Cazarabet conversa con... José
Miguel Navarro López, autor de “Luz sagrada” (Prames)
Un libro que indaga e investiga,
desde la colección Temas de Prames, sobre cómo “se utiliza” la luz en las
edificaciones destinadas al culto religioso y como es …
El libro desde la investigación de
José Miguel Navarro López se alzó el pasado año con el premio Félix de Azuara.
Lo que nos cuenta el libro, lo que
encontraremos:
La luz como metáfora vital e hilo
conductor, permite al autor del proyecto LUX SACRA recorrer diferentes
enclaves, tanto naturales como patrimoniales, en los que este elemento juega un
papel fundamental para entender, en su verdadera dimensión, diferentes espacios
sacralizados desde la prehistoria en el norte de Aragón.
Fruto de un trabajo que aúna disciplinas como la arquitectura, la astronomía,
la simbología, la hagiografía, la historia o la topografía, se han localizado
numerosos lugares, la mayoría de ellos inéditos desde este punto de vista, en
los que, la luz en algún momento del año, adquiere un protagonismo fundamental
conformando asoleos de extraordinaria belleza y elaborado simbolismo.
Este libro los documenta
fotográficamente, trata de hacer una lectura de estos fenómenos lumínicos y
detalla tanto los días como las horas más propicias para su contemplación,
añadiendo información de otros muchos lugares que refuerzan la teoría de que, lejos
de ser una anécdota o un elemento meramente funcional, la luz ha resultado
fundamental desde un punto de vista metafísico a la hora de diseñar los
espacios sacralizados de numerosas culturas de todo el globo.
Para un mayor disfrute, un código QR
da acceso al documental Lux sacra, la mirada del sol (Donde van las
nubes e Inlandis films), con el que el lector podrá
recrearse en esta dimensión sagrada de la luz.
Cazarabet conversa con José Miguel
Navarro López:
-José Miguel, por favor lo primero de todo, ¿ por qué le
dedicas un libro a cómo la luz es “utilizada “como luz sagrada?, porque en el
fondo desde la prehistoria con sus deidades, la historia antigua y las
construcciones de Ermitorios, Iglesias y demás siempre se ha querido
utilizar la luz, aunque fuese simbólicamente para que esta iluminase al altar
del patrón, sagrario…otra vuelta de tuerca es la que tú aquí tocas cuando es la
propia construcción la que busca y calcula que un halo de luz al salir la luz del
sol le dé de lleno al altar mayor o a una capilla que rindiendo culto a algún
santo se quiera resaltar por lo que sea…
-Sobre
todo porque era un tema que, sorprendentemente, no estaba estudiado. Me di
cuenta que, mientras no entendamos la importancia capital que tiene la luz en
los espacios sacralizados (y otros parámetros que tienen que ver con ella como
la orientación cardinal de los edificios o la importancia de diversos eventos
astronómicos a la hora de construirlos o pergeñarlos) no los comprenderemos en
su verdadera dimensión simbólica y metafísica.
-¿Por qué la luz tiene y guarda tanta importancia en el ámbito
religioso?
-Básicamente
porque la luz ha sido considerada siempre y en todas las culturas una
hierofanía, una manifestación de la divinidad. La dicotomía luz
(bien)-oscuridad (mal) está presente en las cosmovisiones de todas las culturas
del mundo.
-¿Por qué se ven en este ensayo de investigación aunadas
tantas disciplinas que van de la arquitectura a la topografía, pasando por la
astronomía, la hagiografía, la historia, la historia del arte…?
-Para
entender estos espacios en su verdadera dimensión, hay que abordarlos desde una
perspectiva holística. En el caso de los templos, de la mayoría, ya hay
suficientes estudios sobre su arquitectura u otros aspectos formales, pero la
parte intangible, lo que de verdad les dio sentido en su día, estaba (y está en
algunos aspectos) todavía sin estudiar.
-Te he mencionado que desde la
prehistoria, la historia antigua porque la luz siempre ha sido utilizada como
una especie de simbolismo a la hora de querer señalar, de manera sacra, algo,
¿no?, pero siempre la luz es percibida como algo positivo, ¿verdad?…
-Correcto,
lo hemos mencionado más arriba. La Luz, con mayúsculas, se considera que emana
de la divinidad desde la prehistoria. Es su hierofanía más incontestable y más
explícita. La dualidad luz-oscuridad, bien-mal, día-noche u orden-caos es
inherente al ser humano desde que se tiene constancia y la luz es su elemento
aglutinador, el que explicita tanto una cosa como su contraria.
-¿Hay un interés creciente por el uso de la luz, por los
asoleos?-¿Cómo debemos iniciarnos en la observación de un asoleo?
