Cazarabet conversa con...   Rosa María Aragüés Estragués, autora de “Mujeres invisibles, cárceles olvidadas. Predicadores 1939-1955” (Comuniter)

 

 

 

 

 

 



 

Rosa María Aragüés Estragués habla en este libro sobre cómo fue el destino a las mujeres, anónimas, casi desconocidas o como ella dice “invisibles” que poblaron, en este caso, la cárcel de Predicadores de 1939-1955 en la represión más cruenta del franquismo.

Lo edita Comuniter en la Colección Es un decir.

La sinopsis del libro: Desde la presentación de Ángeles Egido León

La obra de Rosa María Aragüés aporta un estudio específico sobre un lugar singular: la cárcel de mujeres de Zaragoza, el infierno de Predicadores, corno ella misma la define. Viene a sumarse y a completar el panorama cada vez mejor conocido de las prisiones femeninas de guerra y de posguerra que, aun reuniendo características

comunes: insalubridad, inhabitabilidad, hacinamiento..., presentan también connotaciones específicas cada una de ellas derivadas del momento en que se habilitaron, de la evolución de la propia guerra y de la zona en que se implementaron.

Aparte de ahondar en las condiciones específicas de esta cárcel, especialmente dura para los niños que ingresaron en ellas junto a sus madres, este libro se detiene en el papel que el régimen franquista reservó para la mujer que fue confinada -sin elección y de manera exclusiva- a su condición de madre y esposa, suprimiendo todos los avances legislativos de la Segunda República, que la había convertido, además, en ciudadana de pleno derecho. Las mujeres que habían votado al Frente Popular, que

habían salido a la calle, que habían expresado libremente sus opiniones fueron ahora no sólo estigmatizadas sino duramente castigadas por el nuevo régimen tras su victoria en la Guerra Civil.

Este libro se apoya en una sólida investigación especialmente en los archivos provincial y municipal de Zaragoza, pero también en el histórico provincial de Huesca y Teruel; en el municipal de Llançà; en el Archivo General de la Administración de Salamanca y el Centro Penitenciario de Zuera, sin olvidar las fuentes hemerográficas y las fuentes orales, que la autora ha tenido la fortuna de poder contrastar. Partiendo de todas ellas, Rosa María Aragüés ha sabido desgranar, con agilidad y sensibilidad, la

intrahistoria de una historia que era necesario rescatar. No cabe, pues, sino felicitarse porque, una vez más, la investigación rigurosa y empírica sea capaz de traspasar los estrechos límites del ámbito académico para llegar a quien, en definitiva, está destinada: la sociedad, que debe conocerla y asumirla, porque solo entendiendo y asimilando el pasado, por duro y cruel que haya sido. será capaz de construir un futuro libre, digno e igualitario. Libros como este contribuyen, sin duda, a lograrlo.

La autora, Rosa María Aragüés Estragués: Barcelona, 1952

Doctora en Historia y Especialista Universitaria en Archivos. Historiadora.

Línea de investigación: La violencia de género en la guerra civil y el primer franquismo: Las cárceles de mujeres, Predicadores la cárcel de mujeres de Zaragoza.

Licenciada en Geografía e Historia, realizó sus estudios en la UNED.

Premio Extraordinario de Doctorado 2015-2016.

Su Tesis Doctoral "La cárcel de mujeres", Predicadores: legislación y represión (1939-1955) defendida en 2016 alcanzó la calificación de sobresaliente cum laude.

En 2014 publicó Las rojas y sus hijos, víctimas de la legislación franquista: el caso de la cárcel de Predicadores (1939-1945), Madrid, Editorial Sanz y Torres.

Ha colaborado en distintos proyectos sobre las cárceles de mujeres y la represión de los niños, "En el infierno de Predicadores: Los niños cautivos" Studia Historica. Historia Contemporánea, 2011. "Cárceles de mujeres en Zaragoza: las presas políticas" Universidad de Castilla-La Mancha, 2013. "Sobrevivir en el infierno: los niños de la cárcel de Predicadores (1939-1955), Madrid. Editorial Sanz & Torres, 2017.

