La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Jordi Gracia,
autor de "Burgueses imperfectos.
Heterodoxia y disidencia literaria en Cataluña. De Josep Pla a Pere Gimferrer" (Fórcola)
Una analítica
de Jordi Gracia que se sumerge en la heterodoxia y la disidencia literaria en
Cataluña.
Este
experto y catedrático de literatura analiza a las letras y a literatos desde
Josep Pla a Pere Gimferrer.
Un libro,
desde Fórcola ediciones que nos habla de la
literatura y del ejercicio de escribir, imprescindible.
Lo que
nos dice Fórcola de este libro de Jordi Gracia:
La
sociedad española, heredera del prejuicio que no admite disidencia o
heterodoxia alguna en autores consagrados, sigue percibiendo a escritores como
Josep Pla, Joan Oliver, Gaziel, José Ferrater
Mora, Josep Maria Castellet,
los hermanos Ferrater, Joan Margarit
o Pere Gimferrer como si de veras hubiesen sido siempre canónicos: personas
dóciles y obedientes, atadas a sus intereses egoístas o adaptados siempre al
mejor postor o al interés más rentable.
Para Jordi Gracia, en
cambio, las mejores páginas de todos ellos contienen una rebeldía intraburguesa estimulante y transgresora al margen de su
ubicación política a derecha o izquierda. Han sido burgueses, sí, exigentes con
su clase, más irónicos que dogmáticos, más ecuánimes que sectarios, y por tanto
«burgueses imperfectos».
Su obra
ha sido a menudo una forma de escapar a la moral dominante sin dejar de buscar
su sitio en el sistema imperante: escribieron para desmantelar el buen juicio
pragmático y la hipocresía defensiva. Han encarnado variantes diversas de la
rebeldía resignada o de la insolencia amena; han actuado como ácidos sin efecto
corrosivo pero sí correctivo y catártico. No los animó ningún redentorismo mesiánico, pero sí la convicción de que la
dignidad ética de una sociedad pasa por decir la verdad, al menos a pequeña
escala, en voz alta o baja, ascética o suntuosa.
Buena
parte de estos autores han habitado confortable y felizmente una realidad
catalana nutrida de cultura y literatura española sin sentirse defensores a
ultranza de un patrimonio catalán limpio de adherencias o contagios españoles.
No se han sentido leales a la retórica encendida de la Patria, ni de la
Cultura, ni de Esencia alguna, sino fieles a la verdad moral lentamente
obtenida. Ninguno de los autores tratados en este ensayo ha albergado
sentimiento alguno de inferioridad por convivir con la literatura castellana en
Cataluña; más bien la han habitado como un ámbito de debate, combate, rivalidad
y afinidadades: un espacio vivo.
Algunas
reseñas a tener en cuenta y que nos facilita Fórcola:
http://forcolaediciones.com/producto/burgueses-imperfectos/
Sobre el
autor, Jordi Gracia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jordi_Gracia_Garc%C3%ADa
Gracia
como articulista:
http://elpais.com/autor/jordi_gracia/a/
“Cazarabet conversa con”, ya tuvo un conversa con este autor
cuando publicó para Anagrama, “La resistencia silenciosa. Fascismo y cultura en
España”
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/gracia.htm
Otros
enlaces que te pueden ir bien mientras lees el libro:
Josep Pla:
http://es.wikipedia.org/wiki/Josep_Pla
José Ferrater Mora
http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Ferrater_Mora
Joan Margarit:
http://es.wikipedia.org/wiki/Joan_Margarit_i_Consarnau
Josep Maria Castellet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Josep_Maria_Castellet
Pere
Gimferrer:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pere_Gimferrer
Cazarabet conversa
con Jordi Gracia:
-Jordi,
analizas en este libro a escritores que, desde Cataluña, escribían yo diría
como en un filo alambre, como manteniendo el equilibrio…. recordemos que
lo hacían en tiempos de posguerra y dictadura, también, algunos de ellos,
después de ello , pero que humana y filosóficamente hablando no encajan …
-Quizá no encajan con los prejuicios y las imágenes
simplificadas que tendemos a fabricar de casi todos ellos, porque es más cómodo
y porque necesitamos colocarlos en sus lugares. Pero cualquiera de esos
escritores creció, maduró y mudó, sin alterar el instinto de una independencia
ética con expresión estética, y al margen de sus afinidades políticas, que
fueron también cambiantes y que a menudo no sirven para comprender cabalmente
la entidad de un escritor.
