La Librería de El Sueño Igualitario

Sin-título-2.jpgCazarabet conversa con...   Manuel González de la Aleja Barberán y Daniel Pastor García, editores de “La mirada femenina. Prensa británica y Guerra Civil en España” (Amarú)

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial Amarú con la colección Armas y Letras aborda, de lleno, la experiencia y la traslación de la misma en la prensa británica de las mujeres, con “su mirada femenina”.

El libro escrito por Daniel Pastor y Manuel González está dentro de la colección Armas y Letras de la editorial Amarú .

Este es el nº 9 de la colección. Nosotros hemos conversado varias veces con esta editorial Amarú y más concretamente sobre esta colección, ¿qué os parece si lo recordamos?

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/amaru.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/boadilla.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/reflectores.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/prensabritanica.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ecosbatalla.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/otromundoesposible.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/rumboguerra.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/voluntarioespana.htm

La sinopsis de esta nueva aportación desde Amarú y la colección Armas y Letras, La mirada femenina. Prensa británica y Guerra Civil en España:

Al igual que el volumen número 5, publicado en esta misma colección con el título La prensa británica y la Guerra Civil española, esta obra pretende poner a disposición del público una selección de recortes de prensa aparecidos en los periódicos británicos sobre el conflicto en España y recogidos por el Servicio de Información de la República española en Londres. Este extenso y valioso conjunto documental (68 cajas que abarcan desde julio de 1936 hasta finales de 1939) se encuentra depositado en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Con el presente volumen se completa ahora una tarea que quedó pendiente entonces, la de dar a conocer reportajes y artículos periodísticos, testimonios de primera mano, notas de prensa, cartas al director y mensajes elaborados por las mujeres del Reino Unido, y de otros países de habla inglesa, que se involucraron solidariamente con la causa republicana. Se pretende con ello, pues, dar toda la visibilidad posible a esa mirada femenina sobre el conflicto español poniendo el énfasis en el alto grado de compromiso político y profesional, en la generosidad democrática y en el esfuerzo humanitario que todas ellas demostraron en sus escritos. En el texto introductorio que precede a nuestra selección ofrecemos una visión general de la labor que tanto parlamentarias o escritoras como activistas y observadoras políticas cumplieron sobradamente. Asimismo, cabe destacar la ardua tarea de las profesionales sanitarias y las mujeres corresponsales que cubrieron la guerra. Todas ellas desempeñaron un papel fundamental ya fuera para paliar el sufrimiento de la población española o para reclamar ayuda y recaudar fondos a favor de la República, o bien para denunciar públicamente la agresión que el fascismo perpetraba contra un país democrático como España.

Los autores: Daniel Pastor y Manuel González de la Aleja:

Daniel Pastor García: Es el autor de esta edición crítica de Voluntario en España. Es licenciado y Doctor en Filología Inglesa por la Universidad de Salamanca. Fue lector de español en la Universidad de Edimburgo y actualmente es profesor  de la Universidad de Salamanca, donde enseña literatura Norteamericana. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Indiana, Bloomington y en la International Scholar Fellow de la Newberry Library de Chicago, además de ser profesor invitado en varias universidades norteamericanas. Entre sus intereses de investigación hay que mencionar la figura del héroe literario cuya visión romántica de la realidad se ve condicionada por la brutalidad de la guerra, la autobiografía y la guerra y el impacto del conflicto español en los escritores de habla inglesa.

Manuel González de la Aleja:

Es un albaceteño que ha realizado sus estudios de Filología Inglesa en la Universidad de Salamanca. Universidad donde se licenció y donde obtuvo el título de Doctor. Actualmente es profesor del Departamento de Filología Inglesa de esta Universidad donde enseña Literatura y Cultura en Lengua Inglesa. Hasta la fecha sus investigaciones se han centrado en: La literatura norteamericana con obras sobre autores como Truman Capote o Noman Mailer, Las narrativas populares en lengua inglesa con títulos como: El simple arte de matar (dedicado a Raymond Chandler), En los umbrales del terror, una antología de textos  de Nathaniel Hawthone, Hermn Melvile, Bram Stoker o Edgar Allan Poe, entre otros. La presencia de voluntarios procedentes de países de habla inglesa en la Guerra Civil española. Tema el que sea publicado, junto con un grupo de investigación de la Universidad de Salamanca, Los Brigadistas del habla inglesa y la Guerra Civil española.