Articulista en distintas revistas de Historia; "La Legalidad silenciada" Anales 2005; "El éxodo de los niños republicanos: Primitiva Francés Casanova 1936-1939" HISPANIA NOVA, 20l5; "Un ejército invisible de mujeres. "Salud a las valientes guerrilleras de Aragón y Levante" Guerrilleras y resistentes contra Franco (1939-1952)", O'Pelourinho

2019; "Escritura y memoria: alfabetización de las presas republicanas en la cárcel de mujeres de Zaragoza", Vegueta, Las Palmas 2019; El Obrero-https://elobrero.es/” África de las Heras: mi nombre es patria", 2020, África de la Heras: una española en el KGB", 2021. “7 de julio: cuarenta aniversario de la promulgación de la ley de divorcio 1981-2021", 2021; "Si, Sí, Sí. . . Dolores a Madrid”, XIX y VEINTE, Revista de Historia y Pensamiento Contemporáneos 19, 2022.

Ha participado en distintos Congresos y Seminarios. En la actualidad continúa con su trabajo de investigación sobre la violencia de género durante la guerra y el primer franquismo.

La autora ya ha estado con nosotros en: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/predicadores.htm

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Rosa María Aragüés Estragués:

Rosa María, ¿qué te ha llevado a escribir Mujeres invisibles, cárceles olvidadas, un ensayo de investigación sobre las mujeres que poblaron la cárcel de Predicadores de 1939 a 1955?, porque tú ya habías editado, en forma de libro, tu tesis sobre la Cárcel de Mujeres de Zaragoza, la de Predicadores…….

-Sí, en 2014 se publicó Las rojas y sus hijos víctimas de la represión franquista: el caso de la cárcel de Predicadores (1939-1945), pero no era mi tesis. Se corresponde con mi trabajo de investigación para el DEA, lo que antes llamábamos la tesina y si te fijas abarca de 1939 a 1945, es decir los seis primeros años de la dictadura franquista. Pero Predicadores sobrevivió hasta 1955, fue una de las últimas cárceles habilitadas en desaparecer y era necesario acabar la investigación, terminar la tesis y poner al descubierto la situación de todas aquellas mujeres que se vieron privadas de su libertad durante los dieciséis años que permaneció activa. Como digo en el título recuperar una cárcel olvidada y visualizar a unas mujeres que habían permanecido invisibles durante muchos años.

 

-¿Qué perfil presentaban estas mujeres encarceladas en Predicadores?

-Eran mujeres de todos los tipos y extracciones sociales. En un principio, al iniciarse la guerra eran en su mayoría mujeres que no estaban comprometidas políticamente, aunque haya que diferenciar entra las mujeres de las ciudades y las del campo. Muchas de ellas habían sido detenidas al no encontrar a sus hombres en el momento de la detención. Eran madres, esposas, hijas, hermanas o novias que la venganza de los sublevados utilizó para castigar a estos. Por lo que encontramos mujeres de todas las edades, desde niñas a ancianas. También se detuvo a profesionales, maestras, enfermeras, estudiantes, comerciantes, etc. A estas hemos venido en llamarlas anteriores por haber sido detenidas antes del final de la guerra. El otro grupo, las llamadas posteriores, eran mujeres más jóvenes comprometidas políticamente o por ayuda a la guerrilla. A estos dos grupos se unían las comunes, utilizadas en muchas ocasiones por la dirección de la cárcel para controlar a las políticas. Las anteriores se fueron beneficiando de los indultos que el franquismo fue otorgando para vaciar las cárceles que estaban muy saturadas.

 

-¿Bajo qué acusaciones iban a la cárcel? ¿en qué condiciones estaban?