-Todos tenían en común el
punto de rebeldía desde la literatura y haciendo uso de ella, pero explícanos,
brevemente, ¿cómo lo hacían, cómo “se accionaban”…?
-Con valor: atreviéndose a escapar al discurso general
y mayoritario, eludiendo la conformidad bovina, rehuyendo el sí perezoso y
aceptando el desafío de matizar y revisar, y a veces incluso de impugnar las
visiones generalmente compartidas por los demás (hasta convertirse ellos mismos
en portavoces de una nueva ortodoxia, que es casi siempre el destino de las
mejores heterodoxias)
-¿Ha habido como flecos
bipolares entre este grupo de escritores tan imperfectos, como heterodoxos….?
-Me lo pones difícil: flecos bipolares no diría yo,
pero vaivenes y estrategias, sin duda sí, entre otras cosas porque las
realidades sociales y culturales son cambiantes y la intervención de los
escritores también. Puede haber un prólogo increíblemente incendiario y
desafiante, al largo de un artículo convencional y previsible, y ser obra del
mismo autor. Esas paradojas no son contradicciones sino usos de la escritura
profesional.
-Son heterodoxos, desde el
contenido al continente…en las formas y en las adaptaciones de las mismas…creo
que lo llevan dentro como un resorte que salta sin querer, son incontinentes…
-Incontinentes y también calculadores porque la
incontinencia a solas es verborreica y caudalosa pero
inane, y ninguno de ellos lo fue -ni Pla ni Castellet,
ni Ferrater Mora ni Gaziel.
La profesionalización de la escritura -periodística o académica- puede acabar
ablandando ideas y estilos pero la calidad de estos autores, y otros
evidentemente, nace de su capacidad para expresar ideas o discrepancias a pesar
de la rutina de la profesión: imaginación y prosa.
-Josep
Pla, bueno yo a este escritor magnífico, sutil si lo veo, por otra parte, un
poco más controvertido y un poco más previsible y manipulador, recordemos su
relación siempre “de arrimo” con el franquismo durante la guerra y su papel que
se le ha atribuido, siempre, como espía….¿le acompañó esta especie de “estigma”
como “pro españolista” toda la vida?; ¿cómo le afectó?
-La Cataluña que hoy ha consagrado a Pla como escritor
incontestable es nueva, recién parida como quien dice, porque Pla fue un hombre
de lectores pero sin crédito, precisamente porque nunca ocultó su posición de
orden, y si el orden era franquista, sería franquista, aunque no un franquista
cualquiera. Pero la cultura catalana fue cicatera y esquiva con Pla sin paliativos,
y ha dejado de serlo en los últimos años: espía lo fue, ahora ya sin duda, y
franquista también, pero como tantos otros fue moderando su adhesión al régimen
a medida que el propio régimen se enquistaba en sí mismo. La disidencia de Pla
nunca fue atronadora sino irónica, indirecta y casi dieciochesca.
-Ferrater
Mora vivió el exilio y aún desde el exilio era incómodo… ¿cómo enseñó esa
rebeldía más allá de que nosotros debemos “saber leerlo”…?
-La incomodidad nacía de dos frentes: la resistencia a
sumarse a la lógica política del nacionalismo, catalán o español, y la frialdad
de juicio con que examinaba su trayectoria y la de muchos otros en términos de
intensidad vital y expectativa profesional inimaginable en el contexto español
del franquismo. No quiso callar lo que era verdad, aunque sonase mal: ni drama
perpetuo como definición del exilio ni condición inexcusable de la ciudadanía
el sentimentero nacionalista.
-Jordi, me gustaría pararme
en el Castellet editor y director de ediciones de Edicions 62. ¿Qué nos puedes decir de esta etapa?
-Sin ella la riqueza de la cultura humanística de la
Cataluña contemporánea sería más tardía, más precaria y mucho más quebradiza de
lo que es: fue el hombre que hizo de una editorial bien apoyada financieramente
la piedra central de la reconexión intelectual y humanística del lector catalán
con las corrientes universales del conocimiento.
