La
Librería de El Sueño Igualitario
Aquello
que nos cuenta Carena Editores sobre el libro:
La
regeneración que impregna la vida política debe llamar también a la puerta del
periodismo. “LA PRENSA QUE SE VENDIÓ”, es un análisis riguroso que busca
provocar la catarsis en la prensa que protagonizó la transición. Un libro que
saca a la luz por primera vez y en exclusiva el archivo reservado del último
portavoz del Gobierno de UCD, Ignacio Aguirre. Se
desvelan cartas de los directores de medios y notas internas del Gobierno,
comprobamos cómo se impide la reaparición del diario MADRID, se aplica la
eutanasia a INFORMACIONES y PUEBLO o se defiende perjudicar a EL PAÍS al tiempo
que beneficiar a ABC. Los documentos demuestran, además, la persecución de los
periodistas progresistas. Una política que ha condicionado y conducido a muchos
medios de comunicación actuales a ser voceros del poder.
El autor,
Luis Santos;
Periodista,
crítico y “defensor a ultranza de la ética en su profesión”. Su trayectoria
profesional ha viajado por la prensa escrita, agencias, radio y televisión.
También ha estado en el otro lado: en los gabinetes de prensa de CCOO y en
PSOE. Su mayor labor ha estado ligada al Parlamento desde donde impulsó, con
otros compañeros, la Asociación de Periodistas parlamentarios, de la que fue
presidente.
Cazarabet conversa con Luis Santos:
-Luis, titulas el libro “La
prensa que se vendió”…se vendió en un tiempo, se ha vendido siempre y, de alguna
manera, se sigue vendiendo, ¿no?
-Los
medios de comunicación no han dado respuesta a lo que se denuncia en el libro,
por lo que se puede pensar que el problema de la venta de la línea editorial al
poder sigue abierto. Es verdad que no todos actuaron igual, pero podemos ver el
comportamiento de los grandes grupos de comunicación.
-Y se vende porque la prensa se engrasa por
contratos publicitarios y la publicidad viene, sobre todo, de las grandes
empresas con grandes intereses…
-Estamos
viendo la corrupción política, pero hasta ahora no se había puesto atención a
la corrupción mediática, con todo lo que significa. Si ha existido esa
connivencia entre el poder político y el mediático en la construcción del
Estado democrático, es una consecuencia normal que no haya transparencia sobre
la influencia de los anunciantes en la información que se publica.
-En lo político la prensa parece que juegue, a
veces, a apostar por unos, luego por otros, pero, a la vez, andan con mucho
cuidado con los que quieren desmarcarse de “lo establecido”, es como si
tuviesen marcado un campo de juego y no quisieran que nadie traspasase la
línea…
-Una
pensadora decía recientemente que ahora con los cambios se amplían los límites
de lo posible. Pues eso pasará, espero, con la información. Porque los
periodistas o medios críticos eran expulsados fuera del sistema. En el libro se
ponen ejemplos de cómo se ejecutaban esas exclusiones desde el poder. Pero
también, con qué alegría el poder mediático se prestó a esas prácticas poco
éticas. Es verdad que hasta ahora lo mediáticamente correcto era la alternancia
e incluso que los periodistas cayesen en el frentismo a que daba lugar.
-En realidad la prensa constituye todo un poder,
sea prensa de papel o digital, ¿no?.
-La
prensa escrita está en crisis pero en mi opinión sigue marcando la agenda
informativa. La digital es una opción para dar respuesta a esa crisis en el
aspecto económico, pero no estoy convencido de que haya aportado globalmente
una alternativa de independencia. Porque se siguen produciendo alineamientos.
El poder, como tal, está en recomposición. Hay menos corporativismo rancio,
pero todavía no se vislumbra hacia dónde vamos, en el aspecto informativo.
-¿Lo debe contar todo la prensa o, a veces, debe
valorar poner en la balanza y callar? Supongo que aquí entra y mucho la línea
editorial que todo medio tiene y que es del todo respetable…
-La línea
editorial debe dar contenido a la opinión, que tiene que estar separada de la
información. Ahora se manipula si cabe más la información con la falsa coartada
de la libertad de expresión y libertad de empresa periodística. Resultado, la
información no se contrasta, se cambian elementos esenciales para entenderla o
sencillamente no se publica. Y algunos periodistas incluso se autocensuran,
para mantener el empleo o progresar en la empresa.
-Muchas veces se da el efecto contrario que el
político que tiene mucha, mucha información privilegiada y hoy más que
nunca…pues que juega con ella y o la utiliza directamente para amenazar,
imponer y meter miedo para hacer callar o, la filtran a otros medios. Eso ya es
otra cosa muchísimo más grave. ¿Qué nos puedes comentar?
