Cazarabet conversa con... José Giménez Corbatón, autor de “Sueños de ficción” (Prensas de la Universidad de Zaragoza)

Una colección exquisita de relatos de las manos e imaginación creativa del escritor zaragozano, José Giménez Corbatón.

Se edita dentro de la colección Literatura de Prensas Universitarias de Zaragoza.

Lo que nos dice Prensas Universitarias de Zaragoza sobre este libro:

Estos Sueños de ficción son fruto de las lecturas del autor, quien no duda en rendir homenaje a la literatura que le ha permitido formarse como escritor, aspirando a construir un caudal narrativo y un arte poético propios. A excepción del primero de los cuentos, «El árbol de la vida», que es inédito, todos formaron parte de algunos libros anteriores de autoría personal o colectiva. En su momento fueron agrupados bajo el apelativo Trampantojos, un verdadero juego de espejos literarios en el que, moviéndose en un universo entre cervantino y borgiano, los relatos insertan manuscritos encontrados, intercalan historias soñadas por los personajes, contenidos simbólicos y guiños metaliterarios.

Los relatos que aquí se pueden leer:

El valor de la vida
Sobre hombres, mujeres, amantes y ángeles de la guarda
Cécile
Un enemigo español de don Jaime Casanova
¡Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
Specula
Un largo invierno
El lago de Courbet
El hongo de Durero
Los aparecidos
Simbad en la Isla del Perdón
Sueños
La tertulia
Más cerca del cielo

El escritor y contador de historias, Giménez Corbatón:

JOSÉ GIMÉNEZ CORBATÓN. Nacido en Zaragoza. Escritor, traductor, crítico literario y articulista. Como narrador, ha publicado los libros de relatos El fragor del agua (1993), traducido al francés, al ruso y al aragonés; Tampoco esta vez dirían nada (1997); El hongo de Durero (2001); y Voces al alba (2011). Las novelas La fábrica de huesos (1999); Licantropía. Itinerario de una novela (2008); Avalancha (2014); Nadadores indemnes (2016); y Los años de la alegría (2019). En colaboración con el fotógrafo Pedro Pérez Esteban, Las huellas del hombre (2003); Cambriles (2006); Masada. Signos (2007); Morir al raso (2009); Memoria difusa (2011); y Encrucijada de miradas. El libro de mi padre (2016). Ha participado además en varias obras colectivas

Giménez Corbatón, amigo de esta casa, ya ha estado con nosotros en otras ocasiones:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/avalancha.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/encrucijadamiradas.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/corbatonalegria.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/nadadores.htm

Cazarabet conversa con José Giménez Corbatón:

- José en esta compilación de relatos que llegan a nuestras manos bajo el título de Sueños de ficción, ¿miras al oficio de escritor tirando del hilo de todas las definiciones que emergen desde “sueños”?

- El escritor, como cualquier ser humano que sienta la conciencia de sí mismo, individual y social, se hace en la convivencia. Esa convivencia, en algunos casos, se enriquece con la observación o la lectura de aquello que otros ya han decidido crear dándole esa forma que llamamos arte, en cualquiera de sus variantes. Me gusta la reflexión que realizó María Moliner sobre el término “sueño” -una de ellas-: algo que, cuando logramos llevarlo a cabo, supone la realización de un deseo, de un anhelo. Leer lo que otros han escrito o escribir -describir- todo aquello que dignifica la vida interior de uno mismo es lo que me mueve y me define como escritor.

Ninguna otra ambición o empuje que lo motive es, a mi juicio, válida y digna de tenerse en cuenta.

-Creo que vuelves a reflexionar mucho desde las “virtudes” que rodean a esos fantasmas que alimentan al escritor y que impregnan a sus personajes, pero también hablas de los “defectos”, ¿qué nos puedes decir?…

- Como en la vida misma. Es lo que los enriquece, como a nosotros el devenir cotidiano. Eso que algunos llaman perfección, no existe. Ni siquiera me resulta una ambición deseable. Quien presume de aspirar a ella suele pecar de cretino, de majadero: vuelvo a María Moliner para recoger estos espléndidos términos. La humildad es una de las virtudes que se hace preciso conservar por encima de todo. Creo que en mis “sueños de ficción” hay bastantes sandios de este tipo que han florecido -o lo han intentado- en el campo de la literatura, del arte, de la seducción cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

-Bueno, lo que queda claro, desde el prólogo, es que hay que saber alimentar mucho el temple porque los sueños para un escritor son como el azúcar para las hormigas…..y si nos dejamos llevar por todos los sueño, puede ser peligroso porque podemos llegar a errar en nuestras facultades creativas para escribir sobre cosas que no valen tanto la pena y que otros podrían escribir mejor, ¿no?

