La Librería de El Sueño Igualitario

978-620-2-10540-8-full.jpgCazarabet conversa con...   Inmaculada Real López, autora de “El Laboratorio de Formas y las políticas de la memoria. Recuperar las huellas del pasado” (Editorial Académica Española)

 

 

 

 

 

 

 

Editorial Académica Española edita un libro que da un paso adelante en conocer y recocer la memoria histórica desde la pluma de Inmaculada Real López.

Pero no solamente en conocerla y reconocerla, el libro va más allá por la manera que tiene Inmaculada Real de “tratar” el tema y de profundizar en él….

Lo que nos explica el libro, su sinopsis, desde la Editorial Académica Española:

Este estudio aborda la Recuperación de la Memoria Histórica con motivo de la Guerra Civil española. Se plantea la necesidad de ir más allá y crear unas políticas culturales memorialísticas para salvaguardar los legados de la diáspora. Asimismo, se recoge cómo este patrimonio no ha sido incluido en los textos legales creados desde la instauración de la democracia hasta la actualidad, lo que ha supuesto un lento proceso de  de conservación y revalorización del arte del exilio. Estas ausencias se contraponen en EL LABORATORIO DE LAS FORMAS, un proyecto cultural que fue impulsado en el exilio argentino por Luis Seosane e Isaac Díaz Pardo para restaurar la identidad y la memoria histórica. Esta empresa consiguió,  en el período del tardofranquismo fundar el Museo Galego del Arte Contemporáneo Carlos Maside, con obras procedentes de la diáspora; la creación de Ediciós do Castro, con una comprometida línea de publicación y la restauración de la Fábrica de Sargadelos, símbolo de la identidad y los orígenes de la cultura gallega. De este modo, se estableció un vínculo entre pasado y presente, memoria y patrimonio cultural a través de unas reflexiones que no se han vuelto a plantear.

Su índice:

Índice

1. PRESENTACIÓN POR JESÚS PEDRO LORENTE ..... 5

2. INTRODUCCION .. 7

2.1 Restaurar la memoria (ante el olvido), recuperar el patrimonio perdido . 14

3. EL LABORATORIO DE FORMAS, UN PROYECTO CULTURAL CONTRA LA DESMEMORIA .. 19

3.1 Introducción .. 19

3.2 La identidad gallega y el compromiso político republicano ... 23

3.3 La dispersión y el olvido de una generación de intelectuales gallegos  29

3.4 El exilio gallego en Argentina  34

3.5 Díaz Pardo y Luis Seoane: la reintegración de la identidad en el exilio . 39

3.6 El Laboratorio de Formas: un proyecto del exilio en la España franquista . 52

3.6.1 El Museo Gallego de Arte Contemporáneo Carlos Maside ... 61

3.6.2 Otras propuestas para la recuperación del nacionalista gallego Castelao  67

3.7 El devenir del Laboratorio de Formas ... 75

4. LAS POLITICAS DE LA MEMORIA HISTORICA Y SU RECUPERACION EN ESPAÑA .. 79

5. PROYECTOS PARA LA RECUPERACIÓN Y LA CONSERVACIÓN DE LOS ESPACIOS MEMORIALES .. 91

6. BIBLIOGRAFÍA . 105

 

La presentación del libro a cargo de Jesús Pedro Lorente:

Galicia ha sido durante muchos años tierra emisora de emigrantes, pero ese fenómeno cobró tintes aún más dramáticos tras la Guerra Civil, que empujó al exilio a muchos gallegos cuyas ideas y trayectorias vitales eran poco adictas al bando vencedor. Algunos tardaron en regresar o no lo hicieron nunca, incluidos no pocos artistas e intelectuales, que no sólo quedaron geográficamente separados de sus orígenes sino también disociados de su comunidad cultural. Aunque algunos de esos trasterrados triunfaron profesionalmente en el extranjero, a sus compatriotas apenas les llegaba información sobre ellos, o viceversa. La brecha así abierta no era fácil de coser, pero con el tiempo el franquismo fue mostrando cierta tolerancia liberal, para ser mejor admitido internacionalmente, y el proceso se intensificó a medida que bastantes exiliados fueron regresando, en las postrimerías de la dictadura o ya en plena transición democrática. Ese reflujo fraternal fue permeando tanto los medios de comunicación generalistas, como la bibliografía especializada y, por supuesto, el sistema artístico. Quizá uno de los mejores paradigmas de esta progresiva sutura cultural fue hilvanándose a partir de la fábrica de Cerámicas do Castro en el concejo coruñés de Sada, pues no sólo se vinculó con el ilustre precedente histórico lucense de Sargadelos, sino que además abrió otra fábrica en Argentina, destino americano favorito de tantos gallegos, concretamente en La Magdalena, provincia de Buenos Aires. Ese hilo trasatlántico anudó iniciativas galleguistas de todo tipo bajo la marca de Laboratorio de Formas, incluyendo la editorial Ediciós do Castro, el Seminario de Estudos Galegos, y el Museo de Arte Contemporáneo Carlos Maside. Todas ellas, pero especialmente el museo, protagonizan este estudio de Inmaculada Real, historiadora del arte y museóloga que cuenta con reputación internacional por sus investigaciones sobre los museos dedicados a los artistas del exilio republicano español. Muy apropiadamente, destaca la autora la peculiaridad de este caso por ser tan pionero (abrió en 1970) y porque, a pesar de llevar el nombre de Carlos Maside, su colección reúne obras de variadas procedencias o autorías, no sólo del artista epónimo, mientras que las fundaciones museísticas en honor de nuestros exiliados serían habitualmente instituciones monográficas consagradas a los artistas respectivos (yo sólo conozco otra excepción, mucho más modesta: el Museo de Arte Contemporáneo Hispano-Mexicano de Alagón). Por lo tanto, cabría destacar como otro rasgo específico del museo de Castro también su ambiciosa amplitud de miras, pues fue concebido como ambicioso referente de las políticas para restaurar la memoria histórica y la cultura gallegista. Esa es la tesis argumental sostenida en este libro, que lleva a la autora más allá de los museos del exilio republicano, pues de hecho el acervo patrimonial del museo nos ofrece un recorrido museográfico por el arte gallego que va desde las vanguardias de los años veinte al grupo Atlántica. Otro punto de vista complementario, que ha dejado aquí apuntado y queda como labor por desarrollar ulteriormente, sería analizar y poner en valor tan señero ejemplo entre nuestros museos de arte moderno y contemporáneo. En la bibliografía al respecto rara vez aparece incluido, y lamento que mis propias publicaciones han secundado hasta ahora esa injusta negligencia, cuando tanto por su importante colección, como por la idiosincrásico edificio y montaje expositivo (diseñados por Luis Seoane), este museo sería casi parangonable al de Arte Abstracto Español en Cuenca, otra fundación de iniciativa particular abierta al público cuatro años antes. Ojalá que este libro de Inmaculada Real contribuya a paliar esas desmemorias y, sobre todo, ayude al reflotamiento de tan flamante buque insignia de la arquitectura y artes gallegas del Movimiento Moderno, que ahora está pasando por un momento crítico: es un hito en la historia de la museografía digno de protección integral en su estado original, como testimonio cultural de su época, para ser disfrutado y estudiado por las futuras generaciones.