 

 

Cazarabet conversa con Manuel González de la Aleja Barberán y Daniel Pastor García:

Sin-título-3.jpgSin-título-1.jpg-Daniel, Manuel, ¿por qué o qué os llevó a investigar, estudiar y documentar el paso de la mujer, desde su mirada, en la prensa británica en la Guerra Civil Española?

-Nosotros ya hemos publicado, dentro de la colección Armas y Letras, un volumen dedicado a la huella que la Guerra Civil Española dejó en la prensa británica de la época. Leímos, tradujimos y seleccionamos muchos artículos de una gran variedad de periódicos para ser incluidos en ese libro. Durante esa investigación, nos íbamos encontrando con algunos de ellos que o bien estaban firmados por mujeres o bien las tenían como grandes protagonistas. Es un tema que nos interesa mucho a los dos y con el que ya habíamos trabajado juntos en un artículo que apareció en el año 2010, en el libro La trinchera nostálgica: Escritores británicos en la Guerra Civil española. Inmediatamente tomamos la decisión de enfocar nuestros esfuerzos a profundizar en esa distintiva mirada femenina y dedicar a esas mujeres un volumen completo de la colección. Nos dimos cuenta de que en el panorama de publicaciones dedicadas al conflicto español, la voz de la mujer suele estar escasamente representada o tiende a ser ignorada, mucho más aún si las mujeres provienen del Reino Unido o de otros países de habla inglesa, como si hubieran permanecido indiferentes al desarrollo de la guerra.

-El proceso de documentación , compilación y estudio, ¿cómo fue?. Muchas horas de trabajo entre los archivos y las cajas del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. ¿Es así?

-En efecto, fueron muchas horas en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, rastreando caja a caja y carpeta a carpeta, siempre con la ayuda del excepcional personal que allí trabaja. Es cierto que ya teníamos la experiencia de cuando habíamos hecho nuestra investigación para La prensa británica y la Guerra Civil española, pero en esta ocasión nuestro trabajo tenía que ser si cabe mucho más minucioso porque nuestro objetivo era más preciso. En seguida nos encontramos con una dificultad añadida, y es que, pese al interés de los artículos depositados en el archivo, no teníamos mucha más información sobre las mujeres autoras o protagonistas de la obras. Hay poca investigación al respecto. Eso nos obligó a una búsqueda, a veces complicada, de otras fuentes bibliográficas que nos permitiesen hacer una construcción precisa de la vida y personalidad de todas estas mujeres

-¿Qué mujeres dejaron su mirada en la Prensa Británica sobre el conflicto de la Guerra Civil Española?, ¿qué perfil tenían éstas?

-Nosotros hemos dividido nuestro libro en tres grandes sección que tratan de concretar ese perfil que mencionas. En primer lugar, está el compromiso político, aquí nos encontramos con miembros del Parlamento británico, afiliadas a los partidos de la época y activistas en general que lucharon desde los escaños, la prensa o la calle no solo contra la guerra sino también contra la incomprensible pasividad del gobierno británico. En segundo lugar, está la sección dedicada a la ayuda humanitaria, donde hacemos un recorrido por las vivencias y testimonios de las enfermeras, administrativas y voluntarias que vinieron a nuestro país llamadas por su voluntad de paliar el sufrimiento que civiles y combatientes padecían en pleno corazón de Europa. Y en tercer lugar, dedicamos, por supuesto, otra sección a las mujeres reporteras y corresponsales que acudieron como profesionales para cubrir el conflicto.

