El Sueño Igualitario

Recuperar la memoria de quienes soñaron con un mundo mejor para todos

 

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2 de agosto de 2006

 

SUMARIO

 

- La tabla de noticias

- La exposición fotográfica "Aragón en Guerra. Perfiles" en Robres

- Sariñena acogió la proyección de dos documentales sobre la guerra civil

- Proyectos y expedientes de Regiones Devastadas pasan al Archivo Histórico de Huesca

- Julián Casanova: "Tratamos de que el espectador de ‘La guerra filmada’ valore por él mismo"  

- El Gobierno de Aragón rindió homenaje en la Residencia de Estudiantes al guionista Julio Alejandro

- Alfons Cervera: “Cada vez hay más jóvenes que quieren saber sobre la República"

- Las trincheras de la Guerra Civil en Sarrión ya son visitables

- Fórnoles recupera la casa natal del escritor Braulio Foz
- El Centro de Estudios del Jiloca recupera la figura y obra del ilustre liberal Isidoro de Antillón

- Entrevista a Juan Carlos Ferré, presidente de la ARMHA

- Paloma Aguilar / Julián Casanova: “No se puede parar la recuperación de la memoria de las víctimas de Franco”

- La Delegación del Gobierno en Aragón abre sus archivos

- Agustín Remiro, la historia de un jornalero con un ansia desbocada de libertad
- Carme Casas: “Con la guerra se desmontó toda mi vida”

- Historiadores de tres generaciones recuerdan la contienda
- "Lágrimas rojas" recuerda a los españoles que acabaron en los campos nazis
- Ramón J. Campo presentó en Zaragoza su libro “La estación espía”
- Luis Serrano Pardo: "La II República encarna el esplendor de la imprenta en libertad"

- La memoria histórica, por Cándido Marquesán Millán

- 18 de julio, por Jesús Cirac

- Historia y memoria, por Pilar de la Vega

- Huesca, San Lorenzo, 1936, por Víctor Pardo Lancina

- José Oltra, fotografo de guerra, por Manuel Benito Moliner

- La Iglesia se volcó con los golpistas, por Julián Casanova

- “Las Hurdes de Cinco Villas. Impresiones de viaje” (1933)

- “Temps dificils, som independents”. Sobre el asociacionismo obrero en la Litera, por Alfredo Pérez Meler

- Mujeres contra la guerra y el fascismo, por Manuel Ballarín

- Sobre el aviador Antonio Salueña Lucientes “Pintamantas”, por José Luis Ledesma

- El ocaso de la II República en Teruel, por Silvia de la Merced

- Walter: un general polaco en Grañén, por Manuel Benito Moliner

- Una guerra poco civil, por Julián Casanova

 

 

- Proyecto de ley por la que se reconocen y amplian derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura

 

- Reacción de Amnistía Internacional al Anteproyecto de Ley

- Comunicado de la Comissió de la Dignitat ante el proyecto de Ley

- Un estudio jurídico del gobierno catalán juzga factible anular los juicios de Franco

- El Consejo de Europa condena el franquismo e insta a España a honrar a sus víctimas

- Barcelona recuperará las baterías antiaéreas de los Tres Turons
- Dos vecinos de Alpicat crean un registro virtual de los muertos en la Guerra Civil

- “Nuestra Guerra Civil”: la recuperación de la memoria histórica también pasa por el comic

- Juegos contra Hitler: una exposición recuerda la Olimpiada Popular de Barcelona de 1936

- La Garriga abre primer refugio Guerra Civil convertido en museo

- La Pedrera exhibe 40 pinturas inéditas de Ramón Gaya 

- María Salvo: “Barcelona era una fiesta aquel 18 de julio"
- Marc Recha estrena “Días de agosto”, una road-movie con la memoria de la guerra como fondo

- Constituyen en Orihuela la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica

- José Pellicer: el Supremo rechaza anular la sentencia por la que un dirigente anarquista fue fusilado

- El itinerario de la infamia en Palma de Mallorca

- Pamplona, campo de concentración

- La exposición “Irún 1936” recuerda el incendio de la ciudad al comienzo de la Guerra Civil

- El archivo de la memoria histórica de Gijón empieza a recuperar documentos

- El “Barco da memoria” recorre la costa gallega para mostrar la represión franquista en las poblaciones marítimas

- La Barraca vuelve a la carretera: cuatro grupos de teatro universitario recuperan el proyecto itinerante de la República

- Sobre el libro “Rouges. Maquis de France et d'Espagne. Les guérilleros”

- El Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca costará 17 millones y estará en marcha en 2010

- 18 de julio: las cicatrices de la memoria, por José Antonio Martín Pallín

- Ahí están todos, por Jordi Pujol

- Los exiliados de 1936, por Albert Manent

- Mi curriculum en la República, por Marta Mata Garriga

- Dos visiones de la guerra civil, por Andreu Mayayo

- El proyecto de ley de afectados. La Irrecuperable Historia, por Antonio Cruz González

- El régimen fascista de Franco, por Carlos Jiménez Villarejo

- Empacho de memoria, por Isaac Rosa

- España debe levantar el manto de silencio, por Antony Beevor

- La vuelta a la tortilla, por Javier Pradera

- Los juicios de la dictadura, por José Antonio Martín Pallín

- Luz entre tinieblas, por Antonio Elorza

- Medias verdades, por Andrés Trapiello

- Memorias en lugar de memoria, por Santos Juliá

- ¿Nacionalistas o golpistas?, por Vicenç Navarro

- Represión, miedo y silencio: la Desmemoria Histórica, por Enrique González Duro

- ¿Legislando la memoria?, por Luis Arias Argüelles-Meres

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La tabla de noticias

 

Manuel Montorío “Chaval”

Borja

Con motivo de los trabajos de preparación del Diccionario Biográfico, el Centro de Estu­dios descubrió la existencia de un borjano que residía en Pra­ga desde hacía muchos años. José Manuel Montorío Gon­zalvo nació en Borja el 23 de diciembre de 1921. Al quedar huérfano de padre, la familia se trasladó a Barcelona en 1930. Allí le sorprendió la Gue­rra Civil y, al término de la mis­ma, se exilió en Francia. Du­rante la Segunda Guerra Mun­dial combatió con la 31 ª Brigada de Guerrilleros Espa­ñoles. En 1945 fue enviado a Es­paña. El "Chaval" o "Ángel", co­mo era conocido, formó parte de la Agrupación Guerrillera de Levante que llegó a mandar, siendo responsable de su eva­cuación en 1952. José Manuel Montorío reside, de nuevo, en su ciudad na­tal y la Agrupación Socialista de Borja le rindió un homenaje el día 2 de junio, en la Casa de Aguilar. En el mismo acto fue inaugurada una exposición de su obra pictórica y de las ma­nualidades que realiza. Tras las palabras de bien­venida del Presidente del Cen­tro, intervino D. Eduardo Arilla, Secretario de la Agrupación Lo­cal, concejal del M.1. Ayunta­miento de Borja y Consejero de Medio Ambiente del Consejo Comarcal. Tras varias interven­ciones cerró el acto el home­najeado que relató sus anti­guas vivencias y los problemas encontrados en su retorno. Al final la Agrupación So­cialista ofreció un vino de ho­nor, y le hizo entrega de un gra­bado que representa el Arco de la Carrera como símbolo de es­te esperado retorno. Fuente: Centro de Estudios Borjanos

 

Taller empleo restos GCE

Monegros

Diez alumnos, junto a un director de taller y un maestro albañil, están trabajando en el taller de empleo “Musealización de construcciones militares de la Guerra Civil española”, puesto en marcha por la comarca de Los Monegros y financiada por el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem,) con 189.685 euros. El taller tiene una duración de un año y está especializado en albañilería con contenidos de pintura. Los alumnos, 4 mujeres y 6 hombres, alternan dos horas de formación teórica y el trabajo práctico. Tienen edades comprendidas entre los 25 y 55 años y proceden de diversas localidades monegrinas, como Sariñena, San Lorenzo del Flumen, Orillena, Alcubierre, Lalueza y Sodeto. Todos ellos eran desempleados y, precisamente, el objetivo del taller es dotar a los alumnos-trabajadores de las capacidades formativas, teóricas y prácticas para conseguir su inserción laboral. Fuente: Diario del AltoAragón

 

Callosa de Segura

Una placa donde aparecen los nombres de veinte militantes comunistas fusilados tras la Guerra Civil fué descubierta en la sede del PCE de Callosa de Segura, reuniendo a familiares y militantes y con motivo de los actos de recuperación de la Memoria Histórica. La secretaria general del PCPV, Marga Sanz estuvo presente abogando por la dignidad de las víctimas y sus derechos y en reconocimiento a su lucha y trabajo por sus ideales y por la libertad. Algunos familiares leyeron cartas que estos comunistas escribieron antes de su ejecución y pidieron conocer la verdad en torno a sus muertes, exigiendo al Gobierno el reconocimiento por su lucha en este año 2006 donde las Cortes lo han declarado como el año de la Memoria Histórica. En Callosa se ha creado una plataforma, de la que forman parte partidos y asociaciones de izquierdas, que pretende que en el Cementerio de Alicante donde se hallan los restos de estos callosinos, en fosas comunes, se erija un monolito en su memoria y en defensa de sus ideas y lucha por la libertad y la democracia. Abogaron por la instauración de la República y una bandera republicana cubría la placa en donde se homenajea a este grupo para perpetuar su memoria, destacando las familias que no tienen ánimo alguno de revancha sino que se recopilen datos y desaparezcan todos los procesos abiertos contra estos militantes republicanos que por defender el gobierno establecido fueron fusilados por el régimen franquista. http://bajo-segura.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1832&Itemid=2

 

El Consejo de Aragón

Caspe

Contribución al estudio de la Historia de Aragón EL CONSEJO DE DEFENSA 1936/1937

CASPE  -  5 de Agosto

Mañana : de 10h30 a 13h30      

Memoria Histórica

Francisco Carrasquer, Jesús Cirac Febas, Martín Arnal, Alejandro  Pascual, José Luís Ledesma, Abel Paz

Poesía  de Antonio Machado  por  Marisol Costa                                                          

Tarde :  de 16 h a 19 h             

Homenaje a sus padres de  hijos de  resistentes republicanos

Joaquín Ascaso, Suno Navarro, Floreal Villanova, Zeika Viñuales

Poesía  de Antonio Machado  por  Marisol Costa

 

Instituto Cervantes

Munich

El Instituto Cervantes de Munich organizó los días 13 y 14 de julio el congreso internacional “La Guerra Civil española en la Era de la Guerra Total”. Además hasta el 25 de agosto ofrece la muestra “Carteles de la guerra 1936-1939”. http://www.cervantes-muenchen.de/de/02_kultur/archiv/02_2006/guerraCivil.htm

 

DESPAGE

La web DESPAGE sigue publicando biografías de mujeres republicanas en su apartado “Nuestra Historia”, las últimas dedicadas a Teresa Claramunt y Teresa Mañé.

www.nodo50.org/despage

 

Comunicado AGLA-AGE

COMUNICADO ENCUENTRO GUERRILLERO EN CONTRERAS

Los días 21 y 22 de julio ha tenido lugar un encuentro de guerrilleros  en la Venta de Contreras. Enclave representativo de los combates que los combatientes de la AGLA  sostuvieron por tierras de Cuenca.

El anfitrión de este encuentro, Fidel García Berlanga, ha estado apoyado por las asociaciones AGLA y AGE y por numerosos asistentes que han acudido para atender las manifestaciones de los guerrilleros acerca del proyecto de Ley de la Memoria que pretende aprobar el gobierno socialista en próximo consejo de ministros.

Acordaron no admitir una Ley que no contemple la anulación de los consejos de guerra franquistas, que no reconozca jurídicamente a las víctimas del franquismo y que no siga un protocolo de actuación refrendado por Derechos Humanos internacionales con respecto a exhumaciones, no aceptar ninguna reparación económica ni de ningún otro tipo que no vaya acompañada previamente de su reconocimiento jurídico como últimos soldados que defendieron la República desde sus posiciones de guerrilla antifranquista. Además siguieron requiriendo del gobierno la apertura de los archivos de la represión y su necesario tratamiento adecuado a la consulta pública.

Las asociaciones de memoria AGLA y AGE firmarán próximamente un protocolo de hermanamiento en el que se establecen, entre otras cosas, convocar periódicamente cada cuarto sábado de junio un encuentro guerrillero en la Venta de Contreras y otro encuentro el tercer domingo de octubre, como así se hizo el pasado año, en el monumento de Santa Cruz de Moya.

Fdo. Los guerrilleros de AGLA y AGE

 

Llanes 2006

“De los niños de la guerra a los nietos de la memoria” (1936-2006)

Llanes, 23 al 25 de agosto
Director: Jose María Naharro-Calderón
Programa
23 de agosto
18:00-18:30 Presentación del curso María Antonia Echevarría, Concejala de Cultura, Ayuntamiento de Llanes, José María Naharro-Calderón
18:30-19:45 "Reflexiones sobre las memorias y el futuro". Juan Gutiérrez
20:00-22:00 Película: “Celui qui chante son mal enchante” de Linda Ferrer Roca (2005). Diálogo con Linda Ferrer Roca.
24 de agosto
13:00 Visita a la fosa de Turanzas
18:00-18:45 Sobre la memoria en el Concejo de Llanes José Luis Villaverde Amieva
19:00-19:30  La fosa de Turanzas "Foro por la Memoria del Oriente de Asturias"
20:00-22:00 Película: “Santa Cruz, por ejemplo” (2005) de  Günter Schwaiger y Hermann Peseckas. Diálogo con Günter Schwaiger.
25 de agosto
11:30 Recorrido por los escenarios de la batalla del Mazuco
18:00-19:15 "De memorias" Horacio Vázquez Rial
19:30-21:30  Sobre las memorias: pasado y futuro: José Antonio Alonso, Raquel Arto,  Elena Aub, Libertad Alvarez Suarez, Jesús de Cos, Juan Angel Landabaso Angulo, Felipe Matarranz, Jean Vaz.
21:30 Clausura del Curso
José María Naharro-Calderón
Dolores Álvarez Campillo, Alcaldesa de Llanes
Participantes: José Antonio Alonso, Comandante “Robert”, Libertad Alvarez Suarez, "Niña de Rusia, Raquel Arto, "Asociación Memoria andando”, Elena Aub, "Movimiento español 59", Jesús de Cos, Guerrillero antifranquista, Linda Ferrer Roca, Cineasta, "Foro por la Memoria del Oriente de Asturias", Juan Gutiérrez, Miembro de la "Asociación 11M Afectados Terrorismo" y  fundador de "Gernika Gogoratuz, Centro de Estudios por la Paz". Juan Angel Landabaso Angulo, "Niño de Rusia", Felipe Matarranz, Combatiente del Ejército de la Segunda República Española, Günter Schwaiger, Cineasta, Horacio Vázquez Rial, Escritor, José Luis  Villaverde Amieva, Responsable del "Foro Veneranda Manzano", Jean Vaz, "Asociación Memoria andando”
PARA MÁS INFORMACIÓN:
Casa Municipal de  Cultura de Llanes
ccllanes@netcom.atodavela.com

 

Prats de Molló

Del 6 al 13 de agosto, se puede visitar en la escuela pública de Prats de Molló (Francia) una exposicion de varios documentos originales de la guerra y de la post-guerra: viñetas politicas y locales, postales, documentos de propaganda de las dos partes, documentos del exilio, militantes durante el exilio, exposicion de 60 fotos de la CNT de Perpiñan, diarios de la guerra, etc... Patricklluis@aol.com

 

“Sólo una larga espera”

Sender

De Mèxic al cel

Ignasi Aragay (Avui)

L’amic Javier Quiñones fa uns dies em va fer a mans el recull de contes de l’exili republicà seleccionats per ell i reunits al llibre “Sólo una larga espera”, publicat a Palència per l’editorial Menoscuarto. Entre d’altres, inclou textos d’autors com Francisco Ayala, Max Aub, Rosa Chacel, Ramón J. Sender  i, traduïts al castellà, de Mercè Rodoreda i Pere Calders. En aquest últim cas, alguns dels seus genials microrelats. DeMax Aub, m’ha cridat l’atenció –el mateix Quiñones el recomana a la introducció–La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco, publicat per primer cop a Mèxic el 1960. Aub se’n fot de les picabaralles dels exiliats: el cambrer d’un cafè, fart de suportar les discussions dels seus compatriotes, decideix tornar a Espanya i matar el dictador. Cosa que aconsegueix. Però en retornar, s’adona que els vells exiliats segueixen al seu lloc, igual de pesats, i que a més se n’hi han afegit de nous, aquest cop franquistes, que van al mateix cafè i també es relacionen a crits. Al pobre cambrer no li queda més remei que deixar la feina. No em resisteixo a aplicar la història al nostre present. Com que ja no podíem més, vam decidir matar el vell Estatut del 79 i ens en vam fer un de nou que havia de solucionar les nostres misèries. Però no, ja veieu que seguim com sempre: tirant-nos els plats pel cap. El nou Estatut alimentarà unes quantes dècades més la malaltissa relació amb els entranyables veïns espanyols. Jo faria com el cambrer de Max Aub, deixar-ho córrer. I parafrasejant el Pere Calders del conte El final, “aleshores, sense el pes de la carn [l’Estatut], em sentiré deslligat de mans. I, si finalment n’hi ha, aniré al cel [la independència], on passaré una llarga temporada”.

http://www.menoscuarto.net/

 

Córdoba

La Diputación de Córdoba va a colaborar con el Foro Ciudadano para la Recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía con el fin de rescatar la memoria oral y visual de los acontecimientos ocurridos durante la Guerra Civil española y los años siguientes. Esta colaboración se va a plasmar en un convenio, que recoge también la necesidad de recuperar el patrimonio documental institucional y ciudadano de esa etapa y la puesta en marcha de actuaciones encaminadas a la recogida de testimonios de supervivientes de la Guerra Civil. La localización de restos de los desaparecidos y la puesta en valor del patrimonio cultural de la época son otros de los objetivos de este convenio. Para llevar a cabo estas actividades, la Diputación de Córdoba va a destinar un presupuesto de 35.000 euros. Fuente: Diario de Córdoba

 

Mestelrich

Edicions Documenta Balear ha publicado el libro “Mestelrich. Memorias de un equilibrista” en el que el artista circense Miguel Estelrich (1913-1982) relata entre otros temas su participación en la Guerra Civil.

 

“Guernica”

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, ha reiterado en Irún (Guipúzcoa) que el "Guernica" de Picasso no viajará a Euskadi para ser expuesto en el Guggenheim de Bilbao, como han reclamado diversas instituciones vascas, pero ha ofrecido al museo bilbaíno la posibilidad de exponer los bocetos del pintor malagueño. Calvo ha hecho esta oferta en declaraciones a los periodistas durante la inauguración del nuevo Museo de la Romanización del Golfo de Vizcaya, Oiasso, en la que también participaron la consejera vasca de Cultura, Miren Azkarate, el diputado general de Guipúzcoa, José Joan González de Txabarri, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, y el alcalde de Irún, José Antonio Santano. Al evento han acudido también políticos como los representantes socialistas en el Congreso Manuel Huertas y en el senado Alberto Buen, la presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil, y la diputada de EA, Begoña Lasagabaster. Momentos antes de la inauguración, Carmen Calvo ha explicado que su Ministerio y los expertos se han pronunciado "reiterada y unánimemente" hace" muchos años" sobre la posibilidad de trasladar el "Guernica" viaje a Euskadi y han llegado a la conclusión de que el cuadro "no está en condiciones de viajar". Tras recordar que esta obra de arte "es un elemento del patrimonio histórico común de todos los españoles" y "una donación expresa al pueblo español que hizo Picasso ", la ministra ha asegurado que su negativa a mover esta pintura no responde a motivos políticos. "Las razones técnicas son las que priman en este caso", ha aclarado la responsable de Cultura, al tiempo que reiteró su voluntad de "cooperar" en esta materia con las instituciones vascas a las que ofreció llevar al Guggenheim "la colección completa de todos los bocetos del 'Guernica' que hizo Picasso , que en sí mismos ya son un verdadero tesoro". "Es un compromiso y una fórmula de cooperación que hasta ahora no había existido, para que quede clara nuestra voluntad de estar y de participar, pero la pieza no puede viajar y esa no es una decisión política. Quiero que lo entienda todo el mundo", ha recalcado Calvo. Además ha dicho que el Picasso "no puede correr ningún tipo de riesgo" e insistió en que los bocetos viajarán a Euskadi "si el Guggenheim quiere". Fuente: EFE

 

Tarragona en los “papeles”

El 20 de julio tuvo lugar en el Museu del Montsià la presentación del libro “Paraules de guerra. Tarragona als Papers de Salamanca” de Xavier Fernández José y Isidre Virgili i Pons, publicado por Arola Editors.

 

La Barraca

Canfranc

La obra de teatro clásico “El burlador de Sevilla”, de Tirso de Molina, se representó en Canfranc por parte del Aula de Teatro de la Universidad de Valencia. La obra forma parte del repertorio del proyecto Rutas de la Barraca 2006, integrado también por otras piezas clásicas. Rutas de la Barraca, diseñado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), es un proyecto cuyo objetivo es “rendir un homenaje a la agrupación que, encabezada por Federico García Lorca, cambió de manera sustancial la escena española a partir de la II República”, explican sus responsables. En este sentido, “La Barraca, junto a las Misiones Pedagógicas de Alejandro Casona, y El Búho, Teatro Universitario de Valencia, dirigido por Max Aub, forman un triángulo fundamental para el conocimiento del teatro español de ese tiempo, además de haber supuesto la más profunda reflexión sobre muy diversas cuestiones, como el tratamiento de los autores clásicos, o las formas de puestas en escena populares, llevadas a cabo con pocos medios”. Fuente: Diario del AltoAragón

 

Calatayud

El Ayuntamiento de Calatayud rechazó una moción, presentada por el grupo socialista, en la que se solicitaba que el 2006 fuera declarado "año de la memoria histórica", en referencia al setenta aniversario de la guerra civil. La intención del PSOE era "realizar un sencillo pero sincero homenaje a todas aquellas personas que decidieron dedicar su vida a que llegara la democracia y la justicia social". La moción recibió seis votos favorables del PSOE y Chunta, y ocho desfavorables de los miembros del grupo popular. Fuente : El Periódico de Aragón

 

CESBA

Calaceite

Raimundo Suñer

El Centro de Estudios Baoaragoneses (CESBA) ha publicado “De Calaceite a Mauthausen. Memorias de Raimundo Suñer”, un libro que recoge los recuerdos de este vecino de Calaceite que fue alcalde de la localidad, tuvo un papel militar relevante durante la Guerra Civil en la comarca y vivió las penurias del campo de exterminio nazi de Mauthausen. La transcripción y comentarios han corrido a cargo de Miquel Blanc. La obra constituye la sexta entrega de la serie “Memorias Bajoaragonesas”, del CESBA, de la que también han sido protagonistas personajes como el médico e investigador Galo Leoz, y vecinos de la comarca que han volcado en hojas de papel sus interesantes vivencias. Ricard Vinyes, que prologa las memorias de Raimundo Suñer, destaca que en los últimos años ha emergido en la sociedad un consenso de memoria que permite aflorar relatos de quienes constituyeron la base social de la democracia republicana. Suñer escribió sus memorias al acabar la dictadura. Quedaron inacabadas por su fallecimiento en 1976 y han estado guardadas 31 años hasta su publicación ahora por el CESBA. Por las páginas del libro desfilan su infancia y juventud, su militancia en la Izquierda Republicana y el periodo en que asumió la responsabilidad municipal de Calaceite. Su incorporación al frente, y los avatares que le llevaron al exilio, al cautiverio en los campos franceses y, después, a los campos de exterminio nazi, constituyen igualmente el núcleo de la obra. Fuente: Heraldo Teruel

 

Comunidad de Albarracín

El Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín ha editado el número 3 de su revista “Rehalda”. Dentro de la misma figura un artículo titulado “Elecciones y II República en al Sierra de Albarracín” cuyos autores son María Dolores Saz Aguilar y Pedro Saz Pérez. http://www.cecal-sierradealbarracin.com/

 

Desclasificación documentos

Galicia

El portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG) en el Congreso, Francisco Rodríguez, considera necesario que el Gobierno ordene la desclasificación de todos los documentos sobre la Guerra Civil y la represión franquista que, setenta años después del inicio de la contienda, aún tienen carácter reservado. Rodríguez aboga por esta desclasificación en una pregunta parlamentaria que ha dirigido al Gobierno, y a la que tuvo acceso Europa Press, en la que se interesa por la posibilidad de que el Ejecutivo tome alguna medida en este sentido. Según explica Rodríguez, en algunos archivos, tanto militares como de otro tipo, todavía siguen existiendo "materias reservadas". Cita, en concreto, el caso del Archivo de la Administración General del Estado de Alcalá de Henares (Madrid) que alberga, por ejemplo, fichas policiales e informes de la Guardia Civil de esa época. "Urge que toda la documentación relativa al alzamiento militar y la Guerra Civil, con todas sus consecuencias, sea desclasificada y de acceso libre a los historiadores y colectivos que vienen trabajando duramente para conocer la historia", demanda Rodríguez, quien añade que "es de justicia que las víctimas y sus familiares puedan conocer los nombres de todos los agentes que participación en la represión". Por todo ello, pregunta al Gobierno cómo se explica que "después de 70 años, aún sigan existiendo "materias reservadas" sobre este asunto y si tiene previsto desclasificar "todos los documentos" de los archivos militares y civiles "para que se pueda conocer realmente la verdad histórica". Precisamente, el Gobierno tiene previsto aprobar en el Consejo de Ministros del próximo viernes un paquete de iniciativas sobre recuperación de la memoria histórica, que incluye el informe sobre la situación de los archivos que contienen información sobre la Guerra Civil y la dictadura, elaborado por la Comisión Interministerial encargada estudiar la situación de las víctimas de esa etapa. Fuente: Europa Press

 

Cinespaña

Toulouse

Martín Patino

Los cineastas españoles Basilio Martín Patino y Alex de la Iglesia serán objeto de retrospectivas de su obra en la XI edición del festival Cinespaña de Toulouse, que dedicará además una jornada a la filmografía en torno a la Guerra Civil española. Martín Patino recibirá un premio a toda su trayectoria de manos del antiguo ministro español de Cultura, Jorge Semprún, padrino de esta cita que comienza el próximo 29 de septiembre con la proyección de 'Princesas', de Fernando León de Aranoa. Cinespaña dedicará una jornada al setenta aniversario de la Guerra Civil española, en la que se proyectarán películas antiguas y recientes sobre el conflicto, mientras que historiadores españoles y franceses analizarán 'las conquistas de la Segunda República española'. En esta mesa redonda participarán el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Elorza, y el profesor de la Universidad de Gerona Angel Duarte, entre otros. Fuente: Terra

 

Instituto Cervantes

Nueva York

El Instituto Cervantes de Nueva York, el Graduate Center CUNY y la Hispanic Society of America organizan del 27 al 29 de septiembre el Coloquio  “Antes y después
de la Guerra Civil española: la respuesta de las Américas”. http://web.gc.cuny.edu/hispanic/events/20060928/index.html

 

La Barraca

Canfranc

Ayerbe

La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales celebra los 75 años de la creación del grupo de teatro universitario “La Barraca” que nació bajo la dirección de Federico García Lorca. Con ocasión de este aniversario, cuatro compañías de teatro recorrerán este verano todas las ciudades y pueblos que visitara La Barraca en sus cuatro años de existencia: los grupos universitarios de teatro de las Universidades de Santiago de Compostela, de Murcia, de Valencia y de la Universidad Carlos III. Las obras representadas serán: El caballero de Olmedo, Entremeses de Cervantes, Fuenteovejuna y El burlador de Sevilla. Las representaciones tendrán lugar a lo largo del mes de julio comenzando el día 6 de julio en Almagro dentro del Festival de teatro y continuaran por todas las comunidades autónomas hasta representar más de 60 funciones. La compañía de teatro de la Universidad de Valencia representó en Canfranc “El burlador de Sevilla” de Tirso de Molina el 8 de julio y el grupo de la Universidad de Murcia representó “Fuenteovejuna” el 18 de julio en Ayerbe. Este programa cuenta con la colaboración del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.

 

Estatua de Franco

Zaragoza

Franco será recordado "de forma discreta", probablemente mediante un retrato, en la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, de la que fue primer director entre 1927 y 1931, según fuentes de Defensa. Desaparecerá, sin embargo, la gran estatua ecuestre emplazada ante la fachada principal. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, ha dado instrucciones para que se "remueva" a corto plazo el monumento al dictador que preside el principal centro de enseñanza del Ejército de Tierra. Las fuentes consultadas indicaron que es probable que el traslado se haga durante las vacaciones de verano. En febrero de 2005, la Comisión de Defensa del Congreso instó al Gobierno a retirar la estatua de Franco "durante el presente curso académico-militar"; es decir, antes de julio pasado. Pero Defensa dio largas al asunto con el argumento de que la propia resolución aludía a los trabajos de la comisión interministerial sobre víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, que se han prolongado. Sin embargo, Alonso subrayó que en un centro tan emblemático como la Academia de Zaragoza deben estar los símbolos constitucionales (la bandera y el escudo de España), "que no son estatuas de Franco". Durante su comparecencia en el Senado, el ministro replicó al portavoz del PP, Alejandro Muñoz Alonso, que, "si nos creemos la convivencia democrática de España, no podemos convivir con símbolos que apelan a lo contrario". El problema es qué hacer con la escultura, donada en su día por instituciones aragonesas. Provisionalmente, podría "removerse" y ubicarse en un lugar de la propia academia menos visible al público. La estatua ecuestre que Franco tenía en Ferrol, su localidad natal, acabó en el arsenal militar. Fuente: El País

 

El florido pensil

Alcañiz

El Festival de los Castillos de Alcañiz comenzó su andadura con Tanttaka Teatroa que puso en escena El florido pensil. Memoria de la escuela nacional católica, de Andrés Sopeña. Esta obra que nació en 1996 aunque ha vuelto a los escenarios diez años y, ha conseguido premios como el Ercilla, el mejor espectáculo nacional de Valencia y estuvo nominado a los premios Max de mejor Espectáculo en 1998 y 1999 y consiguió el galardón a la mejor adaptación teatral un año después. El florido pensil cuenta sustancialmente las vicisitudes de una cuadrilla de muchachos sometidos a la absurda e ilógica brutalidad del sistema educativo que dominó la España de la postguerra. Sus protagonistas irán descubriendo al espectador un fresco en el que se sucederán los escenarios de la acción; en primer lugar la escuela --centro de operaciones fundamental para la propaganda del ideario fascista-- y más tarde, el resto de las tribunas desde donde el régimen mandaba sus señales de apoyo: el cine de barrio, la radio familiar, la iglesia y la prensa, representada aquí por el aparentemente inofensivo tebeo. El espectáculo incluye también una variada e interesante avifauna de personajes en los que se mezclan héroes del cine y del cómic con casposos maestros, jovencitos más o menos espabilados con curas de aliento tonante, y voces de nombres míticos cuyos rostros nos ha robado la historia: Matías Prats, Pedro Pablo Ayuso, Matilde Conesa. La obra está representada por cinco actores adultos que sufrieron en sus carnes las dentelladas de la des (educación) nacionalcatólica y que y que se ocupan de todos los personajes. La distancia entre actores adultos/personajes infantiles, sirve para desgranar las dudas, la incomprensión, y sobre todo la tremenda perplejidad que surge de la aplicación de lógica infantil a la desmesura ideológica de la educación del régimen. Con estos ingredientes, no es de extrañar que la temática de la obra gire en torno a las posibilidades de vivir holgadamente en el futuro y cuestione la ridícula predestinación divina depositada en la nación española como salvaguarda de los valores morales en el mundo de la época. Fuente: El Periódico de Aragón

 

Mujeres de la República

Cantabria

El sábado 8 de julio se inauguró en Revilla de Camargo (Cantabria) el primer monumento dedicado en España a las mujeres que sacrificaron sus vidas por la República, financiado integramente por Jesús de Cos Borbolla y hermanos. Inició el acto Jesús de Cos, delegado de AGE en Cantabria, guerrillero antifranquista e hijo y sobrino de republicanos assinados por los nazis en Mauthausen; a continuación Dolores Cabra, Secretaria General de AGE fue presentando a los representantes de instituciones asistentes como la Vicepresidenta Primera del Parlamento de Cantabria, Purificación Sáez, el Teniente de Alcalde de Camargo, Isidoro Noriega, la Secretaria General de UGT, Mª Jesús Cedrún, la Presidenta de la Asamblea de Mujeres de Cantabria, Marta Peredo y diversos colectivos y asociaciones. El acto finalizó con la lectura de un hermoso texto por parte del poeta Antonio Casares, que también ha colaborado con un poema que aparece reflejado en el monumento.

 

Torrero, historia de una cárcel

El 28 de junio se emitió el documental "Torrero, historia de una cárcel" en Aragón Televisión. En el mismo se repasa la historia de la cárcel de Zaragoza. La cárcel de Torrero es mucho más que un edificio viejo y abandonado. Tras sus muros se han vivido los principales acontecimientos sociales e historicos del siglo pasado, pero siempre ocultos para la sociedad. En este trabajo se repasa desde el triste papel que jugó esta cárcel durante la guerra civil y la posguerra, así como la entrada de la droga en la cárcel y la plaga del SIDA. En este documental que prescinde de la voz en off son los testimonios son los que dibujan su historia. Este trabajo dirigido y escrito por Mirella Abrisqueta, realizado por Jose Angel Delgado, grabado por Josema Herraiz, con música de emilio Larruga, maquillaje y peluquería de Esperanza López y el asesoramiento de Santiago Algora fue posible gracias a la ayuda del departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón así como a la colaboración de un montón de amigos. Fuente: Santiago Algora

 

El 18 de julio desde Argentina

70 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO DE FRANCO.

Homenajear esta fecha no sería la palabra a utilizar, sino repudiar el 18 de julio al golpe de estado que finalizó con las esperanzas del mundo.

