Entrevistado: Macario Royo Lisbona

Entrevistador: Andrés Añón Serrano

Grabación de las entrevistas: Barcelona, julio de 1988

Edad del entrevistado: 92 años

 

Primeros años

Sobre la fundación del Centro Republicano

Viaje a Lyon en 1916

Primera estancia en Barcelona

Primer grupo anarquista en el Mas

La primera escuela racionalista (1921)

Trabajo en la fábrica óptica de Barcelona - 1

Trabajo en la fábrica óptica de Barcelona - 2

Con los Grupos Libertarios de Barcelona

Regreso al Mas antes de la República

Primer ayuntamiento republicano - 1

Primer ayuntamiento republicano - 2

Elección de la ubicación para las Escuelas Nuevas (1933)

Creación del sindicato de la CNT en el Mas

La revolución de diciembre de 1933

Exilio al sur de Francia

Regreso a Barcelona en 1936

Primeros días de la guerra en el Mas

Pleno de Sindicatos de Aragón en Bujaraloz

En el Comité Nacional de la CNT

El Internado-Escuela "Durruti" en Valencia (1937)

Citas a ciudades y anarquistas

Citas a masinos

 

 

Cinta 1, Cara A

Andrés Añón.- Usted es de Mas de las Matas ¿En qué año nació?

Macario Royo.- En 1896, así que tengo 4 años del siglo pasado y todo lo que llevamos de este. El primero de abril pasado cumplí 92.

A.A. Muy bien, todo un éxito.

M.R. El primero de abril de 1896, nací.

A.A. ¿Y su infancia, transcurrió en el pueblo?

M.R. Transcurrió en el pueblo hasta 1916.

A.A. ¿Y qué recuerda de la infancia, qué recuerdos le trae la infancia en el pueblo?¿Cómo un pueblo dividido, o un pueblo de tradición monárquica, un pueblo de tradición republicana...?

M.R. En el pueblo, antes de formarse el Centro Republicano, pues había los liberales y los conservadores; justamente mi abuelo materno, el padre de mi madre, figuraba en los liberales, y los Matas... aunque mi abuelo se llamaba Pablo Lisbona Mata también, pero le llamaban el Mata "del Rincón" a diferencia de los otros, porque mi abuelo tenía la casa en la replaceta aquella que le llamaban la Plaza de los Ajos.

A.A. Si, si, aún le llaman...

M.R. ¡Aún le llaman! Y allí nací yo, en aquélla...

A.A. ¿En la Replaceta los Ajos?

M.R. En la Replaceta de los Ajos, sí, allí nací yo. En la casa de mi abuelo en la que luego vivían mi padre y mi madre.

A.A. Porque ¿Cuándo la Guerra Carlista, el pueblo era liberal?

M.R. Habían las dos partes, pero siempre hubo más conservadores que liberales.

A.A. ¿Siempre?

M.R. Siempre.

A.A. Sin embargo ¿a usted le suena por la época en que usted nació, si lo ha oído contar, si había una separación en el pueblo debido a que algunos sectores del pueblo eran bastante anticlericales, es decir, que rechazaban la llegada de ciertos curas como Francisco Torrente?

M.R. Pero eso ya era a primeros de siglo, cuando se formó un grupo de republicanos.

A.A. ¿Pero, le suena algo de que se formaron dos facciones en contra de algunos curas?

M.R. No, facciones en ese sentido no recuerdo yo que hubiera. Lo que (ocurrió es que) cuando hubo las elecciones anteriores, que yo no las conocí más (que) por (oír) hablar de eso... cuando se hacía la carretera, la que se hizo de Alcañiz a Castellote, aún me acuerdo yo de cuando la hacían, yo me acuerdo cuando no había ninguna carretera por aquel Bajo Aragón...

A.A. ¿De Alcañiz a Castellote? ¿Eso, por qué época fue?

 M.R. Pues, a primeros de este siglo.

A.A. ¿A primeros de este siglo?

M.R. No recuerdo exacto el año, pero a primeros de este siglo, y hubo las elecciones y decían:

            El agujero se ha de abrir

            por debajo de la peña,

            no ha mandado Federico

            que ha mandao Marqués de Lema

que eran los dos contrincantes, y el Marqués de Lema era más rico que Federico y era de los conservadores, y cuando se hacía esa carretera hubo que hacer el túnel que entra a Castellote y le llamaban:

            El agujero se ha de abrir

            por debajo de la peña,

            no ha mandado Federico

            que ha mandao Marqués de Lema.

De eso sí me acuerdo.

A.A. ¿Y eso era un dicho que se decía en el pueblo?

M.R. Que se decía en el pueblo, pero más que nada (lo decían) los de Castellote, porque se hizo el túnel... y después, por ese tiempo, ya se formó un grupo de republicanos, y estos si (que) eran muy firmes contra la iglesia, y se reunían en casa de un barbero... uno que tenía peluquería, y se llamaba (de apodo) el Yerbera (¿el Cervera?), y la casa esa, cuando se hizo la carretera que baja de Alcorisa, al hacer aquella (calle) que baja frente al Centro Republicano tiraron allí unas casas para hacer esa carretera y tiraron la casa que había existido esa barbería de ese Yerbera.  Y se reunían ahí, esos son los primeros grupitos (de los) que (decía) la gente...: -Pues mira, el día Viernes Santo comen carne... y esas cosas, porque eran muy firmes, porque los republicanos de antes eran todos ateos, eran todos en contra de la iglesia y todos hablaban de la República Francesa. Y los curas españoles, no los de allí (del pueblo), sino todos los obispos, fueron siempre muy contrarios a la República Francesa porque servía de ejemplo para España... y luego unos cuantos, mientras eso era a primeros de siglo, se hizo el Salón del Pueblo y ese grupo republicano tuvo dos años alquilado el Salón del Pueblo, y allí hacían bailes con un manubrio y ya se veían más los republicanos, pero siempre muy firmes contra la iglesia, eso sí.

A.A. ¿Me podría decir un poco quiénes fueron los fundadores del Centro, si se acuerda de alguien?

M.R. Se me han olvidado mucho los nombres y los apellidos, pero uno el padre de ese que hemos dicho antes, de Alfredo, ese me acuerdo que fue uno de los...

A.A. ¿Alfredo Pastor?

M.R.. Sí, su padre, que se llamaba Pablo, ese fue uno de los fundadores; luego los Felicianos, que me parece que eran de apellido Mir. Pedro Mir, que era más viejo que yo, ese también fue uno de los fundadores.

A.A. ¿Jacinto Moliner, le suena?

M.R. ¿Quién?

A.A. Jacinto Moliner.

M.R. ¿Jacinto?

M.R. ¿Tenía algún nombre?¿Te acuerdas?

A.A. No, no, no, yo es que por motes no tengo nada.

M.R. Porque de Jacinto...

A.A. Su abuelo, me ha dicho también... ¿Su abuelo también estaba ?

M.R. No, no. Mi abuelo ya murió (antes).

A.A. ¡Ya! Murió ¿Y este que ha dicho, Mariano Sánchez?

M.R. Mariano Sánchez, no, porque el padre de ese era de Las Parras; no oí que figuró nunca en el Centro Republicano. El más significado y más rico (era) uno que le decían Modesto el Trapo, pero no me acuerdo del apellido.

A.A. ¿Modesto el Trapo?

M.R. Era mote, pero (se el llamaba) Modesto el Trapo.

A.A. ¿Este era uno de los significados?

M.R. Ese era mucho más viejo que yo y era uno de los más ricos del pueblo; ese puso no me acuerdo si eran 10.000 pesetas o 10.000 duros (para la construcción del Centro Republicano), seguramente serían 10.000 pesetas porque en aquel tiempo con poco dinero se hacía... El Centro Republicano lo hicieron por acciones, pero no tan grande como es ahora; lo hicieron más pequeño y ese, el Modesto ese, ese vivió en la calle de la Agüera casi al final, (en) una casa a la izquierda que es una casa buena, era de las más ricas del pueblo, tenían caballerías, carros y mucha propiedad. Y ese una vez se encontró con una procesión, la del 3 de mayo, que salían a hacer rogativa para que lloviera, no se si aún la hacen. Antes, el 3 de mayo, el día (de) Santa Cruz que suelen decir, salían a hacer rogativa por allá cara la salida a Alcorisa, entonces era camino, ahora es carretera, y se encontró (la procesión) con él; él iba con el carro y sus caballerías y el cura le dijo: -¡Descúbrase!, porque en aquel tiempo todo el mundo iba con gorra, pañuelo o gorra, no es como ahora que todo el mundo va descubierto... y él iba con gorra y le dijo al cura: -Yo no me descubro, yo voy a mi camino, vaya usted al suyo. El cura insistió y el otro no se descubrió. Lo llevó a juicio (el cura) y en el pueblo perdió el juicio y ganó el cura. Fue a Castellote él, porque el pueblo, como Castellote es Cabeza de Partido... y perdió el juicio también. Entonces fue a Madrid a informarse el Modesto ese, y unos abogados que había republicanos en Madrid le dijeron: -Si llegas hasta aquí te haremos ganar el juicio, pero como la iglesia aunque pierda el juicio no paga, vas a tener que pagar de Mas de las Matas a Castellote, de Castellote ya tienes que ir a Teruel, ahí ya la cosa te va a costar más pesetas, de Teruel a Zaragoza y de Zaragoza a Madrid. Vale más que pagues si te han hecho pagar algo en Mas de las Matas y (en) Castellote. No digas nada, como si no hubiera pasado nada porque ganar un juicio y tienes que gastarte muchas pesetas... Eso se lo aconsejaron. Y luego yo me enteré, porque más tarde yo me fui enterando de todo, porque en aquel tiempo yo aún era muy joven. Pero como he dicho antes fui a Francia en el 16, y al salir del pueblo pues era como todos los de allí... (por) casualidad había leído algo de la Inquisición, eso me había hecho ya ser absolutamente contrario a toda la iglesia, porque al leer (sobre) la Inquisición y los curas... para tomar la comunión nos decían que había un Dios todopoderoso y que hacía el bien, hacía el mal, y todas las sandeces que (se) nos dijo para tomar la comunión; pues luego, al leer algo de la Inquisición y todo lo que había dicho el cura, pues (resultó que) era falso, todo falso, era todo metafísica que se suele decir, nada científico... y (yo) sólo había oído hablar de que había una sociedad que se hacían anarquistas, pero para entrar en esa sociedad que había que tener el ánimo de matar a alguien si le tocaba, porque se sorteaba... (jajaja) era lo único que yo había oído, así que estaba entusiasmado con los republicanos. No estaba adherido porque era muy joven, pero a los 15 años ya era antimilitarista, ya era contrario a toda la Iglesia, ya había hecho observaciones, a los 15 años yo ya me enfrentaba con las cosas religiosas.

A.A. Eso venía de tradición familiar o era usted porque leyó...

M.R. No, no. Porque incluso mi padre iba a misa primera; porque en aquel tiempo, cuando yo era chico, como en aquel pueblo los domingos aunque fuera poco aún se iba a trabajar por la mañana -por las tardes no, así como hay otros pueblos que hasta los domingos por las tardes trabajaban- pero en el Mas de las Matas había costumbre de los domingos por la mañana salir a lo más cerca que se tenía para hacer algo. Bueno, pues me llamaba para ir a la misa primera y cuando yo ya a los 15 años ya no creía en nada de eso, pues como no le podía decir a mi padre no quiero ir, pues me daba una vuelta por el pueblo y a la hora que salían iba yo a casa como si hubiera ido a misa. Y llegó un día que se enteró mi padre y me gritó y hasta levantó la mano como amenazándome, y le dije: -Si me pega me voy de casa. Se asustó y no me pegó nunca.

A.A. ¿Cuándo se marchó, pues, usted?

M.R. Y claro, al ir creciendo, pues uno va tomando más bríos y más observaciones con los verdaderos republicanos que yo hacía, pues aunque no estaba en el Centro, pero yo estaba de acuerdo en todo lo que era en contra de la iglesia... y en el 1916 es cuando fui a Francia y había el Lyon un hermano y una hermana casados los dos, las dos familias hermanos de mi madrastra -mi madre murió que era muy joven, tenía yo 6 años- y esos me mandaron un certificado de trabajo para hacerme el pasaporte, y el Gobernador de Teruel me hizo el pasaporte, así que (esa fue) la única vez que fui a Francia con todo normal. Y yo en Lyón... Allí en el pueblo había una familia que se llamaban los Cebollitos, y la madre de ellos me dio una dirección de un hijo y (de) una hija que tenía en Lyón, pero casados ella con francés y el hijo con francesa, y los encontré. La familia de mi madrastra no los había podido encontrar y yo los encontré, y ellos nos dieron facilidades, porque la familia esa de mi madrastra no estaban en el mismo Lyón, estaban en un pueblo que se llamaba Couzon-au-Mont-D'Or, a unos 15 km de Lyón, pero como siempre se hablaba de Lyón yo me figuraba que era el mismo Lyón y fui... pero estuve tres meses allí (para) donde me habían hecho el pasaporte que era una fábrica de productos químicos... y yo (seguía con) la ilusión de ir a Lyón, pues estuve los tres meses, que el contrato era a los tres meses, pagaban el viaje de ida y vuelta a la frontera y te quedabas libre de ir donde quisieras. Así que yo aproveché eso y (fui) con esa familia de los Cebollitos que estaban en Lyón, los encontré y me dieron ya facilidades, ya me orienté. Y en Lyón un día fui a un Centro Socialista; tenían salón de café, y le pregunté al que se cuidaba del café si allí había republicanos españoles -yo no conocía otra cosa- pero (creía que) lo más adelantado que podía haber (eran) los republicanos, y sobre todo en una república como la francesa, y me dijo: -Mira, aquellos que hay allá -me señaló un sitio del salón- todos aquellos que hay allá son españoles; aquellos te pueden decir si son republicanos o no. Me acerqué y le pregunté a uno, y me dijo: -Aquí hay republicanos, hay socialistas, hay anarquistas... Cuando dijo eso de anarquistas me dio un poco de extrañeza, porque como todo lo que había oído era de eso otro, él se dio cuenta y me dijo: -Mira, aquí nos reunimos de todo; arriba en el piso hay habitaciones para reuniones y hay una de esas habitaciones que la empleamos nosotros, nos reunimos tal -me dijo- los miércoles -me acuerdo del día de la semana- si quieres vienes, que te gusta como hablamos y lo que tratamos y todo, continúas, que no, pues no vuelvas. Estuve un poco pensativo, pero me decidí. El se sentó en el centro ( ) yo hice cálculos que no me podía pasar nada y resultó pues que (sobre) todo lo que hablaban pensaba yo igual que ellos: la igualdad, el respeto, la libertad absoluta. Resultaba que sin saberlo yo pensaba igual que los anarquistas, pues era un grupo de anarquistas y claro, pues andaban con folletos y todo eso, y ya me fui dando cuenta, pues (se trataba) de folletos de Malatesta, folletos de Sebastián Fabre, de Kropotkin, de Bakunin, de todos los famosos anarquistas de final del siglo pasado y primeros de este siglo... Pues un día me llevaba una cosa, otro día me llevaba otra, y por las noches (leía) hasta que me rendía el sueño; cada día estudiaba alguna cosa de esas para ver... Y cuando ya me convencí de qué eran los anarquistas, (que) no eran lo que decían sino que si bien ha habido siempre alguno que ha hecho atentados, no era porque le sorteaban, era por esa mala cultura que se ha dado en el anarquismo de hablar siempre eso de "Acción Directa" y por la violencia a aspirar a la revolución social por la violencia, cambiarlo todo ¿verdad? de la noche al día o como el que da la vuelta a una tortilla. Yo me di cuenta que no era eso, sino que el principio anárquico es proponer y exponer, más nunca imponer, porque toda imposición es autoritarismo, (y ello) entonces es la negación del anarquismo, del verdadero anarquismo, pero como hay gente que es... no se, es ingenua por no decir imbécil, esa ingenuidad de creer... Porque he conocido (de) todo, desde luego, he tratado con toda clase de gente..., vete a tratar y ya desde principio, cuando me convencí por las lecturas de lo que era el verdadero anarquismo, vi que yo coincidía con todo lo que es el anarquismo, esa aspiración a la libertad del hombre, pero que si uno quiere ser respetado su libertad termina cuando su libertad puede perjudicar a otro... que no tiene derecho a perjudicar a otro, porque si yo no quiero que tu me perjudiques, tampoco yo, verdad... Pero cuando ya me hice esa composición para enfrentarme con cualquiera que se me presentara, pues resulta que me hice anarquista de esa forma.

A.A. Estos que conoció allí ¿me ha dicho que eran españoles, verdad?

M.R. ¿Qué?

A.A. ¿Los que conoció en Lyón, eran anarquistas españoles?

M.R. Si,  Un grupo de anarquistas españoles, que luego...

A.A. ¿Qué estaban allí exiliados o trabajaban?

M.R. No. Trabajaban allí, porque en aquel tiempo había trabajo. Era en el año 16, era en plena Guerra Mundial, porque la Primera Guerra Mundial empezó el 2 de agosto de 1914 y se terminó el 11 de noviembre de 1918, así que en el 16, pues en plena Guerra Mundial. Y en Francia siempre se ha respetado la libertad, pero claro, durante la guerra no iban a permitir que hubiera manifestaciones; aún en 1917 ya hubo la primera huelga que yo conocí allí en Francia pidiendo 10 céntimos de aumento por hora; la primera huelga que conocí. Yo trabajaba de tornero en una fábrica de obuses, porque yo, claro, al salir del pueblo no tenía ningún oficio -como todos los que se trabaja en la tierra- y entré a trabajar en una fábrica de la tornería de obuses. Cuando vi como funcionaba aquello un día le dije al contramaestre, que le decían contramaestre al que al principal dedicado de todo: -Me gustaría hacer de tornero. Y me dijo - ¡Ah! ¿Si? Pues mira, si quieres puedes aprender, y los días que estés de aprendiz te pagaré sólo medio jornal. -¡Ah! Pues de acuerdo. Y tal fue, y me puso al lado de otro. Vi como ponía y quitaba las piezas en la máquina... como todo... como tomaba las medidas... Y resultó que era un joven, seguramente estaba movilizado porque la movilización en aquel tiempo era de 18 a 48 años, y por eso la mano de obra española pues en cualquier sitio tenías trabajo, y no la española (sólo), sino griegos..., había de todos los países. Y por la tarde ya no fue a trabajar, porque entonces se trabajaba 10 horas, de 7 de la mañana a las 12, y luego de las 2 de la tarde a las 7 de la tarde, que se paraba dos horas al mediodía para comer. Fui al contramaestre: -Mira, que no ha venido aquél. Y un poco sorprendido llamó a uno de los jefes de equipo, que como era grande (la fábrica) había jefes de equipo y se consultaron, y preguntaron: -¿Y tú te has fijado bien como lo hacía este otro hombre? Dije: -Si. -Pues vamos a ver. Prueba a ver si.... Cogí la pieza igual que lo hacía el otro, como había estado toda la mañana viendo como la hacía, pues (la) cogí. Exactamente igual funcionó la primera pieza que hice. Se quedaron los dos mirándome: -Está bien. Pues nada, que continuara, y el jefe principal, el contramaestre, le dijo al otro: -Bueno, quédate tu a la vista. Si necesita algo le ayudas, el caso es que la máquina no pare y produzca. Y así empecé de tornero. Y de tornero pagaban a 50 céntimos la pieza, y llegué que hacía veintitantas piezas. Y un día el contramaestre mismo me dijo: -Si llegas a 23 ó 24 de ahí no pases, porque si eso dirán los superiores de la administración... les parecerá que ganas mucho y rebajarán el precio, así que vale más que si a mitad (de la) tarde ya tienes las piezas hechas, te vas de paseo. Das el aviso. Las tienes que tener hechas, para que la contable tome nota y no hagas más de eso para que no te rebajen el precio. Así, eso el contramaestre (  ) y había días que me llamaba: -¿Cuántas tiene? -Tanto. -¡Ah! Pues vamos, me ayudarás que tengo que llevar algo a casa y si estamos una hora te marcaré dos. Así que yo no he tenido queja nunca, así como algunos dicen: -¡Oh! A los españoles (y) a los extranjeros les daban lo peor. Yo no he visto nunca eso. A mi me trataron siempre exactamente igual que a los franceses en todos los sentidos.

A.A. ¿Cuántos años estuvo en Francia?

M.R. Estuve unos cuatro años la primera vez que anduve por allí. Así que volví allá por el año 20.

A.A. ¿Volvió al pueblo?

M.R. Al pueblo, y resultó que en ese tiempo ya vino el 18, se acabó la guerra... Y luego (de) los españoles que estábamos allí hubo unos que se consideraban medio socialistas o liberales invitaron a una reunión a todos los de ideas liberales y fuimos nosotros también, porque ¡más liberales que nosotros...! y allí se acordó el crear un centro de estudios sociales y se llegó a organizar. Y al llegar a nombrar la junta administrativa me nombraron a mi para tesorero. Fue la primera sorpresa que tuve en mi vida, porque lo que menos pensaba yo (era) que a mi me fueran ..., y yo insistí que no, que nombraran a otro. Y hubo quien me preguntó: -¿Pero, sabes de letra? -De letra, si. -Pues si sabes de letra y de números, pues puedes, pues te se nombra a ti, pues tienes que ser tu. Y terminé por aceptar, y luego fui, pues, hasta que decidí irme a España. Pero entre medio de todo esto se presentó uno de Barcelona, un tal Bruno Lladó, encargado del Comité Nacional de la CNT de aquí, que entonces el Comité Nacional estaba aquí en Barcelona, porque el Comité Nacional más que nada tenía que haber estado en Madrid si hubiera sido una organización que gestionara mucho con las autoridades, (pero) como la CNT tenía eso de estar al margen de todas las autoridades, pues donde más residía era en Barcelona por el hecho de que cuando habían represiones -que las había casi (de) continuo ¿verdad?- en Barcelona había muchos militantes, muchos sindicatos, y si uno estaba en la cárcel fácilmente se nombraba otro, porque incluso conocí (que en) un tiempo que estaba en Zaragoza detuvieron unos cuantos en Zaragoza y se presentó uno con todo lo del Comité Nacional en Barcelona para decir: -Ya os arreglaréis vosotros, porque allí no hay para nombrar Comité Nacional. El caso es que el Comité Nacional que había aquí en Barcelona...

 

Cinta 1, Cara B

M.R. ....organizar una intersindical española en Francia, y querían obligar a todos los españoles residentes en Francia a que estuvieran afiliados a esa intersindical o (a ser) suscriptores del periódico Solidaridad Obrera, que querían publicar en París. De lo contrario, al regresar a España no dejarlos trabajar o hacerles pagar una multa; y el grupo que estábamos en Lyón estuvo en contra de ese acuerdo, y al decidir de venirme yo acordaron en aquel grupo... acordaron que yo me entrevistara con el Comité Nacional de aquí y manifestara la contrariedad nuestra a ese acuerdo, que eso era una dictadura que no se podía admitir. Y de ahí viene mi introducción en la CNT.

A.A. ¿De cuándo se vino aquí?

M.R. De cuando vine aquí, al llegar aquí a Barcelona. Yo, hasta entonces, no conocía a nadie de la CNT, pero allí en Lyón había uno que conocía a alguien de aquí, sobre todo a uno que era el tesorero del Sindicato de la Madera, que se llamaba Juan, ahora no me acuerdo del apellido; hombre, el caso es que era uno de los más significados de aquí de Barcelona y llevaba fama de muy buen compañero y muy moral, y vivía en la carretera de Sarriá, en el núm. 31, que ahora no existe ni la casa. Tenía allí su familia y yo estuve allí en su casa, por eso lo conocía completamente. Y como ese era uno de los principales, pues yo estuve unos días por aquí y cada noche nos veíamos en el Sindicato de la Madera, que estaba en la calle de San Pablo, y los compañeros que en aquel tiempo eran más significados, pues, al verme con ese, pues yo ya quedé (como) uno (más) ¿comprendes? de los de confianza entre los significados ¿sabes? Os explico y concreto para que veas como me vino a mi...

A.A. Si. Tiene toda una historia ...O sea, que de Francia vino aquí?

M.R. Si, si.

A.A. ¿Aquí a Barcelona?

M.R. Si, y de aquí fui al pueblo, y cuando fui al pueblo...

