Cazarabet conversa con...   Evelyn Mesquida, autor de “El cementerio de los locos. La vida extraordinaria de Francesc Tosquelles” (Sine Qua Non)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Evelyn Mesquida, esa luchadora inquebrantable por resucitar a los olvidados por la historia, nos escribe, ahora, desde el sello Sine Qua Non del Grupo Penguin Random House sobre la vida extraordinaria de Francesc Tosquelles.

La sinopsis del libro: Este libro relata la increíble vida de Francesc Tosquelles, psiquiatra catalán que revolucionó los servicios de la psiquiatría con métodos tan innovadores como revolucionarios.

Siendo muy joven y en plena Guerra Civil, Tosquelles trabajó como jefe de los servicios psiquiátricos del ejército republicano tratando a soldados con estrés postraumático. Exiliado al final de la guerra, fue capturado y trasladado como prisionero al campo francés de Septfonds, donde creó un centro psiquiátrico para servir a los refugiados considerados «extranjeros indeseables» y afectados por patologías físicas y mentales.

Una vez liberado, aplicó su método de trabajo conocido como «psicoterapia institucional» en el hospital psiquiátrico de Saint-Alba-Sur-Limagnole, inaugurando así una importante etapa renovadora de la psiquiatría en Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando en los psiquiátricos franceses murieron más de cincuenta mil enfermos mentales de inanición a causa las políticas del régimen de Vichy, en el hospital de Saint-Alban no solo no murió de hambre ningún interno, sino que se acogió a heridos de la Resistencia y se ocultó a ciertos artistas perseguidos, como al poeta Paul Éluard o a Tristan Tzara.

En el pequeño pueblo de Saint-Alban existían dos cementerios: el que lindaba con la comunidad psiquiátrica, lo llamaban “el cementerio de los locos”.

La autora Evelyn Mesquida: Evelyn Mesquida nació en Alicante. Periodista y escritora, ejerció como corresponsal de la revista Tiempo e investigó a lo largo de una década la historia de La Nueve, sobre la que publicó numerosos artículos. Para ello, entrevistó a gran parte de los supervivientes, y a ellos les dedicó su primer libro, La Nueve. Los españoles que liberaron París (Ediciones B, 2008, 2016), con el que contribuyó a que, más de setenta años después de los hechos, el Gobierno francés reconociera oficialmente la participación militar de los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial y la liberación de Francia.

En su siguiente publicación, Y ahora, volved a vuestras casas (Ediciones B, 2020), relata el heroico combate de muchos de aquellos jóvenes republicanos españoles exiliados que afrontaron al enemigo nazi en la Resistencia francesa, y consiguieron liberar numerosos pueblos y ciudades del país.

Asimismo, ha colaborado en varios libros colectivos sobre cuestiones relacionadas con la memoria histórica y la participación de españoles en la Segunda Guerra Mundial, entre ellos La mémoire, entre silence et oubli (2006), Les soldats oubliés de la Libération de Paris (2006), Sorties de guerre des hommes de La Nueve (2008) y Conscience et résistance: Camus et les républicains espagnols (2014).

Esta escritora ya ha estado con nosotros más veces:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/evelynlanueve.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/yahoravolved.htm

 

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Evelyn Mesquida:

-Evelyn, amiga, ¿qué es lo que te ha hecho escribir sobre la vida del psiquiatra español Francesc Tosquelles?; ¿hubo algún “resorte” y/o incentivo?

-La primera vez que oí el nombre de Tosquelles fue en una emisión de radio cultural, donde se hablaba de Saint Alban, un hospital psiquiátrico perdido en las montañas de la Lozera francesa. Aquel centro, antigua fortaleza del siglo XV, aparecía como algo mítico en el mundo del análisis y la psiquiatría, como un lugar donde se había luchado por humanizar la vida de los enfermos. De esa lucha, entre los nombres de ciertos conocidos psiquiatras franceses, destacaban la labor de un psiquiatra español, catalán refugiado en Francia tras la guerra civil española y que, con sus métodos y su esfuerzo, había dirigido y revolucionado desde allí, desde Saint Alban, el mundo de la psiquiatría francesa, en la que era un verdadero referente.  Resaltaban que el liberal movimiento psiquiátrico surgido en Francia a raíz de mayo del 68, se inspiraba incluso en sus trabajos. Se le consideraba un maestro…Decidí conocer más al personaje y me di cuenta enseguida que aquel hombre era un magnífico trozo de nuestra historia.   

