Cazarabet conversa con...   Herminio Lafoz sobre el libro “Vida y luchas de un idealista (1914-1939)” (Comuniter) de Juan Sanz Martínez ‘Jusamar’

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan Sanz Martínez es rescatado de la historia y es “visto” con edición y notas al cuidado de Paco Felipe y Agustín Martín Soriano.

Este libro que rescata Comuniter, desde la propia pluma autobiográfica de Juan Sanz Martínez, es enmarcado dentro de la colección Los Necesarios de Comuniter.

La sinopsis del libro, aquello que nos cuenta:

Este libro narra las experiencias de un hombre que después de luchas y sufrir por defender una ideología que él consideraba justa, se reveló contra ella por ser fruto del fanatismo que tantos errores e injusticias hace cometer. Esta actitud le causó grandes sufrimientos y controversias, a tal extremo que en la zona franquista lo querían fusilar, pero en la zona republicana lo querían eliminar, tanto por sus adversarios ideológicos como lo que en tiempos fueron sus compañeros de ideología.

Extraordinaria historia de quien, desde su infancia, soportó en su propia carne el sufrimiento que la injusticia social produce. Aquí se cuenta la rebeldía e inconformismo de un joven que, con una utópica ideología, busca la consecución de una sociedad justa y libre para todos los seres humanos. Como militante de su sindicato tomó parte en el movimiento revolucionario de diciembre de 1933, lo que produjo su detención, apaleamiento y condena a varios años de presidio. Al producirse la guerra civil huyó de Zaragoza y se incorporó en las milicias republicanas, luchando en varios frentes de Aragón. Aunque las balas no consiguieron herirlo, el frío de 22 grados bajo cero en el frente de Teruel le congeló las piernas, teniendo que ser ingresado en un hospital, lugar donde encuentra al mayor amor de su vida. Este le dio fuerza y coraje para soportar y vencer situaciones que lo tuvieron al borde de la muerte en varias ocasiones. Después de tantas luchas y sufrimientos, la experiencia le hace decir que no serán las religiones, ideologías o chovinismos lo que crear· una sociedad libre de injusticias mientras las personas estén dominadas por la maldad, la envidia y la avaricia.

¿Nos acercamos Juan Sanz Martínez?

Nace en 1914 en el pueblo castellano-manchego de Alustante (Guadalajara), en la comarca del Señorío de Molina de Aragón-Alto Tajo. Era el menor de seis hermanos, tres chicos (Germán, Justo y Juan) y tres chicas (Martina, Pilar y Andrea). La vida en el pueblo era muy precaria, por lo que al poco de nacer Juan sus padres y toda la familia emigran a Zaragoza. A los tres años Juan pierde a su madre y a los cinco (en 1919) conoce a su «Tía», Matilde Loscertales, que desde entonces será su benefactora y la que le inculca las ideas libertarias. A los trece años empieza a trabajar en una fábrica de muebles en el barrio de San José, donde se relacionará ya con la lucha sindical promovida por la CNT. Poco después de instaurada la Segunda República entra como aprendiz en la «Barbería Colectiva» del sindicato de la CNT, donde surgió su apodo de «Juanico el barbero». En 1933 participará activamente en la insurrección anarquista del 8 de diciembre en Zaragoza, siendo detenido junto a muchos compañeros. De la cárcel de Torrero fue trasladado al penal de Chinchilla (Albacete) y finalmente al de Alcalá de Henares (Madrid), donde estuvo preso hasta mayo de 1934.

Tras el golpe de estado fascista de julio de 1936, logró escapar de la ciudad y llegar a la zona republicana, donde ingresó en la columna Durruti. Tras la creación del Consejo de Aragón fijó su residencia en Caspe, donde fue secretario de la Comarcal de las Juventudes Libertarias (JJLL). Tras la disolución del Consejo se reincorporó a filas en la 25 División, llegando a ser comisario de la 117 Brigada. Fue destinado al frente de Teruel donde las bajísimas temperaturas -22 grados bajo cero- le ocasionaron problemas de congelación en los pies y las piernas. En el Hospital Militar de Vallcarca (Barcelona), conoció a la que sería su amor y futura compañera: la enfermera Maximina Anguita (Maxi). En 1939, ya cerca el final de la guerra, y a pesar de su delicado estado de salud, consiguió pasar a Francia y llegar a Montauban, donde se instaló y tras su recuperación finalmente trabajó en un salón de peluquería. Siguió militando en la CNT local y en 1946 fue nombrado secretario de la regional de Aragón, Rioja y Navarra en Francia en el pleno de dicha regional celebrado en Toulouse.

