La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Anna Miñarro y Teresa Morandi,
compiladoras del libro "Trauma y transmisión. Efectos de la guerra del 36,
la postguerra, la dictadura y la transición en la subjetividad de los
ciudadanos" (Xoroi)
Xoroi
Editorial editó a finales del 2013 un buen libro de cómo “llevar eso del
dolor”, “eso de la pérdida más agria”, “eso del trauma y de cómo éste se
transmite”. Lo han coordinado, recopilando firmas y opciones y demás: Anna Miñarro y Teresa Morandi.
Este libro
es una selección de artículos basados en la investigación «Trauma y Transmisión
en las generaciones», primer estudio empírico cualitativo en el campo del
psicoanálisis y la salud mental sobre los efectos de la guerra del 36, la
posguerra, la dictadura y la transición, y publicados en Quaderns
de Salut Mental. En ellos se intenta comprender de
qué manera la historia violenta de un tiempo y un lugar se introdujo en la vida
y en el destino de los sujetos y cómo se ha transmitido a las diferentes
generaciones la inscripción simbólica de esos hechos históricos, a la vez que
se plantea interrogantes sobre su incidencia en la subjetividad de nuestra
época. Hablar y escribir sobre los traumas provocados por el horror que ha
significado la catástrofe social, es un intento de producir efecto de
transmisión: advertir y prevenir sobre la repetición de cualquier tragedia.
Fotografía
de cubierta: Imagen de la playa donde estaba ubicado el campo de concentración
de Argelers de la Marenda,
1939 - 1942.
Sobre la
Editorial/ librería:
Fundada en
1980, es la primera librería especializada en psicoanálisis del Estado español.
Xoroi también es un centro de información y de
organización de actividades sobre el psicoanálisis y las psicoterapias. A lo
largo de los años se ha convertido en lugar de referencia y de encuentro para
los profesionales de estas disciplinas. Desde la misma librería se ha promovido
la creación de Espai Freud, comisión que organiza
actividades de carácter transdisciplinar y de
difusión del psicoanálisis. En Internet, aparte de la página web,
disponemos de un foro de intercambios y debate con el nombre de Amigos de
la Llibreria Xoroi.
Asimismo, el Blog de los Amigos de Xoroi donde
se publican artículos e informaciones diversas. También el Blog de Espai Freud con los contenidos de las Jornadas,
conferencias y mesas redondas organizadas. Cuentas de cliente con interesantes
ventajas….
Cazarabet conversa con Anna Miñarro y con Teresa Morandi
-Anna/Teresa, estamos ante un libro
que calificaría de duro porque se acerca a lo que sienten los que vieron o vivieron de manera más o
menos directa la guerra civil, la posguerra, la dictadura, la represión y la
transición. ¿Hasta qué punto captas esas sensaciones tan particulares de cada
uno de los entrevistados, teniendo en cuenta que no es lo mismo haber vivido la
guerra que ser nieto de ella, hijo o hija de la transición?
-Tal como
preguntas, estamos ante una compilación de artículos que dan cuenta del terror y del horror que
significa haber sufrido extrañamiento, cárcel, tortura, haber visto desaparecer
a un familiar y haber recibido un maltrato indigno y humillante. Por tanto
hubiera sido imposible trabajar con los
testimonios de nuestra investigación sin haberse estremecido.
Hemos
analizado el horror que ocupó las mentes de los vencidos: como los traumas
marcaron sus existencias; como la guerra y sus consecuencias no sólo les
continúan apareciendo en sueños, en pesadillas, en insomnios, en ansiedades, en
angustias y/o en enfermedades crónicas, sino también a partir de cualquier
elemento de la vida cotidiana que les recuerde situaciones traumáticas. Y estas situaciones se transmiten de
generación en generación y hasta la cuarta en este país.
