Cazarabet conversa con... José Serafín Aldecoa Calvo,
autor de “Mundo rural, anarquismo y exilio. Memorias de Bernabé Esteban
(1908-2006)” (Comuniter)
Las memorias de Bernabé Esteban
–1908----2006—de José Serafín Aldecoa Calvo con la colaboración de Emeren García Navarrete.
José Serafín Aldecoa ya ha estado
con nosotros varias veces. Los Conversas con nuestro amigo José Serafín Aldecoa
Calvo:
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/mujeresturolenses.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/seccionfemeninateruel.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ministrosturolenses.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/aldecoabatallateruel.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/escucha.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/prensateruel.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/prensateruel.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/sindicatosmineros.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/seccionfemeninateruel.htm
https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/batallones.htm
La sinopsis: Para recordar a Bernabé Esteban bastaría,
simplemente, con poner en palabras lo que se siente, o más bien lo que nos
«afecta», cuando leemos sus memorias. De inmediato, sin más, impone su
trayectoria: la de un joven campesino anarquista que participa, en plena Guerra
Civil española, en un proyecto revolucionario, el de las colectividades, que
sufre los campos de concentración del exilio en Argelia, que acaba como
refugiado y luego siempre como extranjero, sin por ello abandonar nunca la esperanza
ni el compromiso con un ideal social de justicia, libertad y solidaridad.
Quienes conocieron a Bernabé saben también cómo, con el paso del tiempo, sus
recuerdos toman una única y urgente función: la de hacer de su testimonio un
trabajo de memoria compartida. Es imposible separar la voz de Bernabé de la del
exiliado, que responde desde el deber y la necesidad de no olvidar, ante todo,
a los que quedaron atrás. «Aun siendo muy duro el exilio para los que pudimos
salir —recuerdo que decía Bernabé, con el peso de la responsabilidad—, aún fue
peor para los que no pudieron».
Cuando conocí a Bernabé él ya era un
hombre de cierta edad pero se mantenía todavía activo,
a pesar de ser consciente de que su memoria se debilitaba y de que empezaba a
sentir la fragilidad y la fatiga de su cuerpo. Tenía entonces unos 80 años,
pero su edad avanzada no hacía sino motivarlo a seguir trabajando, quizá si
cabe con más entusiasmo y prisa. Para él, trabajar significaba permanecer cerca
de su máquina de escribir, de sus manuscritos y libros. Podía pasarse los días
contestando cartas y escribiendo, reescribiendo y copiando apuntes, artículos,
entrevistas y, por supuesto, tantos poemas como pudiera, con la intención de
ofrecerlos siempre que surgiera la oportunidad, como un gesto más de amistad.
Emeren García Navarrete
El autor, José Serafín Aldecoa:
Es natural de Monreal del Campo
(Teruel). Maestro y Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de
Zaragoza. Ha realizado los cursos de Doctorado, por lo que está en posesión del
DEA (Diploma de Estudios Avanzados), paso previo para la elaboración de la
tesis doctoral sobre Sindicatos y conflictividad social en la provincia de
Teruel durante la II República. Socio fundador y vicepresidente del Centro
de Estudios del Jiloca. Colaborador asiduo de la asociación memorialista
"Pozos de Caudé". Ha sido becado para la realización de
investigaciones y estudios en dos ocasiones por el Instituto de Estudios
Turolenses y una por el Centro de Estudios del Jiloca. Autor de varios libros
sobre el mundo laboral en la provincia de Teruel y más específicamente en la
Comarca del Jiloca durante la II República, además de coautor de varios libros
más. Ha sido ponente y ha presentado comunicaciones en varios Congresos y
Jornadas sobre Historia Contemporánea e Historia de la Educación. Ha publicado
numerosos artículos de carácter histórico y etnológico en revistas de Aragón
(Rolde, Turia, Xiloca, Cuadernos de
Etnología...) y ha impartido conferencias sobre temas como el ferrocarril, la
educación, el movimiento obrero (CNT y UGT, sindicatos católicos...), la II
República, la represión franquista, el Modernismo… Dentro de su faceta
divulgativa, ha colaborado con cierta asiduidad con Heraldo de
Aragón y Diario de Teruel. Acaba de publicar Los primeros
sindicatos mineros de la provincia de Teruel (Comuniter, 2016) y
Turolenses Contemporáneos (Gobierno de Aragón, 2017)…
Villarquemado
Cazarabet conversa con José Serafín
Aldecoa Calvo:
-
Serafín, ¿qué te llevó a escribir este libro que se sumerge en el mundo
y la idiosincrasia del anarquismo en el mundo rural tomando como hilo conductor
las memorias de Bernabé Esteban?
