libroXVbrigada (8).jpgCazarabet conversa con...   Javier Sánchez Zapatero y Antonio R. Celada, editores de “El libro de la XV Brigada. Relatos y testimonios de la Guerra Civil española” (Amarú)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El coordinador de este libro, editado por Amarú, es Frank Ryan y la edición, aquí en España, la llevan Javier Sánchez Zapatero y Antonio R. Celada.

La XV Brigada fue una de las más renombradas, conocidas y reconocidas brigadas que combatió por la II República en España, también se la conoce, popularmente, como la Brigada Abraham Lincoln. También estuvieron en esta XV Brigada voluntarios de América Latina, aunque la mayoría de estos, al cabo de un tiempo, se  fueron a engrosar otras unidades como la brigada de choque de El Campesino.(esta brigada estaba encuadrada en la 10 Brigada Mixta https://es.wikipedia.org/wiki/10.%C2%AA_Brigada_Mixta_(Ej%C3%A9rcito_Popular_de_la_Rep%C3%BAblica , dentro del mítico 5º Regimiento.

Estaba formada, mayoritariamente por voluntarios venidos desde Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Reino Unido….lucharon en las principales batallas que conformaron la Guerra de España: Jarama, Brunete, Belchite, Fuente de Ebro, Teruel, Aragón y El Ebro..

Lo que nos encontraremos en el libro:

"El libro de la XV Brigada", publicado en 1938 y traducido en esta edición por primera vez al español, es un texto de autoría múltiple en el que se compilan testimonios de diversos integrantes de la brigada. Dado que fue compuesto originalmente en inglés y que estaba dirigido a angloparlantes, contó principalmente con la participación de británicos, estadounidenses, canadienses e irlandeses, pero entre sus colaboradores también pueden encontrarse voluntarios de otras nacionalidades. Esta variedad no solo redunda en la pluralidad de perspectivas desde la que se representa la guerra, sino también en el aspecto formal del libro, concebido como una especie de mosaico en el que hay cabida para artículos periodísticos, extractos de diarios, crónicas, poemas, comentarios editoriales o semblanzas.
La obra aporta información sobre la formación, la estructura y la actividad de la XV Brigada, presentada desde un prisma ideológico que no esconde su deseo de exaltar la labor de los voluntarios internacionales, así como de transmitir confianza en la victoria republicana en la guerra. Después de narrar las peripecias de la llegada a España de muchos de sus miembros y el exiguo entrenamiento que recibieron en su base en Albacete, se centra en la dureza y el dramatismo de los frentes en que combatieron: Jarama, Brunete y Aragón -Quinto, Belchite y Fuentes de Ebro-. Además, contiene valiosa información sobre las diversas secciones en las que estaba organizada y los principales líderes de sus batallones, entre los que se encontraban el Británico y el Lincoln.
La coordinación del libro corrió a cargo del emblemático voluntario irlandés Frank Ryan, que es asimismo autor del prólogo, y cuenta con una dedicatoria del General José Miaja y un epílogo de Dolores Ibárruri, "La Pasionaria".

Los autores ya estuvieron con nosotros en:

Rumbo hacia una España en guerra:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/rumboguerra.htm

Boadilla:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/boadilla.htm

Este libro viene a sumarse a la colección Armas y Letras de la que también nos hablaba su coordinador, Antonio R Celada, profesor de la Universidad de Salamanca: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/amaru.htm

El libro muy apoyado por la Universidad de Salamanca de donde son docentes las dos plumas que convergen. Así les “hicieron”, este artículo:…

https://saladeprensa.usal.es/node/118256

Javier Sánchez Zapatero: Es licenciado en periodismo y en Filología Hispánica, doctorándose con una tesis sobre la literatura del exilio y de los campos de concentración  por la que obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado en 2009. En la actualidad es profesor de Teoría de la Literatura Comparada de la Universidad de Salamanca; institución en la que codirige el Congreso de Novela y Cine Negro, colaborando como docente en el servicio de Cursos Internacionales.