En
situaciones de horror éste se transmite porque no hay elaboración ni
representación de la violencia sufrida, se produce una ruptura y una pérdida de
transmisión de la historia familiar y social, y el horror se inscribe, como un
exceso innombrable, en el psiquismo de los padres, en el cuerpo y en las
generaciones siguientes, y ello porque la familia es el grupo primario y el
espacio originario de la intersubjetividad, donde el niño hereda el material
psíquico indispensable a través de sus filiaciones materna y paterna
- Se suele decir, como para “amansar
el dolor de un momento determinado” aquello de : “ el tiempo lo cura todo”….pero yo no lo veo
así porque hay cosas que el tiempo no cura si sólo pasan los días….¿hay que
hablar, compartir e intentar cicatrizar
la herida de alguna manera para que ésta cure?; ¿Y de veras los traumas tan
severos se curan o más bien se superan o , mejor dicho, se aprende a vivir con
ellos …se aprende a superarlos?
-Sabemos que
el olvido no es posible, y todos los trabajos e investigaciones realizados en
muchos países, demuestran que las víctimas, los desaparecidos, los fusilados,
están siempre, de alguna manera presentes en la memoria colectiva, porque las
heridas y los fantasmas nos acompañan.
Es por ello
que nuestra investigación consiguió una doble misión: dar voz a los sin voz,
es decir, acompañarles a recuperar su
derecho a tener derechos, y, sobretodo, explicar la represión ejercida.
Los
testimonios se han visto obligados a hacer una tarea dolorosas, abrir temas que
merecen mucho esfuerzo y mucho tiempo.
Hemos podido comprobar cómo no se resignan a que sus experiencias
desaparezcan y mueran con ellos, expresan su necesidad de hablar y de relatar,
y a la vez, y de alguna manera, también se liberan de la pesada mochila que han
soportado durante años.
-Anna, con Teresa Morandi
habéis realizado un trabajo de compiladoras: habéis reunido a un nutrido grupo
de especialistas que ha realizado muchas entrevistas a gentes que, como
decíamos en la primera pregunta, han sufrido el trauma y lo han (y lo están)
transmitiendo, pero dinos, ¿ cómo ha sido ese trabajo de coordinación: primero
con Teresa y luego con el resto de co-participantes
en este excelente trabajo?
-Enfocamos
esta investigación centrada en el
Proyecto de Investigación “Trauma Psíquico y Transmisión Intergeneracional” y desde nuestra práctica clínica como
psicoanalistas.
La Fundació Congrès Catalá de Salut Mental la
inicia en el año 2005 y tiene la importancia de ser la primera investigación
empírica cualitativa en el campo del Psicoanálisis i de la Salut
Mental en nuestra geografía. La primera
de estas características en analizar los efectos psíquicos en la subjetividad
de los ciudadanos de Catalunya, tanto de la Guerra del 36, como de la
postguerra, la dictadura y la Transición. A la vez, que interroga cómo, la inscripción simbólica
de esos hechos históricos, se ha transmitido a las diferentes generaciones, e
incide en la subjetividad de nuestra
época.
Hemos
trabajado durante muchos años con el convencimiento de que la tarea de
investigación debía ser interdisciplinaria, a partir de nuestra hipótesis de trabajo : Los traumas
vividos –sobre todo en situaciones llamadas de “catástrofe social”– no se
agotan en la generación que sufrió directamente la experiencia, sino que se
transmiten a sus descendientes y afectan segundas, terceras y cuartas
generaciones.
- Teresa y Anna/ Anna y Teresa, aceptamos el arduo desafío y hemos coordinado las entrevistas, los grupos,
los análisis de las entrevistas y hemos trabajado con un grupo de hasta
veintidós profesionales de la Salud Mental en su mayoría, conjuntamente con
politólogas, filólogas, y escritoras. En otros momentos han colaborado, también, juristas e historiadores.
- Ha
supuesto el abordaje de un acontecimiento complejo y polifacético devastador
para la humanidad, que se ha inscrito como marca indeleble, herida difícilmente
cicatrizable en la subjetividad de los directamente
involucrados así como en la de sus descendientes, y que por lo tanto no admite
conceptualizaciones simples y lineales.
- ¿Hasta qué punto los trabajos, los
diferentes pero que se complementan, estudios de Memoria Histórica son
necesarios?
