La Librería de El Sueño Igualitario

800_portada-pro.jpgCazarabet conversa con...   Javier Mayoral, autor de “Periodismo herido busca cicatriz” (Plaza y Valdés)

 

 

 

 

 

 

Plaza y Valdés publica un libro que mira, muy de cerca, como hurgando, en la profesión periodística.

El libro, una reflexión, un ensayo,  de Javier Mayoral,  viene con el prólogo de Iñaki Gabilondo que se encuentra dentro de la materia de Comunicación de esta editorial.

Lo que nos cuenta el libro desde el prólogo de Iñaki Gabilondo:

Este ensayo analiza algunos de los problemas fundamentales del periodismo: la crisis de identidad y la pérdida de credibilidad, la creciente espectacularidad del relato, la búsqueda (a veces compulsiva) de buenos datos de audiencia, la caída en desgracia de principios deontológicos básicos o la necesidad de una regeneración profesional.

La información —sostiene el autor— ha dejado de ser el objetivo básico de los medios de comunicación. Ahora interesa en la medida en que genera interacción, conversación social, algarabía. Esto altera definitivamente el concepto clásico de «información» y de «noticia». Los medios aspiran a ser un lugar de paso. Las empresas periodísticas necesitan que la gente circule por sus páginas. Los contenidos —todo aquello que antes buscaba acercarse a la realidad, a la verdad— pasan a ser meras estrategias de seducción para engordar los datos de audiencia.

Este texto combina la reflexión académica con las aportaciones de once periodistas españoles con una sólida trayectoria profesional: Iñaki Gabilondo, Lucía Méndez, Soledad Gallego-Díaz, Enric González, Álex Grijelmo, Ignacio Escolar, Vicente Vallés, Paco González, Rosa María Calaf, José Antonio Zarzalejos y Jesús Maraña. Por eso este libro es una herramienta excelente tanto para periodistas, estudiantes y profesores. En especial para para aquellos que se niegan vivir instalados en el lamento. Es tiempo de buscar soluciones. Es tiempo de generar debates y formular propuestas de regeneración. Solo así encontrará el periodismo una vía de escape. De otro modo, la herida nunca se convertirá en cicatriz.

El autor, Javier Mayoral:

Javier Mayoral es doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Filología Hispánica. Desde el año 2000 imparte clases en la Facultad de Ciencias de la Información (UCM). En la actualidad es director del departamento de Periodismo y Comunicación Global. También ha sido profesor en la Universidad Camilo José Cela.

Sus trabajos de investigación se han centrado en la narrativa audiovisual, el uso de las fuentes de información y la obra del columnista Francisco Umbral. Entre sus publicaciones cabe citar Redacción periodística: medios, géneros y formatos (2013), La creatividad transgresora en las columnas de Francisco Umbral (2011), El uso periodístico de las fuentes en radio y televisión (2009) y Redacción periodística en televisión (2008). Además, ha publicado una novela sobre periodismo (No te fíes del cielo), una novela infantil (La abuela más traviesa del mundo) y dos poemarios (Si por azar Pateras de seda).

Su carrera profesional como periodista se ha desarrollado en los Servicios Informativos de Telemadrid. Durante los años 2000 y 2001 fue director de los informativos de fin de semana. En el año 2000 recibió el Premio Larra de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).

 

 

Cazarabet conversa con Javier Mayoral:

asasa.jpg-Amigo, ¿cómo es el porqué del libro que acabas de editar con Plaza y Valdés?

-Este es un libro de que nace, como sugiere el título, de una herida. Escribo siempre para buscar, para comprender. Esta vez escribo también para trazar posibles cicatrices. Me sentía en deuda con los compañeros periodistas que han sufrido los efectos más devastadores de la crisis. Pensé que algo (algo pequeño, sin duda, pero algo) podía hacer. Así que me puse a pensar y a dialogar con otros periodistas. El resultado final es este libro que solo pretende avivar un debate necesario sobre esta profesosión esencial para la salud democrática de un país.

-Bueno, amigo, si el periodismo debe buscar cicatriz…es que está herido o muy herido, ¿no?; ¿cómo es la herida? Y ¿cuál el “agente u agentes” que la generaron?

