La
Librería de El Sueño Igualitario
Media distancia.
Un libro que edita Mira Editores, dentro de la
colección Sueños de Tinta y que nos viene desde la pluma de Clara Járboles.
El prólogo se lo ha escrito Miguel Serrano Larraz. Quien, entre otras cosas, nos escribe lo siguiente:
Envidio al lector que se enfrenta por primera
vez a las historias de Media distancia. Envidio su risa, su deslumbramiento.
Envidio sus dudas y sus preguntas. Envidio su pasmo cuando se dé cuenta de que
Clara Járboles está narrando su vida, la del lector
(o lectora). (…) Envidio tu desconcierto, lector. Es posible que también tú
tengas que cerrar el libro en algún momento, abrumado por la risa o muerto de
curiosidad. Es posible, incluso, que levantes la cabeza y mires a tu alrededor,
con una ligera inquietud, con la sensación de que alguien te vigila, de que
alguien (Clara, tal vez) se ha metido en tu cerebro con una vela y una
cucharilla y está comiéndose tus ideas poco a poco. No tengas miedo.
Imagínatela allí, en la penumbra de tu pensamiento. Escucha cómo saborea tu
infancia, cómo se traga tus secretos, con qué satisfacción, con qué
aprovechamiento, con qué delicadeza. No te resistas. Déjate comer. El viaje
vale la pena».
Lo que nos explica Mira sobre el libro, su
sinopsis:
Media distancia es
un conjunto de veinticuatro relatos, como horas tiene el día. Son textos
independientes, con entidad propia, que forman parte de un mismo cuerpo.
Media distancia está
a medio camino entre la intimidad del yo y los otros, entre lo real y lo
fantástico, entre la comicidad y la desesperanza y, sobre todo, entre la vida y
la muerte. Tiene mucho de auto ficción y está plagado de retales y moléculas
propias. Es como un parque de atracciones con múltiples artilugios. Tiene un
poco de noria y de casa del terror.
Una concurrida galería de personajes se pasea
por estas páginas: la grotesca cantante de fados, el astrofísico chino que
anuncia el apocalipsis, la actriz vengativa, la escritora de literatura erótica
y la esteticién, el señor de derechas y la tatuadora, los esquiadores pijos, los niños, el perro
amante del silencio o la japonesita asexual. Hay paisajes del pasado: el padre,
la amiga de la infancia, los hermanitos revoloteando como polillas, y paisajes
del Más Allá, desde donde habla una señora muerta, y hasta un Dios viejo,
amante de King Crimson.
Media distancia es
el viaje, la infancia, el teatro, el amor y el sexo, pero también es una sátira
de la sociedad posmoderna y sus aterradoras patologías. Relatos de gran peso
emocional, cargados de imágenes y una mirada al bies. Una colección de
historias en las que se mezcla el lirismo y la melancolía con un apabullante
sentido del humor.
Cazarabet
conversa con Clara Járboles:
-Amiga
Clara, ¿dinos, explícanos por qué te dedicas, entre otras cosas, a la
literatura, más concretamente al relato…?. ¿Por qué le has puesto el título
global de “Media distancia”?
-Empiezo por la última, “Media
distancia” hace honor a trenecillo que cojo, un viernes de cada dos, desde hace
nueve años, (desde Zaragoza a Sarrión o a Sagunto), para encontrarme con mi
amor y que, por ser tan lento y renqueante, me ha brindado la oportunidad de
escribir mucho, de hacer borradores, de corregir, de leer, de comer pipas, de
mirar por la ventana, de hacer planes, de romperlos, de soñar, de ver
peliculitas, de escuchar la radio, de mantener conversaciones con personas
desconocidas, y un largo etcétera.
Escribo relatos porque, tal vez,
se parecen a mí: inmediata, sorpresiva y directa, también porque amo los
cuentos, en general, ya que nuestra historia personal se parece un poco a
ellos.
Escribo desde siempre. Soy la
mayor de cuatro hermanos y desde los doce, más o menos, escribía pequeñas
comedias para representar a los mayores. Después inventaba cuentos por
capítulos para contarles cada noche.
Luego ya pasé a la poesía y de ahí a lo demás. Escribo para inventarme, para
viajar, para vivir otras vidas, para reírme hasta de mi sombra, para que me
quieran y para quererme.
