La
Librería de El Sueño Igualitario
Desde la colección La Casa del Pueblo de la
Editorial Comuniter nos llega este libro
, con la firma, de Serafín Aldecoa cuyo valor humano, social es
grandioso e imprescindible.
Lo que nos cuenta el libro:
A partir de esta primera década del siglo XX,
un buen número de campesinos de Ojos Negros, Utrillas, Montalbán, Libros
cambian sus “modus vivendi” para
reconvertirse a obreros mineros
con dedicación a tiempo total a este sector
, dejando a un lado la agricultura y la ganadería tradicionales; otros,
sin embargo, harán compatible sus anteriores trabajos con la minería, lo que no
dejaba de ser una ventaja; pero el desarrollo de la industria y la buena
coyuntura internacional supusieron el aumento de la producción y la necesidad
de emplear mucha más mano de obra de más trabajadores que en unas comarcas de
débil demografía no se podían cubrir, por lo que fue preciso traer obreros de
otras regiones lo que produjo un incremento de la población y un crecimiento
para la economía de las empresas en las que se implantaban las explotaciones de
las minas.
El autor, José Serafín Aldecoa Calvo; es profesor
en el IES “Vega del Turia” de Teruel y autor de numerosos trabajos de carácter
histórico y etnológico. Es vicepresidente del Centro de Estudios del Jiloca y
presidente-fundador del Ateneo Republicano de Teruel.
Cazarabet
conversa con José Serafín Aldecoa:
- Serafín, ¿la minería es para territorio Teruel aquello como “pan
para hoy y hambre para mañana”?. Digamos que las minas llegaron como una
alternativa de vida a la agricultura y ganadería, se implantaron, se quedaron,
pero…
-Tanto
Gascón y Guimbao como
Santiago Contel, por poner el nombre de dos
regeneracionistas turolenses de las últimas décadas del siglo XIX, depositaron
excesivas expectativas para el desarrollo económico de la provincia de Teruel
conjugando el binomio ferrocarril-minería. Se pensaba que ambos elementos
unidos iban a ser la panacea del atraso económico que sufría el territorio. Se
empezó la explotación de minerales (lignito, carbón y azufre), se construyeron
las ansiadas vías férreas (Minas de Libros-Libros, Utrillas-Zaragoza y Sierra
Menera-Sagunto) además del Central de Aragón, pero el progreso económico fue
fugaz y solo para las comarcas en que estaban enclavadas las minas. La
situación de la minería turolense, heredera de aquella que mantuvo su auge en
las primeras décadas del siglo XX, no puede ser más desastrosa en el momento
actual a un tris de desaparecer definitivamente.
-¿Cuándo y cómo se
implantan los primeros sindicatos mineros en la provincia de Teruel?
-Los
primeros sindicatos mineros se crean casi a la vez (primer trimestre de 1929)
en las Cuencas Mineras (Montalbán, Utrillas, Escucha, Palomar de Arroyos…) y en
Ojos Negros (Sierra Menera), mientras que en Libros el primer sindicato se
funda más tarde, en el mes de mayo de 1931, una vez proclamada la II República.
En el caso de las CCMM y de Sierra Menera, influyó de manera decisiva la
llegada de un minero de Asturias, militante del Sindicato Obrero Minero de
Asturias (SOMA), llamado Daniel Villa García que poseía experiencia en la
práctica sindical que era de lo que más carecían los mineros turolenses. El
sindicato de Libros fue tutorado y dirigido desde los sindicatos socialistas de
la capital donde ya funcionaban varias secciones ugetistas.
-El por qué es obvio la
precariedad laboral, las pésimas condiciones de vida de los mineros y de su
entorno. Coméntanos…
-Los
jornales, que no salarios que es un concepto más reciente y moderno, una de las
reivindicaciones más demandadas, eran bastante bajos pues andaban en los años
treinta del siglo pasado en torno a las 6 pesetas diarias el día que se
trabajaba, cuando una docena de huevos podía costar 2´5 pesetas o 1 kg. de pan 0´65 pesetas, lo que limitaba su capacidad
adquisitiva. Muchos mineros gastaban todo lo que ganaban en los economatos e
incluso no llegaban a la quincena que era cuando cobraban. Aceptaban los
destajos que les proponían los patrones pues era la forma de obtener unos
ingresos mayores aunque se sobrepasasen con mucho las 8 horas legales por
jornada que ya se habían establecido en 1919. Despido libre, inexistencia de
contratos escritos, muchos accidentes laborales, no seguridad social, falta de
viviendas, ningún auxilio ante el paro, desplazamientos de varias horas hasta
bocamina desde las localidades próximas a los yacimientos… Un capitalismo
salvaje que explotaba a los mineros sin compasión.
