Cazarabet conversa con...   Blanca Gago, traductora de “La casa de una escritora en Gales” (Gallo Nero) de Jan Morris

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jan Morris desgrana una narrativa sutil y exquisita que puede leerse en castellano gracias a la editorial Gallo Nero y a la traducción de Blanca Gago.

La escritura narrativa de Morris es elegante y muestra como si se abriese un abanico como es la idiosincrasia de “ser galés” en el mundo

Se trata Jan Morris de una escritora muy habitual en esta editorial que “mima” tanto la edición con “mimo” la “captación” de las plumas que se dan cita en esta pequeña editorial que esconde grandezas literarias…

Nosotros conversamos con Blanca Gago que es la traductora para Gallo Nero de este libro La casa de una escritora en Gales, pero que también ha traducido para esta misma editorial otra de sus numerosas obras, El Imperio veneciano. Un viaje por mar

Gallo Nero le ha editado a Jan Morris: El imperio veneciano, un viaje por mar; La casa de una escritora en Gales; Enigma, Venecia, Triestre, Manhattan 45, La coronación del Everest.

Aquello que nos dice la editorial: Con sencilla elegancia, Jan Morris reflexiona sobre su hogar en Gales, su hermoso entorno y sobre el significado de ser galés. Es un relato íntimo y nítido que recorre la turbulenta historia de los galeses y su batalla para mantener vivos su idioma y su cultura a la sombra de su vecino más poderoso. Entretejiendo algo de poesía y tradición galesa, Morris nos lleva por un camino sinuoso hasta su casa, una humilde estructura del siglo XVIII construida para el ganado y posteriormente convertida en hogar. Este modesto edificio se convierte en un espejo de su vida, así como del alma del pequeño y complejo país de Gales, que ha desafiado al mundo durante siglos para preservar su propia identidad. En sus recuerdos están el aroma de la madera quemada, el sonido de las vigas, bosques encantados, torres de libros, muchos recuerdos y, por supuesto, su gato Ibsen.

La pluma, Jan Morris: (1926-2020), periodista, escritora e historiadora, vivió toda su vida en Gales entre las montañas y el mar. Con sus libros de viajes se granjeó un gran reconocimiento internacional y el respeto de todos aquellos viajeros que entienden el viaje como un camino de conocimiento y descubrimiento de uno mismo. En Gallo Nero hemos publicado La coronación del EverestManhattan 45, TriesteVenecia. Entre sus libros destacamos también la trilogía Pax Britannica.

Con Blanca Gago ya conversamos sobre uno de los libros más entrañables de Gallo Nero: https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/elsenorpeludo.htm

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Blanca Gago:

-Blanca, ¿qué ha significado para ti traducir La casa de una escritora en Gales?, teniendo en cuenta que has traducido, de esta misma autora, El imperio veneciano…

-La casa de una escritora en Gales fue el primer libro que traduje de Jan Morris, mi primer acercamiento a la autora. El Imperio veneciano vino después y me gusta que haya sido así, porque la primera es una de las obras más personales e íntimas de la autora, lo cual me permitió conocerla mejor. Creo que eso me sirvió en la traducción de El Imperio veneciano, que, por otra parte, es una obra muy distinta, más académica o histórica, aunque en todo momento reconocemos la voz de la autora, su viaje por los lugares que describe, su perspectiva personal de los acontecimientos que narra y su juego entre pasado y presente, muy característico de la literatura de Morris.  

-Ella en esta narrativa se adentra desde esa casa y desde todo lo que siente e interioriza en el universo de País de Gales que digamos que reivindica, ¿lo ves así?

-Exacto. A partir del espacio de la casa, muy íntimo, Morris abarca su país, Gales, desde una postura de reivindicación y valorización de la lengua, la cultura y la historia galesas, siempre amenazadas por Inglaterra. La escritora traza un panorama general que abarca, además de su casa y su comunidad más cercana, a sus ancestros, sus compatriotas y, por fin, sus descendientes, como parte de un universo bien definido y cohesionado que le gustaría preservar a toda costa. 

-País de Gales, comparte isla con su vecino más poderoso, Inglaterra …. a los que siempre miran con resquemor porque son la amenaza a sus particularidades culturo sociales, a su historia, a su idioma…solo porque el vecino es más poderoso…y Jan se levanta con su pluma reivindicando a Gales, pero lo hace con elegancia y una especie de orgullo contenido, ¿verdad? Coméntanos.

