País de Cazarabet

 

Km. 4

 

 

            
 

 

SUMARIO:

- Microrrelato... El Tío Dorico

- Tras los pasos... Nos vamos a las Hoces del Guadalope

- Ediciones... Un libro que nos acerca a cómo fue la enseñanza en Alcorisa

- Arte... La joya escondida de Seno en el País de Cazarabet

- Entérate... La naturaleza empieza a despertar de su letargo invernal

- Personajes... El apellido Baroja: identidad y admiración en tierras turolenses

- Historia... La emisión de billetes, una necesidad en la Guerra Civil

- Evento... Redobles que llaman desde la Ruta del Tambor y el Bombo

- La foto... Retiro en el Desierto

 

 

 

Información turística del País de Cazarabet:

Tlfs.  978 849970  -  696 942359

 

 


 

Microrrelato

 

EL TÍO DORICO

 

Faltaban unos cuatro kilómetros para llegar a las masadas del Tío Dorico. El día había empezado con un cielo azul, pero con las brumas levantándose para invitar a pasar a los rayos de sol... más tarde había empezado a embrumarse todo el ambiente y, al final, en  mitad mañana el cielo era gris y encapotado.

 

La leve brisa parecía endurecer el frío, pero sin levantar mucha polvareda... escocía el ambiente y la brisa parecía paralizarnos... ya faltaba menos, aunque quedaba aquel tramo de senda empinado y azaroso que nos conduciría a la masada el Tío Dorico.

 

Ahora entre las paredes de piedra que habitó Dorico ya no vivía Dorico, aunque en realidad nunca dejaría de vivir allí...su masía era habitada por la familia Dalmau que llegó para aposentarse, con la helada, aquella que sumió en una profunda crisis al valle del Espino. Muchos emigraron a pueblos mayores, a ciudades...casi nadie se quedó en el pueblo y los Dalmau fueron los únicos que se adentraron en las gargantas de los afluentes que habitaban el País de Cazarabet para sumergirse en un mundo tranquilo, ancestral, quieto, mimoso...

 

La senda coronó la colina y nos permitió una mirada panorámica de un muy lejano valle y del intrincado entramado final para acercarse a la masada del Tío Dorico. El último trecho nos deparó sorpresas que sólo el duende de la discreción ,que todos llevamos dentro, me impide compartir; ahora escribo esto desde el interior de la masada de los Dalmau, la familia con los que viviré a partir de hoy. Afuera empieza a cerrarse la tarde mientras caen los primeros copos de nieve de este invierno, entre ellos se vislumbra la tumba que alberga el Tío Dorico, ya habíamos dicho que de alguna forma nunca dejaría de habitar su masada.

 


 

Tras los pasos...

 

Nos vamos a las Hoces del Guadalope

 

El Guadalope entre Aliaga y el embalse de Santolea cobra una vida especial… el curso del río parece eternizarse entre desfiladeros vertiginosos que, convierten este tránsito, en uno de los rincones más salvajes de Cazarabet. Hay escarpadas pendientes con resaltes rocosos a las que se une un cauce de agua fresca, éste en este lugar es más libre que nunca dentro del propio curso del Guadalope, transitando  en una de las zonas más despobladas de Teruel.

 

Estos desfiladeros, con el agua discurriendo entre las rocas, se conocen como Hoces y es casi obligatorio, si visitas el País de Cazarabet, acercarse.

 

Para salir de paseo hacia las Hoces nos citamos en el barrio de La Algecira, perteneciente a la población de Ladruñán; nos enfilaremos por una estrecha senda hasta el corazón del Guadalope visitando, a su paso, la central eléctrica, varias masías, una era donde los cereales se transformaban a impulso de burro, el puente natural…

 

Partimos desde este barrio para remontar, poco a poco, el Guadalope. El engrescador recorrido, en gran parte,  discurrirá por el GR-8 hasta El Higueral. Llegamos a La Algecira, desde Ladruñán, por una pista que deshace el camino en unos dos kilómetros, ésta se encuentra en las inmediaciones de Ladruñán y está indicada. En La Algecira, donde llega la pista, debemos llevarle la contraria al cauce del río siguiendo la senda señalizada con el GR-8 que viaja por la orilla izquierda un poco por encima del Guadalope...

 

El camino nos lleva a una Central Eléctrica que antaño aprovechó el cauce del río para obtener electricidad. Después el GR-8 se encamina hacia la Masía Fonseca. Aquí el GR-8 deja de ser nuestro particular guía. Nosotros debemos continuar ajenos a su tramado, por la derecha, hacia El Higueral.

 

Nos mantenemos en una senda paralela al río para seguir remontándolo. Antes de llegar a las Hoces visitaremos, a nuestro paso, el puente natural… durante un breve trayecto el Guadalope discurre por debajo de una losa de roca. Sin ninguna construcción por parte del hombre podemos cruzar de una orilla a otra. Antes este puente tenía muchísima importancia, ya que en los días en que el Guadalope bajaba crecido era el único punto en que se podía cruzar el cauce del río desde el puente del Vado en Villarluengo.

 

Una vez visitado el puente natural nos encaminamos hacia la primera Hoz, observaremos en que el alrededor de la senda se ensancha. Llegamos a la primera Hoz y si es verano o finales de primavera y el río no baja muy valiente podemos cruzar la Hoz para encaminarnos hacia la segunda…ésta se encuentra justo en el punto donde confluye el barranco del Nogueral; más arriba del cauce del Guadalope podemos encontrar la tercera Hoz.

 

Volveremos sobre nuestros pasos, sabiendo que hemos visitado unos de los rincones más naturales, salvajes y emblemáticos del País de Cazarabet.

 

 


 

Ediciones

 

Un libro que nos acerca a cómo fue la enseñanza en Alcorisa

 

María Rosa Domínguez Cabrejas escribe un libro entrañable sobre la historia de la enseñanza de esta ciudad del Bajo Aragón y lo hace con un estilo tan entrañable como las fotografías que nos transportan a diferentes tempos dentro del organigrama de la historia de la enseñanza en Alcorisa.

 

El prólogo, Repiquetear en los pupitres, bajo el tecleteo de Jesús Jiménez Sánchez (Director general de Enseñanza Superior del Gobierno de Aragón). Nos ofrece unas bellas migas: “En Alcorisa los niños y niñas repiquetean cada mañana en sus pupitres. Desde siempre. Es el eco escolar del redoble del tambor y del mazazo del bombo que cada año rompen la hora… los alcorisanos y alcorisanas lo llevan en la sangre. Lo viven en sus casas y lo transmiten a quienes llegan a esta villa… La educación ha sido motor de esta tierra….es la esuela soñada, la escuela que vivimos y la escuela que soñamos. La que soñamos como niños y la que soñaron  nuestros maestros y maestras, una escuela transformadora”.

 

En este punto, y tomando el libro como eje y guía,  empieza la escalada en el tiempo: entrando dentro del corazón de una escuela graduada de niños, una escuela nacional de niñas, los dos colegios religiosos, una escuela de párvulos y un centro de adultos…

 

El prólogo nos remonta a aquellos años treinta en los que las Misiones Pedagógicas, en esta población, inauguraron la biblioteca Municipal… al tiempo que tomaba impulso y fuerza la escuela popular y, casi rozando la década de los cuarenta, se inauguraba el Seminario Menor.

 

Alcorisa también vivió, ya en los sesenta, tiempos en los que la escuela se volvió mixta y en los que aparecieron los centros de inspiración religiosa.

 

Alcorisa antes de terminarse el siglo XX vio nacer a un nuevo instituto, una casa de oficios y un Centro Rural de Innovación Educativa (CRIET) que se aloja en el antiguo Seminario.

 

Jiménez Sánchez califica a esta entrega bibliográfica del CELA, como “cuaderno”, nomenclatura más elocuente es casi imposible.

 

El libro se acerca, casi de puntillas, al día a día en la escuela: a sus rutinas, sus días extraudinarios, sus imágenes, sus expresiones, sus miradas…

 

Punto y aparte en toda esta historia lo merece el CRIET, un paso atrevido, descarado, pionero, pero muy mesurado que tuvo lugar en estas tierras de Aragón y que se abría a muchas escuelas rurales de Teruel. El CRIET además de ser un centro escolar ha impulsado, pedagógicamente hablando, una escuela que integra y que invita a la participación pretendiendo  la integración social de los escolares turolenses de las zonas rurales.

 

El libro directa o indirectamente también supone una referencia al Museo; otra forma de conocer y recuperar la historia que nos sumerge en aquellos pupitres ancestrales, en las bibliotecas, en los libros y enciclopédicas, en los cuadernos, en el tintero, en las caligrafías, tizas y pizarras………

 

Después, ya en el presente, desde este rincón educativo nos acercaremos a soñar para el mañana a todos los medios informativos y que estén en contacto interactivo con todo el mundo…

 

En el libro, editado por el CELA, aparece, también, una reflexión de Salvador Berlanga Quintero que es el coordinador del Museo de la Escuela. Desvela que el Museo retiene un tesoro en forma de libro, se trata de un ejemplar de Don Quijote de la Mancha, editado en 1905, para conmemorar el tercer aniversario de la impresión de la obra más universal de la lengua castellana… esta edición con el prólogo de Saturnino Calleja estaba pensada, más que nada, para acompañar a escolares. Hoy ha encontrado su lugar de reposo, aunque lo hace incentivando, en este Museo de la Escuela. después de ponernos a todos el caramelo en la boca con el libro del Quijote… Berlanga, nos cuenta  , casi susurrando al oído cual y cómo ha sido la corta vida de este Museo de Alcorisa que veía la luz en noviembre del 2005; fruto de aquel día de inauguración surgió ,desde la conferencia de Mª Rosa Domínguez Cabreras, un contenido que caló tanto en la memoria de todos que es el requerido para ponerle la música a este. En las labores de documentación para nutrir la conferencia inaugural, Mª Rosa, visitó los archivos municipales tanto de Alcorisa como de otras poblaciones.