A.A. Aquí solamente estuvo unos días, pues.

M.R. Aquí sí, estuve unos días. Pero ya me hice conocer y ya me conocieron los más significados. Y ya tuve correspondencia con unos o con otros, y ya siempre contaron conmigo como si fuera uno de los militantes de la CNT. Porque además entonces, en el pueblo (y) no se podía ser de la CNT, porque (según) los estatutos que había entonces, para ser afiliado tenía(s) que ser asalariado.

A.A. ¿Los estatutos de la CNT, dice?

M.R. Si. Para ser de los sindicatos de la CNT había que ser asalariado.

A.A. Y en el pueblo ¿no había nadie asalariado?

M.R. Como yo no era asalariado, teníamos propiedad, vivíamos independientes, pues yo no... Y eso se hizo en el año 30, en una conferencia que hubo en Zaragoza, (en la) que se acordó que todos los pequeños propietarios, todos los que vivían de su trabajo y vivían sin explotar a nadie, también podían ser de la CNT. Y es entonces cuando se pudieron hacer los sindicatos por los pueblos de Aragón con asalariados o no asalariados. Pero esa intervención que he dicho con el Comité Nacional para que no se hiciera aquello, no pude hacerla, porque justamente los días que estuve yo aquí declararon una huelga general revolucionaria -como eran todas las huelgas de la CNT, que siempre eran con aspiraciones revolucionarias- y Martínez Anido, que era el Gobernador de Barcelona, echó toda la policía y toda la guardia civil a la calle y donde veían tres juntos, pues sablazos, muchas detenciones... Que luego hubo muchas deportaciones, que (a) algunos los llevaron a pueblos de Aragón, y hubo pueblos que les decían a la guardia civil los mozos de los pueblos: -Estos (son) unos vagos. Porque el pedir menos horas de trabajo acusaban de vagos a los trabajadores de las ciudades, había ese ambiente. Y hubo esa descomposición en Barcelona, que no hubo lugar a esa reunión y de combatir eso, porque ni se habló más, nunca oí hablar a nadie. Y sin embargo, fíjate, con Bruno Lladó que era, me parece que era de Sabadell, luego estando en el pueblo, él hacía de viajante, y en el Centro Republicano nos encontramos y aún discutimos más que lo que habíamos discutido en Lyón; él aún seguía con sus trece, que era conveniente aquello (la imposición), y yo que no, que era una dictadura y no se podía acceder. Quién iba a decir que aún iba a discutir en el pueblo. Y por eso, eso ni lo pude tratar ni nunca oí hablar, porque si lo hubiera oído hablar alguna vez hubiera presentado yo el asunto. Y al ir al pueblo, pues yo no fui al Centro Republicano, porque como yo me consideraba libertario y (los d)el Centro eran republicanos, pues las cosas no se aclaraban.

A.A. En que año estamos ahora ¿en el 20?

M.R. En el 20, en el 20. Y en el Centro nombraron una comisión que fueran a casa de mi padre -claro yo estaba en casa de mi padre, en la calle (de) Santa Lucía- a invitarme que fuera yo al Centro, y fueron uno que le decían, se llamaba (de apodo) Perpiñán, no se si lo habréis oído nombrar, otro Miguel El Tabaqueras...

A.A. El Tabaqueras, sí.

M.R. Y otro el Ramón El Pelao, pero (de) ese no me acuerdo del apellido. El Miguel El Tabaqueras de apellido era Aguilar, los Tabaqueras esos de apellido eran Aguilares. Fueron esos tres a invitarme (a) que fuera al Centro y yo les dije que no iba, que mis ideas eran diferentes y yo sería asunto de discordia en el Centro. Y me dijeron: -¡No, no! Ya sabemos como piensas tu, que eres de los que piensan como los de Barcelona, de lo más adelantado que hay, y nosotros estamos en el Centro pero somos partidarios de lo que sea lo más avanzado, y como sabemos que eres tú,, por eso venimos a buscarte. Y ante ese razonamiento pues fui al Centro. Y resultó que tal y como yo lo había planeado al ir al Centro, donde me sentaba en las mesas de café... pues enseguida me rodeaban unos y otros por un lado y me preguntaban ésto y lo otro. Y yo, pues ya ves... Y (como) tenía muchos folletos, había llevado muchos folletos y cada día llevaba un folleto y los leía o daba a leer. Y enseguida se hizo un grupo como si fuera yo el dirigente del grupo, pero que ya defendían lo que yo había..., lo que yo explicaba, y entre ellos estaba el padre de ese Alfredo, que se llamaba..., se llamaba Pablo, el Pedro El Feliciano, el Justo El Acero, que estaba casado con una prima hermana mía, otro Lamberto, el Agustín El Virgós; en fin, ocho o diez que ya coincidieron todos en defender las ideas que yo allí explicaba. Y ya resultó, pues, que aquel grupo era distinto a los de la media docena de políticos que aprovecharon o querían aprovechar el Centro para la política.

A.A. ¿Como cuántos republicanos contaba el Centro?

M.R. No lo se. Nunca se me ocurrió de... Pero ya en ese tiempo sería, ya, ya habían hecho eso...

A.A. ¿Una veintena?

M.R. Más. Ya habían hecho un local pero no lo grande que es eso. El local, ya se hizo en el 20, o más bien sería en el 21 porque ya participé yo en las acciones y todo eso. Y un grupo, ese grupo que llegamos ya (a ser) más íntimos, nos cuidamos de hacer un horno de yeso porque unos pusimos trabajo y otros dinero, y se hizo mucho más grande el local.

A.A. El local ¿dónde está ahora?

M.R. Si, donde está ahora. Si, si, el mismo pero agrandado. Era lo que se hizo. Era para, diríamos, para la parte del molino de la harina el escenario, y se agrandó para la parte de abajo, para la parte diríamos del río. Se agrandó de esa forma, y aún me parece que agrandaron algo aún cuando la guerra; me parece que aún...ampliaron algo.

A.A. Si, es muy grande.

M.R. Si, pero el hacerlo grande ya fue estando yo, que sería en el año 21. Y así continuó el asunto de la introducción de nuevas ideas hasta el extremo (de) que una vez llegaron a proponer mi expulsión.

A.A. ¿Del Centro?

M.R. Del Centro. El grupo de políticos, que decíamos allí, pues querían exclusivamente la política, pues (por) eso (yo) les molestaba, eso de que toda la juventud que fue entrando y todos estaban defendiendo lo que yo decía, pues eso no les gustaba. Y llegó un domingo, pues, que hubo una asamblea para expulsarme a mí, y me lo dijeron que era para expulsarme a mí, y claro, yo fui y hubo uno, un tal Manuel Royo, el Manuel El de la Idea le llamaban, que vivían en la calle Alta. Era más viejo que yo, así que vosotros claro, no... pero yo si, yo aún me acuerdo de él. También era de muy buena posición económica, y me dijo: -Mira, si para hacerte fracasar cuando hables te piden que les pagues lo que se les debe de las acciones, les dices que pasen a secretaría, yo llevaré dinero y estaré allí, y el que quiera cobrar le pago y que se vaya. Así que ya ves que había idealistas de verdad, que para que a mí... si yo no tenía dinero para enfrentarme y decían: -¡Va! Pues págame las acciones... aquello para hacerme fracasar... pues (por si lo hacían) así el otro estaba con el dinero. Os digo esto para que veáis.

A.A. Pero ¿esto de pagar las acciones, qué significaba?

M.R. Las acciones que habían puesto para hacer el Centro, para agrandar el Centro. Si el uno había puesto 100 pesetas o 200, o eso ¿verdad?.

 Las acciones era eso; y como el ponerlas era a condición de luego irlas pagando, porque si hubiera habido fondos para hacerlo no hubiera necesidad de hacer acciones ¿comprendes?

A.A. Si,

M.R. Al no haber fondos, pues era por acciones, por eso. Yo, por ejemplo, si tocaba 100 pesetas y puse trabajo equivalente a eso, o que valiera más... El caso es que hicimos un horno grande de yeso para hacer la obra; otros pues ponían dinero para pagar albañiles y lo que había que comprar.

A.A. ¿Y eso de hacerte fracasar...que era...  que te decían que les tenías que pagar acciones?

M.R. No. Que me decían que no era republicano; me acusaban de no ser republicano, y claro estaba, toda la asamblea entonces éramos muchos hombres, estaba lleno el salón y nadie hablaba. Entonces, como tengo costumbre siempre de hablar, le pedí (la palabra) al presidente: -Bueno, me han dicho...

A.A. ¿Quién era el presidente?

M.R. Uno que le decían el Felipe El Guaja, uno que vivía en la Plaza, no me acuerdo tampoco del apellido, era muy buena persona: - Bueno, me han dicho que esta asamblea es para expulsarme a mí, yo mismo, y que me acusan de no ser republicano. Yo invito a ver si hay aquí alguien que pruebe que yo no soy republicano. Nadie respiraba, nadie respiraba, deben estar mudos (  ) volví a hablar: -Se me acusa (de) que no soy republicano. Pues bien, yo soy republicano, pero no soy de esos que se distinguen de los monárquicos sólo por el gorro frigio. Yo soy un republicano que aspira a una República Libertaria, donde la libertad sea un hecho para todos, donde la explotación no sea posible sin oposición de ideas... y cuando me pareció: -...pues bueno, si es por eso (por lo) que se me quiere expulsar, pues que se  diga y me iré. Pero se levantaron varios jóvenes: -¡Que se vayan los que han propuesto la expulsión!  Y no se fueron del todo, pero si se fueron a tomar café a un bar que le decían el bar del Juliete, que era del padre de ese Prats que me habéis dicho antes.

A.A. ¿De ese Alberto Prats?

M.R. De ese Prats que me habéis dicho antes.

A.A. ¿Y, dónde estaba este bar?

M.R. A la salida de la calle esa de La Costera, que llaman, donde estaba el Centro Republicano yendo para el río, pues un poco antes de llegar a la esquina que hacía vuelta. Allí había un edificio.

A.A. ¿Por allí por dónde está el matadero?

M.R. Si, pero sin bajar al matadero, en la misma calle. En la misma calle, antes de bajar la cuestecica. En lo llano.

A.A. Ya me sitúo, ya.

M.R. En lo llano de la calle había un edificio, que luego la casa siguiente era del que fue mi cuñado, del Amadeo, la casa que seguía allí, pero eso era sin llegar a las casas viejas, era nuevo aquello y ahí le llamaban el bar del Juliete, que El Juliete era el padre de ese Prats que me habéis dicho antes y, claro, pues como nadie respiró y sólo hubo algunos gritos: -¡Que se vayan los gamberros estos! ...y resultó que ya se convirtió en un Centro más, más Centro de libertarios que no de republicanos. Lo que pasa... lo que pasó es que la mayoría de los republicanos aceptaban las ideas libertarias, y como se llegó a hacer escuela racionalista y todo...

A.A. ¿Se llegó a hacer escuela racionalista en el pueblo?

M.R. En el año del invierno del 20 al 21, de 1920 a 1921, que estaba yo allí, siempre discutían (de hacer una) escuela para los que no sabían, porque como en aquel tiempo había muy pocos que supieran de letra, porque como en las escuelas lo único que se preocupaban era de la doctrina cristiana en tiempos, y los mismos padres decían: -Para llevar al burro del ramal no hace falta de letra. Había ese ambiente... es que ahora es muy distinto el ambiente. En aquel tiempo pasaba eso, pero los del Centro siempre lucharon por las escuelas, aún cuando eran una minoría, siempre lucharon porque... por mejorar las escuelas. (Los) Había que eran partidarios de la escuela de Ferrer, que no se si vosotros sabéis...  La escuela moderna, (por lo) que se ve, la creó a primeros de siglo, y lo fusilaron a Ferrer por ser creador de la escuela moderna. En el año 1909 hubo un embarque de reservistas para Marruecos, la Guerra de Marruecos, de Melilla que se llamaba. Y se sublevaron los reservistas que habían de embarcar aquí en el puerto de Barcelona, ahí, frente a los depósitos comerciales, se sublevaron y empezaron a quemar conventos e iglesias... que fue la Semana Trágica. Y sólo hubo dos conventos de la calle Caspe que eran de los Jesuitas... ahí no pudieron llegar los revolucionarios, porque estaban más armados los de dentro que los de fuera, pero los demás, pues los quemaron todos, y a Ferrer le acusaron de aquella sublevación y no tenía que ver nada, pero el caso era justificar algo para fusilarle por eso de la escuela moderna. Y después de Ferrer se hizo cargo Anselmo Lorenzo, y Anselmo Lorenzo, que era anarquista también y de mucha capacidad, se hizo cargo de la escuela moderna, pero murió en el año 14 y del año 14 en adelante ya no hubo un personaje que se hiciera cargo de la escuela moderna. Pero la editorial de la escuela moderna continuó, no se en que fecha desapareció, pero en el año 20 ó 21 aún estaba porque yo había estado en la editorial. Así que en el pueblo, en una asamblea, se acordó el crear una escuela con voluntarios de los que sabían de letra, voluntarios para enseñar a los que no sabían, y a mi me encargaron que hiciera el pedido de los libros, porque como yo les hablaba de la escuela moderna y de los libros, pues hice yo el pedido. Cuando llegó el pedido de los libros dije que los pusieran todos allí encima de la mesa de lo que era el café, y dije que antes de dárselos a los chicos, porque era para escuela de adultos, no de niños, que antes de darlo a los que habían de ir a la escuela los leyeran los padres, los que supieran de letra pues tendrían los libros. Si había algo que no les gustaba no se los daríamos, y si no pues... Porque yo siempre he obrado así desde que conocí lo que eran las ideas anarquistas, yo nunca he hecho: -¡Oh! Pues ésto quiero yo, pues que lo hagan los demás. No, no, nunca.

A.A. Pero dice que la escuela era para adultos.

M.R. Para adultos, para adultos y no para niños.

A.A. Allí en el pueblo, en el mismo Centro.

M.R. Si, en el mismo Centro, en el sótano. En lo que es sótano, aquello sirvió para escuela.

A.A. Y quien se encargó de...

M.R. Voluntarios del mismo Centro, unos 12 ó 14 que salieron voluntarios... y yo lo organicé para que (dieran clase) tres cada turno, tres cada semana, para no cansar a todos, pues tres una semana y tres otra. Yo hice de organizador y leyeron los libros, y cada uno que leyó los libros se convirtió en un propagandista: -Vale más el libro que he leído yo de la escuela moderna, que todos los libros que hay en la escuela del pueblo. Cada uno se convirtió en un propagandista.

A.A. Una cosa, la biblioteca que llegó a tener el Centro fue importante ¿no?

M.R. Sí.

A.A. ¿ Era de las más importantes de Teruel?

M.R. Sí, además, luego todos esos libros fueron a la biblioteca... porque resultó que la escuela funcionaba muy bien, yo iba todas las noches, yo dividí los que se habían hecho voluntarios tres cada semana, porque suponía que a lo mejor no tendrían la misma voluntad que tenía yo de estar todas las noches, porque era los cuatro meses de invierno: noviembre, diciembre, enero y febrero, que era los meses que se hacía la escuela de adultos, y como todos trabajábamos, pues en ese tiempo, como el día es corto y la noche larga, había tiempo para eso, porque en verano hubiera sido imposible hacer la escuela de esa forma. Pero así que empecé a funcionar, el Alcalde y la Junta Local de Escuelas, que la componían los curas, el boticario, el médico y dos o tres damas de esas "tropajosas" que se suelen llamar...

A.A. ¿Quién era el alcalde, entonces?

M.R. Uno que le decían el Justo el Villalba. Que tenía café en la esquina de la plaza de la Iglesia. Tenía el café, en el primer piso estaba el café... ese era el Alcalde. Nos mandó un oficio para que se suspendiera la escuela, porque no tenía autorización para eso. Le contestamos que con arreglo al estatuto que había, que eran de veladas literarias culturales; como no teníamos maestro pues eran veladas culturales. Volvieron con otro (oficio). Le contestamos. Y al tercero ya le contestamos que valía más -eso directamente al Alcalde- que se cuidara de los juegos prohibidos que se jugaban en su café.

A.A. Si, al monte se jugaba.

M.R. El monte y toda la clase de juegos, pero sobre todo al monte. Bueno, hicieron que bajara de Teruel, de la capital, un inspector para cerrarnos la escuela. Y pensábamos... nos acordamos que al decirnos que un inspectora de... un inspector, que fuera una comisión a Casa de la Villa; pues nombramos tres que fueran a Casa de la Villa a hablar con el inspector, y creyendo que iría a ver la escuela para saber si la higiene... en fin, y acordamos que yo estaría en la escuela para cuando viniera el inspector ser yo el que me enfrentara con él para defender los libros. Porque si me hablaba de moral o cosas de esas, yo estaba dispuesto a demostrarle que el inmoral era él si combatía aquello, porque yo no tenía inconveniente en discutir con quien fuera... y cuando le dijeron: -Bueno, cuando usted quiera iremos a ver a la escuela. Y les dijo: -No, si no he venido para ver la escuela, yo he venido... que traigo la orden (de) que esa escuela se cierre y se terminó. Y nada, pues tuvimos que cerrarla. Entonces a la biblioteca fueron a parar todos los libros que... y quedó esa propaganda.

A.A. ¿Luego, volvió a hacerse otra escuela?

M.R. Luego ya la hicimos con maestros.

A.A. Zurita Castañer ¿estuvo por allí?

M.R. Zurita Castañer ¿A dónde?

A.A. En la escuela de maestro, de algo...

M.R. Mira... ese se alabará en todo lo que quiera... él sabe escribir, pero estuvo un tiempo en la secretaría y les dejó todo que no supieron aclarar nada y tuvieron que recoger y todo. Es tan vago que no pudieron aclarar nada, así que de ese Castañer si les preguntaras a Benigno Castañer, que es pariente mío, o a Plácido; tu no le has conocido...  .

A.A. A Plácido no, a Benigno sí,  que estuvo...

M.R. En Zaragoza está. Pues Benigno conoce a Castañer más que yo; yo le conozco pero Benigno más, porque incluso cuando estaban en Poitiers, en Francia, se le presentó allí ese... le prestó Benigno para hacerse un traje y cosas y nunca le dijo cuanto te debo. Entró en una casa donde tenía mucha amistad Benigno, (de) una familia que son de Manresa -el hombre ya murió pero la mujer aún vive y la conozco, porque vino una vez con Benigno aquí y su marido también, y se marchó muy contento de conocerme a mí-, pues Castañer, el Zurita.....

 

Cinta 4, Cara B

M.R. -.....Mira, si me tocas se lo diré a mi marido. Y tuvo miedo al marido. Según me dijo a ella no la tocó pero fue así... eso me lo explicó ella, ella misma ( ), Benigno me explicó todas las demás cosas que sabía, pero eso no, eso fue ella quien me lo explicó.

A.A. Bueno, continuamos con el pueblo.

M.R. Y yo le conozco de que es un vago irresponsable, porque más tarde estando... bueno, más tarde, en aquel tiempo, mi mujer, la madre de mi hija esta, tuvo reuma y los padres de Zurita también sufrían de reuma, y fuimos juntos (con) el padre y la madre de Zurita y mi mujer a los baños de Villarluengo. No se si aún existen esos baños. Los baños de Villarluengo están junto al río Guadalope, pero pertenecen al término de Villarluengo, y él fue....

Félix Solsona. ¿Te cansas de hablar o qué?

M.R. No, no, no. Tengo un poco de eso en la garganta por hablar pero cansado no estoy. Yo fui a acompañar (a) mi mujer con una mula que tenía yo para trabajar la tierra, y luego nos volvimos. El fue con dos caballerías porque una (era) para su madre y otra para su padre, y nos volvimos los dos con las caballerías, para luego a los ocho días volver a buscarlos. Al poco de salir de allí, en el camino, encontramos un abrevadero y las caballerías pues fueron a... bebieron allí. Mi mula, así que terminó de beber, echó a andar, los otros aún estaban allí... Pues yo dejé que fuera andando despacito a la espera de que él... pues una vez que eso ¿verdad? Y al poco de eso había una curva y doblé la curva, y entonces paré la mula (esperando a) que vinieran, y pasaba el tiempo y él no venía, y entonces volví a ver si le había pasado algo. Y entonces estaba que se movían las caballerías de allí -Hombre, creía que te habría pasado algo. -Yo, como no tengo prisa... Y yo le había dicho al salir de allí: -Mira, a mi me interesa llegar lo más pronto posible a casa, porque tengo mis padres allí en casa y no tengo a nadie que les cuide. Y en vez de tener en cuenta eso, luego me sale con eso de que como él no tenía prisa, pues dejaba que los animales se movieran cuando quisieran. Así que eso ya me decepcionó, porque eso uno que tiene un poco de sentido común no lo hace. Si vas dos y el uno te dice una cosa ¿verdad? pues lo posible harás por complacerle. ¿Verdad? Pues ya me pasó eso, pero cuando la guerra, además, él, cuando yo estaba en Valencia, en el Comité Nacional, debido a que en el ambiente de la CNT eran contrarios a ser jefes, contrarios a ser comisarios, y (en) el primer curso que hubo en el comisariado de voluntarios se llamó también a los de la CNT y no aprobaron a ninguno de la CNT -al llegar el examen no aprobaron a ninguno-, y justamente en ese momento, que yo era ya del Comité Nacional y me habían encargado de la Sección Defensa, y con el resultado (de) que había un profesor que era también de la CNT... Me dijo: -Mira, parece que han querido burlarse de eso de ser comisarios. Han mandado hasta analfabetos ¿Cómo se le va a un analfabeto (a) hacerle que sea un comisario?. Eso nos hizo el crear un internado y se le llamó el Internado Durruti. Como a Durruti le mataron el 20 de noviembre del 36, y eso ya fue después de la muerte de Durruti, pues se llamó el Internado Durruti. Y yo escribí al pueblo para que si a alguno le interesaba, y estuviera ya bien de escuela o de eso (ingresara en el Internado)... Y al mismo tiempo el gobierno hizo un decreto, que se podía estudiar el bachillerato abreviado en dos años, y también escribí al pueblo para que si había compañeros, como algunos sabía yo que estaban un poco bien de escuela, podían aprovechar. Pues hubo que fueron, uno un hijo de uno que se llamaba Ciprés, que ese, el hijo está aquí en Barcelona, ese estudió y le salió... le valió lo que ya sabía que estaba bastante bien de la escuela. (En) el internado no pudieron hacer el bachillerato, porque como con la guerra vino tan mal no se pudo completar eso, pero si salieron muchos también de tenientes en campaña, y para el comisariado, pues todos los que al crear el Internado Durruti ahí teníamos profesores propios, y todos tenían que pasar por ahí si querían pasar al otro lado. Al ser aprobados por los profesores propios, pues también eran aprobados tanto para comisarios como para tenientes en campaña, que también se hacían las dos cosas, y lo mismo para el bachillerato. Si no lo consiguieron el bachillerato  porque la guerra que fue mal, pero si les valió como (a) ese del Ciprés, que luego estaba aquí en una empresa de las principales, ahí en el puerto, que le valió incluso para con su influencia -que llevaba muy bien las cosas- para su padre que hasta de muy viejo aún le pagaban con tal fuera a recoger papeles por allí. Y del pueblo, pues, ese Zurita, el Joaquín ese, también salió teniente en campaña, y luego cuando era la guerra y yo ya estaba aquí, porque nos habíamos trasladado de Valencia aquí a Barcelona el Comité Nacional, pasó por aquí y me dijo que iba al pueblo, y se lo dije yo a mi mujer, y le dije si llevaría un paquete a la familia y dijo que si. Le damos un paquete y resulta que no iba al pueblo, que andaba huyendo. No se que había hecho donde estaba, en la unidad que estaba (de) militar, que andaba huyendo. Y eso... pues, eso es ser un imbécil, porque si en aquel tiempo a mi me dice: -Mira, me pasa esto, yo le podía haber solucionado enseguida eso.

F.S. Hombre, no lo tendría muy claro, porque si iba haciendo "picias" de estas y tu le conocías un poco a él...