Nuestros queridos milicianos, acompañados de valores e ideales lucharon para defender un gobierno legítimamente constituído, dispuestos a morir con honor y orgullo. Fue y es la causa de la libertad. Nada era más importante que defender.

Este sueño libertario quedó trunco el 18 dejulio. Franco y sus secuaces se levantaron en armas contra nuestra querida República, y luego de baños de sangre, derrotaron a sus defensores y en consecuencia la voz del pueblo acallada.

El silencio , el atraso, el regreso a la Edad Media, la cruzada de Franco, los batallones de trabajadores, los fusilados enjuicios sumarísimos formaron parte de la postguerra.

Transcurrieron 70 años, sí, pero seguiremos recordando.

De los tres pasos quelos derechos humanos nos enseñan a perseguir: MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, apenas comenzamos con la MEMORIA...la JUSTICIA NO LLEGA...

Si pensamos que para declarar el año 2006 como DE LA MEMORIA HISTORICA, los diputados socialistas "confundieron el proceso", "no sabían lo que votaban" (dicho por ellos mismos) y por supuesto, el trámite urgente no se aprobó...y otra vez a Senadores...

La ineficiencia, el disparate, se suma a la derecha. Pero no bajaremos los brazos. Porque aquellos que dieron sentido a su vida, con coraje y fe en la humanidad, no pueden, no deben ser defraudados.

Vaya nuestro repudio al cumplirse los 70 años del golpe de estado de Franco.

DESDE BUENOS AIRES. REPUBLICA ARGENTINA.

INES GARCIA HOLGADO

Y conmigo muchos otros, que no se expresan por escrito, que no tienen accesoa web, que son parte de la MEMORIA HISTORICA pero prefieren no hablar, aquellos exiliados que han sufrido mucho y no quierenrecordar...

 

GCE en Ribagorza

El Centro de Estudios Ribagorzanos ha comunicado que la presentación del libro “La memoria de la Guerra Civil en la Ribagorza” prevista para el 5 de agosto en Luzás ha sido suspendida por razones técnicas de edición posiblemente hasta otoño.

 

Centro Estudios Ribagorzanos

El Centro de Estudios Ribagorzanos ha editado el número 3 de la revista Ripacurtia que recoge las ponencias presentadas en sus terceras Jornadas de Estudio celebrada en Campo en julio de 2005 con el tema “La mujer: referente social y cultural en el Pirineo”. Entre los artículos figuran los siguientes:

-          Las mujeres de los presos políticos del franquismo. Protagonistas de una represión indirecta, por Irene Abad Buil

-          L’exili pirinenc cap a França: el cas de una familia ribagorçana segons la correspondència femenina (segles XIX y XX), por Oscar Jané

http://www.cerib.org/

 

Goigs a Sant Pancraç

Alestrinx

Goigs a Sant Pancraç (Teatre-Musical - Drama històric)

Clara Ribatallada i Jordi Pedrós formen El Gall Roig. Com a companyia és el primer espectacle que presenten, però tant la Clara com a acordionista ( Les Violines, Bidònia, La Vallesana…), com en Jordi com a actor (P.M. Sense Companya, P'cats Teatrals, Pallassos Perillassos…) tenen una llarga experiència .
Goig a Sant Pancraç és la culminació d'un encàrrec que va rebre Jordi Pedrós. Es tractava de fer una obra de teatre sobre aquells lluitadors tan nostres i que tant han sofert l'oblit històric: els maquis. I ara, un any desprès d'aquell encàrrec, s'estrena aquesta obra on el Gall Roig, un Maqui a punt de morir, explica en primera persona tot el que van viure els maquis. Un relat cru on la màgia del so del acordió diatònic en directe farà tornar a aquells temps a tot el públic. Un història d'històries, on Massana, Sabaté, Ramon Vila Capdevila , Faceries i tants d'altres, prendran el protagonisme.

L’estrena va ser dins els actes organitzats per www.alestrinx.tk, per recordar les rutes dels maquis .

Si voleu aquesta obra de teatre al vostre poble, a la vostra festa, al vostre acte ... no dubteu de dir-ho :

Jordi Pedrós i Miquel  686.39.31.15  jordi.pedros@millorsoft.es

 

Parque de la Memoria

Sartaguda

El Ministerio de la Presidencia subvencionará con 120.000 euros el Parque de la Memoria que la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra y la Asociación Pueblo de las Viudas construirán en Sartaguda. Así ambas asociaciones se acogieron a la convocatoria de ayudas a proyectos para la memoria histórica que ha contado con un presupuesto total de 3 millones de euros y que subvenciona a otros 95 proyectos en reconocimiento a la memoria de los fusilados republicanos en la Guerra Civil española. En la misma convocatoria se ha concedido también una ayuda de 11.000 euros al instituto Gerónimo Uztáriz, para trabajar sobre los esclavos del franquismo en la frontera. El mencionado parque, que tiene un presupuesto total de 467.235,76 euros y una extensión de algo más de 6.000 metros, albergará esculturas de Néstor Basterretxea, Joxe Ulibarrena y José Ramón Anda, 5 textos sobre el tema y una pared de 7 metros con los nombres de los 3.278 fusilados en Navarra. A pesar de que fue presentado tan sólo hace 9 meses, el 8 de octubre en la Casa de Cultura de Burlada, los apoyos recibidos son muy numerosos, ya que son 64 los ayuntamientos que han dado algo más de 110.000 euros y docenas las personas que han aportado su ayuda económica. En este sentido, cabe recordar que el Parlamento de Navarra, con la abstención de UPN, aprobó una ayuda de 150.000 euros el pasado diciembre. Tal y como lo recoge la moción presentada en los 273 ayuntamientos de Navarra y en el Parlamento de Navarra por las asociaciones que agrupan a los familiares de los fusilados. "En este parque no encontraremos el silencio de los cementerios, sino el grito desgarrador de la memoria y la esperanza del recuerdo emocionado de los familiares de los fusilados. A parte de la perdida de un ser querido tuvieron que sufrir el robo de tierras, la penuria económica, las afrentas públicas y un largo etcétera. Muestra de este sufrimiento son los desaparecidos, que todavía hoy habitan muchas de nuestras cunetas. El dolor y la desesperación ante lo desaparecidos hace más necesario si cabe un espacio donde homenajear a los fusilados. Los familiares de los fusilados debieron llorar a oscuras, debieron callar, tuvieron que esconderse. Este parque lo único que persigue es la justicia y el recuerdo. Nada más. Por que en ninguna de sus declaraciones o actos públicos han actuado con sed de venganza, antes al contrario, han actuado con serenidad siendo conscientes de que tenían que cerrar las heridas para mirar al futuro, por eso es necesario la construcción de este parque de la memoria". Fuente: Diario de Noticias

 

DGA

Residencia de Estudiantes

Partido Radical Socialista

Los distintos jurados convocados por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón para la resolución de las becas de estudios en la Residencia de Estudiantes de Madrid han decidido conceder las ayudas en sus diferentes modalidades a los siguientes investigadores y artistas. Las becas para estudiantes de tercer ciclo se han concedido en el campo de las Ciencias a Nerea Irigoyen, investigadora del proceso morfogenético de la bustitis infecciosa (IBDV) y en el ámbito de las humanidades a Diego Cucalón para la continuación de sus estudios sobre el Partido Radical Socialista desde su creación en 1929 con especial incidencia a su presencia en Aragón.

 

Papeles de Euskadi

El consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo, ha exigido de nuevo la devolución del patrimonio de Euskadi incautado en Salamanca y emplazó al Gobierno socialista a que presente a debate una Ley de Memoria Histórica que sirva para consolidar "un nuevo modelo de democracia y libertad, basado en la paz". En el Parque de Doña Casilda, en Bilbao, junto a la escultura de Nestor Basterretxea en homenaje a las víctimas del franquismo, Madrazo dio lectura a una Declaración institucional de condena del golpe militar del 18 de julio de 1936, aprobada el pasado 11 de julio en Consejo de Gobierno y que se enmarca en el Plan de Paz y Convivencia. Durante su discurso, Madrazo recordó que sólo en Euskadi durante la Guerra Civil más de 150.000 personas huyeron al exilio, otras 13.000 murieron y 45.000 fueron detenidas y encausadas "sin justificación", por lo que mostró, en nombre del Gobierno vasco, su "más enérgica condena" y "rechazo más contundente" al levantamiento militar. Hizo extensiva esta repulsa al régimen franquista, "que violó sistemáticamente durante más de 40 años los derechos humanos de miles y miles de personas", y señaló que "la dictadura fue en sí misma un acto de tortura brutal". En este sentido, destacó el compromiso del Ejecutivo autónomo con la recuperación de la memoria histórica y pidió un reocnocimiento político, ético, social y económico "con el conjunto de personas que sufrieron las consecuencias de la Guerra Civil".

Reclamó a todas las instituciones, agentes políticos y sociales un "compromiso activo" con la memoria histórica y aseguró que "ésta es la única vía válida para poder consolidar un nuevo modelo de democracia y libertad, basado en la paz, el diálogo, el respeto, la tolerancia y la convivencia plural". En esta línea, indicó que para la recuperación de la memoria histórica es necesaria la devolución del patrimonio de Euskadi incautado en Salamanca, "de idéntico modo a lo realizado con Cataluña". Fuente: El Correo

 

Generalitat de Catalunya

La Generalitat impulsa cerca de 80 actividades, exposiciones y proyectos de investigación para conmemorar el aniversario del Alzamiento Nacional. Una de las muestras más novedosas será la llamada Los mapas de la guerra civil, que comenzará en diciembre de este año y expondrá las cartografías militares diseñadas por ambos bandos durante el enfrentamiento. Otras exposiciones llevarán por título La guerra civil en Catalunya: testimonios y vivencias o La Brigada Lincoln en la guerra civil, sobre la participación del citado batallón integrado en las brigadas internacionales. Todas estas actividades se enmarcan dentro del llamado Memorial Democràtic, la primera institución oficial española destinada a la recuperación de la memoria histórica de la lucha antifranquista, para el cual la Generalitat ha destinado más de 600.000 euros en subvenciones a 67 proyectos de investigación sobre la contienda. Fuente: El Periódico de Catalunya

 

Placas de edificios

Generalitat de Catalunya

Un total de 50 municipios catalanes han sustituido unas 2.380 placas de edificios de protección oficial construidos durante la época franquista por otras nuevas de la Generalitat y que no tienen ningún tipo de simbología política ni partidista, según informó hoy la Conselleria de Medio Ambiente y Vivienda. De los 50 ayuntamientos, 33 pertenecen a nueve comarcas de Barcelona, que han eliminado un total de 1.813 unidades, otras 10 pertenecen a seis comarcas de Girona, que han substituido 351 placas, mientras que en Tarragona se han suprimido 135 placas en cuatro poblaciones y en Lleida, 81 en tres localidades. El Gobierno catalán inició esta campaña de retirada de placas hace un año a través de la empresa pública Adigsa, que envió cartas informativas a todos los municipios de más de 3.000 habitantes con el objetivo de sustituir las placas franquistas que fueron colocadas por el Instituto Nacional de la Vivienda basándose en la Ley de 15 de julio de 1954. Un total de 80 Ayuntamientos han participado en el proyecto, aunque algunos de ellos sólo lo hicieron para comunicar que no tenían ninguna placa franquista en su municipio, mientras que otros todavía tienen pendiente algún trámite para poder responder a la iniciativa de la Generalitat. Sin embargo, la mayor parte de los consistorios han aprobado la retirada de las placas en sus respectivos plenos municipales, después de presentar mociones y someterlo a votación. A raíz de la campaña, algunos municipios han abierto el debate sobre la necesidad de retirar otros símbolos franquistas que todavía están instalados en calles y plazas. Hasta el momento, Adigsa ha destinado 76.192 euros a esta campaña, que ha coincidido con el 70 aniversario del golpe de estado que dio origen a la Guerra Civil española y tiene como objetivo colaborar en la recuperación de la memoria histórica. Fuente: Europa Press

 

Capdepera

El Ajuntament de Capdepera se ha convertido en uno de los primeros ayuntamientos de Mallorca que ha aprobado por pleno y por unanimidad de todos los partidos que integran el Consistorio, una moción de condena del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y de homenaje a sus víctimas. La moción fue presentada conjuntamente por el PSM y EU-EV en un pleno extraordinario y recibió el apoyo del resto de los grupos municipales en la oposición -PSOE y UCAP-UM-, así como del equipo de gobierno (PP-Es Grup). De esta manera, se acordó «declarar el 18 de julio como día de homenaje a las instituciones republicanas y democráticas y como día de condena a la dictadura franquista y al fascismo con motivo del 70 aniversario del golpe de Estado de Francisco Franco contra el legítimo Gobierno republicano y el inicio de la guerra civil española». La moción añade que «esta declaración oficial representa a la vez un homenaje y reconocimiento a todas las víctimas de la dictadura franquista». Hay que señalar que la moción inicial presentada por EU-EV y PSM añadía justo a continuación «y más en concreto a los cargos electos de las corporaciones municipales y parlamentarias de la II República». Esta parte se suprimió a propuesta de UCAP-UM.

 

Gijón

Al Muséu del Pueblo d'Asturies, Gijón suma el resto de sus espacios expositivos con intención de aniversario. La memoria de la guerra civil española ocupará hasta final de año, a lo largo y ancho de seis exposiciones, el Museo Piñole, el Jovellanos, el del Ferrocarril y el Parque Arqueológico de la Campa de Torres. Les une, además del recuerdo de la contienda, ofrecido desde perspectivas diferentes (pintura, fotografía, trenes) un mismo título 'Asturias en guerra. La guerra civil en las colecciones de los museos municipales'. Todas las citas recurren a los fondos ya existentes en los museos. Tras la apertura en el Pueblu d'Asturies, el programa sigue en agosto con una exposición de las imágenes fotográficas que Constantino Suárez realizó, desde la retaguardia republicana, y las instantáneas de Florentino López, que firmaba Floro, logradas en pleno cerco de Oviedo. Narra la doble colección los dos bandos de una guerra. En setiembre el turno es de Piñole. En su museo se presentarán los fondos relativos al periodo de la guerra civil. Obras de los años 1930 a 1937, que incluyen pinturas, pero también apuntes. Su título 'Testimonios desde la retaguardia'. Octubre es el mes del Museo del Ferrocarril que cuenta, a través de sus fondos documentales y colección de trenes la presencia de este medio de transporte en la guerra. La siguiente cita, en noviembre, es en el Museo-Casa Natal de Jovellanos con 'Los desastres de la guerra'. En sus paredes se contará la aventura pictórica de Mariano Moré, Constantino Suárez y Marola, que participaron de forma activa y desarrollaron una obra que fue utilizada como vehículo de expresión de las proclamas ideológicas de uno u otro bando. Para cerrar el programa, una muestra que permitirá recordar, en la Campa de Torres, la utilización del castro como zona militar durante la guerra civil. Fuente: El Comercio

 

Sinaia

“Sinaia”. Jordi Sierra i Fabra Columna. Barcelona, 2006

A questa novel·la parla dels vençuts, dels que han tingut la sort d'escapar de l'horror de la Guerra Civil. Jordi Sierra i Fabra aprofita la força simbòlica del Sinaia -un vaixell que fuig cap a l'exili mexicà- per parlar de gent que ha deixat enrere la mort, moltes penúries, i un país dominat pels feixistes. Les 1.500 persones que transporta viuen el contrast de l'amarga derrota i la pèrdua dels éssers més estimats, amb l'esperança d'una nova vida, d'una nova terra, d'un món d'esperança i, sobretot, de llibertat. Cristòfol Ros, periodista ensorrat per la mort de la dona i un fill, potser com si el seu nom suposés el d'un altre descobridor, pren el pols de la història i la converteix en una barreja de crònica dels exiliats i recreació costumista. L'autor ens explica amb detall com es van viure aquelles tres setmanes a l'alta mar. Precisament, un dels valors de la novel·la és que cada capítol s'encapçala amb la transcripció d'un dels escrits que un grup de periodistes i escriptors van publicar en un intent de fer un diari de bord. Sierra i Fabra, però, afegeix altres elements d'interès, com el misteriós assassinat d'un revolucionari que caldrà silenciar per no provocar el pànic a la tripulació. Tot i així, descobrir el culpable tampoc és el que ens farà avançar en la lectura. De fet, la resolució de l'assassinat queda diluït per la més emotiva relació de Ros amb una mare i un fill que ha perdut el pare, i també amb una adolescent mig bruixa que veu l'arribada a Mèxic com un principi ple d'oportunitats. L'estil de la narració és senzill, esquemàtic, de lectura ràpida. Sierra i Fabra no s'entreté en detalls ni en descripcions buides. Fa frases curtes i diàlegs directes. De la lectura de la novel·la ens quedarà que no hi va haver bàndol bo, que uns eren feixistes colpistes i els altres cremaven esglésies amb els feligresos a dins. Però també que la vida segueix després de l'horror. Potser manca una mica de misteri, o una trama més reeixida. Tot i així, el viatge amb el Sinaia ens refrescarà la memòria històrica, de camí cap a la llibertat somiada. Fuente: Avui

 

Aviación Republicana

Santa Margarida i els Monjos

El municipio de Santa Margarida i els Monjos celebró la Festa de l'Aviació Republicana con la presencia de antiguos aviones y avionetas que ayer ya realizaron un entrenamiento en el campo de vuelo habilitado cerca de donde existió un aeródromo de la Segunda República. La iniciativa municipal, que en el 2005 tuvo una primera edición, coincide con los 75 años transcurridos desde la proclamación de la república y los 70 del estallido de la guerra civil. Entre los aviones que participaron en el encuentro están un Bücker 131 Jungmann, un Zlin 326 MF y un Dornier Do 27. El municipio ha adquirido la viña que alberga un refugio antiaéreo y lo ha acondicionado para ser visitado. Además tuvo lugar la inauguración del Parc del Refugi y la presentación del folleto El Vesper de la Gloriosa, que es como se conocía la zona del Penedès con varios aeropuertos de la aviación republicana. También la inauguración de un monolito de homenaje a las 12 víctimas civiles de los bombardeos de octubre y noviembre de 1938.

 

Alto Gállego

Desde el Círculo Republicano del Alto Gállego se han iniciado los trabajos de recopilación documental que culminarán con una muestra en septiembre con motivo del setenta aniversario del estallido de la guerra civil. Para este evento, reconocimiento a las generaciones que vivieron aquella tragedia, el citado Círculo “anima a la participación de la ciudadanía de todas las tendencias”. A parte de esta iniciativa se ha desarrollado en estos últimos días una serie de charlas, proyección de audiovisuales y debates abiertos ideológicamente pero centrados en analizar las causas de aquel trascendental momento entre los asistentes a las jornadas conmemorativas del 70 aniversario. A lo que se ha unido la reivindicación de guardar el patrimonio histórico en la Comarca del Alto Gállego relacionado con el conflicto, y apuntar su atractivo para deportistas, historiadores y visitantes como un factor dinamizador del territorio. Fuente: Radio Huesca

 

Entresiglos 20-21

Estamos cerrando el número 3 de la revista "Entresiglos 20-21", que aparecerá en septiembre. Este es su índice:
- Editorial: La guerra, la vida, la escuela.
- Los historiadores nos escriben: Ángel Viñas: El oficio de historiador.
- Encuentro de Entresiglos 20-21 con las víctimas de franquismo.
- La escuela en la trinchera: Lázaro Lozano López, la alfabetización de un miliciano.
- La guerra de los abuelos: Los Anastasios: De Braojos de la Sierra a la prisión central de Burgos.
- El lapicero y las letras: una mirada a la escuela, desde la República al Franquismo.
- La memoria histórica en la prensa: Andrés Iniesta López, el niño de la prisión.
- La Historia en sus documentos: La matanza de Badajoz, crónica del corresponsal del "Chicago Tribune", Jay Allen.
- Para saber más: Literatura, Historia, vida.
fernando@silente.net

 

Historia PCE

Están disponibles en la red las actas de las jornadas de historia del PCE que trataron sobre las políticas de unidad, en concreto sobre el Frente Popular. En particular, os recomiendo las ponencias de Pere Gabriel, Juan Andrés Blanco, Sandra Souto y José Luis Martín: http://shared2.nidelven-it.no/alameda/Alameda/biblioteca-electronica/historiapce/

 

Expo Lluís Companys

Exposición "Lluís Companys i la seva època. 1882-1940"

La CCEPC presenta en aquesta exposició bona part del recull de fotografies que es van obtenir dels centres i instituts d'estudis de les terres de parla catalana durant l'any 2002 amb motiu de la "Campanya de recollida i documentació de fotografies Lluís Companys i la seva època (1890-1940)". La col·lecció d'imatges es va completar amb algunes fotos procedents de diferents arxius. De tota manera som conscients que no reflectim tota la realitat, és una pinzellada prou significativa, això sí, de com es vivia.
Les fotografies que s'han recollit es troben ordenades en vuit àmbits: Lluís Companys, imatges d'un dels protagonistes principals de l'esdevenir polític nacional en la primera meitat del segle XX; Política, les fotografies intenten mostrar aquesta vida política que en major o menor mesura es va viure des de la quotidianitat popular; Treballs i recursos, on es reflecteixen els importants canvis en l'estructura productiva del país, on el pes de l'agricultura va deixar pas al de la indústria; Associacionisme, on queda constància de l'important entramat associatiu català; Ensenyament, la necessitat de l'educació i els canvis qualitatius que es van produir especialment a l'escola primària; Cultura i lleure, les transformacions socials i econòmiques repercuteixen en aquest camp fent-lo arribar a la majoria de la població i sense distincions socials; Festes, on el calendari religiós i el "cicle de la vida" determinen les pautes a seguir, i la Postguerra, que marca la fi d'un somni per a la majoria de la població. De fet els àmbits han estat donats per la temàtica mateixa de les fotografies que són el reflex popular d'una època que hem acotat d'acord amb la vida del mateix Lluís Companys.
Cal afegir que moltes vegades tant la tria de les imatges i fins i tot aquesta divisió temàtica, han resultat tasques prou complicades per la interrelació que presenten entre ells els diferents àmbits, com per exemple entre la política, l'associacionisme i la cultura.
És des d'aquí on s'ha d'agrair sobremanera l'esforç de tots els centres que van participar ja que en la majoria dels casos no disposen d'un fons propi d'imatges i els seus treballs es van adreçar a la recerca en arxius i en fons particulars. Els esforços, doncs, de molts centres i de moltes persones veuen la llum amb aquesta exposició que intenta reflectir amb imatges el que va ser la vida quotidiana, bàsicament, del primer terç del segle XX. A tots moltes gràcies!
Organitza: Coordinadora de Centres d'Estudis de Parla Catalana. L'exposició ha gaudit d'un ajut de la Comissió Institucional Lluís Companys del Departament de la Presidència de la Generalitat de Catalunya. Amb el suport de: Diputació de Barcelona, Diputació de Girona, Institut Ramon Muntaner. Comissaris: Joan Corbalán Gil, Maria Dolors Bernal Creus. Direcció de la producció: Francesc Viso Rodríguez. CCEPC. Disseny i realització: Psicogràfics Comunicació Visual.

Calendario: http://www.ccepc.org/expo.shtml

 

Ramón Feced

Feced

José Serafín Aldecoa

Heraldo Teruel

El protagonista de nuestro paisanaje de hoy es, seguramente, un gran desconocido para la gran mayoría de los turolenses. Y sin embargo, entre otros cargos, llegó a ser ministro de la Segunda República. Nos referimos a Ramón Feced Gresa (Aliaga, 1894 - Madrid, 1959) que a pesar de su origen burgués ­era notario y registrador de la propiedad en Teruel- fue uno de esos miles de intelectuales que impulsaron y de­fendieron los valores republicanos frente a la decadente Monarquía. Inició sus pasos en política militando en al Partido Re­publicano Radical-Socialista (PRRS), cuyo líder era Marcelino Domingo, político de gran prestigio en Te­ruel, y como tal ya fue designado director general de In­dustria y también de la Reforma Agraria en el llamado bienio azañista (1931-1933). En junio de 1931 fue elegido diputado en las elecciones constituyentes de junio por la provincia de Teruel den­tro de la Candidatura Republicano-Popular que compar­tía con los también turolenses Vicente Iranzo, Gregario Vilatela y el socialista bajoaragonés Martín Sauras. En el periodo de estas primeras Cortes que tenían como obje­tivo prioritario redactar la Constitución, desempeñó la presidencia de la Comisión Agraria así como la de arrendamientos de fincas rústicas. Durante el periodo que se redactó la Reforma Agraria (1933), desarrolló una intensa campaña como defensor de esta ley, pronunciando conferencias y mítines en la ciudad de Teruel y en varios municipios de la provincia. Esta vinculación con el mundo agrario, le sirvió para que fuera nombrado ministro de Agricultura en el mes de octubre, cargo en el que permaneció durante varias semanas. Sus planteamientos políticos fueron evolucionando hacia el centro derecha para aliarse con el Partido Radical en las elecciones generales de noviembre de 1933 lo que le perjudicó porque no obtuvo el acta de diputado. Posteriormente se vincularía al Partido Nacional Repu­blicano de Sánchez Román. No entró a formar parte del Frente Popular que ganó los comicio s de febrero de 1936 pero sí que figuraba co­mo ministro de Agricultura en un proyectado Gobierno de Martínez Barrio en julio de 1936 que no llegó a for­marse. En agosto de 1936, ya con la Guerra Civil iniciada, Fe­ced y su familia salieron de España por miedo a las re­presalias políticas y se exiliaron a Francia donde perma­necieron hasta después de la contienda bélica. Según Luis Germán: "A su vuelta a España se reincor­poró a su trabajo como registrador de la propiedad, tras ser absuelto de sus responsabilidades políticas, dedicán­dose intensamente al trabajo jurídico". Su alineamiento final con sectores de la derecha le debió servir de gran ayuda para evitar represalias por su primera militancia en el PRRS. Falleció en Madrid en 1959, siendo traslada­dos sus restos al cementerio de Torrero en Zaragoza.

 

Facultad Geografía

Valencia

La Junta de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia ha aprobado por unanimidad un manifiesto de adhesión a la declaración, por parte de las Cortes Españolas, del año 2006 como 'Año de la Memoria Histórica'. Este documento coincide en el tiempo con la condena realizada por el Parlamento Europeo al alzamiento de 1936, con el que se inició la Guerra Civil española, y de la dictadura de Franco. Con el texto aprobado, la Facultad de Geografía e Historia expresa "en este año oficialmente dedicado a la Memoria Histórica, en el que se cumplen 70 años desde el estallido de la Guerra Civil", su "preocupación por cualquier iniciativa que comporte el daño al recuerdo o el olvido de las víctimas de la represión y la violencia del conflicto bélico y de las persecuciones políticas bajo el franquismo". En este sentido, la institución académica recoge en este escrito que "ni el paso del tiempo ni los cambios de régimen político han cancelado la responsabilidad de los crímenes cometidos contra la humanidad". La facultad destaca también que "como institución dedicada a la enseñanza y la búsqueda histórica, está interesada en el conocimiento de los hechos del pasado y en la conservación tanto la memoria colectiva como de los lugares donde ésta se mantiene viva para las generaciones futuras, todo esperando que esos crímenes nunca se vuelven a repetir". Finalmente afirma que, en consecuencia, se pone "a disposición de las instituciones públicas, asociaciones y particulares que quieran contribuir a mejorar y a profundizar en el conocimiento de los abusos y violaciones de los derechos humanos en el pasado con las herramientas de la investigación histórica y el rigor académico de nuestras disciplinas". http://www.union-web.com/news/060711/not06.html

 

“Isla”

Benjamín Jarnés

La revista gaditana 'Isla', que se publicó entre 1932 y 1936, y en plena Guerra Civil, entre 1937 y 1940, ha sido reeditada en edición facsímil, reproduciendo el formato que tuvo en cada periodo, y con un estudio crítico que la define como la transición de la Generación del 27 a la del 36. Reeditada ahora por el Centro Cultural de la Generación del 27, que dirige Julio Neira, y la Diputación de Cádiz, 'Isla' fue fundada y dirigida por el poeta gaditano Pedro Pérez-Clotet y llegó a publicar en sus páginas un poema de Juan Ramón Jiménez, el titulado 'Dios primero'. En la revista gaditana se dieron cita poetas del 27, como Jorge Guillén, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y de la del 36 o primera generación de posguerra, como Miguel Hernández, Juan Gil-Albert, Leopoldo Panero y Antonio Aparicio, entre otros. Aunque 'Isla' se considera como una publicación marcada por la impronta de su fundador, Pérez-Clotet, fue una revista colectiva, como demuestra el estudio que acompaña esta edición, efectuado por el profesor de la Universidad de Sevilla José María Barrera López. Entre las firmas que aparecen en las páginas de la revista y que ya eran conocidas entonces están las de Max Aub, Benjamín Jarnés, el, santanderino Gerardo Diego, Alfredo Marqueríe, Eduardo de Ontañón, Eugenio D'Ors y Francisco Valdés.

 

Moción Tarragona

Los grupos de la oposición han logrado aprobar en el pleno del ayuntamiento de Tarragona, con los votos en contra del equipo de gobierno (CiU-PP), una moción de condena al franquismo y de apoyo a la recuperación de la memoria histórica. La iniciativa ha obtenido trece votos a favor de los concejales de la oposición (PSC, ERC e ICV-LP), que han superado a los votos contrarios de los doce ediles del equipo de gobierno que han asistido al pleno. Con esta moción, presentada por ICV-LP, el consistorio expresa su 'condena a la dictadura franquista' y revoca los acuerdos que en su día adoptaron las corporaciones de este ayuntamiento comprendidas entre los años 1939 y 1979, 'otorgando honores y distinciones a Francisco Franco y a miembros de sus gobiernos'. También se acuerda la creación de una entidad que fomente la recuperación de la memoria histórica con el fin de 'promover la rehabilitación moral y social de todas las personas represaliadas durante el franquismo'. Finalmente, se pretende 'difundir los valores del antifascismo y el antitotalitarismo y los fundamentos del sistema de libertades que disfrutamos, con un planteamiento plural y diverso'. Fuente: Terra

 

Rolde de Estudios Aragoneses

Ha sido editado por el Rolde de Estudios Aragoneses el número 116 de “Rolde. Revista de Cultura Aragonesa” que entre otros contiene estos artículos:

-          Los buenos vecinos de Huesca, de Víctor Pardo Lancina

-          Génesis del modelo penitenciario franquista. Terror, miseria y “regeneración” en la cárcel de Torrero (1936-1939), por Iván Heredia  Urzáiz

-          Las “mujeres de los presos políticos” en Aragón. La invisibilidad de una categoría heredada de la guerra civil española y prolongada durante todo el franquismo, por Irene Abad Buil

-          Ruinas al sol, Félix Teira con ilustraciones de Eloy Esteban

rolde@rolde-ceddar.net

 

Almudévar

El 2 de septiembre a las 16'30 en la casa de Cultura de Almudévar se presentará un libro sobre la memoria histórica de esta localidad. En el acto participarán Manuel Benito Moliner y Juan Carlos Ferré, presidente de la ARMHA.

 

“Compañeros”

Festival Cine Marsella

El único documental español presente en el festival de Cine Documental de Marsella de este año fue 'Compañeros' (2004), de Catherine Ulmer, cinta en formato vídeo que será objeto de la sesión especial organizada por el Centro Mediterráneo de Comunicación Audiovisual. 'Formalmente muy simple, pero lleno de emoción', según Rehm, el documental recoge los testimonios de antiguos miembros de las Brigadas Internacionales que combatieron por la República durante la Guerra Civil española. Fuente: Terra

 

Benicássim

Columna Casas-Salas

Dentro de los actos que el Grupo por la Memoria Histórica está llevando a cabo en el 70 aniversario de la Guerra Civil española, se celebró un acto en la Casa de la Cultura de Benicássim con la colaboración del colectivo de jóvenes Reflexió. El acto hablará de La columna Casas Sala, homenaje a los milicianos. La columna Casas Salas estaba compuesta por milicianos, fue la primera columna republicana que se lanzó contra Teruel, procedía de Castellón e iba bajo el mando del coronel de carabineros Fernández Bujanda, el capitán Luis Sierra y el teniente Joaquín Oset Merlo, y tenía como delegado político al diputado socialista por Castellón Francisco Casas Salas. Esta fuerza la integraban un millar de milicianos, más de cuatrocientos guardias civiles y algunos carabineros, procedentes de Valencia, Castellón y Cuenca. El eje de partida fue Sagunto, dirección Teruel. La noche del 28 de julio llegó a Barracas, pueblo situado en la carretera general. Y para poder seguir hacia Sarrión, la columna se dividió en dos partes: una parte, bajo el mando del capitán Sierra y del diputado Casas Salas, marchó sobre Mora de Rubielos, que fue ocupada sin tener que hacer un solo disparo; la otra, dirigida por Fernández Bujanda, salió en dirección a La Puebla de Valverde el 29 de julio. Fuente: Panorama-Actual

 

Ano da Memoria

Galicia

La Xunta de Galicia ha puesto en marcha la web del proyecto “2006 Ano da Memoria” consultable en la dirección http://www.anodamemoria.com/memoria/ga/web/info.php?idc=1 .

