Cazarabet conversa con... Laura Vicente, autora de “La revolución
de las palabras. La revista Mujeres
Libres” (Comares)
La colección de historia de Comares presenta
otra valiosísima aportación de la reflexión en torno a lo que fueron las
mujeres y a lo mucho, infinito, que aportaron…también desde las palabras.
El “nudo” de las reflexiones nos retrotrae
todo el rato lector sobre la publicación
y la revista, Mujeres Libres.
La sinopsis del libro:
La revista Mujeres Libres es una publicación
especial porque manifiesta la autonomía de pensamiento y de acción de mujeres
obreras anarquistas en un periodo de tiempo en que los avances en el terreno de
las leyes habían favorecido a las mujeres, especialmente a las de clase media y
alta. Las obreras batallaron para capacitarse y emanciparse no solo en lo
jurídico sino en lo social. El objetivo principal de este trabajo es conocer la
revista Mujeres Libres: el contenido, su relación con la organización del mismo
nombre y especialmente a sus protagonistas: las redactoras y las colaboradoras.
Cuando hablamos de «la revolución de las palabras», nos estamos refiriendo al
valor subversivo que tuvieron las palabras para las mujeres, condicionadas por
el discurso de género de la domesticidad que las excluía del espacio de la
palabra. La experiencia de Mujeres Libres nos muestra métodos con los que las
mujeres compartieron sus vidas con otras desde la escritura: institutos de
Mujeres Libres, alocuciones de radio, teatro callejero, conferencias y debates,
etc. Las mujeres cambiaron a través de las palabras: escribiendo, leyendo,
conversando y escuchando a otras.
Esta obra pretende, por tanto, adentrarse en las palabras de las mujeres que
lograron construir una constelación de eslabones solidarios, conocerlas a ellas
y saber de los esfuerzos que realizaron para construir nuevas maneras de
organizar la economía, la política y la defensa. Pero hubo mucho más, y ahí
estuvo la enorme trascendencia subversiva y revolucionaria de sus empeños en la
retaguardia. Quisieron organizar de otra manera los «cuidados»: se ocuparon de
organizar las maternidades, las guarderías, comedores colectivos para poder
trabajar, se ocuparon de las personas refugiadas, y de un sinfín de problemas
cotidianos. Además, quisieron vivir una vida plena en medio del desbarajuste de
la guerra.
La autora, Laura Vicente: es Licenciada en
Filosofía y Letras y grado de Doctora por la Universidad de Zaragoza. Master en Estudios de las Mujeres por la Universidad de
Barcelona. Catedrática de Historia de Enseñanza Secundaria. Historiadora e investigadora
de los movimientos sociales. Sus libros destacan por la investigación del
anarquismo y del amplio campo de la historia de las mujeres:
Sindicalismo y conflictividad social en Zaragoza (1916-1923).
Teresa Claramunt (1862-1931). Pionera del feminismo obrerista anarquista.
Aproximación a Mujeres Libres. Pròleg i Antecedents de Mujeres Libres.
Historia del anarquismo en España.
Mujeres Libertarias de Zaragoza. El feminismo anarquista en la Transición.
Mujer contra mujer en la Cataluña insurgente. Rafaela Torrents
(1838-1909) y Teresa Claramunt (1862-1931).
Ha participado en numerosas obras colectivas como:
-“Rafaela Torrents. Los “poderes” de una mujer de
clase acomodada en la Cataluña decimonónica” en Mª Isabel del Val Valdivieso –
Cristina Segura Graiño (coords.),
La participación de las mujeres en lo político. Mediación, representación y
toma de decisiones.
-“Teresa Claramunt: Feminismo obrerista y librepensador” en María Dolores Ramos
(Coord.), TEJEDORAS DE CIUDADANÍA. Culturas políticas, feminismos y luchas
democráticas en España.
-"Amalia Domingo Soler: Espiritista y feminista" en VVAA, Activistas,
militantes y propagandistas. Biografías en los márgenes de la cultura
republicana (1868-1978).
-Pròleg en Teatre
anarquista. Felip Cortiella.
-“El feminismo como principio de justicia en Anselmo Lorenzo” en VVAA, En el
alba del anarquismo. Anselmo Lorenzo (1914-2014).
