Cazarabet conversa con...
Jesús
Montoya Juárez y Natalia Moraes Mena, coeditores de “Literatura y antropoceno.
Imaginarios ecosociales en España y América Latina en el siglo XXI” (Comares)
Jesús Montoya
Juárez y Natalia Moraes Mena editan y cuidan la edición de este libro que edita
Comares en la colección Comares Literatura.
La sinopsis del
libro:
¿De qué forma la
literatura en español está participando en el debate que tiene lugar en las
humanidades y las ciencias sociales a propósito de la crisis del
antropoceno/capitaloceno en nuestro tiempo? ¿Cuáles son los imaginarios, tropos
o figuras más relevantes que proyectan sus consecuencias? ¿Cómo se articulan en
los textos literarios esperanza y distopía? ¿Puede ser la literatura un medio
útil para contestar determinados discursos y políticas que el neoliberalismo
plantea como horizonte de sentido? ¿Cuáles son los principales géneros, voces y
obras que en esta última década han buscado leer estos tiempos de cambio
climático y guerras de la escasez? Literatura y Antropoceno: imaginarios
ecosociales en España y América Latina en el siglo XXI pretende contribuir a la
cartografía necesariamente parcial de la intervención de la literatura en
discusiones clave para pensar el presente, y ayudar así a describir los
imaginarios críticos que las poéticas contemporáneas ofrecen frente a discursos
negacionistas, celebratorios, neocoloniales o desmovilizadores. Ante la crisis
ecosocial global, como muestran los estudios de este volumen, la literatura
imagina nuevos horizontes territorializados, posthumanos, postantropocéntricos
o ecocéntricos valiosos para leer de otro modo nuestro presente y soñar, en el
mismo movimiento, otros futuros.
Los encargados de
la edición:
Jesús Montoya
Juárez:
Es Profesor
Titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Murcia. Doctor por
la Universidad de Granada, ha sido investigador visitante en La Sorbona, Duke y
Buenos Aires, entre otras universidades. Ha publicado los ensayos Narrativas
del simulacro (EDITUM, 2013) y Mario Levrero para armar (Trilce, 2013), y
editado los volúmenes de ensayo Entre lo local y lo global: la narrativa
latinoamericana en el cambio de siglo (Iberoamericana, 2008), Literatura más
allá de la nación (Iberoamericana, 2011) o Territorios del presente (Peter
Lang, 2017), entre otros. Es autor, asimismo, de más de cincuenta artículos y
capítulos de libro sobre literatura española e hispanoamericana. Actualmente,
coordina el Proyecto "Antropolit: Literatura y antropoceno. Imaginarios
ecosociales y conciencia ambiental en la literatura hispánica del siglo XXI”
(MICIU, 2024-2027), y desde 2020 dirige la revista Monteagudo, en la
Universidad de Murcia.
Natalia Moraes
Mena:
Es Profesora
Titular de Sociología de la Universidad de Murcia. Realizó sus estudios de
sociología en la Universidad de la República (Uruguay). La Maestría y el
Doctorado en el Departamento de Antropología Social de la Universidad de
Granada (España). Es miembro del grupo de investigación Reestructuración
territorial y desigualdad social de la Universidad de Murcia. Especializada en
Estudios Migratorios, ha investigado también en el ámbito de la sociología de
la educación, la sociología del territorio, la sociología de la literatura y
las narrativas de frontera. Ha publicado sus investigaciones en revistas y
editoriales de prestigio nacionales e internacionales. Entre ellas se puede
mencionar la edición de las publicaciones Asilo y refugio en tiempos de guerra
contra la inmigración. Libros de la Catarata (2019) y Territorios del presente.
Peter Lang (2017). Ha formado parte de proyectos de investigación de
convocatorias nacionales y europeas. Actualmente coordina junto con Jesús
Montoya el Proyecto Erasmus+ KA220 Lit-Future
(2024-2027).
Cazarabet conversa con Jesús Montoya Juárez
y Natalia Moraes Mena:
-Amigos en “la era del antropoceno”—si
convenimos que estamos “presas de él” ---¿qué lugar ocupa y cuál creéis que
debería ocupar la literatura?
