La Librería de El Sueño Igualitario

Cubierta-Las-raices-del-ana.jpgCazarabet conversa con...   La Neurosis o Las Barricadas, editorial que ha publicado el libro “Las raíces del anarquismo” de Peter Marshall.

 

 

 

 

 

Un libro interesantísimo que se sumerge en la historia del movimiento libertario y anarquista

“Las raíces del anarquismo” es el sexto título de la colección principal de la editorial, La Neurosis o Las Barricadas. Esta obra de Peter Marshall  es un profundo acercamiento a algunas de las personalidades más influyentes en el pensamiento y las luchas anarquistas. Un texto sencillo, apto para cualquier lector/a, que resulta perfecto para conocer de forma rigurosa a una serie de autores sin los cuales es imposible conocer la idiosincrasia del anarquismo.

Lo que nos dice la editorial La Neurosis o Las Barricadas del Libro

Las raíces del anarquismo es un estudio de la biografía e ideas de cinco personalidades esenciales en la construcción de ese movimiento revolucionario: Pierre Joseph Proudhon, Mijail Bakunin, Piotr Kropotkin, Errico Malatesta y Emma Goldman. Todos ellos representan los aspectos fundamentales del imaginario ácrata. 
Maestros unos de otros y compañeros, estas cinco figuras muestran hasta qué punto resulta necesario conocer nuestro pasado, nuestros aciertos y errores, para incorporarlos al largo camino de la emancipación humana. Al tiempo, son testigos de que el anarquismo es la corriente revolucionaria más original y desconocida que haya dado la historia humana. Su apuesta por la libertad y la igualdad, sin renunciar a ninguna, lo ponen en el centro de las aspiraciones humanas más justas. 
Escrito desde un profundísimo conocimiento, este libro resulta fundamental para acercarse de forma sencilla y exhaustiva al tema, al tiempo que supone una invitación a ahondar en el conocimiento de unas ideas y prácticas cuya sombra llega hasta los movimientos sociales de hoy en día.

 

De  nuestros “Conversas con…” , podemos destacar(entre otros):

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/vengadores.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/calero.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/molto.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/bakunin.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ruyman.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/elogio.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/laura.htm

Dos personas vinculadas al ideal anarquista:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/tinta.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/maymon.htm

 

 

La web de Peter Marshall, el autor:

http://www.petermarshall.net/

 

 

 

 

Cazarabet conversa con la editorial La Neurosis o Las Barricadas:

 

Cabecera-1.png-Amigos, ¿por qué hay tanta necesidad, no sé si es la palabra adecuada, pero sí me lo parece, para acercarse, preguntarse e interrogarse sobre el anarquismo?

 

En nuestro caso es sencillo: somos una editorial anarquista, cuya misión es difundir las ideas libertarias por medio de libros que resulten interesantes. En otros casos, de vez en cuando surge la necesidad de volver la mirada al anarquismo por ser el conjunto de ideas y prácticas más originales dentro del mundo socialista, que no propone una mejora para quienes lo defienden, sino para el conjunto de la humanidad.

 

Banner.png-Y claro uno/a cuando se acerca a esta manera de "concebir la vida" desde lo humano a lo político y social se debe de acercar a la historia del mismo ¿no? De ahí, supongo que se publiquen tantos libros, monografías y demás sobre este fenómeno.

 

La verdad es que no creemos que se publiquen tantos libros sobre historia anarquista. En el proceso de composición de “Las raíces del anarquismo”, por ejemplo, vimos la falta de documentación accesible sobre los llamados autores clásicos y también comprobamos cómo muchas de las obras de estos autores habían sido editadas durante la transición, permaneciendo ahora descatalogadas.

 

De cualquier forma, sí que existe una atracción por el anarquismo de los años treinta, por lo que tiene de original en la península ibérica, por sus logros y sus extraordinarias propuestas. En nuestro caso, hemos editado algunos libros sobre el tema, como “Anarquismo y sexualidad”, que recoge los debates que se dieron sobre el asunto en el anarquismo de principios de siglo XX, “Las mujeres en el anarquismo español (1869-1936)” o “Anarquismo y Derecho”, sobre la relación entre el anarquismo clásico y la ley y justicia.

