61JXd51xg0L.jpgCazarabet conversa con...   Ignacio Sánchez-Cuenca, autor de “La izquierda fin de (un) ciclo” (La Catarata)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la colección de Editorial La Catarata, ¿Qué es ser de izquierdas (hoy)? Ignacio Sánchez-Cuenca desglosa una serie de reflexiones….todas en torno de la izquierda.

La sinopsis del libro: ¿Qué puede ofrecer la izquierda en un mundo dominado por el capitalismo en el queda muy poco espacio para la soberanía popular? La izquierda como movimiento político está ligada a una determinada época histórica en la que era posible transformar el mundo a través de la esfera política de acuerdo con un plan previamente establecido, ya fuera mediante la acumulación de reformas o mediante una revolución. En nuestros días, sin embargo, la política ha sido remplazada como instancia rectora de la vida social por la economía. La ideología dominante en la actualidad, el neoliberalismo, es una ideología económica, que pide confinar la política a un espacio inofensivo para el capitalismo. La idea de emancipación humana a través del ejercicio de la soberanía de un pueblo o nación suena hoy quimérica; quizá eso explique la desaparición de los partidos comunistas, la crisis de los partidos socialdemócratas y la debilidad de las nuevas izquierdas.

El autor, Ignacio Sánchez-Cuenca:

Profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha sido profesor en las universidades de Salamanca, Pompeu Fabra y Complutense. Es autor de numerosos libros y artículos académicos sobre violencia política, teoría de la democracia, política comparada y política española. Sus últimos libros son The Historical Roots of Political Violence (Cambridge University Press, 2019), La confusión nacional. La democracia española ante la crisis catalana (Los Libros de la Catarata, 2018), La superioridad moral de la izquierda (CTXT-Lengua de Trapo, 2018), La desfachatez intelectual (Los Libros de la Catarata, 2015) y Atado y mal atado. El suicidio institucional del franquismo y el surgimiento de la democracia (Alianza, 2014). Es colaborador habitual de La Vanguardia, el periódico digital infoLibre y la revista digital CTXT

El autor ya estuvo con nosotros: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/desfachatez.htm

 

 

 

Cazarabet conversa con Ignacio Sánchez Cuenca:

_pachosanchezcuencaok_f78f8.jpg-Amigo, ¿qué es aquello que te ha hecho investigar sobre  La izquierda y esos factores que nos pueden llevar al fin de (un) ciclo como titulas en tu libro editado por La Catarata? -¿Por qué fin de un ciclo?, ¿por esa desaparición casi imparable, aún cuando repuntó un poco al menos en visibilidad aquí con Podemos—Garzón, Iglesias...--, en Francia-- con Melenchon--, en Grecia --con Yanis  Varoufakis y Alexis Tsipras—en Italia –con el Partito Democratico della Sinistra-- ?

-Me apetecía reflexionar sobre la izquierda en largo plazo, en un arco histórico extenso, sin prestar demasiada atención a los resultados coyunturales de los últimos años. Es verdad que en los últimos años ha habido importantes movimientos organizativos y electorales en la izquierda, pero, visto con una mayor perspectiva, a mí lo que me interesaba destacar es que, al menos en los países occidentales, primero se hundieron los partidos comunistas y luego los partidos socialdemócratas han entrado en un proceso muy agudo de pérdida paulatina de apoyos.

Sin partidos comunistas y con partidos socialdemócratas muy disminuidos, ¿qué queda? Algunos partidos nuevos, que aprovecharon las circunstancias dramáticas de la crisis económica de 2008 para abrirse camino. Solo han gobernando en Grecia y ha sido un fracaso completo. En España Podemos es el socio minoritario del PSOE en el Gobierno. No parece que tengan fuerza suficiente para remplazar a los partidos clásicos revolucionarios y reformistas de la izquierda.

Si nos fijamos en el largo plazo, lo que vemos es que el sueño de que se puede construir una sociedad e igualitaria desde bases políticas, que se inaugura en las revolucionares francesa y americana, se ha ido disipando. Hasta el reformismo parece en retirada. La evolución tecnológica, social y cultural del capitalismo creo que no es favorable para la izquierda.

-¿Por qué se da, a la vez, la crisis de la socialdemocracia con la crisis de los partidos de izquierda que están más allá de la socialdemocracia, el comunismo?, ¿No hubiese sido más lógico que entre ambas opciones se hubiese producido una correlación de votos…que lo que unos perdiesen lo recuperasen los otros?

-La izquierda siempre ha estado dividida, ya desde la Primera Internacional, si no antes. Eso no es malo. Ha habido una rivalidad constante entre utopistas y pragmáticos, entre revolucionarios y reformistas, entre anticapitalistas y keynesianos. Históricamente, en los países occidentales (con la excepción de Italia), la hegemonía política ha correspondido a los socialdemócratas, no a los comunistas. Pero la socialdemocracia se ha quedado muy debilitada en los tiempos de dominio neoliberal.