 

Campo de Pujalt

ARMHC

III Camp de treball d’estiu a Pujalt, organitzat per la Associació per a la Recuperació de la Memòria Històrica de Catalunya
Període 31 de juliol fins el 12 d’agost (fraccionat en dues setmanes), Places disponibles: 3 persones per període.
Informació dirigir-se a:
- armhc@memoriacatalunya.org
- Servei Civil Internacional Catalunya (sci-cat@sci-cat.org)

 

Centro Memoria

Asturias

El coordinador local de IU, Jesús Montes Estrada, insistió ayer en que su formación política defenderá que el edificio de Tabacalera, destinado a usos culturales, acoja el futuro Centro de Estudios de Recuperación de la Memoria Histórica de Asturias. La propuesta, que será estudiada por el equipo de gobierno cuando se definan los usos de este equipamiento, permitirá reunir en un mismo espacio toda la documentación de lo ocurrido en la ciudad entre los años veinte y setenta del siglo pasado. Según Montes Estrada, la documentación archivada al respecto es muy extensa. Sólo el archivo de Constantino Suárez, que el ayuntamiento adquirió en 1992, reúne más de 9.000 negativos de fotografías. Desde IU defienden que Tabacalera es la "sede idónea" para el centro por su proximidad con la Torre del Reloj --que alberga el Archivo Municipal--, el Museo de la Casa Natal de Jovellanos y por la propia historia que encierra la vieja factoría tabaquera que se mostrará en el futuro en una de las salas del edificio que se transformará en pinacoteca municipal. El portavoz de la coalición IU-Bloque por Asturies, socio del gobierno municipal, indicó que el próximo año se elaborará el proyecto de reordenación urbana de la zona, rehabilitación y museográfico de la antigua fábrica de tabacos. Según Montes Estrada, "no habrá una partida económica fuerte para los próximos presupuestos porque las obras no empezarán hasta el último trimestre del 2007". Otra importante rehabilitación que se pondrá en marcha el próximo año será la Casa Rosada. Montes Estrada apuntó que esta actuación se incluirá en los próximos presupuesto y tendrá un apoyo importante "acorde con la magnitud de la obra". Este edificio seguirá acogiendo la Agencia Local de Promoción Económica y la Sociedad Mixta. Fuente: La Voz de Asturias

 

Jornades Arxivers

Valencia

Del 22 al 24 de noviembre tendrán lugar las IV Jornadas de la Associació d’Arxivers Valencians bajo el título “Arxius: República i Guerra Civil”

http://www.arxiversvalencians.org/principal/TRIPTIC%20JORNADESdef.pdf  http://www.arxiversvalencians.org/

 

Fundación Max Aub

La Fundación Max Aub tiene como finalidad investigar la vida y la obra de Max Aub. Por ello se convocan dos becas dentro de la IX convocatoria de Becas de Investigación “Hablo Como Hombre”. El plazo de presentación de los trabajos finaliza el 31 de diciembre. fundacion@maxaub.org  www.maxaub.org

 

Sabiñánigo

Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sabiñánigo ha presentado una moción para su debate en pleno en la que solicita que se ponga el nombre de Antonio Muñoz Loriente a una calle o plaza de la localidad como reconocimiento a su figura por ser el último alcalde serrablés durante la II República. En su argumentación, el portavoz de IU, Federico Escobar, señala que Sabiñánigo "nunca oficialmente ha manifestado su repulsa y condena a la Guerra Civil". Fuente: El Periódico de Aragón

 

Jeanne Marqués

Mallorca

Jeanne Marqués Mayol (1914) ha fallecido el 2 de julio en Mallorca a los 92 años. Mujer moderna, republicana, socialista, empresaria y feminista, su dilata peripecia es pareja a la de cientos miles de víctimas del franquismo, y en la diáspora, que desde la discreción y el anonimato supieron mantener su dignidad. Condenada a muerte, junto a sus padres y cuatro hermanos en 1937, Jeanne conoció en la cárcel la noticia del fusilamiento de su progenitor, el propietario Bernat Marqués Rullan, liberal de Esquerra Republicana mallorquina. Ella convivió con cientos de mujeres presas y con la mítica resistente comunista Matilde Landa, y durante meses los Marqués Mayol mantuvieron una agónica espera en las prisiones hasta que vieron conmutada la pena capital por condenas de hasta cinco años, incautación de los bienes y multas. Ya ejecutado, el patriarca Marqués fue sancionado con 160.000 pesetas —la mayor multa en Baleares— para un patrimonio de medio millón. Jeanne, Jana, y su familia fueron encausados por “expresar ideas contrarias al movimiento”, “tener una radio” y suponer que “las sábanas de su colada tendida” saludaban el vuelo de los aviones del Ejército de la República. En la formación de la fallecida influyó su tía Maria Mayol, fundadora del Fomento de la Cultura de la Dona a Sóller, pedagoga, perito mercantil, escritora y primera mujer candidata a Cortes en Baleares, en las elecciones de 1933, una intelectual que la dictadura cercenó. En la primera posguerra, Jeanne Marqués se exilió a México con sus hijos y su marido el médico antifranquista, dirigente del PSP, de la Junta Democrática y ex senador del PSOE Manuel Mora Esteve. Los Marqués habían emigrado en el siglo XIX a Puerto Rico y creado fortuna con plantaciones de café. Jana con 22 años tenía una tienda de café en Palma, con marca propia. En la baja California compró y dirigió un rancho. Regresó a Mallorca, se divorció y montó comercios ligados al turismo antes del final dictadura. En una fiesta social, en público, tuvo un gesto de valentía y coraje, al negarse a saludar, dar la espalda y retirar la mano a uno de los militares que dictó las sentencias de muerte contra ella y sus padres, que se le había acercado para contemporizar. Marqués se sentía cristiana pero no creía en los curas “porque les había visto como actuaban en la guerra”. Con 90 años, lúcida y al día de la política, con el sumario de su consejo de guerra subrayado y anotado, confesó sin dudar: “Creo que en la democracia no se nos ha hecho justicia ni reconocimiento todavía a las víctimas de Franco. Vamos a ver qué hará Zapatero, me gustan sus gestos. Yo soy socialista”. Acababa de plantar un árbol para su padre y sus compañeros en el Bosque de la Memoria de Calvià. Con causa, pero sin siglas, casi en el anonimato, ha muerto un mujer en este otro julio aplastante y de rutina provincial. Fuente: El País

 

Julio Alejandro

Centro Buñuel Calanda

La inauguración de la exposición “Julio Alejandro. Cien años. Una vida a chilindrones” tuvo lugar en el Centro Buñuel de Calanda el pasado 1 de julio. En el mismo se proyectó el documental “Julio Alejandro. Un mar de letras”. J.Espada@CBCvirtual.com  http://www.cbcvirtual.com/

 

Julio Aróstegui

"La passivitat del govern republicà davant la conspiració militar va ser una de les causes del començament de la Guerra Civil". Aquesta és la resposta que dóna l'historiador Julio Aróstegui quan se li pregunta per què es va produir la Guerra Civil Espanyola. I així ho reflecteix al llibre Por qué el 18 de julio... Y después, un dels deu títols que formen la col·lecció 70 aniversario de la Guerra Civil, que publica l'editorial barcelonina Flor del Viento. L'obra d'Aróstegui apareix juntament amb dos títols més: Reforma, revolución y contrarrevolución agrarias, de Javier Tébar Hurtado, i La disciplina de la conciencia: las Brigadas Internacionales, de Mirta Núñez. Julio Aróstegui dedica 600 pàgines a buscar resposta a les causes de la Guerra Civil i la conclusió a què arriba és que "el govern de la República tenia informació confidencial, però incomprensiblement no va actuar com havia d'haver-ho fet per evitar la guerra". L'historiador apunta que probablement "el govern de Casares Quiroga i el mateix president Azaña pensaven que els militars no s'atrevirien a fer el ridícul després del fracassat alçament del 1932 del general Sanjurjo". Tampoc no entén per què "no van detenir el general Mola, el capitost inicial de l'alçament militar". Aróstegui creu que si Azaña hagués nomenat president del govern Indalecio Prieto, hauria canviat el curs de la història perquè el darrer hauria ordenat la detenció de Mola. També fa aportacions importants el llibre de Mirta Núñez sobre les Brigades Internacionals, que porta per subtítol Y su artillería de papel. La historiadora ha repassat a fons les 71 capçaleres de premsa de les Brigades, que representaven més de 100.000 exemplars de tirada, a més dels pamflets que difonien. Una arma de combat potent que va condicionar fins i tot "la política de la República", segons apunta l'historiador Javier Tébar, que considera que el llibre de Mirta Núñez dóna respostes a les mentides convincents que es difonen darrerament sobre la Guerra Civil des de la dreta reaccionària espanyola. Pel que fa a l'obra del mateix Javier Tébar, consisteix en una anàlisi profunda de la situació agrària abans de la guerra, durant i després, ja amb el règim franquista. Fuente: Avui

Monegros

La Comarca de Los Monegros continúa con las actividades que organiza con motivo de la conmemoración del 70 aniversario de la Guerra Civil en esta zona, el 27 de julio tuvo lugar la proyección de los documentales “Aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón”(1936) y “Alas Rojas sobre Aragón” (1937). La proyección de estos dos documentales tuvo lugar en el cine-teatro “El Molino” de Sariñena y contó con la introducción y los comentarios del periodista y escritor, Víctor Pardo. El primer documental, “Aguiluchos de la FAI por tierra de Aragón” (1936), muestra el avance de las columnas anarquistas desde Barcelona hasta Zaragoza. En concreto, enseña el paso de la columna mandada por el miliciano Durruti, que instaló su cuartel general en la localidad monegrina de Bujaraloz. Mientras que el segundo, “Alas Rojas sobre Aragón” (1937), tiene una duración de 42 minutos y fue rodado en el aeródromo de Sariñena. Fuente: Radio Huesca

 

Cinca Medio

En una nota de prensa, el portavoz de Cha en la Comarca del Cinca Medio, Eduardo Pueyo, muestra su estupor al ser rechazada por los votos negativos del PAR y PP una declaración institucional presentada por los nacionalistas en la que se proponía la condena del golpe de Estado militar encabezado por el general Franco el 18 de julio de 1936, en su 70 aniversario, un golpe de Estado que supuso el fin de las garantías legales y democráticas legítimamente conseguidas por el pueblo español con la instauración de la segunda república. Votaron a favor PSOE e IU, se abstuvo el presidente de la Comarca y votaron en contra los representantes del PP y resto del PAR por lo que Eduardo Pueyo considera lamentable que haya personas en instituciones publicas que no condenen los golpes de Estado. Eduardo Pueyo considera que quedó reflejado en la votación quienes defienden la libertad, la democracia, la igualdad entre hombres y mujeres, la separación Iglesia- estado, la enseñanza cívica, la virtud cívica y la honestidad, el federalismo, la paz, el respeto a los derechos humanos, los derechos sociales y el bien común, todos ellos derechos que la II República recogió y formalizó a través de la Constitución de 1931”. Fuente: Radio Huesca

 

Comissió de la Dignitat

Josep Sunyol

La Comissió de la Dignitat us convida al CONCERT D’HOMENATGE A JOSEP SUNYOL, president del FC Barcelona assassinat a Guadarrama fa 70 anys (6.8.2006).

Santa Maria del Pi de Barcelona, diumenge 17 de setembre, 7 de la tarda

Parlament d'Hilari Raguer

 

Bolsa de Bielsa

Graus

La exposición “La Bolsa de Bielsa” patrocinada por la Diputación de Huesca ha podido contemplarse en la Casa de Cultura de Graus del 21 al 30 de julio.

 

Fundación Max Aub

La Fundación Max Aub ha presentado los tres últimos volúmenes de las Obras completas de Max Aub,  editados por la Institució Alfons el Magnànim y la Biblioteca Valenciana,  y coordinados por Joan Oleza.

 

La mala memoria de la guerra

La mala memoria de la guerra
Antón Losada
Una nota en el Boletín Oficial del Estado es la paupérrima restitución de la ignominia por haber borrado sus nombres y vidas. Para que nadie dude quién ganó la guerra, no habrá reparación legal de la injusticia de unos juicios infectos. Ni siquiera la menor entre las exigencias de la decencia: la retirada de tantos símbolos franquistas, monumentos cotidianos al odio y la muerte.
La ley de la memoria histórica es ahora una ley sin nombre, una nota a pie de página en el libro de la historia. No cumple los objetivos que la alumbraron y provoca más rechazos de los descontados. No hay peor memoria que la mala, ni peor derrota que la victoria moral. Mal Gobierno aquel que promete justicia y entrega un premio de consolación. Peor estrategia si se hace para evidenciar aún más cómo la derecha española ni olvida ni perdona. En aquella Galicia "ametrallada en las cunetas" que partió el corazón del poeta lugués Luis Pimentel, las víctimas de la represión se distinguían porque sus verdugos les descerrajaban un tiro en la palma de la mano izquierda. Era la señal para no investigar, para enterrar al muerto en silencio y esperar a que algún día todo terminase igual como había comenzado. A mi abuelo Domnino, maestro republicano, filósofo por vocación y acordeonista por devoción, empeñado en llevar la cultura, la educación y el libre pensamiento a las aisladas tierras de la Sierra de Meira, en el interior de la provincia de Lugo, se le desposeyó del título de Magisterio al terminar la guerra. Su delito, pensar libremente. Sobrevivió dando clases particulares en un cuarto de nuestra casa materna, conocido por sus nietos como "el cuarto de los estudiantes". A ninguno de todos ellos se le ha hecho la justicia merecida. Hasta que se haga, ni habrá concordia ni historia ninguna que reescribir, solo olvido y mentira. Ya lo decía Jorge Luis Borges, "somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".

Fuente: El Periódico de Catalunya

 

Símbolos franquistas

Valencia

La ley de la Memoria Histórica obligará a quitar aquellos símbolos franquistas que luzcan en edificios de titularidad pública. Según el grupo socialista, en Valencia hay hasta ocho emblemas preconstitucionales que deberán ser retirados de los inmuebles una vez entre en vigor la ley. Dos escudos franquistas se encuentran en los colegios públicos Teodoro Llorente y San Juan de la Ribera. También está la estatua ecuestre de Franco en Capitanía General, cedida por el Ayuntamiento durante el mandato de Pérez Casado. En el frontón de una de las fachadas, también se puede ver un escudo con el lema: 'Una, grande y libre'. Otro de los edificios denunciados por el PSPV es el conservatorio de la Generalitat Valenciana, donde también queda a la vista un escudo franquista. En el puerto también existe un inmueble con un recordatorio de la dictadura en las inmediaciones del puente de Astilleros. La lista continúa con la ermita del barrio de Soternes, con una placa en memoria de José Antonio Primo de Rivera. En la pedanía de Massarrojos, la iglesia luce una placa similar a la de Soternes con la frase: 'Caídos por Dios y por la Patria'. La ley, que se encuentra en tramitación, establece que sólo se quitarán los símbolos que no dañen la apariencia estética y artística de los inmuebles. La normativa, cuyo proyecto fue aprobado ayer por el consejo de Ministros, obligará también a los ayuntamientos a facilitar las investigaciones y estudios pertinentes que tengan la finalidad de encontrar restos de víctimas de la guerra civil y del franquismo. En el caso particular de Valencia, la ley instará al Ayuntamiento a facilitar trabajos de campo como el que ha llevado a cabo el Fòrum per la Memòria en las fosas comunes del Cementerio General, y que ha desatado una agria polémica política que ha llegado hasta los plenos municipales. La asociación Fòrum per la Memòria consiguió paralizar en los juzgados la construcción de nichos por parte del Ayuntamiento sobre la sección séptima derecha del camposanto, donde supuestamente reposan los restos de represaliados republicanos. Hace dos semanas, los concejales Matías Alonso y Antonio Montalbán denunciaron la construcción de un panteón privado sobre la fosa de la sección quinta derecha. El coordinador de la asociación por la recuperación de la memoria de la fundación Sociedad y Progreso, Matías Alonso, adelantó ayer que se pedirá de nuevo al equipo de Gobierno que facilite las investigaciones: 'Tras toda la polémica, Valencia será el lugar más emblemático para que se cumpla la ley. Ya nos preocuparemos de que el Ayuntamiento la cumpla'. Fuente: Terra

 

Coloquio Memorial Democrátic

La organización del coloquio «Memorial Democrático: Políticas públicas de la memoria» se ha visto obligada a suspender este acto por la convocatoria de elecciones al Parlament, previstas para el próximo día 1 de noviembre. A causa de la coincidencia con el periodo de campaña electoral, el coloquio se ha tenido que aplazar a una fecha aún sin determinar. El conseller del departamento de Relaciones Institucionales, Joan Saura (ICV), asegura que la necesidad de reflexionar sobre las políticas de la memoria será uno de los primeros objetivos de la próxima legislatura. Fuente: Terra

 

Papeles San Sebastián

La propuesta de EA para que el Ayuntamiento de San Sebastián exija la devolución de los papeles incautados durante la Guerra Civil y que se encuentran en el archivo de Salamanca provocó una larga discusión plenaria. Desde el PP, José Luis Arrúe preguntó las razones por las que la cuestión, ya transaccionada en otras instituciones vascas, se traía a Pleno, mientras el concejal socialista Ramón Etxezarreta, consideró que la devolución de los documentos incautados no podían vincularse al respaldo a la creación de un Archivo Nacional de Euskadi. Finalmente, se votó una declaración institucional para instar al Gobierno del Estado a que devuelva la documentación incautada a los propietarios que así lo soliciten con el único voto negativo del Partido Popular. Fuente: El Correo

 

Enterrar a los muertos

Ignacio Martínez de Pisón

Brasil

La publicación en Brasil de 'Enterrar a los muertos', de Ignacio Martínez de Pisón, ofrecerá al lector una visión de la Guerra Civil española menos romántica, según la editorial que esta semana presentó la traducción al portugués de esta obra. Martínez de Pisón recupera la historia de José Robles Pazos, un profesor que apoyó al bando republicano antes de ser asesinado por los servicios secretos soviéticos, que le acusaron de traicionar al tambaleante régimen democrático. Este controvertido pasaje de la Guerra Civil española cautivó a los responsables de la editora brasileña Record, que decidieron traducir y publicar el volumen, recientemente galardonado con el premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción, concedido por la Semana Negra de Gijón. 'El libro ofrece una perspectiva diferente, que forma parte de una tendencia revisionista de la Guerra Civil', explicó Luciana Villas-Boa, directora editorial de Record. En ese sentido, la editorial también editará una versión reducida de 'La batalla por España', del historiador británico Anthony Beevor. Fuente. Terra

 

La Gomera

La Universidad de Verano de La Gomera promoverá la creación de una sociedad para recuperar la memoria histórica del Archipiélago, según se recoge en el programa organizado para la que será la IX edición de esta propuesta formativa, financiada por el Cabildo insular con el respaldo de entidades privadas y las dos universidades canarias, y que comenzará el próximo día 14. Un superviviente del campo de exterminio de Mathausen y víctimas o familiares de la Guerra Civil española o la II Guerra Mundial, entre los que habrá personas de La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, La Palma y El Hierro, narrarán sus experiencias e impulsarán en la Isla colombina la puesta en marcha de la asociación regional a través de la una jornada temática, que dirigirá el catedrático de Historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Sergio Millares. “Numerosos canarios fueron encarcelados durante la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, unos en centros de confinamiento dispersos entre las Islas en condiciones infrahumanas, y otros que vieron el final de su destino entre la barbarie de los campos de concentración en la Alemania nazi”, explica Ignacio Sell, director de la Universidad de Verano de La Gomera, antes de apuntar que el objetivo final de la jornada temática aludida es recuperar la memoria de todas estas personas. En el mismo sentido se manifesta el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, quien destaca la importancia de la iniciativa, y recuerda que el Congreso de los Diputados ha designado este año como el ejercicio de la recuperación de la memoria histórica de España. Fuente:  http://www.gomeraverde.com/n.php?n=12129

 

El teatro en la II República

La exposición “El teatro en la II República”, que permanecerá abierta los meses de julio y agosto en el Museo Nacional de Teatro, situado en un convento del siglo XVII en la ciudad manchega, transita por imágenes y diversos materiales ligados a dos grandes acontecimientos que relacionaron la Segunda República con la actividad teatral. La muestra se centra en un proyecto que elaboró Max Aub bajo la dirección de Manuel Azaña, presidente de la República, por el cual el Estado decidió tomar parte en la organización y financiación de actividades escénicas, "con el objetivo de convertir la cultura, por primera vez en España, en un bien común". Se creó el Coro y Teatro del Pueblo de Misiones Pedagógicas, que emanaban de la Institución Libre de Enseñanza, un servicio con cine, museo circulante, música, biblioteca y sobre todo, teatro, organizado bajo los auspicios de Antonio Machado y Alejandro Casona, este último como director de actores, así como el Teatro Universitario La Barraca, que se puso en manos del poeta y dramaturgo Federico García Lorca y del secretario de la Unión Federal de Estudiantes Hispanos, Eduardo Ugarte y donde participaron creadores plásticos como Benjamín Palencia, José Caballero y Maruja Mallo. La muestra está dirigida por Andrés Peláez, director del Museo Nacional de Teatro de Almagro, quien ha querido de esta forma sumarse a los actos conmemorativos del 75º aniversario de la II República. http://museoteatro.mcu.es/

 

Museo Pedagógico

Huesca

Han pasado unas semanas desde que el Museo Pedagógico de Huesca abriese sus puertas y el balance es positivo, aunque los responsables esperan ir mejorando las instalaciones en los próximos meses. El museo, que abrió sus puertas el pasado 30 de junio, alberga en sus ochocientos metros cuadrados más de mil piezas que nos hacen viajar en el tiempo y disfrutar como si fuéramos niños otra vez; la mayoría son de diversas escuelas altoaragonesas, aunque se pueden contemplar ejemplares del resto de Aragón y de España. El museo recrea tres aulas de diferentes periodos, una de principios del siglo XX, otra de la época de la República y, por último, una basada en la Escuela Nacional Católica. Pero no sólo eso, también cuenta con una mediateca y un taller de actividades para niños, dos salas de exposiciones temporales y una sala de audiovisuales polivalente entre otras muchas cosas. El horario de visita es de martes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 20 horas, mientras que los domingos permanece abierto solamente en el horario de tarde. El museo está abierto a todo el mundo de manera gratuita. En cuanto a las visitas guiadas, es necesario primero que se incorpore personal, material didáctico y otros recursos para poder llevarlas a cabo. Fuente: Diario del AltoAragón

 

Miranda de Ebro

Con mucha emoción y el recuerdo de otra época que, precisamente, no fue mejor se abría de manera oficial el parque Alcalde Emiliano Bajo de Miranda de Ebro. Sobretodo para sus descendientes, los nietos y biznietos descendientes de sus hijos Carlos y Gloria. Era el acto de «justicia, de homenaje y de gratitud» a «todos los mirandeses que fueron represaliados en la guerra civil», personalizado en él y en los cinco concejales asesinados, «por ser los representantes municipales legítimamente elegidos en las elecciones de febrero de 1936», según destacó Carlos Bajo, el presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Miranda y nieto de este alcalde republicano. A ellos les recordó con sus nombres y apellidos: «Isidoro García de Albéniz, Ricardo Barrio, José Trueba, Miguel Giral y Francisco Mardones». Para Carlos Bajo, la intención es que éste sea un «primer paso» hacia un mayor reconocimiento en Miranda. En este sentido, insistió en que «esperamos que las calles de esta zona puedan llevar sus nombres», tal y como reflejaba la petición que en su día se presentó formalmente en al Ayuntamiento, en junio de 2004. Entre el público destacaban los nietos de Gloria Bajo, Silvia y Juan Pablo Laquerbe, hablando francés. Y es que la hija de Emiliano se exilió a París con tan sólo once años, «cuando fusilaron a su padre y encarcelaron a su madre», precisaban. Para ellos, los sentimientos eran mucho más emotivos. Su madre había fallecido hacía un año, pero, eso sí, sabiendo que existía un compromiso de reconocer a su padre. «Sabía que se iba a hacer algo, aunque no sabía en qué iba a consistir», añadieron. Fuente: El Correo

 

On dormen les estrelles

“On dormen les estrelles”. Joan Garí. Edicions Bromera. Alzira, 2006

Joan Garí (Borriana, 1965), que fins ara havia conreat la poesia, l'article periodístic i l'assaig, va guanyar amb aquest llibre el premi de narrativa Ciutat de València 2004, que suposa el seu debut en el camp de la novel·la. On dormen les estrelles aborda la Guerra Civil vista a través dels ulls de Gabriel, un vell professor universitari jubilat i poeta amb diversos llibres publicats, que com a conseqüència d'aquestes activitats té un cert reconeixement social, per la qual cosa rep la visita dels joves d'una associació que es dediquen a desenterrar les víctimes de la repressió franquista i que li demanen col·laboració. A partir d'aquest fet, el vell professor anirà recordant la seva infantesa quan va esclatar la guerra. Una guerra que va suposar el pas de la infantesa a la vida adulta, el descobriment de la barbàrie, de la mort, l'amor, el sexe i l'amistat. En la novel·la domina la reflexió sobre l'acció, perquè encara que Gabriel és un personatge escèptic i poc compromès, que viu la guerra com tants altres als quals toca viure un moment determinat de la història, la visió de la barbàrie dels fets en tots dos bàndols li fa concloure que "la guerra és l'excusa perfecta per a l'escampament de la roïnesa moral a totes dues bandes del front", i que exhumar els cadàvers de les fosses comunes és un acte necessari per tancar les ferides de la guerra, "perquè sempre s'ha de gratar després d'una Guerra Civil per reunir germans amb germans i pares amb fills, i que puga tornar així la pols amb la pols i assecar de nou tots els llavis". La novel·la és una reflexió sobre el pas del temps, entre el passat i el present. On dormen les estrelles, malgrat la complexitat de l'estructura, té un estil clar i efectiu, i dóna una visió nova i interessant de la Guerra Civil. Fuente: Avui

 

Art a Olot durant el franquisme

El Museu Comarcal de la Garrotxa va presentar fins a mitjan de juliol l'exposició Art a Olot durant el franquisme i la transició a la monarquia parlamentària, un treball d'investigació d'Albert Batlle i Narcís Selles que ha fructificat en una exposició i un catàleg de gran solidesa. Socialment parlant, aquests tipus de treballs, d'altra banda d'escassa presència als nostres museus per la immensa feinada que comporten, reforcen la consciència local i ajuden a mirar endavant amb un coneixement més clar del què s'és i cap on es va. La capital de la Garrotxa ha estat sempre un punt estratègic en la història de l'art d'aquest país: l'escola pressebrista amb Ramon Amadeu al capdavant, inici d'una tradició d'imatgeria religiosa que encara avui s'exporta a tot el món, l'escola paisatgística d'Olot, amb un gran paper dins la història de l'art català, i l'aportació de dues figures de l'escultura catalana ineludibles, com són Miquel Blay i Josep Clarà. Però també Olot ha guardat una equidistància amb Barcelona força curiosa, que podríem definir com a tan lluny, tan a prop i d'amor de conveniència. Això, si tenim present que quan a Barcelona no volen les escultures de Clarà les envien a Olot, però quan volen una protecció del seu patrimoni, també l'envien a Olot, perquè ho consideren un lloc segur, on es cuidarà i respectarà. La imatge dels absis romànics de Montjuïc viatjant cap a Olot l'any 1937 durant la Guerra Civil és un exemple inoblidable. Com totes les capitals d'aquest país, la iconografia franquista envaí els primers anys 40 del segle XX, escoles d'art pintant escuts, misses de campanya sota l'àliga i les fletxes, un món que es va desdibuixant a tot arreu a mesura que el país va canviant la seva economia i costums amb la fi de l'autarquia. Als anys 50 s'albiren noves perspectives, amb els pintors Jordi Curós, Esteve Serrat, Paxinc, i l'escultor Leonci Quera. L'obertura de l'estètica cap al món del pop trenca definitivament els motlles del franquisme amb la incorporació de la generació dels anys seixanta. Les discoteques es tornen escultures habitables, com l'Envelat del Follet, dissenyada sota l'estètica exuberant pel banyolí recentment traspassat Lluís Güell, la imatgeria pop penetra dins les cases particulars, en els costums, i en l'estètica d'artistes com Miquel Plana o Kim Domene, que és la base per a un art de protesta i per a la constitució de l'Assemblea d'Artistes de la Garrotxa, ja durant la Transició. L'obertura d'arxius particulars ha donat a aquesta exposició una documentació i una iconografia inèdites. Olot bé val una visita. Fuente: Avui

La batalla del Segre

Pagès Editors ha publicado el libro “La batalla del Segre i el Noguera Pallaresa (El atac final contra Catalunya, abril-decembre 1938)” en el que han colaborado los historiadores Pol Galitó, Manel Gimeno, Rodrigo Pita y Josep Tarragona.

 

Cátedra Memoria Histórica

La Cátedra Memoria Histórica del Siglo XX de la Universidad Complutense organiza en Madrid (Facultad de Geografía e Historia UCM) los días 11 al 13 de septiembre un curso titulado “La historia reciente en las aulas (El conflicto como materia educativa)”. http://www.rojoynegro.info/2004/article.php3?id_article=10382  Por otra parte la pagina Web de la Cátedra está ya operativa. Podéis consultarla en la dirección:  http://www.ucm.es/info/memorias/

 

todoslosnombres.es

Asturias

Dentro de la web WWW.TODOSLOSNOMBRES.ES se pueden consultar los nombres y la causa del fallecimiento de 7.500 republicanos y republicanas muertos en Asturias y de asturianos fallecidos fuera de nuestra región, como consecuencia de la Guerra Civil y el fascismo. Iremos añadiendo nuevos registros hasta llegar a 10.000 nombres, cantidad fijada para el presente año, aunque calculamos que nos lleve varios años finalizar el proyecto.

 

No Jubilem la Memòria

Marça

Quartes Jornades Anuals de "No Jubilem la Memòria"
En nom de "No Jubilem la Memòria" em plau confirmar que, tal com s'ha fet els darrers anys, el nostre esdeveniment anual tindrà lloc a Marçà els dies 4 i 5 de Novembre del 2006.
Atès que aquest any és el 70è aniversari de l'esclat de la Guerra, els temes principals inclouran les causes que van donar lloc al conflicte i els esdeveniments tràgics dels primers dies, especialment al Priorat. Aviat us en donarem més detalls. També ens satisfà informar-vos que la Generalitat de Catalunya ens ha atorgat una subvenció per a muntar una exposició fotogràfica itinerant amb el títol "Preludi de l'Última Batalla: les Brigades Internacionals al Priorat el 1938". També ens han facilitat ajuts econòmics per a seguir amb el nostre projecte de recerca en aquesta àrea. nojubilemlamemoria@yahoo.com

 

Dibujos de Rmaón y Cajal

Sabiñánigo

La Sala Municipal de Arte de Sabiñánigo acoge, hasta el próximo 30 de julio, la vida en dibujos de Santiago Ramón y Cajal. La base es el libro que editó, hace 4 años, la Asociación Amigos de Serrablo, con motivo del sesquicentenario del nacimiento del científico. Ahora, la muestra, con 26 dibujos de una veintena de pintores, se enmarca en la conmemoración del centenario de la concesión del Premio Nobel y llega a la localidad, en plenas fiestas patronales, tras haber visitado varias localidades. La exposición intenta recoger la influencia que en la vida del investigador tuvo Larrés y su entorno, articulada en tres ejes principales: sus raíces en Larrés e inmediaciones, las localidades en las que vivió su infancia y adolescencia y los dibujos que ilustran el libro de la agrupación serrablesa, todos ellos elaborados por dibujantes que está representados en el Museo Nacional de Dibujo “Castillo de Larrés”. Así, se puede ver en la muestra ilustraciones, de estilos y técnicas distintos, que hacen referencia al nacimiento y bautizo de Ramón y Cajal, o la tremenda coz que el científico recibió en Luna cuando era un niño o el rayo que cayó en la escuela de Valpalmas, imágenes de Ayerbe o su paso por los Escolapios de Jaca, sin olvidar su interés y los descubrimientos que hizo a cerca de la fotografía. En total 26 momentos distintos que han sido recogidos por ilustradores de primer orden, todos ellos con obras en el Museo de Larrés, como ya indicábamos, tales como Antonio Postigo, José Hernández Quero, José Días Azorín, Celedonio Perellón, José Beulas, Juan Hidalgo , Roberto L’Hôtellerie o Enrique Cavestany. Fuente: Pirineo Digital

 

Certamen Dulce Chacón

La Gavilla Verde

Se amplia la fecha de envío de originales al III Certamen Literario Dulce Chacón, se podrán presentar hasta el 30 de agosto de 2006. http://www.lagavillaverde.org/

 

Seminario AEMIC

SEMINARIO ANUAL DE AEMIC 2006 “EL ARTE ESPAÑOL Y EL EXILIO REPUBLICANO” (Historia y memoria en el arte español actual)

Madrid 1 diciembre de 2006

Organizado por AEMIC y el Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes (Universidad Complutense), con el apoyo del Departamento de Historia del Arte del CSIC

Fuente: Boletín nº 16 de la Asociación para el Estudio de las Migraciones y los Exilios Ibéricos Contemporáneos (AEMIC)

http://www.aemic.org/mye16.pdf

 

Penal de Formentera

Aquesta es la pagina en permanent construcció sobre l'antiga Colònia Penitenciària de Formentera (1940-1942), depenent de la presó provincial de Palma de Mallorca. www.campamentdeformentera.es

 

Tierra de Fraternidad

Miravet

El conseller de Relaciones Institucionales de la Generalitat, Joan Saura, presidió en Miravet un homenaje a miembros de las Brigadas Internacionales que participaron en la ofensiva republicana en la Batalla del Ebro de la Guerra Civil. El acto, organizado por Tierra de Fraternidad --una entidad con representación en 21 países--, contó con la presencia de más de 200 personas. El conseller Saura aseguró que el homenaje también era por "aquellos jóvenes que dieron su vida en defensa de la democracia" y recordó que la Guerra Civil fue "el preludio" de una contienda global contra el fascismo. Saura consideró "fundamental" conocer la historia "sin odios ni venganzas" y recordó que la Generalitat ha fomentado políticas de recuperación de la memoria histórica. Asimismo, recordó que la democracia en España "no nos ha sido regalada". Joan Saura recordó que la Batalla del Ebro fue "la más cruenta" de la Guerra Civil y señaló que Miravet "es hoy un símbolo de paz tras haber sido un escenario de guerra". Tras el acto, miembros de la asociación 'El Frente del Ebro' de Corbera d'Ebre, vestidos de soldados republicanos, rememoraron el momento del cruce del río Ebro la noche del 25 de julio de 1938 en Miravet, en recuerdo de la ofensiva republicana en la zona. Fuente: Terra

 

Sant Boi de Llobregat

Testimoni d'un poble (2ª part). Vilaboi, 1936-1939. Temps de guerra

Exposició: Des del 16 de juliol de 2006 al 21 de gener de 2007.