-Las acusaciones eran de lo más variopintas: desde llevar mono a insultar a los franquistas, llevar pistola, no ir a misa, denuncias a las “gentes de bien” alegrarse de las victorias republicanas, incluso por ser hijas de familias republicanas, como lo muestra el caso de una menor que a pesar de los buenos informes del cura y la guardia civil fue condenada por ese hecho, pues según el tribunal “Si los padres son de ideas republicanas lo lógico es que la hija también”

Las condiciones en que se encontraban eran inhumanas. Primero llegaban en un estado lamentable después de haber pasado por depósitos y cárceles de partido donde sufrían todo tipo de abusos y después se encontraban en una cárcel con capacidad para 140 mujeres en la que en los meses álgidos llegaron a estar más de 600, sin contar a los niños.

 

-¿Qué legislación utilizó el régimen franquista para someter a la represión carcelaria a estas mujeres?

-Desde el primer momento anularon las reformas republicanas para volver a las leyes decimonónicas. La República pasa a ser un gobierno ilegal por lo que todo aquel que sigue fiel a ella es considerado traidor, Este mero hecho tiene un sinfín de consecuencias: todos los partidos que hasta ese momento eran legales pasan a la ilegalidad, los militares que no se unen a los rebeldes son juzgados por traición, la población que ha votado al Frente Popular bajo el calificativo de “Rojos” pasa a ser considerada rebelde, traidora e incluso delincuente. El acoso a las mujeres es bestial, ellas son las culpables de todo, incluso de haber parido hijos rojos.

En un principio se suceden los Juicios Sumarísimos por los que sin ninguna posibilidad de defensa se procede a ejecutar juicios rápidos que condenan a muchas españolas al patíbulo, sin contar con las que son ejecutadas in situ por los grupos falangistas y ciudadanos afines. Cuando pasa el terror caliente, se establecen tribunales militares que en consejos de guerra, muchas veces grupales, condenan a la última pena o largos años de cárcel. Y Finalmente se crean, en 1939, los tribunales especiales, Tribunal Especial de Responsabilidades Políticas y Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo que llevarán a la cárcel y a la ruina a un considerable número de españoles.

 

-¿Cómo era, para una mujer, el tener que someterse (porque creo que la palabra era esa y sin ninguna garantía de justicia, tal como la entendemos) a un Tribunal de Responsabilidades Políticas…?-Porque desde el mismo Tribunal ya se delata te van a juzgar por tus ideales políticos….

-Bueno, lo primero que hay que aclarar es que los Tribunales de Responsabilidades Políticas no eran privativos de libertad. Se crean para investigar a personas que se considera comprometidas con la República y por lo tanto culpables de la guerra, que en muchas ocasiones ya han sido juzgadas y condenadas, considerando que dada su culpabilidad es justo que ellos colaboren con su patrimonio al mantenimiento de la guerra y posterior reconstrucción del país. Esta Ley no revisaba los juicios, sólo se interesaba por el patrimonio de las personas investigadas y se procedía a su embargo. Muchas familias quedaron en la ruina. Además, era una ley retroactiva, es decir se investigaba a personas que ya estaban muertas y eran sus familiares quienes debían hacerse cargo del pago. En Aragón 1026 mujeres fueron requeridas por el Tribunal, no se tuvo piedad de su situación económica quedando muchas de ellas sin medios para sobrevivir con sus hijos.

 

-¿Crees que la situación de Aragón, geopolíticamente hablando y siendo frente de frentes…influyó en todo y en el papel de la mujer en la guerra?

-Evidentemente. A la represión de los primeros momentos, que le costó la vida a un buen número de mujeres, se une la desbandada de mujeres y niños en pos del ejército republicano ante el miedo que provocó en los pueblos la actuación de falangistas y otros vecinos que al no encontrar a los hombres cargaron contra las mujeres. Y después una vez establecida la retaguardia muchas mujeres ejercieron de enlace y ayuda a las personas que querían huir a zona republicana. Además, la cárcel de Torrero podría hablar de todas aquellas mujeres y niños que todos los días se agolpaban en sus puertas con la esperanza de poder llevar algún auxilio a sus hombres y que estos no fueran parte de las sacas que todos los amaneceres fusilaban en el cementerio.