 

-Y claro es inevitable el acercarse a las personas que hay detrás del anarquismo; personas todas ellas con mucha carga en el denominador común: ¿Qué nos podéis comentar? Todos presentan una personalidad arrolladora, muy firme, con las ideas y objetivos muy claros y definidos. Coméntanos, por favor.

 

En efecto, en “Las raíces del anarquismo” nos acercamos a las figuras de Proudhon, Bakunin, Kropotkin, Malatesta y Emma Goldman, que son cinco personalidades muy significativas del anarquismo, desde el primer tercio del siglo XIX hasta el primero del siglo XX.

Los cinco tienen en común varias cosas: en primer lugar, la constante búsqueda de vías revolucionarias, para cambiar el mundo. Todos viajan mucho, se mueven hacia los lugares en los que sucede algo importante. Además, todos son represaliados por sus ideas o acciones y sufren la cárcel. Son cinco personas carismáticas, que juntan un fuerte deseo de libertad e igualdad con unas monumentales capacidades de pensar y actuar: hablan varios idiomas, escriben de temas muy variados y participan en primera línea en los conflictos, evitando convertirse en intelectuales.

En la introducción del libro decimos que, si no hubiesen sido anarquistas, podrían haberse ganado la vida cómodamente, pues sus inteligencias son realmente impactantes.

 

Las-raices-del-anarquismo.jpg-Pero dentro del anarquismo y según quien lo incorpore a su vida y manera de concebirla, también hay diferencias. ¿Qué nos podéis decir?

 

Por supuesto. Sobre el anarquismo hay que hacer una doble mirada. Por un lado, es evidente que existe un cuerpo común basado en la defensa de la libertad y la igualdad económica, social, sexual, etcétera. Por otro lado, esa misma libertad permite que quien estudie o defienda el anarquismo lo haga con los matices que le sean propios.

 

Aunque a veces se han exagerado los contornos del anarquismo hasta hacerlo irreconocible, es cierto que hay variedad. La hay en torno a la estrategia, por ejemplo, en torno a cómo pudiera ser el modelo productivo o respecto a las formas de organización.

 

Esa variedad, siempre que se ha convertido en diálogo, ha sido enriquecedora.

 

-¿Por qué crees que hay cierto acercamiento, otra vez al anarquismo en tiempos en que la propiedad, la obsolescencia, el consumismo y demás están tan entre nosotros?

 

Hay una vigencia de las ideas fuerza del anarquismo que conecta con los tiempos en que vivimos: la dificultad de asumir que alguien, en un contexto digamos pequeño, deba mandar por encima de los demás. Dicho de otra forma: si un grupo de personas se junta para llevar adelante un proyecto, sea social, político, cultura o del ámbito que se quiera, lo más normal es que se planteen tirar de la horizontalidad para organizarse. Es complicado que llegue una persona y diga: “vamos a hacer esta cosa. Yo voy mandando, porque soy vanguardia intelectual y vosotros obedecéis”. Otra cosa es que luego sea así en la sombra.

 

Además, hay una necesidad de recuperar el aspecto social de la humanidad, de superar la idea de que somos consumidores o ciudadanos que votan y callan para lograr ser personas que se relacionan, se saludan en el barrio, se ayudan, se comprenden… en cuanto esto se intenta, ahí están el apoyo mutuo y la solidaridad, aunque no se teorice sobre ellos. Y para lograr esa humanización lo que menos se necesita es un gobierno o una policía, claro.

 

ACF3D7.jpg-Y es que hasta nosotros parecemos rehenes de algo o de alguien; estamos más vigilados que nunca y más prisioneros de ciertas ideas que forman parte de una sociedad controladora en la que la ficción se queda muy por detrás de la realidad.

 

Es curioso cómo hemos ido aceptando, en nombre de una mal llamada seguridad, el control físico sobre nuestros movimientos, hasta pedir ese control de forma explícita, proporcionando datos de nuestra vida constantemente por medio de las redes sociales, de los teléfonos y de otros dispositivos tecnológicos.

En las pesadillas más espantosas de Bakunin no se percibía una sociedad de control como la que puede desplegarse en Europa. El peligro militarista y autoritario ha sido sustituido por el control tecnológico al servicio del mercado, porque la principal misión del control es generalmente poder vender más productos, no solo controlar la disidencia, que en estos momentos es escasa.