M.R. No, no. Pero si él... pero yo no tenía en cuenta aquello, porque aquello era una pequeñez, había pasado mucho tiempo y podía ocurrir que ya no lo fuera... en absoluto, yo no lo tenía en cuenta eso. Pero si él me hubiera dicho, en vez de decirme que iba al pueblo, que me hubiera dicho -No, al pueblo no voy... En fin, lo que le ocurría, yo se lo podía haber solucionado entonces, porque como yo estaba en el Comité Nacional pues esas cosas se solucionan fácil cuando se está en lo más alto; porque mira, un cuñado mío, un hermano de mi mujer (que) era practicante en Barbastro, salió voluntario para ayudar a las Columnas cuando pasaron por allí por la provincia de Huesca, y luego él ya quedó fuera de las Columnas, pero reclamó de que le pagaran como pagaban a otros que habían estado. Y sí, le dieron el nombramiento de teniente en campaña, como practicante, pero agregado a una brigada, y él ya era mucho más viejo que yo cuando se vino.           Incluido en una brigada se me presentó en Barcelona, y dice: -Mira, me pasa ésto. Digo: -Bueno, pues mañana ya miraremos de arreglarlo. Era por la tarde. Al día siguiente por la mañana pues fui a... al Ministerio de Defensa, donde se manejaba todo eso, y así que entramos allí ya uno que me... uno de los que me conoce (me dijo): -Royo ¿qué buscas algo? Le dije: -Si, mira ésto. ...le expliqué. -Esto se arregla fácil, le damos de baja en la brigada, le damos de alta con puesto fijo en Barbastro, y mañana saldrá publicado en el Boletín Oficial, y ya está. Dice: -¿Te parece bien? Me preguntó. -Hombre, no hay otra forma. Y efectivamente mi cuñado dice: -Mira, ayer veía Valencia muy negra y hoy la veo de color de rosa. Pues lo mismo hubiera podido hacer por él, porque cuando se está en los sitios que se puede hacer, eso no es ninguna molestia, porque se hace de esa forma. Él había tenido algún lío o lo que fuera, pero sus líos esos, teniendo esa posibilidad que tenía yo... Porque si en un sitio lo tienes, se le da de baja de ahí y se le da de alta en otra (parte) donde haya más compañeros, y ya está.  Así que ya ves si he pasado yo, no para demostrar que...

A.A. En el pueblo, después de que cerraron esta escuela, cuando vino el gobernador...

M.R. ¡Ah! Pues un tiempo no tuvimos escuela pero luego ya, con la República.

A.A. O sea, usted ya estuvo en el pueblo hasta el 33, desde el 20 ¿no?

M.R. Sí, entonces ya estuve yo en el pueblo, desde ese tiempo. Recogí yo las tierras que eran de mi madre y tenía yo casa independiente. No, espera a ver como va eso... No, no, no, hay otro intermedio. Estuve hasta el 22, y en el 22 se nos ocurrió de venir un grupo (de) cuatro o cinco amigos... una broma que hacíamos allí. -Tenemos que ir a vendimiar a Cataluña y llegaremos a Barcelona. Me señalaban a mí como guía para Barcelona.

A.A. ¿Ya había pasado esto de la escuela?

M.R. Lo de la escuela sí, ya había pasado, eso ya había pasado. Y vinimos, y al llegar aquí vendimiamos cinco días en la provincia de Tarragona, porque todos los que vinimos teníamos trabajo allí (en el pueblo), y los que vinieron conmigo pues era el Capel, el Irineo, el Gorreta... todos tenían (en el pueblo) más trabajo aún que yo, porque yo dejaba a mi padre y a mi hermano que era muy joven, pero los otros también dejaron los suyos...

A.A. ¿Todos los otros que vinieron con usted eran del Centro Republicano?

M.R. Sí, sí, sí; todos, todos del Centro Republicano.

A.A. ¿Cuantos eran? El Capel, el Gorreta, el Irineo... ha dicho.

M.R. Irineo, sí.

M.R. Sí, el Gorreta no era del Centro Republicano.

A.A. ¿Este Capel, cómo se llamaba?

M.R. Pues no me acuerdo. El mote era el Capel, el Capel; no me acuerdo como se llamaba, y el Vicente el Santana también, ese era del Centro. El caso es que llegamos aquí, y el Andrés el Mata... no se si le habréis conocido, se llamaba Andrés el Mata, trabajaba aquí en la fábrica de óptica y me dijo: -Macario, si te quieres quedar, el patrón que tengo yo... que tenían una fábrica pequeña, en la calle La Cadena, aquí en Barcelona, pero hizo una nueva en Badalona y necesitaba gente, y decidí quedarme, no volví al pueblo.

A.A. ¿Y usted trabajó allí en la fábrica?

M.R. Sí. Fui el primero en entrar en la fábrica de lentes de aquí, por el Andrés ese. Más tarde ese Andrés y su tío el Alberto formaron la fábrica de lentes de allí del pueblo, pero cuando digo yo aún no estaba aquella fábrica, sólo era aquí en Barcelona. Trabajábamos, y estuve aquí... Me quedé en el año 22, y al estar aquí trabajando -trabajaba en Badalona pero vivía en Barcelona- intervine en los Grupos Libertarios de aquí y fui del Comité de Relaciones, que antes los grupos anarquistas nombraban un Comité de Relaciones para relacionarse con todos los grupos... y en eso se produjo el Golpe de Estado de Primo de Rivera, fue el 13 de septiembre de 1923, el Golpe de Estado de Primo de Rivera. Yo formaba parte de los grupos. Al ocurrir eso, aquí la organización CNT quedó un poco deshecha porque surgieron dos tendencias. Unos eran partidarios de lanzarse a la calle para contrarrestar el Golpe de Primo de Rivera, y otros, más reflexivos, decían que no, que había que esperar que hubiera un ambiente favorable para tener más posibilidad de vencer. Así se fue pasando el tiempo, y en eso llegó que escribió... se nombró un Comité Nacional, aquí en Barcelona, y en ese Comité me nombraron a mi en representación de los Grupos Anarquistas. Y Eusebio Carbó se dio cargo que era un militante de la parte de Valencia, pero estaba en París, y se le había delegado para que tuviera contacto con un Comité Revolucionario que habían formado en París Blasco Ibáñez, Unamuno y tres o cuatro más, Carlos Esplá, Marcelino Domingo... Y ese que era de la CNT, este valenciano, escribió una carta diciendo: -Lo que hacen falta son hombres, que armas no faltarán. Para hacer la revolución contra Primo de Rivera. Ante la duda de que eso fuera verdad, nos delegaron a otro y a mi, (a) un tal Ricardo Fornells, para que fuéramos a París a ver si era verdad eso de las armas. Y fuimos, nos entrevistamos allí con Carlos Esplá, que era del Comité, y nos dijo que no, que eso de armas (que) no, que se hablaba de revolución para que ocurrieran algunos acontecimientos verdad para justificar la propaganda contra Primo de Rivera per tenían miedo a la revolución en la calle... Tenían miedo (de) que la revolución fuera más lejos de lo que ellos querían. Entonces, claro, informados de eso, pues los dos coincidimos (en) el informe que habíamos de dar aquí. Y al volver a Barcelona nos reunimos en Argentona, que está un poquito más arriba de Mataró, porque Peiró, que es el que había recibido la carta vivía en Mataró, y nos dijo que podíamos reunirnos allí en Argentona. Y allí nos reunimos la dirección del Comité Nacional, que en aquel tiempo estaba en Zaragoza pero se había venido un delegado aquí, porque allí no había para completar el Comité Nacional... Reunión del Comité Local de Barcelona, el Regional, el Comité Revolucionario en el cual estaba yo... Y allí informamos de todo, y me acuerdo que Peiró fue el primero que pidió la palabra cuando terminé yo el informe dijo: -Pido la palabra. En vista del engaño que os ha hecho tal (persona), pido la destitución. Y se acordó la destitución porque ¿Quién iba a ser, quien iba a servir de juguete para eso de que hubieran algunas víctimas y todo eso? Los ingenuos de los Grupos Anarquistas, que no hay otros tan ingenuos como son los Grupos Anarquistas. No digo todos. Mira, hasta el extremo de que dos del grupo que era yo, no pongo a dos sino a más, éramos ocho o diez, pues dos, a pesar del informe que les di yo en el grupo y todo... En eso me encarcelaron a mi, en el mes de... fuimos en el mes de julio, en el mes de agosto me encarcelaron a mi, y había sido yo el que había convocado para (una) reunión de los delegados. Convoqué delegados de Grupos Anarquistas a ver si al ser delegados iban una selección, digamos, de personas que estuvieran más... porque yo había observado que como revolucionarios los grupos anarquistas deben de ser superiores, pero como personas con cultura para hacerse frente a una situación administrativa pues no los había. Y convoqué (reunión) de delegados a ver si... y nos detuvieron... apareció la Guardia Civil. Estábamos en Las Planas allí en la montaña y nos detuvieron; nos llevaron a la cárcel a una veintena.

A.A. ¿Dónde estaban?

M.R. En Las Planas, en Las Planas teníamos la reunión.

A.A. ¿ Que es eso de Las Planas?

M.R. Un sitio que le llaman Las Planas.

A.A. ¿ Por aquí (en Barcelona)?

M.R. Aquí, un sitio que le llaman Las Planas. Allí, en una montañeta. No pusimos vigilancia y cuando nos dimos cuenta teníamos la Guardia Civil encima y nos detuvieron, y nos acusaron de conspiración para la rebelión militar. Pues llegó... esto era, cuando estuvimos fue en julio en París y trajimos el informe. Cuando me detuvieron fue en agosto, y en noviembre, a pesar de que yo hice el esfuerzo de que no se hiciera ningún movimiento, pues dos del mismo grupo que era yo, el uno se llamaba Llácer y el otro Montejo, fueron a avisarme tres días antes de la fecha que iban a hacer... que iban a hacer la revolución, que estuviera preparado que irían a sacarnos. Y yo (les dije): -¡Que no lo hagáis!  Y me dijeron: -Sí, que después (de) que estás tu aquí las cosas han cambiado. (Les contesté) -¡Que no pueden cambiar! El día 6 de noviembre del 24 fueron a asaltar el cuartel de Atarazanas, que ahora ya no está el cuartel, que estaba allí en La Rambla ¿verdad? Al final de Las Ramblas; fueron a asaltarlo, (y) cuando fueron ya estaba la policía, detuvieron a esos dos porque dispararon sus pistolas, los llevaron a la cárcel y al día siguiente los ahorcaron en el patio de la cuarta galería de la cárcel. Y eran del mismo grupo que estaba yo y les había informado de eso. Para que veáis si hay personas que el exceso de buena fe les lleva hasta el patíbulo. A mí me ha pasado hasta eso, dos íntimos, porque eran del mismo grupo (y) les había informado... y luego me dijeron, cuando fueron a decirme que iban a hacer eso pues dije que no, que no lo hagáis, que...

F.S. Unos ingenuos.

M.R. No, es que después que estás aquí las cosas han cambiado. Hubo otros que rehicieron la propaganda esa de que lo que hacía falta eran hombres, que armas no faltarían, y siempre hay ingenuos que se juegan hasta la vida, como les pasó a esos dos. Y luego hubo varias detenciones y a la cárcel.

A.A. ¿Cuánto tiempo estuvo usted en la cárcel?

M.R. Yo estuve más de tres años.

A.A. ¿Entonces?

M.R. Sí, sí, seguido, claro, seguido. Me condenaron a doce años y un día; un consejo de guerra nos condenó a doce años y un día, pero no firmó el Capitán General que estaba, Emilio Barrera se llamaba el Capitán General, no firmó porque hubo personas que fueron a decirle: -No firmes que es una injusticia el condenarlos. Y no firmó, porque en todo hay de todo. Yo he conocido de todo, de cuando hay quien dice, todos son malos... no, a veces entre medio de muchos malos hay uno muy bueno. Pues pasó eso, no firmó el asunto... ¡Ah! Y el Auditor de Guerra tampoco firmó, y vivía en Mataró y justamente había allí unos catalanistas y habían estado en la cárcel y nos conocían a los que estábamos procesados de eso, y nos dijeron que tenían amistad con el auditor general de guerra, que si queríamos harían gestiones. Claro, las hicieron, y aquél hizo un informe (con el) que (a) lo máximo que se nos podía condenar (era) a cuatro meses; así que el asunto fue al Supremo. En el Supremo yo tenía para defensor (a) Pedro Rico, uno que fue alcalde de Madrid. Y Barriobero, que era un abogado que siempre había defendido (a) la CNT, estaba también en Madrid, y le escribí a ver si estaría dispuesto... si querría defendernos, que dinero no teníamos. Y me contestó Barriobero con una carta que decía: -Con asunto como el de ustedes no se me pregunta si quiero, se me manda y nada más. Me he acordado siempre... un pronto del párrafo que hizo para contestarme y yo estaba en la cárcel. Pero luego de Galicia recibí una carta de uno y me decía: -Tenemos amistad con uno de los generales del Supremo, si queréis podemos hacer gestión para que el asunto se arregle. Y yo le contesté que si era sin condiciones, que no hubiera aquello de condiciones de someterse a votar para tal o eso, que yo... la organización... en fin, que sí. Y debieron de hacer la gestión porque al poco vino una orden de Madrid (para) que nos pusieran en libertad y se hiciera otro consejo de guerra para anular el anterior.

F.S. Total, pero que estuviste tres o cuatro años... ¿No?

M.R. Más de tres años, no llegó a cuatro. Así que salí en libertad provisional, tenía la novia, nos casamos. Y luego aquí en Barcelona, al ponernos en libertad, para que veáis que la policía, yo he tenido suerte que todos me han tratado bien. Cuando vino la orden de Madrid para ponernos en libertad fueron dos policías a la cárcel, me llamaron... ¡Ah! Porque yo era delegado en la cárcel de todos los presos de la CNT. Cuando me levantaron la incomunicación, porque estuve un mes incomunicado, pues luego estábamos un centenar de la CNT en la cárcel. Allí, en una reunión, en un patio: -Pues habría que nombrar a un delegado... Van y me nombran a mi, y yo vi que aquello significaba pues hacerse conocer de tal forma que no tenía excusa luego para decir: -No, yo no... Total que acepté, como me conocían de las reuniones de los Grupos pues luego al haber muchos allí que me conocían... Pues eso fue la causa de...., Pues bueno cuando llegó la orden de eso, de libertad de Madrid, se presentan dos policías, me llamaron y me dijeron: -Mire, le llamamos para decirle que ha llegado la orden de poner a todos los que están en su proceso, a todos en libertad, pero el jefe de policía ha dicho que si no le piden la libertad a él no saldrá ninguno, y se lo decimos a usted para que usted se los diga a sus compañeros que no vayan por ese prurito de... Me hablaban como si fueran dos amigos: -Si, si, que no tengan ese prurito de no quererlo hacer y continuar en la cárcel, dije. Pues nada, se fueron y ya me dijeron: -A la tarde vendremos a buscar las solicitudes. Pues por la tarde nos reunimos yo se los dije, y claro, hicimos la solicitud. Por la tarde volvieron y nos volvieron a llamar cuando ya (me) llegaban las solicitudes a mi: -Ya llevamos las solicitudes, ahora las llevamos a la jefatura y seguido vendremos a buscarlos y de la jefatura saldrán en libertad. ...pero me hablaban como si fuera... Sí, sí, he tenido suerte (de) que tanto la policía como la Guardia Civil me han tratado muy bien... Pues nos llevaron a la jefatura de policía, al único que hicieron entrar a hablar con el jefe de policía fue a mí, los demás se quedaron allí. A mí me hicieron pasar donde estaba el jefe de policía, y el jefe de policía me dijo: -Mire, tengo orden de poner a todos en libertad menos a usted pero yo quiero que usted disfrute de la libertad lo mismo que sus compañeros. El caso era hacerse ver, ...pero nos ha de dejar tranquilos. Y yo (dije): -Los que me han de dejar tranquilo es ustedes a mí, porque yo no pienso meterme con ustedes -Sí, pero usted tiene mucha correspondencia, hemos encontrado una carta en tal sitio, otra en otro, en (casa de) Peiró... Y de las otras no estaba seguro si (yo las) habría escrito, pero lo de Peiró estaba seguro que no lo había escrito, a pesar de que éramos muy amigos. Y le dije: -¡Si no he escrito a Peiró!  -Pues hemos encontrado una carta suya en su casa. Entonces yo le dije: -Pues ha podido ocurrir que algún amigo (al) que yo le haya escrito haya ido a visitar a Peiró y se haya dejado allí la carta.  -Pues tiene usted razón, porque usted no la ha escrito y nosotros hemos encontrado una carta... pues lo que usted dice. -Pues mire, va a salir en libertad pero va a quedar bajo vigilancia. Y me "quedó" un policía encargado de vigilarme donde vivía; y cada semana pasaba a ver si vivía en el mismo sitio, con la orden de que si me iba de Barcelona tenía que avisarles. Pero un día, ya en el año 30, pues decidimos de irnos al pueblo. Y como allí confiaba (en poder vivir sin problemas por) que tenía propiedad, porque mi padre siempre me había dicho (que) lo que era de mi madre que cuando lo quisiera, pues...

A.A. ¿ Al salir de la cárcel, seguía trabajando en la fábrica de los lentes o ya no?

M.R. No, eso lo perdí... claro, ya no volví porque... No, estuve trabajando al salir de la cárcel en el muelle. Tenía un cuñado que salía a logar el personal, y como era mi cuñado me logaba a mí. (Así) pues, yo trabajaba casi todos los días o todos los días en el muelle, porque.... cada día pagaban, pero yo tenía la orden de al día siguiente volver. Pero hubo también una crisis que llegó que no había nada, nada, donde cargas y descargas... Pero dio la casualidad que el capitalista principal era conocido de toda mi familia .... y le dijo a una cuñada mía: -Dígale a Macario que si sabe en Barcelona que hay trabajo que me lo diga, que yo le haré entrar. Y le dije: -En la casa Ford. Fui a ver, (por) que entonces pertenecía al Banco de Crédito y Docks, que estaba donde (hoy) está el Museo de Cera ¿Sabéis donde está?... Pues ahí estaba el Crédito y Docks, que es el de cargas y descargas del muelle. Fui y le dije: -Pues mire, en tal sitio estoy. Cogió el teléfono, me dio una tarjetita, que frente a la casa Ford tenían ellos un almacén grande también de cargas y descargas, fui al hablar con aquél, me pasa con el otro, pasamos al otro: -¿Quiere empezar esta tarde a trabajar o mañana? Vaya al médico, la revisión médica y a trabajar. Pero también al poco tiempo, un mes o así, hubo una crisis de las que se producían en aquel tiempo, y como era el último en entrar, había la norma que los últimos que entraban si sobraban eran los primeros en salir, y es entonces cuando decidí: -Pues vamos al pueblo. Con mi mujer y la chica, que tenía dos o tres años. Y fuimos al pueblo sin avisar a la policía. Al estar allí, al ir el policía y no encontrarme, le dijeron que me había ido al pueblo. Avisaron a la Guardia Civil de allí, fue un Guardia Civil a casa de mi padre, porque estábamos en casa de mi padre (que) era una casa grande y había sitio para todos.

A.A. ¿En la calle Santa Lucía, me dice?

M.R. Sí, sí. Se presentó un Guardia Civil, me dice: -Ha dicho el cabo que vaya al cuartel. Bueno, pues allí fui, y el cabo me dijo: -Ya sabe usted que está bajo vigilancia. Y le dije: -Sí, ya se que estoy bajo vigilancia. -Pues no podrá salir del pueblo sin avisarme a mi, porque para llevar yo palo prefiero dárselo a usted. Entonces yo le dije: -No, ni usted va a recibir palo ni usted me lo va a dar a mi, porque "proveo"; no tengo interés de que usted reciba palo pues no voy a hacer nada para que le den palo, y como a usted no le darán pues tampoco usted me lo va a dar a mí. Mira, se quedó sin saber que decir al hablarle yo de esa manera, porque claro, yo, tal como se lo dije: -Pues, váyase, dice y me fui. Pero después, ya con los movimientos, ya vino luego la proclamación de la República. En el 31 vino la República, y la Guardia Civil aún me acuerdo como corría a ponerse a las órdenes de los republicanos.

A.A. ¿En el pueblo?

M.R. En el pueblo, pero no se si vosotros sabréis que el 1º de mayo del año 31, que hacía quince días que se había proclamado la República, pusieron la bandera monárquica en Casa de la Villa y los republicanos se amotinaron, hicieron dimitir al ayuntamiento y cambiaron la monárquica y pusieron la republicana. Y justamente (a) esos ocho o diez amigos que os he nombrado antes del Centro se nos había ocurrido (la idea) de ir el 1º de mayo a pasarlo al pantano de Santolea con las familias -las mujeres- con dos carros, que entonces no había coches, ninguno teníamos coche. Con dos carros y la mula que tenía yo y la yegua del Blas el Ribera, Zapater de apellido, que era de mi tiempo. Pues fuimos, y al regresar nos enteramos del jaleo que había habido en el pueblo. Una asamblea y una comisión (fueron) al día siguiente a Teruel, a hablar con el Gobernador para que nombrara otro ayuntamiento, pero el Jerónimo Mata, no se si habréis oído de él -ese era el alcalde- había salido elegido porque se habían formado los ayuntamientos con arreglo a las elecciones que había habido el 12 de abril... la proclamación fue el 14, pero las elecciones fueron el 12. Y la orden era que se constituyeran los ayuntamientos con arreglo a las elecciones, y se constituyó el del Mas de las Matas pero en vez de poner la bandera republicana el primero de mayo pues pusieron la monárquica... Y nombraron a tres, me nombraron también en la comisión para ir a hablar con el Gobernador. Fuimos y el alcalde no estaba en el pueblo cuando ocurrió eso, así que no podía dimitir puesto que no estaba, y el Gobernador al explicarle ese tema (dijo): -Es que si el alcalde hubiera dimitido yo podría nombrar una comisión gestora, pero como el alcalde no ha dimitido pues la ley me lo impide. Porque él decía: -Yo, aunque me coaccionen los comités, no puedo hacer lo que no es ley. Y yo le decía: -No venimos a coaccionarle, venimos a que dé una solución a la situación del pueblo. Y estando allí llegó un telegrama del Jerónimo presentando la dimisión de alcalde. Hay casualidades en la vida. Entonces el Gobernador estuvo más contento que nosotros. Y le dimos una lista de seis para una comisión gestora, para hacer otras elecciones, pero luego no se como se las arreglaron para perder aquella lista, y dieron otra al Gobernador y me incluyeron a mí sin consultarme. Un día se presenta el alguacil allí en casa: -Mira, a tal hora has de ir a Casa de la Villa. -¿A Casa de la Villa? ¿A qué tengo que ir yo?, que no tenía yo ninguna ( ). -Vienes nombrado para la comisión gestora y me preguntas a que tienes que ir. Y llevaba el papel en la mano.

A.A. ¿Y quién le había dado esa otra lista?

M.R. Pues no lo se.

A.A. ¿Los republicanos del pueblo?

M.R. ¡Ah! Claro; pero a mi no me consultó nadie y vino... Fui nombrado por el Gobernador, y lo vi y pensé: -Si dimito por no haberme consultado se armará un jaleo en el Centro, y no van a comprender bien... que el ser yo (anarquista), al no ser político se va a armar un lío en el Centro. Vale más que yo (no dimita); por eso no dejo de ser anarquista, porque si uno lo es en todas partes puede demostrar que lo es, no gritar soy anarquista, sino enfocar las cosas con arreglo a esas ideas porque no hace falta... ¡Ah! Es que yo soy anarquista y si no es ésto no hago lo otro, no, si uno reflexiona y procurar encauzar todo hacia lo que uno siente que debe de ser justo... Y nada, pues quedé en la comisión gestora y se nombró a Pedro Mir, el Feliciano que se le decía, primero, y a mi me pusieron el segundo, y el segundo es el que suele tener el orden público. Así que la Guardia Civil, que yo... luego estaba a mi servicio, para que veáis el contraste que hay en la vida. Y al hacer las nuevas elecciones hubo uno de los de Ceira (¿CEDA?) que quiso "atropellar" un poco en la calle para que votara (la gente) para las derechas, y armaron un poco de lío allí, frente al Centro (Republicano) mismo, en la bajada aquella que hay. Y al enterarse salieron todos del Sindicato de las derechas, que estaba en la calle Mayor, (los que estaban) ese día en el Sindicato, y los del Centro (Republicano), y el Pedro el Feliciano y yo (nos pusimos) enmedio. Y los unos de un lado (y) los otros de otro... se nos presenta la Guardia Civil, claro a nuestras órdenes, y le dijimos a la Guardia Civil: -Ustedes se vayan al cuartel, si los necesitamos ya los llamaremos. Y a los del Centro le(s) dijimos: -Vosotros al Centro. Y a los otros les dijimos: -Vosotros a vuestro local. Y se fueron cada uno, y nos quedamos los dos solos, el Pedro y yo... Y libres (todos de) que cada uno vaya a la escuela a votar... porque se votaba dentro de la escuela, los unos de mitad pueblo para arriba (en una urna), y los otros de mitad pueblo para abajo (en otra).