 

La autora es Licenciada en Pedagogía, ejerció como maestra. Por oposición Domínguez Cabreras consiguió el cargo de profesora titular tomando la responsabilidad de Directora de la Escuela de Magisterio de Zaragoza. Hoy, en este presente, es Catedrática de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Zaragoza. Mª Rosa es experta en todo aquello que rodea y concierne a la Educación en el siglo XIX, especialmente del estudio de la mujer integrada en la educación aragonesa.

 

Según cuenta Salvador Berlanga en su agradecimiento: “ante todo, la autora, sobresale por ser maestra de maestros, por unir el rigor y la ternura en el camino hacia la sabiduría”. Se resalta también en la descripción de esta autora “ su cariño hacia Alcorisa”. Destaca aquí su colaboración  en el Congreso de Educación Rural que  se celebró en esta localidad del Bajo Aragón.

 

Este Cuaderno tiene además del carácter y la ternura que sólo levantan la pasión por hacer el trabajo que más le gusta… una imagen más que significativas, con unas fotografías que nos acercan a tiempos más o menos pretéritos, más o menos presentes.

 

Mª Rosa Domínguez se remonta en la historia educativa de Alcorisa como nadie lo había hecho , explicándonos desde los aspectos más elocuentes hasta los más recónditos; también se repasan las enseñanzas fijadas; así en 1857 estaban fijadas estas materias en la enseñanza elemental: Doctrina cristiana y nociones de Historia sagrada acomodada a los niños; lectura; escritura; principios de gramática castellana con ejercicios de ortografía; principios de aritmética con el sistema legal de medida, pesas y monedas; breves nociones de Agricultura, Industria y Comercio, según las localidades. La enseñanza superior añadía estas materias: principios de geometría, dibujo lineal y agrimensura; Rudimentos de Historia y Geografía, especialmente en España; nociones generales de física y de historia natural, acomodadas a las necesidades más comunes de la vida.

 

En ese tiempo las niñas debían omitirse las Breves nociones de Agricultura, principios de geometría, dibujo lineal , agrimensura, nociones de física e historia natural. En lugar de estas materias, las niñas, estudiaban, en 1857,  labores propias del sexo, elementos del Dibujo aplicado a las labores y ligeras nociones de higiene doméstica.

 

Mª Rosa Domingo destaca el impulso que supuso para la enseñanza la fundación de los Paúles especialmente en el sector de la segunda enseñanza… fruto de todo esto y según escribe Cesáreo Gil en su libro Alcorisa y sus tradiciones; ”la enseñanza secundaria se inició con catorce alumnos, se duplicó al curso siguiente, evidenciándose un claro aumento en los años posteriores”.

 

Con todos estos antecedentes , Alcorisa, afrontaba el siglo XX con enseñanza municipal de niños y niñas, una escuela de párvulos y una para adultos varones. Mientras tanto la función docente del colegio de Segunda enseñanza de los Paúles era de gran interés en cuanto posibilita la preparación de los niños alcorisanos y de los pueblos próximos para efectuar los exámenes de ese nivel de enseñanza en el Instituto de Segunda Enseñanza de Teruel.

 

El Cuaderno se adentra, aún con más fuerza, en el siglo XX. Destacando las transformaciones de la primera enseñanza, introduciendo materias como los trabajos manuales, el canto y los juegos corporales; el dinamismo en la enseñanza en Alcorisa(especialmente en el primer bienio), apareciendo en escena el maestro Ayora que se entusiasmaba con los cambios en la enseñanza en el corazón de la II República y el tiempo convulso, dramático y triste  que surge con la guerra civil; las estrictas normas que sacudieron la enseñanza a mediados de siglo con el Seminario como eje para mucos vecinos de Alcorisa o de pueblos cercanos  que mediante estas aulas tuvieron la oportunidad de realizar los estudios de bachillerato; la nueva estructura escolar para no universitarios con su ley de 1970;la creación del CRIET y la llegada, haciendo frente a nuevos retos sociales, de la LOGSE.

 

En este brevísimo repaso histórico queremos resaltarles aspectos vividos en Alcorisa desde el punto de vista de popularizar la educación con la actuación de las Misiones Pedagógicas que culmina con la inauguración de una Biblioteca Municipal que está directamente relacionada con el impulso de estas Misiones. Mª Rosa Domínguez escribe de forma clara: “lo que denominamos hoy educación popular se revitalizó notablemente por el impulso de las juventudes libertarias y especialmente con la introducción del cinematógrafo del que también empezaron a disfrutar los niños mediante una sesión semanal para ellos, que tenía lugar los sábados.”

 

Las imágenes son el pálpito de este Cuaderno así nuestra mirada nos transporta a la escuela nacional de niños y la de niñas en 1900; la escuela nacional de niños y niñas y escuela nacional de párvulos en 1935. La historia, aparte de con las letras de Mª Rosa Domínguez, la historia se lee, también en imágenes.

 

También se hace mención a la Agrupación Escolar Mixta de 1965; al Colegio Público de Alcorisa de EGB en 1970; al Colegio Público de Alcorisa de EGB en San Pascual, 1976 y al Colegio Público El Justicia de Aragón  del 2001.;el Seminario, el CRIET y los nuevos centros educativos: escuela de adultos, guardería municipal, Instituto de Secundaria Damián Forment y el Centro Ocupacional Kalathos.

 


 

Arte

 

La joya escondida de Seno en el País de Cazarabet

 

La población de Seno, en el Bajo Aragón, acoge en sus calles una casi desconocida joya del barroco tardío: su iglesia en honor a Santa Elena.

 

La Iglesia se sitúa en la única plaza del pueblo que alberga, también, al Ayuntamiento. Es una construcción en mampostería del siglo XVIII.

 

El templo es de planta rectangular con cantería de sillería en las esquinas. Su fachada es neoclásica: sencilla, bonita y original. Parece ser que, en origen, la fachada estuvo lucida con mortero de cal y en la parte alta se imitó, con pintura, a la piedra de sillería.

 

Hay en la parte más superior dos oberturas: una circular enmarcada de ladrillos. esta obertura se encarga de dar luz a las bóvedas. Finalmente arriba hay una abertura con arco de medio punto delimitada por sillares que es una espadaña. En este hueco había antiguamente una campana que mediante una cuerda, desde el coro, se tocaba  para llamar, por orden del Ayuntamiento al pueblo a Concejo

 

La portada la forman dos cuerpos, de ellos destaca más la parte inferior con la puerta con arco de medio punto.

 

Hay aquí, en la parte inferior,  un detalle significativo: el portal está “vigilado”, en la clave,  por un ángel mutilado (alberga  dos corazones, en el mismo dintel del portal) y en los extremos: un sol  y una luna. Todo esto está flanqueado  con dos pilastras de capitel mixto, rematado por doble entablamento liso y éste, en los extremos, por dos pirámides terminadas en esferas.

 

 

El segundo cuerpo que conforma la fachada está formada por una ventana muy original, es tetralobulada. Sobre la misma hay, dentro de un enmarque, una inscripción. Después todo el conjunto está flanqueado por dos pilastras muy parecidas, en estilo, a las pilastras inferiores. Éstas están rematadas por un frontón triangular que cobija que cobija una cruz que años atrás alojó a un cristo.

 

La puerta de acceso al templo es l original y muy sencilla, de madera de pino y forrada con herrajes de forja. La cerradura es grande y se acopla para abrir y cerrar el templo con una llave primitiva.

 

En el interior nos encontramos con un cancel que también es de madera de pino, precioso…da la sensación que te encuentras en el cancel de la Iglesia de un pueblo de importancia y decisión. Su decoración es de cuarterones, geométrica y cruciforme en los tres módulos, las dos puertas laterales tienen también, en forma de ornamento, un sagrado corazón en cada una de ellas. Y las dos hojas de la puerta central ostentan en taracea la inscripción Vincis Cruce con el grabado, también, del año 1775.

 

La Iglesia, en su interior, es de tres naves con dos tramos y crucero. Su estilo es típicamente barraca: tardío y con influencias claramente levantinas.

 

Los cuatro pilares centrales presentan una gran esbeltez y los de los laterales forman parte de la misma pared lo que le da más espacio, más aire, a la planta del templo. En definitiva son ocho columnas en tres naves de idéntica altura.

 

Las naves se cubren con bóveda de medio cañón con lunetos, mientras que el crucero lo hace con cúpula, aunque sea falsa,  sobre pechinas.

 

Las sacristías son pequeñas y se sitúan a ambos lados del altar: la de la derecha  se utiliza para  guardar los utensilios del sacerdote y cuenta con un armario con las puertas de madera de nogal, fabricado, según allí se indica, en 1788. Hay también una cómoda  y lo más significativo es el cáliz de plata y un llamativo  Misal, cuyas páginas denotan el paso del tiempo. Es ya un libro de soportes cansados, pero que mantiene la esencia de lo que significaba oficiar misas en latín

 

La sacristía  está cubierta por una bóveda de aristas en cuyos ángulos inferiores de arranque se pueden observar cuatro angelotes barrocos estucados con las caras mutiladas.

 

La sacristía de la izquierda del presbiterio es idéntica en proporciones y disposición a la que acabamos de describir: servía y sirve para guardar imágenes, peanas, palio. Hay que destacar que las aristas de las bóvedas no tienen ornamentación, pero el matiz más destacable respecto  a la sacristía de la derecha es que ésta tiene hacia el este una puerta, ahora tapiada, que comunicaba con el cementerio.

 

El templo se ilumina  gracias a seis ventanas, éstas son rectangulares y  enmarcadas por madera de pino .La ventana es de alabastro translúcido.

 

El  retablo del altar, el retablo mayor, fue destruido en 1936 (en la Guerra Civil) siendo de madera con dorados y con una hornacina central que ostenta una llamativa escultura policromada de Santa Elena. Ahora podemos observar un altar mayor con una reconstrucción del antiguo altar, a base de yeso. Se pintó para imitar a la madera.

 

Los bancos  y los reclinatorios son los originales de los primeros días en que Santa Elena empezó a albergar a los feligreses de Seno. Algunos todavía presentan las iniciales de sus propietarios. Algunos de ellos presentan en los laterales las argollas de sujeción de los estandartes y guiones.