Museu de Sant Boi de Llobregat

http://www.museusantboi.org  museu@santboi.cat

Arxiu Històric Municipal de Sant Boi de Llobregat: ahmsbl@santboi.cat

 

Museo Pedagógico

Huesca

El director del Museo Pedagógico de Aragón, Víctor Juan, afirmó que aspira a que este centro “sea el más moderno del Gobierno de Aragón”, y que se extienda con dos salas en Zaragoza y Teruel. Víctor Juan ya ha solicitado que el Museo cuente con una página web interactiva, “que se pueda visitar desde cualquier punto del mundo y todos los días del año”. Además, se quiere disponer de un blog y poder estar en contacto con todos los centros docentes no universitarios y todos los departamentos de las universidades del país y de Europa. Víctor Juan también considera necesario que se cuente con una sala de videoconferencia, “para que los especialistas que vengan a dar seminarios, cursos o conferencias, puedan rentabilizarse en cualquier otro punto que tenga también esta instalación, y a la inversa”. Fuente: Diario del AltoAragón

 

Web muertos

Manresa

WEB SOBRE LOS MUERTOS DE LA GUERRA CIVIL EN MANRESA (1936-39)

Con motivo del 70 aniversario del inicio de la Guerra Civil, se ha creado esta web que recoge los nombres y apellidos de los 752 manresanos y manresanas que se sabe que murieron a causa de la Guerra Civil i la represión franquista. El web permite conocer las víctimas mortales de Manresa a través de estas 6 listas:

- asesinados en la retaguardia republicana

- muertos o desaparecidos en el frente de guerra

- muertos por lo bombardeos de la aviación franquista

- asesinados a la entrada de las tropas franquistas en Manresa

- ejecutados por el régimen franquista en el Camp de la Bota

- muertos en los campos de exterminio nazis

También se publica una relación conjunta de los 752 víctimas mortales, ordenadas por orden alfabético

Una aportación a la memoria histórica. En recuerdo de todos los muertos y en recuerdo de unos hechos trágicos que conviene conocer para que nunca más se puedan repetir.

La dirección es la siguiente: http://www.guiamanresa.com/morts

Autores del web: 

Contenido: Joaquim Aloy, Ramon Fons i Pere Gasol

Diseño: Arnau Aloy

Otras webs:

Srebrenica, la vergonya d’Europa: http://www.guiamanresa.com/srebrenica

Els bombardeigs franquistes a Manresa (1938-1939): http://www.guiamanresa.com/bombardeigs

Web de Joaquim Amat-Piniella: http://www.guiamanresa.com/amat

La fossa militar del cementiri de Manresa: http://www.guiamanresa.com/fossa

El salvament de la Seu de Manresa el 1936: http://www.guiamanresa.com/laseu

 

Sevilla

El grupo “Recuperando la memoria de la historia Social de Andalucía” de CGT-A se ha dirigido al Alcalde de Sevilla felicitándolo por la iniciativa de exponer, públicamente, la “lista” de aquellos alcaldes, concejales y empleados públicos del Ayuntamiento hispalense que fueron fusilados tras el éxito golpe de Estado del 18 de Julio de 1936 en esta ciudad. En el mismo escrito de felicitación se le anima a que lleve a efecto la reivindicación que desde 2003 se le viene haciendo desde este grupo de trabajo, que consiste -básicamente- en que junto al monolito levantado se inscriban todos los nombres -que hasta ahora se conozcan- en un muro, dejando espacio suficiente para ir añadiendo los que las investigaciones descubran, ya que hasta ahora solo se tienen los nombres de unos 800, frente a los 3.000 que se calcula fueron enterrados, en las cinco fosas que existieron, en su momento, en dicho cementerio. Asimismo esa relación debería de estar disponible en las oficinas de la necropolis para cualquiera que necesite informarse, evitando así que se “desvíe” a los ciudadanos a entidades sociales o personas concretas (historiadores, investigadores ,etc.). Esta reivindicación también viene siendo demandada por familiares de las víctimas desde hace tiempo. Por otra parte en los próximos días los responsables de la iniciativa www.todoslosnombres.org se dirigiran a la Alcaldía de Sevilla solicitandoles, tanto la relación expuesta en el Ayuntamiento como una microbiografia (para insertarla en esta Web) de dichas personas. Fuente: Rojo y Negro

 

Alaró

Conferència “Antes de julio: La respuesta del gobierno Republicano ante la amenaza del golpe de estado”

A càrrec de: Pedro Alberto García Bilbao, profesor titular de Sociología de la defensa i Doctor en Ciencies polítiques de la Universitat Rey Juan Carlos de Madrid

Llòc i data: Dia 10 d'agost a les 20:00 h al Casal de cultura de Son Tugores (Alaró, Mallorca)

 

Anulación consejos guerra

Proposición 2003

PSOE

El Grupo Parlamentario Socialista del Congreso presentó en 2003 una proposición no de ley en el Congreso en la que pedía la ANULACIÓN de todos los juicios sumarios instruidos durante la dictadura franquista contra los dirigentes republicanos y los militantes de organizaciones políticas contrarias al régimen. La iniciativa, firmada por la diputada Amparo Valcarce, requería del Gobierno la presentación de un proyecto de ley para la anulación de los fallos injustos emitidos en los juicios sumarios realizados al amparo de la Instrucción de Causa General de responsabilidades políticas, "por la ilegalidad de estas normas e ilegitimidad de los tribunales y aparatos judiciales que iniciaron esos procesos y dictaron las sentencias". Asimismo, se pedía que el Gobierno facilite el acceso de familiares y estudiosos a los sumarios de los represaliados de la Guerra Civil depositados en los archivos civiles y militares, mediante la catalogación y conservación adecuada de los mismos, en cooperación con las Comunidades Autónomas. Amparo Valcarce explicó en la iniciativa que, a partir de febrero de 1939, el régimen de Franco procedió al enjuiciamiento sumario de las organizaciones políticas representativas de la República y de sus dirigentes, así como a la depuración de todos los organismos del Estado, especialmente alcaldes y concejales, alcanzando a la totalidad de militares republicanos y a otros funcionarios. A partir de 1940, se abrió la "Causa General" contra toda persona que hubiera colaborado con la República o fuera sospechosa de haberlo hecho. "Se descendió a la aplicación de una justicia inmediata aplicada por los dirigentes políticos locales del régimen en cada municipio, formulando denuncias sobre la marcha que constituían prueba y condena. Los juicios sumarísimos celebrados a modo de eliminación sistemática del adversario condenaron por rebelión a quienes fueron leales a la legalidad democrática", añade Valcarce. Para la diputada socialista, "la democracia tiene una obligación moral, pero también jurídico-política, de restitución y reconocimiento moral con las víctimas de la Guerra Civil española y de la dictadura franquista". En este principio se inscribía la presente iniciativa, que venía a sumarse a las promovidas por esta misma diputada para que el Gobierno proporcionara apoyo a las asociaciones y colectivos que, empeñados en la recuperación de la memoria histórica, promueven la búsqueda de los restos de los desaparecidos durante la Guerra Civil. Fuente: Servimedia

 

Alcalá de Xivert

Quico

3 de agosto en el “lokal” de Alcalá de Xivert (Castelló) a las 19 horas.

Charla-debate con el guerrillero antifranquista Francisco Martínez “Quico”, guerrillero de la agrupación de León, Galicia y Asturias.

Organizan: Archivo Guerra y Exilio (AGE) y CNT Ports-Maestrat

http://www.galeon.com/agenoticias/                          

http://www.gratisweb.com/sovmaestrat/index.htm

 

 

Sumario

 

 

La exposición fotográfica "Aragón en Guerra. Perfiles" en Robres

 

Fuente: Heraldo de Aragón

 

La exposición fotográfica "Aragón en Guerra. Perfiles" se puede visitar hasta el próximo 30 de julio en el edificio de las antiguas escuelas de Robres que, a partir del mes de octubre, será el Centro de Interpretación y Documentación de la Guerra Civil.

La muestra, comisariada por Víctor Pardo, se enmarca dentro de los actos conmemorativos del 70 aniversario del inicio de la Guerra Civil que ha organizado la Comarca de los Monegros.

La exposición muestra desde distintos puntos de vista el frente de Aragón en la Guerra Civil española. Incluye casi 200 fotografías procedentes de seis colecciones y un estrambote del Archivo General Militar de vila.

En primer lugar, de la colección particular de Antonio Cobos Berges, que cedió para la muestra su hija, Conchita Cobos, se seleccionaron 30 imágenes, entre las más de un centenar que componen este álbum familiar de fotografías realizadas por Antonio Cobos. Las seleccionadas se corresponden con diferentes momentos de la Guerra Civil y están tomadas en el cerco de Huesca en agosto de 1936 y conforme va teniendo diferentes destinos en Los Monegros, Leciñena y Perdiguera, va incorporando imágenes a este interesante álbum.

Del Fondo de José María Lahoz, pertenecientes al Archivo de la Diputación Provincial de Huesca se seleccionaron otras 30 fotografías anónimas. Recogen los escenarios de la Sierra de Alcubierre en los que anduvo Orwell y que recoge en su libro "Homenaje a Cataluña". Se aprecian los pertrechos militares que sirvieron para los soldados en la Sierra de Alcubierre.

La tercera colección también es de autoría anónima y pertenece al Fondo del Ayuntamiento de Huesca. Es una colección fotográfica en la que se puede apreciar los daños de la artillería en Huesca, desde la perspectiva de la ciudad sitiada en manos del ejército franquista.

En esta colección, se puede ver, además de los destrozos, unas imágenes del San Lorenzo de 1937 que no se habían visto hasta ahora. Un desfile de San Lorenzo celebrado tímidamente a las seis de la mañana para no llamar la atención sobre posibles bombardeos.

Miradas extranjeras

También se recogen imágenes del Archivo Kati Horna, procedente del Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca. Esta fotógrafa húngara vino a España en 1937 y estuvo en diferentes puntos del frente de Aragón. De las escasas 250 imágenes que pudo rescatar buena parte está ubicada en el entorno de Huesca: el cerco desde la perspectiva de los milicianos.

Hay además, imágenes del Archivo Agnes Hodgson, donadas al Consejo Comarcal de Los Monegros. Se trata de una enfermera australiana que estuvo en el hospital de Grañén, Poleñino y Sariñena durante el año 37, donde hizo una interesante colección de fotografías y escribió un diario publicado este año.

Asimismo, hay imágenes del Archivo Albert-Louis Deschamps, un periodista francés que viene a España en el año 1938 enviado por el semanario conservador y católico L" Ilustration. Destacan fotos de las trincheras excavadas en el interior de Huesca, cuando esperaban que en cualquier momento los milicianos entraran y recuperaran la legalidad republicana.

Por último, otras imágenes proceden de un estrambote de la Colección de panorámicas del Archivo General Militar de vila. Están realizadas por los Servicios topocartográficos del cuerpo fascista de tropas voluntarias italiano y reflejan un paisaje extraordinario de la Sierra de Alcubierre, de Santa Quiteria y del entorno de la capital altoaragonesa, fotografiado desde la catedral de Huesca.

 

Julián Casanova aportó en Robres su visión sobre el conflicto

 

Fuente: Diario del AltoAragón

 

Dentro de los actos que la Comarca de Los Monegros organiza con motivo del 70 aniversario del inicio de la Guerra Civil, tuvo lugar en Robres una conferencia a cargo del catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova.


El catedrático recordó que el golpe de estado del 18 de julio de 1936 contra el gobierno democráticamente elegido de la República no supuso el comienzo de la Guerra Civil, ya que se tuvo conciencia de ello unos días después, “el golpe de estado dividió a la sociedad española”. Cuando el gobierno republicano se da cuenta de que no puede defender la legalidad republicana solo desde España, pide ayuda a las democracias europeas. También los golpistas recurren desde el principio a la ayuda internacional y consigue el apoyo de Hitler y Mussolini. “Las dos grandes potencias del facismo y el nazismo apoyan a los golpistas, no por amistad con Franco, sino por razones geopolíticas”, señala el historiador. Mientras, en Francia Leon Blum cambia de opinión por diversas causas y finalmente en agosto todos los países apoyan el comité de no intervención. Es una España “segmentada en dos por un conflicto que ya tiene dimensión internacional, lo que lo convierte en más sangriento, duradero y universal”, señala.

Casanova destaca como una de las señas de la Guerra, la enorme violencia que se emplea en los dos bandos. “Los golpistas inician una política de exterminio para aniquilar al contrario. Desde el principio reciben apoyos civiles y eclesiásticos (...) Donde fracasa la sublevación, las capas populares persiguen al clero, a los propietarios derechistas y a los que habían apoyado a los sublevados en julio del 36”. (...) “La Guerra Civil empieza internacionalizándose y con una violencia inusitada”.

 

 

 

Sariñena acogió la proyección de dos documentales sobre la guerra civil

 

Fuente: Radio Huesca

 

Dentro de los actos conmemorativos del 70 aniversario del inicio de la Guerra Civil española organizados por la Comarca de Los Monegros, este sábado tuvo lugar en el cine-teatro “El Molino” de Sariñena la proyección de los documentales “Aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón” (1936) y “Alas rojas sobre Aragón” (1937), que contaron con la introducción y comentarios del periodista y escritor Víctor Pardo.

A la proyección asistió el presidente de la Comarca de Los Monegros, Manuel Conte, quien destacó la importancia de poner en valor diferentes singularidades del patrimonio de la comarca como medio para vertebrar el sector turístico, “que ha creado 96 puestos de trabajo en los últimos tres años en Los Monegros”. Un objetivo que se está llevando a cabo a través de diversas acciones como la recuperación del patrimonio cultural relacionado con la Guerra Civil española, a través de la ya inaugurada Ruta Orwell en la Sierra de Alcubierre, y la rehabilitación de otros espacios en los que ya se ha actuado como “Las Tres Huegas”, el búnker de Lanaja y en la actualidad el taller de empleo sobre “Musealización de construcciones militares de la Guerra Civil española” está trabajando en Santa Quiteria, Tardienta.

El presidente recordó que la proyección de los documentales en Sariñena cerraba el ciclo de actividades organizadas por la Comarca de Los Monegros, en colaboración con diversas instituciones, durante el mes de julio, que ha comprendido la exposición “Aragón en guerra. Perfiles” inaugurada en Robres el 14 de julio y que estará abierta hasta el próximo día 30. También tuvo lugar la conferencia de la profesora Ángela Cenarro en Leciñena sobre “Entre el frente y la retaguardia: las mujeres en la Guerra Civil” y la conferencia del catedrático Julián Casanova el 18 de julio en Robres sobre “La Guerra Civil española: setenta años después”. Conte informó asimismo sobre la puesta en marcha del Centro de Interpretación de la Guerra Civil en Robres, que albergará el próximo mes de octubre una gran exposición y congreso nacional sobre la contienda.

Por su parte, Víctor Pardo señaló que la Comarca ha realizado un inventario sobre el patrimonio cultural relacionado con la Guerra Civil que hay en todos los municipios monegrinos, y “ahora los ayuntamientos que lo crean oportuno firman un convenio para la rehabilitación de los mismos, como se ha hecho en actuaciones llevadas a cabo en Alcubierre, Leciñena, Lanaja y actualmente en Tardienta”. Este exhaustivo inventario revela el alcance y el estado de este patrimonio. Trincheras, casamatas, refugios, cuevas, aeródromos, polvorines y parapetos de distinta naturaleza se consignan en un documento que ha servido para desarrollar un detallado plan de recuperación y rehabilitación de este bien patrimonial. Además se ha instado a los ayuntamientos a la protección legal de los elementos inventariados. Pardo recordó que este programa incluye asimismo la recuperación de la memoria oral con más de cien testimonios que se han recogido en soportes audiovisuales durante dos años de trabajo en la zona.

 

 

 

Proyectos y expedientes de Regiones Devastadas pasan al Archivo Histórico de Huesca

 

Fuente: Diario del AltoAragón

De la destrucción causada por la Guerra Civil española dejó constancia un amplio legado gráfico y escrito. Consecuencia de esa devastación fueron actuaciones como las que se recogen en 568 cajas con proyectos y expedientes tramitados por la Jefatura de Regiones Devastadas de Huesca entre 1940 y 1960 para la reconstrucción de pueblos y ciudades afectados por la contienda. Esta documentación, de gran interés para el estudio de la vivienda y el urbanismo durante la posguerra y primeros años del franquismo, se ha incorporado al Archivo Histórico Provincial.

Los efectos de la Guerra Civil española alcanzaron también a los bienes inmuebles. Los daños en Aragón fueron cuantiosos. Para reparar esta situación las denominadas jefaturas de regiones devastadas, entre ellas las de Huesca, tramitaron proyectos y expedientes que tenían por objeto la reconstrucción de pueblos y ciudades afectados por la contienda.

Documentación referida al Alto Aragón y contenida en 568 cajas, se ha incorporado el pasado 26 de junio al Archivo Histórico Provincial de Huesca. El director general de Patrimonio y Cultura del Gobierno de Aragón, Jaime Vicente y la directora del Archivo, María Rivas, dieron cuenta ayer de este patrimonio que ahora podrá ser consultado en territorio oscense. El objetivo es dotar este legado de mayor accesibilidad y pueda ser así consultado por investigadores con más facilidad.

En esos archivos se conservan proyectos de reconstrucción de edificios que hoy forman parte del patrimonio histórico, tales como iglesias parroquiales de muchos pueblos, la catedral o el Ayuntamiento de Huesca. También proyectos de nuevos edificios públicos (ayuntamientos, casas forestales, lavaderos, escuelas, cementerios, mataderos...) y de edificios privados dedicados a viviendas.

 

 

Julián Casanova: "Tratamos de que el espectador de ‘La guerra filmada’ valore por él mismo"  

 

Fuente: El País

 

El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza Julián Casanova (Valdealgorfa, Teruel, 1956) ha coordinado la serie La guerra filmada, realizada en colaboración con la Filmoteca Nacional y estrenada en La 2.

 

Su papel es el de mero introductor. Pese a la "asepsia y neutralidad" de los comentarios que dan paso a las imágenes, augura polémica. "Algunos documentales son muy bestias", dice, "y mucho más duros que las reconstrucciones históricas que se hacen actualmente".

Pregunta. ¿Qué aporta esta serie a la visión de la Guerra Civil?

Respuesta. Aporta diferentes visiones. Hay documentales rusos en los que se ve perfectamente la propaganda soviética, y documentales hispano-alemanes que son auténticamente nazis. Son imágenes plurales. Mucho más que las que se atribuían a las dos Españas, que parece que se reducían a fascismo o comunismo. Hay fascismo, democracia, anarquismo, visiones de las élites, las clases medias y las trabajadoras. Hay muchos datos sobre la internacionalización de la guerra, con entrevistas a presos italianos o alemanes, y documentales en inglés, alemán, francés, italiano, español y catalán. Por ejemplo, el entierro de Durruti, que está rodado en Barcelona y es una manifestación de masas impresionante, pertenece a un documental inglés.

P. ¿Ha sido difícil rescatar las imágenes o estaban bien catalogadas en la Filmoteca?

R. Hay un montón de documentales. Para su selección hemos seguido los criterios de relevancia histórica, valor cinematográfico y conservación. Hemos intentado equilibrar. Al principio, los documentales se generaban sobre todo en el bando republicano. Barcelona, Valencia y Madrid, las tres ciudades con mayor tradición cinematográfica, estaban en zona republicana.

P. En el bando contrario serían obra de los alemanes.

R. Sí, pero también hay españoles que fueron a Alemania. Falangistas y gente de la cultura fascinados por la Alemania nazi. Los primeros documentales de la España franquista no son de los militares rebeldes, mientras que los últimos, en el preludio del NO-DO, está muy claro que interviene la concepción de la historia franquista.

P. ¿Hasta qué punto el NODO supo utilizar la imagen?

R. Los años treinta son un mundo de imágenes. Su impacto, después de la revolución rusa y de los fascismos, es un hecho. Pero los historiadores siempre han tenido una relación ambigua con el documental y con el cine. Creen que hay mucho de ficción y poco de verdad.

P. ¿Era necesaria esta serie?

R. Sí. Creo que no se ha hecho antes porque es ahora cuando hay una proyección social de la historia. En 1986, en el cincuentenario de la guerra, hubo congresos, libros, homenajes a las Brigadas Internacionales, pero los medios de comunicación estaban menos interesados. Ahora hay más demanda, sobre todo por la cantidad de gente embarcada en la recuperación de la memoria histórica. Paralelamente, la reacción del llamado "revisionismo" se produce porque nadie les había recordado que eran herederos de los verdugos.

P. ¿Su papel es el de un mero observador?

R. Sólo en la introducción de la serie dejo claro, y sin lugar a discusión, que la Guerra Civil salió de un golpe de Estado, y al final hago balance de la tragedia:

hubo 50.000 asesinados después de la guerra. La guerra no trajo la paz sino campos de concentración y torturas sistemáticas. En el resto, mi función es bastante técnica. Se reduce a ayudar al espectador a seguir los documentales.

He tratado de que valore por él mismo lo que está viendo. Quienes vean el documental sobre Franco y los nazis se van a cabrear mucho, igual que los que vean la quema de iglesias por los anarquistas.

P. ¿Cree que hay una tendencia a reescribir la historia?

R. Yo huía del modelo de Memoria de España, la serie que hizo García de Cortázar para TVE. Hay historiadores que conociendo la historia la falsean, la inventan y la manipulan. El papel del historiador es no callar nunca lo que no le gusta y no silenciar aquello que encuentra. A partir de ahí hay una cosa que se llama honradez intelectual. Evidentemente, la historia no es neutra. El historiador debe ver la realidad, tratar de reconstruirla. Pero la manipulación es algo muy actual y la guerra, un arma arrojadiza.

P. ¿Aquella serie ofreció una imagen distorsionada?

R. Creo que sí. Es la historia que contaba el PP. Silenciaba clarísimamente la represión y explicaba el franquismo desde el punto de vista del desarrollo y la modernización. Ahora, mucha gente que escribe sobre la Guerra Civil no tiene nada que ver con la investigación histórica. Son obras de tertulianos, periodistas, gentes mediáticas que en realidad buscan público mediante un marketing agresivo.

 

 

 

El Gobierno de Aragón rindió homenaje en la Residencia de Estudiantes al guionista Julio Alejandro

 

Fuente: El Periódico de Aragón

 

El Gobierno de Aragón rindió homenaje anoche, en la mítica Residencia de Estudiantes, al guionista aragonés Julio Alejandro, del que se presentaron varias de sus obras (la casa sin música, La llama fija, Días de otoños y Breviario de los chilindrones, una novela inédita y tres volúmenes (un guión de cine, una obra de teatro y un recetario de cocina) ya editados que son "sólo una mínima parte del poder comunicador de Julio Alejandro".

Eva Almunia, consejera de Cultura de la DGA, definió al escritor oscense de nacimiento y mexicano de adopción, como un "gozador de la vida y de los placeres físicos e intelectuales, que además hacía gozar a los demás tanto con sus escritos como con su persona".

Además, Almunia, relató cómo Julio Alejandro, del que ahora se cumple el centenario de su nacimiento, "hizo herederos de su dinero a sus amigos con la condición de que lo gastaran en fiestas con sus amigos. Yo creo que ése era Julio Alejandro", según Aragón digital.

Al acto que sirvió también para presentar el videodocumental Un mar de letras, del realizador Emilio Casanova, asistieron el hermano del guionista oscense, ya fallecido, Fernando Castro o la directora de la Residencia de Estudiantes madrileña, Alicia Gómez; quien hizo hincapié en "los lazos que unen a los aragoneses con esta institución y cómo algunas de las grandes personalidades que fueron sus residentes han tendido puentes entre nosotros". También estuvieron presentes el viceconsejero de Educación, Juan José Vázquez; la directora general de Cultura de la DGA, Pilar Navarrete; el director del Festival de Cine de Huesca, José María Escriche (que también le rindió homenaje recientemente) y el escritor Antón Castro, quién indicó que "Julio Alejandro, junto a García Lorca han sido los que mejor han hecho hablar a la mujer".

La consejera también subrayó que "lo mejor que podía hacer el Gobierno de Aragón era reeditar sus creaciones literarias", en referencia a la nueva edición de sus libros La casa sin música, La llama fría, Días de Otoño y Breviario de los Chilindrones. Y destacó a su vez la personalidad polifacética de Julio Alejandro: "Por lo que realmente era conocido era por ser guionista de Luis Buñuel pero también fue poeta, dramaturgo, cocinero, marino, profesor de baile, etcétera".

RELACIÓN CON BUÑUEL

Julio Alejandro (1906-1995) fue guionista de algunas de las películas más importantes del realizador de Calanda Luis Buñuel, como Nazarín, Simón del Desierto y Tristana y "no hubieran sido probablemente lo que son sin la capacidad narradora" de este oscense "y su perfecta simbiosis con la mirada cinematográfica del turolense". Sin embargo no sólo fue guionista, "un oficio al que llegó por casualidad", sino que "para describirle por entero, deberíamos hablar de su personalidad múltiple y variopinta, compleja y sinuosa que le empujó a una vida repleta de anécdotas increíbles". Y es que además fue dramaturgo, poeta, narrador, gastrónomo, marino, filósofo, historiador, cartógrafo, profesor, director de baile, conversador y memorialista.

Por otro lado, Almunia comentó la próxima convocatoria de tres becas para jóvenes aragoneses "para que puedan seguir formándose y viviendo en ese ambiente" de la residencia de Estudiantes como hicieron Ramón y Cajal, Ramón Acín o Pilar Bayona. Esta situación "demuestra, una vez más, la colaboración del Gobierno de Aragón con la residencia y de la residencia con el Gobierno de Aragón", apostilló la consejera de Cultura.

 

 

 

Alfons Cervera: “Cada vez hay más jóvenes que quieren saber sobre la República"

 

Fuente: Diario de Teruel

 

Las Jornadas Los valores de la II República, 75 años des­pués, finalizaron ha­ciendo un especial hincapié en la figura de los guerrille­ros. El documental Siempre será la Pastora, la conferen­cia de Alfons Cervera, Ma­quis. Vivencias guerrilleras en el monte, y los testimo­nios de tres supervivientes pertenecientes a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, fueron los encargados de poner el broche de oro a este ciclo.

 

"La historia la hacemos entre todos y olvidamos a los auténticos protagonistas. Ahora los intelectuales ocu­pamos su espacio mientras ellos permanecen esperan­do", afirmó Alfons Cervera, director del Forum de De­bats de la Universidad de Valencia, en su intervención de ayer. Con el documental “Siempre será la pastora”, de Ismael Cobos, arrancó la úl­tima jornada de este ciclo. El documental intenta descu­brir la verdad sobre Teresa Plá Meseguer, más conocida como La Pastora, una mítica guerrillera del Maestrazgo. "La historia se construye de una forma magistral, ya que el director, a la vez que roda­ba el documental, intentaba descubrir la verdad sobre La Pastora", destacó Cervera.

 

Memoria histórica

 

La jornada contó con los testimonios de varios su­pervivientes de la II Repú­blica. Remedios Montero, Esperanza Martínez y Flo­rián García, todos ellos pertenecientes a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, narraron sus viven­cias en los montes, en la cár­cel y en el el exilio. También contaron con la presencia de Manuel Gil Prieto, que, a pe­sar de no luchar en las gue­rrillas, tuvo un importante papel en aquellos años.

 

"Cada vez hay más gente joven que. quiere saber lo que pasó durante la Repú­blica", afirmó Alfons Cer­vera. "Si a estas ganas de saber, le sumamos las ganas de contar de los supervi­vientes, que durante años se han visto silenciados, tene­mos un importante movi­miento de recuperación de la memoria histórica",' des­tacó. De esta forma, dándo­les voz en la ficción y en la realidad fue el modo en que los organizadores de las jornadas rindieron homena­je a los protagonistas de la II República.

 

 

 

Las trincheras de la Guerra Civil en Sarrión ya son visitables

 

Fuente: Diario de Teruel

 

Dos niños de corta edad aprovechan el nido de' ame­tralladoras de Sarrión para jugar a la guerra. Allí el es­truendo de las balas de ver­dad resonó durante atlos y aún se pueden encontrar cas­quillos en los miles de me­tros de trincheras que perfo­ran los montes de la zona. Esas sierras sirvieron de es­cenario a las luchas entre re­publicanos y nacionales y ahora los restos de esa con­tienda pretenden convertirse en destino turístico y testi­monio de un conflicto que muchos de los qu.e lo vivie­ron aún quieren olvidar.

 

A tan sólo cinco kilóme­tros del casco urbano de la población las trincheras y los búnkeres comparten te­rreno con las simas para guardar material y los restos del hospital militar. El Ayun­tamiento quiere consolidar y recuperar esas ruinas, mu­chas de los cuales han varia­do poco en los últimos 70 años.

 

Sarrión fue un punto es­tratégico durante la contien­da al estar situado entre la zona valenciana, dominada por los republicanos y Te­ruel, territorio conquistado por los ejércitos franquistas. "Las trincheras fueron usa­das· por ambos bandos y no se sabe quienes las constru­yó, las iban retomando con­forme iban ganando terre­no", explica Gersón Beltrán, coordinador del proyecto de musealización de los restos junto con Miguel Cañas, de la empresa Guías de Gúdar.

 

En los montes de Sarrión hay nidos de ametralladora, puestos de mando, búnkeres y trincheras. Pero además, también se conserva la es­tructura de un antiguo hospi­tal que se va a recuperar en fechas próximas y en el sub­suelo hay cientos de simas que eran utilizadas por los vecinos para guardar material. "Escondían las cosas de casa.en agujeros excavados en sus propios campos y ta­pados con una losa de pie­dra", comenta el alcalde de Sarrión, Narciso Martín, quien matiza que "no se sabe con seguridad si pertenecen a la Guerra Civil".

 

La recuperación de los restos de la contienda española es un proyecto muy am­bicioso que requerirá una fuerte inversión. Hasta el momento, diversas institu­ciones han aportado más de 180.000 euros y las previsio­nes es que se necesiten al menos 150.000 más para do­tar de contenido el centro de interpretación, que podría abrir sus puertas este verano, y recuperar la estructura del antiguo hospital, entre otros trabajos.

 

La recuperación de los testimonios de la Guerra Ci­vil no ha sido sólo en lo que a infraestructuras se refiere, sino que el proyecto ha in­cluido una investigación fundamentada principalmente en los archivos militares y en la que ha participado el Co­ronel Fernando Sanz.

 

Un masovero habla en primera persona de las penurias de.la posguerra

 

Manuel Cercós nació en 1942 y vivió sus primeros años en la Masía de Don Pedro, situada en plena zo­na del conflicto. La sombra de la guerra planeaba sobre el recuerdo de sus padres, pero también en los campos de cultivo, donde "las ove­jas se comían los huesos de los cadáveres que dejó la guerra". Según el masove­ro, muy pocos de los cuer­pos se recogían: "Mi padre decía que habían venido a por uno o dos, pero los de­mas estaban allí. Al final de la guerra los tapaban un poco para que no olieran", co­menta.

 

Él era un niño, pero co­mo toda su generación, re­cuerda haber vendido los restos de metralla que en­contraban. La mayor parte de los vecinos de Sarrión iban en busca del hierro pa­ra luego venderlo ya que, según Cercós, "era lo más rentable, como la trufa aho­ra". Muchos de ellos aún tienen secuelas de' ese tra­bajo, en el que perdieron al­guno de sus miembros. Ma­nuel Cercós comenta qúe en todas las masadas hubo desgracias, aunque matiza qué su familia no iba aposta a recoger la metralla: "Ven­díamos la que encontrába­mos", apunta.

 

Para rentabilizar al má­ximo los proyectiles encon­trados, los explotaban en el interior de los búnkeres porque "si no se tapaban, no quedaba la chatarra". Cercós asegura que el di­nero "tenía mucho va­lor enton­ces" y el hierro lo pagaban a peso. El hambre dé enton­ceS hizo que se tiraran ba­rrenos para sacar el mineral del encofrado.

 

Manuel Cercós indica que en las masías las penurias fueron menores porque "como se trabajaba en es­pecie, siempre había algo que llevarte a la boca". Los peores recuerdos que tiene de la posguerra están vin­culados a los maquis. "Estábamos aborreci­dos, eran como los de la ETA, ve­nían y tení­amos quedarles de comer sin decir nada". comenta. "Les tenía mucho miedo. La zona de nuestra masada estaba olvi­dada y era una de las más castigadas", argumenta.

 

 

El proyecto incluye un centro de interpretación sobre el conflicto español

 

La Guerra Civil aún levanta ampollas en Sarrión. Todavía quedan personas que vivie­ron muy de· cerca los efectos de la contienda y el objetivo de los responsables de la mu­sealización de los restos es "recuperar la memoria desde el punto de vista menos do­liente", explica Gersón Bel­trán, coordinador del proyec­to, quien añade que les gusta­ría "plasmar una realidad sin abrir viejas heridas".

 

Sin embargo; Beltrán es consciente de que se enfrenta a un tema muy delicado: "Creo que hemos conseguido hablar de la guerra sin incli­narnos de un lado u otro, aunque algunos pueden argu­mentar que ese intento de ob­jetividad ya es un posiciona­miento", matiza.

 

El proyecto incluye la re­cuperación de restos que ha­blan por sí solos, como el ni­do de ametralladoras sobre el que se domina todo el Ba­rranco de la Hoz o losbúnke­res que pueblan el monte sa­rrionés. Sin embargo, cada uno de los restos se acompa­ñará de paneles explicativos que ubiquen al visitante y le faciliten la ruta, parte de la cual ya se ha señalizado me­diante hitos.

 

El punto de partida, o de cierre, según decida el turis­ta,será un centro de interpre­tación que se instalará en el antiguo depósito de aguas de la localidad. Allí se explica­rá, a través de paneles y de restos, "la historia desde lo general a lo particular, desde lo que supuso la Guerra Civil hasta su repercusión en Sa­rrión", matiza Gersón Bel­trán.