 

-Las represiones iban de las condenas a muerte, a la cárcel, a las sanciones económicas, expropiaciones…y una cosa no quitaba de la otra hasta el punto que una mujer podía ser condenada a muerte y a pagar una indemnización…

-Sí, como antes decía, las condenas de los Tribunales de Responsabilidades Políticas no tenían en cuenta si el investigado estaba vivo o muerto. Fue un verdadero expolio, incluso se dio el caso de personas a las que no se les aplico la responsabilidad política y cuando llegaron a sus casas se encontraron con que ya les habían requisado todos sus bienes y aunque en la teoría tenían que devolvérselos en la práctica eso sucedió muy raras veces.

 

-A la mayoría de las que asesinaron en Predicadores—pones los listados en la parte final del libro---, ¿por qué fue o bajo qué pretextos?, me da que era como “un juego de ruleta rusa”…

-Verás, Predicadores entra en funcionamiento en abril de 1939, las grandes sacas ya se han llevado a cabo. Si te fijas en el listado sólo 9 mujeres son posteriores a abril del 39: cuatro en el 43, dos en el 41 y 3 en el 39. Cruzando los datos de las asesinadas y las internas sólo aparece una. Pero ya sabes que los datos siempre son revisables y más en estas investigaciones. Yo he tenido que rectificar más de una vez. Unas veces por aparecer algún documento que no había visto y otras porque los propios familiares me han llamado para corregir el dato.

 

-¿Qué es lo que la mujer perdió con la implantación del anti reformismo franquista y la anulación de las leyes de familia republicanas?

-La mujer perdió en todos los campos. Los años de La República fueron años de grandes avances sociales y culturales, en especial para las mujeres. No sólo por conseguir el voto, sino porque los grandes logros sociales, culturales, sanitarios, etc. Pero el franquismo lo aniquiló todo. Anuló todas las leyes de familia; divorcio, matrimonio civil, el hogar nuevamente dejo de ser conyugal para ser el del marido, perdió la patria potestad de sus hijos, no podía declarar en juicios sin el permiso de su marido. El trabajo le estaba vetado y en caso de trabajar el marido podía cobrar su salario. El adulterio pasó a ser delito sólo para la mujer que podía ser asesinada sin graves consecuencias para el marido. Uxoricidio por Honor, el hombre cometía amancebamiento, sólo punible en caso de que la amante viviera en la casa familiar. El aborto era punible tanto para la mujer a la que se le practicaba como a todos los que la ayudaban, a excepción de que el honor de la familia se viera peligrar Aborto Honoris causa.

           

-Las familias que habían ganado en “obertura” con la II República, volvían a estar cerradas en un entorno, como dices en el libro, de rancia tradición patriarcal… las parejas que no estaban casadas por la Iglesia a católica, no les quedó otra que pasar por el altar.

-La familia volvió a estar controlada por el páter familias del que dependía toda la familia, incluida la mujer, quien en el momento del matrimonio perdía su mayoría de edad. 

Tanto las familias que habían contraído matrimonio civil como las que se habían formado tras un divorcio se encontraron con un tremendo problema. Los matrimonios no eran válidos, por lo que debieron pasar por el altar. Y los divorcios tampoco, pasando a ser legal el primero.

Esto fue desastroso pues muchas parejas se rompieron después de la guerra o porque uno de ellos había muerto con lo que la unión no se podía legalizar. Así que de la noche a la mañana muchas mujeres se convirtieron en madres solteras con hijos a su cargo en una sociedad que estigmatizaba a la mujer que tenía hijos sin estar casada.