El 27 de junio de 1941 se casó con Maxi por lo civil en el ayuntamiento de Montauban. En 1941 nació su primer hilo, Mario, y en 1945 el segundo, Liberto. En 1947 viajaron a Chile (donde vivía una de sus hermanas) y en 1950 a Brasil, donde en 1966 comenzó a escribir sus memorias. En 1995 regresó a España, yendo a Valencia, pues allí vivía la familia de su hermana Pilar y donde en 1998 publicó finalmente su libro autobiográfico Vida y luchas de un idealista.

 

 

 

Cazarabet conversa con Herminio Lafoz:

-Herminio, ¿cómo os llega a vuestras manos Vida y luchas de un idealista… que son como las memorias del idealista que fue Juan Sanz Martínez? ¿Qué tenía este libro que os hizo pensar que era necesario tenerlo dentro de la colección Los Necesarios?, lo pregunto porque todos los títulos que rellenan esta colección son muy especiales…

- El libro me llegó directamente del propio Jusamar al que conocí en torno al año 2000 en un viaje que hizo a Zaragoza con su esposa. Creo recordar que organicé con él, con Ildefonso Manuel Gil y, tal vez, con Teodoro Campos Soteras, un socialista que combatió en la 43 División Republicana, una celebración del 14 de abril en la Librería Cálamo, de Zaragoza. No hace ni dos años que Paco Felipe me propuso publicar las Memorias de Jusamar (parcialmente, solamente en su participación en la guerra civil); a mí me pareció una buena idea y Paco se puso a trabajar en la edición, adecuando algunas faltas y añadiendo unas notas para mejorar su comprensión. Lamentablemente, Paco enfermó, desapareciendo rápidamente y no pudo acabar su trabajo, que fue completado por un estrecho amigo y colaborador: Agustín Martín. La edición, como corresponde a nuestra idea de reeditar obras importantes de difícil encuentro, tenía que ser en la colección “Los Necesarios”. Y así ha sido. Paso el resto de las preguntas a Agustín Martín. Os envío también algunos materiales que tenía por si queréis ilustrar más la conversación.

-Un hombre que piensa por sí misma, que tampoco se conforma con callar y más delante de los que considera que quiere cambiar las cosas, suele ser peligroso para los que quieren manipularnos, ¿no? Y hay tiempos, por no decir todos, en los que siempre los hay con ganas de ser titiriteros y otros a los que les gusta ser marionetas con tal de formar parte del rebaño, con tal de que a uno le rían las gracias, ¿va un poco por aquí? Pero la política maneja demasiados “egos”, ¿verdad? y quien no acata órdenes, así como así, y es un inconformista…

- Jusamar fue siempre un idealista, un humanista convencido que tenía su ideal como si fuera una religión y por eso, ciertamente, no se casaba con nadie por ningún otro motivo que no fuera el conseguir su objetivo máximo: la liberación del hombre de todas sus opresiones: físicas, mentales, económicas, y lograr la consecución de una sociedad libre e igualitaria, sin dioses y sin amos, ni opresión de ningún tipo. No soportaba el fariseísmo y la contradicción hipócrita de algunos que se decían revolucionarios y no lo eran, sino meros oportunistas con falsa o nula moral. Eso le ocasionó toda su vida enfrentamientos personales, con sus propios correligionarios e incluso con su propia familia. Como él recuerda, los fascistas le querían fusilar y algunos “revolucionarios” eliminar, en ese sentido era tan incómodo para unos como para otros, y todo, por ser fiel a sus ideales y no traicionarlos nunca, incluso cuando podía sacar rédito económico o personal. Era una persona sencilla, de origen muy humilde y que sufrió muchas privaciones y penurias que le llevaron a la lucha social y convertirse en un inconformista y revolucionario, pero no por sí, sino por todos. No pecó nunca de tener un ego desmedido -a pesar de tener ocasiones para haberlo podido manifestar- bien al contrario, era una persona moralmente íntegra y eso le tocó pagarlo.

