Cazarabet conversa con...   Julio Andrés Gracia Lana, autor de “Las revistas como escuela de vida. Diálogos sobre el cómic adulto (1985-2005)” (Universidad de León) y “El cómic español de la democracia. La influencia de la historieta en la cultura contemporánea” (Prensas de la Universidad de Zaragoza)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Volvemos a conversar con Julio Andrés Gracia Lana sobre dos libros en torno al mundo de la historieta y del cómic.

El autor que dedicó su tesis doctoral a la "Intermedialidad en el cómic adulto en España" fue publicada, después, con Prensas de la Universidad de Zaragoza y con la Universidad de León y su departamento de Publicaciones.

Intermedialidad en el cómic adulto en España (1985-2005). De la historieta a la pintura, el audiovisual y la    ilustración / Julio Andrés Gracia Lana (unizar.es)

Así que en Prensas de la Universidad de Zaragoza publica la parte de presentación y análisis reflexivo propio, así como su investigación sobre la influencia de la historieta en la cultura contemporánea; mientras que en el departamento de publicaciones de la Universidad de León se nos presentan las entrevistas, en tono de conversación, que el autor tuvo con los protagonistas del cómic adulto entre 1985 y el 2005.

El cómic español de la democracia. La influencia de la historieta en la cultura contemporánea (unizar.es)

Las revistas como escuela de vida. Diálogos sobre el cómic adulto (1985-2005) | Servicio de Publicaciones ULE (unileon.es)

El autor ya ha estado con nosotros con Los 80 dibujados:

Cazarabet conversa con... Julio Gracia Lana, coautor de “Los 80 dibujados. Cómics de la movida aragonesa” (Prensas de la Universidad de Zaragoza)

 

 

 

Cazarabet conversa con Julio Andrés Gracia Lana:

- Julio, en concreto desde tu tesis, ¿qué querías investigar y desentrañar?

-Buscaba trazar un panorama sobre una parcela poco conocida: la situación cultural cuando las revistas del boom del cómic adulto desaparecen.

Es un evento que se conoce poco fuera de la historia de la prensa, el cómic y el humor gráfico, pero que nos habla de un cambio de paradigma a nivel de consumo cultural. De pervivencia, decaimiento o auge de ciertos medios de expresión por encima de otros.

Las autoras y los autores pasan de tener un espacio de difusión de sus obras, donde cobran de forma regular y pueden ver el desarrollo creativo de otras firmas de manera paralela, a ver cómo todo el sistema desaparece. Muchos de ellos pasan entonces a trabajar en medios como el audiovisual, pero también la pintura o la ilustración. 

- ¿Por qué, al margen del volumen considerable que hubiese ocupado, lo divides en dos libros publicados, además por dos Universidades diferentes?

-Quería que las autoras, autores, editores o libreros tuvieran el espacio propio que otorgaba un libro. Y que su voz fuera la primera en ser publicada, como protagonistas del momento. En un encuentro en Francia conocí personalmente a José Manuel Trabado, director del Servicio de Publicaciones de la Universidad de León y de la colección Grafikalismos. Se trata de la única reunión de libros especializada en teoría de cómic y editada desde una universidad castellanohablante. Me pareció que era el lugar perfecto para que las y los entrevistados encontraran un buen eco.

En lo que respecta al discurso de la tesis doctoral, el hueco vino proporcionado por la colección De Arte de la Universidad de Zaragoza, dirigida por Concha Lomba. El libro recibió el Premio a Mejor Monografía en Artes y Humanidades de la UNE, galardonando el trabajo de la editorial.

- Desde tu punto de vista, ¿qué vacíos en la historiografía en torno al cómic y la historieta quedaban por explicar y, por tanto, investigar?; ¿por qué crees que existen esos vacíos?

-La desaparición de las revistas, en su mayoría, estaba pendiente de estudiar. Espero humildemente haber llenado algún hueco historiográfico en ese sentido.

Sin embargo, aún queda mucho por explorar. Sigo localizando fondos, autoras y autores que completan o van más allá de lo que escribí. La importancia que tuvo la desaparición de las revistas permite muchos abordajes. Lo que planteé fue solo un primer paso.

Los vacíos historiográficos siempre van a existir. El cómic es víctima de un cierto olvido por los tópicos que ha arrastrado como objeto de estudio en ciertos campos. Entre ellos se encuentran el vínculo con el entretenimiento o el universo infantil -estereotipos que, aunque fueran ciertos, no deberían evitar ninguna aproximación-. No obstante, las lagunas existen en muchos ámbitos de la Historia del Arte. Necesitamos más profesionales que se ocupen del inventariado, catalogación, puesta en valor, difusión y gestión de las manifestaciones culturales.