 

-La libertad debería ser el bien más preciado. Que se lo digan a Bakunin que lo ponía por encima de cualquier otra consideración y premisa. Sin libertad no somos ni podemos pretender ser nada. Coméntanos.

 

Una de las dificultades para el avance de las ideas anarquistas es, precisamente, que pone la idea de libertad por encima de casi todo (casi todo, porque el anarquismo no concibe la libertad sin igualdad). El problema es que, si hasta hace poco la libertad era un concepto básico y además vinculado a los movimientos progresistas, desde hace un tiempo la libertad no es el valor principal para buena parte de la sociedad. Ha sido sustituida por la seguridad, por la felicidad del consumo y cosas así. Poca gente se juega ni siquiera una multa por defender su libertad o la libertad de sus iguales.

 

Además, se ha hecho una manipulación perversa de la libertad, palabra que hoy día llena los medios vinculados a la extrema derecha y a los partidos neoliberales y que, en su versión, es la libertad de ser esclavos o la libertad de rendirse al mercado. Hablan constantemente de libertad para usarla contra la misma libertad. Así, llaman libertad de horarios a que un comercio tenga que estar abierto 24 horas los 7 días de la semana, generando precariedad laboral; o llaman libertad religiosa a la posibilidad de que se les subvencione la enseñanza que precisamente va en contra de la libertad.

 

Para el anarquismo, sin embargo, la libertad es la clave, pero una libertad que solamente se puede disfrutar en colectivo. Si yo creo ser libre pero quienes me rodean no lo son, no hay libertad. Además, la libertad es el deseo humano más poderoso y la condición de acción y desarrollo de individuos y sociedades. Sin libertad somos menos humanos y, por supuesto, menos felices.

 

images.jpg-Piotr Kropotkin es considerado el revolucionario evolucionista y así se va explicando en este libro. Me pongo otra vez, casi inevitablemente, leyendo el libro en el día de hoy y me pregunto si hoy para volver a un mundo con una sociedad justa, igualitaria, libre, digna y fraterna. Solo es posible si se inyecta una buena dosis de revolución, pero siendo ésta evolucionista. ¿Qué nos puedes reflexionar?

 

El concepto de revolución y evolución ya fue ampliamente tratado por otro autor que no recoge el libro, Eliseo Reclús. Él manejaba la idea de que los cambios a corto plazo y de forma drástica (revolución), se alternaban con los cambios a largo plazo y de forma sutil (evolución), de forma que distinguir y oponer unos a otros era algo inútil.

 

Es necesario que ocurran cambios revolucionarios y es el ansia de todo anarquista, por supuesto, pero en los tiempos en que estamos ya no manejamos la revolución como una pequeña guerra civil de corta duración tras la cual vendrá el paraíso, sino como algo imprevisible, incontrolable y en conjunción con un trabajo colectivo que requiere tiempo y pausa en análisis y desarrollos.

 

-Aunque, a veces, es necesario que llegue una "chispa" como la que aporta  Errico Malatesta, ¿no? y eso es bueno tanto para la sociedad como para el propio ideal anarquista, ¿no?

 

Las chispas, las revueltas, son los momentos más intensos que puede vivir un ser humano. Tomen la forma que tomen, desde las oposiciones a los planes urbanísticos del barrio de Gamonal en Burgos hasta las primeras acampadas del 15-M, la alegría de reencontrarse en la calle y de superar el corsé de la cotidianeidad es impresionante.

 

Malatesta, durante un tiempo, practicó esas sacudidas independientemente de que hubiera “ambiente” para ellas. Muchas acabaron rápidamente y ninguna salió bien, pero contribuyeron a desmitificar la frase de que “no se puede hacer nada”. Siempre se puede hacer algo, aun en las condiciones más adversas. El estar atentos a las chispas y el tratar de generarlas es tarea de todo movimiento revolucionario que se precie. La diferencia entre el anarquismo y el resto de fuerzas, más bien los restos del marxismo, es que, una vez tras otra, los diferentes marxismos tratan de frenar las chispas, de reconducirlas, de dirigirlas, de sofocarlas, mientras el anarquismo trata de que la chispa se convierta en hoguera. Unos forman partidos políticos y otros tratan de revolucionar el mundo.

 

-Ha habido muchas más mujeres que se han acercado al ideal anarquista y a las ideas libertarias, pero vosotros explicadnos: ¿por qué os acercáis solamente a Emma Goldman?

