La
Librería de El Sueño Igualitario
Mira editores
se acerca de manera, casi exquisita, a la profesión médica de una manera
en la que hasta el lector o lectora, directa o indirectamente, se verá
reflejado.
El libro, la narrativa, de Ángel Luis Serrano realiza guiños todo el rato a una ficción
disfrazada….o dicho de otra manera a una realidad casi pintarrajeada de rasgos
que al autor le divierten y que nos lo muestra para que el libro no se
convierta en una “honda reflexión” o en algo incluso más profundo.
Ángel Luis Serrano va más allá y, de alguna
manera, como escritor se fija en plumas tan hábiles como sobresalientes como
son la de Philip Roth.
La pluma de este médico, metido a escritor, es
franca, sincera, pero elegante a la vez….no recarga, demasiado, las tintas sino
que va al grano con todo y por todo.
No es un libro de memorias al uso, pero tiene
algo de “contar lo vivido”…
El libro narra cómo fueron los silencios y
cómo transcurrieron desde la perspectiva de él, como persona, pero también, más
bien sobretodo, como médico. Leyéndolo
te das cuenta de que su deambular por la vida era la de un médico de pies a
cabeza, desde la raíz, porque notas que sentía la profesión valorando mucho los
silencios, pausas, lenguaje no verbal de todos los que “desfilaron” por su
consulta.
El prólogo del libro se lo ha hecho Jesús
García Sánchez.
Lo que nos dice la editorial Mira del libro,
su sinopsis:
https://www.miraeditores.com/Los-silencios-de-un-amanecer.libro
Nos encontramos ante el volumen de recuerdos y
confidencias de un médico. No es un libro de memorias, sino que, sirviéndose de
una extensa memoria, apuntalada por una dilatada carrera profesional y un
amplio conocimiento de Freud, proyecta sus vaivenes anímicos a través de las vivencias
acumuladas con el andar del tiempo.
Gran admirador de los escritores americanos
Philip y Henry Roth, relata con la habilidad de un
narrador los acontecimientos de su vida en un texto realista, franco y
persuasivo, con voz íntima y apasionada. Así va descubriendo los secretos de su
memoria y la disyuntiva de alejarse de las sombras no olvidadas, liberándolo de
las ataduras del ayer, expuesto en capítulos emocionantes y conmovedores.
En una infancia de privaciones, contempla otra
vida de desánimo, derrota, esperanza y dignidad, rememorando las estrecheces
económicas y la difícil convivencia en un truculento barrio del sur del Madrid
de la posguerra, donde al hilo del sonido solemne de las palabras se le quedan
grabados valores perennes, como la amistad, las convicciones sociales y los
principios ideológicos.
La confluencia de sus dos almas, entregadas a
la medicina y a la política, es una fuente permanente de conflictos internos,
y, en un intento loable, el autor desclasifica sus documentos, en los que afloran
sentimientos amargos y dolorosos, éxitos y frustraciones, consciente de ser la
letra irreversible por la fascinación del tiempo vivido.
El autor, Ángel Luis Serrano:
Licenciado en Medicina y Cirugía por la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel Luis
Serrano (Madrid, 1948) ha desarrollado su carrera profesional en el Centro
Nacional de Parapléjicos de Toledo, en el hospital de La Paz de Madrid como
MIR, donde obtuvo el título de especialista en Neurofisiología, médico adjunto
en el hospital de Salamanca y en el Hospital General de Castellón como jefe de
Servicio. Realizó los cursos de doctorado en la Universidad de Salamanca y fue
colaborador docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia
de la misma ciudad. Asimismo, participó, previa selección, en el estudio
europeo COO302 para evaluar la seguridad y tolerancia en la práctica clínica de
un medicamento específico para pacientes en tratamiento con la enfermedad de
narcolepsia.
Vocal de la Comisión Nacional de la
especialidad de Neurofisiología, ha sido ponente y moderador en varios
congresos nacionales, y ha asistido a simposios internacionales sobre el sueño,
la epilepsia y los trastornos del movimiento. Tiene numerosas publicaciones en
revistas nacionales e internacionales (Neurología, Sleep
Medicine, Neurology, Brain Research y Sleep and Breathing).
Fue consultor del Banco Mundial en materia
sanitaria en Guinea Ecuatorial.