-En general, ¿a estas mujeres les motivaron las mismas razones para venir a España?. Coméntanos, por favor…

-Los motivos son muy variados, y muchas de ellas se preocuparon tenazmente  por explicarlos en declaraciones hechas durante esa época o en biografías posteriores. Resumiendo mucho. A un lado del espectro se sitúan aquellas con una acervada conciencia política, mujeres comunistas, socialistas, anarquistas pero también conservadoras que entendían que era una atrocidad lo que estaba pasando con la democracia en España. Todas ellas tenía una idea muy clara, el fascismo había dado un golpe de estado contra la República y apoyar a su gobierno legítimo era simplemente una cuestión de justicia y sentido común. Al otro lado se sitúan las que en la Guerra Civil española solo veían una población de hombres, mujeres y niños que necesitaban ayuda médica, alimentos y refugio de forma desesperada. Mujeres católicas, cuáqueras, profesionales de la medicina, trabajadoras sin apenas formación se plantaron en suelo español empuñando simplemente la causa humanitaria.

-Pero no solamente eran mujeres del Reino Unido, las había de otros países de habla inglesa que sí dejaron su huella en la prensa inglesa. ¿Cómo se hicieron su sitio?

-Ese es un tema muy interesante que es característico de nuestra guerra. En este sentido, la creación de las Brigadas Internacionales es emblemática. Como sabemos, la ayuda que llega a la República española procede de todos los rincones del mundo. Algo que todavía nos sobrecoge es el poder de ese llamada a la que acudieron tantos hombres y mujeres en un principio ajenos a lo que estaba pasando en este pequeños país de Europa. Por supuesto, esta es la característica que también encontramos entre las mujeres que estudiamos en nuestro libro. Para trabajar juntas, no importaba la procedencia, las creencias religiosas, la ideas políticas o la raza, solo les bastaba su fe en esa tarea común que era España. Así vemos trabajando codo con codo por esa causa a fervientes católicas con radicales anarquistas, aristócratas con miembros del Partido Comunista británico, inglesas, australianas, neozelandesas, escocesas, irlandesas, norteamericanas…  Como diría la enfermera Throra Silverthorne sobre la primera unidad médica que llegó a España en agosto de 1936; “éramos un grupo multicolor”.

-¿Podríamos decir que las mujeres imprimieron “una mirada diferente” ante el horror de la guerra?

-Creemos que aquellos que lean nuestro libro se darán cuenta perfectamente de ello. Un ejemplo muy claro es el de las corresponsales. Para ellas las condiciones de trabajo eran mucho más complicadas que para los hombres. Los grandes periódicos enviaron a sus reporteros estrella para cubrir, sobre todo, la magnitud política y militar del conflicto. Venían con los contactos y permisos necesarios para llevar a cabo su labor tanto desde la retaguardia como el frente. Ese espacio trascendental estaba prácticamente vetado a las reporteras, algunas de las cuales incluso llegaron a España sin verdaderas acreditaciones oficiales por parte de sus periódicos. Pero precisamente eso fue los que les permitió ofrecernos una mirada más intimista y humana de lo que realmente es una guerra civil. Sus artículos no versan tanto sobre estrategias, generales o pactos internacionales como sobre mujeres bailando mientras hacen la compra en un Madrid bombardeado, niños que en un minuto pasan de estar jugando entre los obuses a yacer en la cama de un hospital o campesinos que contemplan resignados como sus campos y sus esfuerzos son arrasados una y otra vez por intereses políticos que no acaban de entender.

-De todas maneras la guerra les debió de impactar o hasta de marcar como en un “antes y en un después…”. ¿Algunas de ellas presentían que en este conflicto estaba la “antesala” a la II Guerra Mundial?