 

La autora Inmaculada Real:

En la actualidad es docente en la Universidad de Rouen, Normadie. Doctora en Historia del Arte y Diploma en Estudios Avanzados y Máster de Conservación Preventiva de Obras de Arte y Bienes Culturales. Es autora de artículos científicos y del libro: El retorno artístico del Patrimonio del Exilio; además ha sido la coordinadora del libro El Patrimonio Artístico en el exilio

Inmaculada hace esta presentación de este su libro: “Este estudio aborda la recuperación de la memoria histórica con motivo de la Guerra Civil española. Se plantea la necesidad de ir más allá y crear unas políticas culturales memorialistas para salvaguardar los legados de la diáspora. Asimismo, se recoge cómo este patrimonio no ha sido incluido en los textos legales creados desde la instauración de la democracia hasta la actualidad, lo que ha supuesto un lento proceso de conservación y revalorización del arte del exilio. Estas ausencias se contraponen con El Laboratorio de Formas, un proyecto cultural que fue impulsado en el exilio argentino por Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo para restaurar la identidad y la memoria histórica. Esta empresa consiguió, en el periodo del tardofranquismo, fundar el Museo Gallego de Arte Contemporáneo Carlos Maside, con obras procedentes de la diáspora; la creación de Ediciós do Castro, con una comprometida línea de publicación; y la restauración de la Fábrica de Sargadelos, símbolo de la identidad y los orígenes de la cultura gallega. De este modo, se estableció un vínculo entre pasado y presente, memoria y patrimonio cultural, a través de unas reflexiones que no se han vuelto a plantear”.

 

Enlaces que te pueden ayudar en la lectura de este Conversa con:

http://atalayagestioncultural.es/capitulo/politicas-culturales

El Laboratorio de las formas:

http://arelarte.blogspot.com.es/2010/04/seoane-laboratorio-de-formas-de-galicia.html

Luis Seoane:

https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Seoane

Isaac Díaz Pardo:

https://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_D%C3%ADaz_Pardo

Museo Galego de Arte Contemporáneo Carlos Maside:

http://museos.xunta.gal/es/carlos-maside

Ediciós do Castro:

https://es.wikipedia.org/wiki/Edici%C3%B3s_do_Castro

Fábrica de Sargadelos:

https://es.wikipedia.org/wiki/Real_F%C3%A1brica_de_Sargadelos

Una firma que es toda una autoridad: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=74895

Enriquece perspectivas con:

Por ejemplo Rebeca Saavedra Arias de la Universidad de Cantanbria:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/destruirproteger.htm

http://pagines.uab.cat/recercaixa.artenperill/sites/pagines.uab.cat.recercaixa.artenperill/files/SaavedraArias_Rebeca_El%20exilio%20del%20patrimonio%20art%C3%ADstico.pdf

Quien también participó con nosotros en este Conversa con:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/destruirproteger.htm

Muy didáctico:

http://tv.unir.net/videos/13063/47/65/2439/0/El-exilio-del-patrimonio-artistico-espanol-durante-la-Guerra-Civil-1936-1939

 

 

 

Cazarabet conversa con Inmaculada Real:

inmaculada (3).jpg-Inmaculada desde dónde sale este libro, cuéntanos, por favor, amiga, un poco su génesis…

-El origen de este libro surge al entrar en contacto con el proceso de recuperación del patrimonio artístico del exilio en Galicia, con motivo de mi Tesis Doctoral. En aquel momento tuve la gran ocasión de conocer en persona a Isaac Díaz Pardo, quien me transmitió los valores del proyecto cultural que es objeto de estudio: El Laboratorio de Formas. Comprendí que se trataba de una iniciativa interesante y desconocida que debía de ser recogida y estudiada.

-¿Hay una necesidad imperiosa de retomar como varios enfoques de ver, observar, conocer, reconocer a la Memoria Histórica, alrededor de la Guerra Civil y su posguerra?

-Pienso que cada disciplina va haciendo sus propias aportaciones y avanzando en torno a este periodo histórico, pero es verdad que unas avanzan más que otras. Sin embargo, en el ámbito de la historiografía artística aún falta por hacer esa reflexión en torno al patrimonio de la Guerra Civil y del exilio, se habla de él y se estudia, pero no desde la perspectiva de la Memoria Histórica. Sin embargo, estas expresiones artísticas fueron hechas dentro de un contexto histórico, si se les saca de él quedan vacías, y a su vez, si no quedan insertadas en él carecen de contenido. Este es uno de los aspectos en los que incido en este estudio, cuando hablamos de Memoria Histórica también debemos hablar de cultura.

