Cazarabet conversa con... Jesús Díaz Herrera, autor de “Nacuxa. Diario
de una misión” (Notting Hill)
Jesús Díaz
Herrera vuelve, casi sobre los pasos, a Nacuxa Mozambique para mostrarnos, en
un diario, cómo es su experiencia y cómo es la situación a través de sus día a
día…
La sinopsis, Que
viajar es una huida es una verdad a medias que algunos toman como dogma de Fe
por cobardía, pero lo cierto es que, aunque lo disfracemos de reto profesional,
académico o diga usted lo que quiera, esto queda en un plano muy lejano del que
ocupa la verdad. La verdad del conflicto interior que nos lleva a levantar el
vuelo y a posar nuestros pesados pies a diez mil kilómetros de casa va mucho más
allá de cualquier explicación que se tenga por cerrada. Cuando además este
viaje nos devuelve a tierras africanas donde el ritmo nos cambia el paso con un
calor casi siempre insoportable, nos dejamos envolver por algo primigenio que
nos interpela y nos llama a la reconciliación en medio del dolor. Es así como
nuestro desamor se convierte en esperanza y al regresar, en tiempos de absoluta
soledad, no nos asusta la tristeza porque el corazón vuelve a latir para
intentar resucitar. Y es que en el fondo sabemos que al regresar se vuelve al
principio y que, en principio, siempre se puede volver a comenzar.
El autor, Jesús
Díaz Herrera, Sevilla 1978
Licenciado en
Sociología y Máster en Liderazgo Democrático y Comunicación Política por la
UCM. Actualmente se encuentra realizando estudios de doctorado en Historia
Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid, trabaja para la integración
sociolaboral de inmigrantes y es profesor de Filosofía en enseñanza
secundaria.
En los últimos
años, fruto de un proceso de profunda conversión al cristianismo su discurso ha
dejado atrás los postulados libertarios y, sin abandonar una visión crítica de
la realidad, ha centrado sus intereses en torno al fenómeno colonial y la
descolonización, atendiendo a los elementos conformadores de la identidad
nacional, que en el caso africano se debate entre la impostura occidental y el
victimismo propio. En su tercera estancia en Mozambique, donde realizó las
prácticas extracurriculares del Máster en Profesorado de la Universidad Pontificia
de Comillas, ha quedado impregnado de una visión soteriológica de la historia
donde la salvación de unos implica – necesariamente – la salvación de los otros
y viceversa.
Otras
publicaciones:
El prólogo:
Este autor y
Acabo de leer las páginas que a continuación van a poder ustedes disfrutar. Las
prologo con sumo gusto; de entrada, por la amistad que nos une, pero si esto ya
justificaría de por sí la tarea, después de leer su corto "diario" de
la que fue su tercera estancia en Mozambique -no pudo ser más amplio dados los
acontecimientos que se sucedieron tras la irrupción de la pandemia Covid-19.
tuvo que salir de allí "por piernas"-, a la amistad se une
necesariamente la admiración.
Se nota que ha
escrito estas páginas no solo con la cabeza -siendo la presencia de su claro
entendimiento uno de los parámetros más notables de su contenido-, sino y
especialmente con su corazón. Un corazón que le desborda, y que avalora y
acrisola todo lo que aquí escribe, dándole esta impronta de credibilidad y de
profunda honradez que cobija primero, y muestra -enseña- después, sin ningún
pudor mal entendido, y peor administrado.
No es su caso.
La clara
sinceridad que desbordan estas líneas, y el pensamiento transcendente que
manifiestan, creo que son la mejor presentación para este breve diario.
Os emocionará.
Aunque bastantes veces tenga uno que releer lo leído para entrar y captar la
profundidad y en la intensidad de lo expresado, que no es tan sencillo como
pueda parecer en una lectura superficial.
Ojalá tenga el
éxito que se merece.
Y sigue
escribiendo, Jesús: necesitamos de ti, de tus palabras y de tu corazón.
