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Portada-Libro-Historia-Guar.jpgCazarabet conversa con...   Francisco Javier García Carrero, autor de “Un siglo de la historia de la Guardia Civil en Extremadura. Desde su fundación a la lucha contra el Maquis (1844-1944)” (Diputación de Badajoz)

 

 

 

 

 

 

La obra “Un siglo de historia de la Guardia Civil en Extremadura. Desde su fundación a la lucha contra el Maquis (1844-1944)”, de Francisco Javier García Carrero, ha sido la ganadora de la XVI edición del Premio “Arturo Barea” de investigación cultural que anualmente convoca la Diputación de Badajoz.

El autor es cronista oficial de la localidad de Arroyo de la Luz:

¿Qué es lo que pretende este Premio, el Arturo Barea?, la convocatoria de la Diputación de Badajoz, pretende: “destacar los mejores trabajos de investigación realizados por personas físicas extremeñas sobre cualquiera de los aspectos conformadores de la contemporaneidad española (siglos XIX y XX) que se signifiquen especialmente por su aportación al conocimiento de las formas y expresiones culturales y a la comprensión y divulgación de las mismas. Los trabajos pueden estar acompañados de cuantos materiales fotográficos, sonoros o de cualquier tipo que complementen el texto”.

Primero vamos a recordar, un poco, a este cronista y destacado escritor: https://es.wikipedia.org/wiki/Arturo_Barea

Los Premios Arturo Barea que otorga esta Diputación: http://www.dip-badajoz.es/publicaciones/lvirtual/index_colecciones.php?col=19

Aquello que nos cuenta la entidad editora, la Diputación de Badajoz, sobre este libro:

Recién iniciado el reinado de Isabel II, en el año 1844, y después de varios intentos por establecer un único Cuerpo policial que abarcase toda la geografía nacional, se fundó en los albores del liberalismo español, la institución señera  de la seguridad a lo largo de toda la historia contemporánea, la Guardia Civil española, el único organismo que nacido en pleno siglo XIX todavía se conserva en el XXI  sin excesivas modificaciones.

El trabajo analiza el  Instituto armado en Extremadura, un Tercio que no siempre coincidió con las fronteras políticas de la región objeto del estudio. Un Cuerpo desplegado no masivamente por toda la geografía regional a través de los Puestos, las casas-cuartel donde comenzaron a convivir los Guardias Civiles como soldados- policías junto a sus familias , novedad absoluta para este tipo de instituciones.

Junto al Puesto, el resto de la institución benemérita de estructura muy jerarquizada, lo componían Líneas, Compañías, Comandancias, Tercios y Zonas. Una distribución tentacular y piramidal que logró un despliegue sin precedentes para la historia de la seguridad en nuestra región.

El trabajo recupera los nombres de un buen número de los guardias civiles que estuvieron destinados en el Tercio de Extremadura durante sus primeros cien años de existencia. O lo que es lo mismo, a lo largo de todas las etapas históricas en las que la Guardia Civil siempre tuvo un importante protagonismo para el devenir de los acontecimientos. De la misma forma se hace hincapié en la actitud y posicionamiento del Cuerpo durante los primeros días de la Guerra Civil y en los primeros años del franquismo.

El autor, Francisco Javier García Carrero: Es Doctor en Historia por la Universidad de Extremadura. Al margen del Premio Arturo Barea del año 2016 por la presente publicación, García Carrero obtuvo el Premio Extraordinaria de Doctorado en el curso 2011-2012 y el Premio Luis Romero Solano en su XII Edición , año 2015. Es profesor de historia de España en el I. E. S Bioclimático de Badajoz, miembro del GEHCEx, de la Sociedad Extremeña de Historia y Cronista Oficial de Arroyo de la Luz. Autor de numerosos artículos en revistas regionales y nacionales. De la misma forma, ha participado en diferentes obras colectivas junto con otros historiadores españoles y extranjeros, la última ha sido El itinerario de la memoria—Madrid 2013—libro coordinado por el doctor Julián Chaves Palacios.

Como autor individual tiene en su haber seis monografías. Sus dos primeros trabajos publicados en la editorial Luz y Progreso—Volumen I y III—Posteriormente vio la luz, Otra historia recuperada. La crisis de los treinta en Arroyo de la luz—Badajoz 2008-; Manuel Gómez Cantos. Historia y memoria de un mando de la Guardia Civil—Cáceres  2013--, un trabajo utilizado, además, como argumento cinematográfico en el documental-largometraje Manuel Gómez Cantos, estrellas de sangre; el siguiente estudio fue Cartas y diario desde las cárceles franquistas en Extremadura—Badajoz 2014--. Su último libro ha sido Arroyo, mi caro Arroyo (Juan Ramos Aparicio, un pueblo, un maestro, un poeta) (Cáceres, 2015).

