Historia

Crónica rural de la posguerra con el maquis de fondo, en Requena-Utiel

 

 

Seguimos las huella de los Maquis, la resistencia al franquismo y es que , desde los diferentes apartados, que conforman las diferentes paradas dentro de los kilómetros del País de Cazarabet ya hemos ido mirando a este fenómeno que fueron “los del monte”, los maquis en esta zona que estaba muy en ósmosis y relación con otras zonas. Los maquis que conformaban la resistencia del A.G.L.A. se movían intensamente por un buen “bocado” de territorio.

Nos vemos con la oportunidad al tener al alcance algunas lecturas de nuevas incorporaciones en investigación, estudios, escritos o tesis sobre el fenómeno maquis del que nuestra zona es “harto sensible”…Entre las muchas incorporaciones en forma de investigaciones o estudios que ven la luz con libros o trabajos volcados en webs, blogs y demás, nos gustaría destacar el libro que editaba hace un tiempo Teófilo Gallega sobre la guerrilla contra el régimen de Franco en la comarca Requena –Utiel. ¿Una corca demasiado lejana para nuestro Territorio Cazarabet?, no…les aseguramos que en el contexto de la guerrilla y del maquis Requena –Utiel no estaba, ni mucho menos, lejos de nosotros.

 

 



08_gallega_guerrilla.jpgCazarabet conversa con...   Teófilo Gallega, autor de “La guerrilla antifranquista en la comarca Requena-Utiel (desde sus orígenes hasta 1947). Crónica rural de la postguerra” (Institució Alfons el Magnànim)

 

 

 

 

 

Desde la pluma de Teófilo Gallega nos reúne, gracias a la edición de la Institución Alfonso el Magnánimo y dentro de la colección Estudios Comarcales en su nº8, un estudio profundos sobre la guerrilla antifranquista en la Comarca Requena-Utiel desde sus orígenes hasta el año 1947

Lo que nos dice la editorial. La sinopsis del libro:

http://www.alfonselmagnanim.net/?q=es/Llibres/la-guerrilla-antifranquista-en-la-comarca-requena-utiel-desde-sus-or%C3%ADgenes-hasta-1947

La presente obra investiga, en forma de crónica, el fenómeno histórico de la resistencia armada antifranquista (o guerrilla) en la comarca Requena-Utiel, zona originaria del 5º Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón.

Para su elaboración se ha recurrido a un exhaustivo manejo de fuentes archivísticas, en hemerotecas, bibliográficas y orales. Por las páginas de este libro desfilan cientos de personas que, en julio de 1936, se enfrentaron a la sublevación militar contra el Gobierno de la República y que tras la derrota de abril de 1939 no se resignaron a mantener una actitud sumisa ante la despiadada dictadura del general Franco, en oponerse a su a través de la militancia clandestina en partidos y sindicatos y  ilegalizados por el régimen y, con mayor compromiso y riesgo, al formar parte de las organizaciones antifranquistas de la Resistencia que apoyaron a la guerrilla o colaborando de forma individual con ella. Descubriremos la trayectoria política y vital de los guerrilleros y de sus colaboradores , las acciones que llevaron a cabo, la brutal violencia ejercida por las fuerzas represivas para aniquilar cualquier tipo de oposición y la negligente y arbitraria actuación del aparato administrativo y judicial del régimen a la hora de aplicar justicia.

Teófilo Gallega es profesor de árabe en la Escuela Oficial de Idiomas de Valencia. Ha publicado algunas tareas en el campo de la didáctica de esta lengua y como en el los estudios andalusíes.

 

 

Cazarabet conversa con  Teófilo Gallega:

s200_te_filo.gallega.jpeg-Amigo Teófilo, ¿qué es lo que te ha llevado a escribir este estudio, muy minucioso y preciso, sobre la memoria del maquis la Comarca de Requena- Utiel?