-Por cierto, explícanos un
poco de dónde venían esas empresas mineras y cómo se implantaron.
-Las
empresas mineras fueron básicamente tres:
-Industrial
Química de Zaragoza (IQZ, la conocida popularmente como “la Química”), de capital
zaragozano y que explotará el azufre de Libros-Riodeva
de forma industrial a partir de 1911 tras transportarlo en el Central de Aragón
a Zaragoza.
-
Minas y Ferrocarriles de Utrillas (MFU), de capital también aragonés, cuyos
gerentes más conocidos fueron Mariano y Santiago Baselga
que empezó la explotación minera del carbón (lignito) en 1900 tras comprar la
mayoría de las minas de la Cuenca de Utrillas y construir el ferrocarril a
Zaragoza. Pero además de MFU, hubo otras empresas de menor calado que siguieron
su explotación individual como Minas Cristina SA de Escucha del empresario
Julio García Argüelles.
-
Compañía Minera de Sierra Menera (CMSM), de capital vasco cuyos accionistas
mayoritarios fueron Ramón de la Sota y Eduardo Aznar. La CMSM inició su
andadura casi a la vez que MFU en 1900 y también construyó su ferrocarril hasta
Sagunto para exportar el mineral de hierro a EEUU y Europa que extraía de
Sierra Menera además de transformarlo en dicha localidad valenciana
Ahora
bien, más paternalista e influenciada por el catolicismo social de la Iglesia
en el caso de CMSM que en el de las otras dos: IQZ y MFU.
- De todas formas
aportaron, también, me refiero a las diferentes explotaciones mineras cierto
desarrollo haciendo que esta provincia tan dada a desertizarse,
democráticamente hablando, parase un poco, de cierta manera, esta sangría…
-Como
pasó con la instalación de las azucareras en Aragón, la actividad industrial
dedicada a la minería supuso un crecimiento de los efectivos demográficos en
las localidades en que estaban enclavadas las explotaciones mineras con
porcentajes elevados. Entre 1900 y 1930, pueblos como Utrillas (65´41%), Ojos
Negros (96´03%) o Libros (161´24%) vieron aumentar considerablemente los censos
de población, mientras que los municipios vecinos de las respectivas comarcas
también se beneficiaron de este crecimiento pero en menor medida. Fruto de
estos incrementos fueron la creación de poblados ocupados por mineros venidos
de fuera como el Barrio Minero de Sierra Menera, el de Utrillas o el de Minas
de Libros que poseían toda clase de servicios y respondían a las demandas de
los trabajadores como el ocio, la educación, la religiosidad, la adquisición de
subsistencias...
- Las gentes que dejaban
la agricultura y la ganadería y se acercaban a la minería, ¿qué perfil
presentaban?
-Básicamente
hubo dos tipos de trabajadores: los que se pueden denominar campesinos-mineros
y los mineros propiamente dichos. Esta denominación ya la “patentó” el francés
Jacques Valdour en los años veinte del siglo pasado
en sus viajes por Aragón y en su participación como minero en Utrillas. En el
primer caso se trataba de campesinos que sin dejar las explotaciones agrarias,
compaginaron el trabajo en la minería con el tradicional del campo y los
obreros dedicados exclusivamente a la industria minera, la gran mayoría venidos
de fuera e instalados en los barrios mineros que se fueron construyendo “ad
hoc”. Con el tiempo, en las CCMM sobre todo, los trabajadores fueron dejando
poco a poco el trabajo en el campo para incorporarse casi exclusivamente a la
mina. Este hecho se acentuó más en los años cincuenta y sesenta del siglo
pasado.
- Si eran de los que “abandonaban” del todo su modo de
subsistencia hasta entonces como la agricultura y la ganadería…estas dos actividades,¿ de manos de quién quedaban?, ¿eran arrendadas?-¿Se
incrementaron, de algún modo, las concentraciones de tierras a manos de pocos?
-¿De qué modo se pudieron ver afectados los cultivos, las explotaciones
agrícolas y ganaderas?