 

Las baldosas todavía son las originarias y su material permeable ha permitido que el suelo del templo respirase y que así no se manifestara nocivamente la humedad. A la altura del retablo se nota que se han movido las baldosas: sacándolas para volverlas a poner, aquí el suelo pierde uniformidad y es que  bajo las baldosas hay enterramientos. Lo que llama la atención es que no haya ni una sola inicial. Nos preguntamos cómo sabía la familia donde estaban enterrados los restos del ser amado… la respuesta la encontramos al cabo de un rato cuando, desde el coro, contemplamos la Iglesia, entonces nos enteramos el por qué de la costumbre de sentarse, generación tras generación, los miembros de una familia en el mismo lugar. Es muy sencillo y mucho más lógico: los familiares se sentaban lo más cerca  posible de donde estaban enterrados sus antepasados.

 

Hay que destacar que estas baldosas están hechas a mano y se puede contemplar por todo el templo, menos en el coro en que el suelo es de yeso.

 

Llaman la atención en esta Iglesia de Santa Elena los capiteles que son corintios compuestos  de volutas y hojas de acanto. Éstos se sostienen sobre unos fustes (columnas) esbeltos y estirados que surgen desde las bases que son bajas  y de bordes redondeados. Es una de las muestras más claras del barroco tardío  con influencia levantina.

 

Las pinturas de este templo merecen más de un comentario. Por ejemplo las columnas, algunas de ellas, todavía conservan las primeras pinturas de tono gris y marrón. Eso sí, los capiteles, son de un blanco inmaculado.

 

Las bóvedas del templo  se pintaron de un color que viaja entre el gris y el azul. Este color también se empleó para pintar los muros laterales, aunque estos muros, bajo el arquitrabe,  imitan a la piedra de sillería con pintura blanca.

 

El arquitrabe recorre todo el templo partiendo de las bóvedas es modulado y está pintado, arriba y abajo, por el color marrón y el friso con un color azul vivo.

 

Las bóvedas que más llaman la atención son las del Presbiterio, allí se observan pinturas  que se acercan a escenas de la vida de Santa Elena…aunque también hay reflejados motivos bíblicos, referencias a la Trinidad, alegorías, otros santos.

 

En el presbiterio el arquitrabe imita al mármol y las paredes laterales están pintadas con imitaciones a cortinajes de un rojo que casi es granate.

 

La torre mudéjar dota, al conjunto, de una fuerza más que significativa. Tiene tres cuerpos y otro muy pequeño bajo el chapitel. Los del medio son octogonales y de ladrillo con decoración mudéjar.

 

Está formada por tres cuerpos con construcción de ladrillo tejar. La piedra se utilizó en las bases y capiteles de las pilastras, en cornisas y en el chapitel de cierre.

 

El primer cuerpo es cuadrado con vértices redondeados y convexos. En las caras de este cuerpo podemos observar dos pilastras.

 

Lo más llamativo de este cuerpo son los motivos cruciformes y uno de zoomorfo, se trata de un pájaro que en Seno se llama, siguiendo la tradición, Totipara, no es más que un pelícano que en la iconografía cristiana está vinculado a la eucaristía. Esta ave también forma parte del escudo de armas de la Villa.

 

El segundo cuerpo constituye el campanario y es de sección octogonal separado del inferior o primer cuerpo por una cornisa en la que se alterna la piedra y el ladrillo.

 

Las caras están limitadas por pilastras. Las superficies orientadas a los cuatro puntos cardinales tienen cuatro huecos, rematados en arcos de medio punto donde se alojan las campanas. En el hueco orientado al Oeste se aloja la campana que sobrevivió a la Guerra Civil. Esta campana conserva el contrapeso original de madera de carrasca sujetado por tirantes férreos donde se lee San Valeri ora pro nobis. Año 1799. Hacia el sur se sitúa la campana más pequeña de bronce como la grande y con la inscripción en el contraforte en que se lee: Santa Maria, rogad por nosotros. Seno 1949. Está claro que fue una campana colocada en posguerra, ya que la anterior fue derribada en Agosto del 36.

 

Una llamativa cornisa de piedra y ladrillo es la separación entre el segundo cuerpo y el tercero. Éste es un cuerpo octogonal con pilastrillas que enmarcan las caras; a lo alto hay una bola, una veleta y una cruz muy típicas del barranco trabajado en forja.

 

A la torre se accede  por la misma puerta que utilizamos para acceder al coro. El piso y muros internos del campanario están en mal estado, igualmente pasa  hasta llegar al campanario y con los muros de sujeción de la campana mayor.

 

No hay acceso de las campanas hasta lo más alto por medio de escaleras, pero sí a través de una trampilla, esto suele ser común a muchas torres campanario.

 

Según los expertos, esta torre, no sólo tiene una considerable belleza, ya que se trata de una de las torres más ejemplares del Bajo Aragón.

 

Siempre son apasionantes los recorridos que tratan ascender por el corazón de la torre y llegar a lo alto donde dominar el latido, calle a calle, del pueblo. Aquí lo conseguimos pasando por la estructura de una torre versus escaleras que pasan de acomodarse desde un entorno cuadrado a uno, plenamente, de caracol.

 

Cuando llegamos a la altura de la techumbre: nos enseñan uno de los corazones por los que se sustenta la Iglesia: el techo del templo de Santa Elena. La puerta que comunica la escalera con esta zona es muy llamativa, ya que se ve que fue parte de  una madera  de un retablo, reciclado a puerta.

 

Seguimos el camino hacia arriba: justo a la izquierda y sobre nuestras cabezas hay un pequeño armario empotrado, es de suponer que escondió alguna cosa que necesitaba de discreción.  De momento nuestro viaje  por el interior de la torre ya nos ha deparado dos gratas curiosidades.

 

Llegamos a lo más alto y contemplamos las dos campanas que tocan y retocan siguiendo el compás del tiempo.

 

El coro también se encuentra al pie del templo. Elevado mediante un arco rebajado y se accede a él por las escaleras que llevan a la torre; es muy espacioso y antiguamente albergaba un órgano muy presencial… hoy hay un organillo. La sonoridad de la Iglesia es muy buena de modo que si se habla flojo, desde el coro, se es audible desde cualquier punto de la Iglesia.

 

La baranda del coro también es llamativa, de madera recia y de amplio pasamanos modulado con barrotes torneados y gruesos.

 

La capilla bautismal es una de las particulares joyas de las que puede presumir la Iglesia de Santa Elena de Seno. Se encuentra situada al pie de la Iglesia, justo al otro lado de la Torre. Se cree, por sus dimensiones, que esta pila de bautismo es de las que se utilizaban por inmersión. Su procedencia, seguramente, es de la época medieval. Su forma es globular y toda ella está labrada en una pieza de piedra. Antiguamente esta pila se tapaba para  que no entrase ningún animal y poder conservar en buen estado el agua que se bendice el sábado santo.

 

Podríamos decir que el cementerio también forma parte de la Iglesia: está situado en el exterior pegado a la cabecera donde está el Presbiterio; se tiene acceso a través de una puerta situada en el interior de la sacristía izquierda. El cementerio ocupa el espolón rocoso sobre el que se ha asentado el templo, su orientación es al Este.

 

En tiempos muy próximos esta Iglesia de Santa Elena recibirá un buen retoque que le devolverá, si cabe, aún más belleza… aunque aquel aire especial nunca se haya eclipsado.

 

San Valero es el patrón de esta población del Bajo Aragón… cuenta la leyenda que de camino a tierras levantinas pasó por esta población y se paró en donde hoy está levantada la Ermita en su honor y en donde unas surgencias emanan aguas templadas y plácidas. Allí se sentó San Valero, que hoy se ha convertido en el patrono de la localidad, siendo levantada su ermitorio en el siglo XVIII, junto al manantial del mismo nombre, al que se le atribuyen ciertas propiedades curativas… cuenta la leyenda que, fruto del paso y de la intercesión del que posteriormente fuese nombrado Obispo de Zaragoza, brota del suelo unas aguas curativas.

 


 

Entérate

 

LA NATURALEZA  EMPIEZA A DESPERTAR DE SU LETARGO INVERNAL

 

No es posible intentar hablar de la flora y de la fauna del País de Cazarabet, estas nuestras tierras, si no lo hacemos ligándola a su paisaje. En el País de Cazarabet se dan varios tipos de paisajes; confluyendo los cantiles, barrancos, riberas y corrientes fluviales con el  sotobosque, bosque, los descampados y praderas, los campos de cultivo o aquellos  abandonados a su suerte. Todos   se unen para, juntos, atraer a habitantes en flora y fauna; éstos conforman un variado y peculiar mosaico que dan vida a este rincón  de Aragón que ahora presume de llamarse País de Cazarabet.

 

Hemos dejado este febrero en el que hemos visto los vuelos de cortejo de las águilas perdiceras en Castellote o el canto ululador del búho en las cercanías de Las Cuevas de Cañart… mientras los cormoranes se daban cita en el pantano de Santolea… todo esto cuando las yemas de los árboles, con el almendro como principal protagonista, quieren empezar a despertar, con su envidiable floración, impregnando de color nuestros campos.

 

La red fluvial es más que evidente en el País de Cazarabet, así los ríos y afluentes se encuentran poblados por las graciosas nutrias que apenas se dejan ver no se sabe si por que son muy tímidas o ,mejor, escurridizas…

 

Las aguas de nuestros ríos son, por desgracia, cada vez menos limpias, aún así encontramos rincones en que esta agua es transparente, fresca y saludable… allí es fácil ver al mirlo acuático, donde esté él podemos estar seguros de  beber, el agua no estará contaminada.

 

Donde hay piedras entre el río y su ribera son abundantes las lavanderas blancas y las cascadeñas.