Por otro lado, la intervenido como comunicante en diversas Jornadas de Historia en Llerena y Puente de Cantos, entre otras localidades de la región extremeña. Conferenciante en diversas poblaciones de la región y profesor ponente en los Cursos Internacionales de Verano organizados por la Universidad de Extremadura en los años 2012 y 2013.

Con nosotros ya ha mantenido varios Conversa con…:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/veramurillo.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/gomezcantos.htm

Enlaces que te pueden ir bien:

https://es.wikipedia.org/wiki/Guardia_Civil

http://www.hoy.es/planes/siglo-historia-guardia-20171109001113-ntvo.html

http://www.dip-badajoz.es/agenda/index.php?id=3&agenda=10874

 

 

Cazarabet conversa con Francisco Javier García Carrero:

gc-(6).jpg-Amigo Francisco, ¿qué es lo que te activa o te inspira a escribir sobre la historia de la Guardia Civil en Extremadura?; ¿qué pretensión querías saciar con esta publicación?

En primer lugar en Extremadura no existía un análisis de la historia del Instituto armado. Y muchos menos que su autor no profesase esa profesión. Los pocos estudios parciales que existen sobre la Guardia Civil estaban redactados por historiadores que son también guardias civiles. Y en segundo lugar porque los historiadores debemos profundizar en los estudios internos de las instituciones militares en general y de la Guardia Civil en particular para poder entender mejor nuestro presente. Hemos pretendido que el estudio fuese riguroso, aunque la crítica la dejo para los lectores, y a pesar que la imparcialidad absoluta sea complicada cuando te adentras en una cronología que abarca años de Guerra Civil y posguerra.

-Además, te remontas a su fundación. ¿Cómo calificarías sus comienzos?

La verdad es que el Estado llevaba ya varios años intentando crear el Cuerpo único de seguridad, al menos desde la llegada de los ministros ilustrados al Gobierno de la monarquía borbónica. Las instituciones encargadas de la seguridad hasta entonces, Hermandades, Apellido, Migueletes, Rondas Volantes, etc. dejaban mucho que desear, eran cuerpos poco disciplinados y de efectividad escasa por no decir nula. Este apartado se estudia en los primeros capítulos como precedentes del Instituto armado y su creación en 1844.

-Pero remontémonos a cómo se protegía a la población antes de la creación del Cuerpo, más que nada teniendo en cuenta que Extremadura es un muy amplio territorio y muy ruralizado, sobre todo en aquellos años.

En Extremadura, al igual que en el resto de España, existieron diversos cuerpos de seguridad y dirigidos por diferentes colectivos, unos dependientes de iniciativas particulares, autoridades territoriales, municipales, por señores laicos o eclesiásticos y otros dependientes de la iniciativa estatal o sus aledaños. Son todos cuerpos de seguridad que podríamos definirlos como “ensayísticos”, pero que, a diferencia de la Guardia Civil, la mayoría de ellos tuvieron una efectividad muy limitada por no decir una escasísima operatividad, y que por tanto nunca protegieron a las personas de manera firme.

-Digamos que en el primer capítulo: territorio a territorio vas tomando el pulso a quién guardaba el territorio en muchos otros lares algunos de ellos muy lejos de tu  Extremadura, ¿no?

Efectivamente, hemos querido indagar, y antes analizar en profundidad la creación de la Guardia Civil, en la mayor parte de los distintos “ensayos” de seguridad que hubo en nuestro país. Algunos lejanos en el tiempo y que se habían mantenido en muchos casos hasta el siglo XVIII, aunque languideciendo (Hermandad, Apellido, Somatén, Guardas del General, Ballesteros del Centenar o Migueletes). Con la llegada de los Borbones se implantaron nuevos Cuerpos que también se analizan como nueves precedentes del Cuerpo definitivo. Ahí aparecen los Mozos de Escuadra, Rondas del Pirrot, Caudillatos, etc., unos organismos que también se estudian en el trabajo en estos primeros capítulos.

gc2-(2).jpg-Seguramente, entre ellos, tenían puntos en común, pero también diferencias. Háblanos un poco de todo ello.