A.A. ¿Esto era en las elecciones del 33?

M.R. Eso era en el 31. Era seguido de eso, de la dimisión de mayo, del 1º de mayo, y ya seguido vino el nombramiento de una comisión gestora, se prepararon las elecciones y se hizo (la elección) para hacer el nuevo ayuntamiento.

A.A. ¿Y quién salió elegido ahí?

M.R. Ya no me acuerdo, en realidad no me acuerdo, pero aún ganaron las derechas. Era un pueblo (en el) que en elecciones (siempre) ganaban las derechas.

A.A. ¿Del ayuntamiento que hubo durante la dictadura de Primo de Rivera, se acuerda?

M.R. Cuando Primo de Rivera, el Centro (Republicano) no llegaron a cerrarlo. Trataron eso pero no llegaron a cerrarlo.

A.A.  ¿No sabe  quién fue el alcalde del nuevo ayuntamiento?

M.R. Pues no, no me acuerdo. Me parece que era uno de los que llamaban Vegateros, Emilio, pero no estoy muy seguro; porque había una familia que les llamaban los Vegateros... porque... El Amo la Vega, que toda esa huerta que hay en la Vega que llaman, casi todo eso era de ese y por eso le llamaban El Amo la Vega, ya los hijos (les decían) los Vegateros... Y al médico que mataron cuando los maquis (también).

A.A. Era de esa familia ¿No?

M.R. Era de esa familia, Salvador (Zaera). Era una buena persona. Salvador era buena persona, muy servicial para todos.

 

Cinta 2, Cara A

M.R. Pues los otros confiaban (en) que yo sería el guía, y yo me creí que todo era broma. Y en verano, antes de la vendimia, mucho antes ya, hablábamos de eso y yo siempre creí pues que sería una broma, como ocurre siempre de jóvenes, pero llegó el momento próximo a la vendimia y dijeron que fuera el guía yo... y fuimos cinco y vendimiamos cinco días en la parte de Tarragona... porque resultaba que dormíamos en cualquier sitio y a la hora de levantarse por la mañana que había que ir a hacer plaza para que logaran los... pues siempre: -Va dejad que vayan primero los que lo necesitan. Y cuando íbamos nosotros, como a ninguno nos interesaba el jornal por necesidad, a ninguno nos interesaba, cuando llegábamos pues ya habían logado la gente. Al fin pudimos trabajar cinco días y ya nos vinimos para aquí a ver Barcelona. Y dio la casualidad esa, que me encuentro con... nos encontramos con Andrés y me dijo eso, dice: -El patrón que tengo yo ha hecho una fábrica y ahora van a necesitar gente, si quieres quedarte... Y decidí quedarme. Los otros se volvieron para el pueblo y fui el primero que empezó a trabajar en la fábrica nueva... Porque fue el mismo patrón (el) que me enseñó a hacer el trabajo que yo tenía que hacer. Y al día siguiente entró otro también por Andrés, otro del pueblo que se llamaba Ceferino, Ceferino y de mote Ceferino el Marco, no me acuerdo de si era apellido o mote porque se me han olvidado mucho los apellidos. Y fue el segundo en entrar, y luego pues entraron ya varios y todos los de que había aquí fueron allí. Y éramos una veintena allá, una veintena, veinte o veintidós, y al estar ya todo organizado pues nos adherimos todos al Sindicato del Vidrio, Sección Óptica. Y como Andrés me conocía a mí pues me propuso para delegado de... del Sindicato. Y luego, pues llegó el patrón y nos reunió a la puerta del despacho y dijo: ¿Cómo me habían nombrado a mi delegado? que por el poco tiempo que hacía que trabajaba allí no podía conocer bien toda la clase de trabajo. Pero Andrés y dos o tres más que llevaban  años trabajando y sabían todo bien le dijeron: -Lo hemos nombrado porque él conoce más que nosotros la cuestión social, pero lo que él no conozca del trabajo nosotros sí lo conocemos y estamos para lo que él mande hacer. Pues el patrón se quedó ya... Si, dieron la cara. Me habían nombrado por eso, porque conocía yo más que ellos la cuestión social, pero ellos conocían más que yo... pero estaban conmigo... Y yo, bueno, -No es que tenga nada contra usted, me dijo el patrón, -No es más que eso, que usted hace poco que está. Y fuimos muy bien, estuvimos muy bien. Pero luego ya vino que ese del pueblo, ese Ceferino Marco era un año más viejo que yo él -pero debe hacer años que ha muerto, porque claro, a todos no se les ocurre vivir tantos años como yo- resultaba que perdía mucho tiempo al sacar las piezas de la máquina, que eran piezas así (de) grandes con 50 vidrios, y para mí (que poner y quitar) la rosca le daba mucho tiempo (de trabajo) y claro, al perder mucho tiempo la máquina no trabaja, y el beneficio está en que las máquinas no paren. Y me decía (el dueño) de despedirlo y yo le decía: -Dígale que se busque otro trabajo, para que no quede sin trabajo. Y así fue pasando un tiempo... y había otros dos que aquellos no los conocía yo, que eran de por aquí, que también eran... no servían, daban poca producción, y claro nos pasaba lo mismo y él no les decía que... Pero llega un día que se quemó la fábrica una noche. Llegamos por la mañana y se había quemado la fábrica completa.  Una cosa rara ¿verdad? Pues bien, pero fue así, y estuvimos unos días triando en los escombros los trozos de cristal. Porque se ve que con el seguro no se entendían y querían pruebas de... Pero luego se arreglaron y nos dijeron: -Pues nada, cuando esté rehecha la fábrica nos volverán a llamar. Y sí, a mi me llamó.

A.A.  ¿Y estuvo mucho tiempo,?

M.R. No, lo hicieron rápido... Como quedó la.... La estructura, quedó.

A.A. ¿Y usted se quedó aquí en Barcelona?

M.R. Yo vivía aquí, en Barcelona.

A.A. O sea, (que durante) ese tiempo que la rehicieron se quedó aquí.

M.R. No me acuerdo en que... El caso es que me escribió el patrón que ya estaba la fábrica en marcha, (que) si me interesaba volver me esperaba hasta tal fecha, si de tal fecha no había ido, entendería que no me interesaba. Pero como me interesaba, pues fui, y me dijo que a Ceferino y los otros dos que no los llamaría. Y claro, no iba yo a decirle: -¡Llámelos! al estar (yo) ya fuera. Y entonces me dijo: -Ahora le voy a hacer una proposición, a ver si entre usted y Mata... que era Andrés Mata, y Gómez, que era un murciano, pero también era... era de los que sabía todo el trabajo -...si se ponen de acuerdo para llevar ustedes todas las máquinas estas... las máquinas que había: -...y les pagaré. Si por falta de corriente o lo que sea (no trabajan) les pagaré el jornal de nueve pesetas. Que en aquel tiempo estaba bien: -...y si todo funciona bien les pagaré a parte de las nueve pesetas, de tantos cristales para arriba, cada par (a) 15 céntimos. En aquel tiempo se hablaba por céntimos, lo que es ahora se habla por miles. Por millones y millones, se habla ahora. Antes eso (hablar) de millones era de la cosa de Astronomía ahora resulta que es para cualquier cosa. El caso es que llamé a Mata y al otro (y les dije): -Mira(r), ésto me propone el Sr. Cuyás. Y enseguida dijeron ellos: -Si tu estás de acuerdo, por nosotros de acuerdo. Es(o)... -Pues ya está. Y hacíamos... yo hacía el primer trabajo, rebajar los cristales y afinarlos, y luego los otros pulirlos. Pero llevaba yo seis máquinas y ellos seis cada uno también. Si a mi me sobraba tiempo, pues en vez de hacer las seis ponía una o dos a pulir también. Al ser (el trabajo) en combinación, si yo no podía tocar el pulir porque lo otro era material distinto, pues ellos se encargaban... el caso es que (con) el trabajo (de) los tres... Y entonces, pues salíamos a doce o trece pesetas cada día en lugar de (a) nueve. Así que ya ves.  Pero al ocurrirme eso de que me detuvieron, pues claro, ya estuve un mes incomunicado. Así que cuando me levantaron la incomunicación ya no me preocupé.

A.A. O sea, que en la fábrica no sabían ni qué le había pasado a usted.

M.R. Se enterarían porque... Claro, si... Luego hicieron la fábrica allí, en el pueblo, que era de un sobrino, porque era sobrino Alberto Prats (de Andrés Mata).

A.A. De Alberto Prats, que vive todavía.

M.R. ¿Aún vive Alberto?

A.A. Si, lo fui a ver.

M.R. ¡Ah! ¿Está en el pueblo?

A.A. No, está aquí en Barcelona.

M.R. ¡Está aquí en Barcelona! Sí, y la hizo porque su tío, el Andrés, era el que verdaderamente sabía, porque Alberto nunca había trabajado en eso.

A.A. Se había dedicado a la fruta ¿no? Alberto.

M.R. Sí. Pero Andrés sabía muy bien todo aquellos... Pues cuando la guerra, no se si te lo habrán dicho, se querían llevar la fábrica los de Valencia.

A.A. ¡No!

M.R. ¿No has oído hablar nada? Pues al principio de la guerra (se la quisieron llevar).

A.A. Porque a Alberto lo metieron en la cárcel. Estuvo tres años en la cárcel..

M.R. ¿Alberto estuvo en la cárcel? No lo sabía.

A.A. Tres años estuvo.

M.R. ¡Ah! Pero después de la guerra.

A.A. No, durante.

M.R. No, no. Durante la guerra no, no.

A.A. Pues, sería después de la guerra.

M.R. Si acaso después de la guerra.

A.A. Pues después, porque la fábrica la cerraron y la...

M.R. ¡Ah! Pero sería después de la guerra, porque... Durante la guerra, como Alberto no era... no era de la CNT, se (le) respetó la propiedad. Se hizo la colectividad, pero lo de Alberto no se le tocó. Y se presentó una comisión de Valencia, que habían pensado que la fábrica esa estaría mejor en Valencia, y los que formaban el Comité -era al principio que se había cambiado el Ayuntamiento- (el Comité Antifascista) era de todas partes, y los que estaban en el Ayuntamiento son los que me lo dijeron a mí y me invitaron... me dijeron lo que pasaba y que por la noche iría la comisión a la reunión al Ayuntamiento. Y me invitaron a que fuera yo con ellos para enfrentarme también con la comisión, y claro, como yo estaba al servicio de los que me necesitaran con arreglo a mi experiencia de lucha y todo eso... pues justamente vine de Francia con la idea de colaborar (en) todo lo posible en ese sentido. Así que fui y si, si, se presentó la comisión y en vez de hablar los del Comité hablé yo. Me acuerdo que les dije: -Bueno, así que vosotros vendréis con el plan de llevaros la fábrica a tal sitio, -Sí- Pues haceros una idea o pensar ¿verdad? que fuera al revés, que algo de lo que tenéis allí que os interesa, fuéramos una comisión de aquí a decir que nos lo vamos a traer para Aragón. Pues lo que pensaríais vosotros si fuera así de nosotros, es lo que pensamos nosotros de vosotros, que os vayáis a Valencia y dejéis tranquila la fábrica aquí, que la fábrica no se va a Valencia.

A.A. ¿Y esa comisión, de qué era?

M.R. Una comisión de allí, de Valencia, de los de aquel tiempo. No respiraron, se fueron y ya está. Y luego, el Alberto justamente me dijo que también de allí le habían comunicado que estaría mejor la fábrica aquí, porque se evitaría el gasto del transporte de llevar y traer el material, llevar el material para trabajar y luego para venderlo aquí. Y me lo dijo Alberto y yo de dije: -¿Aquí te interesaría una fábrica de conservas? Y me dijo: -Si. -Pues diles que si te montan una fábrica de conservas a tu gusto les dejarás... Tampoco quisieron saber nada. Pero eso ya me lo dijo directamente Alberto. Como... claro, tenían confianza conmigo lo mismo Alberto que... siempre habíamos tenido buena amistad; yo nunca perdí la amistad con nadie en el pueblo, yo hice propaganda pero yo nunca tuve enemistades con nadie porque yo nunca fui de esos que amenazan: -Ay, Ay... ya llegará el día... y tal, y claro, por eso es que yo nunca amenacé a nadie. Yo hacía la propaganda de las ideas, la diferencia de una sociedad a otra, de lo que yo aspiraba a una sociedad diferente a la presente ¿verdad? pero sin amenazar nunca a nadie. Por eso no se que tuviera enemistad con nadie del pueblo ni de los que se califica de amigos ni de los que se califica no amigos. Con el mismo Jerónimo yo siempre tuve amistad para saludarnos... él, que era el cacique del pueblo, pero: -¡Hala el cacique, el cacique! Bueno, pues nunca tuve...

A.A. Vamos a hablar de esto: a usted aquí en Barcelona le meten en la cárcel, luego al salir provisional se casó.

M.R. Sí.

A.A. ¿Se casó con alguien del pueblo?¿Su mujer era de allí?

M.R. No, una de Las Parras.

A.A. Entonces volvió al pueblo.

M.R. Si, en el año 30 ya es cuando volví.

A.A. En el año 30 vuelve al pueblo. En el 31 se proclama la República, pero dos días antes me dijo que había habido elecciones.

M.R. Sí, el 12 de abril.

A.A. ¿Esas elecciones fueron generales?

M.R. Si, en toda España, pero municipales.

A.A. Municipales... y entonces  salió Jerónimo Mata de alcalde.

M.R. Sí.

A.A.  ¿Se sabe alguien más del Ayuntamiento?

M.R. No, en realidad no me acuerdo (de) quien... quien era. Justamente fue la primera vez que Jerónimo fue candidato.

A.A. Su padre (de Jerónimo Mata) había sido alcalde, ¿no?

M.R. No recuerdo.

A.A. Por el 14 o así, me parece que fue alcalde su padre.

M.R. Pudo ser, pero no me acuerdo. Lo conocí yo a su padre, le conocí yo a éste... Cipriano se llamaba, pero no me acuerdo si llegó a ser alcalde.

A.A. Jerónimo intentó también llevar un poco de progreso al pueblo, es decir, compró aperos de labranza y estas cosas ...

M.R. No, lo que pasó, (es que a) Jerónimo se le incautaron (las propiedades) al hacer la revolución, se la incautaron pero la hicieron producir, que por eso... Cuando luego al triunfar los franquistas y en el pueblo acusaban (de) que los rojos, como calificaban de rojos a todo eso... le habían hecho ésto, pero él se enteró (de) que los rojos que decían le habían producido, le habían arreglado las cosas y le habían dado producción. Y les dijo (a los de derechas): -Quién os habéis aprovechado sois vosotros. Tuvo el valor de eso... pero a ese lo llamó una que le llamaban Valera, que vivía en la calle Mayor...

A.A. ¿Cómo, le llamó?

M.R. De nombre era Valera, y tenía un hijo o dos, no lo sé.

A.A. Pero que me quiere decir con eso de que lo llamó.

M.R. Esa señora llamó, le escribió a Jerónimo que fuera al pueblo para evitar los atropellos que hacían, y Jerónimo se enfrentó... como a mi padre, que lo mataron. A mi padre lo mataron después, eso los que triunfaron, los franquistas. Y Jerónimo, cuando le hablaban de que los rojos que si habían (hecho) ésto o lo otro... él estaba bien enterado (de) que le habían hecho producir y estaba en mejores condiciones lo que le habían dejado que antes.

A.A.  La fábrica textil que tenía ¿no?

M.R. Si, que eran ellos, (los de derechas) los que en realidad se habían aprovechado de llevarse cosas. Así me lo explicaron a mi. Ya ves que para explicármelo a mi tendría que ser verdad, porque... Así que no puedo hablar yo mal tampoco de Jerónimo, del cacique, que todo el mundo siempre con el cacique... porque hasta eso hizo, algo que no fueron capaces de hacer otros.

A.A. Entonces salió de alcalde Jerónimo Mata el 12 de abril, y  hubo un problema... me dijo de que el día 1 de mayo en el Ayuntamiento se puso la bandera nacional en lugar de la republicana.

M.R. La bandera monárquica. El primero de mayo del 31 se puso la bandera monárquica, y al verla los republicanos, pues (organizaron) una especie de motín. Obligaron a quitar la bandera esa y poner la republicana, y obligaron a dimitir al Ayuntamiento. Pero el Jerónimo no se encontraba en el pueblo ese día, el día primero de mayo, y por lo tanto, pues claro, no pudo dimitir. Y justamente siete u ocho de los más íntimos que éramos nos habíamos ido ese día a pasarlo en el pantano de Santolea, y al regresar al final de la tarde nos salió al encuentro un tío mío, un tío político, el padre del Celso... Al Celso lo habrás conocido. Era primo hermano mío, su madre y la mía eran hermanas y su padre se llamaba Agustín. Pues ese salió al encuentro nuestro: -¡Eh! Lo que ha pasado en el Centro y vosotros sin estar en el pueblo. Como si fuéramos obligados a estar... Llegamos al pueblo y nos enteramos de lo que había pasado. Hubo una asamblea aquella noche y se acordó de que tres fuéramos de comisión a Teruel a hablar con el Gobernador para que nombrara otro ayuntamiento. Y ocurrió eso, que el Gobernador nos decía: -Es que yo no puedo hacerlo mientras... Si hubieran dimitido todos que... el alcalde también, entonces sí, pero como la, la ley dice que los que fueron elegidos el día 12 en las elecciones... pues no puedo hacerlo. Y estando allí llegó un telegrama del Jerónimo renunciando. -Ahora si (que) puedo hacerlo.

A.A. ¿Jerónimo fue el que fundó el Sindicato?

M.R. No. Quien lo fundó, no lo se, no creo que fuera él. Él sería uno de los colaboradores pero... Porque le llamaban Sindicato (pero igual) le podían haber llamado un centro de derechas, porque eran todos los de derechas (los que) estaban allí. Se le llamaba el Sindicato, pero no recuerdo quien fue el fundador. A lo mejor no estaría yo... a lo mejor en el pueblo cuando empezaron. El caso es que no recuerdo quien fue el fundador, (de) lo que si se (es) que estaban todos los de derechas, estaban allí. Y cuando eso de las elecciones pues pasó eso, y estando allí en Teruel pues, al llegar el telegrama, los tres que fuimos de comisión, que uno era uno que le decían el Zapatero, que ahora no me acuerdo del nombre, tenía un hijo que se llamaba Copérnico. Pues el padre del Copérnico, que era más viejo que yo, fue uno de los de la comisión, y el otro me parece que era uno de Pedro Peralta, un hijo de Pedro Peralta, no me acuerdo ahora de...

A.A. Alfredo Peralta tengo por aquí, Pedro Peralta....

M.R. Sí, será no mucho más viejo que yo, y ese era... Había sido uno de los fundadores del Centro Republicano. Esos eran una familia (en la que eran) todos republicanos. Y entonces dimos al Gobernador una lista de seis personas para que nombrara la comisión gestora. Pero no le dimos mi nombre, no iba yo a dar mi nombre estando allí, además no me interesaba porque nunca he luchado por tener cargos. Y pasó un tiempo, unos días, no recuerdo cuantos, y un día se presenta el alguacil por la noche a la hora de cenar: -A tal hora tienes que ir a casa de la Villa. Y digo: -Hoy, a casa de la Villa ¿a que tengo que ir? Yo no tenía ningún cargo ni sabía nada. -...pero vienes nombrado para la comisión gestora y no sabes que tienes que ir. Y le pedí el papel que llevaba y vi (que) efectivamente estaba mi nombre. Entonces, si (en) la lista que le habíamos dado no estaba yo, tuvieron que anular aquella lista y ponerme a mí sin avisarme. Y yo, pues estuve pensando si aceptar o no aceptar, por no haberme consultado. Pero pensé el lío que se iba a armar en el Centro al confiar en mí tantas cosas y todo eso... que llegara un momento... y decir: -Ahora yo no quiero saber nada. Se puede tomar de muchas maneras, y ante el peligro que lo tomaran a mal pues pensé: -Bueno, como total es comisión gestora, será cuestión de... hasta haber unas elecciones, y como yo no voy a ser candidato pues... Y así pasó.

A.A. ¿Y usted fue miembro de la comisión?

M.R. Sí, sí. Claro, acepté.

A.A. ¿Quién más formaba esa comisión gestora?

M.R. Uno era Pedro Mir, otro Alberto Prats. Justamente le delegamos a él para firmar en el ayuntamiento. Como él estaba en el pueblo y nosotros íbamos al campo a trabajar, pues si había que firmar cualquier cosa del secretario delegamos que para la firma (que) fuera él. El primero, como primer alcalde, ese Pedro Mir, el segundo yo, pero para la firma el Alberto, justamente. Y los otros, pues no me acuerdo ahora (de) los otros tres, pues éramos seis, y no me acuerdo... El caso es que por lo menos los tres más vistos éra(mos) eso(s)... porque Pedro el Feliciano, porque se le decía el Feliciano pero eran Mir de apellido...

A.A. ¿Cuánto tiempo duró esta comisión?

M.R. Poco, no me acuerdo cuanto pero poco, porque hubo unas elecciones en el pueblo... pues enseguida se organizan y luego...

A.A.  Se organizaron otras elecciones.

M.R. Sí, sí, otras elecciones.

A.A. ¿ Quién las ganó?

M.R. Los de las derechas, para elecciones... Para revolución teníamos mayoría nosotros, pero para eso ganaban las derechas.

A.A. ¿ Quién fue alcalde entonces?

M.R. Juan Manuel el Planas, Juan Manuel, Ejarque de apellido... Juan Manuel Ejarque de apellido, pero se le conocía más por El Planas. Eran de una familia que le(s) decían Los Planas y se le conocía más por Planas, pero de nombre me acuerdo que era Juan Manuel Ejarque.

A.A. ¿Y quien más, alguien más que formase el Ayuntamiento?

M.R. Pues mira, no me acuerdo ni, ni (de) los del mismo Centro, porque...

A.A. ¿Del Centro, también?

M.R. Sí, sí, sí, pero si eran diez.

M.R. Pues habría seis de los de derecha y cuatro de eso... que luego la Junta de Alfarda, que se decía allí... Ya sabes lo que es, la administración de luz, aguas y todo eso. Cada concejal nombraba un miembro para la Junta de Alfarda, era esa norma y a mí me nombraron para la Junta de Alfarda en representación de alguien de los del Centro, y otro al Vicente el Santana, y los otros ya no me acuerdo tampoco, así que yo tuve ese cargo.

A.A. Se acuerda de cuando usted vino de Francia al pueblo y dio las charlas en el Centro Republicano, quienes fueron los primeros que se adhirieron... dijésemos, a la CNT.

M.R. Mira, al principio, cuando yo fui de... de... ¡Ah! ¿Cuándo fui de Francia? No. Eso fue, todo eso es... era antes de cuando vine de Francia, ya era cuando a la primera vez que vine de Francia.   

A.A. La primera vez, cuando estuvo en Lyon ...

M.R. La primera vez, que fue en el año 20.  Al regresar de allá era el año 20, no me acuerdo el mes, pero en el año 20. Los primeros que simpatizaron con... o que por lo menos se manifestaron más, era el padre del que os dije ayer, de ese Alfredo, que se llamaba Pablo, ese Pedro Mir, Agustín el Virgós, otro que se llamaba Lamberto, Blas Zapater que le decían el Rivera, uno que estaba casado con una prima mía, un cuñado de Celso, que se llamaba Justo... y en este momento éramos ocho o diez, que ya desde un principio, como figuraban los más idealistas, pues los que figuran más idealistas como les representaba una idea superior al republicanismo... pero eran ya tantos luego, que para mí pues había muy pocos que estuvieran en contra mía. En contra mía no estaba ninguno en realidad, lo que pasa que había una pequeña minoría que aspiraron más a la política.