Ha escrito numerosos artículos en revistas de historia como Arraona,
Cercles, Historia Social, Arenal, La Albolafia, XIX y veinte y otras.
Esta escritora y docente ya ha estado en
varias ocasiones con nosotros en el Conversa con…:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/laura.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/laura.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/mujereslibertarias.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/xyxyveinte16.htm
Cazarabet
conversa con Laura Vicente:
-Amiga Laura, ¿qué te ha
llevado a escribir este libro…un ensayo de investigación sobre la publicación
Mujeres Libres?
Siempre me he movido en la
investigación de la generación de mujeres anteriores a la de la II República,
las pioneras. Pero siempre me ha interesado Mujeres Libres, organización y
revista y me llaman mucho para hacer conferencias sobre ellas. Cuando se
celebró el 80 Aniversario de la Federación Nacional de Mujeres Libres (2017) y
la CGT me invitó a participar, busqué un tema que estuviera poco trabajado y
decidí que había llegado el momento de leer con detalle sus 13 números. De esa
lectura atenta salió la ponencia titulada: “Mujeres
Libres, inicio de la «Red de Cordialidad»”. Pero cuando acabaron las
Jornadas me quedó la idea de que podía desarrollar un estudio más profundo que,
finalmente, ha aparecido publicada en mayo de 2020 en plena desescalada del
Covid.19
-Las
mujeres y “sus discursos y palabras” encontraron la libertad mediante
publicaciones como Mujeres Libres, publicaciones de carácter anarquista,
¿verdad?
Mujeres
Libres es una revista
anarquista aunque decidieron no denominarla como tal porque eran conscientes de
que se dirigían a mujeres con un nivel cultural muy bajo, algunas de ellas
analfabetas, y no querían que se alejaran ante la palabra «anarquismo».
Hablamos de revolución de la palabras, hay palabras que en sí mismas queman,
ayer y hoy, así que las fundadoras de la revista que querían hacer una labor
cultural, de formación de las mujeres prefirieron que no constara
explícitamente. Lo que aparecía en la revista como una especie de subtítulo
era: «Cultura y Documentación Social».
-Coméntanos,
así de primeras y brevemente, lo fundamental de esta publicación….vayamos por
partes ¿cuáles eran los contenidos porque se cumplimentaban unos a otros
teniendo en cuenta la raíz libertaria, de la mirada constante de la mujer…?
La revista tiene un sustrato
anarquista y feminista, es una revista hecha por mujeres y para las mujeres.
Tiene dos etapas en cuanto al contenido: la primera etapa está formada por los
tres primeros números que se publicaron antes de la Guerra Civil (mayo-julio
1936) y su contenido es cultural, pretende formar a las mujeres para lograr un
objetivo que se planteaba a largo plazo de constituir una organización de
mujeres. La segunda etapa son los diez números restantes que fueron publicados
durante la guerra (agosto 1936-otoño 1938)
y el contenido de la revista (de hecho periódico porque cambia el
formato) se transforma y se enfoca a la agitación y el combate puesto que la
Revolución Social estalla con la Guerra Civil.
-El obrerismo de la mujer se
revuelve y se sacude, encontrando un lugar de reivindicación en estas páginas,
¿verdad?
En la revista hay un tema
constante que es el obrerismo porque la revista está orientada a las mujeres
obreras, en los tres primeros números esta sección la lleva una de las
fundadoras y redactoras de la revista: Lucía Sánchez Saornil. El contenido de
esta sección también cambia, reivindicativo en los tres primeros números,
constructivo en los diez restantes puesto que se estaba impulsando un proceso
revolucionario.
-Pero
para conocer la publicación hay que conocer a sus redactoras y colaboradoras,
¿qué perfil tenían éstas, unas y otras?
Uno de los aspectos centrales
del libro es acercarnos al perfil de las redactoras y colaboradoras de la
revista. El libro contiene nueve perfiles que corresponden a las nueve mujeres
que más artículos firmados escribieron en la revista, ese ha sido el criterio
fundamental (aunque no único) para realizar este perfil que consta de sus
rasgos biográficos, el contenido de sus artículos y el tipo de feminismo que se
deduce de dichos artículos. Además hay otro apartado titulado “Otras
colaboradoras” donde añadimos algunos perfiles más de mujeres que escribieron
menos artículos pero que tuvieron relevancia en la revista.