 ¿Por qué, Evelyn, la mayoría de la gente desconoce la vida, dices muy bien en el libro, “extraordinaria” de este señor? ¿Pesaban y pesan demasiados prejuicios por su “acercamiento libertario”?

-Creo que esto ha jugado sin duda un papel importante. Él era miembro del Bloque Obrero y Campesino, discrepante con la línea soviética del PCE y más tarde participó en la creación del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), que se definía como marxista-revolucionario. Era un comunista crítico y antiestalinista, simpatizante del movimiento libertario CNT-FAI, con el que también era crítico. Yo diría que era un hombre de acción y de coherencia, un hombre inteligente, generoso y con una gran curiosidad, al que no podían impedir pensar y decir lo que pensaba cuando no estaba de acuerdo. Esto estuvo a punto de costarle la vida en varias ocasiones. Escapo por muy poco de las purgas estalinistas en España. 

-¿Cómo es que Francesc Tosquelles llega a ser el jefe de los Servicios psiquiátricos del ejército republicano...?

-Era un psiquiatra bastante conocido y reconocido en su medio profesional. Había sido un estudiante brillante, a los 15 años hablaba francés y alemán y había obtenido el título de bachiller. A los 23 años ya era médico y era psiquiatra a los 25. Trabajaba en el Instituto Pere Mata de Reus y mantenía una gran actividad profesional y política. Tras estallar la guerra, se alisto en las milicias antifascistas del POUM y fue enviado a Aragón donde participó activamente en duros combates en el frente de guerra y desde allí comenzó su periplo como responsable de los manicomios de Huesca, Sariñena y Salt, organizando unidades psiquiátricas y centros de asistencia urgente, con profesionales encargados de acoger y atender a los soldados republicanos.

-Porque él aquí, en la Guerra de España, ya aplicó una manera diferente y adelantada a su época para con las enfermedades mentales y más que nada para con las persones que padecen de estrés postraumático, ¿no?

-Tosquelles consideraba que los psiquiatras de la escuela clásica, los que seguían trazando una frontera entre los seres normales y los locos, los que estaban reducidos a tratar a los enfermos mentales como profesionales forzados, eran un problema en aquel contexto de guerra y prefirió poner en marcha nuevos equipos terapéuticos, conciliando la práctica psiquiátrica y el psicoanálisis. Para ello decidió reclutar a cuidadores civiles, gente ordinaria, campesinos, obreros, curas, intelectuales e incluso algunas prostitutas y religiosas, pero gente que él consideraba dotados de capacidades naturales, que se interesaban realmente por los otros, que sabían escuchar y comprender la locura y el sufrimiento de los soldados.      

-¿Cómo era ser psiquiatra cerca del frente o en las propias trincheras?

-Su personal trataba a soldados con estrés postraumático. Llegaban muy cerca del frente con pequeños equipos de asistencia sanitaria, cuya misión fundamental era atender de inmediato a los heridos de guerra y evacuarlos a las instalaciones hospitalarias instaladas en la retaguardia. Con los casos de demencia en las trincheras y para evitar patologías crónicas, practicaban la psiquiatría sobre el terreno cerca de la primera línea de combate. A Tosquelles, le bastaron unas semanas para convertir a los nuevos equipos en excelentes cuidadores. A las religiosas les pedía que se comportaran como tales y no como funcionarias de la Iglesia. Las prostitutas, que, según él, eran las que mejor conocían a los hombres, se convirtieron en las mejores enfermeras de aquellos soldados que llegaban trepanados, esquizofrénicos-reactivos, mudos…A todas, lo único que les pidió, como regla, es que no se acostaran con los enfermos. Aquellos nuevos equipos demostraron que una prostituta, un obrero, un cura o un abogado, podían convertirse en magníficos expertos psiquiátricos.  

-Guerra civil, exilio, campo francés de internamiento de Septfonds—donde hace tareas de médico en patologías de todo tipo y en las psiquiátricas y las psicológicas...-, ¿cómo le va y cómo es liberado?