Detenido y expedientado académicamente en
1968, su trayectoria política corre paralela a su carrera profesional.
Militante del PSP en 1976, tomó parte en el Congreso de Torremolinos, donde se
decidió la integración en el PSOE, en el que ha ocupado diversos cargos
políticos orgánicos desde entonces.
Gobernador civil de Zaragoza y primer delegado
del Gobierno en Aragón, visitó Estados Unidos invitado por el Departamento de
Estado del Gobierno estadounidense.
Ha sido colaborador en el diario El Adelanto de
Salamanca y comentarista en el Periódico
Mediterráneo, Levante - El Mercantil Valenciano.
Cazarabet
conversa con Ángel Luis Serrano:
-¿Cómo definirías
este tu libro, amigo Ángel?, ¿por qué lo escribiste, tal como lo has hecho…como
si se tratara de unas memorias, aún sin serlo, pero sí que hay atisbo de este
género?
-Los silencios de un amanecer es un
libro autobiográfico de muchos recuerdos y confidencias, escrito para volver a
encontrarme a mí mismo en el discurrir del tiempo vivido.
-Amigo Ángel, hay
demasiados silencios en nuestra sociedad, ¿no crees?
-Somos una sociedad lastrada por el largo
tiempo del túnel del silencio. Por tanto hay muchos silencios, olvidos e
ignorancia de nuestra historia. Se nos ha educado para olvidar, no para
recordar. Así, lastrados por nuestro pasado, difícilmente podemos conocernos
como pueblo.
-Pero tú no
tiemblas, y “le dedicas” un libro, no al silencio sino “a los silencios”. Cada
persona atesoramos los nuestros propios ¿verdad?
-Cada uno de nosotros atesoramos
nuestros recuerdos, en muchas ocasiones dormidos, pero no silenciados. A veces,
analizando un hecho aislado o fortuito, nos conduce a una evocación
aparentemente dormida, pero siempre presente en el baúl de nuestra memoria.
Solo falta querer abrirlo y nos encontraremos con él.
-Tan íntimos como
personales ¿verdad?
-Por supuesto, íntimos y personales. Si se
vence la timidez de hablar, o de expresarse a través de la escritura sobre uno
mismo, afloran a la superficie con mayor facilidad los sentimientos.
-¿Qué es lo que
te ha hecho escribir este libro o que te ha, cómo diría, cómo “inspirado”?
-Una vez vencido el pudor de escribir sobre mí
mismo, y sobre todo, sobre el pasado, me pregunté: ¿cómo lo plasmo en el papel
en blanco? En mi caso fue la lectura de los escritores judeo
americanos Henry y Phillip Roth.
Sus libros, su forma de enfrentase a sus propios fantasmas del pasado, su
visión de la realidad a través de sus propias experiencias, giros literarios,
vaivenes anímicos, si, “inspirado” por ellos. También me apoyé en los pilares
de mi memoria y en mis conocimientos del método psicoanalítico de la asociación
de ideas y de las palabras. Soy un admirador de Freud y de los Roth.
-No es un libro o
no pretendes que sea un libro de memorias, pero entonces, ¿cómo
lo definirías?
-No, no es un libro de memorias. Insisto en
los recuerdos, no solo como hechos acaecidos, sino en las circunstancias
personales y el tiempo en que se produjeron, en el entorno social que me ha
tocado vivir, y en el turbulento vaivén y contradicciones personales que he
vivido cuando he tenido que tomar muchas de las decisiones importantes que me
han marcado con el paso del tiempo. Recuerdos de una infancia de carencias en
un truculento barrio del Sur del Madrid de la postguerra, de la vida rural en
un pueblo agrícola toledano. Recuerdos de una Universidad madrileña
minoritariamente contestataria. Recuerdos imborrables, narrados con reflexión,
de los días en los que estuve detenido. Rememoro con gozo mis inicios como
militante socialista y mis compromisos políticos. Y sobre todo, muchas
experiencias vividas en mi carrera profesional como médico hospitalario. Todo
este bagaje acumulado con la voz propia de la pasión, la franqueza y sobre todo
el realismo, sin personajes ficticios ni interpuestos, definen el libro.
-Y yo creía que
los silencios, los más pesados eran los que se acumulaban durante el día y
surgían en el atardecer o anochecer…esos silencios cargados de “no silencios”
que, a veces, hacen que no podamos conciliar el sueño. ¿Qué nos puedes
comentar?