 

Los álamos o chopos, como se les conoce más por estas tierras, son  los árboles dominantes en las riberas de los ríos, algunas veces en forma de plantación. Se encuentran, éstos, acompañados de  sauces, fresnos, olmos, álamos blancos, mimbreras y sargas…

 

Entre el  paisaje del País de Cazarabet es notable la presencia de formaciones rocosas que marcan el curso y el límite de las cuencas fluviales. Aprovechándose de estas formaciones se alberga una rica fauna de especies rupícolas destacando las aves de presa que viven entre las paredes de las rocas. Destaca el buitre leonado, siendo uno de sus lugares predilectos las cercanías del Guadalope y del Pitarque, aunque en Castellote viajando hacia Molinos y por la zona del LLovedor se ven unas más que interesantes colonias.  Más o menos por el mismo entorno podemos ver águilas reales, águilas perdiceras, azores y búhos reales, no pocos córvidos, alimoches, chovas piquirrojas, o el halcón peregrino junto con el roquero solitario.

 

Después están las garduñas o fuinas que se esconden en los agujeros y cavidades de las bases de los paredones.

 

Otro animal emblemático es la cabra montés, muy abundante en nuestro País de Cazarabet. Ya hay muy pocos, pero entre los farallones y los ríos se encuentra el gato montés

 

Una de las piezas más cotizadas de esta zona del País de Cazarabet es  el jabalí que se encuentra en los bosques mixtos, aunque es más que frecuente encontrarlo en torno a los encinares y en algunos charcos en donde se revuelcan, en la intimidad, pretendiendo desparasitarse.

 

En estos bosques se cobijan en sus árboles los nidos del águila culebrera, el águila calzada, el ratonero común, los graciosos caza ratones y el lirón careto.

 

Uno de los animalillos más versátiles de estas tierras es la ardilla roja que se desenvuelve a sus anchas en cualquiera de las formaciones boscosas, aunque tiene un grave problema y es que el azor la persigue para algo más que para entretenerse.

 

También hay especies que son insectívoras el carbonero común, el herrerillo común, el mirlo, el mosquitero papialbo y la curruca mosquitera. Después en donde vive el pino, dentro del País de Cazarabet, es fácil ver al carbonero garrapinos y al herrerillo capuchino.

 

De reptiles invertebrados podemos resaltar a la víbora hocicuda que toma el sol, con toda la tranquilidad, en los canchales al pie de los farallones. En el sotobosque se dan cita dos tipos de culebra: la bastada y la escalera.

 

Nos sumergimos ahora, en este hábitat; el sotobosque, donde los cantos de los pajarillos recobran una sintonía casi de orquesta sinfónica. Aquí encontramos al ruiseñor, al mirlo común y al gracioso petirrojo. También se encuentran otras aves, lejanas con la costumbre de ingerir insectos, son sus  depredadores, entre los que destacan, surcando los cielos, el gavilán.

 

Los mamíferos del sotobosque también son valientes, estamos hablando de la gineta y de la comadreja, éstas dos especies igual depredan a aves como a roedores, aunque estos últimos tienen preferencia y muchos más números en la lotería gastronómica para ser devorados.

 

En estos parajes son mucho más abundantes las especies de aves que las mamíferas. Así vemos el arrendajo, el pito real, el pico picapinos.

 

Eso sí,  los pastizales es el lugar donde se dan cita los tejones que bajan desde el bosque que suele ser su casa y hábitat preferente.

 

Hay un pájaro vistoso y muy apreciado en la zona es la abubilla que se pasa su simpática existencia buscando y rebuscando a pequeños seres invertebrados en espacios más abiertos.

 

Después está la urraca que, en el País de Cazarabet, construye grandes nidos en cúpula al faltar o ser muy escaso el críalo, que utiliza los nidos de urraca para poner sus huevos.

 

Las praderas de esta zona en el corazón de Teruel son aprovechadas para el pasto del ganado ovino y bovino. Aquí se encuentran las mismas aves de presa que anteriormente mencionábamos, pero destaca el cernícalo común que abate sus alas y lanza las garras en las superficies con mucha más destreza que en los cielos.

 

Son estancias, éstas del País de Cazarabet, de dura existencia con presencia de muchos invertebrados, pero de no pocos vertebrados atractivos y reptiles como el lagarto ocelado que compite para retener el mejor lugar en las tapias de las casas con las collalbas grises. Otra encantadora ave, más bien pajarillo, es la tarabilla común.

 

Las masadas también son lugares  estudiados con predilección por los animales. Allí deambulan con libertad el roquero rojo y dos especies de currucas: la cabecinegra y la rabilarga que se entretienen jugando entre el matorral.

 

Los matorrales y zonas ricas en arbustos están dominadas por las aliagas y por plantas aromáticas romero, tomillo y espliego…aunque hay rincones más húmedos en los que podemos ver, muy abundantemente, al rosal silvestre, al endrino o al espino albar.

 

El País de Cazarabet  también está habitado por artrópodos y aquí, los expertos, destacan la estancia de mariposas. La chupaleche y la macarón.

 

Nos tenemos que desplazar a las fronteras del País de Cazarabet para conocer especies que nos gustan y que despiertan toda nuestra curiosidad, por eso entre todas las riquezas del ecosistema de las fronteras del País de Cazarabet elegimos  estos rincones…

 

Alrededor del Pitarque, podemos observar quejigos, pinares, encinares, así como avellanos, servales, arces, nogales, tejos y un conjunto de olmos de montaña (Ulmus glabra) de gran tamaño junto al cauce. Destaca su fauna rupícola, con presencia de una gran colonia de buitres, diversas rapaces como águila real, águila perdicera, halcón peregrino, búho real, junto a especies más riparias como el martín pescador, el  mirlo acuático, el abejaruco común y oropéndola. En este enclave no es difícil encontrar la cabra montés y, para los más avezados, la nutria común, junto a las numerosas truchas del cauce.

 

Las aguas del  río Guadalope, a su paso por Montoro de Mezquita, estaban habitadas por el cangrejo de río, pero las vejaciones que sufre este trayecto fluvial han hecho que esta especie desaparezca. La avifauna, en este rincón Aragonés, es rica y variada: desde el percusionista pájaro carpintero a todo un abanico de pajarillos insectívoras, pasando por el mirlo acuático, las lavanderas o el arrendajo.

 

Más alejados de la ribera, entre los campos de cultivo, habitan las urracas, los cuervos… a cielo abierto haciendo uso de plena libertad de movimientos se encuentra el azor, el gavilán o el águila perdicera. En la noche, cuando todos duermen, hay un rey que despliega sus alas y abre sus ojos para cazar es el búho real mirado, con cierta ambición, por el cariñoso mochuelo y la presumida lechuza... Pero hay dos animales, otra vez,  que sobresalen por encima del resto de habitantes del reino… se trata del buitre leonado y de la cabra montesa; aunque puede que en un futuro otro rey venga a compartir el reino de Montoro de Mezquita, se trata del quebrantahuesos…

 

Los suelos son ocupados por el jabalí que escapa de las incursiones de los cazadores, el zorro y algún mustélido que, como el gato montés, luchan por no desaparecer.

 

En cuanto a la flora, tanto en el País de Cazarabet como en sus fronteras,  es muy frecuente dejarse llevar por el aroma de plantas como el romero, el tomillo, el espliego… las plantas de infusión como el té de roca o aquellas que pueblan el bosque como las zarzamoras.

 

El pino es nutrido y variado en esta zona; siendo el carrasco y el negro los más abundantes… pero también hay vistosos robles, carrascas, enebros, el muy alabado boj, las atractivas sabinas…

 

Dejarse llevar por la ribera de Fortanete es otro de los placeres naturales que nos ofrece este pueblo y su entorno. Entre la vegetación exuberante de una zona de mediterráneo de interior, destaca una  frondosa chopera que, según cuentan los lugareños y los entendidos, con sus hojas verdes resguardan a la población de los rigores del estío, pero además los chopos le dan carácter a la zona porque se relacionan con los pasos fluviales y con las zonas  con ciertos grados de humedad. En este paseo a lo largo del río nos encontramos, además, con las especies vegetales más típicas de las riberas fluviales: las sargas, el sabuco, algunas especies rosáceas… Estas rieras  sienten sufrida añoranza por los olmos, desaparecidos por una plaga de hongos, aunque se esperan recuperar.

 

Los pinares ofrecen cobijo muchas especies animales: ardillas, lirones, conejos, liebres… y pajarillos como el Piquituerto, el Pico picapinos, el carbonero garrapinos, el carbonero común en zonas forestales alejadas de los asentamientos humanos habitan los jabalís; donde el relieve es más abrupto encontramos a la cabra hispánica que procedente de los puertos de Beceite y que  encuentra en esta tierra del Maestrazgo su mejor refugio. La cabra hispánica es ágil y sólo aciertas a adivinar que están allí por el ruido de alguna piedra al rodar por haber sido apoyo de sus pezuñas… son listas y vivas y aunque piensas que ellas te vigilan es más bien al contrario .

Los lugares recónditos de las rocas y aquellos más inaccesibles están habitados por lagartijas roqueras...además hay especies endémicas de esta zona y del sistema ibérico como el eslizón ibérico que ofrece el aspecto de una lagartija plateada. Los insectos también ofrecen gran diversidad, un ejemplo lo tenemos en la familia de las mariposas. Los anfibios tienen su lugar, en el entorno de Fortanete, destacando las ranas en charcas y en el río.

 

En otoño, aunque dependiendo de cómo han ido las lluvias, los pinares de este pueblo son el lugar elegido por diferentes tipos de robellones para aparecer decididos a servir a la causa micológica. Muchos lugareños y aún más forasteros, venidos de diferentes sitios de Aragón o del País Valenciano, pasando por Tarragona… se acercan al Alto Maestrazgo para recoger, en sus lugares  más húmedos, el apreciado manjar. Hay una auténtica fiebre detrás de la “captura” del robellón, la seta  más conocida. En primavera, de mayo a junio, el monte da cobijo a una seta blanca y consistente denominada bujardón.