-Amigo Javier. En primer lugar, he de decirte que mi relación con este estudio es un poco especial pues yo no provengo del campo de la Historia contemporánea, ni siquiera de la Historia en general. El detonante que me llevó a empezar este trabajo fue el hallazgo de los restos de mi tío abuelo Federico Gallega García en una fosa común en Huélamo en el año 2006. Federico había marchado voluntario al frente tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, como muchos otros antifascistas. Militó en el Partido Comunista y al acabar la guerra fue encarcelado. Cuando obtuvo la libertad condicional en 1943 se unió a otros compañeros que habían reorganizado el partido de forma clandestina en la aldea de Jaraguas desde 1941. Por esas fechas también se habían constituido numerosos Comités locales del PCE en la comarca: Requena, Utiel, Camporrobles, Venta del Moro, etc. Eran organizaciones de la Resistencia antifranquista que crecían en España al igual que surgían organizaciones de la Resistencia en los países ocupados por los nazis. Algunas de estas organizaciones, como la de Camporrobles, ya empezó a colaborar con la guerrilla urbana antifranquista de València y el grupo de Gandía desde antes de la llegada a la comarca de los primeros guerrilleros enviados desde Francia por el PCE. Fue a finales de diciembre de 1945 cuando llegan Emilio Cardona (Jalisco), Atilano Quintero (Tomás) y Fulgencio Sirvent (Rodolfo) a Campo Arcís, de donde era Jalisco. Ellos, junto con otros que se les unieron, serán los que articulen la lucha armada en la comarca Requena-Utiel, que meses después se constituirá en el 5 Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante.

Los Comités locales del PCE de Venta del Moro, de Jaraguas y de otras de las aldeas dieron soporte a los guerrilleros desde el primer momento. Federico será uno de sus enlaces y puntos de apoyo. En septiembre u octubre de 1946 tuvo que incorporarse a la guerrilla para no caer en una redada. Falleció el 3 de junio de 1949 en un encuentro con la Guardia Civil en la sierra de Valdeminguete, en Huélamo. Fue enterrado en una fosa común en la que cuatro años antes también habían enterrado a otros dos guerrilleros fallecidos en Huélamo. En octubre de 2006 la ARMH de Cuenca procedió a la exhumación de los cuerpos de los dos guerrilleros fallecidos en 1945 a petición de sus familias, uno era de Puebla de Alcocer (Badajoz) y el otro de Granada. En el proceso de exhumación dieron con los restos de Federico y también los exhumaron. Pero hasta pasados varios meses no lograron localizar a ninguno de sus familiares. Un buen día sonó el teléfono y le dieron la noticia a mi padre del hallazgo y exhumación de su tío Federico. Mi padre no había vuelto a saber nada de él desde 1947. Ahora sabemos que falleció el 3 de junio de 1949 en un encuentro con la Guardia Civil. Hay constancia documental de que desde 1950 el Tribunal Militar de València, el Ayuntamiento y el Juzgado municipal de Huélamo ya conocían la identidad de Federico, de hecho, en esas fechas se añadió su nombre en el acta de defunción. Pero jamás se comunicó a sus familiares su muerte. Federico Gallega se convertía así en un desaparecido más de la dictadura franquista; en una víctima de “desaparición forzada”, tal como sería calificado este delito por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El 3 de junio de 2007, justo cuando se cumplían 58 años de su fallecimiento, sus restos fueron de nuevo inhumados en el cementerio de la localidad que le vio nacer, Jaraguas. Desde entonces, el deseo de conocer las vicisitudes de su vida y muerte me llevó a emprender esta investigación. Y he de confesar que ha sido todo un atrevimiento por mi parte pues ni soy ni mi considero un historiador. Tan sólo un curioso movido por el afán de conocer qué fue de su vida, por qué decidió hacerse guerrillero, quiénes fueron sus compañeros o cómo era la España de aquellos tiempos. Todas esas preguntas me llevaron a leer libros, a visitar archivos, a hacer largos viajes para conocer a sus antiguos compañeros de lucha, a recorrer montes para localizar sus campamentos, a entrevistar a paisanos para que me narraran de primera mano sus vivencias de aquella época. Parte del fruto de esas investigaciones está plasmado en este libro. En él, he tratado de explicarme a mí mismo todas esas preguntas para las que no tenía respuesta.