-¿Qué
tiene el relato que te hace “sentir” tan cómoda en su particular mundo?
- Me gusta el relato
porque tiene inmediatez, fibra y brevedad. Soy una cuentista.
-Bien,
eres docente, pero, además te dedicas también al teatro, ¿cómo influye está
disciplina literaria en ti como escritora?
-Creo que todas estas facetas se
complementan y alimentan una de la otra. Desarrollan mi imaginación y la
capacidad de observar y comunicar. Además me agarran a la vida y a la realidad.
-Mira,
no sé, pero como el teatro se hace como “de actos y de escenas” ; como “de
casilleros” , como “desde fotogramas” es casi normal que después a la hora de
componer desde la escritura pienses en “pequeñas historias” escritas en forma
de relatos .¿Qué nos puedes comentar?
-Estás en lo cierto. Opino lo
mismo.
-Soy
de las que pienso que el relato es tanto o más difícil de componer que las novelas…porque
hay que ser más concreto, en menos palabras decir lo mismo que en un relato
largo…
-Sí, es cierto, pero para mí la
novela es más difícil, más respetable, como de personas mayores, jajajaja. Requiere paciencia, tesón, perseverancia,
cualidades que tengo que desarrollar un poco más.
-No
sé qué impresión tendrás como docente, pero, aunque me gustaba, te ponían en un
“aprieto” cuando te mandaban en la clase de lengua resumir algo….”acortar
algo”, pero con los años no puedo superar cierta “longitud” en la narración y
me da “taquicardia” con las narraciones un poco más largas…¿Qué nos puedes
decir?
-Bueno, a mí me dan cierta
envidia las personas que escriben largo y bien.
-En
cambio, hay personas que, permíteme que utilice terminología galena, refieren
los mismos síntomas, pero al contrario. Se sienten más cómodos en las
narraciones “de cierta longitud”, en el relato largo o en la novela, desde la
corta a la más larga. ¿Qué nos puedes comentar?.
-¿A qué crees que atiende esto? Creo
que son retos distintos y, tal vez, respondan a objetivos, intereses y
peculiaridades distintas. Depende, sobre todo, de lo que quieras contar o
tengas urgencia por contar. De hecho, yo ahora estoy preparando una novelita.
-Si
te dedicas al teatro, dime, ¿has pensado en ir hacia “hacerte dramaturga”?, más
allá de que veo que ya tienes alguna cosa en este campo.
-Sí, aunque no he publicado casi
nada, he escrito tres obras de teatro. Una de ellas a seis manos. Se llevo a
escena bajo el título “Veraneantas” en Las Palmas.
Publiqué en el 2013 un libro de teatro: “La gata en chancletas” para todos los
públicos.
-En lo de la literatura eres “como muy coral”, tanto que eres
también “narradora oral”, ¿cómo lo haces esto?; ¿bueno
te irá muy bien por lo que tiene de faceta interpretativa, ¿no? ¿Vas por las
bibliotecas y demás?; ¿cuál es tu público?
-Sí, bueno, desde la crisis es
más complicado, pero he estado unos quince años contando en bibliotecas,
colegios, asociaciones, ferias, maratones y también en la calle.
-Este
conjunto de 24 relatos que nos ha convocado, hoy, a mantener este Conversa
con….me da que viene de ser “herencia” un poco de todo lo que haces y
desarrollas como creadora o intérprete, ¿qué es lo que más te “inspira”?
-Mi familia, la sociedad, la
música, el cine, los libros importantes y mis sueños.
-Creo
que eres “muy aragonesa” escribiendo: parca, elegante, pero directa. No empleas
“pamplinas”. Se es muy duro en esta tierra, ¿quizás lo imprime ella?
-Pues sí, con el cierzo, las
calorinas extremas, la boira, las heladas...
-Pero
también como docente, ¿cómo te influye o crees que te influye esta última
faceta?
- La verdad es que al estar tan
a pie de sociedad te enseña mucho de ella y de los diferentes componentes:
tanto los escenarios como las personas que deambulamos por él… Tú lo has dicho,
además te hace revivir la infancia, la sorpresa, el absurdo, el surrealismo y
el amor.
