Cazarabet conversa con...   Santiago de Pablo, autor de “Una tragedia política. La Segunda República en Vitoria vista por Tomás Alfaro Fournier” (Beta III Milenio)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Santiago de Pablo en un ensayo, ponderado eficaz y efectivo… así como muy entendible… de esos que “no se hace bola “nos explica, con detalle, cómo fue la Segunda República, cómo se vivió y transcurrió desde “la mirada” de Tomás Alfaro Fournier.

Edita este ensayo la editorial Beta III Milenio.

¿Qué nos explica la editorial?, la sinopsis:

Tomás Alfaro Fournier (1892-1965) fue un hombre polifacético. Además de pintor, músico, empresario, militar, escritor y dinamizador de la vida social vitoriana, fue un importante político republicano de izquierdas. Entre 1931 y 1936 desempeñó el cargo de teniente de alcalde de Vitoria, llegando a actuar como alcalde de facto durante buena parte de la Segunda República, hasta que en julio de 1936 fue destituido por los militares sublevados.

Pese a sus innumerables ocupaciones, durante el quinquenio republicano escribió un diario personal, en el que iba anotando hechos e impresiones, no solo de lo que ocurría en Vitoria, sino de la evolución del País Vasco y de España. Sus páginas, de gran fuerza narrativa, muestran cómo se desarrolló la República día a día, sin autocensuras ni cortapisas. Se trata del testimonio de un protagonista clave en la trayectoria de la ciudad en esa época, tan convulsa como apasionante.

Una tragedia política cuenta precisamente la historia de Vitoria y de Álava entre 1931 y 1936 a través de los ojos de Tomás Alfaro y es, a la vez, una biografía política de un personaje histórico que durante mucho tiempo fue injustamente olvidado.

El autor, Santiago de Pablo: Santiago de Pablo es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco. Entre sus libros recientes cabe mencionar La patria soñada. Historia del nacionalismo vasco desde su origen hasta la actualidad (2015), Creadores de sombras: ETA y el nacionalismo vasco a través del cine (2017) e Historias en albiazul (2018). Es director de la revista Sancho el Sabio. Durante el curso 2009-2010 fue investigador invitado en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno (Estados Unidos) y ha impartido cursos y conferencias en universidades de los cinco continentes.

Es especialista en historia contemporánea de Álava y coautor de Diccionario ilustrado de símbolos del nacionalismo vasco (2012), La Diócesis de Vitoria: 150 años de Historia, 1862-2012 (2013) y 100 símbolos vascos: Identidad, cultura, nacionalismo (2016). En Ediciones Beta ha publicado, en coautoría, los libros Álava insólita. Símbolos, mitos y lugares de memoria (2018) y Testigo de cargo. La historia de ETA y sus víctimas en televisión (2019).

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Santiago de Pablo:

-Santiago, ¿qué fue lo que te llevó a escribir un libro sobre la tragedia política en España vivida y vista por Tomás Alfaro Fournier durante el período de la Segunda República en Vitoria? ¿Qué tiene de particular Tomás Alfaro Fournier para revivir la Segunda República con él?

-Fue clave que su familia me diera acceso al diario que Tomás Alfaro Fournier escribió, casi día a día, durante esos años. Es una fuente fantástica para conocer ese periodo, pues, al ser un diario personal, él escribe con gran sinceridad y sin el filtro que supone rememorar las cosas muchos años después, cuando ya se sabe lo que ha pasado. Además, se trata de una figura muy interesante, no solo desde el punto de vista político, sino también humano, social y cultural. 

-¿Podemos decir que Tomás Alfaro Fournier era un adelantado a su tiempo?, por ser polifacético y saber combinar su vertiente más humanista e intelectual con la política, digamos más práctica…

-Sí, se puede expresar así. Era un hombre adelantado a su tiempo, aunque también un hombre de su tiempo. Hay expresiones de su diario, por ejemplo, que hoy nos parecen fuera de lugar, pero que no lo eran entonces. Pero no podemos juzgar otra época con parámetros actuales. En cualquier caso, su personalidad es impresionante. Una persona polifacética: empresario, escritor, pintor, escultor, deportista, poeta, abogado, militar, animador social… y a la vez, un importante político: líder de Izquierda Republicana en Álava y teniente alcalde de Vitoria. 

-¿Qué rasgos destacarías más, de este intelectual e inquieto político, desde la experiencia de Tomás Alfaro Fournier en la Segunda República?

-Era un hombre clarividente: en su diario escribe frases que adelantan lo que sucedió después. A la vez, muy sincero, pues no le importa reconocer los errores; y temperamental. Por otro lado, tiene una idea, por decirlo así, de ‘revolución desde arriba’, que a veces le hace difícil entender ciertos hechos o tendencias. Hay que tener en cuenta que el procedía de una familia acomodada (casi todo el mundo conoce a la familia Fournier, famosa por la empresa de naipes) y se desconcertaba al ver que determinados sectores obreros querían ir más allá de las reformas sociales que la República les ofrecía. 

-¿Cómo la vive él, la Segunda República, en carne viva?, con todas las idas y venidas de un período que, a su manera, fue, también convulso…

-La vive con ilusión y esperanza desde su inicio. Es consciente ya en 1930 de que el tiempo de la Monarquía alfonsina ha pasado y quiere construir una España democrática a través de la República. Pero, según avanza el quinquenio republicano, se observa en él también cierta desesperanza, al ver que ese sueño no se va haciendo realidad. Y no solo por los enemigos externos de la República, sino también por debilidades o errores propios. 

-¿Qué mella causaron las diferentes tensiones que vivió la II República en Alfaro Fournier?

