Cazarabet conversa con... Antonio Plaza Plaza, editor del libro “Natacha” (Renacimiento) de Luisa
Carnés
Renacimiento vuelve la mirada a Luisa Garnés con Natacha bajo el esmerado cuidado en
la edición de Antonio Plaza Plaza.
Está editado en la colección de
narrativa de Renacimiento, Espuela de Plata.
Lo que nos dice la sinopsis de este
libro de la añorada escritora Luisa:
La Inglaterra profunda y siniestra,
aquí representada en la remota región de East Anglia,
es magistralmente evocada en la segunda novela de Cecil John Charles Street, publicada bajo el nombre de MilesCuando
Luisa Carnés apenas había cumplido veinticuatro años, publicó Natacha (1930),
su primera novela y la segunda obra editada. Llena de referencias
autobiográficas y teñida de carga social, se inspira en la literatura
rusa y sus referentes universales, como Gogól y Dostoievsky. Natacha supuso la irrupción en la narrativa
española de comienzos de la década de 1930 de una escritora desconocida y con
experiencia solo en trabajos no cualificados. En su mirada, cuyo foco estuvo
siembre sobre las desigualdades que marcan la vida cotidiana –con especial
énfasis en la vulnerabilidad de las mujeres–, Carnés abrazó el realismo a
partir del análisis de la condición humana. La protagonista, una joven obrera
–Natacha o Natalia–, personifica la injusticia social, y su historia contribuye
a denunciarla. Con la misma fuerza argumental que Tea Rooms,
Natacha nos acerca a los comienzos literarios de Luisa Carnés, a ese universo
crudo donde la pobreza, la exclusión social y el desamparo dibujan la realidad.
Burton. Estamos en High Eldersham,
un villorrio empapado de viejas tradiciones. Un anochecer, en el apartado pub The Rose and Crown, el policía
local encuentra apuñalado a su propietario, Samuel Whitehead,
sargento retirado de la policía metropolitana. La historia, también conocida
como El misterio de High Eldersham,
combina con éxito una trama detectivesca con ingredientes propios de las
novelas de suspense (Thrillers). El secreto de High Eldersham supuso el debut de su protagonista, el detective
privado Desmond Merrion,
personaje que, como modelo en su género, tanto ensalzaron los críticos Jacques Barzun y Wendel Hertig Taylor, conocidos autores del canónico Catalog of Crime (1971). Es una
novela con una trama sumamente ingeniosa que mantiene el interés hasta el
desenlace y que entronca con la tradición del cuento gótico británico de Ann Radcliffe o M.R. James. El secreto de High
Eldersham se publicó en España en los años treinta y
posteriormente se recogió en la colección Revista Literaria Novelas y Cuentos
en 1945. Ahora la presentamos en una nueva edición con el texto completo.
Renacimiento, un proyecto editorial
que nunca defrauda:
Luisa Carnés:
Luisa Carnés (Madrid, 1905-México DF,
1964) representa un ejemplo de precocidad en la literatura española de la
década de 1920, poco común dada la escasa formación de la autora (era obrera
manual) y su condición autodidacta. A los 18 años comenzó a escribir cuentos, y
antes de 1936 ya había publicado tres novelas, Peregrinos de Calvario (1928),
Natacha (1930) y Tea Rooms -Mujeres Obreras- (1934).
Desde 1930 compaginó literatura y periodismo, colaborando en revistas y
periódicos, como Crónica, Estampa, La Linterna, As, Ahora, Mundo Obrero y
Frente Rojo. Críticos e investigadores la sitúan dentro de la narrativa social
de preguerra o como integrante de los llamados "prosistas del 27".
Decantados en su mayoría por el compromiso político, estos autores se
manifestaban partidarios de reformas sociales en beneficio de las clases
populares, imprescindibles para modernizar el país. Desde 1934 y al igual que
otros muchos escritores españoles de su generación, Carnés mostró un creciente
interés por los temas sociales, que plasmó en su obra escrita. Su posición en
defensa de la mujer, de la causa de los trabajadores y de la legalidad
republicana, que reafirmará durante la Guerra Civil, perduró en el exilio
mexicano, después de 1939, algo palpable a través de sus incursiones
periodísticas y literarias. En el año 2014, Editorial Renacimiento publicó sus
memorias, De Barcelona a Bretaña (1939).
Cazarabet ya ha conversado varias veces con Antonio
Plaza que vuelve a guardar cuidado de esta edición sobre la obra de Carnés,
esta vez con Renacimiento:
Tea Rooms:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/tearooms.htm
Cuentos Completos de Luisa Carnés:
Rojo y gris y Dónde brotó el laurel:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/cuentosluisacarnes.htm
De Barcelona a Bretaña:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/debarcelonabretana.htm
Cazarabet conversa
con Antonio Plaza Plaza:
-Antonio:
Volvemos a hablar de literatura, de la narrativa de Carnés. Esta vez hablamos
de Natacha, la novela de Luisa Carnés
ahora reeditada. Nos remontamos a una narrativa
muy autobiográfica, protagonizada por una joven que trabaja en un taller
donde se confeccionan sombreros. Así, globalmente, podríamos decir que Natacha es una obra muy realista, ¿no?
