Cazarabet conversa con... Javier Rodrigo, autor de “Generalísimo.
Las vidas de Francisco Franco, 1892-2020” (Galaxia Gutenberg)
Javier Rodrigo el
prestigioso investigador e historiador aragonés indaga, de manera incisiva,
sobre la figura de Francisco Franco y sobre “todos los Francos” o “todos los
Generalísimos” dentro de un mismo hombre que estuvo al frente de una dictadura
cuarenta años y que, como dijo, lo dejó, todo “atado y bien atado” o eso es lo
que dijo…pasen y lean el libro de Javier Rodrigo y ustedes mismos saquen sus
propias conclusiones…
Lo que nos dice
el libro:
Paquito, Comandantín, Caudillo, Generalísimo, Su Excelencia el Jefe del Estado… Esas y otras denominaciones acompañaron a
lo largo de toda su vida a Francisco Franco Bahamonde. Según sus biógrafos y
propagandistas, el inmortal, heroico y providencial hombre enviado por Dios
para salvar a España, el defensor de la patria, santificado hasta el punto de
que, a su muerte, la gente le dejaría peticiones manuscritas de milagros en el
ataúd. O, en su reverso tenebroso representado desde el antifranquismo, el ser
tímido, reprimido y taimado, el cruel, traidor, déspota y despiadado Criminalísimo. Con este libro, Javier Rodrigo no pretende
volver a reconstruir el periplo vital de Franco, sino recorrer su vida a partir
de sus denominaciones: de cómo lo llamaron, y de cómo se autodenominó. El
resultado es una reconstrucción a veces turbadora y siempre fascinante de los
mitos adheridos a su biografía. Un recorrido desde el mito del guerrero tocado
por Dios, inmortal e invencible, hasta la caricatura presente, convertido en
carne de meme, pasando por su proyección narrativa como salvador de la patria,
pacificador nacional, buen dictador, abuelo feliz, protodemócrata,
hombre excepcional e irrepetible. Generalísimo habla de las vidas, reales o
inventadas, del dictador. Pero, sobre todo, habla de nuestra historia y nuestro
presente.
El autor Javier Rodrigo:
Es investigador en ICREA Acadèmia y
catedrático acreditado en la Universitat Autònoma de
Barcelona. Doctor en Historia por el IUE de Florencia, está reconocido como uno
de los mayores expertos en las guerras civiles europeas y en la guerra civil española.
Es autor de más de una decena de libros sobre la materia, como Cautivos. Campos de concentración en la España franquista (2005), Hasta la raíz. Violencia durante la guerra civil y la dictadura
franquista (2008), Políticas de la violencia.
Europa, siglo xx (2014), La guerra fascista. Italia en la guerra civil española (2016)
o Una historia de violencia. Historiografías del terror en la Europa
del siglo xx (2017).
Amigo de esta
casa ya ha estado en varias conversaciones con nosotros:
Nosotros ya le hemos
realizado varias entrevistas a este autor:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/comunidadesrotas.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/rodrigo.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/europadesgarrada.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/guerrafascista.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/rodrigo.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/historiadeviolencia.htm
Cazarabet
conversa con Javier Rodrigo:
-Javier,
¿qué es lo que te ha hecho, después de escribir e investigar sobre diferentes
aspectos en torno a la violencia y a cómo ésta deshizo el continente europeo,
al fascismo…a centrarte, ahora, en esta nueva investigación en la que pones en
el centro de la diana, de tus investigaciones y demás, todos los Francos
que encerraba el propio Franco, más conocido como el Generalísimo?
-Muchas razones.
La primera y más importante, la necesidad para mí creciente como historiador de
reflexionar sobre el espacio y el lugar que ocupa Franco, todos los Francos, en
la vida y la memoria de las españolas y los españoles. La segunda, la evidencia
de que mi generación de historiadores, y en general los nacidos después de su
muerte, no nos hemos acercado aún a la figura de Franco, y creo que ya iba
tocando. La tercera, el interés que sigue despertando, historiográficamente
hablando, el dictador. Y cuarto, la necesidad personal de plantear preguntas
nuevas y alternativas al relato histórico sobre Franco, sobre el que quedan
muchas cuestiones por resolver y muchos elementos por interpretar a la luz de
los avances de la historiografía desde, al menos, el año 2000.