-Los silencios no son un lastre en sí para
conciliar el sueño. Podemos recordar, enfatizar, magnificar, analizar esos
silencios, pero no alteran el ritmo vigilia-sueño. El sueño, como actividad
cerebral, tiene una función reparadora y depende fundamentalmente de una buena
higiene del sueño y del correcto funcionamiento hormonal de una parte de
nuestro cerebro, el hipotálamo principalmente.
-Aunque, es
verdad, hay dudas que lo que más cuesta es “arrancar el día”, ponerse en pie y
poder ir haciendo.
-Si no hemos dormido bien o un número
inadecuado de horas de sueño, posiblemente nos cueste ponernos de pie y
comenzar el día con las energías suficientes para afrontar los retos habituales
de nuestra vida cotidiana.
-Como médico te
habrán ido más de una vez con el comentario “es que me levanto cansado/a”…
-Si, es un comentario bastante habitual,
no sólo como síntoma expresado por multitud de factores ante un galeno en su
práctica clínica, sino también como una simple glosa que oímos con frecuencia a
amigos, en el trabajo, o en anónimas conversaciones de personas desconocidas en
el metro o en el autobús.
-Algo no funciona
es esta sociedad tan acelerada en la que si no “va acelerado” el mundo parece
que no lo valoramos y en la que nos empeñamos por “acelerarnos” y al final eso
repercute en “el todo”.
-Creo que hay muchas cosas que no
funcionan en la sociedad actual. Aceleración y vértigo son algunas de ellas. La
inmediatez y la ansiedad individual y colectiva serían otras. El ritmo
trepidante de cómo y dónde se producen los hechos visualizados al instante y en
directo marcan nuestros sentimientos ante el horror, el escalofrío o la desazón
que nos produce al contemplar una noticia. Otro aspecto importante es la
inmediatez con la que se quiere obtener resultados ya sean individuales o
colectivos, olvidándose de valores perennes como el esfuerzo, el sacrificio, el
trabajo, la responsabilidad, la dimensión del tiempo o la solidaridad.
-Sobre todo si
partimos desde una manera de ser el mundo desde lo holístico. ¿Es así?
-En este mundo globalizado en que nos ha
tocado vivir, el todo está anulando la voluntad creativa de cada una de las
partes, dígase el individuo. El análisis de la realidad no nos debe de alejar
de la iniciativa individual, por que al final, somos
la suma de los individuos, y a pesar de esta globalización, las decisiones
trascendentales en nuestra vida las toman individuos. Creo en el equilibrio
individual y en la energía vital colectiva.
-Como médico
¿partes de ese concepto a la hora de “estar” y “departir” con un paciente?
-Cuando estás delante de un paciente,
siempre he tenido presente que estoy ante una persona que necesita ayuda. Me
enseñaron a preguntar, a observar, a valorar las respuestas y a pensar con
rapidez. Por tanto, hay que “estar” con esa persona y hay que hablar con ella.
Cuanto más mejor.
¿Qué buscamos
detrás de esa “aceleración”, el éxito, la recompensa, los cumplidos? ¿Tan
vanidosos somos?
-Todos tenemos un halo de vanidad.
Todos queremos tener una recompensa por nuestro trabajo realizado, por nuestro
esfuerzo, y en una sociedad materialista, el cumplido o la palmadita en la
espalda, se queda corto. Queremos algo más. ¿Éxito? Esto es más discutible,
pues depende de lo que entendamos por éxito, y de las expectativas creadas para
conseguirlo. Si no depende exclusivamente de ti, y no alcanzas a conseguirlo,
puedes estar abocado a la frustración, y esto genera un profundo malestar
psicofísico.
-Quizás tan sólo
seamos necesitados de “cierto reconocimiento”. La gente a menudo, somos muy
poco agradecidos, con el esfuerzo ajeno, por cercanos que éste esté….Te diría
más, a veces como más cercano es el esfuerzo menos lo vemos, lo sabemos ver o
lo queremos ver, ¿no?. Es triste, es real.
-Reconocimiento o recompensa todos
estamos necesitados de ello. Sí, estoy totalmente de acuerdo de que cuanto más
cercano tenemos el esfuerzo ajeno menos lo valoramos. Llegamos al extremo de
considerarlo como algo normal, no lo damos tanto valor. Aunque lo vemos, no lo
calibramos en su justa medida. Por muy real que sea es un tremendo error, y de
los errores se aprende más que de los aciertos. Una máxima que tengo muy
presente.