- ¿Crees que pasa lo mismo en tono a la viñeta diaria de los periódicos y diarios o estas por su idiosincrasia de salir, día a día, digamos que adquiere otra dimensión en su propio estudio dentro del paso por la historia?

-El humor gráfico en España tiene muy buenos análisis, como los firmados por María Iranzo-Cabrera o Gerardo Vilches. Es cierto que la conexión con la realidad cotidiana le ha dado en ocasiones una mayor visibilidad, pero también sigue siendo un campo que admite todavía muchos análisis.

- ¿Qué crees que marca un antes y un después en el relato de la historieta y de su influencia en la cultura contemporánea…?

-Como te comentaba, en mi investigación planteo que el decaimiento de las revistas periódicas sobre historieta supone una cesura en este relato. El cómic deja de consumirse de forma segmentada en capítulos de publicación periódica y se abre un horizonte nuevo. Supone también, por ejemplo, una mayor precarización para las autoras y autores que trabajan en el medio. Pasan de cobrar una cantidad concreta por página a hacerlo en forma de adelantos -en ocasiones, ni eso-. 

- Enlazo con la pregunta anterior porque hay una evolución, unos cambios que… ¿a qué dirías que obedecen? Más a las “nuevas plumillas” que van asomando por el horizonte y que vienen pisando fuerte o a la propia ola donde todos y todas vamos subidos a la manera de vivir la historia, de percibirla.

-Parece bastante demostrado por los estudios sobre el tema que la transición fue cultural antes que política. Los historietistas y humoristas gráficos que abrieron camino fueron una parte muy relevante del proceso de avance democrático. Es decir, las “nuevas plumillas” serían piezas clave.

- Entiendo mucho lo de “autores sin revistas” porque también pude pasar lo mismo con los escritores sin libros, ¿no?; la sensación, el camino, pienso, puede ser similar.

-Efectivamente. El formato de distribución y consumo condiciona la creación. Podríamos establecer otro símil, por ejemplo, con “cineastas sin cines” en pleno auge de las plataformas de streaming.

- ¿Se vuela hoy de manera más independiente a la hora de crear tus propias historias…? Otra cosa es poder publicarlas, ¿qué nos puedes decir al respecto?

-El cómic de género de los ochenta -western, ciencia ficción o fantasía, entre otros- definía muchas de las historias que se creaban. Este hecho no implicaba que no pudieran configurarse relatos con una autoría muy marcada: dentro de la ciencia ficción, Josep Maria Beà constituye un buen ejemplo con propuestas como Historias de taberna galáctica.

Es cierto que el formato libro y la idea de novela gráfica, suelen traer consigo un margen más amplio para la creatividad, pero, como hemos comentado, la desaparición de las revistas trajo consigo otros problemas. Tal y como refieres, una cosa es hacerlas y otra muy distinta “poder publicarlas” o que se pague adecuadamente a la autora o el autor por su trabajo.

- ¿Qué camino hay del mundo del editor a las manos del lector y lectora, pasando por la tienda de cómics?

-Una senda muy larga de acompañamiento y revisión editorial, distribución especializada (con la complejidad que ello supone) o recomendación a la lectora y el lector potencial por parte de las librerías especializadas. En los años ochenta y noventa estas últimas empezaron a desarrollarse gracias a figuras como Albert Mestres, Manuel Molero o Bruto Pomeroy. Desplazaron a los que, hasta ese momento, habían sido los puntos de distribución tradicionales de la historieta, vinculados con el formato revista: los quioscos.

- En el periplo de la investigación de tu tesis que te lleva al trabajo que se presenta en estos dos libros…la investigación más narrativa que se expone en el libro que edita Prensas Universitarias habrás aprendido mucho, pero ya no digo nada con las conversaciones y diálogos con los autores, editores con el libro que has editados con la Universidad de León, coméntanos por favor…

-He aprendido mucho en archivos y bibliotecas, pero sobre todo ha sido muy enriquecedor realizar las entrevistas. Las revistas como escuela de vida recoge solo una parte de todas las que planteé durante la tesis doctoral. Conocer a autoras, autores, editores o libreros ha sido capital para comprender lo que sucedía en el contexto que he estudiado. Sigo utilizando mucho la fuente oral para mis investigaciones. La entrevista es una herramienta básica para la construcción del relato histórico.

- ¿Qué importancia tiene el cómic en la cultura contemporánea?

-El de una manifestación artística con un lenguaje propio. Sin ella no podemos entender la cultura de masas configurada en la contemporaneidad. Es una parte más del puzle, al igual que la fotografía o el cine.

Con la desaparición progresiva de las revistas del boom, algunas voces destacaron que la historieta podía prácticamente perderse como manifestación artística. Era posible que se produjera un fenómeno similar al que se había planteado con la fotonovela años antes. Esta había pasado del apogeo -con el género melodramático- al olvido. Pero el cómic supo reinventarse a partir del álbum y del formato libro.