Es, además, autor, de numerosos artículos en revistas y monografías científicas. Es crítico literario del diario La Gaceta de Salamanca. Ha sido coeditor de diversas compilaciones y autor de los ensayos: Escribir el horror. Literatura y campos de concentración y Max Aub y la escritura de la memoria. Actualmente,  investiga en las relaciones filmo literarias, el género policíaco y la literatura de la memoria.

Nos tratamos de acercar a Frank Ryan el coordinador, desde la génesis de este libro, https://es.wikipedia.org/wiki/Frank_Ryan

¿Nos hacemos una primera idea de lo que fue la XV Brigada? https://es.wikipedia.org/wiki/XV_Brigada_Internacional

 

 

Cazarabet conversa con Javier Sánchez Zapatero y Antonio R. Celada:

libroXVbrigada (7).JPG-Amigos, ¿cómo  surge la génesis de la edición de este libro para Amarú, que se aproxima tan de cerca a los componentes de la XV Brigada y a la Brigada en sí? Imagino que, como responsables de cuidar la edición y coordinar, libros que tienen que ver con el campo de batalla y el testimonio de tantos brigadistas sabíais que más pronto que tarde sería necesario poneros con la XV Brigada y con este libro, ¿verdad?

-Dado que dentro de la colección “Armas y Letras” en la que se ha incluido el libro nos hemos propuesto traducir y publicar por primera vez en español testimonios de angloparlantes sobre la Guerra Civil, resultaba imposible que no apareciera entre sus títulos El libro de la XV Brigada. No solo se trata de un libro emblemático sobre la participación extranjera en la guerra, sino que además es una detallada fuente de información sobre los distintos frentes y sobre algunos de los principales voluntarios internacionales que participaron en ella. De hecho, conocíamos el manuscrito original desde hace años y siempre fue una de las prioridades de la colección.

-El libro editado y pensado, desde la coordinación, por Frank Ryan, estaba escrito para el público lector anglosajón, ¿verdad? ¿Cómo se pudo luego readaptar para que todas y todos lo podamos disfrutar…?

-Sí, el libro fue compuesto originalmente en inglés y estaba pensado para ser leído por angloparlantes, incluidos los propios brigadistas. Así se entiende que se intente contextualizar la guerra, ofreciendo datos históricos sobre el periodo inmediatamente anterior y sobre lo sucedido en los primeros meses, y ofrecer a los lectores una visión panorámica y completa de lo que estaba acaeciendo en España. Además, el texto tiene un marcado cariz ideológico, que se nota en la forma en la que exalta la participación de los voluntarios de la XV Brigada y en el intento de concienciar a los gobiernos extranjeros de la necesidad de apoyar a la República.

-¿Quién participó en la elaboración de aquella primera edición desde la coordinación del irlandés Frank Ryan?

-Una de las conclusiones de nuestra investigación es que Ryan no tuvo un papel tan preponderante en la redacción y la composición del libro como se creía. Siendo importante, su papel ha de ser matizado, puesto que otros voluntarios que integraban lo que se dio en conocer la “Comisión Histórica” (encargada de registrar lo que sucedía en las Brigadas Internacionales para poder utilizarlo con fines propagandísticos) tuvieron una gran importancia en la preparación de la obra. Nombres como John Tisa, Paul Wendorf, Oliver Green, Alex Donaldson y, sobre todo, Sandor Voros fueron otros de los artífices del libro.

-¿Cómo participaban… cada pluma lo hacía con el género literario que más gustaba, más dominaba y que, además, venía a contar aquello que vivió en la Guerra de España? Sabemos porque, además, lo resaltáis en la introducción,  que hay un mosaico de géneros desde artículos periodísticos a poemas, pasando por extractos de diarios, crónicas, comentarios editoriales o semblanzas.

