de una mujer valiente y luchadora que vivió durante la República. Esta vez ha recuperado la memoria de Ana Carrillo Domínguez, natural de Cortes de la Frontera (Málaga), y dirigente comunista en La Línea en los últimos años de la II República.

Un olvido injusto

Manuel Almisas considera que Ana Carrillo es un personaje femenino injustamente olvidado, no solo en su pueblo natal o en La Línea, sino también entre los comunistas de la provincia de Cádiz, cuando después de Daniel Ortega Martínez, máximo dirigente provincial y diputado comunista, fue la militante más mediática y valiosa del PCE en los días del Frente Popular. Y como muestra, el autor cita dos hechos:

- El 1º de mayo de 1936, estando ausente Daniel Ortega por participar en un mitin en Málaga, fue la encargada de dirigirse al pueblo trabajador gaditano en la Plaza de Toros de la ciudad en representación de su partido, saliendo su foto y la noticia del mitin en el Diario de Cádiz del 2 de mayo de 1936.

- Los días 5, 6 y 7 de Junio de 1936 fue la única mujer que participó en la III Conferencia Provincial del PCE y además fue la encargada de realizar la Clausura del mismo con una intervención antes de la despedida del secretario provincial y miembro del Comité Central, Daniel Ortega.

La llamaban Anita

Pero por si esto fuera poco, el autor explica que Anita Carrillo, como la llamaban, se escapó el 19 de julio, día del golpe fascista en La Línea, refugiándose en Gibraltar y días después embarcaría con su esposo José Torrealba y otros camaradas rumbo a Estepona (territorio republicano) donde formarían la 15ª Compañía de Milicias Anfifascistas de Málaga. Como miliciana, desde el primer momento, destacó hasta llegar a ser nombrada delegada política de la 3ª Compañía del Batallón México a finales del año 1936, fue nombrada capitana de una compañía de ametralladoras del Ejército republicano.

A juicio de Almisas Albéndiz, pocas mujeres pueden "presumir" de tener una trayectoria como Anita, quien, además, siguió teniendo una actividad política durante esas duras y sangrientas semanas en los frentes de Málaga con intervenciones en mítines y en actos de propaganda en defensa del régimen republicano. Manuel Almisas es de la opinión que la figura de esta capitana republicana "debería ser reivindicada hoy día en su pueblo adoptivo, La Línea, y recuperar para la historia a esta mujer excepcional, cuya memoria, por suerte, quedará en el corazón de muchas mujeres y hombres progresistas y demócratas de la provincia de Cádiz".

 

Andaluces Diario

 

 

 

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