-¡Hola! Muchas
gracias por tus preguntas. En primer lugar, aunque vivimos en un mundo
gobernado por algoritmos, la literatura hoy sigue teniendo un papel clave en la
esfera cultural. Por un lado, la lectura apela a un tiempo lento e
improductivo, y nos permite romper con la aceleración alienante de nuestro día
a día. La buena literatura permite además hacerse preguntas imprevistas y
articular, de su mano, imágenes duraderas y significativas en los lectores. Por
otro lado, la literatura sigue acumulando un capital simbólico codiciado por
los actores políticos y económicos. En nuestra opinión, la literatura es una
excelente brújula para orientarnos, leer de otro modo nuestra realidad e
imaginar otras formas de relacionarnos con ella. El libro que hemos publicado
se enmarca en dos proyectos de investigación que estamos desarrollando
dedicados justamente a analizar ese papel. Uno, titulado “Antropolit:
Literatura y Antropoceno, imaginarios ecosociales y conciencia ambiental en la
literatura hispánica del siglo XXI” (MICIU/AEI/ 2023-2027), centrado en cómo la
literatura del siglo XXI propone nuevos géneros, formatos, modos narrativos y
poéticos, para transcribir el giro cultural que resume la noción de
Antropoceno. El otro, titulado LIT-FUTURE: (Literature
to change de future: promoting narratives and spaces for ecosocial change from
universities [Erasmus + Ka220, SEPIE, UE]), pretende promover, a través del
estudio de la literatura, espacios de reflexión y conciencia crítica sobre
temas vinculados con el medio ambiente en nuestras Universidades. La pregunta
que nos haces se la estamos haciendo últimamente a muchos escritores/as y
artistas, que estamos entrevistando. Una de ellas nos recordaba la cita
atribuida a Faulkner: “Lo que hace la literatura es lo mismo que una cerilla en
medio de un campo en mitad de la noche. Una cerilla no ilumina apenas nada,
pero nos permite ver cuánta oscuridad hay a su alrededor”. El libro que
editamos – podríamos decir – analiza las estrategias discursivas que la
literatura contemporánea emplea para contar de nueva cuenta la oscuridad de
nuestro tiempo, marcado por una crisis ecosocial sistémica a nivel global.
-¿Es
diferente y diferencial la literatura en la “era del antropoceno” en
Iberoamérica? ¿Por qué?
-El de
antropoceno, y su ramillete de conceptos hermanos, como capitaloceno,
tecnoceno, basuroceno, etc., designa un debate cultural que traspasa los campos
de la geología y la química, en que surgió, y afecta a las humanidades y las
ciencias sociales, y también, claro, a la literatura. Si examinamos la
literatura del siglo XXI, podemos reconocer un corpus cada vez más nutrido de
textos narrativos, poéticos y teatrales que dialogan o participan en ese
debate. Respondiendo con más precisión a tu pregunta, en América Latina
contamos con una tradición literaria muy extensa que ha hecho de la naturaleza,
de su explotación y de la relación que el ser humano y la nación moderna
establecen con ella, los elementos ideológicos centrales. Así, por ejemplo,
podemos pensar en la literatura regionalista de comienzos del siglo XX, en las
llamadas novelas de la selva, narrativas mineras, en el criollismo, el
indigenismo y el neoindigenismo que han marcado la historia de la literatura de
los países latinoamericanos. Si tuviéramos que resumir cuál es el elemento
diferencial de la literatura latinoamericana respecto de la española, por
ejemplo, podríamos decir que en América Latina la literatura del antropoceno
dialoga intensamente con toda esa tradición moderna, reescribe sus mitos desde
una nueva óptica ecocrítica, digamos. Por otro lado, en los últimos años se ha
promovido la recuperación del pensamiento amerindio y de las literaturas
indígenas americanas, que proponen una relación otra con la naturaleza y tienen
mucho que aportar al debate en curso a propósito del antropoceno/capitaloceno.
-Por
cierto, quizá solamente sea “tema de términos”, pero ¿no sería mejor hablar,
mirar, sentir a Centro y Sudamérica en lugar que a Iberoamérica?
-América Latina
es un continente vastísimo y muy diverso, en efecto. Cono Sur, América Andina,
Centroamérica, Caribe… Poco tienen que ver las tradiciones nicaragüense,
boliviana o argentina, por ejemplo. Y, a la vez, México, Perú o Brasil son
universos en sí mismos. Nosotros en el libro empleamos los términos América
Latina y España, términos tramposos, porque seguramente invisibilizan
realidades al ser propuestos, pero que son los de mayor uso. Por ejemplo, el
libro se dedica a la literatura producida en los países de habla hispana. No
empleamos el término Iberoamérica, salvo en algún caso esporádico, para referir
la realidad americana en la que se hablan las lenguas portuguesa y
española.
-¿La literatura que se consagra y se
promulga desde Iberoamérica conjuga bien con el palpitar de la humanidad y el
paso, quizás demasiado acelerado, del hombre con todos sus ecos?