-Sí, es cierto que Morris domina muy bien ese tono orgulloso pero contenido al que siempre es capaz de añadir un toque de ironía muy suya para huir de una excesiva seriedad que quizá resultaría cargante. Así, consigue ser entrañable, y la mezcla entre la historia galesa más rigurosa, las anécdotas personales y las referencias más literarias o poéticas resulta, a mi modo de ver, exquisita y muy amena para el lector.  

-¿Tiene una prosa que podríamos calificar de poética, ¿no?;¿ es fruto de su elegancia?; ¿es muy difícil esto a la hora de traducir o lo asumes como su manera de expresarse con la escritura y se convierte hasta en un reto?

-Sí, Morris tiene una prosa poética muy fina, a veces afilada, que me parece muy elegante. Tiene una soltura increíble para relatar, elige las palabras y las imágenes con precisión y engarza las frases de un modo muy trabajado para dotar a sus textos de una gran fluidez. Para mí es un reto conseguir esa soltura en la lengua de llegada, el español, y es lo que intento con cada texto de Morris: ser lo más fiel posible al original inglés. Mi objetivo es que el lector en español pueda disfrutar del tono íntimo y fluido de su prosa, y de todos los efectos que sugiere.

-Esta casa, de la narrativa de Jan Morris, tiene nombre Trefan Morys porque es concebida como casi casi un ser vivo o al menos un lugar de lugares donde han pasado muchas vidas y muchas cosas, ¿lo ves y lo percibes así?, te lo pregunto porque tú conocerás mucho mejor que yo a Jan Morris…

Sí, la casa de Trefan Morys es un vínculo de transmisión de saberes, un espacio donde vivir y compartir en absoluta armonía con el exterior, la comunidad, la naturaleza, el río, el mar que se ve desde la ventana... Es una casa con alma, con una vida que le otorgan todos los que la han habitado y habitan. Jan Morris nos invita a formar parte de ese espacio, nos acoge al principio en la puerta y nos muestra las habitaciones, nos cuenta cosas sobre sus objetos, sus secretos, sus habitantes... Así, desde las primeras páginas del libro crea un ambiente cálido e íntimo donde sentirnos a gusto. 

-Eso le confiere, a esta escritora, como muchas piezas con las que poder “jugar a la imaginación y a la narración” porque tiene muchos elementos con lo que hacerlo, ¿no?

-Sí, es cierto que esa evocación fluida que mezcla anécdotas y datos históricos con elementos ficticios, de la imaginación, es un recurso central de la narración, un juego muy placentero al que es fácil prestarse. 

-¿Qué has aprendido amiga de este universo galés y de qué manera te ha influido como traductora?

-Me ha gustado mucho cotejar el universo galés de Morris con mis propios recuerdos del lugar. Hace muchos años, cuando era muy joven, pasé un verano en Gales trabajando cerca de un pueblito que aparece citado en el libro: Pwllheli. Fue muy emocionante rencontrarme tantos años después con los paisajes que conocí a través de la mirada de Morris. 

-¿Te ha resultado difícil sumergirte en Jan Morris y en su narrativa tan identificada con su pequeño “país”?

-Precisamente, creo que mi experiencia, aunque ya lejana, de ese verano me ayudó a sumergirme enseguida en el libro, pero estoy convencida de que no hace falta conocer Gales ni saber mucho acerca del país para disfrutar del libro y sumergirse en su relato. Como he dicho antes, creo que ella se encarga de que nos sintamos a gusto desde el principio. 

--¿Cómo te has documentado para traducir esta obra de Jan Morris que es diferente en la temática a la otra que también le traduces, “El imperio veneciano? Un viaje por mar”?

Leí acerca de la historia de Gales mientras traducía el libro, pero no tuve que investigar de forma exhaustiva. En cambio, para El Imperio veneciano sí que tuve que recurrir a fuentes históricas, geográficas y artísticas diversas porque es un libro más riguroso y extenso, con más datos objetivos que tuve que consultar y cotejar. En ambos casos disfruté y aprendí mucho del proceso. 

-Y el guiño, entrañable, al gato Ibsen… háblame un poco de él en la narrativa de Morris…, porque los gatos entre Morris, Gallo Nero, tú como traductora y nosotros como lectores es como un nexo de unión—risas, recuerda la entrevista que te hicimos con El señor peludo de May Sarton…

-Sí, es verdad que Ibsen, el gato de Morris, tiene una presencia importante, aunque discreta, en el libro, que contribuye a crear ese ambiente cálido y hogareño tan característico. May Sarton también amaba los gatos y escribió El señor peludo en homenaje a su adorado Tom Jones. Siempre hay vínculos más o menos soterrados entre los autores y libros de Gallo Nero, y para mí es un placer ir descubriéndolos poco a poco y compartirlos. 

 

 

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