La
Librería de El Sueño Igualitario
Enriqué Satué nos vuelve a enseñar, desde la
colección TEMAS ARAGONESES, de PRAMES.
Esta vez Satué se sumerge en la figura “del
pastor del Pirineo”.
Impresionable conocerlo, con su lectura, para conocer mejor al Pirineo, a sus gentes y
a sus costumbres y tradiciones.
Lo que nos dice PRAMES desde la sinopsis:
Nosotros ya hemos conversado con él a raíz de
los libros: El Pirineo contado.- http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/contado.htm
De su experiencia, en muchos sentidos y desde
muchas perspectivas, teniendo en cuenta so “otra pasión” el compartir enseñando
y el enseñar, compartiendo, Tiza y arena. Un viaje por las escuelas del Sahara
español http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/tizayarena.htm
Es autor de Siente. Testimonios de aquel
Pirineo, con el que, además, conversamos: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/sientesatue.htm
Cazarabet conversa con Enrique Satué Oliván:
-Amigo, había que darle un “protagonismo” a aquellos
que, desde muchas perspectivas, han formado parte del paisaje del Pirineo, ya
no solo como habitantes sino, más bien por la labor que desempeñaban….
-Cabalero es el resultado de
una relación de amistad y aprendizaje mantenido a lo largo de un cuarto de
siglo. No sólo representa a los viejos pastores del Pirineo sino que refleja la
cosmovisión del mundo rural tradicional europeo. El trabajo tiene mucho de
experimental, aunque encaja en el mundo de la historia de las mentalidades, de
lo cotidiano y la microhistoria, va mucho más allá que El queso y los gusanos de Carlo Ginzburg,
pues utiliza técnicas muy creativas.
-¿Nos puedes hablar de esa labor tan importante como imprescindible?
-El patrimonio
inmaterial es muy importante. Forma parte de la cultura y es más frágil que las
piedras. La Historia de las mentalidades, la Etnohistoria, la Microhistoria y
la Historia de lo cotidiano lo han puesto en valor. Yo siento una atracción muy
especial hacia él y recogerlo me hace sentir muy bien. Nadie me encarga la
labor ni me la financia pero me siento muy agradecido por la oportunidad que la
vida me da.
-Pero háblanos del verdadero protagonista de esta historia, de este libro,
de Antonio Oliván
-Falleció en 2007. Lo
conocí en 1982 y durante ese largo periodo fue un amigo importante. Puedo decir
que entró a formar parte de mi familia. En la Etnología hay que ser honesto. No
se pueden utilizar las personas como objetos. Aquel periodo fue un largo
proceso de amistad y aprendizaje mutuo. Los dos disfrutamos mucho.
-Cabalero era un gran informante. Su “disco duro”
albergaba un compendio importantísimo de tradición oral y, en especial,
alrededor de la pastoril.
-El libro no se ocupa
de un sólo pastor. Parte de él para abordar la cultura pastoril pirenaica y,
por extensión, la de la Europa tradicional.
-Sin esta labor, la del Pastor del Pirineo, el Pirineo no sería el Pirineo
ni podría mantener, ni haber mantenido, su idiosincrasia, ¿verdad?
-No sólo el Pirineo.
Yo diría que Aragón. Si Aragón tiene forma meridiana, longitudinal, es porque
los señores ganaderos urgieron a los reyes en la reconquista, para ocupar
pastos, cuanto más al sur mejor. Además, las rutas trashumantes son rutas
culturales, de ósmosis, entre el llano y la montaña.
-Porque, así de entrada: ¿qué le aportan los pastores al Pirineo que le
caracteriza hasta incrustarse en la antropología, etnología, la manera de ser y
hacer….?
-Una cultura
conservadora, acorde a la institución de la Casa, basada en el heredero único y
el tionaje. Los pastores salían de este último filón
y compartían la cultura jerarquizada.
-Y esto será a un lado y al otro de la cordillera,
¿no?-Tu trabajo, geográficamente hablando, ¿dónde se ha centrado?---leía el
otro día “Viure com a bons veïns” y entre otras cosas
me aportó los valores de la solidaridad y de la convivencia, más allá de “accidentes
geográficos” ---; de las fronteras que impongan “nuestras” geopolíticas. El
mundo, el trabajo de oficios como los pastores están muy por encima de ellos,
¿verdad?
-El mundo pastoril es
heredero directo de la cultura megalítica del Pirineo y ésta no conoce
fronteras, comparte vertientes, cultural y lingüísticamente. Además, las
pacerías medievales, institucionalizaron los contactos y la convivencia entre
pastores.