A.A. ... que a la revolución.

M.R. Que...  (a) la transformación que yo propagaba. Ese era el problema. Y yo les decía a esos que (para) todo lo que fuera cosa del pueblo podían contar conmigo. Como ellos siempre eran los que presentaban problemas más a favor de reformas del pueblo, esa minoría republicana siempre se enfrentaba con los conservadores ¿verdad? para reformas, y yo siempre les decía eso. Y justamente llegó el tiempo cuando acordaron de hacer escuelas, las escuelas nuevas que hay se hicieron entonces, y se discutía si hacerlas ahí donde se hicieron o en un bancal que había saliendo para el camino de Santa Flora, que era de la Abogada, que decían, no sé si tu habrás llegado a conocer eso del bancal de la Abogada. Al salir del pueblo, por la parte de la plaza de la iglesia... Sales como el que va a Santa Flora, o el que va a la huerta, es igual ¿verdad?... El primer bancal que había después de las paredes de las casas, y eso era un bancal grande, cuadrado, que lo tenía de mimbreras, y los de las derechas proponían de hacerlo ahí, no sé por qué. Y había ese litigio y hubo una asamblea, y allí sí intervine yo (sic). Fue la asamblea en Casa de la Villa, y estaban el Juan Manuel el Garreta, que decían, Juan Manuel Moliner, que era de los más significados.

A.A. De los republicanos.

M.R. Si, republicano de los primeros también, y otros, pero eran más eso... de políticos esos. Y cuando llegué, pues vi que estaban ellos y estaba el salón lleno, y estuve un poquito y enseguida que tuve ocasión pedí la palabra.

A.A. ¿Esto sobre qué año?

M.R. Pues... cuenta (que) eso era antes de lo del 33, porque en el 33, cuando hubo el movimiento... así que... pero no se había hecho. Se había tomado el acuerdo, así que sería en el 32 cuando se...

A.A. Durante la República.

M.R. Si, si, si, durante la República. Y yo expuse todo lo malo que tenía de hacerlo en aquel bancal de la abogada, y toda la ventaja que había de hacerla(s) donde están, porque donde están... yo señalé que por más arriba baja la acequia mayor, había la facilidad para tener el agua necesaria con muy poco coste y más abajo pasa el barranco, el desagüe.

A.A. ¿El desagüe?

M.R. También había... yo señalé esas dos conveniencias, la facilidad de tener el agua y la facilidad del desagüe, y en el otro sitio ni había facilidad para el agua ni para el desagüe. Tenía que ser todo a base de maquinaria, llevar el agua y el desagüe a base de hacer pozos negros o cosas por el estilo, Y claro, no hubo nadie que hablara en contra.

A.A. Y se hizo allá.

M.R. Y se acordó, así que mi intervención fue nada más que eso. Y luego ya se hicieron las escuelas en el 34, que yo ya no estaba allí. Como ocurrió lo del 33, y aunque mi intervención en el 33 sólo fue evitar víctimas, porque conseguí que la guardia civil entregara las armas ¿verdad? Sólo invocando evitar víctimas: -Para evitar víctimas de ustedes les decía a la Guardia Civil: -...y del pueblo, conviene que entreguen las armas.

A.A. Vamos a hablar del 33 ¿Cómo se preparó? Porque el Comité de la CNT instalado en Zaragoza preparó una insurrección ¿verdad?

M.R. Si.  El Comité Nacional estaba en Zaragoza, y acordaron hacer la revolución en España.

A.A. ¿Por causa de que en las elecciones había ganado la CEDA?

M.R. No, (por) los conflictos que había continuamente porque como resultó algo parecido a lo que está pasando ahora con esto del Partido Socialista. La gente en España confiaba (en) que al llegar la República... todo cambiaría; aquellos salarios de miseria que había en muchas regiones y todo eso, pues cambiaría. Y resultó que no cambió, y a pesar de que en el primer gobierno de la República todo eran republicanos, y los socialistas que eran republicanos porque antes el partido Socialista Obrero Español era al mismo tiempo republicano, y por eso al haber las elecciones y votar la mayoría del pueblo para los partidos republicanos y para el Partido Socialista, al ser los socialistas republicanos hubo la mayoría para proclamar la República, porque (era) el único partido socialista en Europa que era republicano, porque los demás partidos socialistas que hay en los diferentes países no se han llamado nunca republicanos. Por eso, aunque hayan ganado los socialistas el rey ha continuado gobernando como ha pasado en Inglaterra. Triunfaron los laboristas ¿verdad?

A.A. Si.

M.R. Pero como no son republicanos, no hay problema. La reina o el rey, el que está ¿verdad? pues llama al que ha triunfado: -Forme usted el gobierno. Y lo forman. Y Bélgica... y en fin, y (en) todos los países, que todavía hay unas cuantas monarquías, ninguno son socialistas republicanos. El único era el de España, y debido a eso pues se formó la República. Pero la gente confiaba (en) eso que te he dicho.

A.A. En que habría cambios.

M.R. Un cambio radical. Al no haberlo, pues había protestas por todas partes, huelgas pidiendo aumentos de salario y.. en fin, todo lo que lleva el movimiento social.

A.A. Y entonces, la CNT  promovió todo esto.

M.R. Y como la CNT no era política, como la CNT se fundó a base de hacer la revolución social y proclamar el comunismo libertario... Entonces, eso de que la CNT fuera la finalidad libertaria hacía que todos los de ideas libertarias, aunque no se fuera afiliados a la CNT, se estaba con la CNT, como me pasaba a mí. Yo tenía la vida independiente en el pueblo, si estaba en el pueblo tenía la vida independiente, y claro, en aquel tiempo pues no había sindicato, porque en el pueblo no había asalariados, había dos o tres que vivían de un salario porque es un pueblo que está... ha estado siempre la propiedad muy repartida en proporción a otros pueblos. Eso hacía esto que acabo de decir, que yo mismo y todos los que luego defendían las ideas libertarias eran de buena posición económica. Es que ha sido una excepción el Mas de las Matas, porque no había ningún pueblo en proporción a habitantes que hubiera tantos libertarios con posición económica desahogada, y eso hizo ¿verdad? que siempre se sumaba a favor del movimiento de la CNT, como también había, por ejemplo aquí, la familia de la Federica Montseny, (la familia) Urales. Estaban en muy buena posición, siempre defendieron la CNT. Yo tuve amistad con los padres de la Federica, así que no solamente conozco a ella y he tenido buena amistad con ella, sino que a ella la conocí cuando era muy chica, porque como yo le llevo nueve años... por eso, cuando yo tenía amistad con sus padres, pues ella era muy joven. Y me acuerdo (de) cuando empezó a escribir en la Novela Ideal... publicaba una novelita que se titulaba la Novela Ideal y empezó a escribir ahí. Después ya escribió un libro y otros, luego ya siguió escribiendo, así que... Y así he conocido muchos otros hombres de ideas libertarias de España, que todos defendían la CNT sin ser afiliados de la CNT, debido a eso (de) que era de asalariados... en principio... es luego del año 30 que ya os lo dije ayer, que se acordó en Zaragoza que los que vivían de su trabajo sin explotar a nadie también podían ser afiliados, y entonces es cuando se hicieron sindicatos en muchos pueblos, y en el Mas de las Matas también se hicieron pues y no había ningún asalariado al final al sindicato.

A.A. Y entonces ¿en el pueblo también se fundó el sindicato de la CNT?

M.R. Si.

A.A. ¿En el 30?

M.R. Si, si. Más o menos en el 30.

M.R. ¿Usted era el presidente del sindicato?

M.R. No, no, no. Yo no he tenido nunca ningún cargo.

A.A. ¿Quién era el presidente del sindicato?

M.R. Hubo uno que le decían el Corneta... y en realidad no me acuerdo porque no... porque no me preocupé nunca de: -¡Hay! Voy a ser yo. Yo nunca he luchado... nunca he hecho nada por tener cargos... no he sido de esos que van y miran de conquistar a alguien para que luego los elijan. Yo he hecho al revés, cuando me han propuesto para algún cargo he pedido que nombraran a otro para no serlo yo, siempre, y he tenido que ser siempre... los cargos que he tenido, por esa presión moral que se suele decir, porque al no querer nombrar otro, pues tener que aceptar... Pero nunca he tenido competencia de decir: -He salido porque he tenido más votos... no, no ha habido nunca votación, he sido elegido siempre por unanimidad, porque han querido que fuera todos los cargos que he tenido, tanto en los grupos anarquistas como luego para cuando se nombró, cuando (lo) de Primo de Rivera, (del) Comité Nacional Revolucionario en representación de los grupos, también me metieron a mí... y yo siempre he pedido que nombraran a otro, pues no lo conseguí nunca.

A.A. ¿Cuándo la dictadura de Primo de Rivera usted ocupó el cargo de... del Comité Nacional,  era cuando estaba aquí en Barcelona? ¿verdad?

M.R. Si, pero no del Nacional de la CNT, sino del Comité Nacional Revolucionario, compuesto por un delegado de la Federación Local de Sindicatos, otro de (la) Regional de Sindicatos de Cataluña, otro del Nacional, y luego de los Grupos Anarquistas, y ese era yo.

A.A. O sea, delegado de los Grupos Anarquistas en el Comité Nacional Revolucionario..

M.R. En el Comité Nacional Revolucionario, no el Comité Confederal, sino (en) el Revolucionario, el que se cuidaba exclusivamente de preparar la revolución.

A.A.  Por eso le metieron a la cárcel ¿no?

M.R. Sí, por eso, porque justamente yo fui el que convoqué la reunión y convoqué una reunión de delegados de grupos, porque ya había observado en los grupos que desde el punto de vista revolucionario serían tan buenos como cualquier otro o mejor, pero no veía yo personas con capacidad de estudios o algo... para la administración de esa revolución que se quería hacer. Y para ver si conseguía ver algo mejor, convoqué una reunión de delegados de grupo, pues aún con todo hubo un delegado que era analfabeto, hubo uno, que por cierto se casó con una prima hermana mía, si, para colmo de... para estar seguro de lo que digo, Emilio Cueva se llama, si vive, que yo no se si vive. Pues ese analfabeto, cuando tuvimos que hacer solicitud(es) dirigidas al jefe de policía -que ya lo dije ayer-, pues había varios que no eran capaces de hacerla, así que los tres o cuatro o cinco que éramos capaces de hacer una solicitud, pues a hacerla incluso para los demás, eso siendo delegados de grupo. Te lo digo para que veas, porque me gusta de que se sepa las cosas tal como son, que no haya engaños de decir ah es que los grupos anarquistas son esto lo otro, no... Yo, como los he conocido a fondo, como buenas personas, como dispuestas al sacrificio, es indudable que no hay ninguna gente tan dispuesta o tan expuesta como los que militan en los grupos anarquistas, pero en el sentido ese que se necesita para luego administrar una sociedad no lo había... y eso nos pasó cuando la guerra. Ahí se vio más todo eso, porque siempre acostumbraban los sindicatos... por ejemplo, los banqueros no los querían los sindicatos porque decían que estaban muy aburguesados, sin darse cuenta (de) que en un momento determinado, al tener una cultura podían ser muy laboriosos, muy interesantes... pues había esa tendencia. Yo, que he conocido, como te digo, desde el principio al fin todo, como han sido pues, he observado todas esas cosas y por eso, cuando (en) la guerra se triunfó aquí en Cataluña, todo bajo la consigna de CNT-FAI que eran los anarquistas el grupo Los Solidarios que eran García Oliver, los Ascaso, Durruti... yo conocí a todos, antes de la guerra ya conocía a todos, porque como había estado aquí y había pertenecido a ese Comité Revolucionario, luego en la cárcel fui delegado de todos, pues luego en la cárcel dijeron que había que nombrar uno que se presentara a todos, me dijeron a mí. Esa misión en la cárcel era... pues tener relación con los abogados y si había algún enfermo, algún compañero enfermo en la enfermería.... y cuando de algún sitio hacían subscripciones para los presos pues también para decir cuantos había y repartir la recaudación para todos los que eran de la CNT. Esa era la misión del delegado de eso. Por eso, a mí, cuando eso que os dije del jefe (de) policía (que) me dijo que yo tenía mucha correspondencia y les dije: -Pero... pero yo no he hablado nunca contra ustedes. Y me dijo: -No. Usted se ocupa de las ideas, de los presos y abogados, y eso usted tiene derecho a hacerlo, me dijo el jefe de policía -...por eso no le podemos hacer nada a usted, por eso. Y el mismo jefe de policía -porque la policía perseguía mis cartas al poner el remite- pues ya sabían de quien era y seguían...

 

Cinta 2, Cara B

M.R. .....pero yo tuve siempre ese cuidado que te he dicho, que nunca puse ni una palabra contra la policía ni contra (las) autoridades, porque siempre me pareció que eso no... no tenía sentido, que uno escriba de ideas o cosas que interesen y mezclar: -...es que la policía son esto, juzgar, eso de juzgar ha sido siempre peligroso y eso lo observé yo desde (el) principio de mis ideas, que se podía hacer mucha propaganda sin exponerse en cosas que no tenían sentido. Y en el pueblo pues hice lo mismo siempre, siempre mucha propaganda, conferencias... Estaba dispuesto siempre con todo, pero nunca amenacé a nadie: -¡Ah! Ya llegará el día que nosotros haremos esto lo otro. Que había quien en los mítines hacían eso, yo nunca. Y en Francia, pues tampoco, porque también intervine en Francia en las cosas pero nunca emplee ese sistema y siempre, cuando ha habido que nombrar cargos y donde me haya encontrado, me han propuesto para los cargos.

A.A. ¿Entonces, como se organizó lo del 33?

M.R. Lo del 33... el Comité Nacional estaba en Zaragoza en aquel tiempo, y entonces al acordar en el Comité...

A.A.  Usted ya no era miembro.

M.R. No, no, yo no era... Yo estaba en el pueblo, no tenía ningún cargo ninguno durante la República después de eso de la Comisión gestora que he dicho que fue... sería un par de semanas después; yo no tuve ningún cargo de nada de responsabilidad. Y cuando hubo eso del... En aquel tiempo había de vez en cuando... había movimientos en diferentes sitios, siempre con tendencia revolucionaria de la CNT. Ya en el año 32 ya hubo la sublevación de Sanjurjo, la Sanjurjada que se llamaba, y fracasó Sanjurjo, porque sino ya hubieran anulado la República entonces. Pues yo no tenía ningún cargo, pero de vez en cuando se organizaban... Una vez había... se había anunciado un movimiento y después de dar la orden hubo contraorden, que no se hiciera. Y de allí del pueblo hubo quien salió a avisar a otros pueblos de que no hicieran nada.

A.A. ¿Eso en el 32?

M.R. Sí, en el 32, lo que no me acuerdo si era al principio o al final.

A.A. Ya se había dado la orden de...

M.R. Sí, de hacer una revolución, y luego la contraorden. Bueno, y así se llegó al 33, y por eso... a eso que dije que había habido antes del 33, había habido una cantidad de policía que me llamaron a Casa de la Villa a eso que expliqué, y me esperaban el sargento y el teniente, y es cuando el teniente me dijo que me había llamado para que le dijera si había algún movimiento revolucionario preparado. Al decirle que no, el sargento, para defender con el teniente...: -No le diga que no a mi teniente. Y yo... pues estaba a mi izquierda el sargento, y me giré para él y no le dije: -Yo no le digo que no, recalcando a su teniente: -Le digo lo que es. Y el teniente le dijo al sargento: -Usted no hable. ...pero en serio.

A.A. Eso fue en el 33.

M.R. Sí, en el 33. Bueno, no se si era a principios. Si a principios del 33, porque hubo un movimiento en enero.

A.A. ¿Y usted cómo se enteraba de todas estas cosas, de todos estos movimientos, por la prensa?

M.R. ¡Ah! Por la prensa y (por) cartas. Alguien que venía... porque había siempre alguien que venían a dar conferencias o algún mitin.

A.A. ¿Al pueblo?

M.R. Sí. Y cuando venían, como era raro que no supieran algo de mi, esos casi siempre me buscaban a mi, aunque yo no intervenía para llevarlos a la fonda, pero luego iba yo a buscarlos a la fonda para lo que habían de hablar... Una vez, hablando de esto llegaron para dar un mitin, y el alcalde, que era ese que hemos dicho antes... Juan Manuel Ejarque no les quiso dar la llave del salón para darlo (el mitin).

A.A. ¿ Dónde se hacían los mítines?

M.R. En el Salón del Pueblo, generalmente en el Salón del Pueblo.

A.A. ¿Dónde estaba el salón del pueblo?

M.R. Aquel salón que hay en la costera, cerca del molino de la harina.

A.A. ¿En el salón republicano?

M.R. No.

A.A. ¡Ah!, ya! Donde está la Alfarda... si, ahora está la Alfarda.

M.R. Yo no se ahora que está... aquello era el salón, para eso, para conferencias, bailes...pues ahí se hacían los mítines. Y ese Juan Manuel no les quiso dar la llave. Y fueron a buscarme a mí a casa los que eran del comité: -Mira, no nos dan la llave ¿Por qué no vas tu a ver si... si te dan la llave? Estaban reunidos (en) el ayuntamiento, en Casa de la Villa y fui. Era por la noche... vamos temprano para hacer el mitin aquella noche fui y le dije al alcalde -que sí me recibió enseguida- (y) me dijo: -Es que van a hablar... que me van a comprometer y no quiero compromisos. Y yo, pues, le dije: -Si quieres ir tú a presenciar el mitin la ley te autoriza, y (a) suspenderlo si hablan algo que no te guste. También te autoriza la ley a que mandes (a) cualquiera de los concejales en tu puesto con la misma autoridad para, si hablan cosas que no deben de hablarlas, suspenderlo. Y al final ya estaba indeciso de  darme la llave, y luego le añadí: -Mira ya presidiré yo el mitin. -¡Toma!

A.A. ¿El alcalde presidía entonces los mítines?

M.R. No, no había que presidirlos, pero podía ir delegado y presenciar. La ley le autorizaba a eso... y al decirle: -Pues mira, si no ya presidiré yo. -¡Ah! Si presides tu, toma, toma la llave. -No vas a tener ningún compromiso, que ya me cuidaré yo (de) que (no) hablen nada contra ti.

A.A. ¿ Quien venía a echar mítines?

M.R. Pues, delegados de la CNT de Zaragoza o de Barcelona, hubo alguna vez... que hubo alguna vez que fueron también... pero sobre todo de Zaragoza los militantes de Zaragoza, los más significados Ejarque, Ramón Andrés... en fin, de esos me acuerdo bien. Había otros que ahora no me vienen a la memoria, pero eran los más significados. Pues esa vez, cuando le dije: -...y si no ya presidiré yo... llegué yo... y como ocurría eso, que venían a dar algún mitin, solían preguntarme: -Aquí como se puede hablar. Y yo les decía: -De urbanización y de ideas todo lo que queráis, pero no personalicéis, no toquéis (a) ninguna persona. Y de esa manera, pues se hablaba todo lo que se quería y no ocurría nada. Y cuando eso de que presidí yo, pues claro, les dije: -Mira, al alcalde ni eso... no (los) toquéis para nada. Así que yo tenía esa ventaja, que como nadie me tenía miedo, pues servía de intermediario para todos (los) que se presentaran.

A.A. Porque, en aquella época ¿no había enfrentamientos verdad?

M.R. No, no hubo nunca.

A.A. Entonces... en el 33 en el pueblo, usted se enteró de lo del Comité Nacional de Zaragoza.  

M.R. El Mas de las Matas lo habían hecho Comarcal, así que Alcorisa, Calanda, La Ginebrosa y los pueblos de por allí pertenecían a la Comarcal... Tal como era la CNT, que era federal, pues era (la organización mediante comités) locales, comarcales, regionales y nacional. Y allí (en la Regional), un tiempo antes habían acordado (que) la comarcal en vez de estar en Alcorisa o (en) Calanda, que eran pueblos más grandes -que es lo que yo les dije a los delegados de Zaragoza cuando vinieron a hacer la Comarcal allí:  -...y como no lo habéis hecho, porque es más grande Calanda, (hay) más gente y más obreros que en el Mas de las Matas, (hay) más asalariados, en Alcorisa, también... Y me dijeron que consideraban que lo habían acordado en Zaragoza el Comité de que la comarcal fuera en Mas de las Matas, porque en proporción había más compañeros que conocían las ideas que en esos pueblos y que además, aunque no esté bien de decirlo, que además estaba yo y confían... Como a mí me conocían mucho, pues se ve que pensaban que sería más fácil de por lo menos desde el punto de vista ideológico ¿verdad? confiaban más y me dijeron: -No nos lleves la contra, que es un acuerdo del Comité Regional. Y yo le dije: -¡Ejarque! ...que se llamaba Ejarque el que fue con eso, (y) yo le dije: -Yo nunca he llevado la contra a los acuerdos que toma la organización. Yo doy mi opinión pero no soy contrario, de manera que arréglate como puedas.

A.A. O sea, que fue cabeza comarcal ¿de cuántos pueblos?.

M.R. No recuerdo de cuantos, pero todos los pueblos que están más cerca pues pertenecían a la Comarcal de Mas de las Matas. Además, como ya se habían hecho todas las carreteras, por un lado para Castellote, por otro lado para Aguaviva, por otro lado para Calanda, por el otro lado para Alcorisa, también tiene muy buenas comunicaciones para ser centro de comunicación. Así que había... influían las dos cosas. Y cuando eso del 33 llegó la orden, pero me parece que en ese momento del (año) 33 la llevaron a Calanda. La orden, ahora me acuerdo (la enviaron a Calanda) y de Calanda se la llevaron al Mas de las Matas. Y yo me enteré, pero yo no quería la responsabilidad. Yo era contrario al movimiento, porque nunca he creído que una revolución se pueda hacer por una orden.

A.A. ¿Esta revolución iba a ser de carácter nacional?

M.R. Sí, sí.... Nacional era, nacional.

A.A. ¿Y se formó en Zaragoza?

M.R. Sí, es que el Comité Nacional residía en Zaragoza.

A.A. Y de allí la enviaron a toda España.

M.R. Sí, los mandaron a toda España, y en el Mas de las Matas pasó eso. Y yo, aquella noche -siempre acostumbraba a salir por las noches- iba al Centro Republicano, porque siempre (me gustó) esa satisfacción de hablar con unos y con otros... y esa noche no salí para no comprometerme ni en pro ni en contra, pensando, pues, que no saldrían a hacer la revolución.

A.A. Porque usted dice que no estaba de acuerdo en que una revolución se debía dar con una orden de ese tipo.

M.R. Sí, porque no creía yo en una revolución (iniciada) por una orden. Y no salí... pero allá a las cuatro o las cinco de la madrugada los otros acordaron en el Centro... se reunieron y salieron a hacer la revolución a la hora que indicaba la orden que les habían llevado, y cuando ya estuvieron en la calle y ya se habían tiroteado con la Guardia Civil y (éstos) habían quedado los unos en la fonda del Chapa y los otros en el cuartel, entones pensaron de ir a buscarme a mí para que me hiciera cargo del movimiento. Fueron a mi casa -que vivía en la calle del Mesón- en la segunda puerta entrando de la plaza de la Iglesia -en la primera... la segunda puerta, ahí vivía yo entonces-. Entrando a la derecha, que la casa era de los Manolines, (de) unos que les decían los Manolines... Y yo la tenía alquilada -pues ahí vivía yo cuando ese movimiento- y fueron, me llamaron y bajé sin hacer ruido, mi mujer no se enteró.

A.A. El alcalde era entonces este Planas ¿no? (Juan Manuel Ejarque)

M.R. Sí, sí. Bajé, abrí la puerta de la calle y me vi que eran los revolucionarios, y me dijeron: -Venimos a buscarte para que te hagas cargo del movimiento. Mi situación era muy complicada. Decir que no... me exponía a ser tratado de cobarde o traidor... y te pegan un tiro enseguida... cuando están (los) revolucionarios es porque hay quien fuerza, hay que pegar un tiro (igual) a unos que a otros. Yo leí mucho de la Revolución Francesa y me he acordado siempre de como se mataban de unos a otros. Danton, que fue el principal, que tomó el ayuntamiento el primero...