 

-Y los niños casi, casi fueron tratados como si fuesen un experimento desde un tubo de ensayo ideológico, ¿no?

-El problema de los niños también fue enorme, de hecho, muchos se encontraron de la noche a la mañana en la más terrible de las ilegalidades. El hecho de que el matrimonio de los padres no fuese reconocido significaba que la paternidad tampoco. Según el Código Civil de 1898 los hijos habidos fuera del matrimonio eran ilegales. En el caso de que fuera el hombre el padre que aportaba los hijos de otra unión necesitaba el consentimiento de su mujer para poder reconocerlos y si era la mujer era preciso que el marido “legal” los reconociese. Estas dos situaciones fueron nefastas para ellos pues en raras ocasiones las parejas legales se avenían a admitir tal arreglo con lo que los niños quedaban como hijos de padre desconocido o simplemente sin padres.

 

-Porque estas mujeres eran presas políticas, nunca delincuentes comunes…y se puede decir que en la cárcel estaban peor tratadas, ¿no?

-En el caso de las mujeres nunca fueron reconocidas como presas políticas. El régimen, asumiendo las ideas del psiquiatra Antonio Vallejo Nájera que afirmaba haber descubierto en los individuos rojos un gen especial que les empujaba a la delincuencia, en especial a las mujeres que no actuaban por motivos políticos sino por pura maldad, jamás las admitió como presas políticas. Ahora bien, eso no fue óbice para que se las juzgara como tales y se las condenara a muerte o a prisión.

Ellas siempre proclamaron su condición de políticas, pero les sirvió de poco. El trato como se puede imaginar fue despiadado.

 

-Las Carceleras en Predicadores ¿qué perfil presentaban…? porque las habían de civiles y de religiosas, ¿verdad?; entre las religiosas se les podía “presuponer” un mejor trato, pero…

-La reforma de las Instituciones Penitenciarias de Victoria Ken había dejado a las órdenes religiosas fuera de las cárceles creando el cuerpo femenino de funcionarios de prisiones. La depuración en las zonas ocupadas, como Zaragoza, fue tremenda la mayor parte perdió su trabajo y en muchos casos la vida. En Zaragoza sólo había dos, una fue represaliada y la otra permaneció convirtiéndose en la mayor pesadilla de las reclusas, tanto en Zaragoza como en Madrid donde pasó una temporada. Conocida como La seis dedos o la pelos, su maldad llegó a ser tal que su traslado a Madrid se debió a las protestas de las propias presas que amenazaron con matarla si no se iba. La cárcel de Predicadores, dependiente de la Prisión Provincial de Torrero compartía dirección con ella. Los puestos clave los cubrían funcionarios varones y el contacto con las presas sólo lo llevaban a cabo las funcionarias. En 1940 se incorporaron las Hermanas de La Caridad de San Vicente de Paul. En principio en Torrero de donde se hacen cargo de la intendencia, las cocinas y la enfermería. De Predicadores hay pocos datos, pero un informe de la dirección informa del inició de las obras de construcción de un departamento para ellas en dicha cárcel.

Sobre el trato de estas con las reclusas en ningún momento se ciñó siquiera a la caridad cristiana. Predominó entra ellas el odio hacia las reclusas y el mal trato al considerar que eran malas mujeres y se merecían el castigo divino. Por otra parte, hay que reconocer que se ciñeron a las órdenes de la cúpula de la Iglesia Católica.

 

- La presión a la que sometían a las mujeres en lo psicológico debía de ser brutal, ¿no?