-Aunque, independientemente de la situación geográfica su vida diaria es
toda una lección de convivencia plena con la naturaleza y respeto a los que
ésta nos da… ¿es así?
-El mundo pastoril y
el tradicional llegaron a un clímax a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Es decir llegaron a alcanzar el máximo provecho del medio. Para ello lo
biológico, lo festivo y lo económico estaban perfectamente concatenados en un
tiempo cíclico que comenzaba para San Miguel. El hombre tradicional era
ecologista a la fuerza y el pastor más.
-Amigo, tal como nos dice Antonio Oliván: hay que reemprender el camino
hacia volver a saber estimar a nuestros amigos los animales, ¿no?; y
eso solamente se consigue desde la humildad de querer aprender de
ellos, verdad?
-El hombre tradicional
dialogaba con la naturaleza. Hoy por más que apoyemos al movimiento ecologista,
vivimos de espaldas a ella. Mucha gente sale al monte a batir records, pocos lo
hacen para escuchar los latidos que emana de ella.
-Y después está el hecho de que el pastor es una persona que al estar en
constante contacto con la naturaleza la termina conociendo y desde la raíz: por
ejemplo sabe qué metrología nos espera por cómo y de qué
manera se posicionan las nubes; las horas sin necesidad de reloj, las plantas
útiles, las que no lo son tanto, las comestibles, medicinales, pero también las
tóxicas…
-Hay una disciplina
que se está poniendo de moda en los ambiente agropastoriles,
es la Etnoveterinaria. A este respecto aconsejo
consultar la página de la veterinaria Lucía Marco “mallata.com”. El pastor
tradicional desconocía los servicios veterinarios, se servía de los
conocimientos seculares. A día de hoy este extremismo no es válido pero sí que
encierra valor la ganadería sostenible y en particular la extensiva ovina.
-Pero la vida; ese día a día del pastor debía ser muy dura, ¿verdad?-¿Crees
que la soledad es uno de sus principales “enemigo”?
-Era muy dura. Hoy
nadie se plantea mantener aquellos modos. Era un oficio, en algún sentido,
hasta cruel. Sin embargo, el pastor que se mantenía en la actividad tenía que
alcanzar importantes estrategias de supervivencia. Amar el oficio, disfrutar
con la observación, cantar, escuchar la radio, disfrutar de ocasionales
conversaciones eran estrategias sencillas pero importantes.
-El ganado no entiende ni de fiestas, ni del estado de salud de nuestros
pastores…..la verdad es que si un pastor está unos días con la salud
delicada, ¿qué hacía?
-El pastor, tanto en
Tierra Baja como en los puertos del Pirineo no podía recibir ayuda médica. Los
médicos, incluso, estaban alejados de los pueblos. El pastor se basaba en los
procedimientos de la medicina popular y solía ser bastante prudente respecto a
la prevención de la salud propia y del ganado. Si llegaba la tragedia, sólo le
quedaba “aclamarse al cielo”.
-Siempre me he sorprendido de cómo además saben
orientarse, de una manera que parece que vaya con uno mismo, sin
esfuerzo…..claro que muchos cuidaban ya del rebaño desde muy pequeños….¿qué nos puedes explicar?
-La orientación era
básica. Su dominio espacial era absoluto. El problema lo tenían en Tierra Baja
(en el Valle del Ebro) los días niebla heladora. Entonces, si se perdían, que
era lo más normal, sabían que si no seguían al ganado, eran hombres muertos. El
ganado sabía volver a las parideras porque tenían un gran sentido de la
orientación.
-¿Cómo se las arreglaban ante cotidianidades como
las comidas, el descanso---que fuese bueno, se entiende---combatir el calor y
el sol, pero también los fríos intensos, las lluvias, el aseo….
-Con mucha precariedad
y un sentido espartano. La higiene, en cierto modo, es un asunto cultural. Eran
sobrios, duros y sabían cómo protegerse del medio. La propia naturaleza les
dictaba la previsión del tiempo. Por lo demás, la ropa era prácticamente la
misma en verano que en invierno, pues como decía Antonio: “Lo que quita el
frío, quita el calor”.
-Debían tener como una especie de “mapa situacional” de las
diferentes casetas, de los ríos, fuentes, lugares de sombra….
-El pastor sabía andar
de noches y con los ojos cerrados. La naturaleza había sido, desde niño, su
escuela.
-“Cabalero” es una reedición de 1996… ¿qué aporta
esta nueva edición respeto a la de hace 21 años?