 

En una vitrina se mostra­rán las piezas encontradas en las trincheras, como bombas de mano, balas de los ejérci­tos ruso y francés y proyecti­les italianos. Beltrán matiza que no hay demasiado mate­rial porque se vendió en la posguerra para obtener bene­ficios económicos.

 

El responsable del pro­yecto museístico apunta que se ha excavado una "pequeña muestra" de las ruinas que hay en los montes de Sarrión. "Hay muchos restos y como no se podía actuar en todo. Se hizo una prospección y se decidió rehabilitar la zona del nido de ametralladoras y la del sistema defensivo so­bre el Barranco de la Hoz porque son un reflejo de to­do", argumenta Beltrán.

 

 

Nido de ametralladoras

 

En la actualidad es uno de los espacios más llamativos de los que se conservan y desde él se observa todo el barranco. El nido proporcio­naba a la unidad suficiente capacidad de fuego y las zo­nas fuera del alcance se bac tían con armas ligeras.

 

Abrigos de tropa

 

Su misión era proteger al soldado y aliviarlo de la ten­sión del conflicto. Tenían in­teriores muy espaciosos y cuentan con un respiradero que servía para que entrara aire limpio y para hacer fuego.

 

Puesto de mando

 

Eran las construcciones que mayor protección ofrecían y en ellas se escondían quie­nes estaban a la cabeza de la compañía y desde ellos se ordenaban y coordinaban las decisiones.

 

Puesto de observación

 

Tienen dos objetivos dife­renciados. Por una parte, desae allí se observan los movimientos enemigos en proximidad y, por otra, ayu­da a la corrección del tiro de las unidades de Artillería y de los morteros lanzados por la Infantería .

 

Abrigos de tropa

 

Son las líneas que vertebranl al conjunto del sistema de­fensivo y abarcan el grupo de la loma, la comunicación con la colina y los búnkeres situados enfrente. Los ra­males que descienden des­de el camino hasta la va­guada del valle se denomi­nan ramales de canalización y son caminos a cubierto para transitar por la posi­ción. En los montes de Sa­rrión hay kilómetros de es­tos ramales, parte de los cuales son visitable.

 

 

 

Fórnoles recupera la casa natal del escritor Braulio Foz

 

Fuente: Heraldo de Aragón

 

Fórnoles acaba de inaugurar un centro de visitantes dedicado al literato Braulio Foz en su casa natal, tras llevar a cabo una cuidada labor de rehabilitación que ha permitido recuperar la estructura original de esta vivienda.

El museo consta de varios pisos y muestra fotografías y paneles explicativos sobre la vida y obra de este escritor. En la fachada principal aparecen unas placas alusivas a Roz, autor de la novela La vida de Pedro Saputo, escrita en el año 1844 y considerada como una de las obras más importantes de la literatura aragonesa.

En la planta sótano aparecen objetos relacionados con la cultura del aceite y evidencian la importancia de este cultivo en todo el Bajo Aragón histórico. Unas estrechas escaleras conducen a la parte superior que recoge, entre otras cuestiones, un audiovisual sobre su biografía o una recreación de una vivienda tradicional, con el hogar, la alcoba o un despacho. Una de las curiosidades es la información relativa al meridiano de Greenwich, que atraviesa su casco urbano, o a la arquitectura popular del Matarraña. El tercer y último piso albergará una biblioteca con obras de Braulio Foz y del médico Andrés Piquer, también natural de esta pequeña población.

El alcalde, Ernesto Serrat, recordó que este proyecto para adquirir la casa y convertirla en museo nació hace ocho años. La primera fase se acometió con cargo al Plan de Dinamización Turística, mientras que para ejecutar la segunda fue necesaria la colaboración de Omezyma y de la Diputación Provincial de Teruel.

 

 

 

El Centro de Estudios del Jiloca recupera la figura y obra del ilustre liberal Isidoro de Antillón

 

Fuente: Diario de Teruel

 

El Centro de Estudios del Ji­loca, CEJ, va a recuperar al ilustre científico y político li­beral, Isidoro de Antillón, una de las máximas figuras que ha dado la provincia de Teruel, ya que nació en Santa Eulalia del Campo en 1778 y murió 34 años más tarde en su pueblo, cuando lo lleva­ban enfermo y prisionero a Madrid.

 

El libro que va a reeditar el CEJ gracias a un ejemplar que se conserva en la Biblio­teca Nacional es Disertación sobre el origen de la esclavi­tud de los negros, motivos que la han perpetuado, ven­tajas que se le atribuyen y medios que podrían adoptar­se para haee prosperar sin ellas nuestras colonias, es­crito por Isidoro de Antillón y Marzo en 1811.

 

Este libro es, según el in­vestigador y que ha escrito la introducción de la reedi­ción por parte del CEJ, José María de Jaime Lorén, el me­jor. "La disertación sobre el origen de la esclavitud es una de las primeras obras que se escriben en España y en el mundo en contra de la escla­vitud. Hay que decir que has­ta el siglo XIX estaba muy extendida la esclavitud en los territorios del ultramar" .

 

José María de Jaime Lo­rén añadió que la obra de Isi­doro de Antillón es muy pro­lija fruto de una vida muy in­tensa que tuvo y que abarcó diversos campos desde el científico al político. Fue ca­tedrático de geografía y en esta faceta, Isidoro de Anti­llón introdujo en España la nueva geografía con criterios más rigurosos, comentó el biógrafo de Isidoro de Anti­llón y Marzo. Escribió a títu­lo de ejemplo Carta del mar Mediterráneo y Carta del Oceano Atlátieo y más próxi­mo a la provincia de Teruel, Isidoro de Antillón, en una huida que hizo de Madrid perseguido por los franceses en 1808, aprovechó para ha­cer mediciones de enorme precisión por Cuenca y la Se­rranía de Albarracín, que lue­go se plasmaron en un libro. Precisamente, el Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín también va a ren­dir otro homenaje con la ree­dición de una de sus obras.

 

Como político, Isidoro de Antillón llegó a ser diputado en las Cortes de Cádiz, don­de se proclamó la primera Constitución española, 1812. Fue miembro del Partido Liberal. Con la vuelta de Fer­nando VII a España anula la Constitución y decide encarcelar a todos los diputados li­berales, entre ellos a Isidoro de Antillón. Enfermo y preso es conducido desde Mora de Rubielos, donde se había acogido con su familia al amparo de su tío canónigo, hasta Santa Eulalia del Cam­po, localidad en la que murió e13 de julio de 1814.

 

El Centro de Estudios del Jiloca tiene previsto presen­tar la reedición sobre El ori­gen de la esclavitud de los negros el próximo mes de octubre en Santa Eulalia. Se editarán 1.500 ejemplares.

 

 

 

Entrevista a Juan Carlos Ferré, presidente de la ARMHA

 

Fuente: Aragón Digital

 

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMHA), aunque se presentó hace un mes, ha comenzado su labor hace ya un tiempo. Su presidente, Juan Carlos Ferré Castán, comenta el afán principal de esta organización: conocer lo que pasó durante la Dictadura de mano de los propios testigos.

Profesor de Historia en el IES Martínez Vargas, Juan Carlos Ferré es el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA). Esta organización ha nacido con la intención de acercarse a la realidad de los acontecimientos ocurridos desde la Guerra Civil hasta la Transición democrática, haciendo oir la voz de los que lo vivieron.

Pregunta.- ¿Los ganadores escriben la Historia?
Respuesta.- Sí, siempre. Pero no sólo ahora. Si se hubieran escrito más libros desde el punto de vista de los perdedores, los ganadores nunca lo hubieran consentido, con lo que el final no los habríamos podido leer. Aunque el principal problema actual es que la Historia está en crisis. No es una cuestión de quién la ha escrito, sino de que se han olvidado partes de lo que pasó. La memoria histórica permite que intervengan testimonios de personas que, de otra forma, nunca hubieran figurado en los libros porque no existían documentos ni evidencias tangibles. Permite la entrada de los desconocidos; pero ésta no es sólo una cuestión de este momento.

P.- ¿Cuál es la intención de la ARMHA?, ¿con qué objetivos ha nacido?
R.- Principalmente pretendemos recuperar la historia que, de forma consciente o no, ha sido olvidada. A pesar de lo que pueda pensar la gente, no hay ningún afán revanchista ni partidista en esta organización. Pretendemos buscar la verdad y acercarnos a ella, sea cuál sea. Entre otras líneas de trabajo, queremos crear un centro de documentación que esté abierto tanto a investigadores como al público en general y en el que se garantice la conservación de testimonios escritos y orales sobre la rebelión franquista.

P.- ¿Y cómo pretenden conseguirlo?, ¿cuáles son los pasos que quieren seguir?
R.- En este momento tenemos cinco líneas de trabajo, aunque poco a poco queremos abrir más frentes. Por una parte, vamos a presentar nuestro proyecto a nivel comarcal, para poder contactar con personas y conseguir más información para posibles trabajos y estudios. Además, consideramos que debería haber una rehabilitación del profesorado de la Universidad de Zaragoza. Otro tema importante es la reedición de obras que, en este momento, no se pueden encontrar, bien porque estén descatalogadas o bien porque son de editoriales extranjeras. También queremos auspiciar un libro de Historia Local, que actualmente se encuentra en talleres. Por último, tenemos intención de organizar un encuentro con el máximo posible de asociaciones estatales de recuperación de la memoria histórica. Desde las organizaciones de Emilio Silva o Cecilio Gordillo, hasta lo que se está haciendo en Cataluña a través del Memorial Democrático.

P.- ¿Me puede explicar exactamente a qué se refiere con lo de “rehabilitación del profesorado universitario”?
R.- Pues que una parte del profesorado universitario de ideologías progresistas fue sistemáticamente castigado durante la dictadura. Nos gustaría ponernos en contacto, abrir una vía de colaboración con la Universidad para que se recuperara esa memoria. En concreto, se tomaron muchas represalias contra el profesorado progresista aragonés, que había tenido una importancia clave desde el punto de vista de la cultura en general y de la aragonesa en concreto. Queremos obtener el respaldo de la Universidad en nuestras actuaciones.

P.- El programa de actuación de su actuación es muy grande, ¿han pensado en pedir ayudas al Gobierno de Aragón?
R.- Desde luego creemos que la Administración debe ser un paraguas para albergar y fomentar las diferentes asociaciones e iniciativas sin poner cortapisas. Evidentemente, esperamos su colaboración y en breve solicitaremos una entrevista para hablar de este aspecto. La ayuda principal que solicitamos es un local donde reunirnos, pues actualmente utilizamos los espacios de diferentes asociaciones de vecinos de Zaragoza. La forma de ganar identidad, de hacer una biblioteca y de ir recogiendo la documentación que tenemos a título particular pasa por cubrir esta necesidad.

La Historia en la escuela

P.- Haciendo ahora referencia a su profesión, ¿la programación de contenidos de la LOE permite la introducción de la memoria histórica como parte fundamental de la educación?
R.- Las programaciones, tal como yo las entiendo, son pautas indicativas; y, por lo tanto, dentro de ellas se puede abordar todo tipo de temas no sólo en el sentido tradicional. Yo digo que soy profesor de lo que me dejan los alumnos. En el sentido positivo, pues la memoria histórica desde el punto de vista de la metodología y de la motivación está permitiendo, no sólo en el instituto en el que trabajo yo, unir la sociedad con los centros educativos. Pero el problema no reside aquí; la reforma, en cierto modo, significa muchas veces no entrar a fondo en el problema de la cuestión educativa. En este momento estamos llevando a cabo planteamientos educativos de hace dos o tres siglos, incluso más antiguos. Y creo que hay que buscar vías para que la escuela se acerque a su entorno.

P.- Como, por ejemplo…
R.- Por ejemplo, si en este momento hay una reivindicación ciudadana sobre la memoria histórica, eso debe llevarse a la escuela, que debe ser el reflejo de la sociedad. O trazamos y largamos puentes entre la sociedad y los centros, o se seguirán alejando mutuamente. Un currículo es algo más que contenidos. Cuando se elaboran para las leyes educativas, la sociedad tiene algo que decir; hay que dar cauces para que la sociedad hable, y no sólo los profesionales, el profesorado o la administración. Si esto no se consigue, dará igual que se reformen los currículos, pues es sólo una forma de parchear la situación.

P.- Entonces, ¿cuál es la clave para unir sociedad y educación?
R.- Es secreto consiste en ser críticos. Hay que plantearse cómo pudo ser que en Alemania, uno de los estados con mejores estructuras académicas en el siglo XIX y XX, se produjeran situaciones absolutamente abominables. Educación no significa sociedad feliz y escolarizada, sino que a veces da lugar a lo indeseable. Por eso, hay que analizar y cuestionar la idea de que ser culto conlleva ser mejor persona. Evidentemente supone una mejoría, pero hay que afinar en qué parte del ser humano.

 

 

Paloma Aguilar / Julián Casanova: “No se puede parar la recuperación de la memoria de las víctimas de Franco”

 

Fuente: El País (entrevista de Juan Cruz)

 

Dos historiadores, Paloma Aguilar, profesora de Ciencia Política en la UNED y autora del libro ‘Memoria y olvido de la guerra civil española’, y Julián Casanova, catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Zaragoza y autor de ‘La Iglesia de Franco’, abordan aquí sus propuestas para avanzar en el debate sobre la memoria histórica.

 

Una nueva mirada al pasado

 

PALOMA AGUILAR TENDRÁ PRONTO 41 AÑOS. Nació en Madrid y su familia es zamorana. En el pueblo de su madre está todavía la alcaldesa que estaba al mando en el franquismo... De la guerra oyó hablar allí, claro, pero era una niña. Su abuelo cayó del bando franquista, pero nunca estuvo en el frente; en el pueblo del que proviene sigue habiendo, dice, miedo a hablar de la guerra civil. Es consciente de que en ámbitos tan pequeños la gente no se atreve a mirar al pasado, porque en ello ven la posibilidad de un cataclismo... Pero los políticos sí tienen la obligación, “por pedaggía”, de revisar el pasado, y de contribuir a que las víctimas que hubiera sean reaparadas... Su libro Memoria y olvido de la guerra civil española, que apareció en 1996 y que ahora aparecerá revisado en Alianza Editorial, es uno de sus trabajos sobre las consecuencias sociológicas de la dictadura. Con sus compañeras Alexandra Barahona y Carmen González publicó en Istmo, en 2002, su estudio Las políticas del pasado.

 

JULIÁN CASANOVA, ARAGONÉS, TIENE 50 AÑOS. Es catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Zaragoza. Su estudio más importante sobre la posguerra

es La Iglesia de Franco, que publicó Crítica en 2002; dirige tesis doctorales sobre el asunto, participa en programas de divulgación sobre el pasado, y es coautor del libro Víctimas de la guerra civil y de otro sobre la violencia en la dictadura de Franco... Él no tiene ningún antepasado que tuviera que ver con la guerra civil, aunque tiene memoria de que un hermano de su madre tuvo que ir al exilio. “Pero vengo de un pueblo en el que hubo coletivización, anticlericalismo, represión, y claro que tengo experiencia de lo que es el pasado oculto, de lo que no se puede decir”. A los dos les interesa comparar el caso español con el de otras dictaduras, en América Latina y en Europa, y llegan a la conclusión de que nuestra mirada al pasado sigue estando condicionada por la larga duración de la dictadura.

 

 

La polémica abierta sobre lo que ha de hacerse con la memoria histórica de las víctimas del franquismo no cesará mientras no haya un consenso político sobre lo que significó la dictadura. Tampoco habrá olvido. Dos historiadores de las nuevas generaciones reflexionan sobre una discusión que parece interminable.

 

Pregunta. ¿Cómo lo ven?

Julián Casanova. Aquí hay una guerra civil que acaba como otras guerras civiles en Europa, con la rendición incondicional del bando perdedor... Pero en España, la posguerra fue larguísima. Todas las guerras civiles provocan un desequilibrio de memoria, porque los vencedores plantan sus símbolos, sus manifestaciones, sus decisiones por encima de los vencidos. Pero en unos años se produce una reconciliación, un acercamiento, así que el desequilibrio de la memoria no tarda en desaparecer. Pasó en Finlandia, pasó en Grecia. ¿Y qué ocurre en España? Que a la Guerra Civil siguió una dictadura larguísima y un desequilibrio enorme entre la memoria de los vencedores y la de los vencidos. Eso es lo que discutimos en la actualidad. El desquilibrio ha sido grande, porque los vencedores no dieron ni agua a los vencidos durante demasiado tiempo.

Paloma Aguilar. Yo estoy de acuerdo, pero añadiría a las víctimas de los vencidos durante la Guerra Civil, las víctimas del franquismo. Y ninguna de las dos son

suficientemente resarcidas una vez que se instaura la democracia en España... En los primeros años de la transición, las víctimas del lado republicano son las primeras

en ser atendidas en términos de reparación material, no de reparación simbólica, pero de las víctimas del franquismo, si dejamos de lado las consecuencias de la ley de amnistía de la democracia, nos olvidamos hasta 1990, que es la primera vez que se deciden a aprobar en el Parlamento una medida que compense los años de cárcel... Creo que la democracia ha sido tacaña a la hora de compensar a las víctimas del franquismo y de la Guerra Civil del bando vencido... Pero no es todo culpa de la transición: todo lo que pudieron hacer Gobiernos con mayoría absoluta y que dispusieron de más recursos en un momento en que la democracia estaba ya asentada... Creo que en la transición hubo un acuerdo no sólo político, sino también social, para no abordar estas cuestiones directamente, porque todo el mundo temía consecuencias no deseadas... La intentona golpista de 1981 tuvo una influencia sobre alguna de las medidas reparadoras que podían haberse impulsado. Se piensa que es mejor centrar toda la atención y la fuerza en la estabilización democrática. Pero en algún momento se ha de coger el toro por los cuernos y afrontar aquello... Y ese momento puede ser éste, para retomar la política de reconciliación nacional que se hizo entonces... Para eso se puso en marcha la Comisión Interministerial, para culminar ese proceso de reconciliación, diga lo que diga el PP de que memoria y reparación son incompatibles en función de los pactos fundacionales de la democracia... Para este partido, la reparación buscada es equivalente a rencor y venganza...

 

P. ¿O sea, que al principio de la democracia también se quería la recuperación de la memoria histórica?

J. C. En el cincuentenario de la Guerra Civil, en 1986, hubo de todo: congresos, fundaciones, historiadores... Todos nos reunimos muchas veces, se hizo un homenaje

a las Brigadas Internacionales... Pero no se entró en el debate político. La dictadura se separaba de la guerra. Y en la Guerra Civil entró la religión, tanto en un bando

como en el otro, el anticlericalismo y el clericalismo. En España, los monumentos creados tras la guerra son religiosos, no civiles... Y en los noventa, las víctimas siguen viendo que se rinde homenaje a los vencedores, con ceremonias religiosas, sin que haya habido todavía compensación alguna... Mientras tanto, la derecha ha querido consolidar el mensaje de que la República fue nefasta, de que la Guerra Civil fue provocada por todas partes, de que por todas partes hubo barbaridades. Se ha querido hacer tabla rasa del pasado... El PP lo que está tratando de insinuar es que la Guerra Civil es un producto de un desorden caótico que reina en la República que ahora reivindica Zapatero... Según ellos, ese desorden lleva a una explosión de violencia que tenía que ver mucho con nuestra historia, una historia en la que todos matan. Para ellos, la única solución es pasar página. Y lo que decimos muchos es que es preciso compensar y retribuir moralmente a todas esas víctimas que durante años sufrieron acoso, vejaciones y asesinatos, en un tiempo en que los derechos humanos no estuvieron presentes. En los años setenta y ochenta, la izquierda tampoco se preocupó  de los derechos humanos; estaban más preocupados en cómo llegar al poder... Hubo un pacto de olvido, sí, pero porque la propia izquierda no asumió la batalla de los derechos humanos...

P. A. Los derechos humanos no formaban parte del discurso que había en España en la transición. Y no sólo por lo que dice Julián, sino porque tampoco estaba ese asunto presente en el derecho internacional... En lenguaje del derecho penal internacional, el fin de la impunidad empieza a entrar unos años más tarde. Para cuando se empieza la transición ni siquiera se habían creado las primeras comisiones de la verdad. Hubo una, en Uganda, en 1974, pero tuvo poquísimo impacto internacional. Las célebres tardarían aún unos años en crearse.

J.C.. Entonces hay apartheid, hay Unión Soviética... El clima no favorece nada de eso.

P. A. Una generación más joven se incorpora con ese lenguaje de los derechos humanos; mira el pasado y reacciona con perplejidad... Y en España es una generación

distinta la que mira la transición con otros ojos, unos con una visión crítica y otros mostrando su perplejidad... Y observan que algunos jueces españoles están

tratando de juzgar a torturadores de terceros países, mientras que aquí nadie se plantea algo equivalente a lo que han hecho muchos jueces en Chile. Aunque saben que la ley de amnistía vigente en su país les impedirá condenar a esos torturadores —igual que en España—, nada les ha impedido investigar los casos... Esos jueces

chilenos han desempeñado un papel distinto a los jueces españoles. La sociedad civil ha estado mucho más movilizada en Chile y en Argentina que aquí. Es cierto

que los delitos que se juzgaban allí eran más recientes, e implicaban a desaparecidos, lo que parece reclamar un más urgente esclarecimiento de la verdad. Pero han

llegado más lejos en ese esclarecimiento.

J. C. Pero hay una diferencia: los jóvenes que sufren la dictadura en esos países son los mismos que luego luchan en sus respectivas transiciones. Aquí hay dos generaciones por medio, y son los nietos, como se dice siempre, los que reclaman la reparación. La larga duración de la dictadura de Franco es lo que convierte este

problema de la memoria en algo tan peculiar. Hoy a nadie en Argentina se le ocurriría decir que la dictadura fue consecuencia del terrorismo montonero. A nadie. Porque está fuera de discusión. Cuando los argentinos observan las teorías revisionistas que hay en España se llevan las manos a la cabeza. Y es que aquí han pasado cuarenta años, y se ha producido una ruptura social y cultural absoluta.

P. A. Y hay una diferencia importante: la dictadura argentina fue totalmente impopular. Nunca tuvo un respaldo popular, algo que sí tuvo la dictadura en España. Y además, la dictadura argentina está asociada al fracaso económico, mientras que en España está asociada en cierta medida a un periodo de crecimiento, algo por otro lado descabellado, porque no se tienen en cuenta términos de cuánto más hubiera crecido España sin dictador. La duración sí que ha sido fundamental. Aquí nos encontramos en los años setenta mucha gente aún obsesionada con el orden, con la paz, con evitar la repetición del conflicto. Yo creo que uno de los grandes logros del régimen franquista, en términos culturales, es que consiguió permear la cultura política de la conciencia de un miedo atroz a la libertad. Franco convenció a un sector importante de la sociedad española de que, si se reeditaba la experiencia de los años treinta, los españoles volverían a matarse entre ellos. Y en los setenta mucha  gente vivió la democratización con miedo a la confrontación civil. Ese miedo lleva al nunca más, pero pasa por encima de los cuarenta años de dictadura, los que median entre el fin de la Guerra Civil y la muerte de Franco. Ese periodo no sólo lo obvian los políticos, sino la propia ciudadanía, que es la que no se atreve a mirar al pasado. La fe en el sistema democrático hace que hoy debamos superar para siempre el miedo al fantasma de la guerra.

 

P. Han aparecido muchos libros que revisan la historia de la guerra y del franquismo. ¿Cuál es la razón de su éxito?

P. A. He seguido las encuestas del CIS sobre cómo cree la gente que se recordará el régimen de Franco. La opción “el franquismo tuvo cosas buenas y malas” es elegida por el 50% de los entrevistados, mientras que la opción “sólo tuvo cosas malas” es elegida cada vez por un mayor número de entrevistados. La ambivalencia que

acabo de mostrar puede deberse a que hay gente que todavía relaciona el franquismo con un periodo de prosperidad y de desarrollo sin precedentes. Hay muchos que

interiorizan el mito cainita, el mito de que los españoles estábamos condenados a matarnos, y se asocia el franquismo a la expansión de la educación, al tiempo en

que se asientan las bases de la Seguridad Social. Y hay gente que no alcanza a ver la dimensión negativa de aquel régimen, porque a ellos les fue bien.

J. C. El revisionismo sólo es posible cuando hay una historia de víctimas y verdugos, cuando se proyecta socialmente una Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuando los medios se implican. Entonces, los que ya habían dado por descontado el franquismo se sienten acosados, porque ven que ésa no es la

historia que han vivido ellos... Y aparecen la ultraderecha y el franquismo sociológico: “¡Si esto no es lo quemehan contado!”. Y surge una reacción ante los que interpretan la historia de otro modo distinto a como se enseñó durante el régimen. Es cuando se forma una reacción a esta historia. Hubo un documental de TV3, Las fosas del silencio, y en él aparece una señora ensortijada, con abrigo, que dice: “¡Esto de las fosas lo está moviendo el diablo! ¿Qué quieren, removiendo la historia?

¡Nosotros ya perdonamos!”. Ésa es la síntesis: alguien está removiendo la historia, y nosotros vivíamos tan felices.

 

P. ¿Ustedes esperaban que un partido como el PP asumiera posiciones parecidas a la de los revisionistas?

P. A. El PP tiene una relación compleja con el franquismo; no se atreve a condenarlo explícitamente. Pudo haberlo hecho en 1999, cuando gobernaban en minoría, pero se abstuvieron. En 2002 hubo una condena a los totalitarismos, pero no explícitamente al franquismo. Así que el PP tiene una relación anómala con ese periodo. No tengo ninguna duda de que son demócratas, pero sí estoy segura de que tienen una relación ambivalente con ese periodo y no saben muy bien cómo tratarlo. Y claro, eso genera suspicacias justificadas. Su discurso salta de la Guerra Civil a la transición. Y sobre el franquismo siguen abriendo un paréntesis.

J. C. Como si fuera algo necesario, algo que venía necesariamente de aquel caos.

P. A. Según esas tesis, la Guerra Civil se plantea como algo que le sobreviene a la sociedad española. Sobre los años de la dictadura reflexionan poco, y de la Guerra

Civil pasan a la transición. Y la dictadura fueron largos años en los que hubo víctimas de un lado y verdugos de otro. Con respecto a la Guerra Civil, podemos discutir

quién mató más, pero nunca podremos reivindicar claramente a ninguno de los dos bandos, porque en los dos hubo tantísimas violaciones de los derechos humanos que resulta difícil identificarse in matices con uno u otro bando. Pero en el franquismo, las cosas están bastante más claras: hubo gente que abusó del poder, que instauró una dictadura, y hubo gente que sufrió y que murió. ¡Y que todavía no hayamos sido capaces de atraer al PP a que haga una condena explícita del franquismo nos debería hacer reflexionar...! ¡Y que el PP no haya sido capaz de hacer una condena explícita al franquismo también le debería hacer reflexionar a la derecha!

J. C. Creo que conviene hacer énfasis en esto. La represión de 1945 a 1959 fue brutal, desconocida en otras posguerras. Pero en los años de crecimiento industrial,

cuando ya hay gente que se adapta al franquismo, e incluso lo quiere, continúa la tortura sistemática. Y desde ese punto de vista es una dictadura represiva hasta

el final.

 

P. Una pregunta de doble filo: ¿qué consecuencias tendrá para la sociedad española que se sepulte esa memoria, o que se avive?

J. C. Es un proceso imparable. No se va a poder sepultar, no es un problema de aliviarlo. Hay vías para resolverlo.

P. A. Es que simplemente España tiene que cumplir los tratados internacionales que ha suscrito, que estipulan que la desaparición forzada y las ejecuciones arbitrarias

son delitos de lesa humanidad y, por tanto, imprescriptibles. Naciones Unidas ya ha reconocido algunos casos de desapariciones en España, y eso obliga al Gobierno a investigar. En España no hay ningún partido que pida juicios, nadie quiere llevar a la cárcel a nadie. Lo que se quiere esclarecer es la verdad y crear un documento en el que se diga qué se ha hecho, qué se ha dejado de hacer, cuáles fueron los derechos que se anularon durante el franquismo, cuál fue la legislación discriminatoria del franquismo para unos y para otros. España está obligada por los tratados que ha firmado y por la justicia.

 

P. ¿Habrá olvido?

P. A. Ahí entramos en un terreno resbaladizo.No puedes zanjar el pasado con una ley. Porque otras generaciones darán otra mirada al pasado y dirán que no hemos

hecho bien las cosas, o tendrán una concepción de los derechos humanos más exigente que nosotros y querrán ir más lejos.

 

 

 

La Delegación del Gobierno en Aragón abre sus archivos

 

Fuente: Heraldo de Aragón

 

Los aragoneses pueden acceder ya a los archivos de las subdelegaciones de Zaragoza, Huesca y Teruel y solicitar la información que precisen sobre familiares que vivieron en Aragón durante la Guerra Civil española y la posguerra, sobre todo de los años comprendidos entre 1936 y 1945.

Entre otros datos, los ciudadanos podrán encontrar los referidos a los restos de aragoneses que murieron en trabajos forzosos en el Valle de los Caídos y que están enterrados allí. La información sobre este extremo está guardada en 16 cajas, con 116 expedientes cada una, en el archivo de la Delegación del Gobierno en Aragón en su sede de Zaragoza.

Además hay otros cientos de expedientes, que componen una documentación fragmentaria pero que permite conocer la intrahistoria de la capital aragonesa en la retaguardia y cómo era el devenir cotidiano en la ciudad. En ellos figuran, por ejemplo, los altercados ocurridos en 1936 en las carnicerías aragonesas por los bonos de Falange, que los carniceros no aceptaban porque no sabían muy bien lo que iba a pasar. También expedientes abiertos a funcionarios de los Ayuntamientos, cómo era el tráfico de barcas por el río Ebro o quejas por el uso del catalán en el desaparecido Café Ambos Mundos.

El delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, y el subdelegado, Juan José Rubio, explicaron ayer que se ha decidido poner esta documentación a disposición de los ciudadanos, cuando se cumple el 70 aniversario de la contienda que dividió España. También por la gran demanda que existe de personas interesadas en saber qué ocurrió con familiares durante esa etapa.

"El motivo de la rueda de prensa tiene su origen en el recuerdo de aquel día. El recuerdo no es malo, aunque hay quien cree que sí. Pero debemos pensar por nosotros mismos, y para pensar hay que saber", dijo el delegado.

Con ellos estaba el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza Alberto Sabio, que ha sido el coordinador del estudio. Sabio señaló que "a los 70 años del Alzamiento, no puede haber ni conmemoración ni olvido. "Las guerras civiles no se conmemoran, pero el pasado debe ser reconstituido. Acontecimientos tan traumáticos necesitan la terapia del recuerdo", señaló.

Añadió que "no hay que instrumentalizar políticamente el pasado, ése fue uno de los fundamentos de la Transición, pero la mejor receta para el presente no pasa por la ocultación".

Fusilamientos, denuncias, multas gubernativas o sanciones, además de una extensa documentación sobre los aragoneses enterrados en el Valle de los Caídos, se ponen a disposición del ciudadano que requiera comprobar datos sobre algún familiar o allegado.

 

 

 

Agustín Remiro, la historia de un jornalero con un ansia desbocada de libertad

 

Fuente: Heraldo de Aragón (Mariano García)

 

"Era un jornalero típico, pero con un carisma enorme; fue el líder indiscutible de la CNT en la comarca de Épila". Manuel Ballarín, infatigable en su labor de recuperación de la memoria histórica, ha sido el motor decisivo de la publicación del libro "Agustín Remiro. De la guerrilla confederal a los servicios secretos británicos".

La obra ha tenido una vida tan azarosa como la del biografiado, ya que su autor, Antonio Téllez Solá, falleció sin poder verla publicada. Téllez, combatiente en la guerra civil, historiador del anarquismo y de los guerrilleros libertarios en España, murió el 26 de marzo de 2005. Su libro se acaba de presentar ahora en Épila y recupera la memoria de un aragonés que desempeñó un importante papel dentro del movimiento libertario.

Pero, ¿quién era Remiro? Nacido en Épila en 1894, en el seno de una familia campesina, Remiro se acercó muy pronto a la ideología libertaria y acabó afiliándose a la CNT en 1919. En los años 20, de grandes turbulencias en España, Remiro fue afianzándose en el seno del partido y empezó a padecer las consecuencias de su temperamento contestatario: tuvo que cumplir buena parte de su servicio militar en África, alistado en un batallón disciplinario.

Tras la reorganización del sindicato en 1931, Remiro, ya convertido en la máxima figura de la CNT valdejalonense, tuvo que lidiar con una huelga planteada por los anarcosindicalistas en la Azucarera del Jalón. Manuel Ballarín asegura "que fue una huelga con trágica repercusión, ya que se saldó con dos muertos y varios heridos, y el acuerdo al que se llegó al final fue decepcionante para los trabajadores".

El 18 de julio del 36 sorprendió a Remiro en Used, donde estaba segando. De allí viajó a Épila, de donde tuvo que escapar para reintegrarse a la zona republicana en Tardienta a finales de mes. "Poco después se incorporó a la Columna Durruti -relata Ballarín- donde se integró en el grupo de La Noche, encargado de realizar espectaculares operaciones de rescate en zona franquista". Enseguida empezó a labrarse su leyenda. Organizó un grupo de guerrilleros, Los Iguales, que perpetraba sabotajes detrás de las líneas franquistas.

A finales de marzo del 38 se le encargó la formación de un batallón "de toda confianza", exclusivamente bajo las órdenes directas del jefe del Ejército del Este. Fue el mítico batallón de Ametralladoras C, el batallón Remiro.

Acabada la guerra pasó a Francia y allí, muy pronto, entró en contacto con el libertario Francisco Ponzán y empezó a trabajar para la red O´Leary, que se ocupaba de facilitar la evasión de judíos, políticos antifascistas y pilotos derribados de la RAF.

A principios de 1941 Remiro efectuó un servicio de correo para los británicos. Tras cruzar la frontera portuguesa desde Pontevedra, fue detenido y condenado a muerte en abril del 42.

