Los-días-blancos---Marta-Ar.jpgCazarabet conversa con...   Marta Armingol, autora de “Los días blancos” (Pregunta)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial Pregunta publica este libro de Marta Armingol que es una apuesta valiente desde una narrativa descarada y muy dinámica…y más teniendo en cuenta que es la primera novela de esta autora.

Ese “descaro y dinamismo” en la narrativa de Armingol que va desde el retrato de los personajes a la descripción del escenario…no está exento de ser una obra   plagada de madurez. La manera de contar esta historia por parte de esta joven escritora está “trufada” de mucha fuerza y hasta de no poca lírica.

La portada de este libro, editado por Pregunta, es de Óscar Sanmartín.

En la trama Marta Armíngol pone la mirada inquisitiva sobre una historia que habla de “las posibilidades de la redención”.

El relato corto se hizo con el Certamen de Relatos Cortos Tierra de Monegros.

Lo que nos dice la sinopsis de este libro:

Alejandro, un joven de buena familia, provoca un accidente de tráfico y es condenado a trabajos sociales en el pueblo natal de su padre, donde él también pasó dos años en su infancia. Al volver allí, se reencontrará con paisajes y personajes de su pasado, se verá envuelto en una trama de especulaciones urbanísticas y tendrá que decidir el tipo de persona que quiere ser en adelante. 

La autora, Marta Armingol:

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, trabaja como periodista de secundaria y formación profesional.

En el año 2000 fue finalista del Concurso de Literatura Joven de la Diputación  General de Aragón, con el relato :”El corazón de azabache”, en 2015… además es finalista del XII Concurso de Relatos Cortos Luis del Val con “Here comes the sun” y en 2017 ganadora del galardón Relato Monegrino en el XIX Concurso de Relatos Cortos Tierra de Monegros, con “Los gatos no tienen dueño” Su relato “De las manzanas y sus gusanos” fue incluido en la antología “Para escribir el aire”, editada por la Escuela de Escritores de Zaragoza en 2013. Esta, la presente novela, Los días blancos, como decíamos, es su primera novela.

 

 

Cazarabet conversa con Marta Armingol:

marta_armingol_novela.jpg-Marta, nos puedes comentar el por qué o qué fue aquello que te arrastró a  escribir esta novela como muy tuya, muy recogida por el escenario…..casi una narrativa en el que predomina la historia del personaje y aquello que le causa cierta desazón….el entorno, el pasado inmediato con esa situación que le ha llevado a realizar los trabajos sociales…

-Me gusta mucho eso de “una novela muy tuya”…. Supongo que todos vivimos a veces dentro, a veces fuera, de una muralla que construimos alrededor de lo nuestro y de lo que prestamos a los demás.  Cada uno de nosotros nos construimos con aquello  de lo que nos ha rodeado mientras hemos crecido y también del pasado que, por mucho que a veces intentemos ladear, al final para lo bueno y lo malo reaparece. Los recuerdos pueden ser un bálsamo o una tortura. 

Partiendo de esa parte nostálgica creo que, como muchos escritores, me contamino de lo que me rodea. Esta novela está escrita en los años posteriores a la crisis económica, así que era necesario plantear si todo en la vida era una cuestión de dinero, si eso es realmente lo que nos hace felices a los seres humanos. Así que elegí uno de esos vencedores en tiempos de tormenta y lo enfrenté a lo que él podía considerar su pérdida, para luego sacarlo del espejo por una puerta pequeñina que no se había parado a mirar. Porque al final todo es cuestión de perspectiva, ¿no crees?….  


-Es como si él solo, allí dejado como por el aire y las circunstancias, que son las que se ha construido él se tuviese que reconstruir , desde su consciencia, el pasado viviendo el presente…un presente que le va lamiendo el orgullo para poder vivir un futuro, quizás con más dignidad más decencia…

-No es casualidad que la reconstrucción de su pasado sea un puzzle que reparte sus piezas entre noticias de periódico. Sin embargo creo que es el personaje de Julián quien de verdad se encarga de que recupere los pasos que ha perdido.  

En esa reconstrucción hay una crítica a la velocidad de nuestros días. Viajamos en un tren de alta velocidad que no nos permite ser consciente de lo que pasa y a veces es necesario volver al pasado para saber qué estás viviendo en el presente. De unos años a esta parte yo tengo la sensación, quizá es porque me hago mayor y caigo ya en los tópicos, de que el orgullo no tiene los cimientos puestos en aquello que no se ve, sino solo en lo que otros ven. Es muy difícil apreciar la riqueza no material…. sacar al personaje de ese mundo e invitarle a disfrutar de las pequeñas cosas, de cuidarlas, le devuelve la dignidad. Se trata de una sensación de apertura que creo que el lector disfruta y que en cierto modo le reconforta. Es lo bonito de la literatura, sacar a la palestra alguna de las cosas soterradas que nos duelen, y de alguna modo curarlas. 

-Desde los primeros instantes me pareció que Los días blancos al menos para mí como lectora obedecían a que él tenía un montón de días desde donde reescribirse, desde donde reinventarse…como persona y ser humano…¿qué nos puedes comentar?

-¿Y quién no los tiene? ¿Cuántos capítulos inacabados dejamos en la vida? Decidir una cosa y no otra, conlleva unas consecuencias. Una vez que decides volver hacia atrás y recuperar todos esos puntos suspensivos que dejaste sin continuidad, cualquiera puede servir para seguir la historia. En un encuentro con lectores de Los Días Blancos una muchacha de apenas veinte años me dijo, “Has hecho que me replantee la frase -para detrás ni para tomar carrerilla-“, eso creo que es bueno. Que nos demos cuenta de que retroceder no es un fracaso, que solo es otra opción. 

losdiasblancos5.jpg-¿Podría ser o convertirse esto en una especie de cuento o en realidad nace de este género….?