Las redactoras que constan en la
revista siempre fueron tres: Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada
Guillén, Amparo Poch y Gascón.
A estas tres he añadido a Consuelo Berges Rábago porque fue considerada por algunos testimonios como
una mujer fundamental para que pudiera salir la revista a la calle durante la
guerra aunque no firmara ningún artículo. Seguro que estuvo tras la redacción
de muchas informaciones aparecidas en la revista.
Las colaboradoras que hemos
biografiado son: Carmen Conde Abellán, Lola Iturbe Arizcuren,
Áurea Cuadrado Castillón, Pilar Grangel Arrufat, Etta Federn
Kohlhaas. En “Otras colaboradoras” aparece Emma
Goldman, Ana Piacenza, Berta Gamboa, etc.
De las nueve mujeres
principales, un tercio no habían tenido acceso a la educación superior, hay dos
obreras del sector textil (Iturbe y Cuadrado) y una telefonista (Sánchez). Los
dos tercios restantes tenían titulaciones superiores o habían estudiado algunos
cursos en la Universidad, destacando las maestras que son cuatro, una de ellas
tiene doble titulación (Poch es maestra y médica).
Por tanto, la base de la revista
la constituyen mujeres con formación que atraen como en círculos concéntricos a
mujeres obreras para escribir, informar, distribuir, administrar, etc.
Tengo que destacar que
admitieron como ilustrador a un hombre, Baltasar Lobo.
-¿Cómo
era el ambiente en la redacción? y ¿cómo establecieron las relaciones versus
activismo fuera de la misma?
Es difícil saberlo, quizás
podemos hablar de ambiente de redacción en los tres primeros números, con la
guerra las cosas se complicaron y ni siquiera las redactoras vivían en la misma
ciudad, en esta situación extraordinaria la base de la redacción la
constituyeron, en Barcelona, Comaposada y Berges.
Antes de la guerra, las tres
redactoras hacían la mayor parte de la revista en Madrid, pese a que tenían
diferencias políticas entre ellas, su relación era muy buena, fue una casual
confluencia de tres mujeres muy activas y con ideas casi idénticas en lo referente
a la lucha de las mujeres para salir de su postración, subordinación y
explotación. En todo caso el alma de la revista en estos inicios fue sin duda
Lucía Sánchez Saornil.
La revista formaba parte de un
plan de acción para crear un grupo de mujeres, la guerra y la revolución
aceleraron los planes y se creó en septiembre de 1936, primero apareció la
Agrupación madrileña y pocos días después la barcelonesa. No todas las mujeres
que escribían en la revista estaban en la organización pero sí la mayoría.
-Mujeres
que marcaron un antes y un después, ¿verdad?; ¿en qué campos abrieron más
brecha?
Creo que supieron cruzar el
género con la clase social y en eso se anticiparon al feminismo posterior. En
este sentido el tema del sindicalismo y el tema de la sexualidad son temas
actuales que ellas ya trabajaron. Por otro lado, ponen en marcha una revolución
dentro de la revolución anarquista iniciada en julio de 1936. Una revolución
que se preocupa de transformar lo que ahora llamamos «cuidados» (dependencia, cuidado
a los menores, a los refugiados, tareas domésticas, etc. Ellas entendieron ya
los «cuidados» como todo lo necesario para que la vida funcione que
tradicionalmente el sistema patriarcal dejaba en manos de las mujeres y que
estas hacían gratuitamente. Además trataron de transformar las relaciones
humanas en un sentido igualitario y solidario (las relaciones de pareja, de
amistad, entre compañeras, etc.).
Todo esto es la parte, poco
valorada, que las mujeres aportaron a la revolución social española, una
auténtica mutación cultural que implicaba un cambio vital, desaprender la
pasividad de sus vidas. Esa transformación es tremendamente profunda porque
tenían que romper una compacta membrana compuesta por sedimentos acumulados
durante miles de años en las estructuras mentales y el imaginario social.