 

La selección de autores tiene que ver con el texto original del cual se extrae este libro. En él, en esta etapa se destaca a Emma Goldman y así queda en “Las raíces del anarquismo”. Lo bueno es que Goldman es una personalidad lo suficientemente atractiva y que aporta tanto al anarquismo, que abre otras vías para quien desee profundizar. Por otro lado, como hemos dicho antes, hay otros títulos de nuestra editorial que destacan la labor de las mujeres en el anarquismo, no siempre reconocida.

 

Stoned Peter.jpg-¿Por qué todos las personas vinculadas al anarquismo o al ideal libertario son calificadas de radicales, pero con "ese tono" agrio?-no sé si me explico-.

 

¿Calificadas por quién? Con esta pregunta quedaría resuelto el enigma, pero vamos a explicarlo un poco. El anarquismo es radical, probablemente la idea más radical de cuantas ha concebido el ser humano. Es tan radical que pretende poner a los seres humanos por encima de las cosas, algo que no han hecho ni el liberalismo, con todo su aparato teórico individualista, ni el marxismo, que ha acabado en una suerte de defensa del Estado y el Partido, ni, por supuesto, el fascismo.

 

Para quienes tienen poder, las anarquistas son peligrosas. Tanto como Goldman, “la mujer más peligrosa” de su época. Como Bakunin, viajando por Europa tratando de asentarse en algún lugar mientras era vigilado por la policía rusa. Como Kropotkin, encerrado (y fugado, todo sea dicho) por difundir sus peligrosas ideas.

 

El tono agrio la da la incomodidad de sentirse atacado en sus fundamentos. Quien tiene poder no soporta que se discuta la misma idea de poder y eso se refleja en el tratamiento que se da al anarquismo en libros, medios de comunicación y demás, que fluctúa entre la consideración de terrorismo sanguinario y resto inocuo del pasado.

 

-Muchos de ellos tienen una clara vinculación con la prensa, con el activismo en la participación en columnas en diferentes periódicos que sí estaban más definidos en cuanto a la línea editorial y no había pocos con clara vinculación libertaria y anarquista.

 

El uso de la palabra ha sido masivo en el anarquismo. Y lo sigue siendo. A pesar de la recurrente imagen de anarquista portando armas o bombas, lo que más han portado los anarquistas ha sido una imprenta. Incluso hay documentados numerosos atracos cuyo dinero acababa en montar una imprenta. Esto parte de una idea, quizá un tanto ingenua, del anarquismo, que consiste en que si la gente abre los ojos, si comprende lo que defienden los libertarios, se sumarán a la lucha.

 

Además, surge desde la necesidad de encontrar medios propios o, al menos, favorables a las ideas. Hay entonces una retroalimentación: existe participación anarquista en periódicos que no son estrictamente libertarios y, al escribir allí, esos periódicos consienten o comprenden y hacen comprender el fenómeno libertario.

 

-¿Qué hay, desde el anarquismo, de utopía y qué hay de realidad?

 

De utopía hay, claro, la no realización. No hay una sociedad anarquista hoy día. Hay experiencias, zonas más libres, redes y un largo etcétera que muestran las realizaciones del anarquismo, sus inmensas posibilidades, pero no se ha superado la lógica de mercado ni la estatal.

 

DSC_0966.JPG-Si nos fijamos aquí en España:  los inicios del anarquismo están ligados a diferentes constantes, por un lado, a la tradición del republicanismo federal español y, por otro lado, al internacionalismo de la Asociación Internacional de Trabajadores y el obrerismo que fue conformando con una tendencia bakuninista. ¿Lo ves así?; ¿Qué nos puedes comentar?

Pi y Margall no era anarquista, pero al introducir los escritos de Proudhon hace un favor al anarquismo. Hay una relación entre el federalismo (y el cantonalismo) y el anarquismo relacionado con la concepción de independencia y de libertad. Es cierto que la influencia de Bakunin será fuerte, pero de una manera peculiar. A España acude, para propagar la Internacional, un bakuninista, Fanelli, que es acogido y que siembra la semilla del internacionalismo. Sin embargo, Fanelli no habla español, así que sus ideas debieron ser explicadas muy someramente.