Madrid, 25 de
agosto de 2022.
José Luis
Aberasturi y Martínez
Sacerdote.
El autor ya ha
estado varias veces con nosotros:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/pestana.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/nacuxa.htm
Cazarabet
conversa con Jesús Díaz-Herrera:
-Jesús,
¿por qué esta vuelta a la misión en Nacuxa toma forma de diario?
-En
primer lugar… hay un dicho muy conocido ya por todos los que pisamos suelo
africano: “nadie se va de África”… si has estado allí
ya no regresas. En Nacuxa tengo una historia que resolver: la mía propia. No
hay lugar en el mundo por el que uno pase en el que no quede su huella y
viceversa. En este caso, creo que mis pies allí dejaron un surco insignificante
para lo que Nacuxa significó y significa para mí. En algún momento llegué a la conclusión de
que en África está el origen de todo lo que ando buscando.
En
segundo lugar, recuerdo que en la entrevista que mantuvimos allá por 2016 –
como pasa el tiempo, por cierto – cuando volví de mi primera estancia en
Mozambique, recurrí a una cita de Virginia Wolf para defender la opción del
diario personal como obra literaria. No
tengo más remedio que hacer referencia nuevamente a esos “diamantes en un
basurero” que pueden suponer tantas palabras arrojadas sobre el papel… tantos
pensamientos… Sin embargo, creo que los años han templado mi pluma. La
intensidad no ha cambiado, no sé escribir sin carga emocional. No sé vivir en
la tibieza y sufro las consecuencias. Me siento igual de expuesto que entonces,
y también vulnerable, y no me da igual… porque si hubiera escrito algo
previsible, algo templado… me hubiera traicionado. No me interesa lo políticamente
correcto, aunque intento no abusar de la irreverencia.
-¿Qué
propósito existencial y “de espíritu” necesitabas como “saciar” en esta tercera
ida a Nacuxa… formaba parte el diario de ello?
-En
esta ocasión se dio gracias al convenio firmado por la Universidad Pontificia
de Comillas y el Instituto Mártir Cipriano de Nacuxa, para que yo pudiera hacer
mis prácticas extracurriculares como profesor de Historia en enseñanza
secundaria. En cuanto al diario, se
vislumbra una conversación constante con un interlocutor que no se manifiesta,
pero con el que entro en conversación de forma dolorosa con mayor o menor
amargura, según el día. No viajo a África solo, uno lleva consigo un montón de
cuestiones personales. La quietud, el cambio radical de escenario, el concepto
de la vida y su filosofía diaria… La misión es de ellos hacia mí, sin duda
alguna.
-Un
diario sobre el que revolotea todo el rato la pandemia que nos ha tenido
atenazados mucho tiempo…
-Sí,
desafortunadamente, así ha sido. De todos modos, creo que sufrimos pandemias
peores. No quiero que suene a frase hecha o recurrente, ni a tópico facilón,
pero la avaricia, el rencor, la concupiscencia… el odio… hay una lista
interminable de “enfermedades” espirituales que nos matan. Afortunadamente
existen reminiscencias en el alma que nos ofrecen el antídoto oportuno para
este tipo de virus espirituales: la sublimación, el perdón, la paciencia… el
AMOR con mayúsculas… la lista sería interminable. Harían falta cien vidas para
cultivar todas estas virtudes y nunca lograríamos aplicarlas a la perfección.
El COVID-19 se ha llevado muchas vidas. Arrojados como somos a ella no nos
queda otra que bregar con lo que nos llega y pelear. No será el COVID u otra
pandemia la que nos extermine, si ha de ocurrir, los motivos hemos de buscarlos
mucho más en lo profundo del ser humano, en nuestra traición a la ley kantiana…
en nuestra incapacidad de elevarnos por encima de nosotros mismos.