-La “Comisión Histórica” se encargaba de seleccionar el material: solicitaban a los voluntarios fragmentos de sus diarios –o les pedían directamente que escribieran sobre alguna experiencia o cuestión particular- y, cuando no disponían de ninguna colaboración, ellos mismos redactaban la reseña más apropiada, a veces utilizando únicamente las iniciales del nombre y el apellido. Esa forma de trabajar redunda en la variedad del texto, que incluye diversos estilos, géneros, etc. En definitiva, es una autobiografía colectiva de la brigada que incluye numerosas, y diferentes, formas de la ver la guerra.

libroXVbrigada (5).jpg-Si miramos a los componentes mayoritarios de la XV Brigada, los anglosajones: estadounidenses, canadienses, irlandeses y británicos... ¿qué perfil tenían?, ¿de qué estatus social venían?, ¿cómo se organizaron para venir?, ¿qué trabajos desarrollaban?

-Se ha difundido mucho el mito que identifica a los brigadistas con personas cultas e instruidas y, de hecho, hay incluso quien se ha referido a la guerra de España como una “guerra de poetas”. Hubo, evidentemente, intelectuales en las Brigadas Internacionales –en el caso de la XV, por ejemplo, está Robert Merriman, a quien Hemingway utilizó como inspiración para el protagonista de Por quién doblan las campanas, Ralph Bates, Tom Wintringam o el poeta Charles Donnelly–, pero lo cierto es que la mayor parte de los voluntarios internacionales eran obreros con una fuerte conciencia de clase y un férreo compromiso antifascista. Muchos de ellos pertenecían al Partido Comunista que, desde luego, fue una de las organizaciones, junto a las internacionales obreras, que más ayudó a organizar su llegada a España.

-Defensores de la causa republicana, pero más que nada, desde qué perspectiva ideológica…

-Aunque es complicado ofrecer una visión unitaria y monolítica de un grupo tan heterogéneo, quizá el término “antifascista” es el que mejor los defina. Así, de hecho, se identificaban ideológicamente muchos de los voluntarios al llegar a España, tal y como consta en los registros documentales que se conservan. Interesante destacar que aunque existe una creencia generalizada de que la gran mayoría eran comunistas conviene aclarar que un porcentaje muy elevado de los mismos se inscriben en el Partido Comunista de sus correspondientes países sólo en el momento en que deciden venir a España.

-¿Tenían aquellos jóvenes una idea de lo que se les venía encima al venir al alistarse para combatir?…porque aquella guerra, por muchas cosas, además, iba a ser muy diferente a la guerra de trincheras que había tenido lugar años antes en el corazón de Europa, ¿no? Pocos de los que lucharon en la Primera Guerra Mundial pudieron enrolarse  como combatientes en la guerra en España, ¿verdad?, pero si pudieron ser testigos y advertir…

-En general, no sabían muy bien a qué se exponían. En el libro se muestra de forma sintomática el impacto que para muchos de ellos supuso entrar en combate. Además, hay que tener en cuenta que la guerra española supuso una especie de banco de pruebas para la Segunda Guerra Mundial y que en las batallas las escenas de horror y destrucción se repetían de forma implacable. En la del Jarama, por ejemplo, combatieron todas las fuerzas de los ejércitos excepto las de marina, y los veteranos de la Primera Guerra Mundial llegaron a decir que lo que vivieron allí fue “peor que la batalla del Somme”.

-¿Qué perfil tenían ese sector latino de hombres  que formó la XV Brigada?—más o menos se trata de contestar el mismo cuestionario que os realizábamos sobre los anglosajones---

-El perfil de los brigadistas era similar, independientemente de su origen: se trataba en casi todos los casos de personas con un fuerte compromiso ideológico, aunque también había entre ellos aventureros y personas que se alistaron como voluntarios al carecer de perspectivas en sus vidas tras las dramáticas secuelas de la crisis del ‘29. En el libro se mencionan principalmente algunos casos de cubanos que llegaron a España a través de Nueva York donde se encontraban exiliados. El más recordado es Rodolfo de Armas que tuvo alguna responsabilidad en el batallón Lincoln y en la Centuria Antonio Guiteras. Ya en diciembre de 1936 había muerto en Majadahonda otro cubano muy conocido, Pablo de la Torriente Brau.