-Estas
mujeres, amiga Laura, ¿cómo se relacionaban con sus compañeros dentro del ideal
anarquista?
Las relaciones con los
compañeros cubren un amplio arco que iba desde la sumisión de ellas a ellos sin
que estos se apercibieran de cómo las ninguneaban en los espacios activistas
libertarios, la controversia cuando ellas se enfrentaban a dicha sumisión, la
colaboración en parejas más igualitarias, etc. En todo caso ellas siempre
fueron partidarias de permanecer en los espacios libertarios y de luchar
conjuntamente (sin descuidar la lucha de género), por una revolución que
verdaderamente las incluyera. No fue una relación exenta de conflictos,
destacando que nunca fueran reconocidas como la cuarta rama del Movimiento
Libertario.
-Entendemos
lo de revolución porque se tocaron hilos conductores desde el discurso y con
las palabras subversivas que plantaban cara a lo que hasta entonces venía como
implantado, de manera autoritaria desde el patriarcado… ¿no?
Así es, pero quiero señalar que
el mero hecho de tomar la palabra en sí ya era una revolución puesto que las
mujeres habían estado excluidas de su uso. No es nada fácil de lograrlo, aún
hoy seguimos observando como en espacios libertarios o anarquistas las mujeres
toman la palabra significativamente menos que los hombres (revistas y
periódicos, reuniones y asambleas, cargos dentro de las organizaciones, etc.).
-Pero
el discurso de las palabras subversivas que llegan a constituir La revolución
de las palabras chocan de lleno con la influencia, sobretodo en algunos
sectores o lares como el entorno rural…con la omnipresente Iglesia y todos sus
tentáculos, ¿es así?; ¿qué nos puedes comentar?
La influencia de la Iglesia
entre los sectores populares, especialmente en entornos rurales, era y sigue
siendo relevante. Pero la influencia en las mujeres convierte a la Iglesia en
uno de los pilares de la opresión patriarcal, de la sumisión y de la asunción
del discurso de género de la época. Esto lo sabían los hombres y mujeres anarquistas
que desarrollaron un planteamiento anticlerical y unas prácticas de vida al
margen de la iglesia católica.
-Las
mujeres eran más presas de esa influencia y también de desvincularlas más
pronto o reeducarlas bajo ciertos estereotipos educacionales…cosa que no pasaba
con los hombres—o no pasaba tanto…--…Mujeres Libres recoge como publicación la
voz, mediante la palabra escrita, de mujeres que pretendieron romper con estos
lastres…. ¿cómo lo hicieron?, ¿cuáles eran las principales voces que
enarbolaban la pluma de esas palabras revolucionarias?
En la revista hay algunos
artículos, no muchos (durante la Guerra civil tenían otras prioridades,
esencialmente ganar la guerra y mantener la revolución), que hacen referencia
al cuestionamiento de la institución y de la creencia en dios. Lo más frecuente
fue apartarse de la influencia de la Iglesia a partir de prácticas de vida al
margen de las creencias religiosas que llevaban tiempo practicándose: no poner
nombres religiosos a los niños/niñas, separarse de los ritos tradicionales
(bautismo, comunión, matrimonio y muerte), un papel muy relevante lo tenía la
educación (en escuelas laicas, ateneos, etc.) que no incluía la enseñanza
religiosa y practicaba la enseñanza racionalista.
Las principales plumas de la
revista eran partidarias de estos planteamientos y de una manera o de otra era
habitual que todas ellas los señalaran en sus artículos
-Para
llevar a cabo esa revolución de las palabras en mujeres libres se formó como un
foro donde confluían ideas, discusiones, debates, ósmosis e intercambio sobre
determinadas prácticas…
Así fue concebida la revista
cuando fue fundada. Un espacio alrededor del cual se fueran creando núcleos de
simpatizantes para formarse, compartir ideas, difundirlas a otras mujeres y
agruparse. Si todo iba bien, con el tiempo, se podría crear la organización.