-Muy herido, sí... Hay multitud de aspectos que han ido conflueyendo en esa crisis del periodismo: la crisis del modelo de negocio tras la irrupción del nuevo orden digital, la crisis económica general, el impacto de las nuevas tecnologías, etcétera. No obstante, yo creo que nuestra herida más grave es la pérdida paulativa de credibilidad. Los ciudadanos desconfían de las informaciones que publican los medios de comunicación. Y eso es lo peor que le puede ocurrir a un periodista o a un medio. Si los ciudadanos no nos creen, si no merecemos su confianza, ¿no será que lo hemos hecho y lo estamos haciendo rematadamente mal? En este momento creo que existe además otra crisis en el periodismo: una crisis de identidad. Debemos preguntarnos qué queremos hacer, qué pretendemos ser, cuál debe ser nuestra función en la sociedad actual. Me parece que hay una enorme confusión a propósito de este asunto central: ¿en qué consiste realmente -y en esencia- nuestro trabajo?

-La herida está relacionada con la crisis, pero si no hubiese sido la crisis presente---socioeconómica, ciudadana y casi te diría como “de valores”-- hubiese sido cualquier otra cosa la que hubiese hecho removerse los cimientos de la “ética periodística” desembocando en una crisis interna en la profesión…

-La palabra "ética" es fundamental. Cuando doy clases de "Redacción periodística", una y otra vez acabamos hablando de cuestiones deontológicas. Y entiendo que es muy sano reflexionar sobre ciertos principios éticos que parecen incuestionables en los códigos, pero que en la realidad profesional casi nadie respeta. ¿Los rumores son noticia? Si atendemos a lo que dicen los códigos deontológicos, no lo son. Si atendemos a los medios, lo son: todos los días vemos publicadas decenas y decenas de noticias que son simples rumores. ¿La información se puede combinar con la opinión? Los códigos éticos dicen que no. La realidad periodística cotidiana dice justamente lo contrario. Creo que es imprescindible revisar todo lo que pensábamos indiscutible. Quizá no haya nada indiscutible. 

-La profesión venía ”bien tocada” desde cuándo, pero ¿por qué?

-La profesión está en crisis desde que nació. En el libro recuerdo que ya en 1887 se publicó un artículo que augueraba "El fin del periodismo". Y los argumentos que empleaba el autor se parecen bastante a los que se han utilizado más de un siglo después. ¿Por qué esta crisis? Dejemos a un lado algunos elementos importantes pero coyunturales (el modelo de negocio, la crisis económica general, etc.). El periodismo ha tenido siempre un un alma de doble filo: supuestamente controla al poder y sirve a los ciudadanos. En cualquier caso, mira a ambos. Al poder y a los ciudadanos. Me temo que en algún momento se invirtieron las tareas: los medios y los periodistas controlamos a los ciudadanos y nos pusimos al servicio del poder. Suena rotundo, pero creo que hay mucho de verdad en esa visión tan crítica. Quizá por eso los ciudadanos empezaron a desconfiar de nosotros.   

javier-mayoral-fotos-de-mar.jpg-¿Todo o todos los males que lleva en la mochila el periodismo como cualquier otra profesión se vieron potenciados  con “la nueva era digital”?

-No lo creo. En muchos aspectos las nuevas tecnologías nos han ayudado. Nunca fue tan fácil como hoy crear y desarrollar un medio de comunicación. Nunca como hoy ha sido tan difícil ocultar una información relevante. El artículo sobre "El fin del periodismo" que citaba antes iba justamente en esa línea: la tecnología como fuente de todos los males de la profesión. No lo veo así. Creo que el problema es más bien cómo estamos utilizando esas nuevas tecnologías.

-Pero hemos vivido y hemos sido testigos de verdaderas “malas praxis” de esas que van de la negligencia hasta “la malignidad”. ¿Qué nos puedes comentar?