-España marcó a casi todas estas mujeres. No solamente lo dicen una y otra vez en los artículos que escribieron, las charlas que ofrecieron o las entrevistas que concedieron, sino que, pasados muchos años desde la guerra, también lo comentan en sus memorias y autobiografías. Lo curioso es que el recuerdo es cierto que vuelve una y otra vez al horror de los bombardeos, los muertos, el miedo, la pérdida de compañeros y compañeras, la ansiedad por novios, hijos y maridos luchando en el frente, pero la mayoría de ellas también conservan el afecto y la admiración por la población española. El Madrid sitiado es mencionado una y otra vez como paradigma de la capacidad humana para conservar las ganas de vivir y la alegría incluso en las circunstancias más adversas.

Con respecto a la segunda pregunta, hoy en día ya sabemos quién tenía razón, está claro. Aquellos que miraron hacia otro lado pensando que el fascismo español, italiano o alemán podía ser apaciguado con tibios tratados diplomáticos tuvieron oportunidad de comprobar muy pronto su error. Por el contrario, aquellos hombres y mujeres que, efectivamente, presentían que lo estaba ocurriendo en España era solo el inicio de algo, si cabe, más terrible, vieron confirmados sus temores. Varias de las protagonistas de nuestro libro se volcaron con la República porque como reporteras, personal sanitario o políticas había aprendido ya la lección a través de lo que estaba pasando en la Alemania nazi, lo que Mussolini pretendía con la invasión de Etiopía, o lo que en sus propias países clamaban los grupos  fascistas. España, en efecto, era solo el comienzo.

-Además de periodistas o cronistas había parlamentarias. ¿Quiénes fueron las que dejaron más huella?

-Muchas mujeres se volcaron en la ayuda a la República y de muchas maneras. Protestando contra la política de no-intervención de sus gobiernos, recaudando dinero, medicamentos y alimentos para paliar el sufrimiento de los españoles, defendiendo a través de la prensa, la radio o el escaño la legitimidad de un gobierno democráticamente elegidos en las, acogiendo en Gran Bretaña a niños españoles refugiados… Daremos tres nombres, cada una de ellas en su ámbito. La duquesa de Atholl, “la duquesa roja”, parlamentaria del Partido Conservador británico que se enfrentó a todo su propio gobierno y su política de “apaciguamiento”. La enfermera Penny Phelps, una mujer incasable en su trabajo en los hospitales españoles y que llegó a recibir el título honorífico de “Teniente Penny Phelps del Ejército de la República Española, oficial médico del batallón Garibaldi de la 15 Brigada Internacional”. Y entre las periodistas, es difícil, pero podemos mencionar a Hilde Marchant por el enfoque humano de reportajes como “Ya están aquí los bombarderos…” o “Mujeres en la cola del pan”. 

-También había y vinieron activistas, enfermeras… ¿puede que éstas estuvieran más cercanas a los que en España defendían a la II República…?

-Como hemos mencionado anteriormente, los motivos de estas mujeres eran muy variados. Desde el compromiso político más firme hasta la más absoluta indiferencia ideológica. Pero, independientemente de eso, la inmensa mayoría es cierto que trabajaron del lado de la República española. Todas las políticas que tratamos en nuestro libro se volcaron, como hemos comentado, con el gobierno legítimo. No solo porque era un golpe de estado fascista lo que se había producido sino porque lo entendía como una agresión contra todos los principios democráticos europeos. Entre el personal sanitario podemos encontrar algo más de variedad ya que la idea de algunos grupos, los cuáqueros por ejemplo, era ayudar a la población civil en general, independientemente del territorio en que se encontrase. Lo que ocurría es que esa población civil bombardeada indiscriminadamente era víctima de Franco y sus aliados. Y, de nuevo, el caso de las corresponsales era peculiar. Eran profesionales y querían cubrir la guerra a ser posible desde los dos bandos pero los permisos para hacerlo eran muy difíciles de conseguir en el lado nacional. Aquellas mujeres corresponsales que se adentraron en él se encontraron por una parte con la discriminación típica de oficiales reaccionarios que creían que aquello no era un trabajo para ellas, y con el recelo también de un régimen para el que la censura y la represión eran principios irrenunciables. Varias de ellas se jugaron la vida al ser consideradas espías al servicio de alguna potencia enemiga.