A.A. Sí, sí, todos cayeron en la guillotina.

M.R. Y fue el triunfo de la revolución... luego fue (llevaron) a la guillotina (a) Robespierre, que hizo guillotinar a esos... lo guillotinaron a él. Y en las revoluciones pues pasa eso, los que son reflexivos y dicen: -No, pues esto no conviene, de hacer esto (o) lo otro... Hay quien(es) son exaltados. -Este es un cobarde, que tiene miedo, un traidor. Esas dos palabras son muy peligrosas, te pegan un tiro y se quedan tan tranquilos... Pues yo... me vino a la memoria enseguida, porque yo había leído todo y... Nada, pues salí, les pregunté como estaba el asunto, me explicaron y, bueno, les dije que: -Los que llevéis mejores armas procurar de que no salgan a la calle la Guardia Civil, porque si salen, al tener mejores armas nos barrerán a todos. Eso me acuerdo que les dije. Y bueno, pues hubo que ir esperando que se hiciera de día. Cuando ya se hizo de día, y como era el mes de diciembre -pues date cuenta, se hace de día muy tarde- estábamos en la replaceta del Pilar allí mucha gente, porque se iba levantando la gente y los guardias (que) habían, pues eran cuatro guardias y el cabo en la fonda y tres guardias en el cuartel, y como estaban sitiados que habían habido unos tiros y había habido un guardia civil herido, pues ellos estaban sin salir de allí, y estando allí yo con otros que no me acuerdo ni con quien porque, como en aquel momento pues ni me fijaba yo... y se presentó el alcalde y me dice: -Te presento mi dimisión. Y yo le dije: -Pero si yo no soy nada, no soy del Comité ni soy... yo no tengo ninguna responsabilidad. -Pues a ti te presento la dimisión. (El alcalde) dice: -(Si) quieres que vaya a hablar con el cabo, a mediar algo... -Pues sí. Y fue, al momento volvió y me dijo: -Ha dicho el cabo que si no es contigo no quiere hablar con nadie más del pueblo. Entonces ya me di cuenta que no quería responsabilidad y ya la tenía toda, el uno por un lado el otro por otro... Sin consultar a nadie me fui directamente a la fonda (d)el Chapa a hablar con el cabo. Subí, estaban en el primer piso, entre la habitación que da a la calle y la cocina, allí estaban los guardias... Y mi saludo: -En nombre de la revolución entreguen las armas. Ya no me quedaba otra alternativa que hacer el valiente, sin ser yo valiente en mi vida. Así, ese fue el saludo, y ellos, claro, dijeron: -Como vamos a entregar las armas nosotros... Y entonces ya empecé yo a decirles: -Para evitar víctimas de ustedes y del pueblo conviene que entreguen las armas. Ellos ya se lo fueron pensando más, ya vieron que ya esa era una razón ¿verdad? y ya empezaron a decir: -Bueno, sí. Pero en usted tenemos confianza pero ¿y el pueblo...? Entonces le dije yo al Chapa que abriera el balcón, (por)que estaba cerrado el balcón, (y) les dije a ellos: -Ya hablaré yo con el pueblo. Y le dije al Chapa: -Abre el balcón. Entonces saqué yo la mano, no salí yo porque a lo mejor estaban con pistolas, trabucos de cuando la guerra de los carlistas... Si sale en esos casos... sale de todo... date cuenta salí yo al balcón del Chapa y les hablé que los guardias estaban dispuestos a entregar las armas, pero a condición que se les respetara: -...tener en cuenta que son hombres como nosotros, dispuestos a trabajar igual que nosotros en lo que... en lo que convenga y les sea posible, de manera que... Y terminé preguntando: -¿Verdad que respetaréis (a) los guardias? Y todos (contestaron): -¡! Y los guardias estaban detrás de mi, oyendo y viendo todo, y me dijeron: -Toma los fusiles. Y les dije: -Denlos ustedes mismos. Y por el balcón fueron dando los fusiles a la gente que estaba en la calle. Yo no toque un arma, ni tenía arma ni toque un arma... Y luego, pues (a) por las pistolas pues subieron alguien, las recogieron, y en eso pues alguien dijo que los del cuartel no se entregaban si no iba el cabo a darles la orden, y el cabo me dijo: -Yo, si no me acompaña usted no voy. -Pues vamos. Y nada... y al salir a la calle volví a hablar, que en el folleto lo pongo todo esto. Porque eso fue así, tal lo escribí, tal como ocurrió. Y al salir a la calle volví a hablar a la gente (para) que no insultaran (a los guardias), que íbamos a que los del cuartel... En fin, fuimos... la gente venía detrás (y) al llegar al cuartel estaban con armas en la puerta de la calle y yo les di el mismo saludo: -En nombre de la revolución, entreguen las armas. Y miraron al cabo, (por)que el cabo venía al lado mío. Lo miraron y le dijeron: -¿Lo hemos de hacer? Y les dijo: -Lo hemos hecho nosotros, hacerlo vosotros también. Entonces me dijeron: -Tome. Pero yo tampoco tomé las armas, llamé a la gente que venía detrás y recogieron las armas y registraron el cuartel. Y les dije a los guardias: -Den las que tengan, para que no encuentren luego... para que no les acusen (de) que han escondido algo, para que no haya víctimas. Yo siempre invocando el evitar víctimas.

A.A. Y el tiroteo ¿había sido anterior a que a usted le hubiesen llamado?

M.R. Anterior a mi salida.

A.A. Y ya los revolucionarios habían intentado tomar el cuartel.

M.R. Y habían salido los de la fonda, y por eso hubo un guardia civil herido. Por eso cuando yo dije: -...para evitar víctimas... me dijeron: -Nosotros tenemos una. Y les dije si habían llamado al médico. Me dijeron: -No. Como no podemos... Y entonces había subido el Juan, un hijo del tío Román de la plaza... Juan... no me acuerdo ahora del apellido, que era concejal, y le dije: -Ve a buscar al médico, nosotros lo mismo curamos a los que hasta ahora han sido enemigos como a los amigos. Eso a la Guardia Civil pues les impresionó, y pusieron más confianza conmigo.

A.A. Me ha dicho que el alcalde era este hombre todavía...

M.R. El Juan Manuel Ejarque.

A.A. ¿Pero no hubo elecciones en el 33, en noviembre?

M.R. No, pero el alcalde era ese.

A.A. ¡Ah! Porque en noviembre fueron las generales, pero no municipales. Y las elecciones generales en el pueblo ¿no se sabía a qué había votado mayoritariamente la gente?

M.R. No, no me acuerdo. Como era todo seguido no, porque las generales... pues no me acuerdo en que fecha fueron las generales.

A.A. Fueron yo lo tengo aquí, el 19 de noviembre del 33. Cuando ganó Gil Robles.

M.R. No me acuerdo quien ganó. Bueno ganarían...

A.A. ¿Quién ganó las elecciones en el pueblo?

M.R. el caso es que no me acuerdo de esas elecciones que partido las ganó, porque el alcalde era ese... porque era...

M.R. Eran las municipales porque seguía siendo alcalde Juan Manuel Ejarque. Las otras... pues no me acuerdo la diferencia que pudo haber, de derechas o de izquierdas ¿Qué las ganarían las derechas?

A.A. Porque en el 31, cuando se proclamó la República, ¿quien ganó en el pueblo?

M.R. En ese tiempo en todas partes ganaron los republicanos. Sí, en  todas partes ganaron los republicanos. Pero esas de ese... no me acuerdo... Pues ganarían las derechas y por eso vendría el intento de hacer la revolución contra las derechas.

A.A. Sí, seguramente.

M.R. Pero sería el acuerdo en Zaragoza de (proclamar la revolución) contra las derechas. Pero el ayuntamiento... (en) ese ayuntamiento seguían los mismos de antes, los que hubo en abril en el 31.

A.A. Que seguían siendo de derechas.

M.R. En el Mas de las Matas habían triunfado las derechas. Si, siempre triunfaban las derechas. Y ocurrió eso, que al movimiento fuimos... a eso que decía del cuartel, entregaron (las armas) y ya... ya está. el triunfo la revolución y luego, pues ¡Viva la revolución, viva el comunismo libertario!  Y entonces...

A.A. ¿No tumbaron unos árboles o algo, en la carretera de Alcorisa?

M.R. No, no, no hubo necesidad.

A.A. Porque... allí no esperaban unos camiones que venían de... y esperaban el correo de Castellote.

M.R. No. Pero lo que pasó es que ese día no hubo necesidad... como se había triunfado y se pensaba que en los demás sitios también habría revolución y había en aquel tiempo tres radios en el pueblo, tres radios de radio escucha que eran entonces... Me dijeron que habían esos yo no... no te preocupabas si en el pueblo había... pero me dijeron que había tres radios y dije, pues que fueran tres compañeros uno a cada una a escuchar para saber las noticias que llegaban. Y resultó, pues, (que) las noticias que llegaban pues que (eran de) baile, que si en fin (sólo radiaban) distracciones y sólo en algunos pueblos de Aragón había habido movimiento y en alguna otra parte de España, pero cosa insignificante... y claro, allí habíamos triunfado.

A.A.  Se cortó la luz eléctrica y el teléfono, o no.

M.R. No, no, de momento no. Se cortó por la noche cuando ya se supo por la radio que mandaban (a tomar el pueblo a la) Guardia Civil ...Y me avisaron que habían visto unos camiones por la carretera que viene de La Ginebrosa... y por lo visto, antes que esos vinieron por la parte de Alcorisa la Guardia Civil.

A.A. ¿Se enteraron enseguida la Guardia Civil de que en el pueblo había triunfado (la revolución) ?

M.R. Sí, claro, claro. Pero, si se enteraron enseguida en todas partes donde había movimiento y donde no, igual que nos enterábamos nosotros por la radio... pues los demás pues pasaba lo mismo. Y al saber que venía la Guardia Civil estábamos allí en el Centro Republicano, en el local nuestro ¿verdad? y entonces yo hablé a la gente que convenía no hacer frente a la Guardia Civil, porque lo de Casas Viejas que era lo más sobresaliente que había habido de tragedia no sería nada comparado a lo que podría ocurrir allí en el pueblo. Entonces, al hablar así, pues la gente ya fue desfilando y ya hubo quien fue y apagó la luz (cortó la central eléctrica) para así cuando llegara... eso, que encontraran (todo) a oscuras... No se quien fue, porque hubo quien... y al salir yo del Centro ya a la calle salió el Mazorras ese que hablamos ayer,  Mariano Sánchez Añón, y uno de Castellote.

A.A. ¿Éste era también de la CNT?

M.R. Sí, sí, si era de los revolucionarios. Sí, sí. Salió ese y uno de Castellote que había estado ese día allí en el pueblo.

A.A. ¿Uno que le llamaban el Chocolatero?

M.R. Sí, eso, el Chocolatero... y se juntó con nosotros. Dice...

A.A. ¿En Castellote había revolución también?

M.R. No.

A.A. ¿Y en Alcorisa...?

M.R. Tampoco.

A.A. Solamente en el pueblo... .

M.R. Sí, en Valderrobres hubo algún pueblo o algo pero poca cosa, comparado a lo del Mas de las Matas. Y ese dice: -Vosotros que conocéis la salida... dice -...conviene salir del pueblo antes (de) que llegue la Guardia Civil. Y salimos por la parte esa donde están las escuelas ahora, para ir luego en dirección a cruzar por el Martinete. Y nos fuimos a Las Parras, porque al salir del pueblo nos dimos cuenta (de) que no llevábamos dinero para ir ni...

A.A. ¿Fueron, los tres (solos) o con sus familias?

M.R. Los tres. No, no fuimos a casa a las familias ¿No ves que hubieran empezado a llorar y hubiera sido un problema? Tuvimos que dejarlas en....Lo importante era que no nos detuvieran a nosotros, porque como le decía después el médico del pueblo a mi mujer: -Esté contenta, porque su marido si se ha salvado, y luego donde esté usted podrá ir. El médico fue muy buena persona conmigo y con mi familia.

A.A. ¿Quién era  el médico?

M.R. De los Vegateros esos.

A.A. Don Salvador.

M.R. De las derechas, pera era buena persona. Si, me acuerdo que luego me explicaron eso, porque a mi mujer le dio una especie de ataque al saber que al desaparecer yo... pensó que me había muerto y cosas así... nada. Pues eso, no llevábamos dinero y fuimos a Las Parras, que en Las Parras ese Mazorras, como su padre era de allí, tenía familia que estaban en buena posición, y fue a casa de un tío, un tío de él, y le pidió no recuerdo si era(n) 100, 200 pesetas... Y le dieron dos panes. Y el alcalde de Las Parras, con los guardias municipales vieron que salía uno y que llevaba algo debajo del brazo, y creyeron que llevaba una bomba y creyeron que era uno que le decían el Rondín, que tenía una hermana allí en Las Parras. No conocieron quien era -y luego les dijeron que era el Mariano Sánchez Añón- y echaron unos disparos hacia donde el otro y yo lo esperábamos fuera del pueblo. Sólo entró él, y al salir lo emprendieron a tiros, y como él venía en la dirección (en) que estábamos nosotros, pues dimos un salto y nos pusimos detrás de el alteto que hace una calzada, porque la calzada estaba así... pero como del pueblo, la vertiente del barranco o del terreno era así... pues al otro lado de la calzada es lo que hacen de terraplén para detener el agua cuando llueve... Y ya dejaron de tirar. Pasó un poco (de tiempo) y yo dije: -Seguro que no se van a atrever a salir fuera del pueblo. Y de allí ya nos fuimos en dirección a la Balma, que hay un camino que va en dirección a la Balma en dirección a Morella. Y ese señor tío del Mazorras le dio dos cédulas de sus hijos. Dos cédulas personales. En aquel tiempo las cédulas no llevaban fotografía. Y una servía para mí, el hijo más viejo se aproximaba a mi edad, y el otro para el Mariano.

A.A. ¿Y el Chocolatero ?

M.R. Ese llevaba documentación de haber estado en Francia.

A.A. ¿El Chocolatero este, cómo se llamaba?

M.R. Pues no me acuerdo. Si el Chocolatero. No se si llegué a saber el nombre... mira no me acuerdo. El caso es que pasó así.

A.A. Y fueron a Morella.

M.R. Y fuimos... y ya nos pusimos de acuerdo de que si nos encontrábamos con Guardia Civil que iba para el Mas de las Matas nosotros no huir(íamos) sino (que) seguir(íamos por) nuestra derecha de carretera... Y nos encontramos (Guardia Civil), pero al no hacer gesto de huir, pues ellos siguieron su curso, porque si hubieran visto que alguien se escondía... Entonces ya nos habíamos hecho... y como llevábamos documentos justamente de Las Parras, si hubiera venido alguno que hubiera preguntado de donde son ustedes (hubiéramos contestado): -De Las Parras. Como allí no había habido movimiento... pero no tuvimos necesidad, nadie nos preguntó. Y en Morella ya cogimos el autobús para Vinaroz, y no sé quien nos había dicho que con el barco de Vinaroz se iba más pronto a Barcelona, o no se que... Eso, que total, mientras (nos) informamos de una cosa y otra se fue el tren, (en el) que podíamos haber ido aquel mismo día. Nos quedamos allí en Vinaroz y al día siguiente cogimos el tren para Barcelona... y no se si ese día hubo... hicieron un descarrilamiento de un tren que iba para Valencia... no recuerdo las víctimas que hubo... un grupo de revolucionarios de no sé de qué pueblo eran, y nos enteramos de la tragedia aquella, que años después me encontré con uno de los que participó en eso en París. Y me explicó lo que habían hecho y que luego ellos mismos lo lamentaban, al ayudar ellos mismos a recoger los heridos... La tragedia de las estupideces que se cometen con eso de las revoluciones. Pues hasta eso me pasó. Y llegamos a Barcelona... llegamos aquí y, y ese de que era de Castellote había estado en Francia y llevaba la documentación en regla para si volvía poder empezar a trabajar. Era albañil de oficio, y se pusieron de acuerdo él y Mariano el Mazorras de que como ellos sabían que yo tenía mucha "conociencia" (sic) en Barcelona, que yo me podía quedar y ellos mirar de pasar a Francia, y como él ya trabajaría aunque Mariano no trabajara, pues ya podían vivir los dos. Y cuando ya tuviera documentación Mariano me avisarían para que fuera yo y ya serían dos (los que trabajarían) para tres. Y yo le pedía a un... a uno de Las Parras que era hermano de una cuñada mía y teníamos muy buena amistad que me prestara 100 pesetas, para que los otros, entre lo que llevaban y 100 pesetas pudieran ir a Francia. Luego yo se las devolví. Y yo, pues, como había estado aquí anteriormente y me conocían muchos, se me ocurrió de ir... antes había... donde están ahora el... había el café Español, que ahora sólo queda un trocito del café Español pero en tiempos, además del café que era grande, había salones de billar. Y sabía que por allí iban muchos a pasar el rato cuando las horas que no trabajaban, y fui a ver si encontraba alguno conocido. Pero antes de llegar allí, por la calle (de) San Pablo me encontré con uno que se llamaba Obregón, que también me conocía de la cárcel y habíamos tenido muy buena amistad, y me abrazó y dice: -Ya se que... ya me enteré que fuiste alcalde. Y le dije: -Ahora no me interesa el discutir si fui alcalde, lo que me interesa es que me pongas en relación con el Comité Pro-Presos. Porque yo sabía que ese era también de los que sabía... que estaba en relación con todo: -Pues mira, está fulano. Me nombró los que eran. Había dos que me conocían y que los conocía yo a ellos. Así que él ya se encargó de que uno al día siguiente se entrevistara conmigo. Pero mientras fui al café, hasta las (¿mesas?) finales (sic)... que te decía, iba yo por allí mirando y me llamaron, me vieron antes algunos a mí que yo a ellos. Un riojano que dice: -Mira, hace poco estábamos nombrándote, si habrías tenido ocasión de escaparte. Porque los periódicos de aquí, pues, llevaban todo lo que ocurría por Aragón... y como se hablaba del pueblo que soy yo, pues me dijeron eso... me vio que iba...

A.A. ¿En los periódicos de aquí salió lo del pueblo?

M.R. Sí, en todos sí. Aquí había habido una huelga, y ese día acordaron de ir al trabajo; todo lo contrario... Y ese riojano me vio que iba sin abrigo, y como era en diciembre y hacía algo (de) fresco, dice: -No llevas abrigo, has salido con la ropa que llevas encima. Pues vamos a mi casa que yo tengo dos abrigos y con uno tengo bastante. Y fuimos, me dio un abrigo bueno (y le dije): -Ya te lo daré cuando... -No, no. Quédatelo, te lo doy, no me lo devuelvas. Siempre lo he dicho, tuve mucha suerte de llegar a Barcelona y encontrarme otro que era catalán, Brasó. Vivía en la calle Lancaster, número 10. También, al encontrarme me llevó a su casa, me enseñó también una habitación (y dijo): -Mira, si no estás bien donde estás, esa habitación puedes aprovecharla, y por la comida no te preocupes. Yo soy contable en la empresa yo me gano bien la vida. Y su mujer hacia trabajos de ortopedia. Tenían una hija y estudiaba, estudiaba... Dice: -Por uno más en casa no es problema. Si no tienes para comprar diario también... o eso... también te daré lo que necesites. Pero como estaba bien en el otro sitio... Así que no soy de esos que dicen: -¡Ay! nadie se ha acordado de mi. He tenido mucha suerte aquí en Barcelona. Me pasó, eso así, que estuve en la casa de ese que era de Tafalla.

A.A. ¿Y ya no volvió al pueblo ?

M.R. No, como iba a volver al pueblo.

A.A. ¿Y los otros, este Mariano Sánchez?

M.R. Los otros se fueron al día siguiente a Francia.

A.A. ¿Tampoco volvieron al pueblo?

M.R. No. Lo que fui yo a donde estaban ellos. Me cansé de estar aquí... y me buscaron un trabajo en Vilafranca del Panadés... y estaba en casa de uno de los compañeros de allí y dije entonces: -Aquí estoy mal. Pues les agradecí el recibimiento y todo lo que me hacían, pero al enterarme (de) que ellos no andaban muy seguros sobre la policía, pues (pensé) al buscar a los otros me van a encontrar a mí... Y me volví a Barcelona, porque aquí, ese Brasó que he dicho -catalán- fue a la Generalidad y me sacó una cédula de aquí a otro nombre. Así que si no me denunciaba alguno del pueblo pues yo estaba tranquilo y ah... Y como estaba tramitándose entonces la amnistía de la Sanjurjada, pues aquí me decían que no me fuera porque seguramente incluirían los sucesos de... del diciembre del 33 con la Sanjurjada del 32. Pero resultó yo le escribí a Vilatela, un abogado de Teruel que había estado en Mas de las Matas a dar un mitin y nos habíamos hecho conocidos -los del Centro me hicieron ir a cenar a la fonda de... del Chapa para que él y otro que fue de aquí de Barcelona, y también nos conocíamos con el que había ido de aquí... y en el Centro acordaron que fuera yo a cenar para acompañar a ellos- la única vez que he cenado allí.... Y resulta que le escribí a Vilatela y me contestó enseguida. De aquí le mandé la (una dirección) para que me escribiera a casa de un abogado que estaba aquí en Barcelona, porque hablé con él y me dice: -Sérvite (sic) de mi dirección. Porque como yo no sabía si el abogado... porque yo no sabía como se portaría, pero me contestó enseguida y me decía: -Tener cuidado. En Teruel estáis amnistiados, pero como hubo un guardia civil herido en el Mas de las Matas hay otro proceso por lo militar en Zaragoza y estáis incluidos en ese, y ese no ha entrado en la amnistía. Así que me avisó de todo: -Tener cuidado que lo militar siempre es peligroso. Se portó muy bien Vilatela, luego lo mataron los franquistas en Teruel. Entonces ya quedó (mi situación) de forma que ya no tenía yo esperanza... Y entonces me fui a Francia, a donde estaban Mariano y el Chocolatero (a) un pueblo que se llama... me pasa esto muchas veces, voy a decir una cosa y se me va el nombre del pueblo... El caso es que fui allí donde estaban, y ya era en el mes de marzo cuando fui. Estuve allí trabajando el mes de abril y a primeros de mayo dieron una amnistía, y señalaban una fecha tope para acogerse a la amnistía y nos vinimos Mariano y yo a Barcelona, para desde aquí gestionar esa amnistía... Y como no pudimos -tampoco nos amnistiaron en esa amnistía- luego ya hubo que... que desengañarse, que no había salvación, que teníamos que esperar quien sabía cuanto... Dice (sic) que aquí nos hicieron pasaportes a nuestro nombre propio, porque si íbamos con nombre supuesto luego en Francia no podíamos llamar (a) la familia... y nos arreglaron (el) pasaporte como si estuvieran hechos por el Gobernador de Valencia y con los cuños de salida de España y los de entrada en Francia, pasando la frontera de contrabando una vez apartada la frontera estábamos bien.

A.A. Y su familia, mientras tanto ¿no sabían nada de usted?

M.R. Sabían que estábamos por aquí... pero no ( ) porque date cuenta, yo estaba... los otros se fueron allá y yo quedé aquí, y entonces ya nos fuimos con eso... y era un tiempo que en Francia tampoco daban carta de trabajo... La frontera la pasamos de contrabando.

A.A. ¿Por donde pasaron?

M.R. ¡Ah! Yo he pasado por varios sitios. He pasado por el túnel, he pasado por Puigcerdá, por Bourg-Madame.... 

 

Cinta 3, Cara A

M.R. ...la propiedad, porque dábamos facilidades para trabajar por cuenta propia, pero no con documento para asalariados, había crisis de trabajo y ocurrió eso, nos arreglamos con la propiedad y compramos el caballo, todo lo que... eso, a cara de la cosecha que habíamos de tener, y pasamos un año. Al año pues liquidamos y yo le acompañé a Mariano para que en un pueblo, Agde se llama, un pueblo grande que hay cerca de Vias, porque esto era un pueblo le llaman Vias, pero en Agde un pueblo grande... y alquiló un huerto grande para dedicarse, para ganarse la vida, y yo me fui a Mazamet, que es el pueblo que antes no me acordaba el nombre, Mazamet, y alquilé otro terreno también con regadío y eso... Y hicimos que fuera, ya llamamos la familia. Mariano tenía la mujer, dos hijas y un hijo, y yo tenía mi hija ésta.