-Desgraciadamente
no siempre se pueden explicar los vericuetos de cómo se trabaja la información
en el poder político y mediático, como hemos podido hacer con este libro. Yo
animo a que se investiguen otros periodos. Aunque hay que reconocer que el
periodismo de investigación está plagado de filtraciones de políticos
cabreados.
-Vayamos por partes: dedicas el libro a la prensa escrita
(antes a papel y ahora a papel y a digital) porque, además desde las primeras
páginas ya dices que es la que se miraban más los políticos, con la que
“cocinaban las expectativas” y con la se iba más allá con la contratación de
columnas a columnistas con la connivencia del director del periódico…
-La
prensa jugó un papel fundamental en el restablecimiento de la democracia, y en
el tipo de democracia que hemos tenido. Desde ella se conformaba la opinión
pública, se hacía la ingeniería del consentimiento, se establecía la imagen de
los actores que iban a instaurar un nuevo Régimen.
-Recuerdo que hubo periódicos o, más bien,
directores que tomaron las riendas y, verdaderamente, se empecinaron con
algunos temas muy sensibles. Por ejemplo tengo en mente, ahora, al caso GAL, a
Diario 16 y a Pedro J frente al todopoderoso, por aquel entonces, Partido
Socialista. Aquello levantó muchas ampollas que todavía no se han curado y un
antes y un después, creo, en la historia y maneras de hacer del
periodismo….explotando, al final, en una tertulia un jueves noche si no
recuerdo mal con un Corcuera, ministro del Interior, fuera de sus cabales…
-Si, de un Corcuera que se enteraba en directo en un
programa de Televisión que dicho periódico tenía papeles comprometedores.
Papeles que le había dado a ese director de periódico otro ministro. Las cosas
del GAL salían publicadas porque había una lucha interna en el Gobierno
socialista. Es un ejemplo, de lo que decía, el periodismo se nutre muchas veces
de ese tipo de materiales, de filtraciones. Pero el resultado, es lo que
importa, es bueno que se conozcan los hechos.
-Con los años la televisión, sobre todo por las
tertulias, han cogido un poco más de protagonismo y el ejemplo lo tenemos,
ahora, con que los políticos van a los programas en los que se habla de
política, pero también a cualquier magazine…
-Hay
tertulias, que aportan elementos de información y otras que son la reproducción
continua de tópicos periodísticos o políticos. Por otra parte los políticos están
dedicados en cuerpo y alma a que se les conozca, y la moda ahora es llegar a su
intimidad o haciendo deporte de riesgo, más que por su labor de pensadores.
-¿Cómo valorarías los debates que se han llevado a
cabo en esta presente campaña electoral?
-Se
instala la idea de que son necesarios para contrastar las opciones electorales.
Pero hasta ahora hemos tenido avances y retrocesos. La idea de que sean
plurales está más en consonancia con la democracia de calidad. Pero hemos visto
como ha habido intentos de volver en este capítulo al bipartidismo.
-Menos en un debate, el que se
celebró el día 9-12-15 en la primera cadena de la TVE, en el que estuvieron
presentes todos—los que ya tenían representación y los “nuevos”--no todos los
grupos que tenían representación en la Cámara Baja fueron invitados a los demás
debates, ¿cómo lo ves? (En cambio, aunque lógico porque se presentan y son
opción seria, si que fueron los dos partidos nuevos que compiten en las
elecciones generales: Podemos y Ciudadanos)
-Es muy
importante aplicar la ética del pluralismo en los medios de comunicación, que
implica garantizar la expresión de las minorías, para que la gente, los
espectadores puedan elegir finalmente entre los que surgen o tienen un pequeño
papel y con opción real a aumentar su representación. Esa es la revolución
democrática que tienen que hacer los medios de comunicación, empezando por los
públicos. Pero hasta ahora se ha dado el fenómeno contrario en muchas
ocasiones. Por ejemplo, a Izquierda Unida, no se le daba habitualmente espacio
informativo y si se hacía era para destacar sus noticias negativas.
-¿Qué supone ser periodista de la Cámara Baja, el
lugar donde se legislativa, qué supone el cubrir todo lo que se cuece en el
Parlamento…?. Desde fuera parece o puede parecer como tedioso, pero creo que
una vez te metes dentro, entiendes la dinámica y demás, debe ser apasionante…
-A veces
puede deslumbrar estar cerca de los protagonistas de la política, pero pronto
se descubre que estás en una cadena de producción de noticias, donde con
frecuencia prima más la reacción urgente de pasillo al tema del día, que los
análisis de fondo sobre las consecuencias de cada ley. Al poco tiempo se
desmitifica el papel del periodista y uno descubre que el político te utiliza
para llegar a los ciudadanos.