-Nuestro protagonista se formó en años muy, muy duros…vivió, vio, tocó de la injusticia, para luego luchar contra ella y no siempre, más bien nunca, encontrar la recompensa en forma de un atisbo de justicia….

-Así es, desde niño mamó la lucha social, en una ciudad como Zaragoza que era de las más luchadoras de toda España, por algo la llamaban la “perla negra” del anarquismo español, pues era, tras Barcelona, la más libertaria de todas. Creer en la revolución, poder contribuir a ponerla en marcha, tener la suerte de vivirla y luego ver como todo se viene abajo, por oposición entre los propios antifascistas, fue para él un trago muy amargo, algo muy frustrante que le marcó en su devenir futuro.

-¿Cómo se inicia en su evolución de ideas que luchaban contra las injusticias sociales?-¿La insurrección de diciembre del 33 marca en él un antes y un después?, ¿Por qué?-Sufrir la prisión con esas tres prisiones, en la que cumplió condena , es algo más que un castigo…

- Desde niño mamó la pobreza y la injusticia social en su propia casa. Su hermano mayor, Germán —con el que nunca se llevó bien, por cierto— ya sufrió antes que él la cárcel, la represión y el exilio; pero su maestra fue su “tía” Matilde Loscertales (que fue para él su auténtica madre) una mujer discreta pero luchadora y de firmes creencias libertarias que siempre ayudó a la causa y se encargó de inculcarle a Jusamar sus ideales. Ya desde niño Juan apoyaba la lucha sindical vendiendo Solidaridad Obrera, luego empieza a trabajar y se afilia a la CNT y aumenta su dedicación a la lucha obrera en pos de la revolución social, hasta que llega la primera oportunidad con la insurrección anarquista de diciembre de 1933 y, claro, no lo duda y se lanza de lleno a su consecución. Es herido y detenido, pasa por distintas cárceles, conoce a los líderes del anarquismo español y se tutea ya con ellos, además de cortarles el pelo, pues Juan era conocido como Juanico el Barbero. La cárcel, lejos de hacer mella en él, le reafirma en la solidaridad entre la clase obrera, en lo injusto del sistema y la necesidad urgente de cambiarlo.

-Y todavía le quedó mecha, después del presidio de presidios, para volver a la lucha porque una vez se da el golpe de estado llega a la zona republicana, incorporándose a la columna Durruti, pero de allí va a parar al Consejo de Aragón. Por su carácter inconformista, práctico, claro y poco dado a tratar con políticos pronto se cansa de aquel ambiente, coméntanos por favor…

-Tras huir de Zaragoza, Jusamar alcanzó las líneas republicanas y se integró luego en la Columna Durruti. Como buen idealista, pensaba que las instituciones (y por ende las personas que formaban parte de ellas) debían de estar al servicio del pueblo y de la revolución, su último objetivo, por ello entró a colaborar en el Consejo de Aragón con ese fin, pues allí estaban muchos compañeros de la CNT zaragozana, amigos suyos. Pero se vio defraudado por las rencillas políticas del mismo, especialmente el acoso incesante por parte de los comunistas -que dirigían todo su ímpetu al triunfo de la guerra, relegando la revolución-, y algunos comportamientos poco éticos (morales decía él, pues Juan era muy intransigente en lo referente a la doble moral sexual de algunos, que se aprovechaban del cargo que tenían…) de compañeros correligionarios cenetistas. Tras el derribo (y no caída) del Consejo de Aragón, sufrió la represión correspondiente (en forma de cárcel en Caspe) junto a otros compañeros del mismo. Así, tras ser liberado, decidió ir voluntario al frente.