-Este
fenómeno de “abandono” de las tierras para dedicarse a la minería, se produjo
más en la Cuenca de Utrillas que en las comarcas de Ojos Negros o Libros-Ríodeva donde la mayoría de trabajadores siguieron
compatibilizando ambas actividades. Por otra parte, la mayoría de los que
dejaron el campo eran ínfimos propietarios o jornaleros con lo cual la cantidad
de tierras que dejaron tampoco fueron muchas.
- Pero también, volvamos a
los trabajadores que se acercaron a la minería, los había que compatibilizaban
la minería con estos dos sectores ¿cómo se lo hacían?
-Un
porcentaje considerable de mineros eran, como se ha dicho, a la vez campesinos
pues el sector primario era el más importante en las tres comarcas citadas. Las
empresas permitían, a cambio de otros favores, a una parte de trabajadores del
campo, que se ausentaran en la época de la cosecha de cereales como los meses
de verano. Este hecho vendría confirmado por el hecho de que en Sierra Menera,
en series de los años veinte, en los meses de julio y agosto, la plantilla de
la CMSM se redujera a la mitad (de unos 800 trabajadores en febrero, por
ejemplo, se pasaba a 400 en el estío). En Utrillas MFU empleaba esta
“permisividad” para presionar y chantajear a los trabajadores para que
abandonasen su militancia en los sindicatos de clase y se afiliasen a los
sindicatos católicos.
- Los ciudadanos que se
sindicalizaron, ¿qué tendencia política tenían? ; Algunos se sindicalizaron en
la UGT y otros en la CNT; ¿había divergencias entre ellos?…
-Los
mineros empezaron militando mayoritariamente en la UGT con centenares de
afiliados e incluso se crearon Agrupaciones Socialistas en los municipios (Ojos
Negros y Montalbán, sobre todo y más tarde en Escucha, Utrillas, Palomar de Arroyos ) que participaron en las elecciones municipales de
1931. Durante estos años UGT fue el sindicato mayoritario con mucha ventaja
sobre los demás en la minería turolense. A partir de 1933, hacia finales del
año, empiezan a surgir sindicatos anarcosindicalistas de la CNT por influencia
del Bajo Aragón que son más combativos y menos pactistas y negociadores que los
ugetistas. Solo al inicio de la Guerra Civil se llega a cierta igualdad entre
ambas centrales sindicales. Desde que surgen los primeros sindicatos de clase,
empezarán a funcionar los llamados sindicatos católicos.
- Aunque también había un
sindicato católico, ¿hacían un poco el contrapeso en las reivindicaciones y
demás?
-Los
sindicatos católicos, que antes tenían implantación solamente en la agricultura
de la provincia de Teruel, fueron promovidos directamente por la patronal en la
industria minera. En el caso de Utrillas, el propio Santiago Baselga, gerente de MFU, se encargó de presentar los
estatutos del Sindicato Católico Minero ante el Gobierno civil de Teruel y
dotar de una serie de ventajas a sus militantes, algunas ridículas como poder
jugar en un campo de fútbol que construyó MFU. Desde la empresa se veía muy mal
el que un minero militase en UGT o CNT. Los sindicatos católicos nunca hicieron
sombra a los de clase pues su militancia fue mucho menor como se pudo ver en
las elecciones a Comités Paritarios de los años veinte en las que no
consiguieron ningún representante mientras UGT acaparó todos.
- Háblanos un poco de los
otros sindicatos.
-Aparte
de CNT, UGT y los sindicatos católicos y el hipotético “abandono” de las
tierras, hubo también, por lo menos, dos sindicatos de Trabajadores de la
Tierra, afectos a UGT, en Utrillas y Escucha aunque su relevancia y militancia
fueron escasas. También hay que mencionar a los trabajadores de los
ferrocarriles Utrillas-Zaragoza y Sierra Menera-Sagunto. En el primer caso, la
mayoría se afiliaron al Sindicato Nacional de Ferrocarriles de UGT que
mantuvieron estrechas relaciones con los empleados en la Estación de Utrillas
en Zaragoza.
- En los años en que has
realizado el estudio, entre 1928-1938, desde tu reflexión ¿cómo calificarías la
evolución de estas primeras andanzas de los sindicatos mineros?
-Lo
primero fue un aprendizaje de la práctica sindical pues la gran mayoría de
mineros nunca habían militado en una organización obrera con sus comités, sus
cuotas, sus asambleas… Posteriormente, los trabajadores empezaron una formación
ideológica relacionada con el socialismo o anarcosindicalismo, cuyas ideas
desconocían.