A excepción de los Mozos de Escuadra, cuya dependencia orgánica era del Capitán General de Cataluña, y que sí cumplió a lo largo del siglo XVIII con su misión de proteger personas y bienes, y única fuerza de seguridad profesionalizada que hubo en España antes de la fundación de la Guardia Civil, y por tanto lo que podríamos afirmar como Cuerpo “hermano”, con el resto de las instituciones de seguridad, la Guardia Civil tuvo pocas cuestiones en común. Y entre ellas, tampoco eran demasiadas las concomitancias. Podemos afirmar que la persecución de malhechores y gente de mal vivir era la única de las funciones en la que coincidieron todas. A partir de ahí, organización, hombres, despliegue, mandos, etc. todas eran muy diferentes las unas de las otras.    

-¿Es la influencia del liberalismo lo que lleva a aglutinar la seguridad de un Estado en un Cuerpo?

Efectivamente, el establecimiento del Nuevo Régimen en España es primordial para entender los motivos por los que será en este instante, y no en otro, cuando se establezca en España la Guardia Civil. La fundación del Cuerpo está ligada a los profundos cambios que en la estructura de la propiedad estaba produciendo la Reforma Agraria Liberal. El proceso desamortizador de unos años antes provocó que el Instituto armado fuese el encargado de proteger el patrimonio de los nuevos compradores. La propiedad privada de la burguesía o de la nobleza que había adquirido las tierras, que hasta entonces había sido públicas, y de utilización en muchos casos por parte de las clases menesterosas de la sociedad, entró como una de las parcelas básicas de control del nuevo Cuerpo de seguridad. Y este aspecto es fundamental en una región como Extremadura donde las tensiones sociales en atención a la desigual distribución del agro fueron casi permanentes, e incluso explosivas durante los años de la Segunda República.

- ¿La idiosincrasia del Cuerpo era muy vertical, muy piramidal, como muy de ordeno y mando?

El Instituto armado efectivamente tenía una estructura piramidal y tentacular. En la cúspide del entramado benemérito se encontraba la Dirección General o Inspección General, dependiendo de la etapa histórica recibe un nombre u otro. En una escala inferior estaban las Zonas, Tercios, Comandancias, Compañías, Líneas y Puestos. Todo un engranaje que abarcaba todo el territorio del Estado y cuya presencia trataba de acercarse a todos los rincones de la “Patria”, cartel que recogía todas y cada una de las casas-cuarteles de la Guardia Civil. Una apuesta, por cierto, completamente innovadora en el contexto militar español. Por primera vez una institución de este tipo albergaba en un mismo espacio físico a militares y civiles.

-Pero siguieron conviviendo con cuerpos u otras entidades como los Guardias de Asalto y los Carabineros. ¿Cómo fue la convivencia? Y ¿qué asignaciones tenían cada uno de estos cuerpos?

Son Cuerpos de seguridad distintos y cada uno con funciones propias. Carabineros fue una institución creada durante el reinado de Fernando VII y fundamentalmente ligados a la prevención del fraude y el contrabando en la frontera. Su posicionamiento mayoritario a favor de la República provocó su extinción cuando finalizó la Guerra Civil. Franco decidió incorporar sus funciones a la “nueva” Guardia Civil. Los Guardias de Asalto eran un Cuerpo policial creado durante la Segunda República. Su nacimiento tuvo dos objetivos, el primero mantener el orden público en las ciudades, descargando de esta función a la Guardia Civil, que quedaría más para los ámbitos rurales; y por otra parte, crear una fuerza de seguridad de fidelidad contrastada hacia el régimen republicano.

gc-(4).jpg-Y no nos olvidemos de El Somatén, omnipresente en toda o casi la totalidad del Estado... ¿cómo era, por ejemplo, con estos, la relación?

El Somatén es una de las instituciones más antiguas de la seguridad española y en principio ligada a Cataluña. Se hace un repaso de su funcionamiento desde su origen. Suprimidas después de la Guerra de Sucesión a la Corona española, fueron “desempolvadas” a finales del XVIII y posteriormente, durante la Dictadura de Primo de Rivera, dándoles un impulso para todo el Estado español. Una fuerza que volvió a tomar un gran protagonismo durante la dictadura franquista y dependientes de los gobernadores civiles y de la Inspección de la Guardia Civil en cada Zona. Fue un valor añadido al Cuerpo para su lucha contra los desafectos que todavía existía por diversas sierras españolas (maquis).

-¿A lo largo de la historia ha evolucionado la Guardia Civil en Extremadura?, ¿cómo y de qué manera?

La evolución del Instituto armado a lo largo de los 100 años que hemos estudiado, y como sucedió con el resto del país, fue profundo. El éxito de la institución resultó evidente y muy pronto se observó como un Cuerpo básico para asegurar el orden público y el control ciudadano. Prácticamente podemos decir que a pesar de las reticencias que mantenían algunos partidos políticos cuando no estaban gobernando, todos y cada uno de ellos se apoyaron en la Guardia Civil para tratar de lograr sus fines una vez que llegaban al poder.