 

El zorro, en todo el País de Cazarabet,  es propiamente una especie perseguida y no muy apreciada por las gentes del lugar…es listo, sigiloso y no tiene escrúpulos en el ataque a los corrales donde las gallinas se cornean para aprovisionar de huevos a “sus amos”.

 

En el bosque se pueden ver, rápidas y escurridizas, a las ardillas.

 

Hay que ir con cuidado por los erizales y páramos con el escurzón como uno de los principales enemigos.

 

Hay también más especies cinegéticas aparte del preciado jabalí (del cual ya hemos hablado), de las perdices, las codornices, las liebres y los conejos que campan, sobretodo, por terrenos abiertos y zonas de cultivo.

 

Con estos seres vivos: animales y vegetales compartimos, año a año, nuestra existencia y la de ellos….esperemos que dentro de muchos años lo podamos seguir haciendo, haciendo bueno aquello de que el País de Cazarabet es tierra de acogida.

 


 

Personajes

 

EL APELLIDO BAROJA:

IDENTIDAD Y ADMIRACIÓN EN TIERRAS TUROLENSES

 

El País de Cazarabet fue uno de sus rincones preferidos, tanto Pío como Ricardo Baroja estuvieron vinculados artística y humanamente a estas tierras.

 

Los diferentes estudios realizados sobre la figura de los Baroja califican a Pío Baroja (el más conocido de los hermanos), desde siempre, como un ser con un fondo de fatalismo y  renuncia en su día a día. Rasgos que lo acompañaron el resto de su vida...para bien y para mal porque si bien algunos lo calificaban de huraño, raro... los más  lo recuerdan, lo leen , considerándolo como uno de los escritores más destacados del siglo XX.

 

Gracias a Pío y a su hermano Ricardo nos hemos acercado a escenarios, vidas y lugares como los que hoy perviven en el País de Cazarabet.

 

A Pío Baroja parece ser que le afectaron presenciar los desastres de la Guerra Carlista... presos errantes llevados al muro donde ser fusilados o ajusticiados de otra cruel manera. Pío, parece ser, que se impregnó de estas imágenes... En las estampas que se conservaron en la memoria estaba la gente ,con indumentaria cuál semana santa fuese, cantando detrás del séquito principal, con el ajusticiado,  al ritmo de las campanas latiendo con su canto a muerto y los curas, éstos, acompañaban, en séquito, a los que tenían que ser ajusticiados...

 

Pío Baroja estudió medicina y ejerció de médico rural, seguro que el trasfondo o algunas de las vivencias fueron descritas, condicionando, su exitosa novela El árbol de la ciencia.

 

Por qué dejó la medicina... según la revista del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense, su huída se debió a que el otro médico del pueblo en donde ejerció Pío Baroja le hizo la vida imposible desde todos los ángulos.

 

Pío Baroja era un pensador, al que le gustaba hurgar en las raíces del sufrimiento y el dolor—sus novelas son el mejor espejo para entender esto—  prueba de  ello puede que sea su tesis sobre el estudio psico-físico.

 

Después de vivir en San Sebastián, durante un tiempo, marcha a Madrid y se reencuentra con su hermano Ricardo que, a posteriori, sería el primero en visitar y en entusiasmarse por estas tierras. Desde la capital del Estado Español empieza a colaborar en diferentes medios de comunicación escrita.

 

Se afinca en un caserío, recién restaurado, del barrio de Alzate, donde escribe sus mejores novelas desde 1912 a 1936. No encaja, afectándole enormemente, las muertes de su padre y su madre... dolor que también se reflejaría en sus reflexiones y novelas. Vive la guerra civil en París, volviendo a España en 1940. Todo en Pío Baroja viaja entorno a la escritura de novelas. Su primera novela fue “Vidas Sombrías”.

 

Odiaba, según se lee, al comunismo y al fascismo... políticamente siempre fue independiente... pero además tampoco se sintió a gusto con la república a la  que  consideraba extranjerizante y al socialismo obrerista porque, simplemente éste,  despreciaba, a los pensadores, intelectuales y a la inteligencia.

 

Es Pío Baroja uno de los autores más destacados, por no decir el exponente, de la generación del 98... aunque él desdeñase ser de cualquier generación.

 

Fue un escritor controvertido, dentro de su colectivo y también dentro del entorno político.

 

Hemos hablado del pensamiento de Pío Baroja,  condicionado por Kant y Schopenhauer. Como contador de historias, novelista, ostentaba, y ostenta, un estilo muy suyo... aunque no huye del arquetipo de novela. Agilizó este género haciéndolo fluido y fácilmente atractivo para la lectura.

 

Escribe sobre la vida cotidiana, sobre el carácter anecdótico, dejando entrever cuál es su ideología, su pensamiento...como hemos dicho la novela en Baroja es muy personal.

 

Muere el 30 de octubre de 1956 con casi 84 años de edad. Ese mismo año se publica “La decadencia de la Cortesía”, su última novela...

 

En la historia, como novelista, además de agolparse muchas novelas, Baroja fue un escritor prolífico y fecundo.

 

Los viajes fueron otra pasión de Baroja; así, además de “navegar” por el extranjero, viajó por la península y es aquí donde se adentra por el Maestrazgo Turolense.

 

Su paso por el Maestrazgo fue muy rentable para sus intereses y le da argumentos para escribir: Memorias de un hombre de acción: con  La venta de Mirambel, en donde se hace eco,  y nos muestra, el Mirambel de finales del XIX, rondando  los primeros pasos en el siglo XX; también publicó Los confidentes audaces ambientada en Morella.

 

Sobre La venta de Mirambel, Baroja, escribió, desde una primera mirada: “Es una aldea oscura, amurallada, con aire antiguo, casi de Edad Media Su muralla, amarillenta, se conserva intacta, sin ninguna brecha, y para entrar en el pueblo es necesario pasar por alguna de sus puertas. Esta muralla gótica tuvo en otro tiempo su camino de ronda, sus matacanes y aspilleras, que después se tapiaron. Mirambel es un pueblo dormido, estaba aletargado y creo que tardará  muchos en despertar.”

 

Pío Baroja se enamoró de Mirambel y sobretodo quedó impresionado, fascinado, eclipsado por el Convento de Santa Catalina (que databa del siglo XVI). Los tres primeros capítulos, dedicados a Mirambel, los dedica a este Convento “sus murallas y sus paredes blancas con el aspecto de un pueblo fantasmático, muerto, como metido en una campana de cristal.”

 

Sobre las criptas escribió: “... y al final partía una escalera derecha de escalones, resbaladizos que terminaba en el cementerio o cripta donde se enterraba a las monjas. Esta cripta era un lugar oscuro, con columnas, iluminado por una saetera en el que se veían vagamente tumbas en el suelo y nichos en las paredes...”.

 

Con su entusiasmo por el Convento y por Mirambel, Pío Baroja, fue capaz de reflejar esos mismos sentimientos que reflejaba la población de todas las Tierras, principalmente hacia el simbolismo del territorio.

 

Francisco Lázaro Polo escribía en excelente artículo “Los Baroja y Teruel” en la revista Turia; en él se retrataba muy bien a los Baroja presentándonos su pasión por los viajes  y por las tierras de Teruel. Ricardo le facilitó argumentos a su hermano Pío para sus novelas; al tiempo que él se retroalimentaba de su hermano. Una prueba la podemos encontrar en que con su empresa panadera en Madrid todo se desarrolló con el resultado de un rotundo fracaso. Los Baroja eran creadores, no empresarios... esto se refleja en la novela “La Busca”. Después de este fracaso como negociantes: Ricardo ingresó en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios... mientras tanto, Pío decide dedicarse, por completo, única y exclusivamente a la creación literaria.

 

El trabajo o la falta de éste en Madrid llevan a Ricardo a Cáceres, Bilbao y, finalmente,  Teruel. Ricardo Baroja siempre recordará sobremanera las peripecias de su viaje hacia tierras turolenses: el maderero que no era más que un Don Juan; el guía Pedro que no era guía, aunque sí amante del vino; la posada del Narro; el encuentro con un colega, acuarelista, inglés, Sttanford Gibson... El inglés que ya llevaba unos años pintando en tierras de Teruel anima a Ricardo a que hago lo propio...la primavera es el tiempo  en que le aconseja acercarse para obtener un mejor resultado. La historia del encuentro entre los dos artistas termina así:” hace años—escribe Ricardo—mi hermano Pío hizo un viaje por el Bajo Aragón y se detuvo en Albarracín; preguntó por el pintor que le había servido de modelo para un personaje de una novela El mayorazgo de Labraz y le dijeron que don José Sttanford Gibson había muerto...”. Los viajes se convirtieron para Ricardo Baroja en una especie de curso, sin fin, de inspiración pictórica, en los que la variedad cromática de paisajes y tierras fueron el germen en la creación de algunos de los aguafuertes o dibujos a la tinta.

 

Ricardo se ha convertido en uno de los mejores testimonios del silencioso carácter de Pío... por él sabemos cómo fue de importante el paso de Pío desde Albarracín al Bajo Aragón pasando por tierras del Maestrazgo. La lectura de sus memorias es un claro ejemplo de su afición por las excursiones, también en coche, realizadas con Ortega y Gasset, Cereceda, Ciro Bayo, Segurota (otro escritor que se inspiró en estas tierras).Uno de los primeros testimonios escritos lo encontramos en “La nave de los locos”, recreando un viaje en coche donde destaca uno de sus miembros que cultiva el ensayo filosófico...podría ser el citado Ortega y Gasset. En La nave de los locos se visita la Sierra de Albarracín y las tierras del Maestrazgo.

 

Después, como todo escritor, Pío Baroja se sirve de personajes para contar cosas vividas, más o menos, directamente...viviendo aventuras que desvelan tesoros como los que se guardan en Orihuela del Tremendal. La posada de esta población es una de las que recrea Ricardo en una serie de aguafuertes.

 

Pío hace de su personaje un “captador de historias”... aunque estas son testimonio de acontecimientos con final, las más de las veces, trágico.

 

En sus novelas, Pío Baroja, también reflejaba sus aficiones y fascinaciones, como el mundo de los saludadores (sanadores) o el del ocultismo.