-Sí, la mayoría eran mujeres sencillas que no le habían hecho daño a nadie, en muchas ocasiones ni tan siquiera tenían verdaderas convicciones republicanas, habían votado lo mismo que sus maridos. Se habían visto apartadas de sus casas, de sus hijos, de sus padres. Condenadas y atacadas por sus propios vecinos que no dudaron en raparlas, humillarlas, en muchas ocasiones violarlas y todas ellas sufrir violencia física de sus verdugos. Llegaban a Predicadores deshechas, sin más ropa que la puesta y sin los más mínimos medios de higiene. Psicológicamente se las atacaba por medio de su aspecto físico, incluso a las más jóvenes se les rapaba el pelo para privarlas de todo rasgo de feminidad, sucias, desaliñadas, durmiendo en el suelo amontonadas en enormes salas. Y muchas sufriendo al ver a sus hijos en la misma miseria que ellas.

 

-Porque en el día a día de una mujer encarcelada, ¿cómo era?

-La cárcel tenía unas instalaciones muy limitadas, las presas dormían en dos enormes salas donde con la imposibilidad de tener camas debido al gran número de reclusas, dormían todas en el suelo compartiendo colchones y petates entre dos o tres. Contaban que para darse la vuelta por las noches tenían que hacerlo todas a la vez. El día a día era inhumano. Se las despertaba a las siete de la mañana, tenían que recoger todos sus enseres y amontonarlos en el centro de la sala. Después bajaban al patio y ya no volvían a subir hasta la noche. Según contaban pasaban todo el día, en invierno y en verano, en ese patio. No importaba que estuviesen enfermas o que lloviera, que hiciese frío o calos sólo tenían ese espacio. No les daban ropa, por lo que tenían que pasar con lo puesto y a diferencia de otras cárceles no tenía nada que hacer, aunque según parece por las noches cuando las funcionarias las encerraban en esas salas organizaban actividades. Las que sabían escribir les escribían cartas, a las que no, se formaban grupos para aprender a leer y escribir, etc. La comida también era muy deficiente, parece ser que sin la ayuda exterior no hubieran podido sobrevivir, por eso se formaban pequeños grupos en los que siempre había una interna que recibía paquete y podía compartirlo con las de su grupo. Por las noches las encerraban en esas salas y nadie las socorría si sucedía algún problema.

 

-Los niños y niñas de las encarceladas, ¿qué pasaba con ellos?; ¿Y si las madres eran condenadas a largas condena o a muerte…?

-Según la ley vigente de La República, las reclusas podían tener con ellas a sus hijos hasta los cuatro años, pero en 1940 se decidió rebajar la edad a los tres años. El resultado fue una operación a nivel nacional por la cual todos los niños mayores de tres años debían salir de las cárceles. Como puedes imaginarte fue terrorífico, las madres pelearon con uñas y dientes para defender a sus hijos, pero todo fue inútil. Así pues, los niños permanecían hasta los tres años con sus madres o eran entregados al padre o algún familiar que se quisiera hacer cargo de ellos. Después si nadie los reclamaba ingresaban en orfelinatos e instituciones religiosas. Y si las madres eran condenadas a muerte permanecían con ellas hasta que la sentencia se cumplía, momento en que se les arrebataban sus hijos.

 

-¿Cuántas generaciones quedaron “tocadas” desde la infancia?

-Puedes imaginarte: adolescentes marcados por la guerra que en ocasiones se vieron involucrados en ella, niños que tuvieron que huir de sus casas y que al retornar a sus pueblos sufrieron violencia de sus vecinos, bebés que nacían durante el conflicto y que muchas veces sus madres no tenían leche para alimentarlos, y por último todos esos hijos de republicanos que vivieron el franquismo sintiendo siempre el miedo, el terror, la tristeza de unos padres que eran considerados indeseables por haber perdido la guerra. Cuanto silencio dentro de las familias como medio de defender a sus hijos de la cólera y el odio de los vencedores.