-Dos razones fundamentales: A través de Emeren
García Navarrete, responsable de exposiciones itinerantes del Museo de Arte
Contemporáneo de Montreal (Canadá), natural de Villarquemado que conoció a
Bernabé, me llegaron los textos manuscritos de Bernabé Esteban Martínez que
agrupamos con el nombre de “Memorias”. Por otra parte, el tema encajaba
perfectamente dentro mi tesis doctoral iniciada sobre el mundo obrero durante
la II República en la provincia de Teruel.
-Todas las memorias tienen algo de especial,
¿qué tienen de especial las de Bernabé Esteban?
-Pues son la de un activista constante y comprometido dentro del
anarcosindicalismo y su militancia en la CNT (finalmente en la CGT) en todo su
largo recorrido vital: Villarquemado, Utrillas, Alfambra, Valencia, Alicante,
Argelia, Paris y Montreal donde falleció.
-Destaca desde su “ser hombre de la
tierra”—campesino—su vinculación, plenamente convencido, a que el campo debía
ser “un todo” colectivizado, ¿no?
-El anarquismo se asocia al mundo urbano (Barcelona, Zaragoza…) pero
también lo hubo en el medio rural de Teruel como en el Matarraña, Bajo Aragón…
y el Jiloca. Bernabé es un jornalero de Villarquemado que casi aprende a leer
con publicaciones anarquistas que le mandaba su hermano desde Valencia cuando
iba al campo a labrar o estaba cuidando el escaso ganado familiar. Él junto a
Cristóbal Fombuena, que también recibía publicaciones
de Zaragoza, fundan el sindicato de la CNT de Villarquemado en 1931. Bernabé se
conciencia con la letra impresa. Por supuesto, Bernabé es partidario de las
colectividades pues de hecho, él es el fundador y
secretario de la Comarcal de Alfambra.
-Pero el devenir de la guerra le lleva a tener
que exiliarse, pero no a Francia como miles y miles…su exilio se encamina a
Argelia, ¿cómo y de qué manera?
-Creo que debió de ser de los últimos pasajeros del petrolero Stanbrook
pues en los últimos días de la guerra (marzo 1939), él se encuentra en Alicante
desarrollando un papel como “controlador” de las colectividades y consigue
subir en él y llegar a Orán (Argelia). Luego, en octubre de 1954, ante la
independencia de Argelia de Francia marchará a París donde ya se encontraba su
hermano exiliado.
-¿Su condición de exiliado se
convierte en Bernabé Esteban en “una manera de ser y estar” …como “en una
segunda piel”?
-Sí, creo que te puedo responder.
Él mismo se ve especial, se autocalifica como el “anarquista errante” porque en
su exilio pasó por diferentes lugares, es como el otro yo, el que circula por
el mundo al lado de Bernabé Esteban.
-¿Por qué me da la impresión de que estamos ante
un activista muy “como emprendedor”?
-Era inquieto, no paraba. Era un activista constante. Un ejemplo fue su
participación decisiva en la fundación de un periódico de la CNT “Inquietudes
Libertarias” en Argel así como la realización de un
pleno de la CNT del Norte de África en Orán. Dos actividades complejas para un
refugiado español en Argelia.
-Cuando llega la Guerra Civil tiene que huir de su pueblo con el
asesinato por fusilamiento de su madre y viene a trabajar en las colectividades
del Bajo Aragón y tiene su “papel” en Caspe, ¿qué nos puedes comentar?
-Tras salir de Utrillas donde la llegada de una quincena de
anarcosindicalistas de Villarquemado no fue bien vista, se marchó a Alfambra y
maniobró para crear la colectividad de este pueblo y posteriormente, será
elegido secretario de la Comarcal de Alfambra, integrada por varios pueblos. En
su representación, llegará al Congreso de Colectividades de Caspe de febrero de
1937como secretario y representante de la Comarcal de Alfambra Allí participará
en la redacción de una ponencia sobre el Reglamento de la Federación.