Pero he de aclarar que este libro no es una historia sobre mi tío abuelo Federico. Federico es uno más de los cientos de protagonistas que aparecen en sus páginas.

-¿Por qué te centras en esta Comarca? ¿Qué tiene de particular?

-La verdad es que mi intención primera era investigar sobre Federico y escribir algo corto para contribuir con ello a restaurar, o reparar, su memoria. Pero empecé a viajar y a indagar y conocí a algunos de los que fueron sus compañeros de la Resistencia (unos ya habían fallecido pero otros seguían vivos), y me dije que también tenía que hablar de ellos y de su lucha. El centrarme en la comarca Requena-Utiel viene de la mano pues de aquí era Federico y esta será la zona en la que surgirá el 5 sector del AGLA.

-La orografía de esta comarca es muy "atractiva" y adecuado para hacer y llevar a cabo la lucha de guerrilla, ¿no ?. Cuéntanos.

-En realidad, el hecho de que esta comarca se constituyese como núcleo de uno de los sectores del AGLA fue más bien fortuito. No fue una elección estratégica en la que su orografía jugase un papel decisivo. Los tres guerrilleros que llegan a Campo Arcís a finales de 1945 eran los restos de dos grupos enviados desde Francia cuyo destino no era esta comarca, pero debido a varios encuentros con la Guardia Civil se disgregaron. Atilano Quintero (Tomás) era canario y Fulgencio Sirvent (Rodolfo) había residido en Murcia. El único que provenía de zona rural con posibilidades de apoyo era Emilio Cardona (Jalisco). Por eso decidieron ir a Campo Arcís y tratar de montar en esa zona un núcleo guerrilero. Para instalar sus campamentos buscaron las intrincadas hoces y barranqueras del río Cabriel, zona que además era límite interprovincial, y, por tanto, menos vigilada por las patrullas de la Guardia Civil.

-¿Como surgieron y se desarrollaron las primeras partidas de guerrilleros que se "tiraron al monte"?

-Los primeros reclutados para engrosar las filas de la Resistencia armada en la comarca fueron personas que ya tenían “experiencia de guerra” previa. Algunos se hallaban en situación de “huidos”, como el Manco de La Pesquera o Chispa. Otros eran “semihuidos”, como Flores, la Llave, Pepín, Arturo y Segundo. Otros procedían de la guerrilla urbana, como Ventura y el grupo de Gandía: Luis, Cariño, Bartolo, Jaimito y Juanito. Y otros estaban en situación “legal”, como Baúl. También hubo “veteranos” que ingresaron por su odio al régimen y sus lazos de amistad con alguno de los guerrilleros que iban ingresando, como Bienvenido, Peñaranda, Canuto y Salvador. También los hubo que venían enviados de otros sectores, como Chaval, Matías, Julio y el Peca. En otra categoría han de figurar los jóvenes reclutados por la AGL que no tenían esa “experiencia de guerra” que sí poseían los “veteranos” de la Guerra Civil y del Maquis francés. La AGL llevó a cabo una campaña de reclutamiento entre jóvenes que debían ingresar en el Servicio militar animándoles a que desertaran y se uniesen al AGLA, como Angelillo, Carlitos, Raimundo, Rodolfo, Peret, Paco y Julio. Por último, estaban los enlaces y puntos de apoyo de la guerrilla que para evitar caer en manos de la Guardia Civil tenían que “echarse al monte”. Los dos primeros que lo hicieron fueron Federico Gallega (Eugenio) desde Jaraguas y Victorio García (Gerardo) desde Venta del Moro. Fue a finales de setiembre o en octubre de 1946, cuando la guerrilla ya llevaba asentada en la comarca diez meses. El siguiente en hacerlo fue Damián López (Roberto), en febrero de 1947. Estos tres son los únicos que se “echaron al monte” en la comarca en los dos primeros años de andadura de la guerrilla. Otros enlaces tuvieron peor suerte, ya que no les dio tiempo de “tirarse al monte” y fueron asesinados, como César García o Ricardo López.