Los
sindicatos de UGT continuaron con su labor moderada, negociadora y pactista de
época de Primo de Rivera a través de su participación en las elecciones de los
oficiales Comités Paritarios (CCPP, 50% representantes de trabajadores, 50% de
los patronos) que consiguieron controlar en las tres comarcas que hablamos. La
huelga siempre era el último recurso después de haber agotado otros medios como
la mediación de los gobernadores republicanos, delegados de trabajo, González
Peña… Sin embargo, poco a poco, ciertos sectores se fueron desengañando de los
CCPP como instrumentos de mediación pues los presidentes que debían ser
“neutrales” tendían a apoyar a los patronos y por otra parte, los empresarios
los aceptaban a regañadientes porque eran opuestos a ellos.
La
CNT, menos numerosa en militancia, rechazaba frontalmente los CCPP (Jurados
Mixtos durante la II República) y era partidaria de la acción directa, de la
huelga general y fue acogiendo poco a poco a aquellos desengañados ugetistas.
También atacaba a UGT desde la Comarcal de Utrillas (especialmente a sus
secretarios, Daniel Villa y Emilio Galán) por su teórica dependencia del SOMA
asturiano y por su tibieza y cierto conformismo en las huelgas que se
convocaron.
- La mina, también trajo
el ferrocarril y eso fue positivo, pero es como si el ferrocarril, en Teruel,
estuviese solo a merced y a disposición de todo esto y de sus intereses más que
de los ciudadanos, así se ha demostrado después…
-Ten
en cuenta que los ferrocarriles en Teruel que yo más conozco, incluido el
Central de Aragón, se construyeron básicamente con el fin transportar
mercancías. En el caso del de Utrillas sí que compatibilizaba el transporte de
personas con el de carbón a Zaragoza pero con escaso éxito En el tren de Sierra
Menera a Sagunto hubo propuestas y demandas de los ayuntamientos de los
municipios de la comarca (Peracense, Villar del Salz, Rodenas…), en los años veinte del siglo pasado, para
transportar vecinos en el tren minero pero la compañía de Sierra Menera se negó
rotundamente a prestar este servicio.
- Serafín, ¿cómo fue el
proceso de documentación para este libro?
-El
tema era prácticamente inédito al empezar el trabajo aunque como formaba parte
de mi futura tesis doctoral, ya disponía de cierta información a través de
algunos artículos aislados de Eloy Fernández Clemente sobre la minería y el
ferrocarril turolenses, así como algunos manuales sobre la UGT en Aragón cuyos
autores más conocidos eran Carlos Forcadell, Santiago
Castillo, Luís Germán, Martín Ramos…). También otros de orientación sociológica
publicados por Alexia Sanz, Jacques Valdour, Vicente
Albero…. En cuanto a la bibliografía anarcosindicalista, mencionaremos a los
clásicos como Julián Casanova, Alejandro D. Torre, Graham Kelsey…,
incluida la Comarcal de Utrillas, siempre con cierta precaución.
Ahora
bien, las fuentes principales han sido los dos archivos, el de MFU y el de la
CMSM, que se conservan magníficamente en Utrillas y en el Archivo Histórico
provincial de Teruel, respectivamente. Otro archivo histórico digno de
mencionar es el de la Fundación Pablo Iglesias en Madrid que conserva
correspondencia entre los sindicatos y agrupaciones socialistas de localidades
turolenses y el Comité federal del PSOE y UGT. Por último subrayar las
aportaciones hechas por la documentación procedente de la Causa General.
Citar
además la abundante y rica prensa histórica turolense de la época primorriverista y de la II República como La Voz de Teruel,
República, El Pueblo, El Mañana… pero, sobre todo, ¡Adelante!, que constituye
el único periódico obrero socialista que se publicó en Teruel durante la II
República.
- ¿Y la metodología de
trabajo?
-La
metodología seguida fue la habitual para estos los trabajos de investigación:
consulta del estado de la cuestión cotejando toda la información que sobre el
tema se había publicado ya, que era muy poca y muy genérica. A partir de ahí,
búsqueda de información y de datos procedentes de las diversas fuentes que
hemos usado (archivos, prensa histórica, manuales…). Finalmente, contraste de
estas aportaciones y establecimiento de unas conclusiones.