¿Qué nos puedes decir?
-Pero, a la vez, Natacha es una obra que está siempre y se encuentra dentro de la
literatura, entre la narrativa del compromiso. ¿Lo ves así?
-Para escribir dentro del compromiso, es
inevitable «empatizar», socialmente hablando,
¿verdad?
-Pero,
vayamos mucho más allá del hecho y de la cualidad de empatizar,
porque, como decimos, ella empatizaba, porque también
lo había vivido. ¿Le era más fácil entender esa sociedad que tan bien describe,
por el hecho de haber sufrido las circunstancias que cuenta en la novela?
-Tanto en Natacha
como en Tea Rooms,
la protagonista vive o habita en la periferia, y debe desplazarse para trabajar;
digamos que Carnés se mueve en dos escenarios distintos, pero ella sabe hacerlo
¿Por qué crees que ella debe mantener los equilibrios narrativos?
-Los personajes de sus novelas están muy bien
ubicados, y muy bien descritos, deliberadamente bien descritos y dibujados.
¿Qué piensas sobre ello?
-¿Cómo crees que su faceta de periodista
influye sobre su obra literaria, en concreto, sobre Natacha?
El despegue definitivo de Carnés como
periodista solo se producirá en marzo de 1934, cuando la publicación de Tea Rooms, reviva
el interés por su escritura, y Manuel Chaves Nogales, el director de Ahora
y Estampa, publicaciones del grupo
editorial Rivadeneira, la llame para trabajar como
colaboradora –periodista no fija– en las revistas del grupo. Allí se mantendrá
trabajando como periodista, entre 1934 y 1937. Luego, sólo podemos considerar
su dedicación al periodismo, de forma estable, desde la primavera de 1934. Esa
dedicación laboral, muy intensiva, repercutirá sobre su creación literaria,
porque apenas escribe fuera de la prensa, tal como se demuestra revisando la
datación del tomo 1 de sus Cuentos
completos, que recoge los publicados en España antes de 1939. Para poder
vivir del periodismo, y con un hijo a su cargo, Luisa Carnés debía escribir, al
menos, una colaboración a la semana.
-Natacha es una novela que consigue publicar trabajando como
mecanógrafa en una editorial. Coméntanos, ¿cómo fue esta faceta?, y, ¿cómo
logra sobrevivir en una editorial, en su puesto administrativo, yendo más allá
de sus funciones, y hasta publicando libros, como otro autor?
-¿Cómo era y cómo interaccionó su faceta de
novelista con la de periodista?.
-A Luisa
Carnés, como más notorio, desde tu condición de especialista en la autora, y
desde tu mirada de historiador, ¿cómo crees que le
influyó el hecho de ser autodidacta,
teniendo en cuente su escasa formación, en la época en que escribe. ¿Cómo crees
que lo logra superar? Sabemos que era autodidacta, pero aún así, el
acercamiento a ciertas materias le debió resultar difícil… La interacción con
otras plumas era un valor seguro para combatir la falta de información.
-Desde sus comienzos como escritora,
Luisa Carnés fue consciente de sus muchas carencias, primero de formación, y
luego, en literatura. Pero tuvo una voluntad de hierro para superarlas. Para
ello, ella confiesa en las dos entrevistas conocidas, su esfuerzo por aprender
literatura a través de la lectura de otros escritores –buenos y malos– que
llegan a sus manos. Ella es capaz de extraer información de esas lecturas, y de
tomar modelos para sus propios personajes. Y luego, cuenta con un valor
esencial, su propia experiencia personal y laboral, y con la información que
extrae del mundo que la rodea, de su realidad cotidiana, remontándose incluso a
sus recuerdos infantiles, muy visibles en toda su obra anterior a 1936. Sus
personajes recuerdan a otros autores realistas conocidos (Galdós, Blasco
Ibáñez; Victor Hugo; el realismo ruso –Dostoievsky, Tolstoi, etc.). Leía mucho en sus ratos libres
–especialmente las noches– y lo asimilaba poco a poco, un rastro que se puede
seguir, sin dificultad, en su obra literaria inicial.
-Natacha
tiene una estructura un poco distinta a las otras obras conocidas y publicadas
de Carnés, ¿qué nos puedes decir sobre ello?
-¿Hay cambios en el reflejo literario que nos
ofrece Carnés, conforme van aconteciendo ciertos escenarios sociopolíticos?