-¿Cómo
pretendiste o pensaste abordar la figura de Francisco Franco porque estudios,
investigaciones y demás sobre este dictador ya ha habido más de uno, así como
biografías…?
-Generalísimo no
es una biografía al uso, sino que se acerca al estudio de los mitos adheridos a
su biografía, usando como fuente principal unas cincuenta biografías
publicadas, además de fondos inéditos como la prensa rosa o las biografías
radiadas en RNE. Es, en ese sentido, más una metabiografía
que una biografía al uso: es una biografía de biografías, un acercamiento que
nadie había planteado, tampoco para otros dictadores contemporáneos. Y eso me
permite tratar temas variados: los traumas, la infancia y la juventud,
Marruecos, la República, la agencia de la violencia, la guerra, Hendaya, el
desarrollismo, la muerte, el entierro y hasta la exhumación y segundo entierro
de 2019. Es un panóptico amplio y de largo recorrido, donde dialogo con la
historia contemporánea de España a través de la figura del hombre más
importante del siglo XX español, para solaz de muchos y desgracia de otros
muchos.
-¿Qué
aporta el libro o desde qué perspectiva como de nuevo a lo escrito hasta ahora?
-Entre
otras muchas cosas, la reflexión contemporánea, la evidencia de la larga
duración de los mitos sobre Franco, los orígenes de las exageraciones, bulos y
barbaridades que se decían sobre él y que aún recorren grupos de whatsapp, foros o prensa digital. Generalísimo es una
mirada compleja al personaje, a sus contextos, a la España en que vivió y la
que dejó. Y sitúo un elemento central del poder de Franco: que la construcción
de su biografía fue un eje central para la legitimación de su poder, en la
medida en que, primero, es la clave de bóveda de su régimen, y segundo, que las
biografías lo mostrarán siempre como guiado por la providencia, predestinado
para el poder. El de Franco fue un caudillaje providencialista, primero
fascista y después teocrático-desarrollista. Y la biografía de Franco fue una
de las herramientas centrales para legitimarlo.
-Desde
su infancia ya se va forjando ese carácter tan determinado y, digamos,
obtuso…tan cercano a su madre y al catolicismo y distanciado del resto… ¿crees
que había ya en su interior ciertos atisbos supremacistas?
-Supremacistas
no, pero muchos biógrafos lo presentan ya como predestinado para el poder desde
su infancia, como decía en la respuesta anterior. Según sus hagiógrafos, Dios
le guiaba y le ponía dificultades en la vida para que las sublimase: la pérdida
de las colonias, el abandono del padre, su escasa capacidad para los estudios o
su timidez infantil. Lo que es carencia normal o trauma familiar, los biógrafos
lo sitúan en una clave diferente: la construcción ex post -generalmente desde
su erección a la jefatura del estado y al rango de Generalísimo- de un
personaje nacido para mandar.
-¿Cuánto
hay , en Francisco Franco, de sentimiento claro de inferioridad , quizás
hablemos claro por su escasa estatura, en el comportamiento desde infante
de Francisco Franco?
-Es lo que te
respondía en la anterior pregunta. Posiblemente tenía complejo de inferioridad.
No es algo que me resulte demasiado interesante, salvo por su uso
propagandístico, que da la vuelta a las carencias para convertirlas en retos de
superación.
-¿Cómo
son sus primeros tiempos en la Academia Militar, me imagino que duros…?
-Muy duros.
Sublimados por sus biógrafos más lameculos, pero muy difíciles. Marcados de
lejos por la guerra de Marruecos de 1909 y por los conatos revolucionarios de
la mal llamada Semana Trágica. Marcados por la frustración de no poder entrar
en la Marina, al cerrarse los cursos por la pérdida de las colonias de
ultramar. Y, dicen, marcados por las bromas crueles, a las que pondrá coto en
cuanto pueda mandar él mismo en una academia, la de Zaragoza.
-Pero desde esa dureza se crece,
¿no?... a veces para bien otras para mal. Coméntanos qué te parece en el caso
de Francisco Franco.