-Pero también has estado formando parte del otro
lado de la trinchera en los gabinetes de prensa de CCOO y el PSOE ¿Cómo fue la
experiencia?; ¿hay tanta presión como se presume?
-Reconozco
que es difícil que una organización política, como se han conocido hasta ahora
desde la transición, y eso ha pasado en las que citas, donde he trabajado, se
entienda la independencia de los técnicos o profesionales.
Hay mucha
presión por ese motivo, y es la que me importa, no tanto la que se deba a los
resultados que haya que obtener en el cometido, en este caso de periodista. Yo
he intentado ser independiente siempre, seguramente no con los mismos
resultados en todas las etapas. Recuerdo que CC.OO. fue en sus
inicios tremendamente pluralista y eso me permitió realizar mi trabajo
sin contradicciones éticas. Y eso que el trabajo era muy exigente, hasta tal
punto que aguanté, con otros muchos, la noche del intento de golpe de Estado en
la sede confederal. Ahora creo que los sindicatos principales, han cambiado a
peor, en la gestión de la información y del pluralismo.
En cuanto
al PSOE, trabajé en un periodo en el que se dio el fenómeno de Borrell, y me
aportó muchas claves de cómo funciona una organización que ha estado
alternándose en el poder.
-A parte de a los intereses económicos, ¿a qué
otros intereses se ha vendido la prensa…al puro poder, simple y llanamente?
-Yo creo
que además de los intereses económicos, la prensa ha querido ser directamente
determinante en la conformación del poder, ser parte de él, darle su ideología
y dotarle de contenidos políticos. Se dio cuenta que había un vacío de ideas
democráticas tras el franquismo y entre construir un periodismo independiente
de servicio a los ciudadanos, o servir a las grandes familias de la comunicación,
optó por esto último.
-Un periodista debe trasladar la información, pero
también debe saber mirar la noticia y darle la vuelta, hacerse preguntas sobre
la misma…hay que ser algo más que “transportista de la información” hay que
hacer un periodismo comprometido que informe, investigue y que se
comprometa—creo yo—por ese término que hoy se utiliza tanto:”…el bien común…”.
¿Qué piensas; qué nos puedes reflexionar?
-No
siempre hay condiciones para el periodismo de investigación en su sentido más
heroico, pero siempre tiene que haberlas para contrastar la información y no
dañar el pluralismo. Yo estoy de acuerdo en eso que se dice de que el
periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Que la expresión
vaya ligada a la libertad es muy bonito, pero el día a día no tiene que
amargarte ese deseo.
-Se dice que políticamente
estamos en una “especie de segunda transición”, ¿también desde lo periodístico
y no me refiero a los formatos—del papel a lo digital que ya es casi
historia---más bien en cómo se debe “hacer periodismo” desde esta inmediatez
que nos dan las nuevas tecnologías y teniendo en cuenta que vivimos esa “nueva
transición” con nuevos actores políticos y sociales porque se ha pasado de los
sindicatos, (por mencionar a los típicos actores sociales) a las asambleas, a
las mareas, al 15M…?
Sí, hay
quien habla abiertamente de segunda transición. De alguna manera se impone en
el lenguaje. En la PRENSA QUE SE VENDIÓ, se demuestra como
se mitificó la primera transición, por lo menos en lo que se refiere a los
medios de comunicación. Y justo la mitifican más los que no hicieron gran cosa
por traerla. Ahora parece que todo está cambiando, principalmente las formas de
hacer política. Todavía no tenemos perspectiva para ver que actores permanecerán,
aguantarán. Pero si sabemos que algunos partidos y sindicatos, lo están pasando
mal. En el periodismo las redes sociales, la información hecha desde abajo y
muchas veces, con más respeto hacia los elementos objetivos de la noticia, que
el que reflejan los medios tradicionales, terminará provocando cambios, pero no
me atrevo a aventurar los plazos ni el resultado final. Cebrián decía, que
parangonando a la película “LOS OTROS”, algunos quizá ya están muertos pero
todavía no lo saben.
En
cualquier caso la regeneración tiene que llegar también a los medios de
comunicación, porque lo que se describe en el libro es la corrupción mediática.
-El periodismo, creo, debe estar en constante
evolución y en constante regeneración desde lo ético… ¿crees que esto se
reflexiona lo suficiente en la facultad de ciencias de la información, de
periodismo o en las diferentes redacciones?