- Pienso, y lo he manifestado a menudo, que ya todo ha sido escrito, y a menudo muy bien. Lo cual, claro, no nos impone la renuncia a aportar nuestro granito de arena, nuestra pequeña variación o tímido aporte a lo existente, que es, insisto, prácticamente todo. No me refiero solo al campo de la literatura, sino al de cualquier manifestación del arte. En “Sueños de ficción” hay mucho de homenaje a los creadores, a los personajes, a las escrituras que contribuyeron, desde mi más temprana juventud, a formarme como posible continuador de algunas de las estelas ya creadas. El artista o el escritor que no reconoce esas deudas me parece un pedante, un falsario, un pretencioso que acostumbra a disimular su mediocridad exacerbando su ego.

-Pero, ¿cómo sabes eso…qué otros cualquier idea la escribirían mejor?; ¿qué te dice que una idea, quizás alimentada desde un sueño---dormido o no; consciente o no tan consciente---vale la pena?

-Cuando te alimenta, te acompaña, enriquece tu vida, hasta el punto de intuir, de sentir, que es preciso hacer el gesto de compartirla con alguien, de dar la oportunidad a los demás de que quizá encuentren en ella reflejos ajenos que también forman parte de su ser más íntimo.

-Enlazando con la pregunta anterior llegamos a uno de tus relatos en el que el protagonista, el escritor que “nos habla”, tiene que desestimar dos ideas porque no las cree válidas, pero… ¿qué idea es más válida que otra para darle forma definitiva en forma de relato, novela…? ¿qué paso hay de la idea al relato?

-En el relato que titulo “Sobre hombres, mujeres, amantes y ángeles de la guarda”, estos últimos representan algo parecido al azar que interviene en cualquiera de nuestros movimientos… Un azar que no es plenamente casual, pues siempre, o al menos muy a menudo, nos brinda tal variedad de alternativas que se nos hace difícil la opción. El azar es caprichoso, como un ángel de la guarda bromista. En el mundo de la creación sucede como en cualquier otra faceta de la vida: toda idea viene acompañada de su opuesta. La misma ha sido ya desarrollada de idéntico modo, o de manera enfrentada, por otros autores antes que tú. Por eso me interesan solo aquellos que escriben a partir de lo leído, y que no se empeñan en hacernos creer el camelo de que son los primeros en desarrollar un arte haciéndolo pasar por propio sin reconocer las fuentes que lo preceden.

-Escribes sobre cosas poco tangibles, poco físicas…casi abstractas…muy subjetivas, ¿te sientes más cómodo desde esta ambientación?

- Mi universo creativo, desde sus inicios, entronca con el conjunto de mis raíces personales, íntimas: familiares, ambientales, sociales, políticas e intelectuales. Todas las que me han hecho y me siguen haciendo como soy: Crespol -raíces rurales-, Elata -raíces urbanas-, sueños de ficción -raíces intelectuales. Con su riqueza me busco a mí mismo, me expreso para seguir conociéndome y comunicar con otros que demuestren inquietudes de calado similar.

-José, ¿eres de los escritores que tiene una idea; al que le aborda esa idea y apunta la palabra, sensación, nombre, imagen al que le corresponde la misma para luego cuando llegas a casa, aunque “la idea” te haya asaltado en el parque sacando al perro o en la tienda…la pones ya rodeada de la trama, personajes…?

- La idea creativa aparece en cualquier instante, en cualquier lugar. Pero no hay que precipitarse para darle forma. Es preciso dejarla madurar, o permitir que se marche si no lo hace con fuerza. Permitir que se acabe de manifestar en la prosa o en la poesía requeridas y que, sin precipitación alguna, acabe demostrando que no podía plasmarse de otro modo.

-A todos estos relatos les guardarás un cariño especial, pero hay alguno que, por alguna cosa o consideración, te estimes o valoras como “de manera especial”…

- No tengo. Todas lo son. Escribo lo justo. No me planteo plazos ni extensiones ni modos. He tenido la suerte de contar siempre con editores que no meten prisa ni son fabricantes de best-sellers.

-Sabemos que no es muy fácil hacerte hablar sobre tus próximos proyectos a través de la escritura, pero ¿nos puedes avanzar alguna cosa?

- Solo puedo adelantar que probablemente será una nueva recopilación de relatos inéditos. Pero sin prisa, comme d’habitude.

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