-Aquí
escuchar y saber incorporar supongo que era muy, muy importante…
Así es, creo que la labor de las
tres redactoras fue especial. Eran tres mujeres con trayectorias consolidadas y
con apertura de miras que lograron aunar voluntades para construir ese foro de
debate y de ideas para extenderlas entre las más desfavorecidas: mujeres
obreras y campesinas pobres y, a veces, analfabetas.
-Amiga,
este nuevo ensayo lo construyes también en parte porque anteriormente desde
otros libros, ensayos, artículos viste que había un tema a cumplimentar?-Escribiendo este libro te habrás reencontrado con
referentes y habrás descubierto a otras, ¿no?; ¿nos puedes explicar?
Como he dicho al principio el
tipo de historia que desarrollo es el de la microhistoria, especialmente
centrada en mujeres apenas conocidas que importa rescatar del olvido para
construir genealogía. Así que todo aquello que vaya en esta dirección me interesa.
Efectivamente he encontrado
nombres de mujeres de las que apenas sabía el nombre y que cuando he construido
su biografía me han sorprendido, sería el caso Áurea Cuadrado, Pilar Grangel, Etta Federn,
Ada Martí y otras. Mujeres Libres es un saco sin fondo de mujeres valiosas y
que están aún por investigar. Son precisamente sus biografías las que de aquí
en adelante pueden enriquecer nuestra visión del anarcofeminismo
que construyeron.
-Pero
Mujeres Libres era mucho más que la revista y publicación….eran las primeras
alocuciones de radio, el teatro en la calle, la libertad para estudiar y
acercarse a disciplinas que hasta entonces era un poco más difícil…
Exacto, además del trabajo
organizativo y de escritura en la revista, son interesantes todas las actividades
que llevaron a cabo para capacitar a los mujeres, propagar sus ideas (sería muy
interesante ver si existen las alocuciones de radio, seguir a los equipos de
mujeres que hacían giras de propaganda, etc.), asumir los «cuidados» en el
amplio sentido de la palabra (ayuda a los niños/niñas huérfanas, ayuda a los
refugiados/as, colonias infantiles, guarderías y comedores, etc.), integrarse
en los lugares de trabajo para sustituir a sus compañeros, su actividad en las
colectividades, el estudio en los Institutos de Mujeres Libres (especialmente
del Casal de la Dona Treballadora de Barcelona que
dirigió Amparo Poch), etc., etc.
-Laura,
¿nos puedes hablar del proceso de documentación, búsqueda de fuentes, lectura
de libro y demás que hay detrás de este libro? Período apasionante, pero muy
afanoso y trabajoso que, a veces, incluso nos puede sumergir en cierta
ansiedad….-En este trabajo, ¿cómo ha sido tu metodología? y ¿cómo ha sido
editar con Comares?
El proceso de documentación no
ha sido complicado puesto que al centrarse en el análisis de la revista,
acceder a los 13 números resulta fácil por estar colgados en la Red. Luego el
resto ya es una tarea de rastreo en otros periódicos, libros, artículos, etc.
Todo ello está recogido en la bibliografía final del libro. La metodología se
centró de entrada en el vaciado de los trece números de la revista, ordenarlos
por etapas y por temas, indagar en las autoras para reconstruir las biografías
de aquellas que habían escrito más de dos artículos. No ha sido complicado.
La verdad es que Comares ya
había aparecido entre las posibles editoriales de un libro anterior. Cuando
acabé el libro me puse en contacto con algunas editoriales que me parecían
adecuadas para el libro y en el caso de Comares conocía a dos personas que
tenían vinculación con la editorial. Aceptaron el libro pronto y pude dar por
concluida la fase que menos me gusta de mi tarea de historiadora que es
encontrar quien publique mis textos.
-Este
trabajo, ¿te ha abierto la mente y la curiosidad a indagar más sobre algunos de
los aspectos tratados en el mismo?; ¿nos puedes hablar de trabajos en los que
estás sumergida ahora?
Sí, hay un par de posibilidades
que quizás decida seguir en próximos proyectos (una posibilidad es biografiar a
una de las dos mujeres que me han atraído) pero no hay nada seguro.
De momento pienso dedicarme a
leer y a presentar este libro en la medida que el Covid.19 me lo permita,
dentro de unos meses veremos…
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