-No son pocos los poetas que vienen del mundo de
“las ciencias”, los números y “lo matemático”…a mí, me parece fascinante, pero
cuéntanos tú que eres estudioso del mundo de plumas…¿qué te parece esto desde
la perspectiva de Joan Margarit?, por poner un
ejemplo que tratas en el libro…
-La poesía ha estado en su cabeza desde que era un
muchacho, ha seguido ahí cuando se hizo catedrático de Estructuras y arquitecto
y es algo así como el hilo rojo de una biografía rica y matizada. En su caso,
además, ha dotado de una austeridad de medios y una economía de recursos muy
evidente a su propia poesía, como si el afán de exactitud del arquitecto
hubiese desprendido sobre el poeta una forma singular de precisión lírica.
-Pere Gimferrer, ¿qué punto
de inflexión marcó como “salida de tono”…..?
-No exactamente salida de tono, sino escritor
liberador de la lengua y del mundo del poeta, capaz de conquistar formas de la
expresión y de investigación antes inexistentes. En Gimferrer se fragua, aunque
no en solitario, una intensificación de la riqueza imaginística
e irracionalista de la poesía, y a la vez difunde una forma de la comprensión
moderna del arte que desafía las buenas conciencias del lector burgués y
pacífico mostrándole la imprevisibilidad de lo que actúa sin ataduras, sin
coacciones ni otras muletas tan burguesas como aburridas.
19452
Burgueses imperfectos.
Heterodoxia y disidencia literaria en Cataluña. De Josep Pla a Pere Gimferrer.
Jordi Gracia García
240 páginas 13 x 21 cms.
22,50 euros
Fórcola
La sociedad española, heredera
del prejuicio que no admite disidencia o heterodoxia alguna en autores
consagrados, sigue percibiendo a escritores como Josep Pla, Joan Oliver, Gaziel, José Ferrater Mora, Josep
Maria Castellet, los
hermanos Ferrater, Joan Margarit
o Pere Gimferrer como si de veras hubiesen sido siempre canónicos: personas
dóciles y obedientes, atadas a sus intereses egoístas o adaptados siempre al
mejor postor o al interés más rentable.
Para Jordi Gracia, en cambio, las mejores páginas de todos ellos contienen una
rebeldía intraburguesa estimulante y transgresora al
margen de su ubicación política a derecha o izquierda. Han sido burgueses, sí,
exigentes con su clase, más irónicos que dogmáticos, más ecuánimes que
sectarios, y por tanto «burgueses imperfectos».
Su obra ha sido a menudo una forma de escapar a la moral dominante sin dejar de
buscar su sitio en el sistema imperante: escribieron para desmantelar el buen
juicio pragmático y la hipocresía defensiva. Han encarnado variantes diversas
de la rebeldía resignada o de la insolencia amena; han actuado como ácidos sin
efecto corrosivo pero sí correctivo y catártico. No los animó ningún redentorismo mesiánico, pero sí la convicción de que la
dignidad ética de una sociedad pasa por decir la verdad, al menos a pequeña
escala, en voz alta o baja, ascética o suntuosa.
Buena parte de estos autores han habitado confortable y felizmente una realidad
catalana nutrida de cultura y literatura española sin sentirse defensores a
ultranza de un patrimonio catalán limpio de adherencias o contagios españoles.
No se han sentido leales a la retórica encendida de la Patria, ni de la
Cultura, ni de Esencia alguna, sino fieles a la verdad moral lentamente
obtenida. Ninguno de los autores tratados en este ensayo ha albergado
sentimiento alguno de inferioridad por convivir con la literatura castellana en
Cataluña; más bien la han habitado como un ámbito de debate, combate, rivalidad
y afinidades: un espacio vivo.
Jordi Gracia (Barcelona, 1965) es catedrático de literatura española en
la Universidad de Barcelona y colaborador habitual de El País. Ha publicado
varios libros de historia intelectual, entre ellos, Estado y cultura, La
resistencia silenciosa (Premio Anagrama de Ensayo 2004 y premio Caballero
Bonald 2005), A la intemperie, y La vida rescatada de Dionisio Ridruejo.
Es coautor con Domingo Ródenas del tomo de historia
de la literatura española Derrota y restitución de la modernidad, 1939-2010.
Entre sus últimos libros destacan el panfleto El intelectual melancólico (2011)
y la biografía José Ortega y Gasset (2014).
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