-Las necesidades surgen desde que hay muchas cosas o que no se han hecho o se han obviado o se han hecho mal alrededor de la Memoria Histórica, ¿no? y alrededor de las personas pero también del patrimonio cultural y artístico, tanto del que viajó en el exilio como el que debió de quedarse escondido aquí. Coméntanos, por favor.

-Cuando hablamos de Memoria Histórica hacemos referencia a la necesidad de superar la desmemoria, el olvido y el silencio. Habitualmente lo atribuimos a las víctimas del franquismo, pero las represalias se extendieron a otros ámbitos como el patrimonio cultural y el artístico. Durante la Guerra Civil muchos estudios de artistas fueron bombardeados y saqueados, se perdieron bibliotecas de personalidades como Casares Quiroga, una amplia colección de dibujos de Castelao, los dibujos y pinturas de Ramón Gaya, Baltasar Lobo, y un largo etcétera. Algunas obras consiguieron cruzar la frontera, como los dibujos de Rodríguez Luna o el archivo de fotomontajes de Renau, pero fue mucho más lo que se perdió. La producción de estos intelectuales continuó en el exilio, sin embargo, al tratarse de artistas comprometidos políticamente fueron borrados del discurso historiográfico durante el franquismo. Ese patrimonio que se realizó al otro lado de las fronteras sufrió su propia diáspora, en ocasiones estas obras fueron adquiridas por coleccionistas o museos, en otras se perdió su rastro en el destierro.

-En esta exposición tuya, se nos abren nuevas perspectivas de mirar, observar y profundizar en la reflexión del concepto de Memoria Histórica. ¿Era ésta uno de tus objetivos?

-Exacto. En este estudio he querido responder a una pregunta que me venía tiempo formulando, ¿por qué no hablamos de Políticas Culturales de la Memoria?, término que ya se ha definido en numerosos países de Latinoamérica. A su vez, planteo la necesidad de revisar las leyes memorialistas que se están poniendo en marcha en diferentes lugares de España, donde no hay ninguna mención al patrimonio ni a la cultura. En realidad, considero que estas leyes no deben de velar solo por recuperar un listado de nombres y por elaborar un mapa de fosas, sino que habría de enfocarse desde una perspectiva más compleja y ambiciosa. Es decir, que en ella se integre los aspectos culturales de una época de esplendor calificada la Edad de Plata, interrumpida por la Guerra Civil. A todo ello, hay que señalar que hubo instituciones científicas desmanteladas y censuradas, al igual que sucedió con movimientos artísticos. Sin embargo, no hay ninguna referencia a estos aspectos en los textos legales de la Memoria Histórica, los cuales fueron determinantes y definidores de una generación muy avanzada.

inmaculada (2).JPG-Y la necesidad de que lo hagan otras miradas como la tuya…una mirada recientemente formada…

-Es fundamental la labor que emprendemos los jóvenes investigadores para el avance de numerosas disciplinas, pues durante el Doctorado realizamos una amplia y exhaustiva revisión del estado de la cuestión de diferentes temas, con una mirada desde el pasado, pasando por el presente y mirando hacia el futuro, detectamos carencias y problemáticas que intentamos resolver y, a su vez, establecer nuevas metodologías de estudio. En mi caso, la primera contribución que hice fue elaborar un método para la recuperación del patrimonio del exilio, después definir el concepto del “retorno artístico del exilio” y ahora plantear una nueva revisión de la Memoria Histórica.

-¿Cómo calificarías o mirándola en perspectiva cómo ves la Ley de Memoria Histórica del gobierno Zapatero? ¿No crees que se debería andar con más determinación con lo que de verdad importa, con menos miedo, menos maquillaje y simplemente más justicia…?