-Desde la dureza
se crece, pero Franco no siempre fue un joven duro o insensible. Eso es un
estereotipo del antifranquismo con el que no estoy de acuerdo. A Franco muchos
de los suyos lo muestran afectuoso y amable, algo frío y distante, mediocre y
tal vez anodino en el trato corto, pero cariñoso con sus seres queridos y,
sobre todo, con su familia más cercana, muchas veces la rama femenina: su
madre, su hermana, su hija, sus nietas y nietos.
-¿Cómo
y de qué manera se va convirtiendo en un fanático de la bandera? ; ¿es
desde su catolicismo, ya alimentado por su madre?
-Muchos biógrafos
lo muestran como un patriota desmedido desde muy joven. Yo creo que es la
experiencia la que lo convierte en lo que llamas "fanático de la bandera":
la experiencia formativa en Toledo, pero sobre todo la experiencia de combate
-por limitada que esta fuere- en las guerras de Marruecos.
-¿Cómo va escalando
en la jerarquía militar?
-A golpe de
ascenso por méritos de guerra, y a golpe de influencia, creciente, en la
camarilla real. Ambas, sustentadas en relatos de heroísmo y hazañas bélicas
construidas sobre lo que no fueron mucho más que escaramuzas -que casi le
cuestan la vida, por cierto. Los artículos del cronista de la guerra, El Tebib Arrumi (Víctor Ruiz Albéniz), fueron determinantes también.
Yo creo que les debe más de un ascenso.
-¿La
Revolución de Asturias, marca un antes y un después?
-Según él mismo,
sí. De hecho, tanto la huelga general revolucionaria de 1917 como la revolución
de 1934. En la primera, como él mismo explicará a los mineros asturianos en los
años 50, habría descubierto las miserias del capitalismo y se habría interesado
por formarse en las desigualdades que llevaban a la huelga y a la revolución.
Franco diría de sí mismo que en Asturias tomó conciencia social y que de allí
nacería el desarrollismo benestarista.
-Pero su concepto del “orden y la
disciplina” versus “conquista del poder” le lleva a tomar decisiones que
alejarán del orden establecido y a acercarse a lo que llamamos como “ruido de sables”… es así como lo alejan de la península…
-Sí, y no. Franco
es un general republicano, cosa que sus biógrafos tienden -lógicamente- a
esconder. Franco acata 1931 por miedo a ser pasado a la reserva, o por interés,
pero acata. Y participa activamente en la política del bienio rectificador, que
es tan republicano como el republicano-socialista o el Frente Popular. Es en
1936 -posiblemente, antes- que se va separando de su natural propensión al
orden y acercándose a ese "ruido de sables", que encabezará en
febrero del 36 cuando pida la declaración del estado de guerra para evitar la
implementación de los resultados electorales. Desde ahí, Franco estará fuera de
la República. Pero no tanto "contra" la República. Su decisión de
participar en el golpe de Estado solo se hará efectiva cuando se sienta
imprescindible y vea claro que el golpe puede triunfar. Si algo caracteriza la
toma de decisiones de Franco es una clara aversión al riesgo. Pero cuando
decide entrar, su ambición le lleva a querer ser el primero. Aunque también
tendría sus golpes de suerte, como es bien conocido. Sin ellos -la muerte de
Sanjurjo, la ayuda de Mussolini, la escasa y mal organizada resistencia frentepopulista, el hecho de encabezar el único cuerpo de
ejército con experiencia de combate en julio de 1936...- no estaríamos hablando
de él ni de su régimen. Y este libro no existiría: tal vez estaría dedicado a
la figura de Sanjurjo, o de Goded, quién sabe.
-Carácter difícil y sanguinario desde
la represión a la batalla, ¿verdad?
-Franco
no era de poner límites en las prácticas de violencia en las retaguardias, al
contrario, no tenía inconveniente en alentarlas y justificarlas. Eso no lo
convierte en un ejecutor de un plan predeterminado y omnipotente, pero sí que lo
sitúa en un marco donde su agencia es fundamental para el despliegue de
asesinatos, persecuciones políticas, internamientos y trabajos forzosos a gran
escala, clasificaciones masivas o encarcelamientos colectivos. No todo es orden
directa de Franco, pero nada se entiende sin su conocimiento directo.