-Lo primero que debemos hacer los periodistas, a mi juicio, es justamente reconocer que hemos hecho las cosas mal. Hemos accedido a publicar trabajos que deberían avergonzarnos. ¿Alguien imagina que le pidiéramos a un médico operar sin anestesia? Nosotros lo hemos hecho. Hemos publicado noticias que no eran noticias, sino burdas manipulaciones que solo pretendían engañar o confundir. La precariedad laboral que sufrimos explica buena parte de lo sucedido, pero no justifica nada. Un periodista que cuenta como verdad inobjetable algo que no ha comprobado (algo que ni siquiera es comprobable) se comporta como un vulgar propagandista. Eso hemos sido con frecuencia: propagandistas, colaboradores necesarios de propagandistas.  

-La verdad es que empleaba en la anterior pregunta el pretérito o pasado  porque “por higiene mental” y por salud, terminamos, muchos,  por “dejar de lado” casi todas las tertulias, muchos programas o pones en el congelador a no poca prensa….¿Qué nos puedes comentar?

-En muchas tertulias los periodistas se han convertido en personajes de un espectáculo audiovisual que poco o nada tiene que ver con el periodismo. Si un periodista se comporta como un político, ¿cómo va a resultar creíble? En ciertos momentos parece que hemos vuelto al viejo periodismo del siglo XIX, tan vinculado a banderas políticas y a postulados absolutamente previsibles.

-Bien, el periodismo deportivo, sí, es un síntoma, pero casi te diría que más que un síntoma una especie de “punta de iceberg” que esconde “esa mala praxis” con la que un médico mataría a un paciente y que aquí, un profesional de la información está matando al mensajero, a su propia profesión ¿Qué nos puedes comentar?. “Pan para hoy y hambre para mañana…”.

-Sigo con interés el periodismo deportivo. En gran medida por eso: porque anticipa comportamientos del periodismo generalista. Conviene ver bien qué ocurre en ese mundo del periodismo deportivo. A mí me asombra, por ejemplo, cómo los medios especializados en deporte han conseguido hacer aparentes noticias sin información de ningún tipo. Me parece algo más complicado -y también más peligroso- de lo que a simple vista parece. Ese tipo de estrategias ayudan a seducir audiencias, pero no tengo nada claro que permitan recuperar la credibilidad de la profesión. En ese sentido sí que es hambre para mañana.

-Pero yo me niego a decir o a pensar eso tan recurrente: “que toda la prensa miente”; “los y las periodistas son  todos iguales”;”todo son mentiras”…Me niego porque sé que no es así y porque he conocido a profesionales que han hecho y todavía intentan hacer el trabajo de manera digna…

-También me niego. Además de un problema de autocrítica, el periodismo tiene un problema de autoestima. Lo primero que debemos preguntarnos es cómo sería este mundo nuestro sin periodismo. Estoy seguro de que sería infinitamente peor. El periodismo es esencial para una sociedad democrática. Hay muchos periodistas (y medios) que cumplen con su tarea. Nos escandaliza, con razón, que haya excepciones. Incluso podemos decir que hay comportamientos periodísticos aberrantes con cierta frecuencia. Eso es cierto. Pero al mismo tiempo tenemos que entender y explicar que el trabajo de muchos medios y periodistas es admirable. Y absolutamente esencial para que los ciudadanos sean libres en una sociedad como la nuestra.

-Otra cosa es que las circunstancias les dejen o que puedan con todo. ¿Qué nos puedes comentar?

-Hablaba antes de la precariedad laboral. Cuando sabes que juegas el puesto de trabajo, a veces cumplir con tu tarea es cosa de héroes. Y no es fácil ser héroe o heroína. Muchas empresas buscan resultados rápidos, audiencias inmediatas, textos que generen la reacción masiva de los usuarios. Es difícil hacer buen periodismo en ese contexto.

-Pero para dignificar la profesión hay que “denunciar” esas malas praxis, esas negligencias….¿se puede o hay mucho corporativismo?