-La Ley de Memoria Histórica se trató de la primera iniciativa Estatal para recuperar el pasado, aunque desde una postura moderada. Dentro del sistema de competencias atribuidas a las comunidades autónomas, las leyes memoriales están ampliando aquellos aspectos que ésta no aborda. De modo que, se podría definir como el punto de partida para los posteriores textos legales, aunque algunas comunidades ya lo habían elaborado con anterioridad adelantándose a la Estatal. Sin embargo, una de las carencias que detecto en esta ley, tal y como lo expongo en este estudio, es la falta de referencias a los legados artísticos, mientras que sí están recogidos los legados documentales. Esto ya presenta desventajas de unos patrimonios frente a otros, e incrementa la vulnerabilidad de los que no están protegidos.

- Hay gente, hoy en día que todavía pone en duda que otros ciudadanos puedan tener el derecho de estar en lucha burocrática por encontrar en una fosa común, en una cuneta a un bisabuelo, eso es muy fuerte…

-Todavía asistimos a las incomprensiones de este momento histórico que se debe, en su mayor parte, al desconocimiento. Mucha gente no conoce qué historias hay detrás de esas fosas comunes porque es un tema del que no se habla abiertamente, no se traslada más allá de las historias personales. Se recoge en estudios concretos, pero no consigue tener una amplia visibilidad fuera de los lugares donde se han encontrado. Aunque hay que poner en valor las numerosas asociaciones que realizan labores de recuperación de testimonios, como la Asociación Pozos de Caudé, y gracias a estas iniciativas se está consiguiendo dar luz a un capítulo silenciado de la España franquista.

-Si acontece lo que acontece en lo concerniente a las personas...pues a la hora de mirar, conservar, rescatar y rehabilitar obras de arte y bienes culturales…la bota de la Dictadura y la Represión sobre la Memoria Histórica todavía nos traspasa más, ¿no es así?, Es como si no le diésemos ninguna importancia a lo material porque, de primeras, no sabemos ni empatizar con las víctimas de carne y hueso…

-El problema que se plantea en las obras de arte habría que analizarlo desde diferentes perspectivas para comprender por qué existe tanto desconocimiento. Lo primero es que a día de hoy todavía hay muchas reticencias en torno al compromiso político, tal y como he comprobado a lo largo de mis investigaciones. Es decir, desde documentos que no he podido consultar por contener información comprometida, hasta personas próximas a los mismos que han querido negar el pensamiento político de un determinado artista. Esto ya impide que sea recuperado de una forma correcta. A esto se suma que estos artistas no figuran en el discurso de los principales museos de arte contemporáneo, lo que incrementa aún más su desconocimiento porque no han conseguido ese “reconocimiento institucional”. Sin embargo, existe una tipología de museo monográfico que es el que principalmente representa los legados de la diáspora, museos que están diseminados por toda la geografía española, más de 30, (en mi anterior libro hice un mapa de museos de la memoria) que, sin embargo, no hacen ninguna explicación del momento histórico al que pertenecen ni al movimiento generacional, ni al periodo de la Guerra Civil o del exilio. De modo que los visitantes no saben muy bien dónde enmarcar estas obras de arte, ni a qué estilo pertenecen ni a qué periodo.  

inmaculada (4).jpg-Hay que salvar la memoria de la diáspora, pero también la que se ha quedado aquí, ¿no?, ¿cómo lo has reflexionado?

-Así es. De hecho, cuando hablamos del exilio hay que distinguir el exterior y el interior, porque son muchos los intelectuales que permanecieron en España y sufrieron la represión. Este análisis me ha interesado mucho y lo he abordado en numerosas ocasiones porque la falta de libertad creativa que en aquel momento se impuso en España, la vuelta el academicismo y la interrupción de la vanguardia, derivó a que muchos intelectuales como Carlos Maside, Manuel Torres o Cándido Fernández Mazas, se encerraran en sus estudios quedando excluidos del ámbito cultural. Y al final muchos de ellos sufren del mismo desconocimiento que los otros exiliados, pero se convirtieron en puentes culturales muy importantes con la España exiliada. No solo porque mantuvieron una constante comunicación a través de cartas, sino porque además unos y otros se enviaban publicaciones, obras, estudios y revistas. Hay que añadir también que, frente a la estrechez del régimen estaba la libertad del exilio donde consiguieron exponer obras realizadas en España.