 

En un rincón narrativo de “La nave de los locos”, el protagonista llega a Albarracín en jueves santo y escribe Pío: “Aquel pueblo trágico, fantasmático erguido en un cerro, con aire de ciudad importante, con catedral y sin gente en las calles, ni en las ventanas, ni en las puertas, le  produjo  enorme sorpresa”.

 

Además el protagonista “se relame” al observar a seres como Sttanford, el amigo acuarelista inglés de su hermano Ricardo, en la posada de Narro; el boticario del lugar; un maestro con el hambre escrita en la cara o un tejedor. Entre ellos, sobretodo entre el boticario y el protagonista Álvaro, se condensa una amistad que, además, confraterniza.

 

Más adelante Álvaro, el protagonista, llega a Teruel y aquí gracias a la afición de Pío por la historia se componen párrafos como éste: "En tiempo de la guerra carlista tenía Teruel  todavía murallas, con sus aspilleras correspondientes, explanadas y garitas en sus ángulos... Teruel es una ciudad en donde la meseta hispánica se va asomando a Levante, es un punto en el cual la tierra, seca. Áspera y ruda, se acerca a la huerta fértil y bien regada.”. La fascinación tuvo, tenía y tiene un precio en cada uno  de sus párrafos, según el articulista Francisco Lázaro Polo: “Tanto le debieron  impresionar a Baroja las tierras turolenses que hasta lo que no conoció en ellas llegó a imaginarlo”.

 

En la serie que compone Memorias de un hombre de acción, también aparecen paisajes poblados por personajes de  tierras turolenses, Los encontramos en Los confidentes audaces y La Venta de Mirambel.

 

El Bajo Aragón, el Matarraña y el Maestrazgo sirven, también,  de escenario en Los Confidentes  Audaces; así sobre el Maestrazgo escribe: “se trata de un lugar seco, árido y frío, pero con recursos para su población. Además es una tierra de guerrilleros... El Maestrazgo es una comarca aislada, en realidad, independiente de Valencia y de Aragón: es como una plataforma alta, erizada de montes como conos truncados, verdaderos castillos naturales, limitada por los antiguos reinos de Cataluña, Aragón y Valencia y extendida hasta el Mediterráneo”.

 

Baroja se hace eco del novenario dedicado a La Virgen de Monte Santo de Villarluengo en Los Confidentes Audaces; después algunos de sus personajes llegan a Alcañiz y observan como en La Estanca se pescan anguilas, truchas, torturas, ranas y sanguijuelas... El tío les explica cómo después estos mismos personajes se encuentran en Monroyo en un enigmático lugar. La Ermita de la Consolación, mandada a levantar por un caballero...muchísimos años atrás.

 

En Peñarroya hay una vieja y Baroja hace que desde ella se deslice la leyenda del lobo blanco que deambuló por los puertos de Beceite.

 

Ya nos hemos referido a ella anteriormente, pero dado que la gran novela e Baroja sobre El Maestrazgo es “La Venta de Mirambel”.

 

“En los confines meridionales del Bajo Aragón, en una cañada, al pie de la montaña de San Cristóbal y cerca del pequeño río o rambla de Cantavieja se encuentra el pueblo llamado Mirambel... se habla castellano, sin acento regional, una matización importante, ya que, en pueblos cercanos, se habla la lengua valenciana... el pueblo tiene calles tristes, pobres, llenas de soledad y de silencio. En él podemos encontrar casas señoriales, la iglesia de Santa Margarita, la ermita del santo Sepulcro, situada en las inmediaciones del cementerio, y un convento, el de las Agustinas Descalzas. No podía escapársele a Baroja, tan aficionado como era él a la música, el hecho de que  en Mirambel... las mujeres entonen con frecuencia canciones tradicionales... también el novelista llega a la conclusión de que: los pueblos de altura tienen un aire más aristocrático, más hermético que los  pueblos de llano o de las orillas del mar. Mirambel ha seguido siendo pueblo cerrado, hierático, misterioso....parece un animal muerto dentro de una concha”.

 

Las ambientaciones que realiza Baroja sobre Mirambel son diversas. Los sucesos que discurren son románticos, con historias  de amor entre monjas y capitanes liberales; con violencia carlista; con venganzas acarreadas de pasión; con rituales templarios; brujas y curas endemoniados o ceremonias ocultistas.....

 

Baroja también se acerca a Bordón, con sus dos vírgenes, la de La Carrasca y la de La Araña; a Tronchón con sus famosos quesos; a La Cuba que es pueblo de estereros y a la Iglesuela del Cid  o Cantavieja

 

Todo un viaje por tierras de Cazarabet y sus fronteras que invitamos a conocer, mediante la lectura de sus aventuras mojadas en tinta y plasmadas sobre el papel.

 


 

Historia

 

La emisión de billetes, una NECESIDAD en la Guerra Civil

 

Historia y antecedentes

 

Como consecuencia del golpe de Estado perpetrado por Mola, franco, Queipo de Llano  la República Española quedó dividida en dos zonas que llegaron  a conocerse como zona nacional y zona republicana.

 

Los golpistas en sus zonas se apresuraron en querer controlar la inflación que empezó a acelerarse con la llegada de la guerra; así pretendieron, en todo momento, aislarla del resto de zonas dominadas por el gobierno republicano... Así retiran las monedas republicanas y ponen en circulación nuevos billetes y monedas... estampilladas. Esta medida se toma en noviembre del 36, pocos meses después de empezar la contienda. Lo de estampillar billetes, cuñarlos, era una práctica muy habitual... billetes de la monarquía fueron estampillados en el advenimiento de la II República. Los nacionales declararon no válidos los billetes emitidos después del 18 de julio y con la emisión de la nueva moneda se hizo efectiva la desvinculación entre Burgos y Madrid... Las dos zonas habían quedado definidas.

 

A pesar de todas estas medidas, tomadas por los nacionales, la zona nacional no se había librado de la especulación, desapareciendo la moneda de plata, éste problema se solucionó con la puesta en circulación de billetes de una y cinco pesetas...

 

Los billetes “de emergencia” en la zona nacional sólo fueron emitidos excepcionalmente en algún lugar, pero en muy pocos.

 

En la zona republicana la desconfianza con toda la situación, hasta dentro de su propia zona, genera la progresiva desaparición de las monedas de plata emitidas antes de la guerra, después pasó lo propio con el cobre. Así que el Gobierno de la república con el Banco de España emitió papel moneda....pero aquí hubo un período de tiempo hasta  que estas nuevas emisiones llegaran a la gente. El ciudadano, ya maltrecho, preocupado y miedoso por la guerra  se topa, ahora, con un nuevo problema: el no tener moneda fraccionaria con la que realizar sus compras y pagar los servicios.

 

Con la llegada de la inflación los comercios acaparan víveres y empieza a notarse el efecto del “mercado negro”. Los precios se dispararon y esto terminó casi por colapsar, sumado al mencionado impasse, la economía de la zona republicana.

 

En aquellos días era ministro de hacienda Juan Negrín en función de las monedas de plata recogidas de 1, 2 y 5 pesetas y 50 cts. puso en circulación certificados de plata de 5 y 10 pesetas...siendo, posteriormente, reemplazadas por otras específicamente republicanas. Con esta medida se hacía frente a la escasez de divisas que se precisaban para adquirir del extranjero material bélico.

 

Con el decreto de enero del 38  se retira, terminantemente, la moneda de plata del lado gubernamental siendo sustituida por el papel moneda, certificados de moneda divisionaria o por monedas metálicas de peseta o cincuenta céntimos. Para el canje el ciudadano tuvo un plazo de treinta días. A partir de ahí habría sanción para quien trabajase con monedas de plata o incluso para quien las retuviese.

 

Pero ¿qué hizo el pueblo ante el impasse y la espera de la nueva moneda?; bien se vieron forzados a utilizar como moneda legal y fraccionaria materiales bien diversos: sellos, pólizas, cigarrillos, piezas de hojalata o cuero. Con esto mucha gente, los más, pudieron seguir llevando una vida más o menos normal. Aquí, como alivio, surge nuestra reconocida peseta rubia (aleación de cobre y aluminio), pero esta preciada moneda mientras se autorizaba la emisión de vales, bonos, pagarés o talones que podían ir de empresas o particulares a municipios, sindicatos, cooperativas y colectivizaciones que debido a estar secundados por el anarquismo  modificaron la peseta rubia por el entero y el céntimos por el grado; estas emisiones anarquistas son una especie de excepción , ya que su ideología no le veía utilidad al dinero.

 

Este dinero anarquista es único entre su ideología, estando sólo en circulación hasta octubre de  1937.

 

 

Los gobiernos autónomos  se ponen en marcha

 

Euskadi, Catalunya y los consejos de Santander y Asturias se lanzaron con la emisión de sus propias monedas y lo hicieron, principalmente, por dos causas: querían reivindicar su recién autonomía y soberanía y, a la vez, resolver problemas del día a día y cotidianos que se originaron con la escasez de moneda legal.  Esto originó un desequilibrio en los precios de los productos en la zona republicana.

 

Cuando a principios del 38 el gobierno republicano decreta la supresión del papel moneda, pero como faltaba moneda fraccionaria tuvo que poner en marcha unos redondeles de cartón impresos por la Fábrica de Moneda y Timbre.

 

Con todo desaparece la peseta y la zona republicana es un abanico de billetes de toda procedencia, acuñadas con materiales variados y, a veces, sorprendentes.

 

Conforme las tropas golpistas iban ganando terreno...el valor de la moneda y billete republicano perdieron valor de forma progresiva. Se zanjeaban los billetes emitidos antes del 38 y se destruían los emitidos después. El 20 de febrero del 39 se elimina la legalidad de la moneda de plata republicana y el 20 de abril del resto de moneda y de billetes.