-¿Es en los períodos dictatoriales cuando este Cuerpo tiene más fuerza intimidatoria?, seguramente Extremadura no será una excepción.

Efectivamente, será durante la dictadura franquista cuando el Cuerpo se puso a las órdenes de la nueva realidad surgida de la Guerra Civil. El Instituto anterior fue profundamente purgado, y desde 1939 podemos afirmar que la nueva realidad fue la de “guardias para una dictadura”. Una guardia civil militarizada a las órdenes sin fisuras de la Nueva España. Tan es así que en 1940 la Guardia Civil quedó completamente refundada, la Guardia Civil “nueva”, con el Cuerpo de Carabineros subsumidos dentro de esa nuevo Instituto.  

-¿Se nota en el Cuerpo la llegada de la República, sobre todo en los tiempos en los que estaba al mando la izquierda? ¿Se volvía más autoritaria e intimidatoria su presencia por ejemplo en el Bienio Negro? Independientemente de que el Gobierno fuese uno u otro, ¿ellos usaban la fuerza ante la conflictividad rural?

La verdad fue que la República trató de aminorar la exclusividad que tenía la Guardia Civil en la consecución del orden público. De ahí la creación del Cuerpo de Seguridad y Asalto, cuya misión era descargar a la Guardia Civil de los enfrentamientos con grandes aglomeraciones, tal y como antes señalamos. Independientemente de ello, bien es cierto que con la República se abrió una etapa de intensa conflictividad social en el mundo rural extremeño como nunca se había conocido. La fórmula del conflicto no varió en exceso de etapas anteriores. Los asaltos a fincas fueron constantes y la mayor parte de las veces la Guardia Civil se vio completamente superada. Diversos sucesos, como el de Castilblanco, dramático para la Benemérita, provocó que la actuación de los guardias en otras ocasiones similares fuera contundente para la población. Un número importante de jornaleros extremeños perdieron su vida durante estos años, independientemente de la etapa política de Gobierno en Madrid. Aunque, evidentemente, sin parangón en cuanto a cifras con lo que sucedió después de la Guerra Civil.  

gc-(5).jpg- Durante la República hubo, dentro de Extremadura, entre las provincias Cáceres y Badajoz hechos diferenciales?  ¿En qué?

La conflictividad campesina y obrera durante la Segunda República fue constante. Hubo sucesos en ambas provincias que acabaron de manera trágica. El patrón de comportamiento fue siempre similar. Manifestaciones tumultuarias, casi siempre ligadas al problema del desigual reparto de la tierra, que trataban de controlarse por unos pocos números de la Guardia Civil que no tuvieron reparos en disparar contra las masas. Aunque es cierto que cayeron abatidos varios miembros del Cuerpo, el mayor número de muertos y heridos pertenecieron a las capas más desfavorecidas de la sociedad extremeña. Además de Castilblanco, que fue el más mediático de todos, hubo sucesos terribles y estudiados en el trabajo en Hornachos, Zarza de Granadilla, Miajadas o Alconchel, entre otros.

-¿Qué implicación o qué papel jugó la Guardia Civil en el Golpe de Estado del 36?

Esta es una de las partes esenciales del libro. Hemos podido hacer un estudio en profundidad de la actitud y de la implicación de la oficialidad en la trama golpista de 1936. En Extremadura, como sucedió en todas las Comandancias de España, no hubo un posicionamiento monolítico. Hubo guardias que decidieron apoyar al Gobierno legítimo de la República y otros que decidieron hacer caso omiso de su juramento y ponerse a favor de los rebeldes. Hemos analizado casi pueblo por pueblo cuál fue la actitud de los guardias y las consecuencias que les acarreó esa decisión. Como sucedió en Cataluña con el general Aranguren que fue fusilado por apostar por la República. En Extremadura también tenemos nuestro particular Aranguren, el comandante Vega Cornejo como jefe accidental de la Comandancia en Badajoz, que no la sublevó y fue uno de los primeros que fueron asesinados una vez que Badajoz cayó en manos de Yagüe en agosto de 1936.   

-¿Hasta qué punto actuaron como esquiroles o delatores?,  porque eran de los que conocían a todos los ciudadanos y ciudadanas en este conflicto que tanta sangre derramó en Extremadura.