 

 

 

Carme Casas: “Con la guerra se desmontó toda mi vida”

 

Fuente: http://www.diaridetarragona.com/dtgn/noticia.php?id=16857&sec=2

                                                          

18 de julio de 2006, Sant Salvador, Tarragona. Carme Casas (85 años) y su marido, Leandro Saún (94 años), pasan en casa esta apacible tarde de verano a resguardo del calor asfixiante. 18 de julio de 1936, Almacelles, Lleida. Carme (15 años) recuerda a su padre yendo a un bar a reunirse con unos amigos. Ella y su hermana pequeña, desde el balcón de su piso en la calle Mayor del pueblo, ven cómo un guardia civil le pide que se cuadre. Los primeros camiones con milicianos empiezan a salir desde Lleida. Hace 70 años, como la propia Carme reconoce, «se truncaron todos los planes que tenía, con la guerra se desmontó toda mi vida».

Carme Casas nació el 25 de abril de 1921 en Alcalá de Gurrea, Huesca, en un entorno culto y politizado que la marcaría de por vida. Al estallar la Guerra Civil se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas y, tras la caída del frente de Aragón, se trasladó junto con su familia a Barcelona. De allí pasó a Figueres junto con el resto de estudiantes, en medio de una evacuación y un caos general. «¿Y dónde irás?, me preguntaba. Pues, ¿dónde va la gente? Donde va Vicente», bromea. Así que, siguiendo a la multitud, cogió un tren sola hacia Francia. «Es lo más duro que me ha pasado en la vida. Yo sólo tenía 17 años. Pero esto te hace madurar muy deprisa».

Uno de los recuerdos que más frescos tiene Carme es la voz de los gendarmes diciendo: «¡Allez, allez!». Y así llegó a Bélgica, donde sobrevivió sola y como pudo al frío y al hambre, hasta que dos meses más tarde le anunciaron que tenía una conferencia telefónica. Eran sus padres. «No podía hablar de la emoción», recuerda. En aquel momento, cuando la Guerra Civil daba los últimos coletazos y en Europa estallaba la II Guerra Mundial, Carme se reencontró con sus padres en Lozère, Francia. Pero al poco, acabaron en un campo de concentración, donde estuvieron subsistiendo, a temperaturas nocturnas de -15ºC, hasta la primavera de 1940.

Sus primeros meses como exiliada le hicieron ver y vivir una de las formas de sufrimiento humano más duras, experiencias que son difíciles de imaginar. Ella las recuerda muy claramente, puesto que son imposibles de olvidar, pero no con rencor, sino como algo que simplemente le tocó pasar.

Carme aprovechó entonces para empezar a trabajar en la resistencia como enlace del PSUC. Igual que Leandro, su futuro marido. La guerra, el exilio, la actividad política clandestina y, sobre todo, el destino, les llevó a conocerse en 1942. Poco después ambos cruzaron la frontera, pero Leandro acabó en la cárcel de Zaragoza y Carme se instaló en la ciudad donde asegura que «empezó de nuevo mi vida y mi vida política, porque para mí va todo junto». Aunque poco después a ella también la detuvieron y estuvo en la cárcel durante un año y medio. «Es lo más amargo que recuerdo. El trato a los presos era muy duro, sobre todo si eras preso político».

Leandro fue trasladado y juzgado en Tarragona y condenado a pena de muerte. Un año más tarde, Carme acumuló las suficientes amnistías para salir y se trasladó a Tarragona mientras seguía su actividad en el PSUC. No sería hasta 1955 que Leandro sería indultado y quedaría en libertad. Mucho sufrimiento que al final llegaba a su fin.

Carme por fin encontró una cierta tranquilidad en su vida. A pesar del miedo constante y de las visitas a comisaría, ella pudo rehacer su vida y cumplir su sueño de empezar a trabajar como enfermera. Entró en la Clínica Monegal y tuvo dos hijos: Rosa Neus y Leandro. Pero, tanto ella como su marido, continuaron en la política trabajando para el PSUC. Numerosas veces tuvieron en casa escondidos miembros del partido y se reunieron clandestinamente jugándose la vida. «Llevábamos la policía pegada a los talones». Pero aun así, ella nunca perdió su personalidad. Muchos años y vivencias a sus espaldas hacen de Carme una mujer fuerte, de ideas fijas, que siempre aguanta la mirada.

Sin embargo, el dolor aún encontraría vías para amargar a su familia, ya que su hijo recibió malos tratos en el colegio. «Nosotros éramos los enemigos del régimen, pero nuestros hijos no tenían que pagar por ello». Llegados los 70 las protestas y el clamor antifranquista fueron más unánimes, y con la Transición y la democracia parecía que ya se podía respirar tranquilo en casa de Carme y Leandro. Pero no por ello abandonaron ninguno de los dos su activismo. Carme está vinculada a ICV y es secretaria intercomarcal de pensionistas y jubilados de CC.OO. en Tarragona. Además es presidenta de l'Amical d'Antics Guerrillers Espanyols a França y una de las fundadoras de Dones del 36. «Porque hay que luchar hasta el final».

- ¿Qué le parece que ahora se hable tanto de la Guerra Civil?
- Ya era hora de que los medios de comunicación se preocuparan por ello. Un gran silencio ha pesado sobre los 40 años de dictadura y esto ha sido una merma muy grande para nuestro país. Debemos recuperar nuestra memoria histórica, hablar de ello a los jóvenes para que la historia no se vuelva a repetir.

- Con su experiencia en política, ¿qué opinión le merece la actual?
- Hay demasiada incidencia de la derecha y de la iglesia imponiendo una forma de gobernar y de pensar a base de insultos. Y esta no es la manera. Además, la gente se vincula poco en política. La sociedad española aún lleva el lastre y el miedo que arrastramos durante 40 años. Y aún pesa mucho el «qué dirán». Nunca se ha enseñado bien la historia en el colegio.

- El mundo no está mucho mejor...
- Se han olvidado de lo que realmente se debía solucionar: la pobreza. Estados Unidos en su día fue puntero en defender libertades y hoy incumple los derechos humanos. Gracias a ellos surgen guerras en todas partes. Además, se ha inculcado una política de «tanto tienes», no de «tanto vales». Y lo importante es ser, vivir.

- ¿Y respecto a la situación de la mujer?
- La República dignificó a la mujer, la hizo ciudadana de pleno derecho en todos los niveles. Pero todo lo conseguido se lo cargó la guerra y Franco de un plumazo. Hoy hemos vuelto a avanzar mucho, pero aún falta. La mujer debe luchar, meterse en sindicatos y partidos políticos, defender sus derechos.

- Después de toda una vida por y para la política, ¿no se cansa de ella?
- ¡No! Cansarse de la política es hacer una renuncia a todo. Hay que estar siempre al pie del cañón y analizar lo que ocurre a tu alrededor. En España, ahora se empieza a hacer verdadera política.

A partir de los años 70, también Tarragona fue un fuerte núcleo de lucha antifranquista. El centro era el Cafè de la Geganta, un bar ubicado cerca de la calle Reial, donde se vivía la máxima efervescencia de la política izquierdista. A pesar del miedo a la represión, a diario se reunían en él intelectuales, obreros, trabajadores y profesores de universidad. «Era el nexo de unión entre trabajadores e intelectuales». Hasta grandes artistas y escritores de todas partes de Catalunya venían allí. «Éramos los conspiradores, gente de izquierdas que buscábamos una nueva España, cambiar la situación del país y liberarlo de la cadena que le oprimía».

Una «geganta» en la puerta presidía el local, donde había gente en actitud aparentemente normal que ejercía de camuflaje de lo que realmente se cocía en los altillos escondidos. La policía probablemente lo sabía, pero nunca se atrevió a entrar. «Como éramos gente muy diversa quizá no sospechaban que allí se celebraran reuniones clandestinas. Parecía que la mayoría de gente iba allí simplemente a pasárselo bien, a tomar un café y hablar de teatro».

 

 

 

Historiadores de tres generaciones recuerdan la contienda

 

Fuente: Heraldo de Aragón (EFE)

 

Setenta años después del comienzo de la Guerra Civil, historiadores de tres generaciones han hablado de aquella tragedia social cuyos rastros perduran en la transmisión de la memoria de padres a hijos, mientras se lima la división vencedores/vencidos que el pacto político para la democracia aparcó hace casi tres décadas.

Si la mala historiografía "alimenta identidades" y la buena "destruye verdades absolutas", como escribió en sus "Seis lecciones sobre historia" (2002) el historiador Juan José Carreras, catedrático emérito en la Universidad de Zaragoza, la Transición aparece como "el consenso obtenido en las condiciones que, mejor o peor, permitió el momento".

Es la postura "frente a una verdad absoluta" del historiador Santos Juliá (Ferrol 1940), autor de "República y guerra en España, 1931-39" y coordinador del Congreso Internacional que en noviembre de este año acogerá en Madrid los más recientes trabajos sobre la confrontación (1936-1939) y la posterior represión franquista. Santos Juliá recuerda "el final de la memoria única impuesta por los vencedores y la apertura a la nueva cultura política" que propició la Constitución de 1978, para advertir que "si los hijos de vencedores y vencidos recusaron tan explícitamente la guerra, sería disparatado que los nietos reabrieran la herida". Advierte al mismo tiempo que "el recurso a la identidad colectiva" -como vemos hoy con el resurgir de los nacionalismos- ha sido en España un viejo argumento, anterior a la Guerra Civil, que expresa "serias dificultades de convivencia", a las que no son ajenos los países europeos, pero que aquí "enraizaron mucho más durante los 36 años de dictadura". "Un conflicto social interno como el ocurrido entre 1936-39 no podía resolverse más que con una amnistía civil y eso se hizo bien", dijo, pero igualmente está claro que "la culpa o responsabilidad de la guerra recae sobre los generales golpistas que quisieron destituir la República", añadió.

"Obsesionados por la guerra"

Otra perspectiva es la que ofrece Enric Ucelay Da Cal, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien considera "surrealista" que sigamos "obsesionados por la guerra", cuando "el mundo de acelerados cambios socioeconómicos está alterando la vida y actitudes humanas". "La cultura vivencial hispánica no mira a su alrededor", afirma este historiador catalán, de 58 años, criado en el exilio, que se formó en Estados Unidos, investigó la Guerra Civil y opina que los españoles "siguen hurgando en una herida emocional", sin afrontar que "el discurso ha cambiado para romper con cinco siglos de cruzadas". "El presente es fascinante, pero la realidad mental española se queda atrás", advierte Ucelay Da Cal, que echa en falta "una cultura cívica, compartir unos valores políticos enunciados", y observa que "los españoles prefieren aferrarse al dolor que abandonar la referencia".

Cuando el futuro trastoca el esquema de "lo nuestro", para volver a "saber quién somos resulta más fácil aferrarse a Durruti o a José Antonio que jugar con predicciones en la incertidumbre", añade. Ucelay cree que la transmisión conceptual de padres a hijos "está ritualizando una cultura guerracivilista en la que no se admite una opinión contraria que al mismo tiempo tenga razón". "De esa forma -constata-, el pluralismo es falso".

Campos de concentración

Otra visión es la del historiador zaragozano Javier Rodrigo, de 29 años, autor de "Cautivos" (Crítica), quien subraya que "no es casual" que, 30 años después de morir Franco, se estén estudiando "aspectos particulares del terror de Estado ejercido en campos de concentración o trabajo forzoso", lo que él investigó frente a "la falsa memoria" en ese libro, uno de los mejor acogidos en el aluvión editorial de este aniversario.

En los años 80 y 90 la historiografía era combativa y se implicaba, pero ahora, aunque existe también la reivindicación de las víctimas de los vencedores, los análisis históricos -más profesionalizados- exigen extraer todas sus consecuencias, explica Rodrigo, "aunque para ello haya que entender -no justificar- la óptica de los vencedores". "Es preciso integrar en el discurso histórico las consecuencias que esa óptica acarrea", sostiene, y destaca que los actuales análisis historiográficos "no buscan lo homogéneo, sino complejidad". Insiste en que ahora "se trata de entender las razones de los verdugos", más que de asumir el sufrimiento de las víctimas, lo que "sin duda se mantiene como obligación moral".

Memoria como experiencia vital

Otro historiador de su generación, Carlos José Márquez, que ha estudiado el lenguaje "para que el lector reconozca la ideología que subyace en los escritos sobre la guerra civil", resaltó las "valiosas investigaciones" que están apareciendo sobre la represión, "rompiendo un silencio, mantenido por miedo, sobre aspectos concretos de la dictadura". Y consideró de "enorme trascendencia" el proyecto del presidente Rodríguez Zapatero para recuperar la Memoria Histórica, expresión que Santos Juliá pone en plural, ya que "no existe una, sino muchas memorias, en cada una de las vidas de los ciudadanos". "Es la memoria como experiencia vital, distinto de lo que a uno le contaron o leyó en los libros", aclaró Juliá para quien es clave discernir que "una sociedad como tal no recuerda", a no ser que ese planteamiento encierre "un propósito político". "Cuando la memoria no es múltiple subyace la tentación totalitaria", advirtió Juliá al recordar que en el franquismo hubo una memoria impuesta y por eso historiadores foráneos tuvieron que abrirnos el camino, pero en la nueva cultura política "nunca se han tomado medidas para impedir investigar". Por eso este estudioso se enfurece cuando oye decir que hay que levantar la losa del silencio: "¡si de la guerra civil no se ha dejado de hablar!".

 

 

"Lágrimas rojas" recuerda a los españoles que acabaron en los campos nazis

 

Fuente: Heraldo de Aragón

 

Víctor Riverola y Lucía Meler, autores de la película documental "Lágrimas rojas", tenían un objetivo claro cuando iniciaron este trabajo: "Ver hasta dónde llega la maldad humana", dicen. Y para ello han recreado el viaje hacia los campos de exterminio de los deportados españoles, entre los que había numerosos aragoneses, algunos de su propia familia. "Este trabajo es fruto de mi pasión histórica, porque mi tío abuelo, Nazario Serrano Polo, luchó en la batalla del Ebro, y toda la vida le oí contar historias de la guerra", explica Víctor Riverola, de ascendencia aragonesa, concretamente, de la comarca de La Litera.

Y aunque su tío abuelo se librara de la contienda internacional al llegar a Barcelona y afincarse allí, al realizador le marcaron aquellas historias y las de otros que fueron deportados a Francia tras la Guerra Civil, donde se toparon con la Segunda Guerra Mundial para caer después en manos de los nazis. "Es una película apolítica. Nadie habla de partidos, sino de personas que lucharon y que fueron expulsadas de su país, al que nunca pudieron volver. El 50 por ciento de esa gente se quedó en Francia. Muchos de ellos eran aragoneses", explica Víctor Riverola. De los que fueron trasladados luego a campos de concentración nazis, muy pocos sobrevivieron. Entre éstos, el aragonés José Alcubierre, que formó parte del comando Poschacher en Mauthausen y Gusen y que, junto a Francisco Boix y su equipo, logró un arcivo fotográfico sensacional, y que habla en el documental. "En la película salen fotos de todos los aragoneses y el testimonio de Alcubierre y su mujer", añade el cineasta.

Junto al aragonés, Matías Harranz, Francisco Batiste y Eusebio Pérez conforman los principales testimonios, aunque hay otros más, sin olvidar a sus esposas, hijos y otros familiares.

Riverola y Meler querían que su trabajo tuviera una presentación, un nudo y un desenlace. Así, la primera parte es una presentación histórica de la España de 1939-40 que corre a cargo de tres personajes: Javier Nart, abogado y ex corresponsal de guerra, Josep Maria Solé Sabaté, catedrático de Historia, y Joan Saura, consejero del Gobierno de Cataluña.

La parte central de "Lágrimas rojas" escenifica con actores la ruta que siguieron en tren los presos. "Lo hemos filmado en España, Francia, Suiza, Austria y Alemania y hemos utilizado incluso fotografía aérea. Esta parte es en blanco y negro para recrear psicológicamente ese viaje en tren", explica Riverola. El punto y final lo ponen los familiares y amigos de los testimonios. "Hablan del mal y plantean si el Tercer Reich era el mal personificado", añade el cineasta.

La voz de Zapatero

El germen de "Lágrimas rojas" se desarrolló cuando sus autores conocieron que el Gobierno, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, y una delegación del Gobierno de Cataluña, iban a participar en los actos centrales de la conmemoración del 60 aniversario de la liberación del campo de Mathausen. "Regresamos a España con doce horas de grabación y pensamos que había que hacer algo serio con todo este material", afirma Víctor Riverola, que trabaja en la empresa Topographics, a través de la que había realizado anuncios para televisión, publireportajes y videoclips.

Allí, en Mathausen, grabó el discurso íntegro de Zapatero, que finalmente han utilizado con la voz en "off" sobre las imágenes que recrean virtualmente los barracones y el campo de concentración. Además, le acompaña una composición del pianista José Luis Peiré.

En el documental se incluyen imágenes de otros campos de concentración como los de Gusen y Ebensee, e imágenes cedidas por los protagonistas. "En los campos se escucha el sonido de la muerte. Se te clava el sonido de la puerta de la cámara de gas cuando la abres, o cuando pisas un barracón. Sientes un respeto tremendo porque están tocando la muerte en directo".

 

 

 

Ramón J. Campo presentó en Zaragoza su libro “La estación espía”

 

Fuente: Heraldo de Aragón (Mariano García)

 

El periodista Ramón J. Campo, redactor de HERALDO especializado en temas de Defensa e Interior, presentó en Zaragoza su último libro, "La estación espía", en el que desvela la red de espionaje al servicio de los aliados que operó en Canfranc en los primeros años de la II Guerra Mundial. Una red, en realidad varias, que pasó información valiosísima para el curso de la contienda. La investigación, de la que ya avanzó parte en las páginas de este periódico y en el documental "Canfranc, kilómetro 0", ofrece datos novedosos y sorprendentes sobre uno de los capítulos más desconocidos de la guerra mundial.

PREGUNTA- Este libro tiene un nacimiento muy novelesco.

RESPUESTA- Sí. El 27 de abril de 2002 presentaba "El oro de Canfranc" en la propia estación y se me acercó una señora. "Donde usted pone el punto final -me dijo-, yo pongo un punto y seguido. Hay mucho más. Yo pasaba documentos para los aliados, papeles que me daba Le Lay, el jefe de la aduana francesa de la estación".

P.- Una historia que había callado para siempre. Y usted se puso a investigar.

R.- Lola Pardo no se la había contado nunca a nadie, ni siquiera a su propio marido, que había fallecido sin conocerla. Ella, que había tenido relación estrecha con los franceses, trabajaba en la casa de Le Lay. Y él la captó para la red. El momento clave fue un baile de oficiales que se celebraba en la fonda de la estación, Le Lay le pidió a ella y a sus dos hermanas que acudieran vestidas del mismo modo, porque iba a asistir alguien que tenía que reconocerlas posteriormente. Era el pater Planillos, un cura del Ejército español que fue quien recogía los documentos en Zaragoza y los hacía llegar a la embajada británica en Madrid.

P.- ¿Qué había en esos papeles?.

R.- Eran paquetes del tamaño de un libro, que debían llevar de forma disimulada, no en maletas que despertaran sospechas. De Canfranc Lola Pardo viajaba a Zaragoza en tren. Llegaba a la estación del Norte y allí Planillos, vestido de militar, los recogía. Lola se atrevió a abrir uno: había fotografías que mostraban los efectos de los bombardeos aliados e informes en francés e inglés.

P.- Pero los aliados establecieron también otra ruta.

R.- Sí. Para "El oro de Canfranc" yo había hablado con Juan Astier, que había trabajado en la aduana de Mariano Aso. Un nieto de Astier, Emilio, empezó a investigar: había oído que a su abuelo lo condecoraron en Francia, y en alguna reunión familiar había escuchado cómo a su abuela le decían, medio en broma medio en serio: "tu debiste ayudar a preparar el desembarco de Normandía"...

P.- Y saltó la sorpresa.

R.- Sí. Lo que no pasa de ser una leyenda familiar, cuando aparece en negro sobre blanco, cuando encuentras documentación que la avala, deja de ser leyenda y entra en el terreno de la Historia. Después de muchas indagaciones en archivos de todo tipo, Emilio Astier encontró la clave: el sumario, de casi 500 folios, de un juicio del Tribunal Especial contra el Espionaje. Entre los 30 acusados, y condenados, estaba su abuelo.

P.- ¿Cómo era esa otra red?.

R.- La crearon tres antiguos miembros del servicio secreto francés: Richard, Nodon y Paloc, que se habían refugiado en San Sebastián. Se ofrecieron a los británicos al salir de una misa en recuerdo de los combatientes de la I Guerra Mundial. Los alemanes vigilaban estrechamente Hendaya, así que había que buscar otro paso. Y Richard tenía un sobrino en Canfranc...

P.- Astier.

R.- Cuando se desmanteló la red se vio su alcance. Aunque sólo duró un par de años, 1940 y 1941, fue importantísima. Disponían de informadores en todos los puntos de la costa francesa, desde Biarritz a Normandía, que contaban pormenorizadamente todos los movimientos de tropas alemanas y evaluaban sus fuerzas en cada destacamento. Creo que estaban calibrando ya dónde podría hacerse el desembarco, que llegaría tiempo después.

P.- El libro viene a subrayar la importancia histórica de Canfranc.

R.- Es enorme la carga histórica que tiene Canfranc, el paso pirenaico, la estación... Y lo increíble es que un paso tan estratégico e importante esté ahora muerto y franceses y españoles vayan cada uno por su lado. La Historia, creo yo, hay que conocerla, pero además hay que respetarla.

 

 

 

Luis Serrano Pardo: "La II República encarna el esplendor de la imprenta en libertad"

 

Fuente: Heraldo de Aragón (entrevista de Antón Castro)

 

Luis Serrano Pardo (Za­ragoza, 1931) es impresor, dibujante e investigador. Le apasionan el arte pos­tal y las historias de la imprenta. Publica "Los años de plomo" (BArC)

 

- La imprenta parece su tema.

- Sí, he trabajado sobre Mariano Escar, Litografía Portabella. Y además yo empecé a trabajar en la imprenta Octavio y Félez, don­de estuve desde 1945 hasta 1956. Más tarde, permanecí ocho años en Caracas, y regresé ya como dibujante. Trabajé en Gráficas Delta y en Luz y Arte ...

 

- ¿Cuántas imprentas había en Zaragoza en 1931?

- Entre 30 y 35, que son las que in­cluyo en mi libro, aunque hubo otras que abrían y cerraban pronto. Se dio bastante agitación ...

 

- Usted dice que ha querido contar la historia de los tipógrafos, de los encuadernadores. ¿Cómo era la vida de un cajista?

- Bastante normal. Iba al trabajo por la mañana, trabajaba con los tipos de plomo, y era cajista y maquinista en muchas ocasio­nes, si la empresa era pequeña. Todo dependía del tamaño de la imprenta. Por ejemplo, en Octa­vio y Félez se hacían cartas, fac­turas, membretes, impresos, re­cordatorios, tarjetas. Era un tra­bajo variadísimo.

 

- ¿Cuál era la característica del trabajo de las imprentas?

- Yo creo que existía una gran li­bertad. Los títulos de los libros te lo dicen. Aunque se hizo una gran campaña ya desde 1931 por parte de la Iglesia, los libros religiosos están ahí. Algunos ya de­cían que la II República gastaba mucho dinero para combatir las ideas religiosas, pero yo no he visto eso. Publicaron lo que qui­sieron. Luego, los sublevados im­plantaron la censura desde el ini­cio de la Guerra Civil.

 

- Díganos algunas empresas im­portantes de la época.

- Una de las mejores era la de Eduardo Berdejo Casañal, que duró hasta 1947. Era el hombre que mejor imprimía: un profe­sional que se preocupó por for­marse y llegó a escribir sobre la historia de las imprentas. Alcan­zó enorme prestigio en la vida cultural de la ciudad y fue fun­dador del Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón, cuya revista "Aragón" imprimió. Tam­bién se podría citar a Alfredo Uriarte, a Imprenta Blasco, o a Federico Martínez, que además es el único impresor que llegó a ser alcalde (lo fue dos veces), la segunda hasta el mismo 18 de ju­lio de 1936. La lista es mucho más amplia. Los cinco años de la II República representaron el es­plendor de la imprenta en liber­tad.

 

- ¿Qué pasó con la llegada de la Guerra Civil?

- De entrada, se produjo un em­pobrecimiento de materiales, y esa crisis se prolongó hasta alre­dedor de 1950. Nuestro suminis­trador principal era Alemania. Eso afectó a todo, al papel, a los tipos de plomo y a las máquinas.

 

- ¿Sabía usted que aquí se hicieron varias máquinas en los talleres mecánicos Guti?

- Querría preguntarle por Isidoro Achón y Bernardo Aladrén. Achón era un encuadernador de formación autodidacta y un con­vencido de las causas sociales. De ahí que se acabase metiendo en el sindicalismo. Y Bernardo Aladrén también se hizo a sí mis­mo. Era tipógrafo y desarrolló una intensa vida política, en un tiempo en que no existían los "li­berados" como ahora. Era de la UGT. El primero salió moribun­do de la cárcel y murió en 1940; el segundo fue ejecutado 10 de agosto de 1936 .

 

- ¿Qué trajo la censura?

- En los cines se censuraron las es­cenas provocativas, y también muchos anuncios. Si salía "La maja desnuda" en una revista querían saber quién la vendía y también quién la compraba. Los bandos oficiales eran muy cho­cantes. El alcalde de Zaragoza Parellada ordenó en verano: "Queda prohibido circular en camiseta o en mangas de camisa por las calles".

 

- Me ha sorprendido mucho el anuncio del crimen del diestro Nicanor Villalta.

- Su presunta ejecución fue un in­vento de la oficina de propagan­da. Quería hacer ver a todos que los rojos eran muy malos, y mientras en Zaragoza se estaba asesinando a mansalva. Al prin­cipio, los periódicos del nuevo régimen daban noticias de sus ejecuciones. Luego ya no. Des­conozco cómo se justificó su re­surrección.

 

- Cuando indaga en la imprenta de ayer, percibirá cómo han cambiado los tiempos.

- ¡Que si han cambiado! El más in­crédulo soy. Hemos avanzado a la velocidad de la luz. Menos mal que ya he aprendido el manejo del ordenador, que es una máquina de escribir maravillosa.

 

 

 

 

La memoria histórica

Cándido Marquesán Millán

 

Fuente: Diario de Teruel

 

Este año ha sido declarado "El de la Memo­ria Histórica" , que no es otra cosa qué estudiar nuestro pasado histórico, sin prejuicio alguno; tal cual es, sin esconder nada. No pretendo meterme en zarandajas o disquisiciones prolija, coma: que una cosa es la Memo­ria y otra la Historia, que si la primera es selectiva y subjetiva, y que la segunda es científica y objetiva. No quiero adentrarme en estos berenjenales, que no sirven para otra cosa más que para embrollarlo todo y que pueden quedar muy bien en determinados cenáculos universitarios. Mi pretensión es otra. Trataré de ser claro. A ello voy.

 

De entrada, constatamos un nerviosismo de la dere­cha española por eso de la Memoria Histórica. Debería tranquilizarse. Ahora y aquí no se busca reabrir heri­das, ni revanchismo alguno. No van por ahí los tiros.

 

Esa derecha, con la ayudas ideológicas de los Pío Moa o Federico Jiménez Losantos, alega que se está haciendo un flaco favor a la democracia española, al romper el espíritu de consenso de la Transición; que no se debe avivar el fuego ya que podríamos quemamos todos, que el pasado pasado es y que debemos mirar el futuro. Además niegan cualquier merito a la II Repú­blica, considerándola como un torrente desbocado, que engendró tal caos, y por ende, se hizo necesaria e ine­vitable la intervención de los militares, siempre prestos a defender las esencias patrias. Este es su discurso argumental, expuesto brevemente.

 

Como réplica, puede decirse que si algo ha caracteri­zado y caracteriza a la izquierda es su capacidad críti­ca. No así la derecha española que nunca se equivoca. Como el movimiento se demuestra andando, voy a ser crítico. Naturalmente que la II República cometió erro­res, como toda obra humana. Ahí van algunos de ellos. La impaciencia del anarquismo, que quería el todo y ya. Las discordias entre distintos sectores del PSOE. El enzarzarse la izquierda burguesa en un anticlerica­lismo injustificado. El apoyo de un Largo Caballero a la Revolución de Octubre de 1934, frente a un gobier­no democrático, salido de las urnas. Los asesinatos perpetrados a numerosos clérigos, sobre todo, en los primeros meses de la Guerra. Están ahí, y que yo no pongo en duda. Es Historia objetiva. Y que desde hace 70 años nos lo han estado recordando.

 

Mas, lo precedente no puede utilizarse como arma arrojadiza, para deslegitimar uno de los intentos más serios que se han dado en nuestra Historia, como fue la II República, de empujar a nuestro país para equi­pararlo con el resto de los países occidentales europe­os. Fue una más de las ocasiones pérdidas de nuestra Historia. Nunca, como entonces, ha existido unapre­ocupación más grande por la cultura y la educación. Sirva de ejemplo, la labor de las Misiones Pedagógi­cas, ensalzaba por numerosas instituciones culturales europeas. Nunca ha existido una pléyade de científi­cos, escritores y artistas Como aquel entonces. Nunca se ha dado un intento. más profundo por democratizar la sociedad española; por primera vez pudieron votar las mujeres españolas. Nunca se han preocupado tan­to los políticos por las clases humildes y desfavorecidas, Reforma Agraria o mejoras salariales. Nunca ha habido un intento más serio por civilizar el Ejército. Como también nunca ha habido una intentona más profunda por conseguir un estado aconfesional, libre de la injerencia religiosa. Todo lo mencionado, para­digma de modernidad, se convirtió en insopo.rtable para determinados sectores de la sociedad española. Ahí está el origen del golpe militar, y que al ser falli­do generaría una Guerra Incivil. Mas para el Genera­lísimo la guerra no acabaría a primeros de abril de 1939, duró más. La represión y el castigo a los "no españoles" se mantuvieron durante largo tiempo. To­davía en los años 40 las cárceles están repletas de presos políticas, y las condenas a pena de muerte continuaron. Franco tuvo una memoria prodigiosa. Todo esto debe ser conocido, y digerido conveniente­mente por la sociedad española.

 

Además, iniciativas, como la Memoria Histórica, lo que pretende es que determinadas personas muertas o represaliadas por el Funeralísimo, según palabras de Alberti, por haber cometido el delito de afiliarse a de­terminado partido político. o sindicato obrero, y haber­se opuesto al Golpe militar de los Mala, Queipo de Llanos, Cabanellas o Franco sean recordados o rehabi­litados. Nada más. Hasta esto nos lo quieren impedir. Con el olvido nos los quieren matar de nuevo. Recordar a cientos de miles de españoles que fueron asesina­dos, o a otros tantos que para salvar la vida debieron salir de su patria con su familia, dejando su pueblo, sus ­tierras y sus propiedades, por haber defendido la de­mocracia y la libertad, es algo que esta derecha nuestra no puede soportar. Por el contrario, es y debe ser una obligación moral el restaurar y ennoblecer las impres­cindibles señas de identidad de todos aquellos a quie­nes pretendieron arrebatárselas y, además de perder la guerra, se dejaron en el camino la juventud y las ilu­siones aquel 1 de abril de 1939 que de una manera inmisericorde fue bautizado por los vencedores como Tercer Año Triunfal y Año de la Victoria.

 

Por otra parte, es imposible olvidar porque la me­moria forma parte indisoluble de nuestro propio yo, 'ya que si perdiésemos la memoria, perderíamos la re­alidad de la vida. Quien se instala exclusivamente en el p¡esente, de modo absoluto, cortando toda referen- I te mental con su pasado, se ve incapacitado de afron­tar el futuro con un mínimo de perspectiva. Por ello cualquier esfuerzo por mantener viva la memoria de­bería ser más digno. Además, de verdad, no se puede construir una auténtica reconciliación cimentada en el olvido. La lucha contra el olvido es el instrumento de resistencia contra todas las formas de neonazismo.

 

 

 

18 de julio

Jesús Cirac

 

Fuente: La Comarca

 

Apenas terminada la Guerra, Franco em­prendió un macro proceso dirigido a cuantificar las atrocidades cometidas por los "rojos" al que llamó Causa General. Bajo la coordinación de un fiscal especialmente designado para el caso, toda la maquinaria del régimen se puso en funcionamiento. Con la Causa en la mano, los histo­riadores franquistas lo tuvie­ron muy fácil. Paracuellos, el Cerro de los Ángeles o Belchi­te se convirtieron en para­digmáticos escenarios del "terror" ejercido por la "anti­España" . Los mártires fueron sacados de sus tumbas para ornar con sus nombres las iglesias al tiempo que sus fa­milias pasaban a detentar el monopolio del dolor y la me­moria.

 

A la derecha española cul­tivar su memoria le resultó extremadamente sencillo. Los datos fueron recopilados en caliente. Con toda la ayuda oficial. Franco, en persona, se empeñó en convertir el re­cuerdo en un ejercicio de odio sobre el que cimentar su nuevo Estado. La izquierda, en cambio, no pudo empren­der Causa alguna. Bastante tuvo con capear la guerra eu­ropea, el exterminio nazi, o la precariedad del exilio. Los re­publicanos que sobrevivieron a las cárceles, los pelotones de fusilamiento, los batallo­nes de trabajo y las depura­ciones tuvieron que confor­marse con pasar desapercibi­dos en el fragor de aquella Es­paña victoriosa que todavía les señalaba acusadoramente cuarenta años después.

 

La Democracia llegó bajo la condición de que ningún lodo fuera removido. Para la derecha fue un buen trato. Había tenido tiempo para es­cribir libros, organizar proce­siones y fomentar el culto a sus muertos. Para la izquierda también. Se materializaba su ansiado regreso a la escena pública. Pero más allá de los pactos de silencio de la Tran­sición, la propia sociedad civil impulsó de manera espontá­nea un proceso de recupera­ción del pasado que, si en un principio tuvo como marco la investigación universitaria, bien pronto dio el salto a ám­bitos radicalmente alejados de su influencia. Al interés ge­neral por el maquis, el anar­quismo o los campos nazis se sumó la íntima necesidad de amplios sectores sociales por bucear en su propia identi­dad familiar. Nietos que se asociaban para buscar en las cunetas los cadáveres de sus abuelos; ayuntamientos que homenajeaban a figuras re­publicanas; estudios locales sobre el pasado reciente.