 

Por otro lado, Bakunin no pisa España nunca. Hay tentativas de traerlo al final de su vida, pero se refugia en Italia. Por tanto, la influencia de Bakunin es más bien de segunda mano. Además dada la producción literaria de Bakunin, es complicado que el campesinado y el proletariado españoles leyeran Dios y el Estado. La influencia bakuninista viene de que renuncia al ejercicio del poder político, que en España no era una opción si quiera posible. Además defiende que el campesinado puede y debe participar en la revolución y el campesinado andaluz, por ejemplo, es buena muestra de ello.

 

Luego habría una clara influencia de Kropotkin, al que sí se lee con devoción, porque es más comprensible y porque su comunismo de “toma del montón” sintoniza con prácticas tradicionales muy bien.

 

-Luego aparecen los "posibilistas". Muchos de ellos venían de "soltar lastre" en torno al marxismo.

 

No todos vienen del marxismo, pero sí, algunos sí. La oposición entre las ideas de Marx y las de Proudhon y Bakunin es algo tradicional. Sobre el papel, puede entenderse que las diferencias no son tan grandes: Bakunin es heredero de buena parte de la teoría económica y filosófica de Marx y Proudhon, a pesar de haber adelantado conceptos como el de plusvalía (si bien con tro nombre), tiene puntos de contactos con el autor de “El capital”. El problema es que los exegetas de Marx, los partidos y partidillos, han sido una fuerza contrarrevolucionaria. Han tratado de detener todo proceso de ruptura una y otra vez. Allí donde hay un momento de eclosión, desembarcan los marxistas tratando de que no suponga un peligro real para las tesis de sus libros, lo que se traduce en un adormecimiento general. Eso pasó en la transición con el movimiento libertario (entre otras muchas cosas) y dio alas al lado posibilista.

 

Ese lado posibilista también es algo que ha existido con frecuencia en el mundo libertario. Solo hay que ver el estupendo intercambio de opiniones entre Malatesta y Severino Merlino a cuenta de las elecciones. El problema es que el posibilismo, que en principio no tiene nada de malo, ha desembocado a menudo en la integración, sin dar resultados notorios.

 

-Explicadnos, amigos, por favor ¿cuáles son las principales diferencias de los movimientos anarquistas, los más notorios que tenían lugar, aquí en España, con los  que tenían lugar en el resto de Europa?

 

El anarquismo español tiene dos características que lo diferencian de los europeos: sus amplísima capacidad de organización, su deseo de coordinar esfuerzos, que hace que, en condiciones realmente complejas (en medio de dictaduras, con leyes antianarquistas, con una vías de comunicación insufribles, con una pobreza extrema…) anarquistas de diferentes territorios mantengan contacto y se refuercen unos a otros. Y, por otro lado, la implantación del anarcosindicalismo como herramienta para solucionar problemas inmediatos del mundo del trabajo sin renunciar a la sociedad del futuro.

 

Esto hace que el anarquismo español sea eficaz, porque trata de resolver problemas cotidianos y lo hace desde la solidaridad, lo que le permite logros importantísimos. Por eso crece en número como en ningún otro país (hablamos de los años 20 y 30 del siglo XX) y se encuentra, en 1936, con la posibilidad de realizar una revolución.

 

-¿Cuál era el ideal en los comienzos del anarquismo? Aquello que movía a los más inconformistas del anclaje histórico…

 

El motor primero es el afán de libertad. Eso es lo que recorre el anarquismo de Proudhon y en “Las raíces del anarquismo” se explica muy bien. Si Proudhon y los proudhonianos tienen graves defectos en otros asuntos (el nacionalismo o el problema de la mujer, por ejemplo), son firmes defensores de la libertad individual y colectiva. Para el primer anarquismo, la idea de estar sometidos a un gobierno que pueda regular la vida de los individuos es una idea terrible, algo a lo que hay que resistirse, aunque sea por dignidad.

 

Inmediatamente después surge la necesidad de armonizar esa libertad con la igualdad económica. El ataque a la propiedad de Proudhon, o más bien a la propiedad como  explotación de otros a partir de su uso (la plusvalía, por ejemplo) es brutal. A partir de ahí, el anarquismo entronca poco a poco con el socialismo, hasta una Emma Goldman que acaba desarrollando el tema de la libertad para llevarlo al terreno cotidiano, no solo al político y que mantiene el espíritu de la propiedad colectiva.