-Contar una historia con elementos tan reales, pero llenos de esa extraña fantasía, requiere un tono adecuado. Eso hace que la novela bordee los límites del cuento. Pero por ejemplo, salvando las distancias, eso ocurre en algunas historias de Carson McCullers como La Balada del Café Triste, no sabes si te han contado un cuento o era una novela llena de personajes extraños y extrañados con lo que les rodea. Eso era algo en lo que me interesaba explorar… Seguramente la novela nace de un cuento, porque yo he escrito más cuentos que novelas (risas), pero hay muchas cosas de esta historia que surgieron de un modo inconsciente y que encajaban… Eso es algo muy divertido, eso es una magia de la literatura que la hace muy adictiva...

-¿Qué lugar, crees,  amiga Marta, casi latente, ocupan los suyos?

-Alejandro busca su sitio. Todos realmente lo buscamos, pero solo lo encontramos cuando creemos que somos necesarios. A veces solo somos piezas que encajan para mover una rueca, pero otra veces somos bisagra… Así que los suyos, su sentimiento de pertenencia a la muralla, hacen que ese lugar en el mundo que tiene junto a su familia merezca la pena y genere ese orgullo invisible del que hablaba al principio… 

-Los olores, el del bizcocho de limón, los silencios, las apagadas y parcas maneras de “acogida”, su prepotencia que casi se ve con el lenguaje corporal que describes en la narrativa, en la atmósfera de la casa y del propio pueblo…

-Somos animales. Unos animales que han desarrollado inteligencia y emociones, pero no debemos olvidar nuestros orígenes. Una canción tiene más capacidad de devolverte un recuerdo que una foto o un aroma puede hacer que experimentemos muchos momentos de felicidad en una sola cucharada. Y de igual manera cuando no nos sentimos seguros nuestro cuerpo es el primero en rechazar el entorno, nos ponemos a la defensiva y, eso, es instinto. Me aburre mucho describir personajes, me divierte más verlos hacer cosas, así ganan credibilidad e incluso me sorprenden. 

-Y también está, como en constante, el pasado de él que le acompaña como de forma fantasmal, ¿no?

-¿Por qué creemos en el pasado? Porque está ahí pero no lo vemos. ¿Por qué creemos en los fantasmas…? La pregunta es muy circular. 

-Marta, ¿cómo se documenta una novela, un relato así?

-Los Días Blancos no es una novela histórica, no es realista, así que para documentarla se requieren grandes dosis de imaginación y volver a alguno de esos lugares que guardamos en el recuerdo como bálsamo y que, en mi caso, me hicieron tener la valentía de dar tres pasos hacia atrás para luego seguir hacia delante. Después se trata de creer en lo imposible, escribirlo y saber que el lector disfrutará soñando con una fantasía que entre letras se vuelve realidad. Así lo sentí mientras lo escribía… los meses de escritura creativa, no así los de corrección, era un viaje continuo por lugares inexplorados… muy divertido, mucho. 

losdiasblancos3.jpg-¿Cómo es tu metodología de trabajo?

-Ufffff.. No te sabría decir y eso me deja en muy mal lugar. No soy una escritora totalmente planificadora, pero tampoco puedo salir a explorar sin un pequeño mapa guía. Sin embargo sí te diré que lo que necesito es tiempo para escucharme la cabeza por dentro, a partir de ahí espero paciente a que la historia se vaya desplegando poco a poco…. 

-¿Eres una autora, una escritora, más de tratar a los personajes que a las tramas o a los escenarios?

-Creo que soy una escritora demasiado joven en el oficio para saber responder a esta pregunta. Los personajes siempre me interesan porque son muy “socióloga”, pero por otra parte he sido muy lectora de relatos de Realismo Sucio, sobre todo de Carver, y me encanta como los escenarios actúan con afectaciones para los personajes y la historia. 

-Bien, amiga, ¿estás trabajando en algo en estos momentos que nos puedas contar?

-En este momento estoy trabajando mucho, pero escuchándome poco la cabeza por dentro (risas). Pero lo más reciente en lo que he trabajado ha sido en una colaboración que saldrá en la próxima entrega de la Revista Turia. No os lo perdáis. 

-Por cierto cómo ha sido trabajar con una editorial, tan cercana, como es Pregunta…

-Reyes y David fueron una gran alegría cuando decidieron publicar mi novela y, una vez publicada, está siendo aún mejor. Desde el primer momento me he sentido muy cómoda, las presentaciones y las no presentaciones en las que hemos estado juntos han sido divertidísimas y enriquecedoras y en todo lo demás su apoyo ha sido esencial. Ellos me abrieron las puertas de un mundo en el que yo tenía mucha curiosidad por entrar y con ellos te sientes en casa… ¿Qué más se puede pedir?

-Además, creo, permítenos la libertad de decirte que tienes la gran suerte de contar con la colaboración desde la ilustración y la portada d´Oscar Sanmartín….

-Bueno, eso fue un regalazo… Las portadas de Óscar Sanmartín son míticas, así que poder contar eso en tu novela es una muy buen puerta de entrada, que ya les agradecí en su momento tanto a Reyes y David como a Óscar… Además, lo más curioso es que detrás de la portada hay una historia de la magia de las pequeñas cosas que me guardo por si voy a presentar la novela por vuestra tierra… 

 

 

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