- Todos los
trabajos, hoy ya abundantes, son complementarios y absolutamente indispensables
para dar cuenta y arrojar luz sobre los acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX.
Y ello, porque en el Estado español, pese a haber sufrido una de las
dictaduras más antiguas y largas, sólo recientemente se ha comenzado el trabajo
de recuperación impulsado desde algunas instituciones y desde los estudios que
aportan historiadores y periodistas. Este retraso es la consecuencia del exilio
forzado de muchos ciudadanos, del arrasamiento
económico y cultural que ha sufrido este país y del pacto no escrito
entre los partidos que lideraron la transición política española para silenciar
la memoria histórica.
-Y cuando desde el poder, desde los
gobernantes se calla o se intenta silenciar ( y hay muchas maneras de intentar
silenciar), ¿ qué le queda a la ciudadanía?; ¿ qué aconsejarías para “paliar”
de alguna manera el dolor?
El poder
siempre callará y obligará a callar a aquellos que le cuestionan y le obligan a
dar explicaciones. Y los ciudadanos tendrán que conservar la memoria,
reivindicarla. Paliar el dolor no es fácil, más cuando no hay un
reconocimiento. En las entrevistas hemos escuchado que fue posible para
algunos/as, que han podido resistir y no hundirse; en cambio para otros no lo
fue.
-Mientras haya calles, plazas, bustos
y estatuas dedicadas a las personas que la emprendieron con un régimen legítimamente constituido como era
la II República, cómo podemos “remontar el trauma”?
-Efectivamente
los símbolos- nombres de calles, bustos, estatuas- son importantes para la vida
de toda sociedad porque recuerdan y ayudan a quienes llegan al mundo a conocer
la historia del lugar, de sus hombres y mujeres, y en casos de luchas y
pérdidas, conmemoran, hacen memoria. La gran dificultad con los símbolos de la
dictadura es que, además de recordar el horror,
se han hecho para engrandecer y exaltar la memoria de aquellos que
atentaron contra sus conciudadanos, aquellos que aplicaron la violencia de todo
tipo, física, psíquica y social. Y es esto lo que no puede permitirse.
-Punto y aparte, en mi manera de ver,
es el tema de los desaparecidos….porque es una cicatriz que nunca termina de
curarse por mucho que reivindiques la memoria. Anna, ¿si no se establece una
firme predisposición jurídica y judicial será difícil que los familiares de los
desaparecidos encuentren “cierta paz”?.
-El problema
de los desaparecidos-eufemismo lingüístico inventado por la dictadura militar
argentina- muestra paradójicamente que no hay punto y aparte. Hay un duelo que
no se puede hacer, no se permite cerrar, se eterniza para los deudos de
aquellos a los que no han dejado ser enterrados, a quienes no se les puede
brindar uno de los rituales que han creado las sociedades para ayudar a
despedir dignamente a un ser querido y
aliviar así, en la compañía de otros, la pena y el dolor por la pérdida.
Hay que tener muy claro que dar lugar a ese proceso colectivo-ritual- tiene,
además del efecto pacificador en las familias, otra función fundamental: “ayudar a estructurar a una
comunidad amenazada por la muerte y reorganizar la vida social para la paz”.
El
gobierno despótico franquista que ha dejado a sus ciudadanos en fosas comunes,
luego de torturarlos y asesinarlos que lo ha ocultado y silenciado, no ha colaborado, sino todo lo contrario a
reorganizar esa vida para la paz. Esto es lo que durante tantos años y en la
actualidad reivindican las familias, y algunas instituciones. Y se tiene que
seguir en ello!
- El capítulo de Teresa Morandi:” Violencia, trauma y duelo” me recuerda un poco,
quizás por la sincronización, a la lección gramatical de:”Sujeto, verbo y
predicado”…..indudablemente mirándolo en perspectiva es como si cada una de
estas partes crezca y crezca y que , en aquel tiempo, para los que lo vivieron
se prolongase…casi de manera infernal….como si las horas fuesen semanas y las
semanas , meses….¿Qué nos puedes comentar?. Cómo se transmite un trauma tan
interminable?.