-Sobre la
Universidad no me atrevo a decirlo, pero en las redacciones y en la profesión
en general, la regeneración ética no se tiene presente como tarea permanente,
como motor. Aunque todos los profesionales creen que no incumplen las normas
éticas elementales. El problema es que en los medios públicos el partido
gobernante impone su visión y en los medios privados, condicionan más la
libertad de empresa y los resultados, que la ética. Surgen estatutos de
redacción y consejos de redacción, pero hay una gran hipocresía y la sociedad
todavía no ha impuesto a los medios de comunicación que la ética es una
condición vital para su existencia.
-De todas formas, siguen habiendo demasiados medios
que venden, más allá de cierta tendencia, su línea editorial…se cruza, muchas
veces y muchos metros, la línea de lo ético. Me explico, un medio “X” el que
sea puede tener su línea editorial por ejemplo de izquierdas, pero otra cosa es
“pactar” editoriales; omitir noticias que pasan o tergiversar otras…y eso pasa.
¿Qué nos puedes comentar?
-En el
libro se analiza un período, pero quién garantiza que no se siguen repitiendo
esas ventas de la línea editorial. Entre otras cosas porque muchos de los
protagonistas siguen vinculados a los grandes medios. Y se callan. Por lo demás
insisto, una cosa es la línea editorial y otra la información, que tiene que
ser veraz. En este aspecto hay mucho recorrido por hacer en el periodismo, y en
la calidad de la información y al final de la democracia. Hay que dejar de
amparar socialmente a quien incumple las normas éticas.
-En este país, ya me perdonarás, pero hay
periodistas que no sé cómo pueden serlo…sus formas, maneras, todo lo que hacen,
escriben, hablan….es para vanagloriarse a ellos mismos…son “vedettes de la
información”, nada más…habría que pasar como un psicotécnico de conducta y de
ética, ¿no?
-No soy
nada corporativo y si muy autocrítico. Creo que estamos en la sociedad del
espectáculo y a muchos periodistas entrar a jugar en ese campo les da dinero y
poder personal. Para ello algunos periodistas se convierten en personajes
espectáculo y juegan abiertamente ese papel. Creo que es la traslación de otros
espectáculos televisivos que dan rentabilidad a los medios que los alojan y que
dichos periodistas mimetizan en las formas. Pero esa traslación se produce
también en otras direcciones, como la venta de libros, donde a veces, alguien
de Sálvame o Gran Hermano, se hincha a vender libros. Hay quien habla también
del fenómeno de la banalización de la información en un momento de abundancia
de la misma. Al final, yo creo que la ausencia de ética en la batalla mediática
deja un hueco que llenan productos del espectáculo.
-Ya, por último Luis, ¿debería
haber más allá de un código deontológico una especie de “comité deontológico”
(porque código creo que lo hay, pero lo que no hay es un comité que evalúe
ciertas conductas)que evaluase ciertos comportamientos periodísticos…porque
aquello que no puede ser es que se mienta en un titular a primera página y que
el desmentido salga en una especie de “esquela” en el interior del periódico ,
casi escondido…
-En un
debate con un empresario de comunicación me echó en cara que cualquier control
ético supone ir al totalitarismo. Existen códigos deontológicos y comisiones de
ética en las Asociaciones de la Prensa, además de defensores del lector o del
espectador. Pero sus debates o sus resoluciones están en un plano tan
secundario que no tienen prácticamente incidencia. La sociedad tiene otros
problemas más importantes, pero la información también tiene que ser protegida
y defendida como un elemento de desarrollo igualitario, como una de las
temáticas de vuestra librería, a la que agradezco la oportunidad de expresar
mis opiniones.
21825
La prensa que se
vendió. Luis
Santos
212 páginas
15.00 euros
Carena
La Transición trajo la
democracia a este país, pero no el cambio a todos los medios de comunicación.
Algunos no supieron, o no quisieron, entender que su misión consistía en ser
únicamente mediadores de la realidad. Ahora, la regeneración que impregna la
vida política debe llamar también a la puerta del periodismo.
Tras lo que se revela en este libro, ¿qué harán periódicos que vendieron su línea
editorial al poder? ¿Se pondrán al día con la democracia?
Cer documentos generales:
http://edicionescarena.com/ecomm/libro/la-prensa-que-se-vendio.aspx
Luis Santos Serra. Ha sido siempre periodista, crítico y defensor a
ultranza de la ética en su profesión. Ha hecho su recorrido profesional por la
prensa escrita, agencias, radio y televisión. También ha estado al otro lado de
la barrera informativa, en los gabinetes de prensa de CC. OO. y PSOE. La mayor parte del tiempo ha desarrollado su trabajo
informativo en el Parlamento, donde impulsó, con otros compañeros, la
Asociación de Periodistas Parlamentarios, de la que fue su primer presidente.
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