-Cuéntanos
un día corriente en una misión como la que pueda ser Nacuxa… ¿Tiene
particularidades que no tienen otros lares?
-El
día empieza muy temprano. La luz se abre paso poco más allá de las cinco de la
mañana. El uso horario es el mismo, pero la intensidad de la luz es distinta que en España, amanece muy pronto, anochece antes también.
La misión de Nacuxa es un complejo educativo compuesto por varios pilares: la
sección agropecuaria y sus diferentes ramas de formación profesional asociadas,
donde también se imparten formaciones orientadas a un sector laboral más
técnico, de cuello blanco, por decirlo de algún modo. A su vez, ha ido
creciendo el número de estudiantes de enseñanza secundaria y bachillerato, que
en ocasiones alcanzan estudios universitarios, ya fuera del politécnico. Todo
está engranado y ha ido creciendo por la base, la alimentación. Cada lugar
tendrá sus particularidades, en Nacuxa, lo que más me llama la atención es ese
“caos ordenado” … parece nada funciona, pero todo avanza. Tal vez sea una
cuestión de prisma cultural… me gustaría saber qué piensa un africano cuando se
enfrenta por primera vez a la Gran Vía de Madrid…
-Y
la realidad de un lugar y de un continente azotado, calumniado, saqueado por
los que nos sacudimos el polvo en lo que llamamos “primer mundo”
-Puedo
hablar de lo que conozco personalmente, aunque sabemos ya de sobra que África
es continente rico, pero pobre, por mor de un imperialismo que cejó en el
empeño colonial ante la creciente conciencia política de los pueblos sometidos.
La realidad, a día de hoy es compleja: por un lado, resulta obvio que a pesar
de no existir una soberanía directa política y militarmente hablando, las
finanzas y el comercio globalizados hacen de África y los países que la
conforman una región. La lucha por un desarrollo económico independiente es la
lucha por la segunda y definitiva independencia, pero esta victoria… esta
liberación de unos y otros, pasa a mi entender por una praxis político-social
responsable de unos y otros, igualmente. Quiero decir, que no se libran los
gobiernos africanos de vicios y servidumbres que hacen del pueblo un rehén de
los poderosos, tengan el color de piel que tengan. Entendiendo esto se podrán
construir identidades positivas, con orgullo patrio y al mismo tiempo
integradas en el sistema-mundo que vivimos en la actualidad.
-Cuando
volaste a Mozambique ya había noticias muy serias, aun así, marchaste…
-Me
marché… y me habría quedado más tiempo si no hubiesen cerrado el espacio aéreo.
En ese momento, y aunque suene extraño… no tenía nada mejor que hacer aquí. Las
personas que me quieren pueden molestarse por esto, pero así lo sentía. Y no
creas… cada día me pregunto si estoy en el sitio equivocado, si mi lugar está
aquí o allí, hay días que los paso tratando de discernir la cuestión. Creo que tengo el alma un poco africana; no
puedo pensar en ellos sin sentir melancolía y cierta angustia por no haber
podido hacer algo más grande que este pequeño diario que os presento en esta
entrevista.
-El
diario te da como más libertad para desde el día a día tratar aquello que, en y
desde ese día, te incidía más desde dentro, ¿no?
-El
diario me sale de las entrañas.
No
necesito escribir un relato largo que mantenga al lector atento al nudo y
desenlace. Cada día es una pequeña historia, con su final incluido. Todas
juntas conforman el relato de mi viaje, y de mi vida… constantemente inacabado…
-Por
tu diario pasan y desfilan personajes que son la verdadera alma de Nacuxa, de
la misión…
-Sin
duda, cada uno de ellos construyen la historia, desde aquellos que son los
baluartes de la misión como los que se cruzan conmigo un solo instante, a veces
sin hablar pero dejándome un mensaje. Yo solo soy el
narrador que quiere presentaros un ambiente, un ambiente que primero me he
tenido que tragar para poder vomitarlo… como una purga personal en el mejor
sentido de la palabra.