-Creo que debe haber asociaciones de periodistas dispuestas a denunciar las malas prácticas. Y, en sentido contrario, dispuestas también a reconocer el valor del trabajo bien hecho. Nunca como hoy se ha hablado tanto de esta profesión. El meta periodismo llena muchas páginas de los medios y atrae la atención de las redes sociales. Me parece que es bueno denunciar las malas praxis, aunque reclamo que esa denuncia no se fundamente en un insulto fácil. Es imprescindible argumentar bien la denuncia, por radical y contundente que esa denuncia sea.

-Otra “piedra de toque” con la que debe “lidiar” el periodismo es “el darse lustre a ellos mismos”. ¿Cómo lo ves?. A veces, me da, que se están mirando el ombligo demasiado y para hacer “muy poco examen de conciencia”. ¿Qué nos puedes reflexionar?

-Los periodistas tendemos a la crítica, pero nos cuesta mucho más hacer autocrítica. Y desde luego a veces nos vence la vanidad. Nos creemos que somos los protagonistas de las historias que contamos. Es fácil caer en esta trampa. Nunca somos protagonistas. Nuestra tarea consiste en buscar, mirar, verificar y contar. Eso ya es mucho. No hace falta que salgamos en la foto.

javier-mayoral-fotos-de-m.jpg-Quizás lectores y/o usuarios de la televisión y la radio o de los medios digitales deberían saber que hay que trabajarse, de alguna manera, también la información que nos va llegando…hay que saber qué se lee, la línea editorial, quién hay detrás del medio, quién lo alimenta….hacer como una constante criba , pero claro en el período de aprendizaje se nos van cayendo o desmoronando muchos “castillos llenos de ideales” .¿Qué nos puedes decir?

-Me parece fundamental que los ciudadanos aprendan, incluso desde la escuela, a consumir información con sentido crítico. Es importante saber qué hay detrás de esta gran industria de contenidos informativos y de entretenimiento. Hay que saber cómo se construye un relato, para qué sirven las fuentes, qué relación hay entre un titular y el cuerpo de una información. No se suele hablar de la responsabilidad de las audiencias en la mala calidad de los informativos de radio, de televisión, o en los contenidos de los medios impresos. Ciudadanos críticos y cultos generan medios de comunicación rigurosos y de calidad. 

-Bien, si hablamos de “esa alimentación” del medio medios  estaremos tocando materia muy, muy sensible, ¿verdad?...porque no deja de ser “la mano que mece la cuna” y “esa mano” , claramente, es la dueña del mundo, de este mundo de la información tan frágil….¿Cómo encontrar la “fórmula precisa” para que el periodismo sobreviva entre una sociedad neoliberal y entre un caldo de cultivo tan sumergido en el capitalismo más feroz?

-Los medios de comunicación públicos deberían garantizar información rigurosa y plural incluso en un contexto de competencia económica feroz. En España los medios públicos han sido casi siempre medios gubernamentales. Y eso es una tragedia para la sociedad. hay que buscar fórmulas que garanticen la independencia de los medios públicos para que el trabajo de los periodistas sea profesional. Si hay voluntad de lograrlo, las medidas son relativamente sencillas. Basta con mirar en alguno de los modelos de radiotelevisión pública de otros países. No digo que los medios privados no puedan hacer buen periodismo. Lo que sugiero es que los medios públicos no deberían poder hacer nada más que eso: periodismo plural y riguroso. 

-¿No se nos deben quebrar las esperanzas porque, además, ya de entrada  y en este preciso memento necesitáis de que la gente os arrope un poco para seguir adelante…es la pescadilla que no deja de morderse la cola, ¿verdad?

-Necesitamos a ciudadanos interesados por este tipo de asuntos. ¿A quién no le interesa lo que ocurre en los medios de comunicación? Por eso este libro no quiere ser un texto solo para estudiantes de periodismo o para periodistas. Cuando escribía, pensaba siempre en los ciudadanos, aunque no tuvieran conexión directa con esta profesión. Sin el apoyo de la sociedad, el periodismo no existe. Se convierte en un juego publicitario, propagandístico o de relaciones públicas. El periodismo se debe a los ciudadanos. No obedece al poder. Más bien al contrario: sirve para controlar al poder. A veces, como comenté antes, se nos olvida ese principio esencial.

 

(Fotografias de María Gil)

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