 

 

Emisión de billetes en Aragón

 

Aragón queda dividido de norte (Pirineos) al sur (de Teruel) desde el principio de la guerra. Así en la parte más occidental se vivía con moneda  “franquista” y en la zona oriental se pasaba la cotidianidad con monedas y billetes republicanos. Aquí en principio los fieles a la República se organizaron ordenadamente: ayuntamientos, consejos municipales, consejos comárcales, comisiones gestoras, alianzas republicanas, colectividades libres, comités populares antifascistas, comunidades de trabajadores y hasta las cooperativas, emitieron muchos billetes con la condición de ser obligatorio su uso en el municipio de emisión y ser retirados en cuanto el Estado pusiese en circulación otros para los cambios.

 

En cambio su calidad no era buena, pequeños e impresos por una cara. En el reverso había impreso: vistas, escudos locales, monumentos, alegorías y símbolos del trabajo; otras veces, en realidad eran muchas, solo se imprimía el texto y las firmas de los responsables de la emisión; si   el reverso era   blanco, solía llevar el número de orden y el estampillado por el sello de caucho de la entidad emisora.

 

Más de sesenta y seis ciudades y pueblos emitieron billetes en esos días... mientras tanto en Zaragoza se imprimía la moneda y billetes nacionales. Aragón simbolizaba, más que nunca, la división de un pueblo.

 

 

Billetes en el País de Cazarabet

 

Como hemos explicado todos los pueblos y regiones  republicanas  realizaron emisiones locales, la causa principal para la emisión, recordamos, fue la escasez de dinero fraccionario. Otro de los factores que ayudó a que estos billetes tuviesen presencia en nuestras tierras fue la aparición del comunismo libertario en muchas localidades. Éstos pensaban que cada lugar tiene su propia economía local... el dinero, para el comunismo libertario, no es más que un mero vale de cambio con valor, solamente, local. Así quedó abolido el dinero y Cazarabet no se libra de este fenómeno. Pensaban que la moneda  contra patrón oro era una moneda del Estado, así que la abolieron .En el comunismo libertario todo se mueve en el ámbito de la economía local.

 

En este territorio emitían dinero los ayuntamientos, los comités y las colectividades, aunque más tarde empezaron a hacerlo, también, los comercios particulares.

 

En el Maestrazgo entre 1936 y1939 se localizan diversos ejemplares que pertenecen, hoy, a colecciones privadas: La Cuba emitió, mediante el Consejo local, un ejemplar de 50 céntimos; uno de los pueblos más productores, si tenemos en cuenta  lo que actualmente se conserva, así hay diferentes emisiones: una emisión de la Colectividad Libre de Mirambel perteneciente a la CNT; una serie completa de tres billetes de 25,50 y una peseta, esta colección tiene además un valor añadido, ya que junto a ellas su “propietario” tiene un documento que nos aporta una valiosa información: “ Los camaradas firmantes, miembros del Comité Antifascista de Mirambel

Hacemos saber el nulo valor de los billetes azules de una peseta, cincuenta céntimos y veinticinco céntimos de la confederación nacional de trabajadores. Mirambel 17 de Enero de 1937”.

 

De esto podemos extraer la siguiente conclusión: que el Comité Antifascista emite su propia moneda e invalidan la que utilizaban hasta ese momento, emitidos por la CNT. Muy probablemente este comité estuviese constituido por miembros de la CNT-FAI y por miembros de Izquierda Republicana.

 

 

 

De Castellote se pueden ver, en colección privada, dos ejemplares de billetes impresos de cincuenta céntimos, emitidos por la Comisión Gestora del Consejo Municipal.

 

También en Olocau del Rojo (Olocau del Rey) en zona republicana se conserva un billetes de cincuenta céntimos del Sindicato de Oficios varios de la CNT; está firmado por José Adell, presidente de la CNT en esta localidad.

 

 

De billetes hay muchos más emitidos en el territorio de Cazarabet: Santolea, Alcorisa, Alcañiz, Castelserás, Andorra….y, bien seguro, tendrán su propia historia. País de Cazarabet la rescatará para sus lectores.

 

   

 

Reflexiones

 

Según los expertos podemos llegar a la conclusión de que si se llegó al descontrol de la moneda fue porque la unidad monetaria se destruyó, queriendo imponer, aún así, el monopolio del Banco de España... además no ayudó mucho la variedad en monedas del bando republicano lo que originó un descontrol y un bloqueo. Terminada la guerra la república tenía una deuda de 23.000 millones de pesetas debidos en buena parte al efecto negativo de la puesta en circulación de medios de pago muy cuantiosos, que con la normal contracción de la oferta hicieron que la peseta republicana se depreciara un 5% al final de la guerra en comparación con su valor en 1.936, mientras que los precios se multiplicaron por 15 entre julio de 1.936 y febrero de 1.939;  en el ámbito internacional la depreciación de la moneda republicana en el primer año de guerra fue de un 57% en Londres y en París se llegó a cotizar a menos del 200% de la peseta nacionalista.

 

 

(Las imágenes de estos billetes nos han sido facilitadas por Cristina Mallén y David García Peralta)

 


 

Evento

 

REDOBLES QUE LLAMAN DESDE LA RUTA DEL TAMBOR Y EL BOMBO

 

Algunos redobles desde el tambor de Calanda

Entre los ríos Guadalope  y Guadalopillo, justo en su confluencia ,se encuentra situada la villa de Calanda, conocida y reconocida en el mundo por la denominación de origen de su melocotón, por ser la villa natal de un fenómeno artístico como es Luís Buñuel ,pero además es conocida por el estruendo con el que los tambores y bombos rompen la hora en Semana Santa… convirtiéndose, éste, en un acontecimiento que reúne en esta localidad de 3500 habitantes a unos miles más; pero Calanda tan sólo es la punta del iceberg de lo que , a lo largo de los años, ha venido reconociéndose como la Ruta del Tambor y del Bombo

En Calanda, eso sí, las raíces históricas que rodean al toque del tambor nos pueden ayudar a comprender este fenómeno colectivo en todo el Bajo Aragón. Hay pocos estudios y los que se han realizado no gozan de una rigurosidad como para poder realizar sentencia al respecto…lo que si podemos asegurar es que en Calanda como en otros muchos lugares el tambor y el bombo se han exhibido como muestra de alegría, tristeza, celebración… La primera documentación escrita, sobre el uso del tambor y el bombo, se remonta al siglo XII cuando con su estruendo se avisó a todos los calandinos de la inminente invasión de sus tierras por parte de los árabes. Como hemos dicho, con el toque de tambor y bombo, también se conmemoran alegrías, celebraciones…así en 1640 volvió a atronar por Calanda el tambor y el bombo como acción de gracias por la restitución de una pierna previamente amputada a un calandino; la leyenda cuenta que fue por intercesión de la Virgen y este acontecimiento ha acompañado, también, de por vida, a Calanda. El hecho se conoce como el milagro de Calanda.

El cineasta y escritor calandino, Luís Buñuel, sobre el origen de esta tradición de toque de tambores y bombos escribe en su libro Mi último suspiro: “el origen de los tambores hay que situarlo a finales del siglo XVIII”.

En toda historia hay un punto de inflexión. Aquí también y lo da Mosén Vicente Allanegui, sacerdote calandino, que en el manuscrito Historia de Calanda afirma que el tambor ya se tocaba en 1856, pero el punto de inflexión no viene determinado por este razonamiento sino más bien por que fue este sacerdote el que organizó muchos de los ritos y costumbres que se celebran hoy en día, fundó la Cofradía de La Dolorosa, dio a la percusión un significado religioso y compuso el redoble de la marcha palillera, el reconocido más allá de Calanda.

El estruendo de bombos y tambores en la Semana Santa tiene un punto de arranque que se escenifica como la rompida de la hora. Pero qué es, en realidad, eso de romper la hora.

Se dice que Cuando el reloj de la Torre del Pilar inicie la cuenta del mediodía, en la mañana del viernes Santo calandino, la hora quedará rota y entonces el sonido de los redobles es la expresión calandina que rinde tributo al dolor a partir de ese minuto. Cuando la primera campanada de las doce en el reloj de la Iglesia de Calanda esparce su tímido latido… en aquel preciso momento un estruendo ensordecedor domina cada milímetro de la villa de Calanda. La fuerza es atronadora, aplastante y eclipsa cualquier otra tendencia expresiva. Todos los tambores, bombos y timbales redoblan a unísono, como hermanados por una misma expresión. El espectáculo sonoro, jamás carente de grandes dosis de emoción, se desarrolla en la plaza de la Iglesia por  el plazo de dos horas. De ese punto parte una procesión, El Pregón, que dará la vuelta al pueblo.

En la procesión tiene lugar una escenificación con estos personajes: van soldados romanos, centuriones, un general romano y un personaje llamado Longinos; el general y Longinos  se baten en duelo, realizando los tambores, un corro en torno a ellos. El general romano da media vuelta sobre sí mismo para indicar que está muerto, y entonces Longinos sella el sepulcro sobre el que debe velar.

Son las cinco de la tarde cuando todo ha terminado: entonces hay un momento de silencio, pero pronto los tambores vuelven a sonar para no callar hasta el día siguiente al mediodía. Los redobles hasta entonces homogéneos se diversifican en cinco o seis ritmos diferentes… de esta forma cuando dos grupos que siguen ritmos distintos se encuentran al doblar una esquina, se paran frente a frente, y entonces se produce un auténtico duelo de ritmos. Algo que es tan espectacular como emocionante y seguido por los numerosos espectadores que se apiñan en las calles de Calanda. El grupo que ha demostrado estar más fuerte impone su ritmo a su contrincante.

Luís Buñuel, retornando a su libro Mi último suspiro, escribía estas emotivas y sentidas palabras: “Los tambores, fenómeno asombroso, arrollador, cósmico, que roza el inconsciente colectivo, hace temblar el suelo bajo nuestros pies. Basta poner la mano en la pared de una casa para sentirla vibrar. La naturaleza sigue el ritmo de los tambores que se prolonga durante toda la noche. Si alguien se duerme arrullado por el fragor de los redobles, se despierta sobresaltado cuando éstos se alejan abandonándolo.  Al amanecer, la membrana de los tambores se mancha de sangre: las manos sangran de tanto redoblar. A la primera campanada de las dos de la tarde, todos los tambores enmudecen hasta el año siguiente. Pero, incluso después de volver a la vida cotidiana, algunos vecinos de Calanda aún hablan a tirones, siguiendo el ritmo de los tambores dormidos. “

Otros territorios de la Ruta

Dejamos Calanda y nos acercamos, poco a poco, por la Ruta del  Tambor y del Bombo, al resto de poblaciones que la conforman: Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén.