A.A. ¿O sea, que estuvo usted un año o así hasta que fue su familia allí?

M.R. Sí, se pasó un tiempo, no me acuerdo exacto, pero sí, casi sería un año. El caso es que cuando ya esa propiedad... ya hicimos... ya llamamos la familia. Ya estábamos todos, Mariano y su familia y yo con la mía, y nos cuidábamos una semana el uno y otra semana el otro del cuidado del caballo y así. Pero al año yo quise separarnos, porque no coincidíamos el uno con el otro. Mariano era una persona que si quería era muy fuerte, pero igual le daba por hacer mucho como por no hacer nada... y luego al cuidarnos uno del caballo, pues por la mañana al que le tocaba la semana iba más pronto para darle de comer, y a la hora que era costumbre de salir para el trabajo pues salíamos... pero a él igual se le ocurría el madrugar mucho como a veces llegaba yo a la cuadra donde teníamos el caballo y no estaba, iba a su casa y aún no había salido de su casa... Y claro, pensé, llegué que me cansé. Porque una vez le puede ocurrir a uno que ( ) es francés y él no. Le dije: -Te acompañaré hasta que encuentres algo (en lo) que puedas ganarte la vida. Y fuimos a ese pueblo, a Agde, y allí pues se consiguió un huerto que le gustó. Hicimos el trato, todo. Cuando ya estuvo colocado, entonces yo me fui a ese otro pueblo, Mazamet que he dicho que ahí estaban otra familia del pueblo, Ciprés. Magencio Ciprés, se llamaba. El caso es que fui porque también era del Centro y teníamos muy buena amistad. Y fui, y yo ahí alquilé también un terreno y vivienda y me fui... nos fuimos mi mujer, la hija... eso a Mazamet... y Mariano se quedó en un pueblo que se llama Agde. El estuvo ahí y yo allá hasta que vino el 36 que estalló la guerra y él se fue más pronto que yo. Se dejó la familia en Francia y se fue a...

A.A. ¿A México?

M.R. No, a España, a la guerra; el 36 era la guerra.

A.A.  ¿Por qué vino a la guerra?

M.R. Entonces fue la sublevación, en el 36.

A.A.  ¿Usted también vino  a España

M.R. Sí, también.

A.A.  ¿Vinieron porque quisieron, o porque les llamaron?

M.R. Claro, para colaborar en la revolución. Pues Mariano se fue primero que yo y dejó la familia, y luego fui yo quien tuve que orientar a su familia desde España por donde podía pasar a España, porque ese Mariano...

A.A. Y entonces... ¿dónde vinieron?¿a Barcelona?

M.R. A Barcelona, claro. Pero ese se incorporó enseguida en una columna. Mariano se incorporó en una columna, no me acuerdo si en la de Durruti, no, en la de Jover me parece que era, que luego fue la 28 División. El caso es que su familia luego... pues me escribieron a ver si yo sabía como podían (pasar a España). Yo les indiqué que pasaran por Puigcerdá, les mandé (la) dirección de unos compañeros que había en Puigcerdá, que a mi al pasar de regreso, cuando vinimos para Barcelona, querían que me quedara un día más para enseñarme algo que habían hecho con la revolución, y les dije: -No, que quiero llegar lo más pronto posible a Barcelona. Que había varios que me conocían allí en Puigcerdá, y se cuidaban justamente de la frontera y al llegar yo por Bourg-Madame me esperaban con una camioneta para poner las cosas que traía yo, que les había avisado que venía, y los que no me conocían iban a registrarnos: -¡No, no registréis! Y luego me invitaron (a) que nos quedáramos allí aquella noche mi mujer, la chica y yo para enseñarme las reformas que habían hecho ya desde los días de la revolución, y les dije que no. En el primer tren salimos a Barcelona y aquí teníamos familia, además tenía yo muchos conocidos, pero sobre todo teníamos también familia aquí. Y como ya había pasado la revolución... aún estaban las barricadas por ahí cuando llegamos pero el hecho ya... y yo venía porque me escribieron de aquí y me escribieron de Aragón, que viniera que el movimiento era social y que mi puesto pues (estaba) en la organización, y yo vine con la intención de colaborar en todo lo posible para que aceptaran los puestos de lo más bajo a lo más alto, los dirigentes de la CNT, porque yo recordaba algo de la revolución rusa, que (en) la región ucraniana era donde (había) mayoría de los anarquistas, hacían la revolución pero no aceptaban cargos, y luego, a pesar de las alianzas que llegaron a hacer entre Trotsky, el jefe del movimiento rojo, y los anarquistas, como no aceptaban cargos, al final pues se quedaron lo que se dice en la calle, y los que no pudieron salir de Rusia luego tuvieron que someterse a la dictadura, por no haber aceptado cargos, porque si hubieran tenido cargos aunque no hubieran sido mayoría... Pero al estar juntos ya salvan la situación. Y yo para... como conocí todo aquello porque lo leí todo cuando la revolución rusa, pues mi idea era esa. Pues llegué aquí y me decían: -No, ya hemos hecho la revolución, no necesitamos cargos. Y ocurrió... que no se si tu conocerás todo eso que te estoy diciendo. El Consejo de la Generalidad, el presidente Companys, llamó (a) una comisión de la CNT y les dijo: -Vosotros sois los vencedores, si creéis que puedo ser útil me quedo, y si no pues me voy. Y le dijeron que se quedara y no quisieron ellos formar el consejo de la Generalidad. Ese fue el error más grande que tuvieron, porque hacer una revolución y luego dejarla en manos de los que no la han hecho para que la administren... Pues es lo que ocurrió... luego los sucesos de un año siguiente, en el mayo del 37 la tragedia que hubo en Barcelona, la lucha entre los de la CNT y los contrarios a la CNT... que se habían hecho esos partidos que no eran nada antes y se hicieron por eso, porque luego como toda la gente miró de agruparse en los partidos que veían que gobernaban. En vez de afiliarse más a la CNT que había sido la vencedora, como luego los que la administraban eran otros, surgieron el Partido Comunista, el POUM, el Partido Socialista -que nunca había sido gran cosa en Cataluña- y al año siguiente ya eran tan fuertes ellos o más que la CNT, y de ahí vino que tuvieron que venir de... Más tarde entraron en el Consejo tres o cuatro de la CNT, pero no era lo mismo entrar pidiendo queremos entrar a haber sido ellos los organizadores y que hubieran entrado los otros a colaborar, no a dirigir ¿Comprendes?¿Entiendes?.

A.A. Sí, sí.

M.R. Y cuando esos sucesos de mayo del 37 vinieron la Federica y García Oliver, que eran ministros, a dar la orden: ¡Alto el fuego! La lucha que había aquí entre los unos y los otros... y yo de Valencia fui a Aragón, a que nadie abandonara los frentes, que no vinieran a la lucha de Barcelona.

A.A. ¿Entonces,  cuando vino de Francia , ocupó algún cargo?

M.R. ¿Al venir? Yo no tenía ningún cargo. Aquí me dijeron (que) si me quería quedar me nombrarían para el Comité Regional, los que me conocían, y les dije que no, que había salido de un movimiento fracasado de Aragón y volvía a ver si ese era triunfante. Como ya habían triunfado los de aquí y se había liberado la mitad de Aragón, pues nadie pensaba que no íbamos a ganar la guerra ¿Comprendes? Y fui a Aragón y estuve un tiempo yendo de propaganda por los pueblos.

A.A. O sea ¿De Cataluña,  fue  al Mas de las Matas?

M.R. Al Mas de las Matas. Y como no teníamos casa propia, pero estaba la de mi padre ¿Comprendes? y era grande la casa...

A.A. ¿Su padre aún vivía?

M.R. Sí. Pues nos metimos allí, en casa de mi padre, y ellos, pues claro, contentos de que estuviera yo, la mujer y la nieta, y yo pues... ¡Ah! Y aquí me encontré con uno de Calanda, en Barcelona, que tenía un auto y dijo que el auto lo ponía a mi disposición para ir a Aragón. Y con él había dos o tres amigos de los que habían participado en las luchas: -Pues no vas a ir solo con la situación que hay por allí. Y en el auto fuimos todos... y luego allí en el pueblo, pues...

A.A. ¿Ya se había instalado la Colectividad ?

M.R. No, era entonces cuando se organizaba. No... en el pueblo sí, la Colectividad ya la habían organizado.

A.A. ¿Cuando llegó usted, ya la habían organizado?

M.R. Ya estaba organizada la Colectividad. Ya habían puesto todo lo que tenía yo ya estaba incluido.

A.A. ¿Ya estaba todo organizado?

M.R. Toda la Colectividad, sí. Iba de propaganda por los pueblos y en Alcañiz me encontré con los del Comité Regional  que fueron pasando de Zaragoza, y Muñoz que era el secretario, y al saludarle me dio una credencial para que yo no hablara por mi cuenta sino que podía hablar por el Comité Regional ¡Como si yo fuera el Comité Regional! Y como me conocían de antes (me) dice: -...y a ti que te voy a decir lo que tienes que hacer. Toma, para que no sea por tu cuenta sólo, habla en nombre del Comité Regional. Y hubo un pleno ya de la Regional de eso... y ya intervine yo en aquel pleno, y ese Muñoz (que) era el secretario propuso a uno valenciano, para un cargo importante, y (a) ese le conocía yo. Me había escrito una carta de París a Barcelona diciendo que hacían falta hombres, que armas no faltarían y eso era mentira, y había descubierto yo la mentira porque de aquí (tuve que) ir con otro a París. Y me opuse a que se le diera un cargo importante.    Muñoz dice: -Esa es una cosa muy seria. Tendrás que... tendrá que ir a un pleno nacional. Yo dije: -Yo estoy dispuesto a ir a un pleno nacional y (a) donde sea, pero serio cargo no tendrá, un cargo de importancia.    Al poco tiempo, a primeros de noviembre, cuando los franquistas se aproximaban a Madrid, destituyeron al Comité Nacional de la CNT por salir de Madrid sin permiso de la organización, una cosa (con la) que yo estuve en contra, pero fue así. Entonces hubo otro pleno de las regionales, (de) cada región, para nombrar dos miembros por cada región para nombrar (formar) un nuevo Comité Nacional. Se componía de eso, (de) dos por cada región. En aquel tiempo éramos siete regionales.

A.A. ¿Usted vivía en el pueblo, en esa época?

M.R. Sí, en el pueblo, en el pueblo... Y van en ese pleno y me proponen para el Comité Nacional. Yo insistí (en) que nombraran a otro, pero los que estaban cerca: -Pues acepta, acepta. Y los que estaban más lejos, los argumentos que ponía yo para que nombraran otro, me decían: -Por eso que dices tú es por lo que te nombramos. Y finalmente, pues tuve que decir: -Bueno, acepto. Siempre me ha pasado así, siempre, todos los casos los he tenido de soborno (sic), nunca han nombrado a otro para decir: -Bien, pues el que tenga mayoría de votos... nunca he sido elegido por (votación).

A.A. ¿ Cuando entró a formar parte del Comité Nacional, se tuvo que ir a vivir a otro lado?

M.R. A Valencia.

A.A. ¿ Estaba allí el Comité Nacional?

M.R. Sí, se acordó al haber salido de Madrid. Luego, en un pleno nacional, se acordó por mayoría que el Comité Nacional residiera en Valencia, que era donde residía el gobierno. Al salir el gobierno de Madrid fue a Valencia. Entonces, se acordó que el Comité Nacional debía residir donde residía el gobierno, porque es donde se tenían que hacer todas las gestiones. Y al quedarnos en Valencia... entonces, pues al principio dormíamos en un hotel hasta que encontramos piso, porque resultó que en Valencia no... los militantes de la CNT no estaban de acuerdo de que el Comité Nacional estuviera en Valencia, y no nos dieron facilidades en principio, ni siquiera para el Comité Nacional.    Pasamos bastantes días con una habitación en la calle Colón, nada más que una habitación. En una situación como aquella de comisiones por todos los sitios... hasta que encontramos un edificio en la calle Landerer, número 1, que allí había muchas habitaciones, y mientras, pues ya encontramos viviendas. A mí, un día estaba hablando con otros y uno que era policía, era de Zaragoza, dice: -Royo ¿no tienes piso? Digo: -No. Dice: -No busques, mañana te traeré las llaves de un piso. Sí, sí, al día siguiente me llevó las llaves de un piso. Un edificio en la calle Pineda, núm. 11, 4º piso. Todos los pisos estaban alquilados por ministerios y quedaba uno sin alquilar, y aquel fue para mi. Había dos ascensores: un ascensor y un montacargas. Así que he tenido bastante suerte.

A.A. Sí, sí, por lo que veo, sí.

M.R. Pues sí.

A.A. ¿ Cuantos formaban el Comité Nacional, ?

M.R. ¿Cuantos éramos? Pues mira, como éramos... eran siete regionales a dos (representantes por regional) catorce, y el secretario.

A.A. O sea ¿Usted era de la región de Aragón?

M.R. De Aragón; Aragón, Rioja y Navarra. Porque de cuando hicieron la CNT... yo pregunté al principio de conocer el movimiento: -¿Cómo es ésto de...? ¿Por qué es Aragón, Rioja y Navarra? Y me dijeron que cuando se instauró la CNT, al ser federal, en Rioja había pocos militantes y en Pamplona también muy pocos, entonces acordaron (que) como en Aragón, al estar Zaragoza, que Zaragoza siempre ha sido donde ha habido más, entonces ya había una base para que la regional tuviera importancia. Y claro, fue un argumento que no tuve más remedio que considerarlo bien hecho porque lo habían hecho otros, pero estaba justificado. Y estuve pues... desde el noviembre del 36 hasta que tuvimos que salir para Francia, hasta que se perdió todo...

A.A. ¿Del 36 o del 37?

M.R. Del 36, no, no. Esto fue en el 36. Cuando te he dicho eso de Madrid, de aproximarse los franquistas, era a primeros de noviembre,  el 7 de noviembre es cuando salieron (los del) el gobierno para Valencia ¿Sabes? Del 36.

A.A. O sea, que estuvo toda la guerra en el Comité Nacional.

M.R. Sí.

A.A. Y cuando murió Durruti... les comunicarían...

M.R. Nos comunicaron. Eso fue el día 20 de noviembre. Así que hacía unos días que estábamos en Valencia, que es cuando sólo teníamos eso que te he dicho, una habitación para recibir. Y fue Mera -no se si habrás oído hablar de Mera-, Mera fue desde un principio jefe de una columna, y después fue de división, y hasta de cuerpo de ejército. ¡Y era contrario a ser militar! Pero eso no tiene que ver nada, la situación era así. Yo he sido antimilitarista desde (los) 15 años, de oír a mi padre lo que explicaba de Cuba, que estuvo cuando se hacía cuatro años de servicio militar... Y al contarme las cosas que tiene que hacer el soldado con los jefes y todo eso, me hice antimilitar, como los jefes (cenetistas)... porque luego... vino que los jefes de las columnas hubo que convertirlos, al militarizar todo, pues de delegado a tenientes, capitanes, coroneles, comandantes...

A.A. ¿Y eso, tenía que hacerlo el Comité?

M.R. Y eso teníamos que... tenían que ser avalados por el Comité Nacional, que era... claro, porque (en) los plenos de la organización (en) todos se tomaron los acuerdos, para... (por) que el Comité Nacional era el responsable luego de todo.

A.A. ¿Y estaban en relación con el gobierno ?

M.R. Sí, sí, entonces sí porque cuando...

A.A. ¿Quién estaba entonces, Negrín?

M.R. Estaban en Valencia pero...

A.A. ¿Pero quién era entonces el presidente?

M.R. Largo Caballero.

A.A. ¿Usted le conoció?

M.R. Primero, al estallar el movimiento, era (presidente) otro, pero luego ya se formó... no se si era en septiembre, el gobierno de Largo Caballero... Era el jefe y ministro de Defensa, y ya había cuatro de la CNT, ministros, en el gobierno de Largo Caballero.     Estaba la Federica (de) ministro de Sanidad, García Oliver (como) ministro de Justicia, el valenciano (era) ministro de Comercio y Peiró ministro de Industria. Si, esos cuatro.... esos eran ministros.

A.A. ¿Pero aparte, eran del Comité Nacional ?

M.R. Esos no, no. El Comité Nacional era el responsable ante la organización y garantizaba (el apoyo) a los ministros. Si tenían cualquier cosa... que alguien se ponía a quererlos echar ¿verdad?, tenían la garantía de que el Comité Nacional los avalaba. Pero nunca hubo problema porque coincidíamos los cuatro ministros y los 14 o 15 con el secretario, que éramos del Comité Nacional no tuvimos nunca ninguna discrepancia. Y luego, pues había que tratar los asuntos que eran de otros ministerios, que no eran de la CNT. El primer asunto (en el) que intervine yo al ser del Comité Nacional fue por un asunto de aquí de Barcelona. Se presentó uno de aquí, que nos conocía mucho ( ) entre otras cosas, y tuve la suerte de que siempre conseguí la solución que buscaba.

A.A. O sea que trató entonces con Indalecio Prieto, con los ministros, con Largo Caballero...

M.R. Sí, sí, con Largo Caballero traté sobre la militarización y traté sobre... para pagarles a los de la Columna de Hierro, una columna que se llamaba la Columna de Hierro y tenían un Comité de Guerra de esos que se creen más anarquistas que nadie, que trataban de traidores a todos los demás y amenazaban con matar a los ministros y todo... sí, sí. Debido a eso, pues nadie se cuidaba de aquella Columna y ya llevaba tiempo que no cobraban, y un día se presentaron dos, dos compañeros, en el Comité Nacional. Me buscaron a mí y me dijeron: -A ver si el Comité Nacional haría algo para que pudieran cobrar. Y habían hecho un manifiesto tratando de traidores al Comité Nacional y (a los) demás Comités Confederales... los de ese Comité. Lo expuse yo en la reunión del Comité y dijeron: -¡Cómo vamos a intervenir, si nos han tratado de traidores. Y yo dije: -Yo opino como vosotros. Por los del Comité de Guerra no haría nada, pero lo lamentable es que por las malas andanzas del Comité no cobran los que están en el frente... que eran unos tres mil hombres, los que componían aquella Columna. Entonces dijeron: -Pues ya que opinas así... pues cuídate tú si quieres. Y estos son... todo lo que te digo es cosa que se puede probar, porque ha sido vivido. No es aquello de imaginación: -¡Ah! Pues habrá ocurrido ésto. No, no; yo no cuento nada de imaginación, es todo lo que he ido viviendo. Por eso te voy a hablar de ese Zurita, de ese Joaquín Zurita del pueblo que últimamente ha escrito un libro -no se si ya lo habréis visto- y me lo mandó. Anteriormente escribió un libro que estaba bastante bien.

A.A. Un libro...  que es de poesías ¿No?

M.R. El de poesías es el que estaba bien... que me pedía en la carta que de dijera que verso me había parecido el mejor. Y le contesté que en conjunto lo encontraba todo muy bien, porque era contra... antiautoritarismo y antirreligioso y que era... En conjunto estaba todo bien, se lo escribí así. Pero él últimamente ha hecho otro. El verano pasado me trajeron otro y ese otro pues lo abrí así, por cualquier sitio, (y) me salió la página 15. La leí y resulta que acusaba al Comité Nacional de la CNT de estar en sus poltronas de los sillones... una serie de sandeces y de mentiras que me hice la idea de no leer ni una página más. Y se lo devolví con una nota con Benigno, (que) estuvo aquí, y luego, al volver a Zaragoza -porque están aquí, y luego de Zaragoza se van para Francia... cuando vienen de veraneo- y en la nota le puse que había recibido el libro, lo abrí, me salió la página 15 y me hice la idea de no leer ni una página más. Nunca me gustó el leer sandeces ni calumnias, el hecho de mandarme el libro prueba de que se puede escribir un libro y ser un imbécil. Esa nota le (envié), asimismo, porque me acuerdo tal como la hice. Hombre, porque mandarme un libro  donde sabe que he estado yo en el Comité. Pues eso me pasó, y claro, el Plácido, el hermano de Benigno, que está en Zaragoza es el que... porque tienen relación y se lo dio y la tiró. Al contestarme (Plácido) me dijo que estaba de acuerdo con la nota que yo le había mandado, porque se lo merece, porque... en fin... Porque también allí (en Zaragoza), al principio, cotizaron en la organización que tienen los jubilados o los que fueron militares para cobrar. A eso no iba (Zurita), pero para eso de cobrar le parecía siempre poco, así que también...

A.A. Cuando ya se tomó Valencia y los franquistas llegaron ¿Que pasó?¿Se deshizo el Comité?

M.R. No, de Valencia nos vinimos aquí a Barcelona. Porque primero se vino el gobierno. De Valencia, cuando se aproximaban, que ya se vio que la cosa estaba mal, pues se vino el gobierno y se acordó, como se había acordado que el Comité Nacional residiera donde estuviera el gobierno, porque era donde había que gestionar todas las cosas, vinimos aquí (a Barcelona), y así como en Valencia tuvimos mala acogida -después si se dieron cuenta y todo fue muy bien- pero aquí se vino unos días antes la Federica... Como la Federica era la persona más influyente aquí, fue a la comisión de ( )....... fui a Francia.

A.A. Fue a Francia. Y después de Francia ¿Dónde estuvo?¿En Argentina?

M.R. Sí, sí. (Después) de (pasar a) Francia pues, de momento pues fuimos a parar a un campo de concentración.

A.A. ¿... los detuvieron?

M.R. Es que en Francia llevaban a todos a los campos. De no llevar pasaporte diplomático... Nosotros podíamos haber sacado (pasaporte), pero no lo hicimos para no desmoralizar (a los demás) de anticiparnos a tener. Así que llegamos a la frontera y a pesar de ser del Comité y todo eso, los gendarmes...: -No, ya sabrán... A Argelés (me llevaron), y otros a otros campos... pero de la parte esta que fuimos pues (nos llevaron) a Argelés, que era un campo de los más grandes que hubo.

 

Cinta 3, Cara B

A.A. ¿Qué días estuvieron (caminando hasta llegar a Francia)?

M.R. Ocho días caminando. Por las carretera sí, claro, no había otra forma. Multitud de gente... que no podías andar de tanta gente. Si dormías de noche para que no te bombardearan de día... pero había veces que también por la noche pasaban. Además, los bombardeos cada día. Los alemanes con bombas y los otros con... los italianos con metralletas, ametrallando, haciendo víctimas por las carreteras, huyendo de ellos, sí, sí... Y fuimos al pueblo ese de Saint Pons, que está en el sur de Francia. Y allí había uno, una familia de los Cherechas ¿sabes quién son los Cherechas allí en el pueblo?. Uno se llama.....

....el año 70 (volví a España)... Sí, cuando ya se habían cumplido los 30 años del final de la guerra, un año después. Vinimos aquí a Barcelona, porque siempre habíamos tenido la idea de volver a España... y como estábamos en Francia, pues claro, de ahí estaba cerca.  Pero ocurrió eso, que estábamos bien en Francia porque yo trabajaba en eso, en la fábrica, con Grande, de montaje de ascensores, y justamente también tuve otra suerte. Un día estábamos en un edificio haciendo el montaje -porque había un montador y yo de ayudante...-

A.A.  Cuando usted estuvo  en París, cuando el gobierno (en el exilio) de Negrín  ¿se volvió a reorganizar en Francia la CNT.?

M.R. Sí. ... todas las organizaciones se reorganizaron en Francia, pero hubo divisiones, unas se dividieron, otras no. La CNT, lo mismo que está dividida ahora aquí, ya lo estuvo en Francia, porque cuando aquí... los que había aquí, la gente que había aquí, trabajaban para que viniera el padre de este rey.

A.A. ¿En Francia tomó parte  en algún otro comité?

M.R. Yo estaba en la parte que se aceptaba lo que acordaron de España. Se nombró un Subcomité para demostrar que se aceptaba si había un Comité Nacional allá en España... allí. Pues era Subcomité, que siempre es menos que Comité... pero yo no acepté ningún cargo. Fui un tiempo secretario del Comité Regional de Aragón, Rioja y Navarra, porque se organizó también allí (en el exilio) a base de Regionales... Pero también llegó un día (en) que me cansé e hice que se nombrara a otro. Se nombró a uno de Calanda, en mi puesto. Y del Subcomité no quise ser, me nombraron pero no, no quise ser... y luego, pues como he dicho antes... Eso era estando en Marsella, y luego ya en París, también había organización. Pero también seguíamos (manteniendo) esa separación con dos organizaciones, y a esos allí se les llamaba los de Federica y aquí también les llaman (así)...

