Cazarabet conversa con... Eduardo Trigo, autor de
“Muerte en la colmena” (Posidonia)
Una excelente novela, con grandes dosis de cinismo
hasta diría satírico del escritor Eduardo Trigo desde la Editorial Posidonia
del Grupo Sargantana.
La entrega sublime del autor es audaz, valiente,
atrevida….
La novela, esta narrativa bien puede tenerse como
un acercamiento, desde otra perspectiva a la novela negra.
La sinopsis del libro:
Un viejo profesor idea un meticuloso plan para
salvar su vida de una grave enfermedad. Para ello, implica a sus variopintos
vecinos en un edificio antiguo del centro de Madrid. Todos ellos están unidos
por un oscuro misterio del pasado. Una fiscal alternativa, un ilustre abogado y
dos agentes de homicidios unirán esfuerzos para desentrañar una sucesión de
muertes imposibles. La psicología de cada personaje encierra un sinfín de
veladuras tan secretas como las que esconde el inmueble donde habitan. Una cadena
de tramas sumerge al lector en mundos poco conocidos: la falsificación de
cuadros, la trata de mujeres y las redes de comercio ilegal de órganos humanos.
Muerte en la Colmena es una novela que fascina de principio a fin. Sin duda, la
mejor historia de Eduardo Trigo, donde su conocimiento e ingenio elevan el
listón del género negro. Con su inimitable estilo, atrapa al lector en una
partida de ajedrez que este jugará contra sí mismo. La obra no concede un
instante de respiro, con un ritmo endiablado y continuados giros en los que no
faltan destellos de crítica social y fino humor.
El autor, Eduardo Trigo:
Eduardo Trigo nació en Madrid en 1.960, en un
ambiente bohemio y literario.
Hijo de un conocido escritor y naturalista, creció entre las tertulias
familiares con novelistas de la talla de Cunqueiro, Foxá
o Gerald Durrell.
El destino le llevó a ser un prestigioso jurista, primero actuando de Juez y
después como socio de una gran firma internacional de abogados.
Ha intervenido en procesos judiciales relevantes y es autor de numerosas
publicaciones jurídicas.
Tras larga espera, ha incursionado con fuerza en la novela negra. Su fina pluma
y talento para la intriga dan un aire nuevo a esa narrativa, seduciendo a la
inteligencia con personajes inéditos y cautivadoras tramas.
Cazarabet conversa con Eduardo Trigo:
-Eduardo,
lo primero que me vino a la mente cuando tuve el libro en mis manos fue que
Muerte en la colmena me recordaría, quizás, un tanto a Historias de la escalera
de Miguel Miura, La colmena de Camilo José Cela y al film La Comunidad de Álex
de la Iglesia… no sé qué pensarás… -Bueno la verdad es que las comunidades de
vecinos dan mucho de qué pensar, hablar y escribir… ¿De dónde sacas la idea, de
dónde viene el germen para esta novela?; me da que de varias situaciones…
-Para bien o para mal, he estado toda la vida en
uno de esos sitios desconocidos por la gente, desde dónde se sabe que
va a suceder a ras del suelo. Previamente también fui juez. Desde ese
observatorio, he visto el mundo a 200 metros de altura junto con los cerebros
más ágiles de la sociedad.
Vuelvo a la novela: en un bloque de pisos, en una
colmena se concentran todo tipo de personalidades, causas y causalidades,
¿verdad? -¿Siendo abogado no
te habrá sido muy difícil documentarte…para elaborar desde el plan de
falsificación de un cuadro, una falsificación y la venta para…salvar una vida?
-Viví en aquel vetusto edificio; conocí a sus
peculiares habitantes; me tocó investigar muchos crímenes y redes de tráfico. Y
a la fiscal del Supremo la tengo muy cerca. Casi todos los escritores españoles
de intriga (por no decir todos), tocan de oído o documentándose. Yo juego con
las cartas marcadas. En una novela anterior (Martina), cuento cosas de las
alturas que hoy ves en la tele. Yo las sabía hace mucho. Y otras más que
saldrán en novelas posteriores que están preparadas.
-Amigo
Eduardo, ¿a ti qué te ha llevado al mundo de la escritura y, en concreto, a
este tipo de escritura, novela negra?
-Un día decidí dejarlo todo para escribir de
cosas que había visto, debidamente noveladas. Después de 40 años en
asuntos muy complejos, el ajedrez literario me resultaba cómodo y me retiré a
una montaña en San Lorenzo del Escorial, rodeado de jabalís, corzos y venados.
-¿Te
refugias en la escritura para “denunciar” ciertas tramas, aquí y ahora, bien
presentes?
-Soy lo que llaman un escritor brújula. No empleo
guion o idea previa. Lo hago del tirón y según la imaginación me lleva. Poseo
una biblioteca antigua de 6.000 volúmenes y alguno he leído en esta vida.
Cuanto escribo lo he vivido directa o indirectamente. Por ello, no me documento
ni me inspiro en otras obras.
-En la novela negra que planteas tratas el mundo
de las tratas: órganos, personas…muy, muy fuerte la “puntita del iceberg” que
se deja ver, ¿qué nos puedes decir porque nos puedes decir, estoy segura,
mucho?
-Solo apunto cosas, porque no puedo contar lo
vivido por razones obvias. Ni de terrorismo, servicios secretos, redes
criminales o corrupción de los que mandan en todo lo alto. He andado en muchos
sitios y países lejanos. Es mejor que la gente crea que todo es ficción y
duerma por las noches.
-¿Cómo
un abogado con su lenguaje, como propio de la profesión, hace para escribir un
libro tan ameno de novela el trecho es un salto muy grande…? Hay cierto sentido
del humor, ¿no?;creo que es necesario en una novela así, ¿verdad?
-Aprovecho para hacer crítica social y que
alguien la entienda, aunque dado el nivel cultural presente, no albergo grandes
esperanzas. Procuro esparcir alguna chispa de humor, pues soy muy fan de Oscar
Wilde y va con mi carácter.
He renunciado a lo que todo el mundo ansía por
vocación literaria. En España, hoy se escribe más que se lee y casi todo es
manido y malo. Tengo un público selecto y me encanta que se entretenga. Sin
salir en la tele no es fácil el camino, pero no me gusta ser mono de feria ni
que compren mis libros en los super mercados. Saco una novela al año, y las
escribo rápido y a ratos.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)