Cazarabet conversa con...   Eduardo Viñuales Cobos, autor de “101 lugares de Aragón sorprendentes” (Anaya Touring)

 

 

 

 

 

 

 

Eduardo Viñuales nos acerca a todos esos lugares de Aragón que nos desafían desde su belleza intrínseca llegando solamente a verse un poco como la punta del iceberg con lo que nuestros ojos …

En este libro, 101 lugares de Aragón sorprendente, nos enseña desde todas las perspectivas cómo son esos lugares que nos dejan asombrados e impactados a velos ya no una sino todas las veces que las visitamos…siempre nos parece que vemos y/o descubrimos algo nuevo…

La sinopsis del libro: 

En este libro se han seleccionado minuciosamente 101 de muchas joyas patrimoniales que esconde la comunidad autónoma de Aragón, repartidas por las 33 comarcas aragonesas, y distribuidas equilibradamente entre el mundo de lo natural y de lo cultural o histórico-artístico. Se propone un intenso recorrido para ir descubriendo rincones novedosos en cada una de las tres provincias: Zaragoza, Huesca y Teruel. En total, 101 lugares que no siempre forman parte de lo más conocido de la región, sino que se trata de gratas sorpresas que el lector podrá ir desvelando gracias a una cuidada selección de impactantes fotografías y de didácticos textos descriptivos que le animarán a ir a conocer todos estos bellos tesoros: pueblos, castillos, monasterios, palacios, iglesias, puentes, elementos etnográficos, paisajes agrícolas, estepas o desiertos, ibones de alta montaña, cumbres nevadas, bosques de todo tipo, fuentes, lagunas saladas, árboles centenarios... o foces y desfiladeros fluviales que son realmente únicos. Algunos ejemplos de estos lugares, a partir de ahora imprescindibles para quien realmente quiera conocer más a fondo la riqueza natural y cultural de Aragón, son: el Castillo de Sora, el hayedo de Peñarroya o la visita de la Catedral de la Seo del Salvador en la provincia de Zaragoza; el valle de la Canal Roya, los palacios renacentistas de Fonz o la Muralla China de Finestras, en la Huesca; y los dinosaurios de Galve, el pueblo de Cretas o el Museo del Azafrán de Monreal del Campo, en la provincia de Teruel.

Eduardo Viñuales Cobo, el autor, ya ha estado con nosotros:

https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/preservarmontana.htm

https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/maravillaspirineos.htm

https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/naturalistaconfinado.htm

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Eduardo Viñuales Cobos:

 

-Eduardo, ¿cómo te llegó digamos “la oferta” de seleccionar los “lugares sorprendentes de Aragón”?

-Este volumen forma parte de una colección de la editorial Anaya-Touring sobre “101 lugares sorprendentes de…”, donde ya se han ido publicando algunas otras comunidades autónomas como Baleares, Madrid, Cataluña… o más recientemente Castilla-La Mancha y País Vasco. Todo se inició con un primer volumen general dedicado a “101 Parajes sorprendentes de España”. Pero también los ha habido de castillos, cuevas, rutas de moto o senderismo.

Con Anaya mantengo contacto desde hace muchos años, gracias a mis primeras Ecoguías de los años 90, una relación que se ha reavivado con la publicación anterior, pero reciente, de mi libro “Cuaderno de montaña de las maravillas naturales de los Pirineos”.

 

-¿Lo más difícil fue encajar que tan solo fuesen 101 lugares de este Aragón que sorprende?

-Desde luego, no fue fácil elegir. ¡Hay tanto que ver! Yo siempre digo que vivir o conocer Aragón es un lujo por su gran diversidad. En el plano natural, porque excepto costa litoral tenemos de todos los paisajes ibéricos o ecosistemas que hay en Europa: desde los glaciares y las altas montañas –con especies propias del Ártico- a las estepas y secanos –con ambientes casi norteafricanos-… pasando por humedales, turberas, saladas, ríos, bosques atlánticos, matorrales mediterráneos, sierras, media montaña, cañones, riscos y farallones... Es un recorrido naturalista fantástico en pocos u horas kilómetros de viaje.

Y en el plano monumental conservamos una gran diversidad de monumentos o estilos histórico-artísticos: pinturas rupestres, mudéjar, mozárabe, medievales con el románico, el gótico, edificios renacentistas, románticos… hasta la modernidad.

 

-Porque ¿cómo te lo planteaste para seleccionar esos 101 lugares de Aragón repartidos entre Huesca, Zaragoza y Teruel?

-Primero quería que no todo fuera Naturaleza, que es mi especialidad. Así que opté porque esa vertiente patrimonial quedase restringida a no más de un 50% del contenido… Mientras que la otra mitad mostrará el interés cultural de edificios, monumentos, puentes, monasterios, castillos, museos, elementos de valor etnográfico…

También quería que todo el libro fuera un muestrario de estas riquezas y que no resultara repetitivo, a la vez que estuviera repartido no sólo por las tres provincias de Aragón (Zaragoza, Huesca y Teruel) sino por las 33 comarcas. Salía a una media de tres lugares por comarca, arriba o abajo, en función del interés y de la superficie de cada territorio.