 

-La infancia, fue objeto de muchas cosas, desde Predicadores también, ¿verdad?, coméntanos…

-Bueno, como digo en mi libro, en Predicadores no había niños. El primer informe, El libro de madres y niños, data de finales de 1943 con anterioridad no hay nada. No se les da de alta, no consta que estén con sus madres, sufren las mismas necesidades que estas por lo que la mortandad es muy alta: desnutrición, malos tratos, epidemias, falta de higiene. Sólo tenemos algún dato cuando ingresan en la enfermería o son trasladados al Hospital. Entonces en los informes se indica la cantidad de leche extra que se consume en la enfermería. Ni tan siquiera es posible saber exactamente cuántos murieron pues los partes de defunción indican el número global de fallecidos sin especificar si son niños.

 

-Niños separados para siempre de sus madres, secuestros; niños aleccionados…

-El psiquiatra Antonio Vallejo Nájera aconsejo a Franco que el mejor método que se podía utilizar para terminar con la amenaza republicana era separar a los niños de sus padres para educarlos según los principios del Movimiento Nacional. A la separación de las reclusas de sus hijos se unieron una serie decretos destinados a los hijos de padres fusilados, prisioneros o desaparecidos, es decir, exiliados, fugitivos o clandestinos, por medio de este decreto el Estado se hacía cargo de la tutela de los menores, privando a padres y tutores de ese derecho. En 1941 se decreta que todos los niños y niñas que no recordaran sus nombres, que hubiesen sido repatriados por diversos medios o que sus padres no fueran localizables podían ser inscritos en el Registro Civil, según criterio del Tribunal de Menores, con otros nombres. Todas estas normativas ocasionaron que los padres se vieran privados de sus hijos y en muchas ocasiones dados en adopción a familias adeptas al régimen, sin posibilidades de recuperarlos al haberles cambiado de nombre.

 

-Por cierto, ¿Cómo era el día a día de una mujer embarazada en predicadores?

-Las embarazadas no tenían ningún privilegio, todo lo contrario, en muchas ocasiones eran tratadas con dureza y crueldad. Una de las reclusas explica que la celadora de la que hablábamos al principio golpeando a una joven embarazada en el vientre le dijo, echa ese sapo asquerosa, la caridad cristiana no era muy frecuente en Predicadores. Por la documentación sabemos que una reclusa a la que tenían que hacer una cesaría fue trasladada al Provincial y por la noche se descolgó por la ventana con ayuda de las sábanas y nunca la encontraron. Además, el momento del parto era terrorífico ya no por el peligro de parir en semejantes condiciones, sino por el miedo de que les quitaran a sus hijos porque los niños desaparecían sin más. Se les decía que habían nacido muertos o se presionaba a las madres hasta que estas consentían en darlos en adopción. En todo caso, no volvían a verlos.

 

-¿El Auxilio Social de qué fue excusa para el régimen, preguntado de otra forma:¿para qué fue utilizado y desde quién?.

-El Auxilio Social lo creó Mercedes Sanz Bachiller en Valladolid con el fin de auxiliar a los cientos de niños hijos de republicanos asesinados que vagaban por sus calles sin nadie que se atreviera a ayudarles. En principio se llamó Auxilio de Verano y posteriormente de Invierno. Con el tiempo Pilar Primo de Rivera consiguió desbancar a la primera y hacerse con la dirección. Es verdad que se creó y siguió existiendo como ayuda a esos niños a los que se les daba comida diaria y vestido, pero todo ello estaba acompañado por la propaganda franquista, por la intención de apartar a esos niños de sus padres a los que siempre se les decía que si sus padres estaban en la cárcel o habían muerto era porque eran malos. Se les obligaba a cantar los himnos y a saludar los retratos de Franco y José Antonio. Por otra parte, el Auxilio Social era una trampa para los padres, pues era el primer paso para que los niños fuesen apartados de ellos y el Estado se hiciese con su tutela, es decir el traslado a zonas lejanas de su hogar y la adopción.

 

-¿Cómo ha sido la investigación en torno a las mujeres encarceladas en Predicadores en la horquilla temporal entre 1939-1955? ¿Te ha sido fácil conseguir documentación en torno a la cárcel, listados y demás?