 

 

 

27041
La mirada femenina. Prensa británica y Guerra Civil en España. Daniel Pastor García, Manuel González de la Aleja Barberán (eds.)   
216 páginas      14 x 22 cms.
12.00 euros
Amarú

 

Al igual que el volumen número 5, publicado en esta

misma colección con el título La prensa británica y la Guerra

Civil española, esta obra pretende poner a disposición del

público una selección de recortes de prensa aparecidos en los

periódicos británicos sobre el conflicto en España y recogidos

por el Servicio de Información de la República española en

Londres. Este extenso y valioso conjunto documental (68 cajas

que abarcan desde julio de 1936 hasta finales de 1939) se

encuentra depositado en el Centro Documental de la Memoria

Histórica de Salamanca.

Con el presente volumen se completa ahora una tarea

que quedó pendiente entonces, la de dar a conocer reportajes

y artículos periodísticos, testimonios de primera mano, notas

de prensa, cartas al director y mensajes elaborados por las

mujeres del Reino Unido, y de otros países de habla inglesa,

que se involucraron solidariamente con la causa republicana.

Se pretende con ello, pues, dar toda la visibilidad posible a

esa mirada femenina sobre el conflicto español poniendo el

énfasis en el alto grado de compromiso político y profesional,

en la generosidad democrática y en el esfuerzo humanitario que

todas ellas demostraron en sus escritos.

En el texto introductorio que precede a nuestra selección

ofrecemos una visión general de la labor que tanto parlamentarias

o escritoras como activistas y observadoras políticas cumplieron

sobradamente. Asimismo, cabe destacar la ardua tarea de

las profesionales sanitarias y las mujeres corresponsales

que cubrieron la guerra. Todas ellas desempeñaron un papel

fundamental ya fuera para paliar el sufrimiento de la población

española o para reclamar ayuda y recaudar fondos a favor de

la República, o bien para denunciar públicamente la agresión

que el fascismo perpetraba contra un país democrático como

España.

 

Daniel Pastor García

es Licenciado y Doctor

en Filología Inglesa por

la Universidad de Salamanca.

Fue Lector de

Español en la Universidad

de Edimburgo, y

actualmente es Profesor

de la Universidad de Salamanca

donde enseña Literatura Norteamericana.

Ha sido profesor visitante en la

Universidad de Indiana, Bloomington,

e International Scholar Fellow de la

Newberry Library de Chicago, además

de profesor invitado en varias universidades

norteamericanas.

Sus áreas de investigación se centran

preferentemente en la novela

norteamericana, las relaciones entre

el género autobiográfico y la guerra,

y los escritores de habla inglesa y su

compromiso ante el conflicto bélico español.

Entre sus publicaciones relacionadas

con el tema, habría que destacar

Voluntario en España de John Sommerfield

que apareció en esta misma

colección en 2012 y “Martha Gellhorn,

corresponsal en el frente de Madrid”

en Testimonios del desastre (Gijón:

Ed. Trea, 2016).

 

Manuel González de la

Aleja Barberán nació

en Albacete, ciudad que

fuera cuartel de las Brigadas

Internacionales

durante la Guerra Civil,

en 1961. A los 18 años

se trasladó a Salamanca

para llevar a cabo sus estudios universitarios.

Allí se licenció en Filología

Inglesa, disciplina en la que se doctoró

unos pocos años más tarde.

En un principio sus intereses académicos

le llevaron por el estudio de la Literatura

Norteamericana, centrando su

trabajo en las obras de autores como

Truman Capote, Norman Mailer, Tom

Wolfe y el fenómeno del “Nuevo Periodismo

norteamericano” en general.