-La
misión, toda ella desde la más práctica hasta la más espiritual, se encuentran
desde el día a día y en todas partes…o
es lo que me parece. ¿Qué nos puedes comentar?
-Desde
luego… ¿qué ocurre cuando nuestra vida pierde sentido? No puedo concebir la
vida sin una misión. Necesito creer – y creo – que estamos llamados a construir
un mundo mejor, aquí y ahora, con nuestras propias manos, con nuestro
intelecto… con nuestro espíritu. Hay que dar la batalla, ponerse en marcha
obedeciendo a ese primer impulso, aunque solo podamos tomar plena conciencia de
lo que hacemos después. No dejar que predominen en nosotros sentimientos de
egoísmo, codicia y agresión, que no sean ellos los que moralmente nos rijan,
sino la paz, la alteridad sin renunciar a lo que somos, abriendo caminos de
entendimiento, que siempre los hay si se quiere y nuestra soberbia nos lo
permite.
-¿Qué te
supuso tener que acortar esta misión, la tercera vez que visitabas Nacuxa, por
el tema del Coronavirus?
-Me
resistí hasta el último segundo. No quería escuchar. Después, poco a poco la
gravedad de la situación se impuso y no quedó más remedio que regresar. De la
frustración pasé al miedo, del miedo a la esperanza y de la esperanza a la
impotencia de ver como el ritmo de mi vida occidental ha vuelto a atraparme
entre mil obligaciones y problemas que no puedo eludir, para no volver. Soy
feliz con lo que hago, pero siento que no hago todo lo que puedo en el lugar
que debo. No logro disipar esta pequeña tormenta dentro de mí, pues haga lo que
haga… decida lo que decida me sentiré culpable. No obstante, y sabiendo que he
de volver, hago de mi trabajo Nacuxa, intento hacer de mis clases y de mi
oficina, de mi casa y mi familia – con todas sus dificultades - tierra de
misión, no queda otra.
-Por
lo que leo lo peor que llevas es el tema de los bichos…que si mosquitos,
cucarachas, arañas…
-Jajaja…
sí, para mi es toda una terapia de choque en sentido literal, porque en África
los bichos te “tocan” … no sé si me explico. No sé si es por sugestión, pero
todos ellos me parecen más grandes y más numerosos. Seguramente no sea para
tanto, pero es mejor tapar cualquier rendija por si las moscas…
-Al
principio de la pandemia del Covid-19 de veras que creía que esa crisis
sociosanitaria nos haría un poco o un tanto más fuertes y mejores entre
nosotros, pero, me duele en el alma, ver, según mi punto de vista, que creo que
este mundo de hoy para nada mejor que el de finales de aquel invierno del 2020…
-Estoy
de acuerdo contigo y creo que se debe en parte a lo que te decía más arriba,
nuestros valores marginales no se han invertido. La vida nos vale dinero y en
conseguir este dinero la malgastamos. Al César lo que es del César… correcto,
el problema es que este César está reclamando lo que no es suyo y se lo estamos
entregando en bandeja de plata. Nos han robado el alma y por eso vivimos como
autómatas… con el alma dormida, solo ese leve repelo que siento al mirarme al
espejo antes de acostarme cada día me hace soñar con un gran despertar, porque
en el fondo sabemos que vivir así no es vida, por más que nos machaquen desde
el discurso oficial. Que se metan su diversidad e integración donde les quepa
aquellos que utilizan estos conceptos para no tenerse que mostrar, para no
mojarse, esos que te dicen que vayas de cara y cuando lo haces se escabullen y
se revuelven con odio y felonía. No podemos integrar y aceptar lo que no es
bueno ni perseguir como deseable una diversidad que pretende ampararse en el
relativismo para no condenar la maldad, el robo, el aprovechamiento y la
cosificación de nuestro prójimo.