-¿Qué es lo que ha hecho más falta voluntad política  o tiento social?

-Considero que las políticas son fundamentales para conseguir establecer una reconciliación con el pasado, el problema es cuando no se realiza de la forma correcta, lo que conduce a que surjan confrontaciones. De ahí que piense que las políticas de la memoria deban hacerse con un enfoque más amplio de carácter más disciplinar, pues favorecería la integración de numerosas reflexiones en torno a este periodo histórico.

-El silencio y el escarmiento juegan y jugaron un papel muy importante, ¿verdad?, ¿cómo lo ves?

-El silencio fue el verdadero castigo para los exiliados. La desmemoria se empieza por el silencio hasta derivar al olvido, y ese fue el objetivo que tuvieron las políticas franquistas. El gran problema de estos artistas, y desterrados en general, fue cuando comprobaron que en España no eran conocidos y, sin embargo, a nivel internacional estaban recibiendo numerosos reconocimientos. Esto es algo que les atormenta y que justifica publicaciones como Memoria de la melancolía de María Teresa León que escribe para ayudar a combatir el olvido. De hecho, el inicio del libro que acabo de publicar empieza por este aspecto, el silencio que había en la Galicia franquista de los gallegos republicanos. Entonces Isaac Díaz Pardo fue en busca de esta generación que encontró en Argentina, y allí pudo comprobar que había más identidad gallega que en el noroeste español. Así empezó este proyecto cultural que luchó por recuperar el nacionalismo gallego y la memoria histórica del exilio.

-Se tiende a mirar a Latinoamérica con aires de superioridad, pero en esto de poner justicia en la Memoria Histórica y a la hora de la verdad han sabido escuchar y  han sentado a quien tenían que sentar en el banquillo de los acusados y han sido y se han mostrado muy firmes…

-En este sentido han demostrado tener una visión más renovada que en otros países de Europa. En este libro hablo de cómo Francia consiguió tempranamente desarrollar una política conmemorativa y en el caso de Latinoamérica ha sido en el desarrollo de las políticas culturales de la memoria. Por ello expongo estas comparativas, porque una vez que se han abierto nuevos caminos no se puede seguir avanzado por la misma senda como si esto no hubiera sucedido. Hay que mirar ampliamente hacia aquellos logros que se han conseguido e incorporarlos a las políticas memoriales.

-Pero esta Memoria Histórica, concepto que parece abstracto, sin cuerpo…habla de personas que ahora estarán muertas o desaparecidas, pero que eran aportación a una sociedad y de lo que dejaron: quizás esas aportaciones artísticas y culturales. Muchas demasiadas vidas truncadas y casi olvidadas con sus respectivas herencias materiales, ¿verdad?, ¿cómo lo ves?…

-Fue una amplia generación de artistas ampliamente formados gracias a las becas que concedían las diputaciones provinciales, que les permitieron viajar a diferentes países europeos para formarse. Con la desaparición de gran parte de esta generación como consecuencia del exilio se produjo un empobrecimiento del panorama artístico español. Fueron vidas truncadas que, de un día para otro, se vieron en el camino del exilio, quedando sus trayectorias paralizadas en España. Aunque continuaron en otros países, para la historia del arte español, durante muchos años, sólo se prestó atención a los años previos al conflicto.