Más adelante su labor investigadora

se adentró en el terreno de los géneros

populares, sobre todo la novela

policíaca y la narrativa de terror, traduciendo

y editando a autores como Edgar

Allan Poe, H.P. Lovecraft o Bram

Stoker.

En 1999, junto con varios compañeros

del Departamento de Filología Inglesa,

formó un grupo de investigación

sobre la presencia de los Brigadistas y

voluntarios de habla inglesa en nuestra

guerra. Fruto de esa investigación

han sido varios volúmenes sobre el

tema. Su participación más directa se

ha producido en las siguientes obras:

Los Internacionales: English Speaking

Volunteers in the Spanish Civil War

(2009); Los ecos de la batalla: Un británico

en la carretera de la Guerra Civil

española (2012) y La prensa británica

y la Guerra Civil española (2013).

 

 

La mirada femenina de la Guerra Civil

LUIS DÍEZ

https://www.cuartopoder.es/sociedad/mujer/2018/03/12/la-mirada-femenina-de-la-guerra-civil/

 

·          

·         Un estudio histórico de los profesores Daniel Pastor y Manuel González revela el apoyo de las mujeres británicas a la República española

·         Diputadas de todas las ideologías pelearon contra la política de no intervención de Chamberlaine y Blum y mantuvieron la llama solidaria con España

·         El 71% de los británicos mantenía su apoyo a la República en febrero de 1939, cuando ya había perdido la guerra



Mujeres británicas conservadoras, liberales y laboristas se movilizaron en defensa de la democracia en España tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, encabezado por el general Franco con el apoyo interno del clero y la oligarquía y externo de Hitler y Mussolini. Aunque no consiguieron modificar la miope política de no intervención adoptada por sus felones dirigentes, contribuyeron a que, por ejemplo, el 86% de los británicos encuestados en enero de 1937 consideraran ilegal a la junta militar franquista y a su representante en Londres (después embajador), Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Alba. Ahora, con el título ‘La mirada femenina’ y el subtítulo ‘Prensa británica y Guerra Civil en España’, los profesores e investigadores de la Universidad de Salamanca Daniel Pastor García y Manuel González de la Aleja profundizan en aquella acción apasionante de compromiso político y profesional. El libro acaba de ser publicado por Amarú ediciones y es el noveno volumen de la Colección Armas y Letras que dirige el profesor Antonio Rodríguez Celada.

«En su investigación sobre la prensa británica y la Guerra Civil, los dos autores dejaron constancia del compromiso político y el esfuerzo humanitario de las mujeres anglosajonas»

Ya en su investigación sobre la prensa británica y la Guerra Civil, los dos autores dejaron constancia del compromiso político y profesional y la generosidad y el esfuerzo humanitario de las mujeres anglosajonas. Incluyeron en aquel libro, publicado en 2013, la traducción de artículos y reportajes perfectamente desconocidos en España como la curiosa semblanza que del general Franco escribió su profesora de inglés, Dora Lennard de Alonso; las crónicas de la escritora estadounidense Dorothy Parker Esta es la España auténtica y La agonía de España, y algunos reportajes conmovedores como Cirugía la la luz de las velas de la inglesa Jean Ross. Sin embargo quedaba mucha tela que cortar. En ello coincidieron Pastor y González y decidieron profundizar en su investigación.

Gran impacto tendría la visita de cuatro notables mujeres a la España en guerra. El 19 de abril de 1937, el Daily Expresstitulaba: “Las mujeres británicas abandonan Madrid”. Eran Katharine Marjory Ramsay (más conocida como Duquesa de Atholl y duquesa roja), Ellen WilkinsonEleanor Rathbone y Rachel Crowdy. Formaban parte de una delegación parlamentaria femenina encargada de recabar información sobre lo que realmente estaba pasando en ambos bandos, aunque de hecho nunca lograron adentrarse en el lado rebelde. El motivo del viaje era observar de primera mano los efectos de la guerra y convencer a los miembros del Parlamento británico de la necesidad de intervenir en el conflicto y frenar el avance del fascismo por Europa. Su informe fue publicado pocos días después y sirvió de base a algunos debates parlamentarios.

