Cazarabet conversa con... Inmaculada Real López, autora de “Un dialogo entre supervivientes. Eugenio Granell y
Vicente Llorens” (Alvarellos)
Inmaculada Real López edita en Alvarellos el diálogo epistolar, desde el exilio, entre
Eugenio Granell i Vicente Llorens.
El trabajo de Inmaculada, como siempre, es
ejemplar por su entrega, minuciosidad, rigor y por el entusiasmo en la
investigación entre estos dos supervivientes y artistas exiliados que optaron
por no perder la comunicación, gracias al género epistolar.
Puede que descubramos que los artistas se
comuniquen de una manera especial.
La sinopsis del libro:
Las cartas inéditas entre el pintor
surrealista gallego Eugenio Granell y el historiador valenciano Vicente
Llorens: cuatro décadas de amistad y exilio. Incluye un amplio estudio
introductorio de la especialista y descubridora de estos textos Inmaculada
Real.
A Eugenio F. Granell (A Coruña, 1912 – Madrid,
2001) le gustaba charlar por escrito, en cartas extensas y mecanografiadas que
le ayudaban a evadirse del destierro y a combatir la soledad. Este libro Un
diálogo entre supervivientes: Eugenio Granell y Vicente Llorens, surge tras la
localización por parte de Inmaculada Real, doctora en Historia del Arte e
investigadora de la Universidad de Zaragoza, de más cien cartas inéditas
intercambiadas entre Eugenio Granell y el historiador Vicente Llorens
(Valencia, 1906 – Cofrentes, 1979), durante sus más de cuatro décadas de
amistad, desde su encuentro en el exilio de la República Dominicana en los años
40.
Resulta sorprendente el hecho de que hasta
ahora haya pasado tan desapercibida la relación que hubo entre el escritor
valenciano —reconocido como el mejor historiador de los exilios culturales— y
el pintor gallego —considerado como el último surrealista español—. Sin
embargo, la correspondencia que aquí se recopila transcrita y documentada nos
informa del valor de este testimonio directo, con cartas que abren un
interesantísimo espacio de reflexión sobre sus respectivas diásporas.
La transcripción de las cartas está precedida
por un detenido estudio introductorio donde la autora analiza los puentes
culturales entre los desterrados y la España franquista, la ardua vida del
exiliado —especialmente los problemas económicos y la vida nómada de Granell—,
las bibliotecas perdidas por la Guerra Civil y el empeño de nuestros
protagonistas por volverlas a reconstruir y, finalmente, la crónica del
retorno, con grandes dudas, temores y enormes interrogantes sobre qué se
encontrarían en España
La autora, Inmaculada Real López: Toledo,
1984) es Investigadora postdoctoral en la Universidad de Zaragoza y miembro del
Instituto Universitario de Investigación en Patrimonio y Humanidades. Ha sido
profesora e investigadora en la Université de Rouen-Normandie y comisaria de exposiciones en España y
Francia. También ha colaborado en instituciones como el Musée
National Picasso-Paris. Autora de varios libros, su
principal línea de investigación es "El retorno artístico del patrimonio
del exilio", tema de su tesis doctoral publicada en 2016. Ha publicado,
además, entre otros, "El Museo Gallego de Arte Contemporáneo Carlos
Maside" (2018).
Vicente Llorens: https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Llorens
Eugenio F Granell: https://es.wikipedia.org/wiki/Eugenio_Granell
Nosotros ya hemos hablado con Inmaculada en
más de una ocasión:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/laboratorioformas.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/blascoferrer.htm
Cazarabet conversa con Inmaculada Real López:
-Amiga
¿qué es lo que te llevó a investigar sobre la relación epistolar entre
estos dos intelectuales exiliados a raíz de la Guerra de España Eugenio Granell,
el último artista surrealista del que se considera que es el último artista
consolidado y trascendental en este estilo, y el historiador de los exilios
culturales Vicente Llorens?
-En realidad, no se trata del primer
epistolario que investigo, ya había realizado otro con anterioridad sobre Vela
Zanetti y Victoriano Crémer, y me di cuenta que las
cartas me aportaban una información inédita que no encontraba en otros estudios
ni fuentes. En el libro de Granell y Llorens, la motivación ya venía de la
experiencia anterior, buscaba ampliar horizontes de este otro de artista
exiliado que he investigado en repetidas ocasiones. Conocía que las cartas de
Granell estaban en el Fondo Llorens de la Biblioteca Nicolau Primitiu, sin embargo, necesitaba completar la otra parte
para reconstruir el diálogo epistolar. Por este motivo, pedí a la Fundación
Eugenio Granell que comprobara en su archivo cuántas cartas había de Llorens,
siguiendo mis cálculos debían ser numerosas, y así fue. Más de cincuenta. Esta
parte era completamente inédita, nunca había sido investigada. Se trataba de
una nueva aportación, además de ser el epistolario hasta ahora más extenso
conservado del “historiador de los exilios”.