Pero también las pérdidas patrimoniales fueron cuantiosas, de hecho, a medida que pasa el tiempo se va haciendo cada vez más difícil la elaboración de catálogos razonados. Este legado se encuentra repartido ya por todo el mundo y es complicado conocer a la ubicación de determinadas obras. A ello hay que sumar algunas pinturas murales realizadas por artistas como Vela Zanetti o Josep Renau que se han perdido sin antes ser estudiadas o documentadas. Incluso, todavía asistimos al hallazgo de obras descubiertas en museos o en colecciones privadas, de las que no había noticia de su existencia o datos de su procedencia. También citar el ejemplo de un óleo de Ramón Gaya que utilizó durante su internamiento en un campo de concentración para protegerse del frío y que a su salida abandonó. O de aquellas obras que fueron destruidas o que desaparecieron durante la Guerra Civil y que estos artistas, en muchas ocasiones a su regreso, llegaron a buscar.

-Pero la Memoria Histórica es también Patrimonio. Por ejemplo, es verdad hay pueblos, ciudades, lugares geográficos que son un “santuario” a la memoria histórica o debería ser tratado como tal ¿qué crees? Y está lo que los que viajaron al exilio construyeron(o los que se quedaron), coméntanos.

-Exacto. El patrimonio cuenta con el valor de documentar y testimoniar un pasado histórico, y éste es el reflejo de una generación. Las huellas del pasado son Memoria Histórica, bien porque se han elaborado en el exilio, bien porque se han quedado por el camino. De hecho, el Museo del Exilio en la Junquera incluye en su museología objetos como maletas perdidas por los exiliados. De igual modo podemos hablar de aquellos lugares que fueron espacio del conflicto, o aquellos que fueron abandonados, así como las trincheras, las cárceles o los lugares de cobijo. Todo forma parte de un mismo discurso histórico, sin olvidar a aquellas colecciones que se presentan en los museos monográficos de artistas del exilio, como la colección Blasco Ferrer del Museo de Molinos, también es memoria histórica.

inmaculada (1).jpg-El otro día me preguntaron, pero ¿qué es eso del laboratorio de formas?; yo me esforcé por explicarme, pero ¿nos puedes dar tú misma una pincelada?.

-El Laboratorio de Formas es un proyecto cultural gallego que nació en el exilio argentino, por los artistas Díaz Pardo y Luis Seoane. El objetivo era recuperar la Memoria Histórica gallega que había quedado borrada tras la Guerra Civil por el franquismo. De modo que, a través de un proyecto editorial, la creación de un museo, la fundación de centros de investigación y la creación de una fábrica de loza (la cerámica de Sargadelos) se consiguió restablecer los principales elementos identitarios del nacionalismo gallego, aquel que fue perseguido, censurado y castigado por el franquismo. En 1963 cuando ya habían definido el proyecto dieron el salto a Galicia para fundarlo, fue una iniciativa de gran valía porque consiguió salir adelante a pesar de convivir con el franquismo. De hecho, considero que debería haber sido el punto de partida para la definición de las políticas memorialistas actuales.

-Háblanos de esa experiencia en torno a Galicia, que tú desarrollas en el libro…

-En mis primeras investigaciones percibí que en Galicia había un panorama de recuperación completamente distinto al que pude encontrar en otros lugares de España. No se trataba de la recuperación de una figura, sino de toda una generación, aquella que se desarrolló en torno al nacionalismo gallego. De modo que, tanto políticos, como literatos o artistas fueron estudiados con el mismo nivel de importancia. El primer patrimonio que se recuperó fue el del Movimiento Renovador Gallego, en el que se integraban los artistas más relevantes de aquel periodo. De hecho, es el lugar de España donde existen más iniciativas institucionales de los legados del exilio, esto responde a un concepto de integración. Mientras que en el resto de España prevalece un carácter más individualista.

-Quizás desde el exilio se pueda imprimir una nueva marcha sobre la construcción o la reconstrucción de la Memoria Histórica. ¿Cómo lo ves?. Aprender podemos aprender,  de entrada. De cualquier experiencia….