-La literatura de
la segunda década del siglo XXI, particularmente, muestra una serie de
constantes que son cada vez más comunes: una nueva atención a los territorios
locales, a los espacios rurales afectados por los diseños globales y las
lógicas extractivas; un interés por descentrar la subjetividad humana para
plantear identidades posthumanas o más que humanas, donde el protagonismo se
distribuya entre humanos, animales y plantas; una lectura posnatural del mundo,
donde la naturaleza no es un escenario bucólico ni un depósito de tropos o
motivos literarios, sino un espacio no ajeno a la cultura en que se manifiestan
las consecuencias de la crisis ecosocial; un tratamiento retórico de los
tiempos profundos asociados al clima o a la geología; la solastalgia o la
ecoansiedad como temas literarios o tonos líricos; una nueva atención a la
materialidad y a la basura; el despliegue de nuevas estéticas climaficcionales,
etc. Como muestran los ensayos que incluimos en el libro, podríamos decir que
una parte relevante de la literatura más reciente participa de un giro ético y
ecoterritorial, presentando una mirada arqueológica que trata de recuperar el
paisaje de residuos que quedó sepultado por la globalización de comienzos de
siglo y el simulacro tecnológico del capitalismo digital.
-¿Y
qué lugar ocupa aquí la imaginación que le debemos poner a cada acontecimiento
y demás…?
-La literatura
nos ofrece imaginarios críticos de denuncia y también oportunidades para
imaginar o intuir otros escenarios, otras subjetividades, otros horizontes de
sentido más conciliables con un futuro en común. En ese sentido, nuestro libro
investiga cómo la literatura de ficción del siglo XXI ofrece propuestas
imaginativas para pensar la crisis ecosocial. Destacaríamos dos géneros, cada
vez más relevantes: por un lado, la ciencia ficción ambiental, cada vez más
importante y cultivada en España y en América Latina, no solo por escritores/as
“de género”, digamos, sino por autores/as que cabe calificar como “mainstream”.
Una parte de los ensayos del libro versan sobre este género. Por otro lado, el
fantástico y sus derivadas, el ecogótico o el weird, común entre los
escritores/as más jóvenes.
-El
Viejo Continente sobre todo aquel que puso sus pies firmes en América siempre
la ha mirado a ésta por encima del hombro y desde todas las vertientes, pero
tiene mucho que aprender, ¿verdad? ¿en qué campos?
-El Viejo
Continente tiene mucho que aprender, en general, no solo de Latinoamérica, sino
de muchos otros lugares y territorios. Y lo va a hacer, lo quiera o no, más o
menos abruptamente. No hay más que mirar a Ucrania y a los actores que
intervienen en el conflicto para darnos cuenta de la pérdida de hegemonía de
Europa en la geopolítica global. Pero en lo que atañe a la literatura
latinoamericana, por suerte, hace mucho tiempo ya que España en particular ha
venido reconociendo su valía, de la mano de los grandes sellos editoriales,
pero también de otros medianos y pequeños que han realizado una labor
encomiable apostando por la edición de autores menos consagrados en sus países
de origen (Candaya, Páginas de Espuma, Salto de Página, Lengua de Trapo en su
momento, también latinoamericanas, como Eterna Cadencia o Almadía, que
distribuyen en España). Hoy no hay en absoluto una conciencia de superioridad
entre los autores españoles con respecto a sus homólogos latinoamericanos.
Tampoco entre los críticos, en términos generales. Pensemos en el último
ganador del Premio Nacional de la Crítica de este 2025, el guatemalteco Eduardo
Halfon, o en cómo recurrentemente premios como el Alfaguara o el Ribera del
Duero recaen en narradoras/es o cuentistas latinoamericanas/os. El factor
tecnología también ayuda a desdibujar las fronteras culturales, aunque no las
elimine, claro. En algunos trabajos anteriores (como el libro Territorios del presente: tecnología,
globalización y mímesis en la narrativa en español del siglo XXI, Peter
Lang, 2017), precisamente, nos centrábamos en cómo la literatura en español del
siglo XXI había complejizado sus vínculos con otras literaturas,
particularmente entre quienes escriben a ambos lados del Atlántico, contaminado
sus tradiciones, multiplicado sus territorios y sus espacios como nunca antes.
-La literatura será –es y fue--un
instrumento del que dar o estirar muchos hilos, ¿no?
-Por supuesto, como
creo que ya te dijimos antes. Nuestra aproximación al hecho literario bebe
tanto de la crítica literaria como de la sociología de la literatura: la
literatura es un laboratorio para pensar de formas nuevas siempre la realidad y
su funcionamiento, también un discurso social que nos habla de las condiciones
materiales de su producción y, por ende, de la vida.
-Y,
englobando un poco con la pregunta anterior, esto debe de ser a un lado y otro
del charco ¿no?, ¿qué nos podéis decir?