Las tres capitales, a pesar de ser grandes ciudades, pensé que deberían de estar, así mismo, representadas: En Huesca elegí el Museo Provincial, que fue residencia de los Reyes de Aragón –un palacio del siglo XII- y que también fue sede de la Universidad Sertoriana, con patio octogonal ajardinado. En Teruel, huyendo de las conocidas torres mudéjares o del Mausoleo de los Amantes, quise invitar a hacer un recorrido urbano por la arquitectura modernista de finales de finales del XIX y principio del XX, donde está la obra de Pau Monguió. Y en Zaragoza ciudad sugiero acercarnos al puente de 216 m de hormigón blanco del Tercer Milenio –que es una obra moderna de ingeniería, premiada a nivel internacional pues está al límite de lo realizable-, y a la catedral de la Seo de El Salvador –que sigue siendo una gran joya desconocida para los propios zaragozanos-.

 

-¿Qué priorizaste en aquello que nos impacta de cada uno de los lugares de Aragón…?

-La fotografía que ilustra cada lugar era también un primer paso importante. Tenían que ser lugares que yo conociera bien -en muchos casos-, que me hubieran sorprendido en su momento y que previamente hubiera logrado “retratar” adecuadamente, haciendo honor al interés y encanto del lugar. Por ejemplo, la foto aérea de los meandros del Ebro en el Mar de Aragón, o la de los Ojos de Pontil donde el agua limpia mana del suelo formando lagunas de color turquesa a una temperatura constante de 22’4 ºC y con un caudal de 400 litros por segundo.

Suelen ser lugares diferentes, que muchas veces no han sido muy divulgados en campañas turísticas, y donde el lector que lo ve se pregunta: “¿Y esto tan bonito dónde está?”.

Sitios que, además, nos cuentan un relato, una historia, algo especial… que hace que la gente diga: ¿Y por qué antes no había oído o leído de esto tan interesante? Por ejemplo: en la segunda mitad de marzo en los campos de melocotoneros de La Almunia hay un jardín de color rosa, una fiesta de flores casi japonesa. O junto a la ermita de La Alegría de Monzón queda un escarpe con 200 agujeros que fue una farmacia árabe, una botica en medio del monte donde se depositaban plantas medicinales pues es y fue un lugar sagrado, de fertilidad.

 

-Lo más difícil habrá sido descartar lugares y no haber podido alargar esa lista de lugares sorprendentes, ¿no?

-Sí, se han quedado en el tintero otros 101 lugares pendientes o más… algunos de ellos incluso que no he podido ir a visitar o conocer… para fotografiarlos bien. Pero será para otra ocasión, quizás para una segunda parte, o para otro libro.

 

-De esta tierra extensa que tiene de todo, ¿qué es lo que más te ha sorprendido a ti… que, aunque habitante de esta tierra eres sin duda un ciudadano que nunca dejará de verse sorprendido también por mucho que la conozcas…?

-Voy a destacar tres ejemplos, uno por provincia.

En Teruel me gustó mucho fotografiar en el casalicio que hay junto a la ermita de la Virgen del Cid, en La Iglesuela (Maestrazgo), un laberinto templario construido en el suelo con miles de guijarros o cantos rodados. Dicen que para resolverlo y llegar al centro del mismo hay que hacer un viaje interior de 80 metros de distancia, y realizar hasta 29 giros. Y se cuenta que el mismo formaba parte de un rito solar donde los caballeros de la época invocaban al ángel protector.

En Huesca provincia está el bosque de tejos centenarios del barranco de Crapera, en el valle de Bujaruelo (Sobrarbe), casi casi “descubierto” hace muy pocos años. El tejo o “taxo” era un árbol sagrado para los celtas y crece muy lento. Estos ejemplares, con hasta 4 m de perímetro y 19 m de altura, son auténticos ancianos que, por cierto, parece que gozan de buena salud. Ahora están protegidos por el Gobierno de Aragón como “Arboleda Singular” y desde la gerencia de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala se ha señalizado un bonito sendero que permite disfrutar paso a paso de este enclave forestal.

Y en la provincia de Zaragoza nos podemos sorprender con un “geiser” o “volcancito” que hay en Pozuelo de Aragón (Campo de Borja), aunque en realidad no es tal, sino que se trata de un salto vertical de hasta 3 m de altura de agua caliente que surge sin descanso desde que hace 50 años perforaran el acuífero en busca de aguas profundas. Es decir, que dicho surtidor es el “pinchazo” en un pozo artesiano, aunque sin duda es algo muy atractivo visualmente y al alcance de los niños o de familias.

 

-Y eso que solamente vemos como “la punta del iceberg”… ante un paisaje, una zona, una arboleda, un edificio… nuestra vista solamente abarca lo que abarca, pero nos perdemos mucho más…¿qué nos puedes reflexionar al respecto?