- ¿Cuál de las dos figuras te
aproximó más a escribir este libro o fue desde ese encuentro que es
toparse con este tesoro epistolar?
-El inicio de esta investigación se debe a mi
interés por la figura de Eugenio Granell, sin embargo, este libro también tiene
esa parte de hallazgo casual, primero de la parte del epistolario que había
localizado, después en busca de la parte complementaria.
-¿Hay
o hubo algún incentivo, a parte de lo comentado anteriormente, y que
como historiadora del arte y estudiosa de las humanidades y del patrimonio qué
te ha hecho investigar sobre esto?
-Como investigadora del patrimonio del exilio,
me interesa la construcción de los diferentes puentes culturales y epistolares,
a veces desde España y la diáspora, otras veces desde los numerosos países de
arribo. Este estudio viene a enriquecer el diálogo que mantuvieron los
desterrados y realizar aportaciones a la disciplina histórico-artística.
También me interesa poner en valor el papel tan importante que desempeñan las
instituciones para la conservación del patrimonio memorialista.
-¿Por
qué lo titulas, al libro, Diálogo entre supervivientes?...¿se sentían supervivientes
porque, además de verse amenazados sintieron que sobrevivieron…?
-En realidad, el título está sacado de una
carta de Granell, él mismo define esta conservación epistolar como “Un diálogo
entre supervivientes” y me pareció que lo más acertado era respetar la
definición que él mismo dio a esta amistad.
-¿Cómo sabes de esa relación
epistolar que arranca de conocerse en el exilio en el año 1940? -¿Cómo se conocen, pero es de pensar que, aunque no
personalmente, ellos ya se conocían….que uno sabía del otro?
-Este dato nos lo ofrece el propio Granell,
con motivo del homenaje a Llorens que tuvo lugar en 1979, apenas unos meses
antes del fallecimiento del escritor, el pintor intervino en el acto señalando
que tuvo la fortuna de conocerle en República Dominicana en 1941. Sin embargo,
todo apunta a que se trata de 1940, porque en una carta que le envía su amigo Rubia Barcia, fechada en 1940, le
adjunta una carta a petición de Llorens. Estos dos datos permiten
aproximarnos con mayor precisión al origen de esta amistad, al mismo tiempo que
se despeja la duda de que no se conocían con anterioridad.
-¿Has
logrado tener esa correspondencia en tus manos, cómo llega a través de qué?.
-En ambos casos, se trata de epistolarios que
he trabajo directamente con ellos, que pude consultar in situ y conocer la transcendencia de este volumen. En el caso de
la Biblioteca Nicolau Primitiu como la Fundación
Eugenio Granell, son instituciones con las que estoy en estrecho contacto, por
lo que no me resultó difícil acceder a estos documentos y poder transcribirlos.
- ¿Enseguida viste que allí
había filón para escribir un libro?
-Completamente. El libro partía con dos
grandes novedades. Primer lugar, nunca se había abordado la importancia de esta
amistad, en segundo lugar, era el primer gran epistolario de Vicente Llorens
que salía a la luz. Este trabajo ha pasado a convertirse en una fuente de
estudio ineludible para estas dos grandes figuras del exilio, especialmente
porque las cartas aportan nuevos datos hasta ahora desconocidos.
-¿Cómo de intensa llegó a ser
esta relación que se mantenía epistolarmente a distancia?; hay que tener mucha
humanidad y generosidad y eso mirado, desde la perspectiva de hoy en
día, ya sé que las comparaciones son odiosas--para esas personas que por que
están muy atareadas no tienen ni un segundo para una conversación ni
telefónica---tiene mucho mérito..
-Es uno de los aspectos a valorar, el tiempo
que dedicaban a sus amistades poniéndolas al corriente de todo cuanto les
acontecía… Si miramos el importante volumen de cartas que ambos escribieron,
debieron de ser muchísimas las horas que consagraron a esta labor. Pero también
se convertía en un ejercicio para combatir la soledad, para mantener vivo un
vínculo frágil que ponía a prueba la distancia y el paso del tiempo.
La amistad de Granell y Llorens fue más
importante de lo que se podría pensar, era casi un afecto familiar. De hecho,
el escritor ayudó a promocionar la carrera del pintor en Puerto Rico, también
lo intentó en Estados Unidos. A su vez, fue el “mensajero mágico de Granell”,
tal cual lo define este último, porque en los viajes que hizo el escritor a
España a partir de 1957, visitaba con frecuencia a los padres del pintor, a
petición de este.
