Cazarabet conversa con... José Vicente Ferrández Palacio, coautor del libro “Plantas de las cumbres del Pirineo. Flora del Piso Alpino”
(Prames)
Excelente,
minucioso y esmerado trabajo desde Prames
de las plantas que pueblan el indómito Pirineos desde la pluma de Daniel Gómez García, José Vicente Ferrández Palacio, Manuel Bernal Gálvez, Antonio
Campo González, José Ramón López Retamero y Vicente Ezquerra Rivas.
El
libro ha conseguido alzarse con el
Premio Félix de Azara 2019 a la edición, Diputación Provincial de
Huesca.
La
sinopsis:
Desde
la lejanía, las cumbres de los Pirineos asemejan un desierto pedregoso, apenas
salpicado por algún nevero o por el hielo de los menguantes glaciares. Pero sobre
el bosque de pino negro, por encima de los 2.300 m. de altitud viven 630
plantas “alpinas” que muestran formas dispares de extraordinaria belleza…
Este
libro está dirigido a botánicos profesionales y aficionados, alpinistas,
fotógrafos y, en general, amantes de los Pirineos. En sus páginas se describe
toda la flora alpina de la cordillera con fotografías, dibujos, mapas,
hábitats, caracteres morfológicos y claves de identificación de los grupos más
complejos.
Proyecto
del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC Jaca).
Cazarabet habla
con José Vicente Ferrández, uno de los coautores:
-Amigo, qué fue lo que os llevó a escribir un
catálogo de las plantas que viven en las cumbres del Pirineo?
-En
primer lugar el amor y el respeto por esas montañas y su flora. En cuanto a
esta, poseemos mucha información de las zonas más elevadas de los Pirineos
reunida por un buen número de botánicos a lo largo del tiempo, y también por
nosotros mismos. Por ello decidimos plasmarla en forma de libro.
-¿Y cuáles son
esas plantas…en qué grupos las podríamos clasificar?
-Por
ejemplo, podemos agruparlas según su distribución territorial. Así, por
ejemplo, el 14 % de las que viven a más de 2300 metros tiene una distribución
ártico-alpina, o sea, viven en latitudes altas del hemisferio norte y, además,
en zonas elevadas de las cordilleras del centro y sur de Europa. El grupo más
importante de plantas, con un 35 %, es el de las que compartimos con otras
cordilleras como la Cantábrica, Alpes, Apeninos, Cárpatos y Balcanes. También
acoge el Pirineo plantas eurosiberianas, mediterráneas y otras exclusivas, las
endémicas.
Se
pueden hacer otras clasificaciones, por grupos de abundancia, por ejemplo...
Así, de las 632 especies tratadas, el 17 % las consideramos muy raras y el 33 %
raras, frente al 16 % que son frecuentes o el 6% que serían comunes. Es preciso
conocer esa flora más rara, endémica o amenazada para poder abordar planes para
su conservación.
-¿Qué
características específicas tiene el Pirineo que no tienen otras cordilleras?
-Su
posición a caballo entre el mundo mediterráneo y el centroeuropeo es muy
destacada y primordial. También la acusada diferencia climatológica entre la
vertiente meridional y septentrional. Existe además una gran variedad de rocas
y de microambientes que hacen que su flora sea muy rica.
-¿Estas plantas
se dan y se encuentran solamente en la Cordillera Pirenaica?
-Las
plantas exclusivas del Pirineo por encima de los 2300 metros son un 11 %, o
sea, 69 plantas.
-¿Qué característica
presentan los Pirineos para albergar esta flora, estas plantas?
-La
historia evolutiva es muy importante, ya que existen algunas que son relictas
de climas antiguos, de origen subtropical como la oreja de oso o la Borderea pyrenaica.
El aislamiento de muchos sectores debido al encajamiento de los valles y su
trazado perpendicular al eje de la cordillera también es importante. También
las influencias mediterránea y atlántica o la existencia de climas locales muy continentalizados por la topografía. Además, aunque
conforme ascendemos en altitud la riqueza en especies disminuye, el aparente
desierto rocoso de las cumbres aún alberga 187 plantas distintas por encima de
los 3000 metros.
-Se trata de un trabajo coral, tanto en los contenidos
textuales como en las fotografías… ¿cómo llega a coordinarse un trabajo tan
minucioso, ingente y que reúne a tantos especialistas?
-La
coordinación del equipo ha sido posible gracias a Internet, que nos ha
permitido hacer actualizaciones y mejoras constantes sobre la base de un primer
modelo de libro, basado en su parte principal en un modelo de ficha para cada
planta.
El
trabajo de reunir todos los datos ha sido ingente, en efecto. Partíamos de
bases de datos, como la del Herbario JACA, varios atlas florísticos y diversas
publicaciones, y además nuestra experiencia personal.
La
parte gráfica es tan importante en el libro como los datos que presentamos, y
para que fuera de calidad hemos realizado bastantes excursiones conjuntas a fin
de reunir el mayor número de fotografías y poder elegir así las de mayor
calidad y más representativas.
La
redacción, las ilustraciones, la digitalización y la edición también nos han
llevado mucho esfuerzo a unos y a otros.
-La labor de los
exploradores, desde los primeros a los más recientes es más que imprescindible,
¿verdad?
-Como
decimos en la introducción del libro, “caminamos a hombros de gigantes”. La
exploración botánica tiene más de doscientos años en los Pirineos.
-La actividad
humana, el impacto que generamos ¿cuánto y de qué manera afecta al ecosistema
vital de la Cordillera Pirenaica?