-¿Y cómo se pudieron mantener con este  tipo la guerrilla en esta comarca?

-La verdad es que a finales de enero de 1947, dos de los tres campamentos que había en la zona del 5 Sector fueron asaltados por la Guardia Civil. En uno fallecieron cinco guerrilleros y un enlace, en el otro fueron tres las bajas. De modo que el 5 Sector quedó inoperativo de la noche a la mañana. Los guerrilleros supervivientes y los de su tercer grupo quedaron adscritos al 11 Sector. A mediados de 1947 habrá una reorganización de los Sectores 5.º y 11.º, y en octubre de ese mismo año otra pequeña reorganización hará que las comarcas Requena-Utiel y Hoya de Buñol-Chiva, en la que operan los grupos de Jalisco y Chaval, pasen a pertenecer a la demarcación del 11.º Sector. Es en esos momentos cuando se decide también que el 17 Sector, dada su vasta extensión, se divida en dos. Entonces se crea el 23 Sector, que se expandirá hacia el Ebro incluyendo el Bajo Aragón. A partir de entonces la Agrupación Guerrillera de Levante (AGL) pasará a denominarse Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).

Tras estos cambios la zona de acción del 5 Sector abarcará -grosso modo- la provincia de Cuenca, excepto la parte de la vertiente izquierda del río Cabriel que quedaba dentro de la demarcación del 11.º Sector. El 5, a partir de entonces se irá extendiendo por el norte de la provincia de Cuenca hacia Guadalajara y parte de Albacete por el sur. La comarca Requena-Utiel, adscrita al 11 Sector, quedará en la práctica como zona principalmente de paso de la guerrilla en su tránsito hacia una nueva zona que empezaron a “abrir” y que ofrecía mayores posibilidades de asentamiento para la guerrilla: la muela de Cortes de PallásCofrentes, el Valle de Ayora y la Canal de Navarrés.

-Pero el sector nº5 de la guerrilla tenía muchas interacciones y interrelaciones en un amplio sector a cubrir para hacer la guerra de guerrillas, ¿verdad ?. ¿Cómo se lo hacían?

-Como ya te he comentado, desde octubre de 1947 la comarca Requena-Utiel dejó de pertenecer al 5 Sector y pasó a quedar incluida en la demarcación del 11.º Sector. De los guerrilleros más carismáticos que desde un principio operaban en la comarca Requena-Utiel, zona originaria del 5 Sector, como fueron Jalisco, Chaval, el Manco de La Pesquera y Segundo, los dos primeros pasaron al 11.º Sector y siguieron transitando por esta comarca en sus desplazamientos hacia las nuevas zonas de operaciones: la muela de Cortes, Cofrentes y la Canal de Navarrés. Sin embargo, el Manco de La Pesquera quedó adscrito al nuevo 5 Sector pues conocía muy bien toda la provincia de Cuenca, incluso llegó a dirigir grupo propio. Lo mismo le ocurrió a Segundo, originario de Tébar, también fue adscrito al 5 Sector y llegó a dirigir uno de los grupos de este sector. Pero este trabajo no trata del 5 Sector sino de una comarca determinada, la de Requena-Utiel, y sus zonas limítrofes, pues la guerrilla solía establecer sus bases en zonas intercomarcales e interprovinciales, por estar menos vigiladas.

-¿Qué metodología de trabajo has utilizado en este estudio ?. ¿Cómo ha ido el proceso de documentación, estudio y demás...?