-Un trauma
es en sí violento, se introduce en la vida del sujeto dejándolo –siguiendo tu
comentario- sin esa gramática de “sujeto, verbo y predicado”, es decir sin
orden, con angustia para asimilarlo y si agregamos una violencia de estado
continua, el psiquismo de las personas se ve invadido produciéndose una
“catástrofe psíquica”: vivencias que alteran durante tiempo o de forma
indefinida la capacidad para afrontar los retos de la vida, la percepción del peligro,
la imagen de sí y los otros. Se rompe la trama simbólica que sostiene al sujeto
y suelen generarse diferentes trastornos psíquicos.
-¿De todas formas, el trauma cómo se
transmite, qué conclusiones podéis sacar de este trabajo teniendo en cuanta la valiosísimas
aportaciones de todos los testimonios?
-Hay que
tener en cuenta que la transmisión alude a las marcas que nos constituyen como
sujetos, dentro de un linaje familiar, histórico/cultural y que nos ubican en
una filiación. No es de extrañar entonces que aquellas huellas de violencias sobre las que no hubo palabras, y
por tanto no han alcanzando representación simbólica se hayan legado como
herencia con toda su capacidad traumática, de manera inconsciente a través de
las generaciones. Es una cuestión estudiada y comprobada en diferentes
totalitarismos. Una conclusión importante es que los profesionales puedan darle
valor, en la historia personal de aquellos que consultan, qué ha sucedido en
las familias durante la guerra, la posguerra y también en la transición y cómo
afecta esto.
-La mujer como siempre ha estado en constante lucha por
reivindicarse en todos los campos vive el trauma de otra manera, aunque, a
veces, también parece que tenga como más fuerzas internas para salir del mismo
o más estrategias. ¿Cómo lo veis?
-A la mujer
siempre se la ha considerado con una misión fundamental: ”satisfacer los deseos
y las necesidades de los otros”, especialmente de aquellos a los que se les ha
otorgado un poder. Pero no hay duda de
que a pesar de que el régimen fascista quiso destruir toda la esfera privada,
aquella en la que se instaló a la mujer mientras mantenía al hombre en la
esfera pública, la capacidad de la mujer de vincularse al “Otro”, le permite
luchar contra la invisibilidad y recuperar la palabra, lo que favorece el
reconocimiento.
No obstante,
es preciso tener presente que el trauma transmitido por las mujeres va
acompañado por el contenido simbólico del trauma de la discriminación sufrida y
compartida. Este trauma se expresa, también, a partir de traumas subterráneos transgeneracionales.
-Hoy en día, y como debe ser, hablar
de salud mental es lo más natural del mundo, pero esto no era así hace no
muchos años….Yo me pregunto ¿cómo podían nuestros, abuelos, tíos, padres tragar
con todo ese trauma y con la complejidad de la transmisión del mismo?.
-Aún hoy no
es lo más natural hablar de estos temas. Como sucede con muchas cuestiones
también se ha banalizado qué se entiende por Salud Mental. Estamos en momentos
en que predomina un discurso sobre la patologización
y medicalización de conflictos. Hemos intentado explicarlo en varios de los
capítulos del libro. Pero sí, es cierto era mucho más difícil que en la
actualidad recibir ayuda de profesionales de lo psi. Pero también es cierto que
la solidaridad, al igual que en nuestros días, salvó a muchas personas de
situaciones penosas. Como también la capacidad de crear, de seguir luchando por
un mundo mejor.
-Hay un capítulo dedicado a la
literatura y al trauma. Es importantísimo hablar de aquello que ha pasado, pasa
y cómo pasa, pero cuando eso se escribe ¿qué nueva dimensión va tomando?