-Lo cierto
es que hasta que no se aborda este estudio (y se van dando a conocer algunos
descubrimientos mediante publicaciones y redes sociales) muy poca gente sabía
de ellos. Incluso hubo que coger “prestada” la palabra del lenguaje
arquitectónico para definir “eso” que se estaba produciendo ante nuestros ojos
y que tenía una intencionalidad y una lectura simbólica evidente. Ahora, el
término ha hecho fortuna y se ha divulgado suficiente como para que la gente ya
sepa de qué estamos hablando.
Respecto a
cómo debemos iniciarnos en la observación de estos fenómenos, no hay una sola
respuesta. Nos debe llamar la atención orientaciones axiales muy concretas que
se repiten constantemente, la presencia de vanos a diferentes alturas,
asimétricos o en posiciones no funcionales… aunque básicamente es intuición y
horas de observación y estudio.
-¿Cuáles son los principales asoleos de Aragón y por qué
características resaltan más o qué características diferenciales tiene respecto
a otros asoleos?
-Es muy
difícil decidirse por uno. Todos son fruto de una observación, un cálculo y del
tiempo en el que fueron pensados, pero si me he de quedar con uno, lo haría con
el que se produce en fechas solsticiales de invierno en la cabecera del río
Vero, en Huesca. Se trata de un lugar único y singular que conjuga pinturas
rupestres, cuevas, ermitas y asoleos en dos de esos elementos en la fecha más
relevante del ciclo astral. Se trata de un espacio –un santuario solar- que no
tiene parangón a nivel mundial.
-¿Hay diferencias entre los asoleos de diferentes enclaves
geográficos?
-El punto
común es el uso de la luz para señalar un elemento significativo del espacio
sacralizado (que puede ser desde una estalagmita a una talla o un capitel),
hacerlo en fechas relevantes del ciclo astral o litúrgico y que esta
conjunción, de lugar a la existencia de una lectura simbólica que podemos
interpretar, en función de los conocimientos que tengamos, o no. A partir de allí, cada uno es diferente y
fruto del autor o autores y del tiempo en el que fueron pensados.
-De simbolismo pagano, como podrían
ser la orientación de los dólmenes, a rendir pleitesía a deidades por las
religiones…
-Se podría
decir que algunos de ellos son como “efectos especiales” para hacer más
efectista y más creíble el rito. Otros, los más antiguos, fueron sin duda
tenidos como una manifestación de las deidades.
-¿Cada asoleo merece de una observación particular y
diferente?
-Sin duda.
Cada uno es diferente. Y, aunque hay patrones que se repiten, (la iluminación
de representaciones de la anunciación en fechas equinocciales, por ejemplo)
cada uno se adapta a su espacio concreto y todos son diferentes.
-Este libro tiene un trabajo de
campo imprescindible sumado al de investigación, documentación…pero el trabajo
de campo, además se ve resaltado por las fotos, gráficos y demás…Coméntanos.
-Estos
fenómenos son eminentemente visuales, y algunos de ellos dinámicos ya que
aprovechan la propia dinámica solar para contar una historia. Desde el
principio, tuve claro que la cuestión gráfica debía cuidarse. El problema es
que las condiciones en las que hay que documentarlos, no son las mejores.
Muchos claroscuros o luces muy duras obligan a tener un conocimiento de la
fotografía y del video del que yo carecía, así que me puse en contacto con un
documentalista (Eduardo de la Cruz) y un fotógrafo (Iván Antolín) que han
realizado un extraordinario trabajo que engrandece notablemente el trabajo.
-Sin ese trabajo el libro, en sí, no
se entendería, ¿verdad?
-Sin duda.
Aparte de la cuestión puramente literaria y de ser capaz de explicar el porqué
de esos fenómenos, con las fotografías y el documental que le acompaña, en este
trabajo se hace buena la expresión “vale más una imagen que mil palabras”
-Los asoleos fueron más frecuentes en el románico…es que en
el gótico la utilización de la luz digamos que es más generalizada, además
entran en juego las vidrieras paulatinamente, mientras que en el románico había
que mirar más dónde y cómo debía entrar cada halo de luz o esa es la impresión
que tengo.
-El cambio
de mentalidad que hubo entre el románico y el gótico se sustancia tanto en la
estructura de los edificios como en su simbolismo. La luz deja de ser una
teofanía señalizadora y reveladora y se convierte en Dios mismo, presente en
cada rincón del templo.
Son dos
formas diferentes de entender la manifestación divina. Por eso, en el gótico,
no hay asoleos como los que hemos estudiado y éstos vuelven a parecer con toda
su fuerza y precisión en el barroco.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)