Cazarabet conversa con...   Margarita M. Asencio López, coautora de “Los asesinos inocentes. Los hermanos Carbonell Cuevas y el asesinato del capitán Martínez” y “Los Hijos de María”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A vueltas con la investigadora puertorriqueña Margarita M. Asencio.

Margarita M Asencio nos ha vuelto a enviar dos estudios e investigaciones suyas. Otra que sigue la estela de los hijos de María Civico --abajo les incorporamos un enlace sobre un libro anterior de ella sobre esta activista puertorriqueña--y el otro que también sigue otra estela, la de la investigación de investigaciones de Margarita, la que ha llevado a cabo sobre los hermanos Carbonell Casas que vinieron a luchar por la libertad y los valores de la II República aquí en España… Los asesinos inocentes. Los hermanos Carbonell Casas y el asesinato del capitán Martínez.

Después está, Los hijos de María que Margarita, con rigor, escribe con el Dr. Luis A Ramírez Padilla avalado por el Comité Pro Edificio María Civico Cabo Rojo de Puerto Rico...

https://www.cazarabet.com/convers.../fichas2/mariacivico.htm

https://www.cazarabet.com/conv.../fichas/fichas1/asencio.htm

 

Margarita M. Asencio nos ha pedido que incluyamos una referencia a la escultura que en 1963 costearon los republicanos españoles exiliados, como homenaje a Puerto Rico por su acogida. La escultura forma parte de la colección del Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico y se encuentra en el recinto del campus de Río Piedras (San Juan). Es una obra del turolense Pablo Serrano.

Juan Ramón Jiménez, que fue el autor del verso inscrito en la estela -ubicada detrás de la estatua, a su derecha-, y su esposa Zenobia Camprubí vivieron exiliados en Puerto Rico; así como el poeta Pedro Salinas, la filósofa María Zambrano, el escultor Francisco Vázquez (“Compostela”), el pianista Alfredo Romero y el teatrero Carlos Marichal, entre otros. La directora actual del Museo de la Universidad es Flavia Marichal Lugo, hija de este último.

 

    

 

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Margarita M. Asencio:

 

-Margarita, ¿qué te hace investigar tan detalladamente sobre los hermanos Carbonell?

-Lo interesante (aunque triste) de sus vidas y lo poco que se sabía de ellas. En mi pueblo, los hermanos Carbonell eran una especie de mito, pero del que apenas se hablaba.  Provenían de una familia educada y acomodada:  entre sus antepasados hubo hacendados esclavistas, poderosos y ricos.  Por el contrario, ellos fueron trabajadores y socialistas e independentistas, al igual que algunas de sus hermanas. 

 

-¿Hay un momento que los protagonistas de tus investigaciones se convierten un poco en objeto como de tus obsesiones por dejarlo todo cerrado y bien cerrado?

- Intento que el relato tenga un final cónsono con los datos obtenidos, lo cual no significa que esté “bien cerrado”.  Más adelante suele aparecer otra información que obligue a revisarlo. 

 

-¿Cómo fue que se les inculpase de o se les señalase, aun habiendo ya un culpable que había cumplido prisión—después salió por intercesión judicial, casi piedad por su estado de salud—del asesinato del capitán Martínez…teniendo en cuenta de que, los tres, eran unos niños…?

-Ni los familiares que entrevisté para Los asesinos inocentes saben quién o quiénes iniciaron el bulo ni por qué.  Me costó casi 10 años conseguir información del caso judicial, que aclaró algunos datos del homicidio, pero no de la calumnia.  Cuando se propagó, en los años 40, el homicida y dos de los hermanos habían muerto; y Víctor se había “refugiado” en Nueva York.  No hubo quién los defendiera.

 

-Unos niños que conforme fueron creciendo tuvieron siempre las ideas muy, muy claras, ¿no?;tanto que decidieron venir a defender la democracia y la libertad del fascismo…

- Desde jóvenes, Pablo fue socialista y Jorge, nacionalista, al igual que su hermana Josefina. Aclaro que el Partido Socialista de Puerto Rico no era revolucionario, sino conservador:  lo fundó y dirigió muchos años un presunto anarquista gallego, Santiago Iglesias Pantín, que acabó aliado con los patronos y favoreciendo la anexión del país a los EE.UU.  Pablo fue parte de un grupo disidente del PS y fue expulsado de este, de donde surgió el Partido Comunista puertorriqueño.

El Partido Nacionalista favorecía la independencia desde su fundación (1922), pero se inclinó por la lucha armada en los 30.  Su liderato fue encarcelado a fines de la década, sus miembros eran hostigados por el FBI y otras agencias, y poco a poco fue perdiendo fuerza y presencia.  Hoy apenas le queda el nombre.

 

-Dos de ellos dejaron su vida aquí y tan solo el más joven salió vivo de la Guerra de España, coméntanos brevemente… 

-Los tres estuvieron en Teruel cuando el ejército republicano retomó la ciudad a fines de 1937.  En la ofensiva fascista de enero de 1938, Pablo y Víctor fueron heridos; el primero, mortalmente.  Víctor fue enviado a recuperarse a Benicàssim y luego, a Barcelona.  Allí fue herido otra vez en un bombardeo y fue repatriado en agosto o septiembre de 1938.  Jorge siguió en batalla hasta septiembre de ese año, cuando murió en la Sierra de Cavalls.