-Tras la guerra civil, consigue salir al exilio cruzando a pie los Pirineos y termina en el campo de concentración de Septfonds, uno de los numerosos centros de retención organizados por el gobierno francés para confinar a los republicanos españoles. Allí se une a una multitud de más de dieciséis mil soldados apiñados en medio del barro y la suciedad y muchos de ellos traumatizados por los desastres sufridos. El recinto estaba controlado por la gendarmería y el ejército y, al igual que en los otros campos, reinaba la miseria, la enfermedad y la muerte. Además del frio intenso que sufrían, el hambre debilitaba a los prisioneros entre los que cundían patologías físicas y mentales inquietantes. Tosquelles, que vivía el encierro como todos sus compañeros, comprendió enseguida lo peligroso de la situación y se decidió a hablar con la dirección del campo para explicar su propio trabajo en España como especialista de traumatismos de guerra y propuso organizar un servicio psiquiátrico en el campo, con cuidadores no profesionales elegidos entre los prisioneros. El comandante del campo, consciente de la tragedia que se estaba viviendo en Septfonds, de la concentración de los miles de refugiados apiñados en 45 y cinco barracones de 48 metros cuadrados, y del peligro que representaban las patologías que se estaban propagando, de las enfermedades y de los suicidios que aumentaban de día en día, aceptó la propuesta. Durante varios meses, Tosquelles tuvo carta blanca para ayudar a los fugitivos y a pesar del frio y el barro, de la gran miseria y de la tragedia humana que se vivía, aseguraba después que allí pudo realizar una de las mejores labores de su vida profesional. 

A pesar de ser «un extranjero indeseable», como calificaban a los españoles, terminaron por solicitar sus servicios y sacarlo del campo para llevarlo al hospital de Saint-Alban-Sur-Limagnole y allí pone en marcha una nueva concepción de la psiquiatría, una especie de revolución que luego llamarían, «psicoterapia institucional»,  no es cierto?.

-Así fue. En el hospital psiquiátrico de Saint Alban necesitaban médicos – muchos de sus médicos y empleados habían sido movilizados al declararse la guerra contra Alemania- y el director que había oído hablar muy bien del psiquiatra catalán, pidió a las autoridades que lo sacaran del campo y lo enviaran a su centro, al que estaban llegando enfermos desde otros hospitales. Lo enviaron con un salvoconducto oficial. El director del centro se dio cuenta enseguida de la gran capacidad profesional del psiquiatra español y puso en sus manos la dirección efectiva del centro, a pesar de contratarlo como «asistente» porque las autoridades no le reconocían su título de médico y psiquiatra en Francia. El recién llegado constato enseguida la situación de la mayoría de aquellos enfermos, agrupados en las dependencias del viejo castillo, algunos todavía encerrados en lugares reducidos, como celdas, sin electricidad en muchas habitaciones, sin calefacción y con pocos sanitarios, como en los asilos de los primeros años del siglo… Enseguida comenzó su trabajo, y fue imponiendo poco a poco una nueva concepción de la psiquiatría y del tratamiento de los trastornos mentales.     

-Háblanos un poco de este método de la psiquiatría que utilizaba Tosquelles en el hospital francés en el exilio… ¿simplemente trató de humanizar o de tratar “como iguales” a los enfermos mentales como otra patología, como heridos de la guerra sin prejuicios…? ¿En qué consistía “su psicoterapia institucional”?

-Hasta que Tosquelles llegó a Saint Alban, los equipos médicos habían trabajado sobre todo para evitar los crímenes y suicidios en el hospital y la evasión de los enfermos…Tosquelles implanto nuevos métodos terapéuticos basados en dos pilares fundamentales, el psicoanálisis y el marxismo, inspirándose en las tesis de Hermann Simón, que preconizaba que antes de ocuparse y tratar al paciente, había que renovar y mejorar el hospital y el entorno del enfermo. El «asistente» de Saint Alban, que además cobraba como un asistente, inicio ensayos colectivos de transformación de la institución, con el desmantelamiento del manicomio como centro de encierro y la organización de relaciones humanas entre los cuidadores y los alienados.  Apoyados e incitados por él, los propios enfermos derrumbaron los primeros tabiques del castillo …Las puertas de la calle que hasta entonces solo se abrían a horas precisas y vigiladas por cuidadores y monjas, se abrieron de par en par…Lo humano se instaló en Saint Alban, donde se les vio pronto deambular por las calles y tratar con los vecinos del pueblo.

-Además, el hospital de Saint-Alban-Sur-Limagnole fue refugio de la resistencia de los y las resistentes, ¿verdad?, un referente, ¿no?; ¿cómo y de qué manera lo hacían?