Hay dos preguntas posibles aquí. Una es más abstracta: ¿por qué no todo el mundo adopta las ideas igualitaristas y emancipadoras de la izquierda? Traté de responder en parte en un libro anterior, La superioridad moral de la izquierda.  La segunda es más urgente: ¿qué puede esperar un votante cuando vota a un partido de izquierdas? ¿Qué puede conseguir hoy un partido de izquierdas? Ninguno tiene una alternativa al capitalismo. Por supuesto, las izquierdas pueden prometer grandes cambios y asaltar los cielos, pero los ciudadanos saben que tienen muy poco espacio para llevar a cabo sus planes. A medida que se estrecha el margen de maniobra de los partidos, van pesando otras consideraciones: la capacidad de gestión de los gobernantes, la corrupción, las guerras culturales… Nada de eso favorece políticamente a la izquierda. El límite más fuerte al que se enfrenta a la izquierda es que, incluso si alcanza el poder, puede hacer más bien poco.

ignacio_sancgez_cuenca.jpg-¿Quién es el factor o factores que incurren para que se dé esta crisis tan implosiva en toda la izquierda…la voracidad del neoliberalismo?

-Cuanto más complejo es el orden social, más difícil resulta transformarlo. Nuestras sociedades son incomparablemente más complejas que las de hace un siglo. El neoliberalismo, en cierto sentido, es la expresión ideológica del triunfo del capitalismo. Dicho triunfo consiste en eliminar la posibilidad de que la política pueda inmiscuirse en la economía de mercado. La política puede servir para corregir resultados, pero no, según el neoliberalismo, para decidir qué tipo de sistema económico queremos tener. De ahí que la democracia sea hoy, ante todo, un sistema para remplazar élites en el poder, pero no para elegir entre grandes proyectos alternativos.

-¿La izquierda ha sabido manejarse ante los nacionalismos y sus “peticiones” o se han perdido..?, ¿no será ese otro factor del fin de (un) ciclo?

-No lo creo. No hay una relación única entre izquierda y nacionalismo. Como de costumbre, hay divisiones fuertes en el seno de la izquierda sobre la cuestión nacional. Algunos consideran que el internacionalismo proletario consiste en pasar por alto las diferencias nacionales. Otros creen que dicho internacionalismo se articula mediante redes de solidaridad y apoyo mutuo entre movimientos y colectivos muy variados nacionalmente.

-Aquí en concreto  ese fin de ciclo se precipita, pero por qué parece que lo sufra más la izquierda… en un estado en el que a todo el engranaje político está oxidado …es de pensar que todas las opciones políticas pueden llegar a fin de ciclo, pero a veces se ven o se delatan más las crisis y los fines de ciclos en aquellas opciones que son más críticas y sobretodo autocríticas… ¿Es así?

-No lo sé. Yo creo que lo que arrastra la izquierda a un fin de ciclo es la clausura de la política, es decir, la incapacidad del orden político para establecer qué tipo de orden económico queremos tener. Cuando la economía se emancipa de la política (rasgo principal de la época neoliberal), la izquierda se queda en una posición muy comprometida. Su potencial transformador queda en entredicho. La mejor ilustración es el gobierno de Tsipras, que tiene que abandonar sus compromisos sobre la unión monetaria y el rescate. Es cierto que Grecia es un país pequeño dentro de la UE, pero no creo que las cosas hubieran sido muy distintas si en España hubiese triunfado Podemos. En la etapa actual del capitalismo, la correlación de fuerzas entre capital y trabajo es muy desfavorable para este último.

-Pero algo habrá detrás del votante que es el que, por crítico y autocrítico que sea, lleva a quien lleva al poder y quita  a quien quita del poder o de los escaños, ¿qué nos puedes decir?…

-Este es un asunto fascinante. En algunos países, las bases sociales de la izquierda, sobre todo de la nueva, de los partidos que han surgido en los últimos tiempos, no son obreros manuales, sino jóvenes con un alto nivel educativo, profesionales liberales, maestros, etc., mientras que la tradicional clase trabajadora o bien permanece fiel a la socialdemocracia o se desplaza a los nuevos partidos xenófobos y excluyentes de la derecha. En Estados Unidos, un mayor nivel educativo es un buen predictor de voto al Partido Demócrata; hace unas pocas décadas, era al revés. Nos encontramos en un momento de transición social y política, donde aún no están claras las líneas de división ni las alianzas de clase que se irán forjando. Precisamente por ello observamos tanta inestabilidad en la política de los países occidentales.

-¿Todo fin de(un) ciclo—recordamos que empleas el artículo indeterminado—lleva a empezar otro…? ¿estará este protagonizado por la presencia de la ultraderecha?