-Marcha desde Alicante con el mítico barco
Stanbrook a Orán… ¿cómo pasó en Argelia el largo período de la Segunda Guerra
Mundial y posguerra hasta su marcha a París bien entrada la década de los
cincuenta?
-Mal, en general, ya que pasó por campos de refugiados, (Camp-Morand, Camp-Suzzoni) compañías
de trabajo (Colomb-Bechar) en pleno desierto, unos
meses en la cárcel de Orán… porque era buscado, controlado a medias y
perseguido por la policía argelina. Además de trabajar en diferentes oficios
como agricultor, fabricante de jabón…que no le fueron rentables.
-¿Cómo es su estancia en París
donde trabaja y se establece?
-Allí, en París, trabaja de
pintor, pero se cae de una obra y se fractura las muñecas. Le ayuda su hermano
para salir adelante ya que el accidente es bastante grave y la vida en París
muy cara. Se une a anarquistas exiliados
españoles (Progreso Martínez, Nardo Imbernón…) con los que mantendrá amistad y
militará en la Federación local de la CNT en París de la cual fue secretario.
Mantuvo sus diferencias políticas con el sector encabezado por Germinal Esgleas y Federica Montseny.
-Luego marcha a Canadá donde decide poner
negro sobre blanco el testimonio de su vida y en base a ese testimonio, a esas
memorias, podemos tener este libro entre nosotros, ¿no?
-Efectivamente, como buen anarquista, le gustaba
escribir sus experiencias, sus trabajos…La letra escrita podía cambiar el
mundo. Era consciente –creo- de que todo lo que había vivido tenía
trascendencia y, por tanto, existía un interés en difundirlo a través de la
letra escrita. De ahí su colaboración con la Universidad de Valencia, Kelsey, Fundación Seguí…
-Un convencido de la idea del
anarcosindicalismo, ¿no?
-Por supuesto, a lo largo de toda su vida nunca dejó la idea de llegar a
la igualdad social y económica entre las personas, no olvidó el bien colectivo…
mediante la acción sindical. Al final adoptó una posición más pragmática al
militar en la CGT, pero tenía esperanza y quería que se llegase a la
unificación con la CNT.
-Amigo Serafín, en este libro has gozado de la
colaboración de Emeren García Navarrete, ¿cómo ha
sido?
-Sí, Emeren fue la que me proporcionó los
materiales manuscritos, las fotografías, pero, sobre todo, conoció a Bernabé
Esteban en Montreal (Canadá), mantuvo amistad con él y le conoció
personalmente, lo que nos ha servido para acercarnos más aún al personaje.
Aparte de eso, hemos revisado y analizado los textos de forma conjunta antes de
su redacción final.
-Serafín, ¿cómo ha sido documentarse para este
libro?; en la misma línea conseguir ciertos anexos ha sido difícil porque los
hay que son “un verdadero tesoro” que ojalá apareciese en otras muchas
investigaciones, ¿no?... destaca la correspondencia o el cuestionario del
investigador Graham Kelsey…
-Evidentemente, leer y releer lo publicado sobre el mundo anarquista de
la provincia de Teruel (Souchy, Carrasquer, Casanova,
Díez Torre, Mintz, Leval…) ha sido una base
fundamental para contextualizar el personaje y la época. Y lo de Kelsey es que el hispanista estaba realizando su tesis
plasmada en el libro “Anarcosindicalismo y Estado en Aragón (1930-1938)” y
desconocía lo ocurrido en el Jiloca: Sindicatos de la CNT en Cella, Santa
Eulalia del Campo, Villarquemado y otros en formación, luego el interés de Kelsey por Bernabé y la información que le podía aportar
eran muy importantes y queridos por el hispanista
-¿Cómo fue la colaboración de Bernabé Esteban
con la Fundación Salvador Seguí?
-Fue constante. De hecho, existen varias
grabaciones de entrevistas personales cuando regresó temporalmente a España
Bernabé, que nos remitieron y que nos han servido para acercarnos y perfilar
más aún al personaje de Bernabé Esteban
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)