«Las flores de la primavera eran un obsequio del gobierno de la República y las bombas, un detalle de las baterías rebeldes situadas en las afueras de la heroica capital»

La duquesa Atholl era del Partido Conservador, Rathbone del Liberal y Wilkinson del Laborista. Crowdy, la cuarta, no era diputada, sino una veterana de la acción humanitaria que había dirigido en Francia y Bélgica las unidades de voluntarias destinadas en hospitales durante la Primera Guerra Mundial. Abandonaron España con los ojos doloridos. Las despidieron en Madrid “con bombas y ramos de flores”, según la información periodística. Las flores de la primavera eran un obsequio del gobierno de la República y las bombas, un detalle de las baterías rebeldes situadas en las afueras de la heroica capital.

Crowdy y Wilkinson participarían meses después, el 10 de diciembre, en un acto en el que las mujeres fueron protagonistas absolutas: la celebración en Londres del cumpleaños de Dolores IbárruriPasionaria, organizado por el Comite de Ayuda a Heridos y Dependientes, una de las muchas agencias humanitarias que se volcaron en ayuda a la España republicana y, entre otras acciones, contribuyeron a la evacuación y acogida de miles de niños vascos y cántabros. Numerosas intelectuales, escritoras y políticas se sumaron a aquel homenaje a Pasionaria. Los autores citan a las novelistas Rosamond Lehmann y Rebecca West.

«El activismo solidario de miles de mujeres anónimas, de ideología dispar y ocupaciones distintas, intentaron mitigar el dolor de un pueblo traicionado por las democracias europeas»

Fue tan solo un botón de muestra del activismo solidario con el que miles de mujeres anónimas, de ideología dispar y ocupaciones distintas, intentaban mitigar el dolor de un pueblo traicionado por las democracias europeas y masacrado por unos militares despiadados al frente de tropas mercenarias y con la maquinaria bélica alemana e italiana. Todas ellas fueron las verdaderas artífices de la creación de numerosas agencias humanitarias a nivel nacional e internacional, las encargadas de llevar la asistencia sanitaria donde se necesitaba, de trabajar por la España republicana y democrática tanto en el Parlamento británico como en las asociaciones y los comités repartidos por todo el país.

El Daily Telegraph y el Worker reproducían el 31 de agosto de 1937 una petición de auxilio de la Duquesa de Atholl al presidente de Estados Unidos, Roosevelt: “A la vista de las pruebas de fuentes británicas sobre las ejecuciones en masa de civiles en lugares ocupados por los insurgentes españoles, mi comité se atreve a rogarle que haga una llamada inmediata al general Franco para que dé su garantía personal a favor de la seguridad de los no combatientes en Santander, incluyendo a unos 100.000 refugiados vascos que se encuentran allí. Y también, si es posible, que permita la presencia de observadores neutrales”.

«Rebecca West denunciaba el maniqueísmo de ciertos sectores de la prensa británica pues insistían en presentar a los rebeldes como “una banda de inocentes patriotas”»

La escritora británica Ethel Mannin, en un folleto titulado Spain and Us(1936), firmó un artículo bajo el significativo título El crimen del embargo de armas en el que decía: “Considero el embargo de armas al gobierno español como una sanción impuesta contra un gobierno legal, elegido por la gran masa del pueblo español, y su imposición la negación de esa neutralidad que reclama, al mismo tiempo, un gobierno farsante que ha convertido a este país en el hazmerreír de Europa”. No era la única. Rebecca Westdenunciaba el maniqueísmo que se estaba generando en ciertos sectores de la prensa británica respecto a la sublevación militar, pues insistían en presentar a los rebeldes como “una banda de inocentes patriotas, como si se trataran de nobles caballeros al estilo de las viejas novelas para jovencitas que están luchando para preservar la ley y el orden contra unos bárbaros sedientos de sangre…”. Su conclusión es determinante al condenar sin paliativos la política de No intervención y la prohibición del envío de armas y soldados. La misma posición de indignación muestra la escocesa Catherine Carswell.