-Como ya te dije, no provengo del campo de la Historia y carezco de formación específica en este ámbito, pero he tratado de aplicar criterios científicos, en la medida de mis conocimientos y posibilidades, en el manejo y análisis de las fuentes, tanto secundarias como primarias. Entra estas últimas he manejado documentación de diversos archivos, pero también fuentes hemerográficas y orales, así como biografías, autobiografías y memorias, algunas publicadas y otras inéditas. Uno de los problemas que a veces me surgían al manejar las fuentes primarias es que me encontraba con testimonios de guerrilleros o de colaboradores que eran equívocos, falsos o con medias verdades. Era algo lógico ya que trataban de minimizar las consecuencias de sus declaraciones y así evitar una condena más severa. Me fue muy útil la lectura de Apología para la historia o el oficio de historiador, de Marc Bloch. Él te previene de que los testigos pueden equivocarse o mentir, pero es necesario tratar de entender el porqué del engaño, los motivos. Sus consejos me fueron muy provechosos para desmontar algunas falsedades y manipulaciones que aparecían en los sumarísimos. Entre las fuentes secundarias han sido de gran ayuda las obras de los historiadores que han trabajado sobre el AGLA: Fernanda Romeu, Salvador F. Cava, José Ramón Sanchis, Josep Sánchez Cervelló y Mercedes Yusta. Ahora también contamos con los interesantes trabajos de Raül González sobre las comarcas del Norte del País Valenciano. Los trabajos de Francisco Moreno y Secundino Serrano también fueron de ayuda. Una obra especialmente útil por sus presupuestos teóricos en el análisis del fenómeno de la lucha armada ha sido el libro de Jorge Marco, Guerrilleros y vecinos en armas. Identidades y culturas de la resistencia antifranquista. Me ha inspirado mucho su estudio tipológico sobre los integrantes de la guerrilla: la existencia o ausencia de “experiencia de guerra” previa; sus repertorios de acción; el concepto de violencia: selectiva vs. Indiscriminada; la propaganda: mítines, prensa clandestina, pasquines, etc., pero también la “propaganda por el hecho” …También hemos recurrido en este estudio al trabajo de campo. No sólo en entrevistas orales con exguerrilleros y testigos de la época, también hemos recorrido muchos kilómetros y caminado por montes y barrancos para localizar sus campamentos. Los que tenían en las Hoces del Cabriel, por ejemplo, me llevó localizarlos casi un verano de largas y dificultosas caminatas por una orografía tan agreste y complicada como la de las Hoces. Una cosa que te habrá llamado la atención del libro es su densidad, ¡y eso que sólo abarca hasta finales de 1947 en una comarca concreta! Esto es así porque el libro abunda en el detalle. Es muy descriptivo. La razón es que desde un principio empecé a investigar sobre mi tío abuelo Federico, y por extensión sobre la guerrilla, desde la perspectiva memorialista. A mí, como sobrino nieto de Federico, me interesaba conocer de su vida y sus vicisitudes hasta en sus detalles más nimios. Pensé que a los descendientes de los cientos de personas que aparecen en sus páginas les pasaría lo mismo que a mí y que, llegado el caso de que cayese en sus manos este libro, podrían “deleitarse” con la prolijidad de lo narrado. Ya lo advierto en la introducción, tanta minuciosidad resultará para muchos tediosa. Sé que a muchos historiadores les tira para atrás este tipo de monografías de carácter “enciclopedista”, pero espero haber compensado este aspecto con otros que también aparecen en el libro. Por otra parte, gracias a esa perspectiva micro histórica, gracias a aplicar el microscopio a los documentos y a los hechos, hemos podido descubrir los mecanismos no sólo de la represión sino también del aparato judicial; la connivencia que existía entre ambos aparatos, el represor y el judicial: denuncias prefabricadas, falsos testimonios, coacción, negligencia, arbitrariedad…

-¿Hay que tener, además, una metodología de trabajo como muy cuidada, es así para aparte del estudio y investigación, poder poner orden, verdad?

-La verdad es que, con tanta documentación y tanto dato, muchos de ellos contradictorios, es necesario ser muy metódico en el trabajo. Una de las herramientas que tuve que utilizar para poder aclárame con los grupos de guerrilleros que se van formando y cuyos miembros van pasando de uno a otro en diferentes épocas debido a las sucesivas reorganizaciones fue CmapTools, que permite crear mapas conceptuales, diagramas, esquemas, etc. También tiré mucho de tablas cronológicas que iba elaborando y contrastando. Y tuve que aprender rudimentos básicos de orientación, lectura de mapas, manejo de la brújula y del GPS para localizar sus campamentos. Tengo una gran colección de mapas topográficos que he ido adquiriendo para realizar mis excursiones, no sólo de la comarca sino de otras zonas del territorio AGLA pues visité muchos campamentos que tuvieron cierta relevancia en el AGLA. Pero estos mapas, de esacala 1:25.000 se quedaban cortos. Tuve que recurrir a los del SIGPAC. Sus orto fotos de escala 1:5.000 permiten descubrir caminos y sendas que no recogen los topográficos.