-¿Cuánto de “visión clínica” tiene este libro. Hombre “el
guiño” es constante, pero hay “tanto giro” reflexivo que si me dijeran que lo
ha escrito un filósofo, psicólogo o sociólogo, me lo creería….
-He leído en varias ocasiones esta
pregunta y cada vez que lo he hecho me ha aparecido una sonrisa. Estoy de
acuerdo en “los giros”, más literarios que reflexivos, aunque no me olvido de
las reflexiones. Quizás sea debido a mi formación psiquiátrica y mis
“conocimientos psicoanalíticos”. He dicho con anterioridad que soy un admirador
de Freud, y añadiría más, de la escuela vienesa, de Erich Fromm, de Lacan y
hasta de los “médicos locos” que llamaba Freud, sin olvidarme de filósofos
marxistas como Lukács, Adorno o Marcuse. De esas lecturas, reflexiones y
enseñanzas hablo en mi libro. Por tanto, SÍ, te lo puedes creer.
-Y como diría
aquel. “Cada loco con su tema, yo con el mío”…jugar, en este caso y fruto de tu
libro con “los silencios, más negativos que positivos –si se pudieran comparar-
pero a veces es necesario el silencio como arma de sosiego, de
pacificación….aunque sigo sosteniendo que el silencio es un parapeto donde se
pudren nuestros miedos y frustraciones y eso es malo. Lo mejor es hablar,
compartir, escuchar (saber hacerlo), pedir ayuda para que lo que tenemos preso
salga, aunque eso menoscabe nuestro orgullo de orgullos..¿Que
nos puedes decir?
-Para mí, los silencios son
interpretativos, en mi caso, trascendentales, más positivos, que negativos.
Como político, siendo Delegado del Gobierno en Aragón y Gobernador Civil de
Zaragoza, más de un periodista me dijo: “Es una biografía intimista, la que nos
ha remitido el gabinete de prensa” ¿Intimista por ser sincera? Fue mi
respuesta. El que estuvieran silenciados durante bastante tiempo muchos
aspectos de mi vida personal y profesional, no lo considero una barricada ante
miedos o frustraciones, es el pudor el que me condicionó a traspasar la barrera
de aflorar los sentimientos y experiencias. Aún así, todavía guardo recuerdos
en silencio Por respeto, responsabilidad, y como no soy amigo de los escándalos
seguirán vivos pero en el baúl de mi memoria..
-Creo que uno de
los pilares básicos de nuestra sociedad, sino el más básico es la educación. Se
habla mucho en los últimos tiempos, de “tratar y hablar, así como reflexionar
sobre las emociones en las aulas” Particularmente lo veo muy positivo. ¿Cómo lo
ves? Además, como creo que todos y todas somos o debemos ser partícipes de “la
educación” –que no acaba nunca-, ni cuando dejamos las aulas. ¿Cómo crees que
debería abordarse este tema, teniendo en cuenta que las emociones y los
silencios se retroalimentan…?
-Es necesario educar en las emociones
por parte de padres y profesores, esto favorece la interacción entre alumnos,
el compañerismo y a su vez disminuye el acoso escolar. Favorece la autoestima,
el aprendizaje y el trabajo en equipo. Si, lo veo muy positivo. El futuro de
los escolares va a depender y mucho de su capacidad emocional. En el engranaje
de la educación cívica todos debemos de participar y ser responsables de
nuestros actos, y de nuestra capacidad de reconocer los sentimientos propios y
ajenos como individuos integrantes de una sociedad. Si somos hábiles en el
manejo de nuestras emociones, procesaremos y dirigiremos mejor nuestras
actuaciones individuales y colectivas.El silencio
también es comunicación. Los silencios nos trasmiten información, especialmente
nos susurran sobre nuestras emociones, que son las que nos mueven a realizar
una acción, a tomar decisiones.
-Amigo, ¿nos
puedes dar alguna pista de los que estás trabajando ahora?
-Colaboro en la Revista del Colegio de
Médicos de Castellón y actualmente estoy escribiendo un libro de ficción, una
novela histórica.
_____________________________________________________________________
Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069