-¿Cómo eran el uno y el otro como
personas porque se les conoce más desde su dimensión artístico-cultural?
-Las cartas nos permiten conocer a un Llorens
que vive desolado una vez alcanzada la culminación de su carrera, porque nunca
llega a olvidar los mejores días de Santo Domingo cuando, aún jóvenes, soñaban
con volver a España. De ahí, sus numerosos estudios sobre la emigración y el
retorno del desterrado. Mientras que Granell, tiene muchas dificultades
económicas para sobrevivir, su vida era una “noria” como él la definía, con
muchos trabajos que simultaneaba al mismo tiempo para salir adelante.
-¿Por
qué se afirma que Granell es el último artista surrealista español con lo que
es y ha dado, en este país, el surrealismo y con lo que, creo, todavía se bebe
de él?
-Se enmarca en la corriente internacional de
una forma ya tardía, cuando el movimiento estaba en pleno apogeo en Francia, de
hecho, fue gracias al encuentro con André Breton en República Dominicana el
motivo de su inmersión en esta estética. Convivió con esta generación coetánea
a su época, como pintor, coleccionista y escritor adscrito al surrealismo.
-Llorens, ¿cómo logró
convertirse en el especialista cultural del exilio?; ¿había que tener unas
habilidades y unas características especiales?
-Su primera investigación cuando llega al
exilio fue la discontinuidad cultural, comienza a explorar las numerosas
interrupciones que la cultura española ha sufrido desde la edad media hasta
aquellos años de forma cíclica. Este interés por conocer más de cerca la
condición del desterrado y las circunstancias históricas, le lleva a estudiar
diferentes periodos y se centra, especialmente, en el siglo XIX y el exilio de
la Guerra Civil. Quería dejar testimonio del destierro vivido en primera
persona, de ahí su gran obra, Memorias de
una emigración. Santo Domingo, 1939-1945.
-¿Cómo
ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que, además tiene mucho a
ver con el proceso de documentación?, porque, cómo se investiga sobre libros en
los que la base tiene que ser la relación epistolar?
-En este tipo de estudios la primera fase es
conocer detenidamente el contenido de las cartas, paralelamente recopilar la
mayor información posible sobre nuestros protagonistas, para ubicar en el
tiempo y saber a qué periodo corresponden las cartas cruzadas. De esta manera,
podremos conocer mejor los temas que tratan. Una vez construido este esquema
comienzan la siguiente fase, cruzar datos, plantearse hipótesis y buscar
respuestas, crear un discurso que guie el trabajo, argumentar y sacar las
conclusiones más importantes.
-La
investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello…el
aproximarse a testimonios más o menos directos sobre vuestro trabajo o sobre
personas que los conocieron, trataron, conocieron de su relación…es una tarea
que requiere de mucho trabajo, minuciosidad, pero también de mucha
gratificación… ¿qué nos puedes decir?
-Los epistolarios es una de mis líneas de
estudio preferidas, porque teniendo en cuenta que investigo a los artistas del
exilio, a veces muy desconocidos, es la única manera de saber de ellos en
primera persona. Las cartas me permiten saber de cerca la
parte no artística y comprender mucho mejor la experiencia del destierro, los
problemas a los que enfrentaron, los sentimientos, etc., pues todo ello tiene
un impacto directo en sus obras. Por tanto, resulta imprescindible acercarse
primero a la parte personal para comprender mejor la faceta artística.
-¿Y
qué metodología de trabajo sueles seguir? ¿Trabajas sobre un guion de
cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?
-La metodología depende del trabajo al que me
enfrente, en ocasiones parto de documentación localizada, como es el caso de
este libro, entonces hago una primera exploración del contenido para plantear
un guion y un discurso de trabajo. Otras veces, me planteo una hipótesis a la
que intento dar respuesta, es entonces cuando, investigo, me documento y voy
construyendo el discurso.
-¿Por qué tengo la sensación de
que con este libro y “tratando” a estos dos personajes te lo has pasado muy,
muy bien? ¿por qué creo que este trabajo te puede abrir la mente sobre estos
dos personajes o sobre…?
-La vida en el exilio. Ha sido muy interesante
conocer la gran red de contactos que se tejieron, saber cuáles fueron sus
principales temores y preocupaciones, las impresiones que intercambiaron sobre
España, el retorno, la vida nómada y las constantes mudanzas y, finalmente, el
anhelo por tener una casa en España. Ambos finalmente la tuvieron.
-Amiga, ¿cómo ha sido trabajar
con Alvarellos?
-Ha sido muy fácil y una gran oportunidad
haber realizado este libro con Alvarellos. Son
grandes profesionales y realizan la edición del libro con dedicación y esmero.
Ha sido todo un privilegio.
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