-¿Qué aporta este estudio de investigación, como de nuevo, a la historiografía hacia el estudio de la guerrilla antifranquista en España? Hay muchos estudios en torno al fenómeno del maquis, ¿verdad? Todos tienen puntos de confluencia, pero no pocos tienen, también puntos de divergencia. Coméntanos, por favor, sobre los puntos en común y los puntos divergentes....

-Una de las cuestiones más interesantes que este trabajo aporta a la historiografía de la guerrilla es el papel otorgado a las organizaciones antifranquistas de la Resistencia, algunas de las cuales surgieron mucho antes de llegar la guerrilla a la zona y otras se configuraron entonces para darle soporte. Hemos establecido la tipología no sólo de los guerrilleros que actuaron en la comarca sino también de estas organizaciones de la Resistencia. Pero el libro no sólo otorga un papel importante a estas organizaciones como tales, sino que además sitúa su enfoque en los propios resistentes, fuesen guerrilleros del monte o del llano. Eran personas marcadas por el devenir histórico de aquella época y comprometidas con una causa: restaurar la democracia. En este sentido podríamos decir que es una historia hecha desde abajo y con los de abajo, los resistentes.

En relación con esto, un aspecto a destacar de este estudio es el papel otorgado a la biografía, al relato biográfico. Me pareció muy importante trazar la biografía, en la medida en que esto fue posible, de los cientos de protagonistas que aparecen en el libro, pues muchos de los “hechos históricos” que tratamos sólo pueden ser interpretados correctamente cuando conocemos la vida de sus protagonistas: su infancia, su toma de conciencia social, su despertar ideológico, sus aspiraciones frustradas tras la sublevación militar del 18 de julio, su compromiso y su lucha por recobrar la democracia, su conciencia colectiva forjada en el combate, sus lazos de solidaridad y el sentimiento de grupo que les dio su experiencia en la guerra…Otra cuestión, creo que interesante, es el análisis de la represión. Casi todos los libros sobre el fenómeno de la lucha armada antifranquista tocan este tema pues la represión ejercida por las fuerzas del régimen fue brutal, como lo fue durante la propia Guerra Civil. Lo que aporta este trabajo es que analiza con casos concretos y con pruebas documentales los mecanismos de esta represión. La connivencia entre las fuerzas represivas y el aparato judicial, las torturas, la coacción a los detenidos, cómo se fabricaban pruebas, cómo se cebaban con personas inocentes que no habían cometido otro “delito” que haber militado en alguna organización del Frente Popular.  Otro aspecto que también hemos tenido en cuenta en este trabajo es dotar al lector de un marco histórico, tanto a nivel nacional como internacional, del contexto político y social en el que la lucha armada tiene lugar, incidiendo de manera especial en el papel del PCE, por ser ésta la organización que apostó de manera más decidida por la lucha armada y también porque esta organización fue la impulsora del AGLA, aunque entre los guerrilleros de esta Agrupación y sus puntos de apoyo los hubo no sólo comunistas sino también anarquistas, socialistas, ugetistas, republicanos e incluso sin adscripción política.

 

-¿Cómo fue este periodo de lucha guerrillera para los ciudadanos de  a pie de calle? Y dentro del ámbito rural, ¿qué repercusión experimentó?