-Una mejora formal en
las fotografías, letra, formato, ilustraciones... y, sobre todo, una
introducción a la situación actual de la ganadería ovina extensiva. Yo no diría
al que tuviese la edición anterior que no comprase ésta, al contrario, le
animaría. Además, los derechos de autor, como se indica con todo tipo de
detalles en la edición, se destina a un comedor escolar que tiene las Hermanas
de Santa Ana en Oruro (Bolivia).
26625
Cabalero. Un viejo pastor del Pirineo. Enrique Satué Oliván
255 páginas 18 x 24,5 cms.
18 euros
Prames
CRÓNICA DE UNA LARGA Y VIEJA AMISTAD
A propósito de la reedición mejorada de “Cabalero. Un
viejo pastor del Pirineo"
Sinópsis:
Reedición corregida de uno de mis primeros libros de, un trabajo tan científico
como emotivo, en el que desgrano el universo personal de Antonio Oliván Orús, de Casa Cabalero de Aso,
como depositario de la esencia de la sociedad agro-ganadera tradicional del
Pirineo. A su lado, no sólo encontré a uno de los mejores informantes de un
mundo ya en franco retroceso, sino a uno de mis mejores amigos. La particular
mirada hacia las cosas y la especial sabiduría de Cabalero
siguen siendo un gran activo para las nuevas generaciones, de ahí el valor que
tiene este trabajo para mí.
CRONOLOGÍA:
1923
Nace Antonio Oliván Orús en una familia humilde de
Aso de Sobremonte (Casa Cabalero).
Desde niño hasta su jubilación va a a dedicarse a la
ganadería extensiva.
1982
Conozco a Antonio el 22 de agosto de 1982, en un arcaico refugio pastoril o “mallata” del Portalet. Cuando nos
vemos se ocupaba de la cabaña de su “amo” y de otros ganaderos del valle. Así
nace una amistad y la posibilidad de conocer y comprender el viejo mundo de los
pastores del Pirineo.
1983
El 10 de septiembre, junto a José Luis Acín Fanlo, visito a Antonio en el puerto de Aso de Sobremonte, en la “mallata” de Laguarre. Dos intensas jornadas sirven para redactar un
artículo en la revista “Temas de antropología aragonesa”, nº 2. A partir de
aquella fecha Antonio pasa a ser, prácticamente, un miembro de mi familia.
1995
Comienzan los reconocimientos a Antonio. El 15 de agosto de 1995 pronuncia el
pregón de las fiestas patronales de Biescas.
1996
En noviembre se presenta la autoedición del libro. Lo hacemos en el hogar de
Casa Cabalero, y estamos presentes: Antonio, un grupo
de amigos y la periodista Soledad Campo. Vivimos una inolvidable velada junto
al fuego. A partir de esa fecha, pronuncio con Antonio, mano a mano, varias
charlas en bibliotecas, museos y asociaciones culturales.
2000
El 21 de octubre, en Biescas, Antonio recibe el
“Cayado de honor”, dentro de la IV Jornada realizada sobre "Pastoralismo y trashumancia".
2007
El 7 de junio fallece Antonio en la residencia Santa Orosia
de las Hermanitas de los ancianos desamparados de Jaca (antiguo nombre que nada
tiene que ver con la calidad de los servicios que prestaba entonces y presta en
la actualidad).
2017
El SIPCA (Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés) “cuelga” en
su plataforma los cerca de 3000 testimonios orales que recogí por el Pirineo
desde 2003 al 2010 y que han dado pie a escribir el libro “Siente. Testimonios
de aquel Pirineo”. Entre ellos aparecen 52 producidos por Antonio. Giran,
fundamentalmente, alrededor de la infancia tradicional y el mundo pastoril.
El 9 de diciembre se
presenta una edición mejorada de la autoedición que realicé en 1996. La edición
corre a cargo de PRAMES S.A, se mejoran las imágenes, los textos y, también, se
acompaña de una introducción en la que se analiza la situación actual de la
ganadería extensiva en el Pirineo, trenzada en base a numerosos testimonios de
pastores y veterinarios.
Los derechos de
autor, teniendo presente la cosmovisión que poseía Antonio, se destinan a la
Fundación Juan Bonal (Hermanas de la Caridad de Santa
Ana), que atiende el comedor escolar de Machacamarca,
en el departamento de Oruro (Bolivia). Dichos fondos se vincularán, en
particular, al apadrinamiento nº 258400.
Para obtener más información sobre la institución benéfica se puede consultar
la página “www.fundaciónjuanbonal.org” y “www.padrinos.org”.
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