 

Allí donde la Causa Gene­ral aspiró a colmar las ansias vindicatorias de la derecha, el movimiento de recuperación de la memoria se conformó, no con exigir tardías respon­sabilidades ni absurdas ven­ganzas, sino con poner un ápice de justicia donde nun­ca la hubo. Los nietos de los derrotados iniciaron un ca­mino paralelo al seguido por los más respetados historia­dores nacionales e interna­cionales sin ayuda de fiscales especiales ni de procesos su­marios.

 

Sus armas son la paciencia y las fotocopiadoras y sus campos de batalla los archi­vos y las bibliotecas. La prue­ba de su éxito no es otra que la contraofensiva lanzada por la ortodoxia franquista en la voz de varios autores (Moa, Vidal, el re convertido Payne) que ciertos medios de comu­nicación se han ocupado de amplificar y cuyo fin es inten­tar colarnos la fotocopia de los clásicos del franquismo (el abuelísimo Manuel Aznar, Arrarás, Salas Larrazábal, Ri­cardo de la Cierva) como no­vedosas aportaciones a la historia social española.

 

Lo peligroso del neofran­quismo rampante no es la grandilocuencia con que proclama fechas alternativas al inicio de la guerra o el his­trionismo con que se rasga las vestiduras ante los viejos tópi­cos de la barbarie roja. Eso ya lo conocíamos. Su amenaza se concreta en la contamina­ción que introduce en un fenómeno que, a pesar de evi­dentes oportunismos políti­cos, nació puro y crece puro. Intentar centrar el debate so­bre la memoria histórica en la intensidad de la violencia, simplificado hasta convertir­lo en una exhibición impúdi­ca de contabilidades de muertos es hurtad e su verda­dera significación. Que los "rojos" mataron es tan cierto como que los "nacionales" si­guieron haciéndolo cuando la guerra ya había terminado y el ejército republicano había sido" cautivo y desarmado" . No cabe aceptar la memoria de nuestros abuelos como una herencia a beneficio de inventario. Estamos obliga­dos a coger.lo malo con la misma firmeza y responsabi­lidad con que admiramos lo bueno.

 

Pero tampoco debemos caer en la trampa de plantear la Guerra Civil como un en­frentamiento entre justos y réprobos. Juzgar colectiva­mente la altura moral de los individuos que tomaron parte en ella conduce directamente al absurdo.

 

Al reivindicar a nuestros abuelos republicanos no po­demos saber si fueron buenos o malos. Debe bastamos con aceptar que sus ideas fueron brillantes y que, por defen­derlas, lo perdieron todo. Añadamos el orgullo que pro­porciona pensar que, para ello, no tuvieron necesidad de organizar un golpe de estado con la ayuda de HitIer y Mus­solini y que, setenta años des­pués, dichas ideas iluminan los ordenamiento s jurídicos de los países más avanzados. Incluido, por fin, el nuestro.

 

 

 

 

Historia y memoria

Pilar de la Vega

 

Fuente: Heraldo de Aragón

 

Historia y me­moria son dos pa­labras que leemos casi todos los días en los periódicos. Su actualidad viene dada, entre otras causas, por la aprobación en el Parlamento español de una ley sobre la memoria histórica.

 

El debate se ha abierto como consecuencia del 75 aniversario de la 11 República y el 70 de la Guerra Civil. En casi todos los múltiples artículos publicados sobre el asun­to, se da por sentado que ha existi­do un manto de silencio y olvido sobre estos años.

 

Entiendo que dicha afirmación no se ajusta correctament,e a la rea­lidad. En España existe un número importante de historiadores que se han preocupado de conocer la ver­dad de lo sucedido, esclareciendo muchos de los mitos que durante años nos fueron transmitidos. Nuestra Universidad es buen ejemplo de ello. Estas investiga­ciones, entre otras razones, han si­do posibles gracias a la estabilidad política, como consecuencia del proceso de la transición democrá­tica. Era pues el momento de pre­guntarse: ¿es seguro que esto fue así? ¿Hay cosas que tenemos que decir y que no se han dicho?

 

A su vez, los profesores de his­toria, especialmente en la asigna­tura de Historia de España de 2º de Bachillerato, hemos desarrollado un esfuerzo importante para que los alumnos conozcan nuestro pa­sado más reciente. Queremos que conozcan honesta y verazmente lo que pasó, por trágico que sea, para extraer una lección fundamental: no se puede justificar la violencia, la imposición o la guerra, ni la dic­tadura de cualquier signo. Por el contrario, deseamos fortalecer en ellos la convivencia democrática, el valor del respeto, la voluntad de entenderse en paz y libertad. Uno de los testimonios que analizamos en clase es la dolorida petición que a todos dirigió Manuel Azaña: "Paz, piedad y perdón".

 

La memoria tiene un compo­nente distinto. Esta no es un acto de conocimiento, sino de voluntad. J. P. Sartre escribió lúcidamente: "Cada uno elige su pasado". Cada uno tiene el pasado que ha tenido, pero cada cual tiene que decidir qué parte de su pasado desea man­tener presente, es decir, actuando sobre su vida personal, proyecta­da y elegida.

 

La memoria es relativa, no re­cuerda todo. Suele recordarse lo que más huella emocional deja. En algunos casos, lo que es política­mente más útil. A veces, tan nece­sario es olvidar, sobre todo si es traumático, como recordar. Se pue­de cometer el error de creer que es suficiente la memoria en la histo­ria más reciente, cuando lo real­mente importante es la historia. De aquí, la necesidad de seguir traba­jando en estudios rigurosos y cien­tíficos para conocer mejor nuestro pasado más cercano.

 

Cuando valoramos la importan­cia de la memoria, siempre recor­damos a T. Adorno: "La memoria es el nuevo imperativo moral para que la historia no se repita". Esta es la que permite que una injusticia pasada siga vigente. Su responsa­bilidad es fundamental pues sin ella no hay justicia en este mundo, porque perdemos la noción de las injusticias realmente vigentes. A los muertos, nuestro recuerdo es la única ayuda que les ha quedado.

 

Si nos tomamos en serio a las víctimas, es necesario aceptar que forman parte de la realidad. La me­moria de las víctimas es garantía de futuro democrático. El recuer­do del nombre de éstas y de la ra­dical injusticia con ellas cometida es una cláusula de garantía contra la eficacia política de la violencia.

 

En nuestro país nos encontra­mos en un momento esperanza­doro Es posible que podamos pasar página a la violencia, que durante muchos años ha desarrollado ETA, pero no es igual cómo esto se rea­lice. "Si la página queda mal pasa­da -como decía el Colectivo de Víctimas del Terrorismo- llenare­mos de razón a los que puedan pensar que hay, hubo y habrá siem-' pre posibles razones para asesinar por una idea". Sentar la futura con­vivencia de los vascos sobre el re­conocimiento y memoria de las víctimas es la mejor vacuna contra la tentación futura del asesinato y el terror como medio de acción po­lítica.

 

La memoria de las víctimas es también un factor de desacraliza­ción del concepto nación. Lo sa­grado son las personas, no la na­ción. La pretensión de la perte­nencia de los vascos a España es le­gítima, como también lo es la in­dependencia. Sin embargo, un de­sorden antropológico fundamen­tal se produce cuando cualquiera de estos objetivos políticos se sa­craliza, quedando todo justificado, desde la imposición política hasta la elinllnación física del otro. La ab­solutización del sentimiento de na­ción convierte al adversario políti­co en enemigo. Sería bueno que re­cordáramos que el progreso moral de la humanidad se mide por la conciencia de responsabilidad que tiene la generación presente con el pasado. No podemos permitir que tanto terror y tanta violencia nos haga perder la compasión, la me­moria o la justicia.

 

 

 

Huesca, San Lorenzo, 1936

Víctor Pardo Lancina

 

Fuente: 4Esquinas, nº 182, Huesca, julio 2006, págs. 23-25

 

En agosto de 1936, la ciudad, tomada por los militares sublevados que decretaron el estado de guerra y sometida con la ayuda de Falange y grupos paramilitares de voluntarios como Acción Ciudadana, también estaba sujeta al incipiente cerco de los milicianos que trataban de reinstaurar la legalidad republicana. Las posiciones de Siétamo, Estrecho Quinto, Montearagón o Almudévar, eran hostilizadas por las columnas llegadas desde Cataluña con el propósito de contener en el frente de Aragón, la progresión franquista. En Huesca se había instalado el terror y la represión mientras la iglesia repartía sus bendiciones y celebraba la llegada del nuevo orden. En 1936 no hubo más fiesta laurentina que la religiosa.

 

La prensa local publicó el sábado 8 de agosto de 1936 una nota enviada por el alcalde José María Vallés Foradada, dando cuenta de su decisión acerca de las celebraciones patronales:

«Las fiestas de San Lorenzo de este año reza el escrito, por las circunstancias nacionales del momento, que no afectan, por fortuna, a la normalidad de la vida ciudadana de Huesca, no se celebrarán. Únicamente tendrán lugar las funciones religiosas tradicionales en el interior de la Basílica de nuestro Patrono. Y el Ayuntamiento, por su parte, suministrará comida gratuita en el medio día del próximo lunes, en el Asilo de San José, a los necesitados que lo soliciten».

 

La «normalidad» a la que alude el alcalde, no podía estar más matizada por la realidad implacable de las circunstancias que se vivían: los militares golpistas se habían hecho con el dominio de la situación local, decretaron el estado de guerra y aplastaron por la fuerza de las armas cualquier atisbo de contestación o resistencia. Huesca era una cárcel.

 

Los primeros bombardeos sobre la ciudad ya se habían producido en julio, pero ni las bombas ni la acción armada de las milicias había logrado quebrar las defensas interiores ni la resistencia de las posiciones avanzadas. El día 1 de agosto se libran duros combates en Siétamo, a donde ha llegado la columna anarquista Ascaso, que incorpora igualmente miembros del POUM y voluntarios reclutados en Barbastro, entre ellos guardias civiles leales al Gobierno de la República. Siétamo, población tomada por los insurgentes, estaba defendida por 24 guardias civiles, una sección de ametralladoras y casi una treintena de falangistas. Las milicias republicanas recuperaron la localidad copando a los defensores que resistían a duras penas en la iglesia y el castillo.

 

Las primeras víctimas de Falange

 

En este episodio de Siétamo se producen las tres primeras víctimas de la Falange oscense y se inaugura de este modo el concepto de «cruzada», que impregnará las acciones más sanguinarias contra el «separatismo» y «las hordas rojas». Federico Cañiz, Luis Durán y José María Torréns, tres jóvenes «caídos por Dios y por España» recibirán honores de héroe en la capilla ardiente instalada en la Escuela Normal, sede de Acción Ciudadana. La prensa se empleó a fondo en la descripción de los funerales y las consiguientes manifestaciones de duelo. «Hoy han sido conducidos a la última morada escribe La Tierra en su edición del 3 de agosto los restos mortales de los jóvenes pertenecientes a la Falange Española, Federico Cañiz, Luis Durán y José Torréns, asesinados en Siétamo por las hordas salvajes, al oponerse e impedir que dichas hordas, al servicio de la Generalidad de Cataluña, invadieran nuestra ciudad para desarrollar su único programa del asesinato, el robo y el pillaje».

«La ciudad publica El Diario de Huesca el 4 de agosto, se unió en apretado y sagrado haz para dar a los bravos, leales y españolísimos muchachos el adiós de que se hicieron dignos y en la memoria de todos quedó grabado el nombre de cada uno con las auras rosadas del recuerdo de los elegidos». El funeral, oficiado en la Catedral por el obispo pocos días más tarde partió el eminente prelado don Lino Rodrigo a Zaragoza, donde pasó toda la guerra lejos del ruido de las bombas, culminó con un desfile «ante el duelo que presidían con las autoridades, los deudos de los tres fascistas». Igualmente, «fuerzas del fascio de Zaragoza y Huesca, militares y Acción Ciudadana», llevaron los féretros a hombros hasta el cementerio. El fotógrafo José Oltra captó con su cámara los detalles de la puesta en escena diseñada por Falange en la Normal y el desfile del Coso.

 

La ciudad de Huesca, que en febrero había votado mayoritariamente por la candidatura izquierdista del Frente Popular, todavía no terminaba de vibrar con el entusiasmo que hacía al caso ante las manifestaciones patrióticas que tenían lugar en torno a los primeros mártires. Así, una suscripción popular abierta el 1 de agosto para recaudar fondos con que adquirir un caza que ayudara a repeler a la aviación republicana, hubo de ser completada por el propio Ayuntamiento con 2.000 pesetas, según un acuerdo adoptado en la sesión plenaria del 12 de agosto. La Diputación se sumaría a la colecta días más tarde.

 

Las nuevas autoridades militares, ateniéndose a las instrucciones dictadas por el general Gregorio de Benito, comenzaron a poner en práctica su política de violencia radical llevando la represión a límites extremos. Es el momento del «terror caliente», el período de las detenciones, los registros de domicilios, la requisa de documentos, la delación y la necesaria depuración. La cárcel de la plaza de Concepción Arenal está llena, también hay presos en el Cuartel Valladolid nº 20 y se hará preciso habilitar el viejo instituto, hoy Museo Provincial, para dar cabida a las autoridades republicanas destituidas, a profesionales liberales, agricultores, sindicalistas, militantes de partidos de izquierda, hombres y mujeres comprometidos con un régimen que había que borrar de la faz de la Nueva España.

 

Atarés, Acín, Faure...

 

Pero mientras Falange velaba a los soldados caídos y las tropas sublevadas reconquistaban Siétamo, ya había sido fusilado en las tapias del cementerio Severo Laguna Royo, al que le seguirían en tan infausto destino y el mismo día que el obispo presidía los funerales, Benigno Santafé, y el maestro de 27 años Alfredo Atarés Gracia, detenido junto a un empleado municipal de jardines conocido como «El sordico». Alfredo Atarés y su compañero fueron atados juntos con un alambre por las muñecas, pero «El sordico» se zafó de la ligadura y pudo huir. La mujer de Alfredo Atarés, también sospechosa de izquierdismo y maestra en el pueblo de Apiés, logró salir de España con su hija de dos años en dirección a Inglaterra.

 

El 6 de agosto fue asesinado el anarcosindicalista Ramón Acín, detenido el día anterior en presencia de sus hijas Katia y Sol, junto a su compañera Concha Monrás, que moriría el 23. Corrió la misma suerte el albañil de Loscorrales, Isidro Calvo López. También el 6, a media tarde, se celebró en la Catedral un acto solemne de desagravio y protesta por el bombardeo de la aviación republicana en la zaragozana basílica del Pilar, donde habían caído tres bombas que, milagrosamente, no habían llegado a explotar. El concejal Vicente Campo, futuro alcalde franquista, protestó airadamente en el pleno municipal por semejante atentado.

 

Al día siguiente llegaron a Huesca cuarenta falangistas zaragozanos en apoyo de sus correligionarios oscenses quienes, al parecer, no daban abasto en el trajín incesante de las detenciones, torturas y saqueos en casas particulares, sedes de partidos y asociaciones cívicas varias. Este mismo día el capitán Fernando Martínez López se puso al mando de un nuevo grupo de acción y estructura militar, los «Voluntarios de Santiago», al que se sumaría con idéntico afán de servicio otra agrupación de entusiastas bajo la denominación de «La Campana de Huesca».

 

El vecino de la capital Agustín Faure, natural de Quinto de Ebro, tenía 35 años cuando lo fusilaron el 7 de agosto, o quizá no fue fusilado y lo mataron pegándole un tiro sin otros miramientos. Casado, con dos hijos y un tercero en camino, era de profesión mosaísta y trabajaba en la fábrica de Castells, en la esquina de Cabestany. Tenía carné de la CNT y apenas sabía firmar con su nombre, aunque su corpulencia, su fortaleza física siempre lo distinguían allí donde se encontrara. Es posible que sin ser un significado militante desde un punto de vista ideológico, sí lo fuera como hombre conocido por su determinación y activismo. Agustín pudo haber participado en algunas acciones contra intereses de empresarios locales señalados por su derechismo y comportamiento antisindical.

 

A Faure lo encerraron en la cárcel improvisada del antiguo instituto. Su hijo Joaquín le llevó un día la comida, al día siguiente le dijeron que ya no estaba. El cadáver se encontró en el kilómetro 6 de la carretera de Apiés, y no fue el único muerto «por herida de arma de fuego», como macabra y eufemísticamente se inscribió en el parte de defunción, ya que otros dos cadáveres fueron enterrados por idénticas causas en la misma jornada.

 

El ambiente prelaurentino se hallaba ciertamente viciado. La ciudad, además, comenzaba a notar algunos de los más perniciosos efectos del cerco. El abogado Cirilo Martín Retortillo escribe en su obra Huesca Vencedora (Ed. Vicente Campo, 1938):

«En los comienzos de agosto, las partidas sueltas de revolucionarios que merodeaban por la sierra, realizaron importantes averías en la conducción de agua potable, hasta que muy pronto lograron la total ocupación del manantial de San Julián, privando a Huesca de su riquísima agua potable, que tan sensiblemente se acusó en el vecindario, sometido de esta manera a un sacrificio diario que difícilmente aprecian los que no lo han padecido».

 

Curiosamente, el mayor número de víctimas en Huesca, muertos y heridos, no se produjo por la acción de las bombas, sino como consecuencia del paludismo y las fiebres e infecciones asociadas a la mala calidad del agua de boca que había de proveerse en pozos y fuentes.

 

El relator del Regimiento de Infantería Valladolid nº 20, escribe en el memorándum «Historial del cerco sufrido durante el Glorioso Alzamiento Nacional por la dos veces heroica, leal e invicta ciudad de Huesca», en relación con lo acaecido el día 9 de agosto:

«Desde el amanecer son atacados Siétamo y Estrecho Quinto por numerosos enemigos apoyados por violento fuego de artillería y continuos bombardeos de aviación. Nuestras posiciones aguantan los ataques y nuestra artillería contrabate con acierto a la artillería enemiga, si bien el consumo de municiones de la roja supone un verdadero derroche, llegando con sus disparos a alcanzar las inmediaciones de los pueblos de Tierz, Quicena y el Manicomio de Huesca. Se refugian en la ciudad los habitantes despavoridos de estos dos pueblos y desde las casas de la plaza se ven sin interrupción las explosiones de las rompedoras lanzadas por la artillería enemiga. Prisioneros cogidos al enemigo manifiestan el propósito de los rojos de ocupar Huesca en el día de mañana, San Lorenzo, patrón de la ciudad (subrayado en el original)».

No tuvo lugar la contingencia anotada, como es bien sabido, aunque los hechos refutaban con claridad lo señalado por el alcalde en la prensa: las circunstancias del momento sí afectaban a la normalidad de la vida ciudadana de Huesca, una capital de provincia sometida a dos asedios, el exterior y sobre todo, el inhóspito asedio interior.

 

Así las cosas, «el enemigo prosigue el relator militar el 10 de agosto no muestra actividad debido, sin duda, al gran quebranto sufrido en la jornada anterior».

 

«Civilización cristiana»

 

Las completas al santo se celebraron con el empaque acostumbrado. «El templo ofrecía un aspecto solemnísimo leemos en La Tierra por la extraordinaria concurrencia de fieles, en su mayoría hombres de toda clase y condición. En el presbiterio se hallaba el ilustrísimo señor obispo doctor don Lino Rodrigo Ruesca, y nuestro alcalde señor Vallés, acompañado de los concejales. Seis elementos de Acción Ciudadana hicieron guardia durante la función religiosa».

 

El «elocuentísimo» sermón corrió a cargo del «docto canónigo» don Benito Torrellas, quien invocó la intercesión del santo mártir para reverdecer las glorias de España, clamando por el orden, la religión y la unidad de la patria. «Con acento del mayor fervor cristiano recoge emocionado y vibrante el gacetillero de La Tierra pidió una plegaria a favor de quienes víctimas del engaño y el odio a España, encontraron su muerte persiguiendo y atentando a ésta». Quizá Benito Torrellas tenía presentes en su oración al barbero de Almudévar Ángel Melero Martínez, fusilado en aquella hora y a quienes iban a ser asesinados el día del santo patrón, Luis Conde, oficial del Ayuntamiento, el operador de cine José María Sanz, y Pablo Montañés Escuer, médico.

 

«Destacó el señor Torrellas prosigue la crónica la figura de San Lorenzo al través de la historia, cuyo heroísmo e intrepidez al defender la fe de Cristo guardaba parecido símil con el que España realiza en los actuales momentos, ya que lo que actualmente se debate es su espiritualidad, basada en nuestra civilización cristiana».

El Diario de Huesca dedica su editorial del lunes 10 de agosto «Al señor Enamorado, bizarro comandante mayor del bravo y heroico Regimiento de Infantería Valladolid nº 20». Con el título «Súplica emocional» y la firma de «Banderín», lamenta el diario la imposibilidad de ver evolucionar a los danzantes, de reencontrarse con los colores de la fiesta nacional y sobre todo echa a faltar el olor a albahaca en las plazas de San Lorenzo y la del Mercado. Sin embargo, sentencia, de poco aprecio han de ser «las cabriolas de la fiesta» cuando «un pueblo trata de reconquistar lo más noble de su raza y el valor de su más rancia estirpe nacional».

 

«Banderín» enuncia finalmente la encendida súplica: «Que tras la mínima efusión de sangre del volcán de la raza, resurja grande y respetada la silueta venerable de la España única, indivisible, comprensiva, justa, conforme a su gloriosa tradición de orientadora y educadora de pueblos».

 

El día de San Lorenzo de 1936, a pesar de los avatares de la guerra, los cafés y veladores de la ciudad se vieron concurridos y animados, según cuentan las crónicas de sociedad. Incluso tuvo un momento de reposo el general jefe de la plaza, Gregorio de Benito, «congregado en animada peña con sus ayudantes».

 

Con todo, la fiesta no dio tregua a los defensores de la ciudad. El día 11 una sección de Voluntarios de Santiago fue enviada al castillo de Montearagón para organizar allí una posición de avanzada cubriendo el flanco de las fuerzas desplegadas en Estrecho Quinto. Fue la primera salida de Huesca de los Voluntarios de Santiago, quienes el 14 serían relevados por miembros de Falange y distribuidos en misión de vigilancia y control por las avenidas que conducen a la ciudad. También el 14, las milicias republicanas, emboscadas en el carrascal de Pebredo, interceptaron el autobús de línea que viajaba a Zaragoza, incautándose del mismo y apresando a los viajeros y conductor. La carretera quedó cortada a partir de este día, y el ataque organizado desde Almudévar contra Tardienta por el general De Benito, resultó un fracaso. Entre las víctimas franquistas se encontraban los hermanos José y Benigno Nieto, sargento y brigada respectivamente. José Nieto era el director del Instituto de segunda enseñanza de Huesca, mientras su hermano ejercía como maestro en Robres, a donde al parecer fue conducido para ser fusilado.

 

Tampoco hubo tregua ni piedad para destacados políticos republicanos de Huesca como los ex alcaldes Mariano Cardedera y Manuel Sender, el teniente de alcalde Mariano Santamaría y el destacado militante de la CNT de Benasque Miguel Saura Serveto, todos ellos asesinados el 13 de agosto.

 

Saura Serveto, minero y sindicalista, era un hombre respetado en su entorno. Sabía leer y escribir, estaba suscrito a algunos periódicos y trasladaba a sus compañeros de tajo las conclusiones de sus lecturas y las consignas que recibía en los mítines y reuniones de la CNT a los que acudía en su representación. Estaba casado con Pilar Cambra, de Jánovas, y tenían cinco hijos. Miguel viajó hasta Huesca el 21 de julio, nada más tener noticia de la sublevación y la declaración del estado de guerra, para conocer de primera mano cómo se desarrollaban los acontecimientos y actuar en consecuencia. Trajo consigo a su hija Clara, con la excusa de visitar a su madrina que vivía en la ciudad. Alguien lo reconoció y lo delató, siendo detenido y fusilado. A Pilar Cambra le contaron que estando su marido detenido alguien dijo: «habrá que hacer un juicio a Saura» y el sargento que estaba al mando contestó: «antes pasarán por encima de mi cadáver que hacer un juicio a Saura». Al día siguiente lo mataron. Tenía 44 años.

 

Un día jubiloso

 

A pesar de todo, puede decirse que el 13 de agosto fue un día jubiloso para la aviación franquista y la población civil oscense que de grado apoyaba el golpe de Estado. Un avión republicano que había despegado del aeródromo de Albalatillo pilotado por José Cabré Planas, de la Escuadrilla de «Alas Rojas», fue abatido entre Almudévar y Tardienta, en el término de La Violada, muriendo carbonizada la tripulación. Las dos alas del avión fueron traídas a la ciudad y exhibidas como trofeo de guerra. «La lona que las recubría leemos en La Tierra fue disputada por el público que pugnaba por arrancar un trozo como recuerdo. (...) Poco después, lucían en muchas solapas trozos de la tela del avión derribado. En algunos de esos pedazos, la fecha del día de hoy».

 

El piloto Cabré Planas fue derribado por Ramón Senra Álvarez, quien recibió como premio por su acción un giro postal de la Diputación Provincial de Huesca con la cantidad de 1.000 pesetas, y en Zaragoza, la Junta Nacional de Recaudación le otorgó la friolera de 10.000 pesetas.

 

El día de la Virgen de agosto, mientras el general Yagüe Blanco perpetra una atroz carnicería en la plaza de toros de Badajoz, los guardianes del orden en Huesca llevan al paredón a una decena de personas elegidas de un modo aleatorio en las atestadas cárceles. Esta nómina estaba integrada por el chófer Gregorio Valero; Manuel Lasierra; Antonio Monterde Abadía; el mecánico de Riglos Pedro Samitier Urriéns; José María Ferrer Casademont, oficial de Telégrafos de 37 años natural de Torla; Mariano Frau Martínez; Estanislao Rovira; Luis Aineto; Antonio Ascaso Jiménez, albañil de 23 años, y Fernando Vallejo Ezpierro, secretario del Gobierno Civil de Huesca.

Vallejo, de 54 años, había nacido en la localidad riojana de Pradejón, estaba casado y tenía dos hijos. Fue detenido el 21 de julio junto a otras 15 personas. El periodista Bonifacio Fernández Aldana, enviado como corresponsal de guerra por la publicación Mi revista al frente de Aragón, relata en el libro recopilatorio de sus artículos, La guerra en Aragón. Cómo fue... (Barcelona, Ediciones Cómo Fue... s/f), las circunstancias en las que conoció al hijo de Fernando Vallejo.

 

«En Fornillos, en las avanzadillas que dan vista a Huesca, los soldados del batallón Manresa rodean a un jovenzuelo de catorce años que entretiene con sus inocentes ocurrencias a sus compañeros. (...) Fernandito Vallejo era un muchacho inocente. No sabía de odios ni de pasiones y desconocía las luchas de los hombres. Pero un día, el 15 de agosto, ve cómo su padre, secretario del Gobierno Civil de Huesca, es sacado violentamente de su casa, y poco después se entera de que ha sido fusilado». El periodista confunde la fecha de la detención con la de la muerte, ya que de acuerdo con la ficha carcelaria de Vallejo, éste fue detenido el 21 de julio, como se ha señalado.

 

«Bien pronto el niño se convierte en hombre. El odio a los asesinos de su padre hace el milagro. Y Fernandito no tiene otra obsesión que la venganza. Y a la mañana siguiente planea la fuga de la ciudad. A las siete y media, burlando la vigilancia, sale de Huesca, pasa por Tierz, llega al Pueyo de Fañanás y se entrega en nuestras avanzadillas. (...) Fernandito Vallejo está satisfecho de haber sabido honrar la memoria de su padre».

 

Los días de las fiestas de Huesca habían transcurrido en un clima de violencia extrema, apenas contestada por la acción peligrosa e incierta de los «pacos», francotiradores que arriesgaban su vida disparando sobre los guardianes que mantenían a sangre y fuego el cerco interior.

 

El 30 de agosto de 1936, se izó por primera vez en la Comandancia Militar de Huesca la bandera roja y gualda que presidiría más tarde todos los edificios oficiales de la ciudad. «Cesaba cuenta el relator militar del Valladolid nº 20 una España de ignominia y crimen para dar paso a la España nacional que Huesca, al igual que el resto de España, anhelaba». 207 personas habían sido fusiladas hasta ese día.

 

 

 

José Oltra, fotografo de guerra

Manuel Benito Moliner

 

Fuente: Diario del AltoAragón 

           

No se hizo ni por vocación ni por obligación, sino porque tenía dentro el veneno de la fotografía, al tener un aparato capaz de inmortalizar momentos transcendentales de la vida o de la Historia. No pudo asistir impasible al desgarro de España, ni tampoco cebarse –como bien destaca el documentalista Ramón Lasaosa- en las imágenes impactantes que sólo sirven para acentuar la distorsión de la realidad.

 

Oltra –que sepamos- fue el único fotógrafo que captó la noche del 18 de julio, usando el alfeizar de su ventana como trípode y el disparador remoto para evitar el movimiento de la cámara al tener que trabajar a muy baja velocidad, por la falta de luz. Inmortalizó la agitación de la madrugada del 19, cuando miembros del Frente Popular conjurados a luchar a toda costa en las calles de Huesca, iban y venían de telégrafos, donde tenían compañeros del PSOE trabajando, en busca de noticias.

 

Fotografió los sucesos que acontecían vertiginosamente. Oltra marchó a Siétamo, donde se concentraban las fuerzas de la Guardia Civil, falangistas y un puñado de militares con la orden de resistir. Luego vendría la fortificación en Estrecho Quinto, la marcha de niños vestidos de soldados en el coche de línea que les llevaba al frente desde los Porches, y los entierros; el primero, de tres falangistas muertos en Siétamo, congregó más gente en el cortejo que en las aceras, Huesca aún tenía esperanzas de paz. Capta el momento en que una patrulla de sublevados consigue traer a la ciudad el coche de línea de Zaragoza y el camión de Valero que trajinaba la gasolina

 

La ubicación de su negocio en el Coso de Galán, junto a las Cuatro Esquinas, mentidero de la ciudad, le permitió acceder a los movimientos y tomar con relativa facilidad las imágenes. Cuando, tras la caída del Estrecho Quinto, el frente queda fijado para dos años y pico, Oltra va y viene por las torres que sirven de hitos entre líneas de trincheras, visita Chimillas y las Lomas de Cillas, donde el tifus hizo estragos. Siempre pendiente, más que de los efectos de las bombas, que de eso se encargaba Plana, de los trabajos que costaba volver a dejar las calles transitables. La fotografía de casa Galindo derrumbada -hoy Casa de Las Novelas- es de una calidad extraordinaria, con una profundidad de campo y una nitidez poco vistas en esa época y en esas circunstancias.

 

Sube a los tejados y realiza otra preciosa foto, de gran impacto visual, a un antiaéreo alemán con el chapitel de la catedral recién quemado por mala puntería de los falangistas que dieron con un cohete en el armazón de madera.

 

En el Parque, bajo las tupidas copas del arbolado perenne los niños oscenses efectúan la instrucción militar, todos quieren hacer guardia sobre los luceros, en un ambiente de muerte, obediencia ciega e imaginería de héroes baleados, ensangrentados y con escapulario. Huye también de todo eso, las fotos son distantes, como lo son las de los desfiles donde las monjas saludan a la romana y los aleluyas caen sobre la tropa vitoreada y torrencial a su paso por la, ya, Plaza de Navarra.

 

Y el colofón, la Liberación de Huesca a finales de marzo, el monumento a los caídos sobre el estanque que congregaba la expresión unánime a favor del Ejército salvador. Oltra desperdigó sus fotos por las tropas militares, el Frente de Juventudes, joteras colocando cintas en las insignias soldadescas…  Arriba las autoridades y, entre ellas, el General poeta, falangista y salvador de Huesca: Federico Urrutia, capaz de ordenar disparar a un paisano o de llevar justicia a una familia republicana, chuleada por sus propios oficiales. La sangre ennoblecedora y el desprecio al vil metal del buen caballero fascista.

 

No acabó la guerra aquí para los jóvenes oscenses obligados a enrolarse en el bando rebelde, aún lo habrían de pasar mal, sobre todo en Balaguer, hasta donde llegó con su cámara. Y luego el encargo de los puentes volados, que hicieron con su padre Fidel, fotos nada fáciles pues el terreno a veces no da ángulo para la imagen requerida que siempre tiene el toque Oltra por mucho encargo que sea. Hemos ido conociendo su obra con cuentagotas, poco a poco, algunas como las de los puentes estaban en el Archivo General de la Administración de las cuales tenía una copia, sospechando fueran de Vicente Plana, primero, y luego del Marqués de Villar que trabajó con Regiones Devastadas, pero no, su hija Ana y su nuera Rosa Lorente me sacaron del error.

 

De José Oltra aún nos queda mucho por descubrir y habrá que ponerse pronto a ello para reponer el tremendo silencio, convertido en olvido, con que Huesca le despidió un 14 de diciembre de 1981.

 

 

 

La Iglesia se volcó con los golpistas  

Julián Casanova

 

Fuente: El País

 

El 20 de julio de 1936 el general Emilio Mola, principal organizador de la sublevación militar, llegó a Burgos, una ciudad que desde el domingo 18 vivía horas de fervor patriótico y religioso. Las campanas de la catedral volteaban anunciando a la población la llegada del general. "Escuadras tradicionalistas y fascistas", según contaba el Diario de Burgos del día siguiente, escoltaron a la comitiva hasta la sede de la Sexta División, en la plaza de Alonso Martínez. Instantes después acudió allí, a "cumplimentar" al general, el arzobispo de la diócesis, Manuel de Castro, acompañado de su secretario particular, el canónigo Alonso Hernández. El público, al darse cuenta de la presencia del prelado, "le aplaudió entusiásticamente".