-Has
escrito para el público infantil. Yo lo veo un campo literario dificilísimo y
lo valoro muchísimo, pero a menudo me da que solamente hay que dar como otra
vuelta de turca a los “relatos infantiles” , no hay
tanta distancia entre un relato escrito para el público adulto del que puedes
escribir desde el infantil…y es que el adulto, muy a menudo “es un niño o una
niña grande”. ¿Qué crees?
-Creo que sólo hay literatura de
calidad, que un libro “para niños” es bueno si es bueno para adultos.
-Se
nota que te diviertes en cada uno de los relatos y en cada una de tus historias
que nos propones…es así, ¿verdad?; ¿quién te hizo, amiga, divertirte más a ti?
-A mí me divierten muchas cosas:
mis amigos, la música, el teatro, la literatura (la buena), los cuentos de Quim Monzó, de Empar Moliner, de Lucía Berlín, de Cortazar,
de Kafka...Gracias.
27104
Media distancia. Clara Járboles
Pellejero
132 páginas 15 x 23 cms.
15,00 euros
Mira
Media distancia es un conjunto de
veinticuatro relatos, como horas tiene el día. Son textos independientes, con
entidad propia, que forman parte de un mismo cuerpo.
Media distancia está a medio camino entre
la intimidad del yo y los otros, entre lo real y lo fantástico, entre la
comicidad y la desesperanza y, sobre todo, entre la vida y la muerte. Tiene
mucho de autoficción y está plagado de retales y
moléculas propias. Es como un parque de atracciones con múltiples artilugios.
Tiene un poco de noria y de casa del terror.
Una
concurrida galería de personajes se pasea por estas páginas: la grotesca
cantante de fados, el astrofísico chino que anuncia el apocalipsis, la actriz
vengativa, la escritora de literatura erótica y la esteticién,
el señor de derechas y la tatuadora, los esquiadores
pijos, los niños, el perro amante del silencio o la japonesita asexual. Hay
paisajes del pasado: el padre, la amiga de la infancia, los hermanitos revoloteando
como polillas, y paisajes del Más Allá, desde donde habla una señora muerta, y
hasta un Dios viejo, amante de King Crimson.
Media distancia es el viaje, la infancia,
el teatro, el amor y el sexo, pero también es una sátira de la sociedad
posmoderna y sus aterradoras patologías. Relatos de gran peso emocional,
cargados de imágenes y una mirada al bies. Una colección de historias en las
que se mezcla el lirismo y la melancolía con un apabullante sentido del humor.
Envidio
al lector que se enfrenta por primera vez a las historias de Media distancia.
Envidio su risa, su deslumbramiento. Envidio sus dudas y sus preguntas. Envidio
su pasmo cuando se dé cuenta de que Clara Járboles
está narrando su vida, la del lector (o lectora). (…) Envidio tu desconcierto,
lector. Es posible que también tú tengas que cerrar el libro en algún momento,
abrumado por la risa o muerto de curiosidad. Es posible, incluso, que levantes
la cabeza y mires a tu alrededor, con una ligera inquietud, con la sensación de
que alguien te vigila, de que alguien (Clara, tal vez) se ha metido en tu
cerebro con una vela y una cucharilla y está comiéndose tus ideas poco a poco.
No tengas miedo. Imagínatela allí, en la penunbra de
tu pensamiento. Escucha cómo saborea tu infancia, cómo se traga tus secretos,
con qué satisfacción, con qué aprovechamiento, con qué delicadeza. No te
resistas. Déjate comer. El viaje vale la pena».
(Del
prólogo de Miguel Serrano Larraz)
Clara Járboles
(Zaragoza, 1964)
Se dedica a la docencia, a la escritura y al
teatro. Aunque no vive del cuento, es narradora oral desde 1998. Ha coordinado
numerosos proyectos de animación a la lectura y dinamización de bibliotecas. De
mayor quiere ser cantante de cabaret.
Ha publicado tres obras de literatura infantil: El gigante
del océano (Interseven,
2005), Simón, el Parsimonioso (Interseven, 2008) y La
gata en chancletas (teatro), en 2013. Su libro de relatos
para adultos: Just for Wolf (Círculo Rojo, 2012), fue llevado a escena por el colectivo La Sala
Teatro, bajo el título El balneario de Alice.
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Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
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