-Cuando hablamos de Memoria Histórica debemos de incluir también a los exiliados porque fueron víctimas del régimen franquista. Es decir, no pudieron elegir el destino al que estuvieron obligados por sus compromisos políticos. Entonces es aquí donde nos encontramos la existencia de dos Españas, la que marchó y la que se quedó. Pero la una no puede olvidarse de la otra, van unidas en el marco histórico como, sin embargo, sí lo hizo el franquismo. Al final esos artistas exiliados no eran del lugar del que partieron ni tampoco del que arribaron, y llegaron a sentir que no tenían patria, que ésta era el exilio. Y esto se refleja claramente en los estudios historiográficos, porque en los países de exilio no fueron incluidos por ser considerados españoles, ni tampoco en la historia del arte de España, por ser exiliados, al final no están ni en un lado ni en el oro.

-¿Hoy y ahora estos proyectos se encuentran muy “bajo cero”?. ¿Hay que rehabilitarlos y meterles una “nueva marcha”?

-Es necesario que se siga trabajando, pero siempre teniendo en cuenta los avances que se han hecho desde las disciplinas, no se puede seguir desarrollando los mismos modelos cuando ya se han detectado carencias y problemáticas como las que se aborda en este estudio que presento.

-¿Se ha escuchado debidamente a los diferentes componentes, exiliados o no, humanos o no, que constituyen la Memoria Histórica?

-Cuando se elaboran las políticas memoriales se recurre a gente especialista en el tema. En el caso del Gobierno de Aragón, se ha invitado a participar a la ciudadanía a través de una convocatoria pública que ha permitido reunir la exposición de numerosas ideas. Estas iniciativas consiguen escuchar otras voces y aportar nuevas ideas. Pero sí es verdad que cuando comparamos los textos legislativos de unas y otras, comprobamos que al final el texto se desglosa en base a las mismas preocupaciones, principalmente las fosas comunes y las víctimas de la Guerra y el franquismo. Entonces, al final es una mirada monotemática que no deja espacio a otras reflexiones que hay que incorporar y revisar. Mientras tanto no se hará una recuperación correcta porque habrá grandes ausencias y vacíos, además de aspectos que se quedan sin legislar.

-¿Crees que personas como Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo son inspiradores, hoy y aquí, de nuevas políticas de afrontar la memoria?

-Desde luego que deberían que haber sido inspiradores directos de las políticas memoriales, consiguieron emprender caminos innovadores y profundas reflexiones en torno a una misma problemática, restablecer el panorama cultural gallego fragmentado por la Guerra Civil y el franquismo. Hasta entonces en España no se había desarrollado nada igual, fueron los precursores de un camino que después no se ha seguido. Por ello considero fundamental que este proyecto se conozca, porque ayuda a reflexionar y a comprobar que existen otros modelos de recuperación, otras maneras de restablecer el pasado de una forma multidisciplinar, con un enfoque, artístico, literario, científico y de identidad.

 

 

 

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El Laboratorio de Formas y las políticas de la memoria. Recuperar las huellas del pasado. Inmaculada Real López. Prólogo de Jesús Pedro Lorente   
124 páginas
32.90 euros
Editorial Académica Española




Este estudio aborda la recuperación de la memoria histórica con motivo de la Guerra Civil española. Se plantea la necesidad de ir más allá y crear unas políticas culturales memorialistas para salvaguardar los legados de la diáspora. Asimismo, se recoge cómo este patrimonio no ha sido incluido en los textos legales creados desde la instauración de la democracia hasta la actualidad, lo que ha supuesto un lento proceso de conservación y revalorización del arte del exilio. Estas ausencias se contraponen con El Laboratorio de Formas, un proyecto cultural que fue impulsado en el exilio argentino por Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo para restaurar la identidad y la memoria histórica. Esta empresa consiguió, en el periodo del tardofranquismo, fundar el Museo Gallego de Arte Contemporáneo Carlos Maside, con obras procedentes de la diáspora; la creación de Ediciós do Castro, con una comprometida línea de publicación; y la restauración de la Fábrica de Sargadelos, símbolo de la identidad y los orígenes de la cultura gallega. De este modo, se estableció un vínculo entre pasado y presente, memoria y patrimonio cultural, a través de unas reflexiones que no se han vuelto a plantear.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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