Es necesario recordar también que dentro de la XV Brigada, sobre todo a partir de mediados de 1937, tras la batalla de Brunete, comenzó a haber numerosos combatientes españoles. Es algo que sucedió en todas las Brigadas Internacionales y que está relacionado con las cada vez mayores dificultades que tenían los voluntarios extranjeros para entrar en España y con las numerosas bajas que fueron sufriendo.

-¿Cómo se organizaron una vez en tierras españolas?

-La gran mayoría de brigadistas de habla inglesa llegaron a través de Francia cruzando los Pirineos. Un alto porcentaje pasó sus primeros días en el Castillo de Figueras desde donde eran enviados en tren a Albacete. Una vez alistados en la brigada y asignados a los distintos batallones y secciones, tras un entrenamiento precario, eran destinados a los distintos frentes. Casi todos fueron incorporados a la XV Brigada: en el batallón británico, el Lincoln, el Washington y el Mackenzie-Papineau. Dependiendo de sus habilidades y aptitudes se les asignaba un servicio determinado: sanidad, transporte, intendencia, transmisiones, infantería, ametralladoras, servicios administrativos, etc. Muchos de ellos, los más implicados políticamente, ejercían como comisarios políticos y algunos como intérpretes o traductores, algunos incluso realizaban labores de redactores, cronistas o poetas que publicaban sus reflexiones en Our Fight o The Volunteer for Liberty.

-¿Cómo fue “su bautismo de fuego”?-¿Cómo fueron evolucionando los sucesivos “encuentros con el enemigo”?

-En general, y salvo los ya citados voluntarios que tenían experiencia en la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil fue el “bautismo de fuego” para casi todos los brigadistas. Su primer contacto con la guerra fue impactante por muchos motivos, porque no habían sido bien entrenados para ello y porque no tenían una idea clara del tipo de infierno con el que se iban a encontrar. A medida que van sucediéndose los combates, los brigadistas se van “curtiendo” y, sobre todo, se van dando cuenta de la que guerra va a ser más lenta e intrincada de lo que en un principio pensaban.

libroXVbrigada (6).jpg-¿En qué condiciones encontraron al país y a sus gentes? ¿Qué iban captando y escribiendo…? ¿Escribían, también, sobre las “condiciones” en las que vivían, reflejando también sus relaciones con la gente del país?

-La gran mayoría de los brigadistas tenían una información muy escasa sobre España y les sorprende el atraso y la pobreza en la que vivían la mayor parte de sus gentes. No obstante, el libro se centra sobre todo en lo ocurrido en el campo de batalla, aunque a veces hay referencias a su relación con los habitantes del país. Sucede así, por ejemplo, después de la batalla de Jarama, cuando los brigadistas permanecieron una temporada descansando, entrenándose y recuperando fuerzas en pueblos de la zona oriental de Madrid. El libro describe el panorama vivido esas semanas como idílico, incidiendo en cómo los brigadistas colaboraban con los vecinos al tiempo que estos les agradecían su compromiso en la lucha. También en la ofensiva de Zaragoza hay algunos ejemplos de esta interacción, cuando los brigadistas liberan pueblos del dominio franquista y pueden hablar con sus habitantes, que relatan habitualmente historias en las que denuncian haber sido explotados durante años y tratados con violencia durante la guerra por los franquistas. En esos pasajes es habitual que aparezcan testimonios de soldados franquistas que confiesan su compromiso con la República al tiempo que manifiestan haber sido obligados a combatir.