-La estrategia del régimen franquista para acabar con la lucha armada consistió en neutralizar a sus puntos de apoyo y enlaces mediante una política que incluía el uso de redadas indiscriminadas, el asesinato, el empleo abusivo de la ley de fugas, la coacción, la aplicación de salvajes torturas durante los interrogatorios y un uso negligente y arbitrario de los tribunales de Justicia. Pero esta maquinaria no sólo se llevó por delante a guerrilleros, enlaces y puntos de apoyo, también engulló a inocentes ciudadanos cuya única “culpa” era la de estar conceptuados como “rojos”. Se pretendía extender el terror ante la población civil para que la guerrilla tuviera cada vez más dificultad en encontrar puntos de apoyo. En el libro hay un capítulo que habla de este tema de manera bastante extensa. Pero conviene recordar que la represión de la población civil no fue una táctica que el régimen franquista utilizara por primera vez durante su lucha contra la guerrilla pues ya fue ampliamente usada durante la Guerra Civil. La parte del Ejército que se sublevó contra el Gobierno republicano, con ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista, utilizó los ataques a gran escala contra la población civil como recurso para ganar la guerra. Basta recordar los bombardeos en Madrid, Durango, Guernika, Cartagena, Alicante, Valencia, Xàtiva, Alcañiz, Reus, Tarragona, Lleida, Barcelona, Granollers, Figueres… Ciudades que fueron bombardeadas por la Aviación franquista, la Legión Cóndor alemana o la Aviación Legionaria italiana, con el principal fin de masacrar y aterrorizar a la población civil. Pero esta no fue la única táctica usada. Por allí por donde pasaban las tropas sublevadas la matanza de ciudadanos que habían militado en organizaciones del Frente Popular estaban a la orden del día. Recordemos la masacre de Badájoz por las tropas de Yagüe o lo ocurrido en tantos y tantos pueblos por donde las tropas sublevadas pasaban. El general Mola era muy claro cuando decía: “Hay que extender el terror; hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos a todos los que no piensen como nosotros”. Fue una política de exterminio. Pero pese al terror ejercido contra la población civil las fuerzas leales a la República no cejaron en su empeño de luchar contra el fascismo golpista.

En la lucha contra la Resistencia antifranquista el régimen siguió aplicando su política de terror, sobre todo a partir de mediados de 1947. Las consecuencias de esta política de “tierra quemada” supusieron, además del despoblamiento de zonas rurales, la cárcel, la tortura y, a veces, la muerte, no sólo de guerrilleros, enlaces y puntos de apoyo, también de cientos de inocentes que no tenían más culpa que la de no comulgar con el ideario de la dictadura. Pero la arbitrariedad era tal que hasta personas inocentes y de ideología conservadora y de derechas también fueron engullidas por la indiscriminada maquinaria represiva franquista. Algún ejemplo de esto aparece en el libro.

-La guerrilla daba golpes y se daba a la fuga, ¿qué tipo de reacción llevaba a cabo este comportamiento?

-Entre las operaciones que llevaban a cabo los grupos guerrilleros y las fuerzas represivas se solía establecer un mecanismo de acción-reacción que a veces solía crear una espiral de violencia que se iba realimentando a sí misma. Una acción de la guerrilla solía provocar una reacción de las fuerzas represoras, normalmente detenciones arbitrarias. Es, por ejemplo, lo que ocurrió en el ataque al cuartel de la Guardia Civil en Los Isidros. Al día siguiente de que los detenidos y torturados en el cuartel fuesen llevados a València ante el juez, los guerrilleros atacaron el cuartel como represalia. Lo cual volvió a desencadenar una nueva reacción de las fuerzas represoras que detuvieron a más personas. La violencia que se daba en la posguerra estaba ligada a la “cultura de violencia” que se dio durante la Guarra Civil. Sin embargo, unos y otros la utilizaban de forma muy diferente. La guerrilla evitó siempre que pudo los enfrentamientos y cuando utilizó la violencia fue siempre de forma selectiva contra determinadas personas de las que pensaban que les habían traicionado o habían cometido alguna tropelía contra los puntos de apoyo. Evidentemente, en estas acciones pudo haber excesos y errores por parte de la guerrilla en determinadas ocasiones. Sin embargo, la violencia ejercida por las fuerzas represivas fue, por norma, indiscriminada, arbitraria y cruel.