Ya sabemos que la Guardia Civil sublevada y puesta al servicio de los rebeldes, junto a los falangistas de cada población, y con la ayuda del estamento eclesiástico, fueron los elementos claves para poder hacerse con el control absoluto de toda Extremadura. Una triada que durante los años del Primer Franquismo prácticamente no tuvo ninguna fisura. Aunque también es cierto, como hemos señalado en una pregunta anterior, que hubo un número importante de guardias civiles, y en atención a su juramento de fidelidad, que siguieron a las órdenes del Gobierno legítimo de la República. Una actitud que luego pagaron muy cara.  

gc-(3).jpg-Y claro, después de la contienda son la punta del iceberg del Régimen, retroalimentado por entidades como el Somatén. Aunque supongo que el Maquis debió de jugarles más de una mala pasada, ¿no?

La Guardia Civil del franquismo se constituyó como un Cuerpo no al servicio del pueblo sino al servicio del Estado ganador de la “Cruzada”. De esta forma, los guardias civiles se pusieron al servicio exclusivo de la dictadura franquista después de lograda una “purga” completa de todos aquellos que no se habían pasado a la zona sublevada. En ese servicio al nuevo Estado, y durante estos primeros años, su función primordial fue la de tratar de erradicar a los guerrilleros antifranquistas que pulularon por todas las sierras españolas en general y por las extremeñas en particular. Una lucha contra guerrillera que tuvo episodios dramáticos en nuestra región tanto para los guerrilleros, en un número mucho más elevado, (Las Villuercas o La Calera) como para las fuerzas del orden (Mesas de Ibor), donde, paradójicamente, tres guardias civiles fueron ejecutados por orden de su propio mando.

-Amigo, háblanos de este apasionante, siempre, proceso de documentación e investigación que ha debido de ser muy, muy trabajoso. ¿Cómo ha sido?; ¿te han abierto bien las puertas?

El proceso de investigación ha sido largo. Son numerosos los archivos locales, provinciales y nacionales que he tenido que visitar. Archivos básicos para este estudio han sido el de la Comandancia de la Guardia Civil en Badajoz, que también era sede de Tercio, y el del Ministerio del Interior, Sección Guardia Civil en Madrid.  Evidentemente, sin la colaboración de la actual Guardia Civil, que en nada se parece a la que yo he estudiado en muchos de los casos, este trabajo nunca hubiese visto la luz o hubiese tenido bastantes más lagunas. Las puertas han estado abiertas y la colaboración de muchos de sus actuales mandos en Extremadura ha sido total. Desde aquí mi agradecimiento más sincero al igual que a mi director de Tesis, Julián Chaves Palacios que supo encauzar este trabajo. De la misma forma, quiero agradecer al doctor Sánchez Marroyo por su prólogo y al resto de profesores de la Universidad de Extremadura, institución de la que he aprendido todo. 

 

 

 

 

 

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Un siglo de la historia de la Guardia Civil en Extremadura. Desde su fundación a la lucha contra el Maquis (1844-1944). Francisco Javier García Carrero   
520 páginas       23 x 16 cms.
22.00 euros
Diputación de Badajoz



Recién iniciado el reinado de Isabel II, en el año 1844, y después de varios intentos por establecer un único Cuerpo policial que abarcase toda la geografía nacional, se fundó en los albores del liberalismo español, la institución señera de la seguridad a lo largo de toda la historia contemporánea, la Guardia Civil española, el único organismo que nacido en pleno siglo XIX todavía se conserva en el XXI sin excesivas modificaciones. El trabajo analiza el Instituto armado en Extremadura, un Tercio que no siempre coincidió con las fronteras políticas de la región objeto de estudio. Un Cuerpo desplegado no masivamente por toda la geografía regional a través de los Puestos, las casas-cuartel donde comenzaron a convivir los guardias civiles como soldados-policías junto a sus familias, novedad absoluta para este tipo de institución. Junto al Puesto, el resto de la institución benemérita, de estructura muy jerarquizada, lo componían Líneas, Compañías, Comandancias, Tercios y Zonas. Una distribución tentacular y piramidal que logró un despliegue sin precedentes para la historia de la seguridad en nuestra región. El trabajo recupera los nombres de un buen número de los guardias civiles que estuvieron destinados en el Tercio de Extremadura durante sus primeros 100 años de existencia. O lo que es lo mismo, a lo largo de todas las etapas históricas en las que la Guardia Civil siempre tuvo un importante protagonismo para el devenir de los acontecimientos. De la misma forma, se hace hincapié en la actitud y posicionamiento del Cuerpo durante los primeros días de la Guerra Civil y en los primeros años del franquismo.

 

 

 

 

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