Alcañiz

En la capital administrativa del Bajo Aragón, la Semana Santa, es el acontecimiento más representativo de Alcañiz. Este atractivo va más allá de la belleza de sus procesiones, aproximándose a la fuerte tradición y participación del pueblo.

Las procesiones son el eje de la Semana Santa de Alcañiz; ya desde el Domingo de Ramos, con la "Procesión de la Burreta" donde  comienza una semana de penitencia para los más creyentes y de devoción para muchos asistentes. Las procesiones más representativas de Alcañiz son las de El Pregón y la del Santo Entierro y además de ser las de mayor participación, son el origen del nacimiento de la tradición del tambor.

Ésta se inició el día de Viernes Santo del año 1678, y en ella aparecieron por primera vez la procesión de El Pregón por iniciativa de un cuaresmero de la iglesia colegial de Santa María la Mayor, llamado fray Mateo Pestel. Abrían el desfile tres penitentes encapuchados que llevaban respectivamente una trompeta, dos campanas y dos timbales, de modo parecido a como se pregonaban las ejecuciones capitales, y la disposición de la comitiva no varió hasta que, años después, se sumaron a los tres iniciales penitentes seis nazarenos que agitaban ruidosamente unas dobleras. Los asistentes comenzaron a salir luego, por propia iniciativa, con carracas y matracas y, con los años, comenzaron a incorporarse tímidamente los primeros tambores, que terminaron por imponerse andando el tiempo

El Sábado Santo, la procesión del "Sellado del Sepulcro" o la suelta de palomas en la plaza porticada el mismo Domingo de Resurrección... son dos de las citas especiales que nos ofrece esta ciudad en Semana Santa.

Albalate del Arzobispo

En Albalate del Arzobispo, los orígenes de la Semana Santa, como en otras muchas del Bajo Aragón, los encontramos en la gran influencia que tuvo la Venerable Orden Tercera de San Francisco, que promovió la práctica del Via Crucis en los "calvarios". A esta costumbre siguió la de tocar el tambor para conmemorar la pasión y muerte de Cristo, a la par que se creaba una banda de alabarderos, formada por cornetas, tambores y lanzas.

 

La Semana Santa en Albalate, como en cualquier otro rincón de la geografía, se inicia el Domingo de Ramos con la bendición de palmas y la procesión de la entrada de Jesús en Jerusalén…siendo uno de los actos más esperados el que se cita  el Jueves Santo con la "rompida de la hora", aunque son muchos los que vienen a destacar la procesión del Viernes Santo, con el entierro, como el acto más emotivo.

 

Andorra

 

La responsable de la construcción de los Via Crucis en los calvarios del Bajo Aragón fue la  Hermandad de la Orden Tercera de San Francisco y a ella, aquí en Andorra, (como en otros muchos lugares) se les debe el origen de la celebración de la Semana Santa. La celebración de la Semana Santa es antiquísima, señalar, tan sólo que Los estatutos de la Hermandad en Andorra fueron aprobados en 1780.También data de finales del siglo XVIII la cofradía andorrana del Nazareno desde aquellos años a los presentes la evolución ha sido imparable; si bien es verdad que han desaparecido algunos actos como La Corona, auto sacramental que se representaba en el interior de la Iglesia y el Despertar de los Santos con carracas y matracas. Pero como si fuese un fenómeno compensatorio se han incorporado los tambores y bombos a partir de 1940; incorporación que ha aportado una característica de las que dejan huella. El tambor y el bombo en Andorra empieza su toque y redoble  tan sólo arrancar la Cuaresma con ensayos y la mirada puesta en el Domingo de Ramos en el que por la tarde se sube a la ermita de San Macario llevando al Cristo de los Tambores y Bombos Tras este Via crucis tiene lugar la Exaltación Local de Tambores y Bombos, certamen que se celebra desde 1984. Las diferentes cuadrillas interpretan los toques que han venido ensayando a lo largo de la Cuaresma. Al finalizar la exhibición, los tambores dejan de oírse hasta la noche del Jueves Santo en que se rompe la hora a media noche…horas antes, en plena tarde andorrana, tiene lugar la última procesión en que no hay ni tambores ni bombos, la procesión del silencio.

 

Híjar

 

En Híjar, la Semana Santa, supone la manifestación popular más importante de todo el año, convirtiéndose en cita obligada para el viajero de la Ruta del Tambor y del Bombo. Los tambores y bombos, en esta Villa, no dejan de sonar desde la noche del Jueves Santo hasta el sábado, ya sea en procesión o en cuadrillas.

 

La organización de la Semana Santa, en esta Villa del Martín, se remonta al año 1519, cuando Luis Fernández de Heredia, encargó a la Orden Franciscana la tarea de organizarla según el rito católico. Hasta entonces, las gentes de la villa se reunían con vestuario de sayal negro con la cara tapada, tocando calderos o cacharros, manifestando de esta forma su dolor por la muerte de Cristo….años después  los calderos y cacharros se transformaron en tambores y bombos.

 

La Puebla de Híjar

 

La ermita del Santo Sepulcro, es un símbolo más allá de lo arquitectónico o de lo meramente religioso del siglo XVII, ya que alberga el centro de exposiciones “Nuestra Semana Santa”, una muestra permanente sobre el evento religioso, cultural y turístico más importante de la zona.

 

La exposición de La Puebla alberga las diez imágenes y peanas utilizadas en las procesiones de la Semana Santa. A ello, ya en Semana Santa, se añadirán uniformes, tambores... sobretodo el repicar rotundo de los tambores con más de mil tambores y doscientos bombos, transforman el sentir de La Puebla de Híjar en Semana Santa, eso sí sin perder nada de su encanto. Una de las características particulares de La Puebla de Híjar y de su Semana Santa es su "Rompida de la hora", a las 12 de la madrugada del jueves al viernes.

 

Urrea de Gaén

 

En tierras aragonesas, durante los días de Semana Santa , la religiosidad se revitaliza, toma un nuevo impulso, se renueva y casi se convierte en una necesidad que se alegra cuando el día ya se alarga, mientras los días se van transformando en días aún más cálidos, mientras tanto, por todas estas tierras , sobretodo las de Cazarabet, resuenan tambores y bombos.

 

La muerte de Cristo se anuncia, se conmemora con las tradicionales rompidas de las horas. Son más de quince mil tambores y bombos los que, rompen al unísono, anunciando la muerte de cristo.

 

Un ritual ancestral que se sucede cada año.

 

Samper de Calanda

 

Esta población, según los expertos del País  de Cazarabet, es una tierra callada , llena de silencios, de sosiego, tranquilidad y casi ausencia de  gritos… De pronto, esta tierra de silencios, ve interrumpidos sus silencios a raíz del replique de tambores y matracas.


Pero Samper guarda también uno de los pasos más extraordinarios del Bajo Aragón: el "Cristo de la Cama", una escultura articulada que encierra una bonita historia (la del pueblo que con la madera de un viejo ciprés, derribado por el viento, contribuyó a la realización de su Cristo).
 

Impresiónate además con su "momento", un fantástico lienzo gigante del siglo XIX.

 

 

Alcorisa

 

En Alcorisa conviven dos tradiciones que forman, aportándole la  esencia especial a esta Villa del Bajo Aragón: el calvario que culmina con la ermita del Sepulcro Glorioso y  la Semana Santa con sus tambores y bombos impregnando las escenas de carácter y personalidad propias.

 

El Via Crucis se sitúa entre los conglomerados que arropan el casco urbano; el Calvario, allí presente  remonta su origen  entre la mitad del siglo XVI y el principio del XVII. Las estaciones, que son catorce, terminan en una Ermita que es  testigo de la devoción de los alcorisanos a la Cruz. En torno al Calvario, al Vía crucis y a la devoción a la Santa Cruz se fue fraguando una de las Semanas Santas más particulares del Bajo Aragón…. ésta rompe la hora a medianoche del Jueves al Viernes  Santo.

 

El alcorisano se enorgullece de su temprana devoción a la Cruz, puede que por eso le rinda homenaje es la escenificación, cada Viernes Santo del Drama de la Cruz, mención especialísima merece la representación del Drama de la Cruz en el monte Calvario. El viernes, toda la población recita sus textos, prepara su hábito de judío, de centurión romano o de discípulo confuso y espera que el día sea benigno para que el Cristo no tenga frío. El drama de la Cruz ha echado raíces y su desarrollo va más allá de una mera representación para turistas. Con estas expresiones, Alcorisa vive una Semana Santa original y suya, dentro de comunicación con el resto de pueblos tierrabajinos integrados en la Ruta del Tambor y del Bombo.

 


 

La foto

 

RETIRO EN EL DESIERTO

 

 

El Monasterio del Desierto de Calanda fue un lugar de retiro, meditación, tranquilidad… hasta  que llegaron los conflictos armados y humanos. Hoy el Monasterio de los Carmelitas descalzos en Calanda sigue afianzando su pálpito más elemental y pacífico. Desde el exterior, cuando lo miras, se muestra ante la mirada como un lugar reservado y frío, por el paso de los años; pero estamos seguros que si alguien nos podría mirar desde su interior, no nos vería así. Seguramente que lo haría con ojos cálidos sonriéndonos e invitándonos a que ayudemos a restaurar, como marca la regla cisterciense, sus mayores cimientos sin olvidarse de los más simples. Así, todos, podríamos mirar como cae la tarde de un invierno que ya  se ve socorrido por la primavera.

 


 

Fases lunares del País de Cazarabet  /  5 - 25 Marzo

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Redacción:

Sussanna Anglés Querol  /  Javier Díaz Soro