 

-¿No hay anarquismo sin lucha ni sin revolución social?

 

Emma Goldman llama a los estudiosos del anarquismo, que se recrean en las ideas pero no mueven un dedo, anarquistas de salón. Se horroriza cuando ve que existen en Estados Unidos. Por tanto, haberlos, haylos, pero el anarquismo implica búsqueda de libertad y, como la libertad no es algo dado, se impone tratar de conquistarla. Eso es lucha y revolución social.

 

-¿Cómo fueron y cuáles fueron los años álgidos  del movimiento anarquista? ¿Cuál fue la clave  que llevó a esos momentos álgidos?

 

El periodo que se describe en el libro “Las raíces del anarquismo” es el álgido. Los cien años que van desde el primer tercio del XIX al primero del XX. Luego hay un repunte con los movimientos de protesta de 1968.

 

Las claves son múltiples, pero la buena organización, las soluciones prácticas, la posibilidad de discutir el modelo social, la potencia del movimiento obrero son fundamentales.

 

-Describidnos cómo fue la decadencia del movimiento y, a tu parecer, a qué se debió.

 

El anarquismo, después de la segunda guerra mundial, queda marginado del diálogo entre marxismo y capitalismo. No hay mucho espacio en ese momento para soluciones no alineadas con las potencias. La URSS controla y adormece los movimientos obreros de los países no soviéticos y los países capitalistas invierten enormes cantidades de dinero en crear comodidades para la clase obrera y que esta no caiga en las redes de la propaganda marxista. De esta forma, el anarquismo, que ha sido derrotado por las armas en España, se disuelve poco a poco.

 

En 1968, una protesta recorre Europa y parte de América y el anarquismo vuelve a ser mirado como un punto de vista a tener en cuenta, precisamente por su independencia respecto al comunismo estatal y al capitalismo. Esta pervivencia, en España, se prolonga y coge aún más fuerza en la transición, pero a partir de los años 80, junto con el resto de movimientos contestatarios, decae, hasta la actualidad, en que vuelve a haber un cierto resurgir. En este momento, se multiplican los proyectos y las propuestas de raíz libertaria, aunque no todos se autodenominen así y falte coordinación y diálogo, pero se avanza bastante. Esa es la calve: mirar hacia atrás para poder hacer algo de cara al futuro. Y por eso “Las raíces del anarquismo”, no como ejercicio de nostalgia, sino como herramienta para la libertad.

 

 

 

 

Cubierta-Las-raices-del-ana.jpg23708
Las raíces del anarquismo. Peter Marshall
300 páginas         18 x 14 cms.
9.00 euros
La Neurosis o Las Barricadas



“Las raíces del anarquismo” es el sexto título de la colección principal de nuestra editorial, La Neurosis o Las Barricadas. Esta obra de Peter Marshall  es un profundo acercamiento a algunas de las personalidades más influyentes en el pensamiento y las luchas anarquistas. Un texto sencillo, apto para cualquier lector/a, que resulta perfecto para conocer de forma rigurosa a una serie de autores sin los cuales es imposible conocer la idiosincrasia del anarquismo:
Las raíces del anarquismo es un estudio de la biografía e ideas de cinco personalidades esenciales en la construcción de ese movimiento revolucionario: Pierre Joseph Proudhon, Mijail Bakunin, Piotr Kropotkin, Errico Malatesta y Emma Goldman. Todos ellos representan los aspectos fundamentales del imaginario ácrata.

Maestros unos de otros y compañeros, estas cinco figuras muestran hasta qué punto resulta necesario conocer nuestro pasado, nuestros aciertos y errores, para incorporarlos al largo camino de la emancipación humana. Al tiempo, son testigos de que el anarquismo es la corriente revolucionaria más original y desconocida que haya dado la historia humana. Su apuesta por la libertad y la igualdad, sin renunciar a ninguna, lo ponen en el centro de las aspiraciones humanas más justas.


Escrito desde un profundísimo conocimiento, este libro resulta fundamental para acercarse de forma sencilla y exhaustiva al tema, al tiempo que supone una invitación a ahondar en el conocimiento de unas ideas y prácticas cuya sombra llega hasta los movimientos sociales de hoy en día.

 

 

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