-La investigación ha sido intensa y larga, piensa que mi primer trabajo sobre Predicadores se remonta a 2008, cuando empecé el doctorado y salvo pequeños descansos no he dejado de investigar. La documentación, a pesar de estar muy controlada por el personal del archivo y estos facilitarme el trabajo, es mucha y en algunas ocasiones mal conservada. Piensa que la mayor parte de ella está escrita a mano y con plumilla lo que dificulta bastante su interpretación. Además, son varios libros en los que se superpone la documentación, en otras ocasiones te falta un año o meses, y después están los expedientes a los cuales no puedes acceder si están todavía en la cárcel de Zuera. Hasta la fecha creo que la digitalización sólo llega hasta la D. De todas formas, podemos estar contentos pues ya empezamos a encontrar documentación digitalizada, aunque sea poca, eso facilita el trabajo ya que puedes trabajar desde casa. Yo creo que es una investigación que nunca estará cerrada. Siempre salen nuevos datos y nueva información.

 

-¿Pudiste tirar para este trabajo de testimonios más o menos directos, aunque ya tuviesen tiempo las conversaciones, entrevistas directas o indirectas… esto debe ser, a la par, enriquecedor, pero muy, muy triste porque te topas con lo peor…

-Pues esto ha sido lo más difícil, contactar con la gente. He tenido la suerte de tener a mi alrededor personas que si bien no estuvieron en Predicadores sus historias me sirvieron para completar otros temas como es el de los niños. Mientras estuve redactando la tesis no pude hablar con nadie, las personas con las que contacte eran muy mayores y sus hijos no quisieron. Pero he tenido la suerte de que tras publicar el primer libro y varios artículos ha sido la gente la que se ha acercado a mí. No puedes imaginar lo bien que te sientes cuando alguien te llama o te escribe para decirte que es tal o cual, que es hijo o hija de fulanita, que gracias a mi trabajo ha encontrado a su familia. Te sientes verdaderamente feliz de corregir tus datos y de ver que tu trabajo sirve para algo. Ahora me tengo que poner en contacto con una señora que dice ser hija de la comadrona de Predicadores, seguro que es muy interesante lo que me cuenta.

 

-¿Cómo fue la metodología de trabajo, amiga Rosa María, utilizada para este trabajo?

-Lo más importante al ser un lugar en concreto han sido los archivos: Histórico Provincial y Municipal de Zaragoza, el Archivo de Llançà, el General de la Administración, de La Memoria Histórica etc. Después los testimonios personales y por último, y de gran importancia la bibliografía. Ésta es de gran importancia, hay datos que tú no puedes encontrar y en ellas encuentras la solución. Además, hay libros como el de Tomasa Cuevas que es un testimonio imprescindible de muchísimas mujeres que estuvieron en la cárcel y algunas de ellas pasaron por Predicadores.

 

- ¿Cómo ha sido trabajar con Comuniter?

-Fantástico, me han tratado con mucho cariño y me han ayudado en todo. Quiero desde aquí volver a darles las gracias a Juan Soro y Herminio Lafoz por el trabajo que han hecho.

 

-Amiga, ¿nos puedes dar alguna pista de aquello en que estés trabajando ahora?

-Ahora me estoy tomando un pequeño descanso, pero llevo ya un año dándole vueltas a un proyecto, de echo quería haberlo empezado el verano pasado, pero me encargaron varios artículos y lo dejé de momento. Me gustaría hacer algo sobre los niños que la República llevó al extranjero y la actuación del Servicio Exterior de Falange encargado por Franco de devolverlos a España bien fuera por propia voluntad o llegando al secuestro si era preciso. Pero me lo tomaré con tranquilidad porque es mucho trabajo y no en Zaragoza precisamente.

 

 

_____________________________________________________________________

Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

http://www.cazarabet.com

info@cazarabet.com