A.A. ¿Los que aceptaban que viniese don Juan?.

M.R. No ... Los contrarios; (a) los que querían desde allí gobernar a los de aquí, se les llamaba los de Federica, y ahora aquí siguen llamándoles aún los de Federica ¿No has visto el mitin del otro día, de Federica? Pues esos son los que son contrarios a toda intervención de la CNT en cosas políticas... y (por contra) esta (la) otra (facción) en la cual está este Félix ¿No? ¿...Y tu (Andrés) estás con... o (no) perteneces a ninguna?

A.A. No pertenezco, pero soy simpatizante.

M.R. Que (ya) me (lo) figuro, porque al venir con él... no os he preguntado pero... porque, generalmente, siempre se va con el que (se) tienes más afín, y al venir (con) él pues ya que figuré eso. Lo que no me acordé es de preguntarte eso, el nombre, en la calle... El apellido ya se, ese no se me olvidará ¿Y me has dicho, tu nombre?

A.A. Andrés.

M.R. Andrés, sí, y el otro Félix.

A.A. Félix Solsona.

M.R. ¡Ah! Si. Pues a lo mejor me pasa eso... ¿Quién eran? Dice ese, es... me pasaba como a Jesucristo, cuando Judas... dice: -El que yo abrace, aquél es. Pues así me encontraba con alguien y me abrazaba, pues este es...

A.A. O sea, que el folleto lo escribió aquí en Barcelona, poco tiempo después...

M.R. Sí. Lo escribí, pues... a final de diciembre sería, porque aún puse de que era... cuando lo editaron ya era en el 34.

A.A. En la revista Iniciales.

M.R. Mira ¿Tu te das cuenta?¿Hacer un auténtico... que terminó diciéndola....?

..........

A.A. El Consejo de Aragón de Caspe ¿Cuando se formó ? ¿Intervino usted en el Consejo de Aragón?

M.R. Sí, ...pues sería en septiembre.

A.A. ¿Intervino en la formación?

M.R. Yo intervine en el Pleno que se celebró en Bujaraloz. El Pleno se hizo en Bujaraloz, de todos los delegados, y había delegados de las Columnas Confederales... que ahí es donde hay algo (que) es importante, porque todos los delegados de las Columnas Confederales, Ortiz, Aldabaldetrecu... Bueno, ahora de otros no me acuerdo. Todos hablaron en un sentido matonesco ¡Como eran jefes de columnas, pues se creían ellos con derecho de que los demás había que eso...! Y llegó Durruti, llegó Durruti y pidió la palabra, estuvo un poco (de tiempo) observando y al final pidió la palabra... y ese fue (y dijo) todo al revés de todo lo que habían dicho los otros: -¡Te estoy diciendo... tengo tantos años, hace tantos años que lucho, tantos años que he aspirado a que llegara un día...! Y entonces es cuando yo dije: -Ahora sí (que) podemos hablar los que somos de los sindicatos. Porque tal como habían hablado los otros, ya parecía que no teníamos voz ni voto, pero al hablar él pues ya empezamos a hablar. Y luego me nombraron para la ponencia, y es lo que dice aquí, en el libro este lo pone, que fueron firmantes Macario Royo, del Comité Nacional, y dos o tres, pero este me pone (en) ambas listas. También me nombra cuando fui a Caspe, para que nadie fuera ni viniera cuando las luchas a intervenir aquí... Y (a) ese Ronald (Fraser), pues a ese le di datos y hasta le di (de) cuando me enfrenté con el delegado de la Generalidad, cuando llegó la orden de movilización de cuatro quintas. Las primeras quintas que se movilizaron cuando la Guerra Civil fueron la del 32 al 36, y la (movilización la) llevó uno de aquí de la Generalidad... y hablaba como si él fuera de... y yo me enfrenté con él, y le dije que para estar bajo un gobierno pequeño, prefería estar bajo un gobierno grande, que ya sabía como eran y tenía más defensas, y me dijo.....

A.A. ¿Esto que le he dicho de la columna Morella?

M.R. ¡Ah! De Carod.

A.A. ¿Era la columna de Carod?

M.R. Sí. Primero se le llamó Columna Carod, pero luego al juntarse en Alcorisa con otra columna que subió de la parte de Alcañiz, por la otra carretera que empalman un poco antes de entrar en Morella, ahí se encontraron con otro grupo y se juntaron con Ortiz, y luego se llamó la columna Ortiz. Que luego todos ellos fueron a parar a la parte de La Puebla de Híjar, y ya se llamaba entonces la Columna Ortiz.

A.A. ¿Y del Mas de las Matas, fue gente a la Columna?

M.R. Del Mas de las Matas, en la columna Ortiz sólo estuvieron dos, me parece, uno el Joaquín Molés y otro Antonio el Rondín, que no me... Gracia, Antonio Gracia, pero de mote el Rondín. Me parece que sólo iban esos dos en la columna de...

A.A. ¿Esta Columna pasó por el pueblo verdad?

M.R. Sí, pasaron, claro, de Morella pasaron por el pueblo y subieron por Alcorisa y fueron siguiendo por ahí, y luego estuvieron en la parte esa de La Puebla de Híjar... que cuando fueron (los colectivistas de Mas de las Matas) al depósito de la casa Cros, que tenían por allí por La Puebla de Híjar, no les dejaron cargar, alegando que estaba en zona de guerra y mandaban ellos, y estaban Ortiz de jefe, entonces en la Columna esa, y Ascaso, el que luego fue presidente del Consejo, estaba con él, y los del Mas de las Matas... el Comité que se cuidaba de eso que...

A.A. ¿Quién formaba el Comité (Antifascista de Mas de las Matas)?

M.R. Pues tampoco no me acuerdo (de) quien formaba el Comité. Y ya ves que me dijeron luego que los acompañara yo a ir a hablar con ellos, que estaban en Caspe, el Cuartel General lo tenían en Caspe.

A.A. ¿Y no sabe quién era el Presidente?

M.R. Pues no me acuerdo... el caso es que fui...

A.A. ¿Se acuerda de unos hechos que ocurrieron al principio de la guerra, cuando mataron al Presidente del Centro Republicano en la entrada del bar, de un bar que le llamaban del Pancanas?.

M.R. Pero eso...

A.A.  Lo mató el tio Copas.

M.R. ¡Ah! Pero eso era al empezar la guerra. ¡Ah! Ese no era del pueblo... pero no se si era novio o casado ya con una de...

A.A. ¿Cómo se llamaba?.

M.R. Pues mira, en este momento... me paso mucho los nombres. Me parece que estaba casado con una que se llamaba Lucía, o algo (así), unas que les llamaban las Riberas, de la calle Santa Lucía.

A.A. Era de Santolea, me parece.

M.R. Sí. Se que era de otro pueblo.

A.A. ¿ No sabe cómo se llamaba?

M.R. No.

A.A. ¿ Era Presidente del Centro Republicano?

M.R. No, no. Lo que era comunista. Y lo mató el Copas, y luego al Copas lo mataron dos o tres del pueblo. Lo mataron también allí en la plaza, en la plaza de Casa de la Villa o por allí. De todo eso si me enteré. Yo aún no había llegado al pueblo, eso era (en) los primeros días, que yo no había llegado aún de Francia, sí. Pues no me acuerdo del nombre pero sé el hecho... y estaba casado con una de... que vivían su familia en la calle de Santa Lucía; de eso si me acuerdo que me lo dijeron. Y me acuerdo de eso, que luego mataron al Copas por haber muerto a aquél. Sí, el Copas era medio anormal, claro, si no no lo hubiera hecho. Pues eso que te decía del abono... pues la comisión de allí del pueblo me dijeron si los acompañaba a ir a Caspe, donde estaba Ortiz, que era el jefe de la Columna en aquel tiempo. Y fuimos, y al entrar en la sala en el edificio donde estaban, como los dos me conocían, Ortiz y Ascaso, así que me (dijeron): -¿Hombre, que te trae por aquí? Así que no tuve que hacer la presentación. Ascaso había estado en la cárcel y me conocía, y había escuchado muchas veces la propaganda que hacía yo. Así que date cuenta... así que al verme pues los dos (me dijeron): -Royo ¿Qué te trae por aquí? Claro, seguido les dije: -Pues mira, pues debido (a lo) que habéis hecho de no dejar cargar el abono... Pues le expliqué: -Es Comarcal de Mas de las Matas; tienen que preparar para la siembra y vosotros, en vez de ayudarles, le(s) hacéis volver con los camiones al pueblo sin abono. -Bueno, pues mira, que vengan cuando quieran que ya cargarán lo que quieran. Pues sí. Así de repente estuvo solucionado, no más les puse por delante, al decir que te trae por aquí, pues ésto, y no justificaron nada aquello de decir, pues en fin, nada, nada... dijeron que cuando quisieran que fueran, y luego pues fueron y cargaron abono. A mi no se atrevieron a decir(me) que no, ni siquiera a argumentar el por qué habían hecho lo otro, ni yo tampoco no les dije: -¿Y por que hicisteis ésto? Simplemente, como no dejasteis cargar... pues a ver.

A.A. ¿Cuando usted llegó al pueblo, la Colectividad ya estaba formada, no?

M.R. Sí... Pero si pasaba algo extraño... como ellos confiaban, los que estaban en el Comité... que se decía... Yo era más conocido que ellos, y eso, eso... para resolver cualquier problema pues contaban conmigo y yo, pues, contento de intervenir para solucionarlo, como es aquello que te he dicho de la fábrica de lentes con los valencianos. También me dijeron... y fui yo el que hablé, los demás del Comité no tuvieron que hablar nada. Los mandé para Valencia, yo no más les puse ese ejemplo: -Si nosotros fuéramos allí a buscar algo ¿Qué pensaríais?

A.A. ¿Usted. sabe si hubo algún pacto en el pueblo entre la derecha y la izquierda para no matar a nadie (en los primeros días de la guerra, cuando aún no existían los frentes)?

M.R. Algo (me) parece que hubo de eso. Yo no estaba, cuando hicieron eso yo no estaba en el pueblo pero sí oí hablar algo de respetarse los unos y los otros.

A.A. Sin embargo, luego hubo muertes.

M.R. Sí, luego vino...

A.A. Porque...¿ vinieron de Alcorisa a matar a unos cuantos del pueblo?

M.R. No. Los primeros que.... eso, me parece que subieron de Alcañiz.

A.A. ¡Ah! De Alcañiz.

M.R. Los cuatro, no me acuerdo si eran cuatro o seis las primeras víctimas, no estoy seguro (de) si eran cuatro o seis. Yo estaba ya en España, pero ese día no estaba en el pueblo. Como ya te he dicho que andaba de propaganda por otros pueblos y todo eso... pues cuando llegué por la noche al pueblo, me dijeron lo que había ocurrido. Pero eran de Alcañiz, porque justamente luego en Marsella, años después... claro... después de todo, en Marsella había varios de Alcañiz y entre ellos había uno de los que había estado allí para la matanza esa, y era uno de esos que lamentaba el que se mató a pocos, que había que matar a más. Y yo era contrario a todas esas cosas. Y justamente luego pasó su mujer de Alcañiz a Marsella y, como estaba él, fueron a la jefatura para que les ..... y a mí.

A.A. Pero... ¿quienes los cogieron?

M.R. Las autoridades francesas, por orden de los alemanes.

A.A. Los cogieron y se los llevaron para Alemania.

M.R. Nos llevaron a Montpellier. Nos metieron en un tren... un tren lleno de españoles para Alemania. Pero al llegar a otro pueblo, Beziers, al llegar a Beziers paró el tren. Estaba la puerta del vagón abierta y nos escapamos, y fuimos a casa de unas catalanas que las conocíamos, sabíamos donde vivían, y aquella noche nos quedamos allí, y luego al otro día pues nos fuimos a donde vivíamos, a ese pueblo que te he dicho antes. Y estuvimos un mes el otro en su casa y yo en la mía sin salir a la calle, y al mes salimos diciendo que habíamos llegado con permiso de los alemanes, porque daban permiso, pero lo daban a los que iban voluntarios no a los que llevaban (forzosos). Y el jefe de los gendarmes nos hizo llamar a la comisaría y nos dijo: -Se que no tienen documentación. Váyanse de aquí, no los detengo. Y no vuelvan mientras no tengan documentación. Y nos fuimos a la busca del cónsul de Sete, fui yo porque el de (Alcañiz, el del crimen de los Hilos) ¿verdad? hablaba muy mal el castellano y yo ya estaba acostumbrado a hablar con toda clase de gente. Así que le expliqué nuestra situación, la familia donde la teníamos, en fin, y (que) nos habíamos fugado, y dijo: -Pues ustedes pertenecen al vicecónsul de Beziers, por la residencia que tienen, pero ¿con todo requiere.... requisición?.

A.A. Pero... ¿para qué los requerían los alemanes?

M.R. Para trabajar allí (en Alemania) o (para) matarnos en los hornos crematorios, como a tantos otros.

A.A. O sea, que se escaparon de milagro.

M.R. Claro. Y con ese documento del cónsul, el mismo capitán que nos había metido en la expedición nos hizo un documento para quedar libres allí en Francia. Y al volver al pueblo, pues fuimos a la comisaría, porque nos había dicho que mientras...

A.A. ¿Sabe algo de la represión franquista que hubo en Mas de las Matas?

M.R. ¡Hombre! Empezando por (que) matar(on) a mi padre...

A.A. ¿A cuantos mataron?

M.R. Pues cuando mataron a mi padre llevaron un camión. Creo que eran diez o doce.

A.A.  Los mataron  por el camino del soto, por el camino de Calanda

M.R. Por el camino de Calanda, en una finca que me parece que era de un tío mío, que debe ser de uno de los hijos, de los Maticas que decían, de la calle Mayor. El padre de esos era hermano de mi madre, y me parece que me dijeron que era en la finca de esos allí Debajo Acequia que llaman, por allí... Pues nada, los metieron ahí y...

A.A. Y luego encarcelaron a muchos también

M.R. Luego a otros los llevaron (a fusilar a otra parte). Como (a) Manuel Royo, ese que os dije que me dijo que él estaba con dinero para pagar las acciones si me (expulsaban del Centro Republicano). Eso... y Pedro Mir, me parece que a esos los llevaron a Teruel, me parece que los mataron en Teruel, a esos que eran más significados en el sentido de que habían sido los formadores del Centro Republicano. Esos ya eran (mayores) de la edad, que ya participaron (en la formación del grupo republicano). Porque el padre de esos Mir votaba siempre para Salmerón... Así que esos ya venían de lejos el ser republicanos... Como Salmerón fue uno de los presidentes de la Primera República, pues el padre de esos siempre votaba para Salmerón. Por eso, al más joven de esos hermanos que se llama... el que... tuvo ese hombre una casa de comidas allí frente al Centro, donde ahora hacen... El caso es que uno de los de esos, debe de ser, ese aún puede vivir, porque era mucho más joven que yo. Los otros no porque eran viejos... El caso es que esa familia fue de los que fundaron el Centro Republicano.

A.A. ¿Cuándo llegó la columna  de Morella al pueblo, hubo algún enfrentamiento?

M.R. No.

A.A. Ninguno, pero algunos de derechas huyeron ¿No?

M.R. ¡Ah! Eso es posible.

A.A.  Sé que algunos estuvieron en una cueva por ahí... en Ladruñán .

M.R. Es posible, pero no me enteré, o si me enteré no daría importancia, porque hay veces que ocurren cosas que uno no da importancia en ciertos momentos. (De) lo que si me acuerdo (es de) que me hablaron (de) eso, de que tenían... (de que) habían convenido en que pasara lo que pasara respetarse (las vidas). Pero resultó que subieron esos de Alcañiz y ahí ya mataron (a) uno que era de la familia de el Chato el Herrero, que llamaban, que tenía una hija maestra. Y la hija esta era maestra en las escuelas nuevas, en las escuelas esas... y eso lo lamentaron mucho porque los que estaban en la junta o Comité del pueblo eran contrarios a todo eso. Pero hubo alguien que debió de ir a Alcañiz a decirles a quien había que matar, porque generalmente hacían eso.

A.A. Y  del vaciado de la iglesia, y cuando se (incendió, dinamitó, etc.)...

M.R. ¡Eso no se...! Cuando yo fui ya lo habían hecho eso. Eso, según me dijeron, había sido más que nadie los de Alcorisa... Si, a esos me señalaron... Porque los de Alcorisa se dedicaron también a matar mucha gente y a hacer algo de estragos... los mismos de Alcorisa. Pero los que mataron a los primeros del Mas de las Matas eran de Alcañiz, y dio la casualidad de que uno de los que fue de... eso... como te he dicho, nos vimos en Marsella.

A.A. Y los archivos... ¿Cuándo se quemaron?

M.R. Los archivos se quemaron cuando la revolución del 33.

A.A. ¿En el 33?

M.R. Sí. Cuando yo subí a Casa de la Villa, al asomarme a la ventana vi la hoguera que había abajo ya, de todos los archivos... de lo que había en el juzgado que estaba en la planta. Y estaban tirando todo lo del primer piso... hasta iban a tirar las máquinas de escribir, cuando yo llegué, (y les dije): -¡Pero hombre, dejad ésto, que igual servirá para nosotros!. Si, es la fura (sic) esa de destruir. Hay personas que llevan en sí mismo el afán de destruir. Eso se quemó todo en el 33, cuando esa revolución que dice el folleto, que luego al estar aquí pues pensé que se prestaba mucho tal como se había desarrollado aquello para la propaganda, y por eso lo hice, porque creí que era bueno para la propaganda.

A.A. Mientras duró la Colectividad no había ayuntamiento en el pueblo ¿No?

M.R. Sí. El ayuntamiento... tenía que haber... o Comité, que llamaban.

A.A.  Era el Comité el que regía ¿No?

M.R. Sí, porque justamente cuando hacían la distribución, es decir... hicieron una estadística para hacer el reparto y saber la gente que había y lo que se necesitaba. Hubo una asamblea y me invitaron a que fuera. Era cuando yo andaba de propaganda, pero llegué al pueblo, tenían la asamblea y me dijeron: -Ven que hay ésto. Yo no intervine, porque al decir que medio kilo de pan por persona y no se cuanto de vino y todo eso hubo quien (dijo): -¿Y si yo tengo más hambre...? Esas cosas que... intervine yo y les expliqué... todo el pueblo estaba allí, toda la gente, que aquello era nada más (que) para una estadística, que significa para saber cuánto se necesitaba para poder abastecer a la gente, pero aquellos que no tuvieran bastante con medio kilo de pan se les daría el que necesitaran. Y el que tenía costumbre de beber medio litro (de vino) o eso se le daría medio litro, que era sólo... No era para imponer, sino para un cálculo de que la administración, el Comité, pudiera preparar todo lo que hacía falta para el pueblo. Y con aquello, pues ya se tranquilizaron, pero justamente intervine yo en ese sentido... que me invitaron a que fuera, como diciendo: -Si hablas tú... Y hablé, porque claro...

A.A.  Las Colectividades se disolvieron cuando llegó la 11ª División, que disolvió el Consejo de Aragón.

M.R. Sí, cuando llegó Líster con la 11 División y encarcelaron (a) unos quinientos presos. La última gestión que hice yo en el Comité Nacional, desde Valencia, fue la de sacar todos los presos. Hice un viaje, porque se presentó en Valencia el secretario del Comité Regional de Aragón, que era Aldanondo, se presentó en Valencia y me dijo: -Royo, vengo a que me busques un abogado para ver si se soluciona lo de los presos, que aquello no funciona.

A.A. ¿Fue Líster el que los encarceló?

M.R. Sí. Cuando (lo de) Líster se aprovecharon los contrarios a las Colectividades ¿verdad? para eso. Y fuimos a un café donde sabía yo que iba un abogado gallego, que se llamaba Suárez Picallo .....

A.A. ¿Del pueblo...?

M.R. No había más que uno preso, el Blas el Ribera, le llamaban.

A.A. ¿Solamente?¿Y éste, por ser del Comité?

M.R. No se porque sería. Se le ocurriría a alguien de señalarlo para que lo detuvieran, pero en aquella tanda... por había otros tres que no eran del pueblo y huyeron, que eran de Zaragoza, tres que esa es otra historia. Estaban en Zaragoza (cuando el levantamiento) y cuando fueron saliendo muchos, esos se quedaron en Zaragoza, y había un grupo dirigido por uno de Valderrobres que entraban a Zaragoza y ayudaban a salir a los que querían, salían por donde se podía salir, y encontraron a tres militantes vestidos con......

 

 

 

Lyon

Bruno Lladó

Agde

Juan Pey

Albers

Jesús Aldanondo

Bourg-Madame

Cristóbal Aldabaldetrecu

Argeles

Ortiz

Saint-Pons

Durruti

Beziers

Montseny

Montpellier

Familia Urales

Sete

Peiró

Mazamet

Eusebio Carbó

Vias

Llacer

Cuso-Mont-d'Or

Montejo

 

Los Ascasos

 

García Oliver

 

Ejarque

 

Francisco Muñoz

 

Ramón Andrés

 

Obregón

 

Brasó

 

Vilatela

 

Pedro Rico

 

Barriobero

 

Ricardo Fornells

 

Carlos Esplá

 

Marianet

 

Galo Díez

 

Manuel Amil

 

 

 

3

Yerbera

4

Pablo Pastor, Pedro Mir, Modesto el Trapo

11

Bruno Lladó

12

Juan Pey

13

Bruno Lladó

14

Perpiñán, Miguel Aguilar el Tabaqueras, Ramón el Pelao --- Pablo Pastor (padre de Alfredo), Pedro El Feliciano, Justo El Acero, que estaba casado con una prima hermana mía, otro Lamberto, Agustín el Virgós

15

Manuel Royo, el Manuel El de la Idea

16

Felipe El Guaja

17

Bar del Juliete, padre de Alberto Prats

20

Referencia a Joaquín Zurita

21

Benigno Castañer, en Poitiers, y Plácido Castañer

23

Otra referencia a Joaquín Zurita. Un hijo de uno que se llamaba Ciprés

25

Capel, Irineo, Vicente el Santana (socios del Centro), Gorreta (no)-----Andrés Mata

26

Eusebio Carbó, Ricardo Fornells, Carlos Esplá

27

Peiró

28

Llácer y Montejo

29

Pedro Rico, Barriobero

31

Peiró

34

Pedro Mir

36

Andres Mata, Ceferino el Marco

38

Alberto Prats

41

Sobre la figura de Jerónimo Mata

43

Zapatero padre de Copérnico, hijo de Pedro Peralta y Macario (comisión a Teruel)

44

Pedro Mir, Alberto Prats en la Comisión Gestora

45

Macario y Vicente el Santana en la Alfarda

46

Pablo padre de Alfredo, Pedro Mir, Agustín el Virgós, Lamberto, Blas Zapater el Rivera, uno que estaba casado con una prima mía, un cuñado de Celso, que se llamaba Justo----Juan Manuel Moliner

49

Federica Montseny, (la familia) Urales

50

Corneta, presidente del Sindicato de la CNT

51

grupo Los Solidarios que eran García Oliver, los Ascaso, Durruti

55

Ejarque, Ramón Andrés

56

Ejarque 

60

Juan Moliner, un hijo del tío Román de la plaza

62

Mazorras,  Mariano Sánchez Añón, y Chocolatero de Castellote

66

Obregón, Brasó

67

Vilatela

70

Ciprés, Magencio Ciprés en Mazamet----Mariano Sánchez en la Columna Jover

73

Muñoz

77

Largo Caballero

78

Nueva referencia a Joaquín Zurita

79

Cherechas (Saint-Pons)

82

Aldabaldetrecu, Durruti, Ortiz

83

Joaquín Molés y otro Antonio el Rondín (columna Ortiz). Ortiz, Ascaso

84

Francisco Jarque, Copas

85

Ortiz, Ascaso

87

Lorenzo Royo, Pedro Mir, Manuel Royo

90

Aldanondo. Blas Zapater, otros tres que no eran del pueblo y huyeron