La rigurosa y selecta investigación de Pastor y González muestra cómo una y otra vez se hacía público el mismo dilema: entender que la Guerra Civil española era un conflicto circunscrito a un solo país y ajeno a los intereses del Reino Unido o asumir que el triunfo del fascismo en España supondría sólo un primer paso en su expansión por todos los países europeos. Las Brigadas Internacionales pasaban de ser así un ejército de proscritos a convertirse en los primeros luchadores contra el peligro que Franco, Hitler y Mussolini suponían para la paz mundial. Un magnífico ejemplo de aquéllos que adoptaron esta segunda postura lo proporciona Ellen Wilkinson en su artículo Héroes anónimos, traducido y reproducido en el libro junto con otros textos de gran interés histórico y político.

«’La mirada femenina’ también refleja la lucha de las mujeres contra la tendencia falsaria de equiparar los fusilamiento de los sublevados con los excesos de la España republicana»

‘La mirada femenina’ también refleja con gran precisión la lucha de las mujeres contra la tendencia falsaria e interesada de la prensa británica a equiparar los fusilamientos y masacres de los sublevados con los excesos que se registraron en algunas zonas de la España republicana, casi siempre protagonizados por grupos de anarquistas que rechazaban la autoridad del gobierno. Con un lenguaje claro y sencillo, el libro contiene una exposición inicial de más de cien páginas y una ordenada selección de artículos, reportajes, notas y cartas de mujeres relevantes que se significaron en la lucha por la libertad y la solidaridad humana.

Del ensayo histórico de los profesores Pastor y González se podría extraer la conclusión de que si las mujeres hubieran regido el destino de Gran Bretaña en lugar del asustadizo Neville Chamberlain y su obediente ministro de exteriores Anthony Edenla República española no habría quedado desamparada, teniendo que recurrir al suministro de armamento ruso, racionado por parte del sagaz Stalin. Pero las mujeres no mandaban en el Reino Unido, el temor a la bestia nazi guardaba la viña y además era impuesto al débil francés Léon Blum, y la democracia acabó sucumbiendo en España para vergüenza, sangre, dolor y lágrimas de aquellas llamadas “potencias democráticas” mal dirigidas por unos políticos nefastos.

Puede ser que, como decía el novelista italiano Leonardo Sciascia, estas cosas ocurrieran porque los cerdos se habían subido a los árboles o porque, como escribió Albert Camus, podemos tener razón y ser vencidos, pero, sin duda, la causa principal de la fatalidad se ha de buscar en el desprecio de la opinión de las mujeres y de la opinión pública en general. Las encuestas realizadas por el Instituto Británico de Opinión Pública lo confirman: en enero de 1937, el 86% de los británicos rechazaban, por ilegal, el llamado “gobierno nacional” de Franco; en marzo de 1938, el 57% manifestaban su simpatía por la República y la apoyaban frente al 7% que simpatizaba con el bando franquista, y un 36% se decantaba por ninguno. Y en enero de 1939, cuando la derrota republicana era ya un hecho, los porcentajes de otra encuesta le eran todavía más favorables, puesto que el 71% de los encuestados apoyaba al gobierno de la República.

Mucho tuvo que ver la acción de las mujeres en aquel sentir mayoritariamente abrumador. Y no sólo de las escritoras, políticas y periodistas, sino también de las voluntarias que se alistaron como médicas, enfermeras, traductoras, niñeras y trabajadoras humanitarias. También las madres de los miles de jóvenes que se encuadraron en las Brigadas Internacionales. De todo ello, el libro aporta ejemplos y documentos relevantes.

 

 

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