-Jesús,
tú me podrás dar tu opinión como creyente ---bueno, algo más que creyente---
¿qué nos pasa como humanos para hacer y consentir que este mundo sea tan
egoísta y esté enfermo de poder?
-En
clave de Fe, te diría que es el pecado que nos domina. Ya dijeron los teólogos
de la liberación que vivimos conforme al pecado estructural sobre el que está
construido el mundo y que provoca desigualdad e injusticia, pero el combate
empieza en nosotros mismos, en palabras de San Pablo: "Porque sabemos que la Ley es espiritual,
pero yo soy carnal, y estoy vendido como esclavo al pecado. Y ni siquiera
entiendo lo que hago, porque no
hago lo que quiero sino lo que aborrezco.” Es un verdadero drama interior que
solo se resuelve desde la toma de conciencia, desde la propia aceptación de
nuestras limitaciones, con misericordia (comprenderse no es flagelarse), para
vencernos cada día y avanzar. Queremos dominar al otro y no somos capaces de
dominarnos a nosotros mismos.
-Llegas
aquí y ya te encuentras con las restricciones y, el confinamiento, con un mundo
casi o semi paralizado… ¿no te dio, desde esa perspectiva tuya como humano tan
arraigado a la fe cristiana y a la sociedad, de seguir con un diario desde otra
perspectiva porque en Nacuxa es necesaria una misión, claro que sí…pero aquí
andamos necesitados también de misiones que nos rescaten, quizás primero de
nosotros mismos…
-Hay
muchos misioneros entre nosotros, pero aquí tenemos demasiado ruido y poco
espacio y tiempo para pensar. Es imposible escuchar nada… Tendría que acotarlo en el tiempo, para que
no fuera algo eterno, pero recojo el guante. Un diario desde aquí, puede
resultar interesante.
-Jesús,
te he notado desde el diario como más cercano a tu espiritualidad de la fe
cristiana que tu abrazas como más comprometido, ¿es una impresión o…?
-…
es cierto. Con todas las incoherencias que pueda tener, pero sí, me siento cada
vez más miembro de la Iglesia y más firme en mi Fe. La lucha es intensa, pero
no desisto y sé que este es el camino. Con confianza. Duc in altum.
-¿Cómo
vive una persona como tú los cambios, casi las intrigas, en tono “al mundo
Vaticano”?, sabrás mejor que yo que en los últimos días todo eso se ha vuelto a
agitar un poco más,… después de la muerte y el funeral del papa Emérito
Benedicto XVI al Papa Francisco le tocará enfrentarse al sector más
ultraconservador de la Iglesia Católica con todo lo que de ello trascienda en
el día día…¿Cómo lo vives tú y cómo has visto que lo viven en las misiones o
allí, claro está, bastante tienen con enfrentarse a las necesidades básicas del
día a día?
¿Qué es ser
ultraconservador en la Iglesia?... Yo vivo mi fe en la cercanía de mi
Parroquia, donde recibo los sacramentos junto a mi Párroco y los fieles que
allí asisten, haciendo comunidad parroquial cada día… y así siempre, en España
o en las misiones, con los que tengo a mi lado. El Vaticano y las intrigas o
cismas de conservadores y liberales no me interesan. Vivimos tiempos difíciles
y parece que, como auguraba Benedicto XVI, solo quedarán pequeños remanentes
fieles y sólidos a la Fe. Rezo porque mi Parroquia sea uno de ellos.
-Por
último, Jesús: la dedicatoria me ha resultado en tanto enigmática… ¿puedes
contarnos algo sobre ella?
-¿Sobre la dedicatoria? No sabría
decirte. Tal vez la vida, que es así… diversa y creativa… corta también, pero
tan intensa que el tiempo se vuelve relativo. Una vida parece un segundo y unos
cuantos meses pesan como un calendario entero. Esta vida es una historia de
amor que merece ser contada cuando ya casi no duela… cuando digamos adiós…
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)