-Francia estaba ocupada por los alemanes y los grupos de resistencia franceses se organizaban. En los alrededores de Saint Alban había algunos y allí se recibieron clandestinamente a muchos de esos resistentes, que hacían pasar por locos, y a algunos heridos. En los sótanos del castillo habían organizado lugares para esconder a integrantes de algunos maquis y organizado incluso alguna celda para curar y operar a heridos, si era necesario.  Y todo esto con la complicidad tacita de la mayoría de los enfermos que nunca los denunciaron.

-También se ocultó, en este centro médico, a artistas perseguidos, como el poeta Paul Éluard o Tristan Tzara…corrieron muchos riesgos, ¿no?

-Todos corrieron mucho riesgo. Los alemanes podían desembarcar en cualquier momento y sus vidas habrían estado en peligro. Esto no impidió que en el hospital de Saint Alban se organizara una resistencia y que pudieran ser salvadas muchas personas. Algunos de los refugiados, personajes importantes buscados por la Gestapo, algunos de ellos judíos, se integraron en la vida del hospital y participaron en las actividades de los alienados, incitados por Tosquelles. Muchos de ellos reconocieron más tarde que había sido una experiencia muy importante en sus vidas. 

-Evelyn, ¿cómo fue el proceso de documentación e investigación en torno a toda la labor de Tosquelles porque hay que buscar muchos datos, contrastarlos y lo más importante intentar dar con los testimonios cercanos Francesc Tosquelles...?

-Primero fueron lecturas, una decena de libros. El mismo Tosquelles había escrito y diversos psiquiatras habían escrito también sobre él y sus métodos terapéuticos. Después busqué a la familia: lograr el testimonio de los 4 hijos me parecía interesante y después de algunos contactos, todos aceptaron contar algo de sus relaciones familiares. Al mismo tiempo contacté con diversos especialistas que habían trabajado con él, franceses y españoles, y curiosamente, todos accedieron a dar su testimonio. Fueron unos meses de muchos contactos y bastante trabajo, pero gracias a todos   ellos, pude perfilar algunas particularidades del personaje y de su intensa vida… 

-¿Cómo fue ponerle orden a todo porque cómo es tu metodología de trabajo en uno de los trabajos como más intimistas  que has realizado...se trata de conocer a Tosquelles y acercar a una persona a los lectores siempre es tarea muy, muy exigente y difícil...qué nos puedes decir?

-Después de leer varios libros, entré en contacto con la familia. Hablamos bastante. Después fui a Saint Alban como si fuera a la Meca: pasé unos días allí, viendo el hospital, los lugares donde había vivido, preguntando a algunas personas mayores del pueblo, visitando el cementerio de los locos, del que solo quedan restos y que hoy está considerado monumento nacional gracias a Paul Eluard, que se había enamorado del pequeño cementerio y le había dedicado diversos poemas. Conocí a diversos psiquiatras franceses que habían trabajado con él. Fui también a Reus, visité el hospital Pere Mata y los lugares donde él trabajo, acompañada por uno de los especialistas que también habían trabajado con él y que lo conoció bastante, hasta el final de su vida.   

-¿Sentó o dejó huella Tosquelles en las generaciones posteriores dedicadas a la psiquiatría en el tratamiento más humano de los enfermos mentales ?

-Yo no conocí la existencia Tosquelles hasta finales del 2020, nunca había oído hablar de él pero cuando comencé a preguntar a psiquiatras y psicoanalistas franceses, todos lo conocían, todos manifestaban una admiración por el personaje y por su trabajo, lo consideraban, como ya he dicho, un referente, un maestro. Hoy no me queda duda que ha tenido bastante influencia en las nuevas generaciones y que se le reconoce a nivel profesional como precursor de una psiquiatría humanista, sin duda progresista y de alguna forma, revolucionaria.

-Amiga Evelyn, ¿cómo ha sido indagar en la vida de este psiquiatra y presentárnoslo a todas y todos... qué has aprendido de él?

-Trabajar sobre Tosquelles, creo que me ha ayudado a conocer mejor lo que significa el otro, el que llaman alienado, a comprender las dificultades del entorno, la importancia de la escucha. Sobre todo, esto, la importancia de aprender a escuchar al que es totalmente diferente…o al que crees diferente pero que seguramente no lo es tanto.

 

 

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