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Los primeros sindicatos mineros de
Teruel (1928-1938). José Serafín
Aldecoa Calvo
357 páginas 20,5 x 13 cms.
17,00 euros
Comuniter
A partir de la primera década del siglo XX, un
buen número de campesinos de la provincia de Teruel ( Ojos
Negros, Libros, Montalbán, Utrillas, Escucha...) cambian su "modus
vivendi", con dedicación a tiempo total a la minería y dejan a un lado la
agricultura y la ganadería tradicionales; otros, sin embargo, compatibilizarán
ambas tareas: son los campesinos-mineros. El desarrollo de la industria y la
buena coyuntura internacional supusieron el aumento de la producción y la
necesidad de emplear mucha más mano de obra, que unas comarcas de débil
demografía no podían cubrir, significó la llegada de cientos de obreros de
otras provincias y la creación de los barrios mineros en Libros, Utrillas y
Sierra Menera, principalmente. Las condiciones socio-laborales e
higiénico-sanitarias dejaban mucho qué desear, así que a finales de la segunda
década del siglo XX, más tarde que en otras zonas mineras de España, se
consolidaron los primeros sindicatos mineros de clase, primero de UGT y a
finales de 1933, surgen los de CNT con fuerza. La patronal integrada por
Compañía Minera de Sierra Menera (CMSM), Industrial Química de Zaragoza (IQZ) y
sobre todo, Minas y Ferrocarriles de Utrillas (MFU), impulsará y fomentará la
creación de sindicatos católicos para contrarrestar la fuerza que iban
adquiriendo los primeros, otorgando ventajas a los mineros que se afiliaban.
Los sindicatos de clase recogerán las demandas de los trabajadores y plantarán
cara a los empresarios buscando la firma de un contrato de trabajo que fijase y
mejorase las condiciones laborales de los mineros. Estos sindicatos, con
diferente suerte, harán frente y resistirán las embestidas de los militares
sublevados en julio de 1936 hasta que la entrada de las tropas franquistas en
marzo de 1938, acabe con todos ellos.
José Serafín Aldecoa Calvo es natural de Monreal del Campo (Teruel).
Maestro y Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza.
Ha realizado los cursos de Doctorado, por lo que está en posesión del DEA
(Diploma de Estudios Avanzados), paso previo para la elaboración de la tesis
doctoral sobre Sindicatos y conflictividad social en la provincia de Teruel
durante la II República. Socio fundador y vicepresidente del Centro de Estudios
del Jiloca. Colaborador asiduo de la asociación memorialista "Pozos de Caudé". Ha sido becado para la realización de
investigaciones y estudios en dos ocasiones por el Instituto de Estudios
Turolenses y una por el Centro de Estudios del Jiloca. Autor de tres libros
sobre Teruel sobre el mundo laboral y la Comarca del Jiloca y coautor de varios
libros más. Ha sido ponente y ha presentado comunicaciones en varios Congresos
y Jornadas sobre Historia Contemporánea e Historia de la Educación. Ha
publicado numerosos artículos de carácter histórico y etnológico en revistas de
Aragón y ha impartido conferencias sobre temas como el ferrocarril, la
educación, el movimiento obrero (CNT y UGT, sindicatos católicos...), la II
República, la represión franquista, el Modernismo…
Índice
Presentación y justificación
1.- Domingo Gascón y Guimbao y la minería turolense
2.- Área geográfica minera
3.- Las empresas mineras
4.- Los ferrocarriles mineros
5.- Los mineros y sus condiciones socio-laborales
6.- Panorama del sindicalismo en Teruel en el primer tercio del siglo XX
7.- Los sindicatos mineros de UGT
8.- Los sindicatos mineros de CNT
9.- Los sindicatos mineros católicos
10.- Otros sindicatos
11.- Agrupaciones socialistas
12.- participación en política de los sindicatos mineros y de las AASS
13.- Reivindicaciones de los mineros
14.- La conflictividad laboral en los cotos mineros
15.- El Frente Popular
16.- La Guerra Civil
17.- El final de las centrales sindicales. La ocupación de las CCMM
18.- Conclusiones
SIGLAS
BIBLIOGRAFÍA
ARCHIVOS
WEBGRAFÍA
VIDEOGRAFÍA
ANEXOS
CUADROS
NOTAS Y CITAS BIBLIOGRÁFICAS
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44564 - Mas de las Matas (Teruel)
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