-¿Cómo eran las relaciones humanas  en el seno de la XV Brigada? ¿Hubo diferencias o maneras de ver y sentir diferentes que hicieron que muchos latinos se fuesen a engrosar la brigada mixta de choque, comandada por El Campesino?

-Como ya se ha mencionado anteriormente, en este libro se habla muy poco de los latinos y no se trasluce que hubiera enfrentamientos por razones de procedencia geográfica. Sí que llama la atención sobre algunas discrepancias entre los comisarios políticos y serias diferencias entre algunos oficiales a la hora de elaborar estrategias de combate. Conocido es el enfrentamiento entre Robert Merriman y Copic en Jarama o el del comisario Walter Tapsell con el General Gal en Brunete cuando el primero le recrimina el escaso respeto que siente por los hombres bajo su mando. En el libro se describen momentos varios en los que se deja entrever una cierta tensión entre los oficiales y los soldados del batallón Lincoln. No obstante, son escasos los pasajes donde se incide en estas cuestiones.

-Me interesaría saber, también ¿cómo fueron las relaciones entre irlandeses republicanos y los británicos del Reino Unido?

-Este es un tema al que se le ha prestado escasa atención por parte de los historiadores y efectivamente creemos que merece la pena resaltar. Habían pasado muy pocos años desde el Levantamiento de Pascua en 1916 y de la Guerra Civil irlandesa (1922-23) y en España se encontraron varios voluntarios que habían luchado en bandos opuestos en Irlanda. Fueron bastantes los irlandeses que pidieron alistarse en el batallón Lincoln y no en el británico para evitar un “compañerismo forzado”. Pero también hubo casos de antiguos enemigos que se encontraban muy a gusto defendiendo juntos los mismos ideales. En el libro se menciona la paradoja de Peter Daly, antiguo miembro del IRA, que, después de luchar en Irlanda contra William McDougall, se encontraba en ese momento en España en el mismo bando. Se cuenta también otro caso llamativo de dos oficiales (Fort, del ejército francés, y Claus, del alemán) que habían luchado en bandos contrarios durante la Primera Guerra Mundial. Asimismo, resulta sorprendente encontrar rusos blancos que lucharon por el Zar y después se apuntaron a la causa republicana.

-Todas estas cosas  os las pregunto porque son “incidencias”  que seguramente influían a la hora de escribir, ¿verdad?

-Al estar controlado por los miembros de la Comisión Histórica y por el propio Comisariado General de Guerra, el libro apenas desliza críticas o relata situaciones conflictivas. Es cierto que en ocasiones aparecen velados reproches a la actitud de algunos mandos, y a las decisiones tomadas en el campo de batalla, y que alguno de los autores muestra en alguna ocasión su hartazgo y su cansancio por la guerra, pero, en general, el libro transmite una imagen entusiasta de la Brigada en la que no hay lugar para los enfrentamientos, el desencanto o la denuncia. Pese a ello, como ya se ha apuntado, gracias a las investigaciones historiográficas hoy se sabe que la convivencia entre los brigadistas no fue siempre cordial, que en ocasiones hubo problemas con los superiores y que a veces se produjeron actos violentos contra los prisioneros de guerra, cuestiones que no aparece, o si lo hacen es de forma muy tangencial, en el libro.

-¿Cuándo Frank Ryan, cómo y de qué manera logró poder sacar a la luz este libro sobre la XV Brigada?

-El libro fue publicado en la primavera de 1938. Además de coordinar junto a Voros y al resto de miembros de la Comisión Histórica la redacción del libro, Ryan se encargó de conseguir una red de suscriptores y donantes que sufragasen la edición. Todo el proceso estuvo auspiciado por el Comisariado General de Guerra, que tenía entre sus funciones el control de la actividad propagandística, a la que evidentemente el libro quería contribuir. Interesante destacar que Fran Ryan no pudo ver el libro publicado lo que hubiera significado para él una gran satisfacción. Según testimonio de Bob Doyle cuando ambos fueron detenidos el mismo día 31 de marzo de 1938 en Calaceite, Ryan le advertiría de la desgraciada coincidencia: "Mi libro sale hoy in Madrid!"