Víctor regresó a Puerto Rico vía Nueva York, donde vivía su hermana Josefina y fue homenajeado por nacionalistas puertorriqueños y antifascistas.  Después de poco más de un año en Cabo Rojo, se mudó a Nueva York.  Regresó 35 años después, pero no a Cabo Rojo, sino a Guánica, un pueblo cercano donde todavía vive su hija Dora.

 

-De todas formas, a ti, ¿hasta qué punto conociendo a la sociedad puertorriqueña te llamó la atención que se señalase a estos tres hermanos de la muerte y asesinato del oficial Martínez cuando un tío suyo había sido ya procesado, acusado y sentenciado por esa muerte, ¿no? ;¿por qué crees que se les señala y por qué crees que hasta hace no mucho hubiese gente que todavía pensase que los asesinos fuesen los tres hermanos …tanto es así que cuando salió la primera investigación en torno a estos hermanos te empezaron a llegar mensajes diciendo y señalándoles como los asesinos…pero ¿cómo si eran unos niños?   

- A mí no me llamó la atención el tema hasta que empecé a recibir los mensajes acusatorios contra los Carbonell Cuevas.  No sabía con seguridad si el homicida había sido procesado.  Algunos familiares de la víctima creían que el homicida había muerto antes del juicio; y otros, que murió en la cárcel.  A mi entender, se les “echó el muerto” a los jóvenes Carbonell Cuevas por su militancia política.

 

-Permíteme y sin querer ser frívola ni muchísimo menos no te parece que la trama y todo lo que rodea la muerte del Capitán Martínez parece una trama novelesca de García Márquez…

-Para mí, es tema para un peliculón.

 

-Después continúas la investigación en torno ahora ya no tanto de María Civico sino de sus hijos adoptivos en los que destaca, diría, como denominador común el compromiso…

 

-Compromiso con la familia, la educación y el servicio público.  Todos se caracterizaron por eso y muchos de sus descendientes siguen esa ruta.

 

¿Cómo eran educados; cómo definirías su educación…bajo la mirada de María Civico y su marido…?

- María Civico apenas sabía firmar su nombre; y de su esposo una puede suponer que sabía leer, porque fue líder obrero y estos solían leer bastante.  En cuanto a los hijos, no hay información sobre su educación primaria; eran negros y pobres, de los que hay poca documentación conservada.  Sin embargo, por lo que cuentan los descendientes, María y su esposo se ocuparon de que sus hijos de crianza aprendieran a leer y escribir, las reglas de cuenta (sumar, etc.) y algún oficio:  costura, ebanistería, música…  Su inteligencia y disposición para aprender hizo que cuatro de ellos completaran su educación secundaria, que les bastó para ser maestros.  Dos de ellos pudieron ir más allá:  a los EE.UU., a completar grados en Medicina y Arquitectura.

  

-Pero María Civico en el seno familiar tenía como un “don” a un todo para saber tocar en cada uno sus mejores facultades y hacer que estas sobresaliesen, ¿no?

- Según los descendientes, María imponía disciplina a sus hijos y a las aprendices de su taller de costura; y les daba el ejemplo de su responsabilidad y compromiso con el trabajo.  La educación solía ser muy importante para quienes no eran pudientes o para quienes pretendían mejorar su situación económica.  Recuerdo que mi Madre siempre nos decía que estudiáramos, “porque es lo único que van a heredar”.

 

-Ella, ¿qué huella va dejando, aún sin darse cuenta en todos los que la conocían?

-Aun quienes no la conocieron personalmente, hablan de María como una mujer fuerte, decidida, tenaz.  Uno de sus bisnietos cuenta que cuando alguien no hacía su deber, el regaño de su abuelo o su madre solía ser: “¡Si te viera María Civico…!”

 

-La perseverancia era una de sus características más importantes y que sus hijos e hijas copiaron, ¿no?

-Aparentemente, la perseverancia la caracterizaba y sus hijos la imitaron:  completaron sus estudios, cumplieron sus metas (la mayor de las hijas continuó sus tareas como líder obrera a la vez que criaba tres hijos; y los dos que estudiaron en los EE.UU., superaron las dificultades de una lengua extraña, la mudanza a otro país y el racismo).

 

-Amiga, explícanos, porque sigues investigando… ¿en qué andas metida ahora?

-Estoy completando otro libro de uno de los hijos de María, Norberto Escabí Monsanto, maestro de escuela, periodista y escritor.  El Comité María Civico publicará 102 ensayos y cuentos de su autoría, localizados en revistas y periódicos del país.

Por mi parte, pronto sale de imprenta la biografía de Flavia Acosta Bonilla (1925-1997), nacida en Cabo Rojo, criada en Nueva York, mezzosoprano casi desconocida hasta entre los músicos del país.  Para los 50, trabajó con un grupo vasco en los EE.UU.; y luego trabajó en Puerto Rico, Austria y Alemania.

 

-Sabremos más de los hijos e hijas de María Civico?

-No pierdo las esperanzas de conseguir más información de Paca Escabí Monsanto, la líder sindical.  Fue considerada una “gran escritora obrera”, pero solo hemos encontrado un brevísimo ensayo.

 

-¿Cómo es o sigue siendo tu metodología de trabajo?

- Muy rutinaria:  visitar archivos y bibliotecas para buscar información; entrevistar a protagonistas, testigos y otros conocedores del tema, si están disponibles; organizar los datos; sentarme a escribir; corregir y modificar los textos, hasta que digo “basta” y llevo la versión final a la imprenta…

 

 

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Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

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