-Sí, hemos
dedicado una parte también a este tema, porque generalmente los poetas y
escritores han buceado mucho antes que nosotros en la subjetividad humana. Y de
ellos tenemos mucho que aprender, por ello están tantos escritores/as presentes
en el texto. Los totalitarismos intentan golpear fuertemente la creatividad,
pero afortunadamente lo logran a medias. En su artículo María Barbal, hace referencia a un encuentro emocionante: la
coincidencia entre nuestro estudio y su escritura relacionada con el tema del
silencio-incluso del susurro- aquello de lo que se habla pero no se dice, en su propia historia
familiar. Cinta Arasa trabajó tiempo en el estudio e
Isabel Núñez también nos acompañó en diferentes momentos y era una entusiasta
del proyecto, al que hace referencia en su blog, en diferentes etapas.
- Anna la reflexión es imprescindible
y más si se comparte…la vas hablando y eso, pero ¿crees que hay que llegar al
olvido…porque hay micho de qué hablar sobre esto…no veo tan claro lo del
olvido, más bien me acerco a saber qué te ha tocado vivir, afrontarlo y
convivir, pero el olvido?. Nos puedes comentar….
-Tal como ya
comentábamos en la segunda pregunta, sabemos que el olvido no es posible,
y que el silencio se articula con la
intensidad del sentimiento de culpa de los sobrevivientes por haber sobrevivido
y, en consecuencia, las fuentes de culpa
se multiplican.
Hoy, son ya
la tercera y cuarta generación las que interpelan e invitan a romper un
silencio compartido con la generación anterior,
que, en muchos momentos, se convirtió en generación “bisagra” en muchos
sentidos.
Debemos,
pues implicarnos como “escuchas-testigos”, rompiendo el olvido, compartiendo el
dolor desgarrante del relato.
La
pretensión de esconder los hechos traumáticos con la implantación por decreto
de políticas de olvido tiene efectos paradojales y contradictorios y produce
consecuencias opuestas a las deseadas: generan resentimiento y división
-En el tema de la Memoria Histórica,
creo que queda mucho por hacer aunque no nos lo parezca….¿por qué nos quedamos
como conformistas….todavía hay miedo…?
-Efectivamente
todavía existe miedo. Deberemos apelar a la memoria activa de las generaciones
para contrarrestar “lo siniestro”, privilegiando el recordar y el pensar, el
testimoniar, el dar la palabra a los maltratados.
Sabemos que
la guerra constituyó un cambio radical en lo familiar, y en lo comunitario e
introdujo profundas transformaciones a nivel psíquico y en el entorno social i
cultural.
La violencia
que circuló por este país no ha podido repararse, es decir, que queda todo por
hacer…Llevamos 75 años sin conseguir que se llegue a la verdad, la justicia y
la reparación, pero debemos aceptar el desafío como una herencia y como un
compromiso con todos aquellos que desean testimoniar. .
ARTÍCULOS ASOCIADOS:
- Editorial: Cal
reivindicar també la memòria històrica
de l'exili (Ara, 30 de marzo de 2014)
- Camp d’Argelers: el rastre (rostre) de
la violència, por Anna Miñarro
14942
Trauma y transmisión.
Efectos de la guerra del 36, la postguerra, la dictadura y la transición en la subjetividad
de los ciudadanos.
Anna Miñarro y Teresa Morandi
(compiladoras)
202 páginas
18,00 euros
Xoroi
Este
libro es una selección de artículos basados en la investigación «Trauma y
Transmisión en las generaciones», primer estudio empírico cualitativo en el
campo del psicoanálisis y la salud mental sobre los efectos de la guerra del
36, la posguerra, la dictadura y la transición, y publicados en Quaderns de Salut Mental. En
ellos se intenta comprender de qué manera la historia violenta de un tiempo y un
lugar se introdujo en la vida y en el destino de los sujetos y cómo se ha
transmitido a las diferentes generaciones la inscripción simbólica de esos
hechos históricos, a la vez que se plantea interrogantes sobre su incidencia en
la subjetividad de nuestra época.Hablar y escribir
sobre los traumas provocados por el horror que ha significado la catástrofe
social, es un intento de producir efecto de transmisión: advertir y prevenir
sobre la repetición de cualquier tragedia.
Fotografía de cubierta: Imagen de la playa donde estaba ubicado el campo de
concentración de Argelers de la Marenda,
1939 - 1942.
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