-En
la alta montaña existe claro está menor impacto que a menor altitud, aunque se
ha acrecentado en las últimas décadas. Las afecciones más graves proceden de
las estaciones de esquí y de la construcción de pistas de acceso, también de la
transformación de muchos lagos e ibones para aprovechamiento eléctrico. Algunas
cimas incluso alojan instalaciones diversas como funiculares. En los últimos
tiempos, también producen efectos negativos actividades como las carreras de
montaña o la BTT. La alta frecuentación de algunos picos, sobre todo de los más
emblemáticos, produce pisoteo y pone en peligro la persistencia de especies muy
raras. Sin olvidar que seguimos dejando basura allí donde vamos, es cierto que
menos que antes, hay concienciación pero aún nos falta bastante que mejorar.
-Seamos más claros, el negocio de la nieve y
todo lo que conlleva, ¿hasta qué punto es nocivo y perjudicial para las plantas
que pueblan el Pirineo?
-Conlleva
una serie de movimientos de tierra, aparcamientos, desmontes, pistas, desvío de
cauces, transformación o destrucción de entornos muy frágiles como turberas,
pedrizas o roquedos. E incita a la masificación en lugares que siempre habían
sido muy tranquilos, visitados solo por la ganadería tradicional y los
montañeros, escaladores y esquiadores de travesía. Produce importantes impactos
negativos en la flora y en la fauna. Además, en cuanto a la flora, propicia por
ejemplo la entrada de especies introducidas que se utilizan para revegetar los
desmontes y taludes.
-El árbol más
frecuente en el Alto Pirineo es el pino negro y, por encima de los 2.300 metros
de altitud se han registrado, más o menos, 650 plantas “alpinas” que viven allí
y no podrían vivir en otros lares, ¿verdad?
-Bueno,
hay que decir que de esas 632 plantas no todas viven a partir de esa altitud,
muchas se encuentran también más abajo pero su gran tolerancia altitudinal les permite “escalar” bastante arriba en el
Pirineo. Solo hemos encontrado 15 plantas que no vivan por debajo de los 2300
metros.
-¿Cómo vive y
dónde habita esa flora que forman las 650 plantas “alpinas”?
-Son
plantas que podemos decir que “viven muy bien”, si no no estarían allí. Muchas
presentan adaptaciones que las hacen muy competitivas en ambientes tan duros
como crestas, canchales o roquedos. Otras se refugian de las duras condiciones
meteorológicas permaneciendo bajo el manto protector de la nieve muchos meses
al año y acelerando luego su metabolismo cuando este desparece. Otras se
encuentran en pastos, fuentes o riachuelos, lagos, turberas o incluso en
majadas del ganado o posaderos de las aves.
-¿Dentro del
Pirineo hay zonas que tienen características específicas y que llevan a la
diferenciación otras zonas y de esta forma en unas zonas viven y habitan
plantas muy diferentes a otras zonas con otras plantas?
-Sí,
la principal diferencia se da entre las plantas de ambas vertientes, la
meridional es rica en especies de afinidad mediterránea o continental y la
septentrional en plantas atlánticas o eurosiberianas. Esas diferencias se
atenúan conforme nos acercamos a las cimas más altas, sometidas a parecidos
rigores climatológicos.
No
obstante, la historia evolutiva de la flora hace que existan plantas exclusivas
de ciertos sectores, que para abreviar podemos dividir en transversalmente en
occidental, central y oriental. El Pirineo central alberga una flora más rica,
debido entre otras causas a que concentra las mayores altitudes. La composición
química del sustrato también es importante, y así existen especies calcícolas y silicícolas, aunque
muchas no muestren una preferencia clara.
-No todos los botánicos que han descubierto y
dado a conocer estas plantas son profesionales, ¿verdad?....aquí el ser
aficionado cobra muchísimo valor, ¿no?
-Bueno,
“aficionado” es una palabra un tanto perversa según el uso que se haga de ella,
no olvidemos que en francés se dice “amateur”, que no deja de significar
“amante”, y lo que es imprescindible para profundizar en cualquier campo del
conocimiento es la pasión, que no nos falte.
-¿Qué grupos de
plantas pirenaicas son más complejos?
-Hay
algunos géneros muy difíciles y sometidos a constante revisión, como son Festuca, Alchemilla o
Hieracium. Otros contienen gran número
de especies, como Carex o Saxifraga, y lleva cierto tiempo y experiencia conseguir
conocerlas bien. Además, para reconocer la flora de las crestas y las cimas hay
que emplear un considerable esfuerzo físico y asumir un cierto riesgo.
-¿Y cuáles son
extraordinarias por ser escasas y darse solamente aquí y en ningún otro lugar?
-Algunas
plantas exclusivas de los Pirineos son relativamente frecuentes, como por
ejemplo el Ranúnculo de los Pirineos. En cambio otras son muy raras, tanto si
son endémicas, como Androsace cylindrica o Xatartia
scabra, como si son de distribución más amplia
como el Ranúnculo de los Glaciares o Draba flanizensis.
-¿El libro puede
servir, además, como una guía para el o la aficionada
a andar las sendas en busca de estas plantas?
-Sí,
aunque ciertamente no es por su peso un libro de bolsillo. Está concebido quizá
más como una guía de consulta antes o después de las excursiones, para ayudar a
identificar fotografías u observaciones sobre el terreno. No obstante, seguro
que habrá gente que se animará a llevarlo en la mochila y emplearlo in situ.
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