-Que es importante ahondar en los conocimientos científicos, en la historia, en lo que muchos expertos en sus distintas disciplinas han ido desvelando y publicando… para tratar de traducirlo y mostrarlo ante el gran público. Hay lugares que han estado a punto de perderse, porque no sabíamos del valor patrimonial que eso tenía: una antigua mezquita con techumbre de tablas mudéjares que pudo ser derruida y que fue malempleada como un almacén agrícola; unas lagunas saladas endorreicas de los Monegros –únicas en Europa, con especies endémicas- a las que los planes de regadíos iban a aportar agua dulce contaminada por venenos químicos…; o cientos de horizontes de sierras y mosaicos paisajísticos de campos y bosques de Aragón que ahora están siendo convertidos en auténticos Gólgotas con la invasión de parques eólicos de hasta 200 m de altura.

 

-¿Cómo ha sido ser el fotógrafo, también de tus propias aproximaciones y apuntes escritos… cómo lo has compaginado…?

-A veces era una foto la que me llevaba a hablar del lugar. Y otras veces era el lugar el que he atraía para ir a hacer la foto.

La mayor parte de estos lugares ya los había visitado. A algunos volví exprofeso para tratar de hacer una foto mejor. Pero hubo unos cuántos en que aproveché el encargo de este libro para ir de propio, pues eran una asignatura, un viaje que tenía pendiente. Me faltaba este empujón: Por ejemplo: el puente de las Cananillas en Aguaviva –sobre el río Bergantes, que es uno de los más puros y con más diversidad de peces de la región mediterránea-. O las fuentes y palacios renacentistas de Fonz.

Hubo un par de lugares que no pude meter en el libro porque no había posibilidad de ir, de entrar o de hacer la foto. Pero no pasa nada, había recambio suficiente…

 

-No es la primera vez que trabajas con Anaya-Touring, ¿cómo es?, ¿cómo te sientes con ellos?

-Son buenos editores y trabajar con ellos es un gustazo. Mercedes San Ildefonso es la editora con la que habitualmente trato. Es un contacto directo, casi familiar, de mucha confianza entre ambos. Ellos no ponen palos en las ruedas, dejan hacer y trabajar. Me siento muy cómodo.

Ha sido una suerte volver a retomar ese contacto de años atrás. Estoy muy a gusto y habrá más hijos literarios juntos.

 

-Nos puedes explicar, ¿qué metodología de trabajo has empleado?

-Viajar, disfrutar, sorprenderme, hacer muchas fotos, seleccionar los mejores sitios, consultar a expertos y después ponerme a escribirlo... Es así de sencillo.

Por cierto, en lo que respecta a ese apartado de “consultas” quiero citar a mi amigo el geógrafo Severino Pallaruelo. En los últimos años hemos hecho juntos muchos viajes por todo Aragón, buscando -sin saber que iba a venir este encargo de Madrid- aquellos lugares cercanos que fueran diferentes y bellos, en cierta manera “sorprendentes”. Parece como si yo estuviera ya preparando este libro… y para nada. Últimamente, al cumplir 50 años, pensé que me gustaría ir a ver sitios nuevos para mis ojos, para mi teleobjetivo fotográfico. Severino, que tiene una visión clarividente del mundo y de muchas cosas, también quería ir a sitios como los Tozales de Jubierre, a la Rambla de Barrachina, a los Circos glaciares del Moncayo o a Morata de Jiloca... Y ahí fuimos desde Zaragoza.

Luego, cuando ya empecé a escribir tras el encargo de Anaya, a Severino Pallaruelo le pasé mi primera lista-borrador –una especie de índice- y me ayudó a pulir y a elegir destinos variados, sobre todo desde el punto de vista histórico-artístico. Luego, como no podía ser de otra manera, el invité a que fuera él quien escribiera el Prólogo de este trabajo editorial, un texto que es precioso, escrito con mucho cariño. El mismo que yo le tengo a él.

 

-Y ¿nos puedes dar alguna pista sobre lo que andas trabajando ahora?

-Acabo de publicar con la editorial vasca Sua la “Guía de Turismo de Sostenible del Pirineo Aragonés”, un compendio de rutas e iniciativas verdaderamente sostenibles en lo que concierne a temas como agricultura, ganadería ecológica, turismo responsable, ciencia e investigación, defensa del territorio e iniciativas locales que están siendo protagonizadas por gente que cree en un mundo mejor, más ecológico, más justo y bonito.

Por otra parte, con otro buen amigo, Roberto del Val, hay tres libros ya terminados desde hace unos años y pendientes de publicar con la Institución Fernando el Católico. Uno de ellos, sobre la Alta Zaragoza, verá la luz dentro de unos meses.

Y con Anaya trabajo desde hace más un año en un libro precioso que hablará de fauna y flora, montañas y bosques, excursiones… geología, personajes… Y hasta ahí puedo leer, de momento. Lo estoy pasando muy bien.

 

Fotos en el texto:

-         El Mar de Aragón

-         El géiser de Pozuelo

 

El Laberinto de la Virgen del Cid

 

Ojos de Pontil

 

Puente de Cananillas (Aguaviva-La Ginebrosa)

 

Puente del Tercer Milenio

 

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