-Fue una de las cosas que más le hizo sufrir, pues veía las dificultades que tuvo que afrontar el régimen republicano: económicas, sociales, políticas, etc. Y sobre todo la desunión de los propios republicanos, que después lograr el poder se dedican más a tirarse los trastos a la cabeza unos a otros que a construir. A veces en su diario es más crítico con sus propios correligionarios que con sus rivales políticos, aunque es muy duro con la actitud intransigente de anarquistas y carlistas, por ejemplo. 

-Porque él era una persona con el ideario muy, muy firme, ¿verdad? que era perspicaz, persistente…

-Sí, él era un hombre inteligente, que intenta aplicar sus ideas, aunque a veces parece que se ve desbordado por la realidad. Las últimas frases de su diario, antes de ser detenido en julio de 1936, reflejan un poco esta idea. 

-Digo lo anterior y pregunto todo lo que pregunto teniendo en cuenta que Alfaro Fournier venía de un entorno en el que, quizás, le hubiese sido mucho más cómodo seguir con lo suyo,” subirse a la ola”—y que esta le llevase, pero da rienda suelta, siempre, a sus inquietudes en lo intelectual y en lo social poniéndose al servicio de un ideal…

-Sí, como ya he comentado antes, venía de un entorno familiar y social acomodado y conservador, tendencia que siguió, por ejemplo, su hermano Félix Alfaro Fournier. Tomás dio algunas vueltas ideológicas antes de 1931 (estuvo vinculado, por ejemplo, al PNV), pero en los años treinta sus ideas estaban claras y las llevó hasta el final. Y eso que se casó con la hija de un marqués y futura marquesa de Cañada Honda… También hay que destacar que, pese a esas diferencias ideológicas, las relaciones familiares se mantuvieron. Y así se vio, por ejemplo, durante la Guerra Civil. 

-Podemos definir a Alfaro Fournier como un humanista que quiso con ello cambiar la manera de “hacer política” …

-Sí, no era un intelectual en el sentido pleno del término, pero sí un humanista, interesado por todos los ámbitos de la actividad humana. Casi como un hombre del Renacimiento. Y además, desde muy joven… 

-Pero eran tiempos, me temo como los presentes, en los que se prefería hacer política sin mucho humanismo como si eso fuese equivalente a ser poco humano en la práctica de la misma, ¿no?...

-En efecto, no fue sencillo para él, pues una cosa es las ideas que tienes y que intentas aplicar, y otro el día a día, en un Ayuntamiento como el de Vitoria, donde la izquierda republicana-socialista tenía la mayoría, pero con muchos problemas internos. Y en una situación social como aquella, con muchas tensiones en todo el país, aunque en comparación Vitoria fuera, en palabras del propio Alfaro en su diario, una especie de ‘oasis’. 

-Tú que lo has estudiado y lo conoces bien, siendo tan polifacético, porque crees que aun dedicándose tanto a las artes, cultura, difusor y defensa de “lo social”… siendo, además, empresario, militar se acerca a la política desde el ideario de la república… de entrada buena parte de su entorno lo debió rechazar, ¿no?

-Claro, para muchos fue una especie de ‘shock’, aunque hay que tener en cuenta que no fue el único caso que dio ese salto. Sin irse de Vitoria, la familia Martínez de Aragón, procedentes del liberalismo monárquico, uno de cuyos miembros llegó a ser fiscal general de la República. Por otro lado, es cierto que en Vitoria había una cierta cohesión de comunidad local que atemperaba algunas tensiones, aunque esto no impidió la represión tras la sublevación militar y el inicio de la Guerra Civil. 

-¿Por qué “una tragedia política”?, me imagino al porqué y al cómo terminó la II República, ¿no? Pero es algo más y fue algo más que una “tragedia política” por desgracia, ¿no?

-Sí, es una tragedia personal, con sus sueños truncados, pero también el título se refiere a la propia tragedia de la Segunda República, que terminó de modo realmente trágico. Y ese final no estaba escrito de antemano, como sucede siempre en la historia, sino que fue consecuencia de decisiones personales, en un determinado contexto, muy complejo en toda Europa y también en España. 

-Él ¿cómo la vive?, me imagino que de manera demoledora… ¿qué nos puedes decir?

-Claro, por un lado, ve venir ese final trágico. No se resigna, pero va viendo que de alguna manera la realidad le supera… 

-Este ensayo, ¿es un equilibro sobre la biografía de Tomás Alfaro Fournier y la caída con estrépito, desencanto y desilusión del sueño que representaba la II República?

-Sí, en parte es una biografía, pero pretende ser mucho más. Al basarse en su propio diario, permite ver el desarrollo del quinquenio republicano en Vitoria desde dentro, entre la ilusión y el desencanto. Y a la vez va mucho más allá de la historia local, pues creo que ayuda a comprender lo que sucedió en España en general. Él era azañista y se ven ecos del propio Manuel Azaña o de lo que pudo suceder en otras provincias. 

-Fue detenido a comienzos de la guerra civil, pero gracias a la intervención familiar salió de prisión, ¿cómo pasó el resto de la contienda en la que fue derrotada la II República…?

-En efecto, fue detenido la misma noche del 19 de julio, poco después de haber escrito las últimas frases de su diario. Fue juzgado por un tribunal militar y, en buena medida gracias al apoyo de su familia y de otras personas de Vitoria (eclesiásticos, militares, etc.) fue liberado relativamente pronto. Hay que tener en cuenta que gran parte de su familia política fue asesinada por milicianos extremistas en zona republicana, mientras él estaba en prisión: esto también forma parte de su tragedia personal.

 

Presentación del libro. A la izquierda de la foto, la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, y a la derecha el historiador Antonio Rivera.

 

Tomás Alfaro Fournier (Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz)

 

 

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