Conforme pasa el tiempo y se siente con más libertad para poder denunciar todo
lo que le oprime, ¿no crees que su narrativa se vuelve
desde lo real al compromiso social? Esto no quita que, desde su punto de vista,
el testimonio de Carnés esté más vinculado a una descripción narrativa de una
realidad, y que a su vez, evoluciona poco a poco hacia el compromiso. ¿Qué
piensas de ello?
-Actualmente,
Luisa Carnés resulta cada vez más conocida en la comunidad literaria. Hay que
tener en cuenta que desde el mundo editorial cada vez que está produciendo una
aproximación a aquellas mujeres que por diversas circunstancias habían quedado
relegadas, caso de Carnés, que ha sido descubierta por tí,
y cuya obra principal ha sido editada por Renacimiento. ¿Qué nos puedes añadir
en relación a esta recuperación?
-La recuperación de Luisa Carnés que hoy
conocemos, y donde creo haber tenido una participación importante, ha sido el resultado de un arduo trabajo de documentación
e investigación intermitente que ha durado muchos años –empezó hacia 1990–.
Me voy a detener en exponerlo para que el lector pueda entender la dificultad y
el trabajo que representa una búsqueda de esta naturaleza.
La principal dificultad en sus
comienzos fue la falta absoluta de datos. Un trabajo casi detectivesco.. Había muerto en Ciudad de México en 1964, y su familia
carecía de información tanto del periodo anterior a la guerra civil, como de su
actividad literaria y periodística durante el exilio, salvo datos generales y
poco precisos. Solo se conservaban sus textos literarios escritos desde 1939,
pero se ignoraba todo sobre ese periodo. Hubo que reconstruir su vida pieza a
pieza, como un puzle. A medida que yo disponía de una información sólida, la
presentaba a la comunidad académica (congresos, jornadas, conferencias etc.),
en busca de interlocutores que me ayudasen a corroborar la información
localizada. Cuando creí que era posible disponer de un primer retrato literario de la autora
documentado, entonces pensé que era posible publicar alguna de sus obras, y
darla a conocer tanto al público en general, como a la comunidad académica
(edición de la novela, El eslabón perdido).
Eso ocurrió en 2002, año en el que se publicó también en España, una recopilación de su obra teatral escrita
en México, igualmente desconocida y nunca representada (Cumpleaños. Los bancos del Prado. Los vendedores de miedo). Ambas
ediciones no fueron suficientes para que el nombre de Luisa Carnés pasase a ser
identificado de nuevo. Por ello, se necesitaron nuevos estudios; y presentar de
nuevo su obra en más congresos, es decir divulgar y difundir su obra, y
pasar a publicar otras obras suyas –ya publicadas o inéditas–. En 2014, se da
un salto cualitativo en relación a esta autora. Se publica el primer estudio
académico sobre su obra literaria (Itinerarios
de exilio), la edición facsímil de Tea
Rooms, y,
De Barcelona a la Bretaña francesa (Renacimiento), unas memorias suyas del
periodo 1936-1939. Fue el punto de arranque para dar a conocer en detalle la
obra de esta autora, ahora «revivida» La publicación de algunas de sus obras
desconocidas o casi olvidadas, supuso la reaparición definitiva de su nombre.
La publicación de Tea Rooms,
en 2016, en una edición comercial, y con nueva documentación sobre la autora,
contaba ahora con una sólida base de libros e información sobre la autora. Se
trataba de presentar a una escritora casi desconocida en ediciones
comentadas que se apoyaban una documentación muy sólida sobre ella, que comenzaba a
divulgarse entre un público más amplio. Su literatura ya reeditada empezó a
llamar la atención de críticos y estudiosos, que nunca antes habían oído hablar
de ella, y pronto se la calificó de la «mejor narradora del 27». Entre 2016 y
2019 se han dado pasos decisivos sobre su conocimiento. La edición de su
biografía novelada de Rosalía de Castro
(2018), junto a la publicación de los Cuentos completos (2018), obra de
recopilación que reconstruye toda su trayectoria literaria desde 1923; y
finalmente, la reedición de Natacha
(2019), permiten augurar un estupendo futuro para el conocimiento de esta
escritora madrileña, cuyo nombre ya ha comenzado a despertar el interés de
investigadores y estudiosos, tanto en el público lector, como en el mundo
universitario, a través de varias tesis doctorales y estudios en marcha en varias universidades españolas y extranjeras,
lo cual ya incrementado el interés por la publicación y conocimiento del resto
de su obra aún por editar, una labor que esperamos seguir en breve. Si hoy la
autora ya resulta reconocible es por el resultado de estas tres labores: una
documentación sólida, un proceso de difusión y divulgación, y finalmente, la
edición de la obra de Carnés, tanto conocida como inédita. Un proceso que ahora
permite obtener sus frutos, en forma de lectores y de estudios sobre su obra.
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