Cazarabet conversa con... Miguel Riera Montesinos, editor del libro
“El Berlín demónico” (Montesinos) de Walter Benjamin
El
sello Montesinos de Ediciones El Viejo Topo, que dirige Miguel Riera
Montesinos, nos acerca este ensayo del escritor berlinés que recopila toda una
serie de charlas, casi más bien a modo de relato que el alemán, desde las
emisoras de Berlín, pero también de Frankfurt, dirigió a niños y jóvenes...
En
las charlas, muy entretenidas, tejidas por narraciones protagonizadas por
bandoleros, gitanos, brujas, titiriteros... Walter Benjamín, con maestría en el
lenguaje y en la comunicación escrita, intenta hacer entender la historia
pasada, pero también la presente...
Al
público más joven, a menudo, se le sumaban o se le iban sumando no pocos
adultos que se fascinaban por cómo era capaz de entretener.
Son
relatos radiofónicos que rozan, por su embriagadora imaginación, a lo
fantástico...
La
portada de este libro que nos llega en castellano gracias a Montesinos después
de más de treinta años es un dibujo pintado en 1920 por el pintor suizo Paul
Klee y que adquirió el propio Benjamin.
Hoy
el sello narrativo Montesinos de Ediciones de El Viejo Topo lo rescata para que
todos lo podamos gozar.
Lo que dice el libro: Entre 1927 y 1932 Walter Benjamin
realizó una serie de charlas radiofónicas
dirigidas a niños y jóvenes
que se difundieron a través de emisoras de Berlín y Frankfurt. Oficiando como un agudo pedagogo,
Benjamin proporcionaba a su auditorio –que a menudo incluía también a los
adultos, capturados por la belleza e inteligencia de las palabras del filósofo alemán–
claves para comprender tanto la historia pasada como los acontecimientos del
momento, a través de narraciones sobre gitanos
y bandoleros, titiriteros y brujas, Fausto y Cagliostro,
catástrofes naturales o la ley seca, dando
lugar a un libro delicioso y esclarecedor que hoy se nos antoja más dirigido a un público
adulto que aquel para el que originalmente estas charlas fueron concebidas.
Nos acercamos a este escritor alemán: Walter Benjamin (Berlín,
1892 – Port-Bou, Gerona, 1940) filósofo y crítico literario alemán de origen
judío. Estudió en Berlín, Friburgo y Múnich y se licenció en Berna (1918) con
una importante disertación sobre el Concepto de crítica del arte en el
Romanticismo alemán (Der Begriff der
Kunstkritik in der deutschen Romantik).
La propia editorial en la solapa del propio libro nos dice un poco
más del escritor alemán: nació en Berlín el 15 julio de 1892 en el seno de una
acomodada familia judía. "Vine al mundo
bajo el signo de Saturno –escribió en una
ocasión–, el planeta de la revolución lenta, el
astro de la indecisión y del retraso",
sello de su personalidad melancólica y de su
infortunio. Tristeza y soledad marcaron su corta vida y su suicidio, pero también le convirtieron en el crítico
más lúcido de
la modernidad. Próximo a la teología
judía que le transmitió
su amistad con Scholem e influido por el marxismo de
Brecht, quiso conciliar ambas escuelas de pensamiento con su propia teoría de la experiencia y un singular análisis filológico
que había heredado de la tradición
alemana y de su inclinación hacia la cultura
francesa. Durante la década de los treinta
estuvo vinculado a la Escuela de Frankfurt, aunque siempre se definió como "investigador y escritor
independiente". Inclinado vertiginosamente hacia la muerte, había pensado en el suicidio al menos en dos
ocasiones antes de llevarlo a cabo en Port Bou en septiembre de 1940.
Cazarabet conversa con Miguel Riera
Montesinos:
-Amigos, ¿por qué
elegís editar, de nuevo y después de más de treinta años que nadie lo hacía, El Berlín demónico
de Walter Benjamín?
-Hemos iniciado este año una recuperación de libros
que hacía décadas que no estaban en el mercado. Se publican decenas de miles de
libros cada año en España, y es lógico que muchos desaparezcan de las
librerías. Recuperando pequeñas joyas como este libro de Benjamin
evitamos que caigan en el olvido.
-Un
libro compilatorio de relatos radiofónicos, para niños, jóvenes y no tan
jóvenes que dice, además, mucho de la imaginación desbordante del escritor
alemán...
-Imaginación, sabiduría... lo más increíble es que estuviera
dirigido a los niños y los jóvenes. Atestigua una cierta caída del nivel
cultural de las más recientes generaciones. Y eso debería preocuparnos
seriamente.
-
¿Por qué os ha sido tan atractivo acercaros a él?
-Basta leerlo para comprenderlo. Es un libro
delicioso.
-De
entrada es atractivo para cualquier público lector
que, inclusive, lo único que quiera y pretenda es acercarse al "mundo Walter Benjamín como pensador versus escritor, ¿no?