-Para Franco la guerra no terminó
aquel primero de abril, ¿no?, siguió en la represión y difusión del miedo y del
escarmiento…
-Como mínimo,
hasta 1952, que es cuando ejército y guardia civil ponen fin oficialmente a la
campaña contra la guerrilla: una guerra irregular iniciada en 1936 en paralelo
a la guerra de movimientos, después guerra regular, y que durará hasta mucho
después de 1939.
-¿Así se convierte en
uno de los dictadores más represores de la Historia Contemporánea de Europa,
aunque blanqueado, después de la Segunda Guerra Mundial por el bando vencedor
de ésta?
-Para sus
biógrafos, Franco supera su particular Cabo de las Tempestades entre finales de
la Segunda Guerra Mundial y los años 53-59. El apoyo internacional derivado el
marco de la Guerra Fría será fundamental, pero no nos engañemos: el
reconocimiento o el rechazo internacional no explica su larga duración. Sí, el
modo en que el régimen logra salir del desastre de la autarquía. Pero no
determina el marco de legitimidad e institucionalización política del
franquismo. En esos años, Franco hizo buena la máxima de Girón de Velasco sobre
su poder caudillista-providencialista: "Paso de buey, ojo de halcón,
diente de lobo y hacerse el bobo".
-¿Cómo
entiende que debe de tener tan cerca y a sus pies a la masa y cómo lo consigue…
sobre todo durante tantos años?
-Propaganda, miedo,
aversión al riesgo, bienestar, supervivencia, y por supuesto, devoción al
líder, al salvador profético de España, al general, al jefe natural, al hombre
tocado por Dios. Franco es fundamental: tanto, que no hay franquismo sin
Franco. A su muerte, recordará su hermana Pilar, muchas personas que
pasaron por el funeral le dejaron peticiones de milagros en el ataúd: puede ser
un simple detalle, pero a mi juicio revela bien el espacio real y simbólico que
ocupaba Franco para los españoles del siglo XX.
-Amigo, ¿cómo ha sido el proceso de
documentación y la investigación en torno a Francisco Franco para conseguir el
resultado final de este libro, Generalísimo que edita Galaxia Gutenberg?
-Primero
identifiqué la base documental, las biografías de Franco, los ladrillos para
toda la obra. Después busqué en ellas elementos comunes y diferenciadores a
partir de unos elementos comunes: cómo se muestra la infancia, Marruecos, la
República, la Guerra, la posguerra, la Segunda Guerra Mundial, la autarquía, el
desarrollismo, el bienestar, la edad anciana de Franco, su muerte...
evidentemente, muchas biografías no cubrían todo el espectro vital de Franco.
Pero esas, las más alejadas en el tiempo son, por suerte, generalmente las más
ricas en detalles, descripciones y exageraciones propagandísticas.
-¿Ha
variado tu metodología de trabajo?, coméntanos alguna cosa…
-Sí, porque nunca
había escrito sobre un personaje concreto, lo que me obligó a ver cómo se ha
hecho y cómo se hace hoy biografía -de ahí la idea de la metabiografía.
Y porque tuve que escribir el libro convaleciente de una enfermedad muy dura,
de largos ingresos y mucho tiempo en casa. Por eso Generalísimo a veces tiene
un tono más ensayístico y personal. No me preocupa: es exactamente el libro que
quería escribir.
-Javier, ¿en qué estás trabajando
ahora, nos puedes dar alguna pista?
-Sí. En unos
meses, publico con Maximiliano Fuentes "Ellos, los fascistas. La
banalización del fascismo y la crisis de la democracia", un ensayo que
quiere incidir en el error de llamar "fascistas" a las actuales
extremas derechas radicales europeas. Lo hacemos desde una descripción del
fenómeno del fascismo histórico, y de su evolución narrativa hasta el presente.
También acabo de ganar una Beca Leonardo de la Fundación BBVA, que me servirá
de marco para un estudio sobre la violencia contra las mujeres en el contexto
de la lucha antiguerrillera en España. Y estoy arrancando un proyecto europeo
sobre las mujeres en las resistencias antitotalitarias
en Polonia, España, Italia y Grecia. Sobre esos ejes basculará mi trabajo en
los próximos meses.
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