-La lógica a
partir de la cual se configuran los departamentos de literatura en la mayor
parte de países de habla hispana sirve a la reproducción de campos de
literaturas nacionales que muchas veces no se leen entre sí. Los hispanistas y
los latinoamericanistas muchas veces circulan por circuitos paralelos sin
leerse unos a otros. Afortunadamente, esto es algo que está cambiando en la
Academia española. Los profesores e investigadores jóvenes abordan la
literatura contemporánea cada vez más desde un punto de vista transatlántico e
interdisciplinar. Nuestro proyecto, de hecho, del que este libro es un primer
avance, combina la perspectiva literaria con la sociológica, y trata de ofrecer
un panorama abarcador con un enfoque transnacional. Para estudiar la literatura
del siglo XXI esas alianzas son necesarias más que nunca.
-Estamos
ante un libro que analiza esas conexiones e interconexiones entre el latido de
la humanidad con la intervención eco social y del factor humano, ¿es así?
-Estamos muy
contentos por el elenco de colaboradores/as que participan en el libro.
Contamos con firmas de algunas de las académicas más prestigiosas de nuestro
país, especialistas en la literatura del siglo XXI de España y América Latina,
y de otros colegas de universidades de Europa y América Latina con una
trayectoria muy reconocida: Teresa Gómez Trueba, Carmen Morán, Francisca
Noguerol, Juan Carlos Cruz, Giuseppe Gatti, Andrés Pedreño, Allison Mackey,
Manuel Santana, Sergio Rosas o Jorge Carrión, entre varios otros. Los temas del
libro abarcan muchas de las constantes a las que nos referíamos anteriormente,
abriéndose al análisis de las estéticas geológicas en las literaturas actuales,
las perspectivas planetarias, el tratamiento de la naturaleza en la poesía
indígena americana, la articulación de identidades posthumanas en las
literaturas recientes, la crítica del extractivismo, las poéticas de la
toxicidad, el análisis de la noción de materialidad y residuo en la ficción, la
hidroficción y la climaficción como modos narrativos del antropoceno, la
irrupción de voces no humanas en la literatura del siglo XXI, etc. Estamos, en
ese sentido, muy satisfechos del resultado y creemos que el libro puede ser una
puerta de acceso a las estéticas del giro antropocénico que estamos explorando.
-Jesús,
por cierto, la revista que diriges desde el 2020 Monteagudo –Universidad de
Murcia, ¿se acerca a estos temas en los que la influencia y la acción del
antrophos se encarniza en “lo humano”?
-Tengo la suerte
de dirigir la revista Monteagudo, publicación
decana de la Universidad de Murcia, fundada en los años 40 por Mariano Baquero
Goyanes y apoyada por el Departamento de Literatura Española y Teoría de la
Literatura de mi Universidad. Monteagudo es
una revista académica con más 70 años de historia, que ha reunido en sus
páginas trabajos y ensayos de grandes académicos y autores como Mario Vargas
Llosa, Mario Benedetti, Enrique Tierno Galván, Jean Canavaggio o Jorge Guillén,
entre otros. Actualmente, la revista es completamente digital, y está indexada
en los principales rankings internacionales que miden la calidad científica de
las publicaciones académicas. En cada número, la revista incluye una sección
monográfica dedicada a temas de relevancia en el campo de la crítica
literaria. El próximo número, que
aparecerá a comienzos de 2026, incluirá un monográfico sobre “Alianzas
humanimales en la era del antropoceno”, una de las publicaciones previstas en
el marco del proyecto que coordino y, por tanto, relacionada con las temáticas
del libro. Aprovecho para informar de que el llamamiento está abierto para la
recepción de contribuciones hasta el 1 de octubre de 2025.
-Y
esta última es para Natalia ¿dentro del Proyecto Erasmus+ KA220 Lit-Future
(2024-2027) se producen, veis y podéis constatar confrontaciones entre el
antrophos, lo ecosocial y la humanidad?
-El Proyecto
Erasmus+ KA220 Lit-Future que coordinamos plantea dinamizar el diálogo
ecosocial en el ámbito educativo, proyectándolo a su vez a la sociedad en que
desarrollamos nuestro trabajo. En el proyecto cooperamos las universidades de
Lovaina, Estocolmo, Salerno, Bonn y el IES Juan de la Cierva de Totana, en
Murcia, además de nuestra Universidad como institución coordinadora. Estaremos
desarrollando en los próximos años actividades de divulgación, informes
científicos, actividades de transferencia del conocimiento a la sociedad y
actividades formativas (Webinars, seminarios, concursos literarios,
participaciones en ferias, clubes de lectura, entrevistas a autores y
académicos, repositorio web de recursos sobre Humanidades ambientales, MOOC,
elaboración de publicaciones científicas, participación en congresos, etc.).
Esperamos contribuir de esa manera y desde nuestro lugar a la sensibilización
sobre estas temáticas y a generar un debate de fondo, más allá de las urgencias
políticas, al que la literatura tiene mucho que aportar. Agradecemos al equipo
de Cazarabet el interés y la labor de difusión que estáis haciendo.
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Cazarabet
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