-Y en el frente de batalla le esperan las penalidades de la guerra con el General Invierno a la cabeza… aunque fruto de esto y de su convalecencia puede conocer a su mujer, Maxi…

- Al ser liberado marchó a Calanda, donde se incorporó a filas en la 25 División (la antigua Columna Ortiz, de filiación anarquista), llegando luego a ser nombrado comisario de la 117 Brigada Mixta. Fue destinado al frente de Teruel, a la zona de Tortajada, donde a finales de diciembre de 1937 padeció la nieve y las bajísimas temperaturas (22 grados bajo cero) que le ocasionaron problemas de congelación en los pies y las piernas. Fue transportado a distintos hospitales de campaña, hasta acabar en el Hospital Militar de Vallcarca (en el barrio de Gracia de Barcelona), donde estuvo a punto de que le amputaran una pierna por la gangrena, aunque finalmente —y gracias a su tozudez— lo evitó. Allí conoció a la que sería su amor y futura compañera: la enfermera Maximina Anguita (Maxi) que le cambió totalmente la vida y le atrajo al lado espiritual.

-Se encuentra, nuestro protagonista, en tierra de nadie porque todos los quieren a la corta o a la larga muerto…sabía que si lo cogían los fascistas lo matarían y sabía que los suyos, en gran suma, también…pero ¿por qué…fuera del frente y en ámbito político tan incómodo había sido?

Para él los ideales eran sagrados, todo lo que se hiciera debía estar encaminado a materializarlos. Nada, ni nadie, estaba por encima de ellos, ni los enemigos ni los amigos. No podía tolerar ni la injusticia ni el abuso de poder —de cualquier tipo— por lo tanto resultaba una persona muy incómoda para todo aquel que abusaba de su posición social o política.

-No le queda más que el exilio, Montauban fue su refugio…coméntanos ese tiempo en lo vital.  Él sigue vinculado a la CNT de Montauban ,pero en Francia la CNT sufre de lo lindo divergencias—El exilio de nuestro protagonista sigue en América—Chile y Brasil--¿cómo es allí tanto en lo vital como en sus idearios hasta el retorno en España y más concretamente en tierras valencianas habitadas por su hermana y descendientes?

- En 1939, ya cerca el final de la guerra, y a pesar de su delicado estado de salud, consiguió pasar a Francia y llegar a Montauban (donde reposan los restos del presidente de la II República, Manuel Azaña), donde se instaló con Maxi y, tras su recuperación y muchas vicisitudes —como un período en la base de submarinos nazis de Burdeos— finalmente trabajó en un salón de peluquería y colaboró con la Resistencia antinazi. Siguió militando en la CNT local y en 1964 fue nombrado secretario de la regional de Aragón, Rioja y Navarra en Francia en el pleno de dicha regional celebrado en Toulouse. El 27 de junio de 1941 se casó con Maxi por lo civil en el ayuntamiento de Montauban. Su mujer sufrió varios abortos hasta que en 1941 nació su primer hijo, Mario, y en 1945, el segundo, Liberto. Hasta 1948 residieron en el país vecino, partiendo entonces a Chile (donde vivía Andrea, una de sus hermanas) y en 1950 a Brasil, donde en 1966 comenzó a escribir sus memorias en Sao Paulo. Tras la muerte de Franco hizo algunas visitas a España y en 1995 regresó a España, yendo a Valencia, pues allí vivía la familia de su hermana Pilar y donde en 1998 publicó finalmente su libro autobiográfico Vida y luchas de un idealista y al año siguiente El exiliado, sobre su periplo sudamericano.  En Chile y en Brasil rehace su vida y goza de cierta tranquilidad económica (es un buen emprendedor y profesional) pero no puede dejar de lado sus ideales y sigue teniendo como objetivo la consecución de una sociedad libre y justa para todos. Tras muchos reveses se siente decepcionado y cree que nada puede cambiar si no cambia primero la mentalidad del ser humano. De nada sirve imponer una sociedad justa y libre, si los ciudadanos no creen en ella. Cree el fanatismo es el gran responsable de todo lo que pasa. Eso le hace ser cada vez más escéptico y ampliar su espectro ideológico: se acerca a círculos masónicos y de nuevos pensamientos semiespiritistas. Al volver a España contacta con antiguos compañeros y forma varias asociaciones (la Asociación Cultural Ecléptica…), todo para luchar contra la ceguera mental producida por el fanatismo… Publicó varios libros —intimistas y filosóficos— con esa finalidad y finalmente falleció en la primera década del siglo XXI.

 

 

_____________________________________________________________________

Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

http://www.cazarabet.com

info@cazarabet.com