–Es atractivo para quien quiera pasárselo bien,
disfrutar con la lectura. Claro que detrás está un brillante pensador como Benjamin, aunque la sencillez del lenguaje hace que casi
nos olvidemos de que se trata de uno de los autores más importantes del siglo
pasado. Hay que tener en cuenta que se trata de textos escritos para ganarse el
sustento, nada académicos, sencillos e incluso divertidos, pero siempre con el
sello de su extraordinario talento.
-Benjamin, ¿se muestra en El Berlin demónico más conciliador y
conciliado con la vida que en otras de sus obras?
-Sí, desde luego. Creo que en sus relatos radiofónicos
hizo un esfuerzo para desembarazarse de una angustia que nunca le abandonó. La
tristeza y la melancolía impregnaron su vida, pero no quiso transmitir esa
clase de sentimientos a los jóvenes.
-El
Sello narrativo Montesinos: ¿qué busca editando, casi rescatando, libros como
el presente de Walter Benjamin?
-Como ya he dicho, se trata de recuperar textos
importantes caídos en el olvido. Y hay muchos.
-Creo que en todo lo
bueno hay algo de malo y en todo lo malo algo de bueno, pero sobre todo creo
que aún en lo malo y en lo peor, hay que intentar buscar un atisbo de
"bueno.... porque, seguro, que lo hay solo hay que empeñarse en
buscarlo. ¿Crees que detrás de ese talante melancólico, lleno de
indecisiones... tristezas y sinrazones de Benjamin
está parte de lo mago que era en las palabras y en el uso de estas en la
expresión escrita?
-No sé qué contestar a eso... Creo que Benjamin recibió influencias casi antagónicas en el plano cultural.
Por un lado, la teología judía que le llegó a través de su amigo Scholem; por otro el marxismo a través de Brecht y luego de
la Escuela de Frankfurt; finalmente la locura del nazismo... Había pensado al
menos dos veces en el suicidio hasta que finalmente lo llevó a cabo en Port
Bou, abandonando la maleta con su último libro, perdido ya para siempre... Era
un personaje complejo y lúcido, agudo en el análisis y sensible a los
acontecimientos de su tiempo. Quizás interiormente vivía fuera de ese "su"
tiempo.
-
¿Cómo lectores qué es lo que más os llama la atención de Walter Benjamin?
-Esa agudeza en sus análisis. Su mente era como un
bisturí, capaz de separar fácilmente el grano de la paja. Fue capaz de medir
las consecuencias de las transformaciones tecnológicas del siglo y de mirar
lúcidamente el pasado.
-
¿Y cómo editores que es lo que más os gusta transmitir?; ¿Con qué os agradaría
que se quedara la gente desde la lectura de Walter Benjamín?
-El Berlín demónico es un libro para disfrutar. Y de paso aprender algunas cosas, que nunca
viene mal.
-Walter
Benjamin, en principio, esto lo escribió, lo de los
relatos radiofónicos, dirigiéndose al público más joven, pero pronto estos
relatos serán tanto o más escuchados por el público adulto.; ahora, que lo estoy
leyendo...sí, perdona, tiene un tono, de entrada, como de querer
dirigirse de manera divulgativa a gente joven que desconozca o semidesconozca el pasado e incluso el presente---finales de
los años veinte y primeros treinta---
-Yo creo que en los relatos hay una intención de hacer
pensar. Cuando habla del cambio urbanístico de Berlín, o de la toma de la
Bastilla, del fraude filatélico o del terremoto de Lisboa, por poner algún
ejemplo, nos está hablando de algo más. Dejemos que el lector lo advierta.
-
¿Cómo definiríais, amigos, al Sello Montesinos dentro de Ediciones de
Intervención Cultural?
-No sabría qué decir más allá de palabrería hueca.
Digamos que publicamos novelas y ensayos de calidad, nada de textos de
autoayuda y cosas similares que encuentran salida en otras editoriales. Ese
criterio lo compartimos con otros sellos hermanos, de la casa: El Viejo Topo,
Pier de zapa, Icaria y Biblioteca Buridán.
-
¿Qué idiosincrasia tiene, trabaja, retiene y qué "memoria editorial";
qué huella editorial quiere dejar Montesinos?
-Somos una editorial modesta. No sé si habremos dejado
alguna huella. Tal vez la recuperación de Wilkie Collis,
ya desde los años 80 del siglo pasado. En cualquier caso, eso habrá que
preguntárselo a los lectores.
-
¿Nos podéis dar alguna pista sobre lo que estáis trabajando ahora...?
-Pronto aparecerá otro rescate: Don Rodrigo. Crónicas del Valle de las Sombras. Se trata de una
novela gótica de Lord Dunsany. Es de las que
enganchan, y también lleva décadas ausente de las librerías.
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