-Bueno, la izquierda puede ir hacia la marginalidad política o puede reengancharse a la sociedad, por ejemplo a través del asunto medioambiental. A medida que la crisis ecológica se vaya haciendo más visible y angustiosa, mucha gente podría considerar que sólo una izquierda verde puede sacarnos del aprieto.

-¿Del arco político los primeros que se resienten, ante cualquier crisis o sacudida---sobretodo socio económica--- son los partidos acogidos más a la izquierda?, ¿por qué?

-Creo que a esto ya he contestado anteriormente.

Ignacio_Sánchez-Cuenca,_pro.jpg-¿Será que la derecha va a lo que va, siempre y lo tiene muy claro y que, aún teniendo sus familias, vertientes y demás…el objetivo es uno: el defender el sistema neoliberal, el sacar partido de esto; el que nada se mueva y el nadar y guardar la ropa y eso llegan a transmitirlo con los miedos a las diferentes clases sociales…haciendo que hasta los trabajadores y trabajadoras que están en el alambre piensen que lo primero es aplicar aquello de :”yo caliente que se..”, ya sabes…¿lo compartes o qué nos puedes decir?

-Esto nunca lo he estudiado con el detalle que merecería. Tan sólo puedo decir que la derecha, en muchos países, ha conseguido persuadir a amplias capas de la ciudadanía que es mejor gestora de los asuntos públicos, que no despilfarra, que sabe cómo salir de una crisis económica, aunque las medidas sean dolorosas, etc. No entro ahora a discutir si esa reputación tiene fundamento o no, tan sólo digo que la derecha obtiene apoyos de gente que espera que los políticos sean buenos gestores o gobernantes.

-Encima han  llenado  las calles, con el discurso, (especie de hipnosis) en que los que defienden ciertas premisas que, podrían englobarse en las luchas de siempre de la izquierda ,son unos radicales a los que les toca soportar todo tipo de calificativos y después los hay “de izquierdas moderados” y solamente con estos se puede hablar.-Normalmente esto lo hace, casi magistralmente, la derecha…dinamitando  la unidad de la izquierda, pero, y vuelvo a ser crítica con la izquierda, será porque las opciones de ésta dejan, en cierto modo,  que sea así.-Por qué el perfil del votante de izquierda, y hablo del que siente de veras los valores de la izquierda,  es ”como  menos constante”; diría más exigente y crítico con toda la izquierda y todas sus coordinadas , sobre todo con el partido al que una u uno vota? ¿O crees que también es menos constante?.La exigencia es buena, pero…..¿qué nos puedes decir?

-Yo nunca he visto una investigación rigurosa y sistemática sobre esta cuestión. Tendemos a pensar que los votantes de izquierdas son más exigentes. Pero hemos visto un periodo de cuatro décadas con mayorías socialdemócratas en Andalucía. Y durante la etapa de Felipe González la derecha se quejaba de que los votantes del PSOE eran de una fidelidad a prueba de escándalos. Hoy las tornas se han invertido y la imagen es justo la contraria, que los votantes de derechas votarían incluso a la cabra de la legión (o votan a Isabel Díaz Ayuso).

-Enlazando con la pregunta anterior….de esta manera el voto suele quedarse en casa, absteniéndose o votando nulo o en blanco…cosa que no seré yo quien la juzgue ,pero de esa manera le estamos dando mucho aire a la derecha…

-Durante mucho tiempo, la izquierda española era más abstencionista que la derecha. Pero eso dejó de ser así hace tiempo.

-La “acumulación de reformas” no es, quizás, tan veloz o drástica como el hecho de llevar a cabo una revolución…pero metidos como estamos metidos en una sociedad neoliberal y neocapitalista…¿ya nos viene bien, si de veras esas reformas miran por el bien común de las ciudadanas y ciudadanos…?

-Desde luego, yo me veo a mí mismo como un reformista. Las opciones rupturistas, por suaves que sean, suelen tener resultados desastrosos. En nuestra época, el ideal revolucionario ha sido abandonado del todo y queda sólo un pálido reflejo de la revolución que es el intento de entrar en una fase constituyente en la que todo sea revisable. Así como hemos visto muchos episodios constituyentes en países latinoamericanos, en Europa estas cosas ya no suceden. De ahí que incluso una fase constituyente pueda sonar utópica.

-¿A la izquierda le da miedo o le cuesta más una vez elegida y una vez en la arena política mantener tensada la cuerda de los discursos de aquellos primeros días en los que no siendo políticos ya miraban las bancadas de los mismos?-Si le da miedo, ¿por qué le da miedo? Y si le cuesta por qué le cuesta?.¿Qué futuro a corto y medio plazo crees que le aguarda a la izquierda?

-¡Nunca he sido bueno anticipando el futuro! A mi juicio, lo que suceda en el medio plazo dependerá mucho de la crisis climática. Si se agudiza esta crisis, como parece inevitable, la izquierda puede reinventarse y reencontrarse con capas sociales que se distanciaron hace mucho tiempo de su ideología.

 

 

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