-¿Era rápida la respuesta de las autoridades? Las represalias eran muchas y el castigo rotundo y no sólo para la guerrilla... se tenía que hacer correr el miedo, ¿verdad?

-Eran las Brigadillas de Información de la Guardia Civil las que respondían de forma más brutal e indiscriminada, al igual que la Brigada Político Social de la policía. Solían utilizar métodos aprendidos de la Gestapo y de las SS nazis. La colaboración de la Gestapo y las SS con Franco se remonta a noviembre de 1937, cuando éste pidió a Alemania que le enviasen una comisión de expertos que pudieran instruir a la policía española. La comisión fue encabezada por el coronel de las SS Heinz Just, que en los juicios de Núremberg sería sentenciado a muerte. Esta colaboración llegó a su punto culminante el 31 de julio de 1938, fecha en que Martínez Anido, ministro de Órden Público y el jefe de las SS, Heinrich Himmler, firmaron un acuerdo de cooperación. Ese mismo verano se desplazaron a Valladolid funcionarios especializados de la Gestapo que adiestraron a sus colegas españoles en los métodos de interrogatorio y en las técnicas policiales empleadas en Alemania. De modo, Javier, que ya te puedes hacer una idea del calvario por el que debían pasar muchos de los detenidos. Los más expuestos a la represión eran los enlaces, los puntos de apoyo de la guerrilla y, en general, cualquier persona que tuviese “antecedentes” por haber defendido la legalidad republicana o por haber militado en sindicatos y partidos del Frente Popular. Estos fueron los verdaderos héroes de la Resistencia. Es algo que los propios guerrilleros siempre reconocerán. Los zarpazos del régimen contra la población civil fueron constantes. Nos podemos hacer una idea cuantitativa de lo vasta que fue la represión ojeando el último libro de Salvador F. Cava, Censo e imágenes de la lucha antifranquista en Levante y Aragón (1945-1956). El nivel de violencia, de terror, era tal que hubo todo tipo de reacciones entre la población civil, pero también entre los propios guerrilleros: delaciones, deserciones, colaboración con las fuerzas represivas… Creo que habría que ponerse en su piel para poder juzgar estos comportamientos con cierta ecuanimidad. Pero hubo muchos, muchísimos casos de personas que resistieron los zarpazos de la represión sin que ésta consiguiera doblegarlos. Y pienso ahora mismo no en los memorables mártires de la Resistencia forjados por una determinada ideología y curtidos en mil batallas, sino en las sencillas familias que padecieron lo indecible y ni siquiera eso las hizo claudicar, como las de Casa del Valiente y Casa de la Madre, dos puntos de apoyo muy importantes en la zona. Quisiera finalizar esta entrevista con unas palabras de uno de estos puntos de apoyo, Adelina, a quien los guerrilleros apodaron la Madre: “Porque yo me hice esta cuenta, algo llevan estos señores, yo no comprendo de política ni de cosas, es verdad, me he criado toda la vida en el monte, porque si hubiera estado en el pueblo, hasta leer podía haber sabido. Pero así, me he tenido que fastidiar… Yo me decía, cuando van esos señores por el monte, algo quieren defender o algo quieren sacar a flote; hay que ayudar, porque los veías con esa amabilidad. Yo me dije: esas personas algo defienden que es obligado ayudarles. Así que yo no he tenido miedo. Adonde va el cuerpo, va la muerte, que sea lo que Dios quiera, pero yo no me hice cobarde, porque luché lo que pude…”.  La cita está sacada de una entrevista que Fernanda Romeu hizo a Adelina Delgado (la Madre) en Cofrentes en 1985, y la traigo a colación porque creo que ejemplifica el valor de estos héroes anónimos, de los que la Historia (con mayúsculas) se suele olvidar y de los que aparecen a centenares en La guerrilla antifranquista en la comarca Requena-Utiel. Un libro cuyo principal objetivo es que sirva de homenaje a esos héroes que habían quedado sepultados por décadas de olvido y desmemoria.