-Un libro, acompañado, en el prólogo, de una reflexión del General José Miaja---Jefe de la Junta de Defensa de Madrid--- y en el epílogo de Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”…

-La dedicatoria de Miaja que aparece en el prólogo debería haber ido acompañada de otra de André Marty, uno de los más populares –y polémicos- comisarios de las Brigadas Internacionales, quien, sin embargo, declinó la invitación de Ryan para participar en el libro. En cuanto al epílogo de “La Pasionaria”, tiene un tono y un contenido muy similares al famoso discurso que pronunció en Barcelona el 28 de octubre de 1938 en el acto de la despedida de las Brigadas Internacionales, y en él se entremezclan el agradecimiento a los voluntarios con la esperanza en la victoria final. Rezuma templanza, admiración y reconocimiento, y algún que otro requiebro poético.

-¿Cómo fue el viaje de retorno de estos brigadistas y en concreto de muchos de los participantes en este libro y cómo les recibieron en sus diferentes países y comunidades?

-El viaje de retorno de los brigadistas provenientes de los países anglosajones fue diferente dependiendo de la nacionalidad. Los británicos lo tuvieron bastante fácil ya que la gran mayoría regresó en tren cruzando Francia y después utilizando los distintos ferries desde Dieppe o Calais. No hubo detenciones significativas e incluso, en ocasiones, fueron recibidos por grupos de simpatizantes con pancartas de bienvenida. Los irlandeses llegarían hasta Liverpool y desde allí a Dublín y no fueron tan bien recibidos como los británicos. Los estadounidenses regresaron desde Le Hâvre y Cherburgo hasta Nueva York y en varios casos sufrieron detenciones de pocos días para ser fichados como comunistas. Años más tarde, varios de ellos serían llamados a declarar ante el Comité McCarthy. Los canadienses siguieron rutas similares a los estadounidenses aunque en varios casos lo hicieron a través de Gran Bretaña ya que muchos tenían doble nacionalidad o familiares cercanos en el Reino Unido. Al llegar a Canadá, no obstante, fueron bastantes los que tuvieron problemas con la Policía Montada y se demoraron largo tiempo en llegar a sus lugares de residencia. En general, casi todos tuvieron problemas para encontrar un empleo y algunos no fueron bien recibidos en sus comunidades. Fueron muchos los que quisieron alistarse en sus ejércitos para luchar en la Segunda Guerra Mundial y no se les permitió debido a sus antecedentes en España.

-Eligieron no callar en tiempos incluso en el que debieron estar en el “ojo del huracán”. Aquello les debió costar un poco caro ¿verdad?

-Sí, muchos de ellos se erigieron en líderes sindicales o formaron parte de grupos en defensa de los trabajadores. Su lema fue: “la lucha continua” y paradójicamente parece que nunca admitieron la derrota. Al cabo de algún tiempo se organizaron en asociaciones para defender sus derechos, reunirse y rememorar su estancia en España de la que siempre se sintieron muy orgullosos.

-Amigos, ¿nos podéis decir en que estáis trabajando ahora o darnos como una pista?

-El grupo de investigación del que formamos parte en la Universidad de Salamanca (“Los Internacionales y la Guerra Civil española: literatura, compromiso y memoria”) sigue con sus actividades, destinadas básicamente a cumplir dos objetivos: por un lado, elaborar un listado completo y exhaustivo de los voluntarios angloparlantes que participaron en la contienda, y, por otro, seguir rescatando textos como El libro de la XV Brigada, inéditos en español pero que demuestran el fuerte impacto internacional que tuvo la guerra. Estamos preparando ya el nº 11 de la colección que será Salud! An Irishman in Spain de Peadar O’Donnell y que esperamos que esté en las librerías a la vuelta del verano.

 

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