- ¿Por qué crees que se produce un auge en el cómic y en las revistas de historietas?

-Se sumergen en la ola general de la eclosión de los medios en papel, del que forman parte las revistas satíricas. Resulta además fundamental para comprender su desarrollo la presencia de figuras como Luis Gasca, que apostaron por el formato revista y por autores que más adelante fueron muy importantes en el boom del cómic adulto. Entre ellos, Beà o Enric Sió.

- ¿Qué revistas y/o publicaciones de cómic fueron un referente que marcan un antes y un después…?

-Quizás la más destacada del boom sea El Víbora. Marcó un camino a seguir para muchas otras y reunió a figuras como Laura Pérez Vernetti, Max o Nazario. Fue la más longeva del auge del cómic adulto: su último número se publicó en el año 2004. Zona 84, Cairo, Cimoc, Totem… muchas publicaciones marcaron un antes y un después en distintos campos. Gracias a ellas difundieron sus obras autores nacionales, pero también se dieron a conocer referentes internacionales como Richard Corben o Masashi Tanaka.

- Los autores, ¿cómo y de qué manera se adaptan a las diferentes fluctuaciones sociales que, seguro, les influyen?; ¿qué nos puedes decir de estas influencias?

-Sobreviven a un sistema que se vuelve más hostil. Muchos abandonan el medio para no regresar nunca. Otros emigran creativamente a mercados más activos -como el francófono o el estadounidense-. Y algunas autoras y autores, como hemos hablado, abrazan otros medios de expresión. Por situar un ejemplo, Nazario -uno de los grandes referentes del underground-, deja atrás la historieta y desarrolla su carrera en el ámbito de la pintura realista. Vende sus creaciones en galerías y sus obras se muestran en la feria de arte contemporáneo ARCO.

- Pero el cómic experimenta un viaje muchas veces hacia el lienzo, otras -casi diría, a mi entender más previsibles- al audiovisual y a la ilustración… ¿cómo es ese “viaje”?

-Natural. Por regla general, las autoras y autores ya tenían algún interés previo o habían trabajado en dichos medios. Derivan sus intereses creativos en este sentido y muchas veces no abandonan por completo la historieta. Buenos ejemplos son Miguelanxo Prado y Max, que trabajaron en el territorio del audiovisual y en la ilustración, pero que recibieron más adelante el Premio Nacional de Cómic. Prado por Ardalén (2012) y Max gracias a Bardín el Superrealista (recopilación publicada en 2006), siendo además el primer autor en recibir el galardón, creado en el año 2007.

- Perdona la ignorancia. Cómic, ilustración… ¿cuáles son las principales diferencias?

-Se podría decir que cómic e ilustración se diferencian entre sí como cine y televisión. Comparten un mismo lenguaje, pero su utilización y forma de consumo son diferentes. El humor gráfico podría integrarse dentro de la etiqueta “cómic”.

- ¿La denominación y la nueva irrupción de la novela gráfica viene a narrar de otra manera tanto desde lo escrito a lo dibujado las historias?

-El formato libro -especialmente vinculado con la idea de novela gráfica- permite una mayor libertad, en tanto que el marco editorial al que se ajusta es, por así decir, más laxo que en formatos como la prensa o las revistas. El cómic se adapta al tiempo que vive y llega de una manera distinta a sus lectores potenciales.

- Crees que tanto las historietas o desde la novela gráfica, que son dos sectores que han salvado la salud lectora de muchos lares, se puede incentivar a la lectura…

-Por supuesto. El cómic puede incentivar a la lectura y su uso resulta positivo en este sentido, siempre que no sea el único. No debemos entender la historieta como un paso previo a lecturas más “serias”, sino como un fin en sí mismo.

- Todo boom presenta, tarde o temprano, una caída, más o menos ligera, ¿cómo y de qué manera se dio y puede darse?

 -El final de las revistas se produjo con motivo de una auténtica “tormenta perfecta”. Uno de los muchos factores que intervinieron fue la creciente división de la “tarta” del ocio: el aumento de los canales y la oferta televisiva o la llegada del videojuego. Pero también factores que tienen que ver con los puntos de distribución -los quioscos, como hemos comentado, perdieron importancia- o cambios en los hábitos de consumo de los lectores. Estos comenzaron a optar por la compra en formato álbum de las historias de un personaje que les gustara, antes que adquirir una revista que reunía a muchas firmas.

El contexto es totalmente distinto, pero para evitar algo similar en el territorio actual que comanda la novela gráfica, desde mi punto de vista, tendríamos que cuidar especialmente los dos extremos de la cadena industrial: autoras, autores y público lector.

 

        

 

 

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