España condecora una maestra comunista exiliada

 

Casi resulta increíble que la marca España, cada día más reaccionaria y regresiva en todos los campos, a través del embajador en Praga haya distinguido con una medalla monárquica como la Orden de Isabel la Católica al Mérito Civil a la maestra republicana Benita Gil Lamiel, con motivo del 101 aniversario de su nacimiento en La Ginebrosa (Teruel). Había ejercido en Teruel, Mas de las Matas, Alcañiz, Llançà, era de la FETE-UGT y trabajó 17 años en la Federación Mundial de Sindicatos en Praga de secretaria, traductora e intérprete. Partió con la Retirada y en l’Ariège se unió con el excombatiente republicano y guerrillero de las Fuerzas Francesas del Interior, Felipe Serrano Navarro, nacido en Castielfabib (Racó d’Ademús, València), con el cual casó en 1950 en Laroque d’Olmes. Pero la crónica se olvida decir cómo acabó aterrizando en Praga. Felipe Serrano fue un de los 177 españoles deportados por el gobierno socialista-democristiano francés, léase René Pleven-Jules Moch-François Miterrand, en la llamada Operación Boléro-Paprika, “una caza de brujas” impulsada por la CIA a causa de la Guerra Fría. De septiembre de 1950 a junio de 1951 estuvo deportado en Córcega, una isla tercermundista por aquel entonces, y con el mercante Czech de bandera polaca emprendió un nuevo exilio dentro del exilio en la capital checa en la cual falleció a los 88 años en 1994 y su hijo Felipe nacido en 1945 en Lavelanet desposó en 1972 con la profesora checa Magdalena Henner.

 

Ferran Sánchez Agustí (historiador)