 

La escena se repitió en todas las ciudades donde triunfó desde el principio la sublevación militar. España ardía en una guerra civil causada por un golpe de Estado que la partió en dos y la Iglesia católica no lo dudó. Estaba donde tenía que estar, frente a la anarquía, el socialismo y la República laica. Y todos sus representantes, excepto unos pocos que no compartían ese ardor guerrero, ofrecieron sus manos y su bendición a los golpistas.

Como han confirmado las principales investigaciones, la sublevación no se hizo en nombre de la religión. Los militares golpistas no incluyeron a la religión en los bandos de declaración del estado de guerra y mostraron más preocupación por otras cuestiones: por salvar el orden, la Patria, decían ellos, por arrojar a los infiernos al liberalismo, al republicanismo y a las ideologías socialistas que servían de norte y guía a amplios sectores de trabajadores. Pero la Iglesia y la mayoría de los católicos pusieron desde el principio todos sus medios, que no eran pocos, al servicio de esa causa. Y lo hicieron, además de para defender al mismo orden y a la misma Patria que los militares, porque no soportaban a la República, ese régimen de representación parlamentaria y de legislación anticlerical en el que los valores católicos ya no eran los dominantes. Ni los militares tuvieron que pedir a la Iglesia su adhesión, que la ofreció gustosa, ni la Iglesia tuvo que dejar pasar el tiempo para decidirse. Unos porque querían el orden y otros porque decían defender la fe, todos se dieron cuenta de los beneficios de la entrada de lo sagrado en escena.

La autoridades eclesiásticas, desde sus refugios y palacios episcopales, captaron ese espíritu de rebelión contra la República y lo forraron de legitimidad religiosa. Ningún obispo se lanzó a la calle a reclutar fieles o a arengar a las masas católicas. Ésas no eran sus armas. Ellos estaban para otras cosas, para cumplimentar y abrir las iglesias a las autoridades militares, para unir la espada y la cruz en una misma empresa y para hablar y escribir sobre esa guerra santa y justa que otros ya estaban librando. Siempre quisieron demostrar, sin embargo, que sólo entraron en escena cuando la violencia anticlerical y revolucionaria que se extendió por la zona republicana no les dejó otra opción. Sabían que ése era el mejor planteamiento para justificar el derecho a la rebelión y la guerra de exterminio que le siguió.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.

 

 

 

“Las Hurdes de Cinco Villas. Impresiones de viaje” (1933)

 

 

Un artículo firmado por Juan Sancho García, alcalde que fuera de Ejea de los Caballeros asesinado junto al cementerio de esta localidad el 22 de agosto de 1936, que recoge la crónica de un viaje electoral para las elecciones municipales de 1933 por Tiermas, Bagüés, Lobera, Fuencalderas y Asín. El artículo se publicó en el semanario "Vida nueva"el 6 de mayo de 1933. El viaje lo hizo junto con Antonio Plano Aznárez, alcalde que fuera de Uncastillo y vicepresidente de la Diputación de Zaragoza, asesinado cruelmente en ejecución pública el 5 de octubre de 1936 en Uncastillo.

 


Por mandato de la Federación provincial, hemos recorrido, el camarada Plano y yo, los pueblos de Tiermas, Bagüés, Lobera, Fuencalderas y Asín, en los cuales había de  celebrarse elecciones municipales, con el fin de darles normas y orientación de cómo debían conducirse, ya que, en algunos de ellos, han sido las primeras elecciones que se han celebrado limpiamente, pues hasta ahora, los secretarios de los Ayuntamientos se han encargado de coger el censo y simular la elección a capricho y conveniencia de los caciques rurales.

Llegamos a Tiermas, primer pueblo de nuestra correría, donde nos reciben nuestros camaradas con gran alegría. Por pura cortesía visitamos a la presidencia de la Comisión Gestora y al mismo tiempo para comunicar el propósito nuestro de celebrar un acto de propaganda socialista en el local del Centro social.

Nos reciben en el patio de su casa la presidenta de la Comisión Gestora y su papá, exalcalde y procesado a causa -según nos dicen- de haber cobrado, indebidamente, unas expropiaciones de terrenos afectados por el pantano de Yesa.

Nuestra sorpresa fue mayúscula, no precisamente por habernos recibido en el patio, sino cuando papá y su hija nos dijeron que, para celebrar el acto, había que pedir permiso del gobernador. Nosotros, entonces, les hicimos ver nuestra condición de alcaldes de Uncastillo y Ejea, respectivamente, y que además estábamos en período electoral y, por lo tanto, no hacía falta tal requisito, invitándole a la señora alcaldesa a que mandase un delegado de su autoridad para que en caso que nosotros hablásemos mal del Gobierno y, sobre todo, del régimen republicano, lo pusiese en conocimiento del gobernador civil de la provincia. Dudas, vacilaciones y deseos cavernícolas de que el acto no se celebrase. Terminamos nuestra entrevista fríamente, diciéndoles "Nosotros hablamos y ustedes hacen lo que les dé la gana".

Al regresar al Centro de la U.G.T. ponemos en conocimiento de nuestros camaradas lo ocurrido con la alcaldesa cavernícola y nos dicen que días pasados publicó un bando para que las mujeres acudieran a su casa después de salir de misa. Desconocemos el propósito. Pero no sería, precisamente, para recomendarles que votasen la candidatura socialista, ya que, sobre su pecho acostumbra a llevar colgado un santocristo de gran tamaño.

Celebramos el acto con gran animación y al día siguiente partimos, cabalgando en dos mulos, en dirección a Bagüés, distante seis horas de camino, mejor dicho, por una senda que hasta los pájaros corren riesgo de morir destrozados en los chaparros y los pinos o despeñados por algún desfiladero de los muchos que existen, de una profundidad fantástica. Haciendo eses y eses vamos escalando las montañas para volver a bajar por veredas llenas de agua producida por las filtraciones de la nieve, y obstruidos por grandes peñascos que, los mulos, que saben matemáticas y álgebra, sortean con gran facilidad, pero que el alma y el corazón del jinete va constantemente en un puño.

Llegamos a Bagüés, y observamos que por las calles no circulan más que las gallinas, que por cierto, al vernos y conocernos, sin duda, que éramos de fuera, huyen de nosotros como alma que lleva el diablo, cacareando y revoloteando. ¿Sería porque cuando hay huéspedes ocurren bajas en la familia?.

Eran las cuatro de la tarde y todavía no habíamos comido aún. Por fin sentimos el martilleo del herrero del pueblo y nos acercamos a preguntarle dónde vivía el presidente de la UGT. Frunció el ceño y nos encaminó. Nos recibe su señora y al preguntarle dónde está la posada, nos dice que no existe, pero que ella buscaría casa donde nos darían de comer. Vuelve al poco rato malhumorada porque en las casas que ha visitado se niegan a recibirnos y darnos de comer.

¿Por quién nos habrán tomado? -decíamos nosotros.

El estómago nuestro pedía comida y solicitamos de la esposa del presidente que nos diese de comer lo que tuviera en casa, como así hizo. De sobremesa le preguntamos, a dicha señora si no habían recibido una carta nuestra, depositada en correos hacía seis días, anunciando nuestra visita, y nos contestó que no, y que por eso los hombres no nos aguardaban.

-No les extrañe- nos dice. Como el correo lo recibimos por Martes (pueblo de la provincia de Huesca), hay épocas que tarda quince días en recibirse el correo. Preguntamos por el estanco para comprar tabaco y para escribir a nuestras casas y nos dice que no hay, como tampoco tienen ni barbero, ni médico, ni comadrona, ni tiendas donde comprar, ni cafés, ni cura. Que no haya de lo último... está bien; pero de lo otro, es algo que subleva el espíritu más timorato.

Celebramos el acto de propaganda por la noche, primero conocido, y después nos dedicamos a hacer las papeletas para la elección, recortando los blancos de las circulares que remite nuestra Federación, por no haber papel en el pueblo.

Preguntamos por el alcalde para saludarle y nos dicen que es el pastor del ganado del secretario del Ayuntamiento. ¿Comentarios?. Que los haga el lector. Hay momentos que Plano y yo nos quedamos meditando, soñando quizá. ¿Cómo es posible que en un pueblo de las Cinco Villas vivan de este modo, sin contacto con el resto de España y del mundo civilizado?. Definitivamente, éste pueblo y otros de su contorno, por su forma de vivir, por lo abandonados que están por parte de los poderes públicos, se pueden denominar las "Hurdes de Cinco Villas".

A la mañana siguiente montamos en nuestro consabido auto-animal con dirección a Lobera de Onsella, distante cuatro horas de camino semejante al anterior. Haciendo zig-zag por valles y montañas empinadas, vamos caminando, ante el inminente peligro de perecer rodando por algún desfiladero de los muchos que hay en el camino.

Al entrar en Lobera de Onsella podemos observar que, por otra senda, hace su entrada triunfal un rollizo fraile que va al pueblo a predicar las excelsitudes de la religión católica apostólica y romana. Apenas habíamos tomado posesión en la casa que nos tenían destinada para posada, comienza a llover torrencialmente. Como en estos pueblos la mayoría de sus habitantes son supersticiosos, preguntamos si la lluvia sería producida a causa de nuestra llegada o a la del fraile coloradote. Aquí se dividen las opiniones. Unos creen que por los socialistas; otros que por el carca del fraile. En casi todas las puertas de las casas se ven santos adheridos a las mismas y de un surtido variado. Este pueblo es fanático religioso. Con los fondos del Ayuntamiento han arreglado recientemente la iglesia y una ermita. Sin duda, los componentes del Ayuntamiento desconocen que el Estado es laico y, por lo tanto, está prohibido destinar ninguna cantidad a estos menesteres.

La alcaldesa, que es maestra nacional, la mayoría del tiempo brilla por su ausencia. Se marcha con frecuencia y por ese motivo los niños de este pueblo carecen de la cultura necesaria.

Llevamos cinco días sin fumar (con lo que a mí me gusta). Preguntamos por el estanco y nos dicen que no hay, porque en este pueblo sólo fuman cinco vecinos, de los cuales cuatro no son naturales del pueblo. Insisto sobre mis compañeros para que miren de encontrar tabaco, y después de transcurrir mucho tiempo, me traen una cajetilla de 0,30. ¡Albricias!.

Preguntamos por el ambiente político y nos dicen que van a perder por causa del cura, que no cesa en su propaganda, contraria al régimen, desde el púlpito, desde el confesionario y por todos los medios a su alcance. Días pasados este cura salió, como de costumbre, a pedir huevos por las casas y recogió catorce docenas. ¡Vaya un cura con huevos!.

Nuevamente, al siguiente día, con el mismo medio de locomoción, y con las posaderas algo escocidas por el roce de los jumentos, marchamos con dirección a Fuencalderas, pasando por Biel, distante cinco horas y media. El camarada Pemán, alcalde de Biel nos hace quedarnos en su casa para que comamos algo, son las tres de la tarde y así lo hacemos. Después el buen amigo y camarada Antón, practicante de Biel, nos afeitó que buena falta nos hacía y marchamos acompañados de estos camaradas, a celebrar el acto de propaganda en Fuencalderas, distante seis kilómetros de Biel pero con buena carretera. En estos momentos que ya vemos la carretera y el auto correo, respiramos a pulmón lleno, haciéndonos la ilusión de que venimos de un país imaginario. Encontramos a nuestros camaradas algo pesimistas sobre el resultado de la elección que ha de celebrarse. Visitamos la escuela de niños regida por un joven maestro, quien en el poco tiempo que lleva al frente de la misma ha demostrado tener grandes dotes y una vocación por enseñar a los niños, lo que con otros maestros no pudieron aprender. Nos enseñó varios trabajos de física, de aritmética y de geografía, realizados por los niños (pues los tiene muy bien educados), que salimos del pueblo felicitando al maestro y diciéndole: "Así se hace patria republicana".

Llegamos a Asín, donde estuvimos el día de la elección por el capricho de ver votar a las mujeres. El entusiasmo era loco. Las mujeres, con gran entereza, sobre todo las proletarias, cogidas del brazo de sus esposos y sus hermanos depositaban valientemente la papeleta por la causa socialista, dando sus votos un triunfo rotundo a nuestra candidatura.

Van mis últimas líneas dedicadas a los Poderes públicos para que no olviden que en estos pueblos no tienen medios de comunicación, tan necesarios hoy día. La vida de estos pueblos se semeja en todos sus aspectos a las cábilas del Rif. El día que sepan pedir comenzarán por no pagar ni un solo céntimo a la Diputación ni a la Hacienda mientras no los coloque al mismo nivel que el resto de españoles.

JUAN SANCHO
("Vida Nueva", 06/05/1933)

 

 

 

Temps dificils, som independents”. Sobre el asociacionismo obrero en la Litera

Alfredo Pérez Meler

 

Fuente: Alfredo Pérez Meler

 

Si quant neix una persona es diu que ho ha fet sota l’influència del signe d’un estel i, a més a més esta sotmès al dret del seu llinatge, és important saber quina era la situació social i econòmica que es vivia a la nostra comarca quan va arribar l’hora de tenir una casa de la vila pròpia i independent

 

El que sí és cert, és que va ser un període molt precari per la major part de la població. Es mantenia la titularitat de la major part de les  terres de conreu en mans de les cases grans, les famílies terratinents. Per tan dominava l’oligarquia i els cacics eren els amos i senyors. L’accés a la propietat per la resta de famílies era molt difícil, no hi havia diners per pagar-les, tot es feia mitjançant contractes de crèdit, en general sense inscriure’ls al registre de la propietat fins el seu acompliment íntegre, o excepcionalment, per mitja de generoses donacions encobertes com arrendaments amb opció a compra com va ser el cas del Vedadet a Altorricó,

 

Què podem dir de l’indústria a la Llitera?, si tanmateix diuen que no van deixar passar el tren a Tamarit per mantenir el poble sotmès als poderosos, o també per evitar que als propietaris no els hi trenquessin les finques. No obstant, el Canal va venir a modificar el panorama agrícola i ramader. L’arribada de l’aigua a la Llitera va significar quelcom més que no tenir que mirar al cel tot sovint, i van caler moltes inversions per fer-la arribar als camps de conreu, establir drenatges, aplanar finques.

 

Eren uns temps de autèntica misèria i crisi econòmica brutal, més de mil aturats a la Llitera, sí, he dit més de mil aturats, i l’estat no donava cap resposta, o la donava tard i malament a les necessitats més bàsiques de la societat civil, com podien ser la protecció que ara anomenaríem de contingències comuns, o si ho preferiu més clar, la seguretat social, l’atur. Era una societat molt pobra.

 

És per això que a diversos pobles de la nostra comarca es van establir unes associacions voluntàries, que encara que s’anomenaven de manera diferent, estaven emparades per la mateixa llei, la d’associacions sindicals de 1887. Les Societats de Socorros Mutuos, al 1893 La Protectora a Castillonroi, a 1908 Albelda, a 1913 La Fraternidad a Alcampell, a 1905 San Blas a Altorricó, tenien com finalitat, tal i com ens recorden els estatuts de la de Castillonroi, “socorrer a sus asociados en caso de enfermedad con asistencia personal, o cuando los fondos de la sociedad lo permitan, podrá acordarse en junta general el socorro con alguna cantidad”.

 

És a dir, que en aquestes societats civils, i dins de les seves possibilitats reals, feien el que l’administració de l’època no era capaç d’oferir-los, un xic de solidaritat. Avui és difícil imaginar-se viure sense cap mena de protecció social, ben segur que devien ser temps molt difícils els de començament de segle XX. La Idea, un diari de l’època deia el 6 de març del any 1915: “El conflicto tan esperado y temido ha sobrevenido al fin, el hambre había hecho su aparición”

 

Hem de parlar de Joaquín Costa, encara que només sigui per agrair-li l’aigua que baixa pel canal. Només deia el de Graus, el mateix  que qualsevol que volgués mirar i escoltar al poble hagués pogut dir: un corrupte sistema monàrquic sustentat pels cacics i clients, una agricultura que no acomplia la seva funció social i que mantenia en la misèria no ja als que podíem dir proletaris, sinó també als petits propietaris tenia que ser reformat des del govern, i això no es va fer. Deia també: “Cuando las tierras comunes son insuficientes para satisfacer las necesidades de un vecindario, se hecha mano de las particulares hasta no dejar a estos más que las indispensables para sarisfacer sus necesidades”.

 

Cal recordar que anys enrere la desamortització havia servit, entre altres coses, per vendre els comunals als particulars, reduint així, la terra que els pobles tenien per l’utilització de pastures, per fer llenya, per caçar, etc. Més misèria afegida.

 

I desprès  la Dictadura d’en Primo de Rivera,  temps de repressió i autoritat, més tard arriba la Segona República, esperances de millores defraudades pels que volien canvis socials. No puc deixar de preguntar-me si això canviava gran cosa la vida quotidiana del nostre poble. Altra cosa va ser quan al juliol del 36 l’exèrcit traeix al poble i s’aixeca en armes.

 

La primera conseqüència real va ser que tot es va quedar sense amo, diuen les cròniques de l’època que: “ hubo un descabezamiento de la autoridad”, ja ho crec que sí, no hi havia qui manés, la força pública, la guàrdia civil, els que van quedar vius, no els hi va quedar cap més remei que obeir  al poder polític.

 

Però qui era el poder politic d’aquells dies? algú va tenir que posar-se al capdavant de tot i agafar la responsabilitat de manar, penseu que els qui ho havien fet fins llavors eren realment els rics, els terratinents, i en la revolució feixista allí on no va triomfar es van quedar fora del poder, o fins hi tot fora  d’aquest món. Era l’horror.

 

El Comitè es posà al davant, i així comença una època curta en el temps però intensa de contingut. Sense una autoritat tradicional, sense un govern que faci res més que la guerra, que ja sabeu com va acabar, i amb moltes necessitats que cobrir, es posen en marxa unes realitzacions revolucionaries al nostre país: Les col·lectivitats.

 

Crec important diferenciar el que són els sindicats agrícoles de les col·lectivitats. Els membres del sindicat mantenen la seva propietat i comparteixen mitjans de producció i despeses, però a cadascú el seu. A les col·lectivitats, i previ inventari dels béns particulars, es produeix la confusió de les propietats, de manera que es racionalitza la producció, els mitjans i la mà d’obra disponible. El seu lema era: “ a cada uno según sus fuerzas y a cada uno según sus necesidades”. Acabada la guerra els guanyadors no van diferenciar gran cosa, es va destruir i requisar tot el que van trobar.

 

En l’entorn social descrit fins ara, en un gran estat de confusió, i segons conten els llibres i les memòries vives que encara queden, es produeix d’una manera massiva la declaració en col·lectivitats en la majoria dels pobles de la comarca, Alcampell, Albelda, Altorricó, Binefar, Esplús, Binaced, Monsó i molts d’altres. L’afiliació era voluntària, qui no volia no s’hi posava, encara que això en aquells dies devia ser difícil de triar.

 

La veritat és que mentres van durar les col·lectivitats van funcionar força bé, i és que no hi ha volta de fulla, si ajunteu  terres, es fan les superfícies de conreu més grans, i es racionalitza el treball, el resultat serà més producció i menys hores de feina que es podran dedicar a d’altres ocupacions, o a no fer res.

 

Si l’idea era bona a nivell local, no l’hi van donar temps per desenvolupar-se d’una manera vertical. Si a nivell de col·lectivitat local no eren necessaris els diners, cada vegada que s’augmentava el radi d’intercanvi entre col·lectivitats mes llunyanes creixien les dificultats per trobar equivalències que no fossin els diners.

 

Si penseu un moment convindreu amb mi, que això de les col·lectivitats és l’ideal de qualsevol poble. Tenir suficients recursos, racionalitzar al màxim els béns de producció i utilitzar el mínim necessari de feina personal, és el que tot hom que no fos ric desitjaria per viure en aquells temps.

 

Ai companys, però això no interessa a quasi ningú que tingui o vulgui tenir poder. Per això no van durar, si deixem a banda que un estat autogestionari no s’improvisa de cop, li calen anys d’experiència per desenvolupar el projecte.

 

Els comunistes volien conquerir el poder i l’estat per abolir les classes i per implantar la dictadura del proletariat. Els feixistes volien tornar a conquerir el poder de l’estat i fer el que fos per que les seves classes continuessin essent les dominants, i els anarquistes volien abolir l’estat i les classes. Per tant, les col·lectivitats ho van tenir molt negre, tots anaven contra ells, a ningú l’interessava que el projecte tirés endavant i així ho van demostrar tan aviat com van poder. Els comunistes ja durant la guerra i els feixistes després, passant-los per la presó o per les armes a tots els qui no van poder fugir a temps.

 

Vull recordar aquí a José Borràs, sindicalista llibertari, qui pensava i escrivia una frase que si mireu el que hi ha darrera i us fixeu en el que vol dir i no diu, reflecteix d’una manera autèntica la societat del temps en què va néixer el nostre poble:

 

“Los campesinos aragoneses aborrecian la sociedad en la que habían vivido hasta entonces, fundada en los privilegios de casta y clase, y tenían un sentido agudo e innato del modo en que debía organizarse una sociedad libre que tuviera por fundamento la justicia social”.

 

 

 

Mujeres contra la guerra y el fascismo

Manuel Ballarín

 

Fuente: “La Calle de Todos” nº 68 (junio 2006)

 

A principios de 1936, coincidiendo con la recuperación de las garantías constitucionales, Zaragoza fue escenario de una manifiesta eclosión de la presencia pública, organizada, de la mujer trabajadora. Testigo de este fenómeno, que adquirió especial relevancia durante la campaña electoral que culminará con el triunfo del Frente Popular, fue el semanario Vida Nueva, desde cuyas páginas, y en alusión a uno de los mítines de la campaña, celebrado en el popular Iris Park, se reseñaba: «Destacaba sobremanera la enorme cantidad de compañeras y mujeres simpatizantes con nuestras ideas; demostración evidente del entusiasmo que en ellas despierta el movimiento político social». Pocos días después, esta contribución tendría un reconocimiento político en el mismo medio a través de Fermín Beltrán, secretario del potente Círculo Socialista de las Delicias, quien, sin ambages, atribuyó el triunfo frentepopulista «al decisivo apoyo electoral de las mujeres».

 

Los antecedentes de este fenómeno quizá haya que buscarlos en 1933, con la constitución del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo (AMCGF), la primera asociación antifascista de carácter unitario y de masas. Esta organización —también llamada Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA)—, nucleada alrededor del PCE y presidida por Catalina Salmerón (hija de quien fuera presidente de la I República), contó también con el apoyo de republicanas y socialistas y consiguió atraerse a gran número de mujeres de clase media. Su acción más destacada en Zaragoza antes de los sucesos revolucionarios de Asturias había consistido en una protesta contra el proyecto del Gobierno de movilización de reservistas. Al ser declarada ilegal la AMA a raíz de los sucesos de octubre de 1934, esta organización se transformó provisionalmente en la Asociación Femenina Pro Infancia Obrera (AFPIO), dedicada a ayudar a los niños de los mineros asturianos víctimas de la represión. La AMA, que —según sus propias fuentes— en julio de 1936 contaba en el conjunto del Estado con 50.000 afiliadas, orientaba sus actividades hacia la propaganda antifascista por medio de manifiestos, colocación de carteles, llamamientos en la prensa burguesa y de izquierdas y «mítines relámpago» en las puertas de los centros de trabajo. En esta etapa, su órgano de expresión era Mujeres.

 

Escasos días después de las elecciones de febrero de 1936, las zaragozanas adscritas a la AMA (también denominada Frente Popular de la Mujer Trabajadora, Frente Único de la Mujer Trabajadora o, simplemente, Mujeres del Frente Popular), animadas sin duda por el éxito de la coalición de izquierdas, decidieron embarcarse en una ambiciosa tarea movilizadora que debería concluir, el día 8 de marzo, en la celebración de la Jornada Internacional de la Mujer, la jornada creada por la mítica luchadora Clara Zethkin. La intensa campaña de agitación y propaganda (protagonizada, sobre todo, por las comunistas Amelia Sáiz-Calderón, Josefina López, Mercedes Pérez y Natividad Peribáñez; por las militantes de las Juventudes de Unión Republicana y de Izquierda Republicana Josefina Lasheras, Pilar Cabronero, Rosa Taulés, Pilar Rodríguez y Florinda Arjol; y por las socialistas Pilar Ginés, Pilar Royo y Ángeles Lahoz) tuvo un desarrollo convencional, a través de los actos públicos celebrados en las sedes de los partidos de izquierdas, y otro más novedoso, a partir de «mítines relámpago» llevados a cabo en los lavaderos públicos o en las puertas de las fábricas.

 

La campaña fue aprovechada por las oradoras para hablar de los horrores de la guerra, de la necesidad de la lucha de las mujeres para arrancar de su indolencia y de sus prejuicios a los humildes, de la imprescindible unidad con las mujeres de la CNT, de la posición y las mejoras que había adquirido la mujer en la Unión Soviética, y para recordar el peligro que para algunos suponía el derecho de voto para la mujer y cómo los hechos habían demostrado lo contrario en las elecciones que habían tenido lugar unos días antes.

 

Llegó la mañana del domingo 8 de marzo, y una gran manifestación, estimada por Diario de Aragón en unas 20.000 personas (5.000 de ellas, mujeres), partía de la plaza de la Libertad. Según un colaborador de Vida Nueva, Froilán Miranda, «aquella habría sido la manifestación más importante presenciada en la vida de Zaragoza». Presidida por el alcalde, Martínez Andrés, y por un nutrido grupo de mujeres del Frente Popular, la manifestación, amenizada por los cánticos de La Internacional, La Marsellesa y La Joven Guardia, tardó más de dos horas en recorrer el trayecto entre la calle Democracia y el Gobierno Civil. Las conclusiones entregadas al gobernador, Vera Coronel, exigían el encarcelamiento de los responsables de la represión de octubre de 1934; trabajo o subsidio para los parados; abaratamiento de las subsistencias y de los alquileres, y el desarme y disolución de las bandas fascistas. Además, se hacía un llamamiento contra la guerra y el fascismo, se pedía la libertad del pueblo abisinio y el reingreso en sus puestos de trabajo de los represaliados durante el Bienio Negro.

 

Pero la dinámica iniciada a raíz de la campaña electoral no terminó con el éxito de la jornada del 8 de marzo, sino que siguió su curso y tuvo su traducción en la participación activa en la campaña para la elección de compromisarios que deberían elegir al presidente de la República, en las nutridas manifestaciones del 14 de abril y del Primero de Mayo, en el proceso de unificación de las juventudes marxistas o en el trabajo directo en los barrios populares.

 

Donde más actividad parece desplegar la AMA es en los barrios del Arrabal y de Torrero-Cuber-San José. En el primero, la directiva de las mujeres del Frente Popular (integrada por Dolores Marín, Josefina Sanz, Manuela Cunchillos, Teresa Falcón, Constantina Sicilia, Araceli Sicilia, Rosa Jiménez, Francisca Serrano y Luisa Gracia) realizaba gestiones para la creación de un «Hogar de la Mujer Trabajadora». Aunque no el nombre de sus más activas afiliadas (tan solo el de la comunista Sáiz-Calderón), conocemos algunas de las actividades de la sección del segundo de los barrios. Acogían estas tanto los aspectos lúdicos como los de carácter formativo o reivindicativo: un baile para festejar el Día de la República; clases de corte y confección y de cultura general; recitales de poesía o representaciones teatrales de carácter pacifista a cargo del cuadro artístico del Ateneo Popular, y movilizaciones y notas de prensa para conseguir mejoras en el alumbrado de la barriada, en el servicio de recogida de basuras o en la inspección sanitaria en las casas de alquiler. Tampoco eran infrecuentes los mítines para popularizar sus reivindicaciones.

 

Menos prolijas, por la tardía constitución de la sección, son las noticias acerca del barrio de La Seo, donde, convocada por María Luisa Pérez y Libertad Rocafull, pocos días antes de la Guerra Civil estaba prevista una «magna asamblea» para organizar el Frente Único de ese barrio.

 

Pero el intenso trabajo llevado a cabo por las mujeres del Frente Popular se vio cercenado de raíz a causa del golpe militar de julio de 1936. La mayor parte de las jóvenes protagonistas de estas páginas terminaron asesinadas (Florinda Arjol, Pilar Cabronero,  Pilar Royo, Pilar Ginés, Amelia Sáiz-Calderón o Constantina Sicilia fueron fusiladas lo largo de las semanas posteriores al pronunciamiento). La comunista Mercedes Pérez, que colaboró durante la posguerra en la reconstrucción del partido, padeció la dureza de las cárceles franquitas. Más «suerte» tuvieron Teresa Falcón, que fue directiva del PCE durante la guerra; la republicana Rosa Taulés, que consiguió exiliarse a Méjico; o Josefina López (compañera del dirigente comunista Fernando Claudín), que en la Transición obtuvo un acta en el Parlamento.

 

El 18 de julio, en suma, acabó con un movimiento que, aunque había supuesto una primera toma de conciencia de carácter básicamente antifascista —no claramente de género—, había permitido que la mujer trabajadora zaragozana fuera imponiendo su presencia en los actos públicos y, algo más tímidamente, los planteamientos feministas en el seno de sus propias organizaciones. No será hasta tres décadas después, con el nacimiento del Movimiento Democrático de Mujeres (otra organización ligada al PCE y a la lucha de las mujeres de los presos políticos), cuando la voz de la mujer trabajadora organizada vuelva a dejarse oír con fuerza en el seno de la castrada sociedad española del franquismo.

 

 

 

Sobre el aviador Antonio Salueña Lucientes “Pintamantas”

José Luis Ledesma

 

Fuente: José Luis Ledesma

 

SALUEÑA LUCIENTES, Antonio - "Pintamantas"
(Fuendetodos, 10-05-1898 / Ucrania 23-12-1959)

Antonio Salueña, más conocido en su pueblo natal y entre los que le trataron como "el Pintamantas", apodo de su padre y su abuelo, fue uno de esos jóvenes para los que permanecer apegado al terruño no resultaba una perspectiva demasiado halagüeña. Procedente de una familia modesta que poseía una tienda y algunas escasas tierras, el cumplimiento del servicio militar en Mataró despertó en él dos aficiones que ya nunca abandonaría a lo largo de su convulsa existencia: por un lado, el ansia por lo que su paisano Goya llamara "abrirse al
ancho mundo"; por otro, adentrarse en la carrera militar como un camino para lo anterior y en suma para vivir. Así, no puede resultar extraño que se reenganchara en el Ejército como voluntario, que participara por ejemplo en la guerra del Rif, o que probara incluso por un tiempo, durante la Dictadura de Primo de Rivera, la Guardia Civil. Como tampoco lo es que finalmente se decantara por la aviación militar. En 1927 adquiría el título de piloto de aeroplano, 8 años después ya era subteniente de aviación (01-02-1935), y durante la guerra civil ascendería a capitán y, ya dentro del Ejército de la URSS, a coronel.

Con el paso de los ´años, a las citadas aficiones se fueron uniendo otros dos ejes principales de la vida de "Pintamantas": de una parte, la familia que fundó a partir de su boda en 1929 con Eloísa, precisamente la hija del que sería alcalde republicano de Fuendetodos Ramón Salueña. De otros, pero obviamente relacionada con lo anterior, sus crecientes simpatías hacia las fuerzas políticas de la izquierda republicana. Aunque lógicamente mitigado por su profesión de militar, esto último se plasmaba en un cierto proselitismo durante sus permisos en Fuendetodos, donde al decir de su esposa "nunca dejó de asistir al casino de izquierdas" y de frecuentar a sus principales valedores -empezando por su suegro y por el gran promotor del republicanismo local, el médico Manuel González- y "siempre votó a los republicanos". Y, tal vez sobre todo, se puede rastrear igualmente en sus relaciones y contactos con militares proclives al régimen de 1931 -y en sus problemas con los opuestos al mismo- en sus sucesivos destinos en León, Madrid y, sobre todo, Logroño (aeródromo de Agüeño), donde parece que formaba parte de un "núcleo duro" republicano. Los problemas que le deparó ante algunos mandos tener esas relaciones, o el hecho de que fuera enviado a Asturias para participar en la represión de la Revolución de Octubre de 1934 y estuviera a punto de ser sancionado por errar sistemáticamente los blancos en dicha campaña, cabrían ser interpretados en ese sentido.

Por lo mismo, de igual manera parece puede ser explicada su situación al inicio de la guerra civil. A principios de julio de 1936, a Antonio Salueña, como a algunos otros compañeros, le fue concedido un amplio permiso vacacional, a pesar de que normalmente debía corresponderle en agosto. De nada sirvieron sus sospechas ni la advertencia que junto a otro aviador hizo al jefe militar de la zona, fusilado después al igual que el alcalde de Logroño. Estando, de este modo, en Fuendetodos al producirse la sublevación del 18 de julio, Salueña fue en primera instancia a Zaragoza a ponerse a disposición de los mandos, aunque la visión de brazos en alto y desfiles de detenidos le hizo cambiar de idea y volvió a su localidad natal. Allí, la resistencia de los ugetistas había sido derrotada por la Guardia Civil, por lo que, como aquellos, debió esconderse primero de los falangistas que lo buscaban, y huir después hacia el este hasta lo que había de ser la zona republicana. Una vez ganada ésta, lograría llegar vía Bujaraloz hasta Barcelona, donde se integraría en la Aviación gubernamental. Atrás quedaban, en zona rebelde, su esposa e hijos, y hasta diez parientes que caerían bajo las balas de los sublevados y camisas azules.

En ese punto se inicia una trayectoria henchida de avatares, viajes y dolor. Apenas unas semanas después -en lo que es el hecho por el que fue universalmente conocido en la comarca-, se internó en avión en la zona controlada por los sublevados y llegó a sobrevolar su propio pueblo, entre vítores y disparos, y algún tiempo más tarde incluso aterrizó  cerca del mismo antes de tener que despegar precipitadamente por la llegada de aviones enemigos. Como era de esperar, tras todo ello tanto su esposa como su padre y otros familiares fueron detenidos, y luego algunos de ellos conducidos a Belchite a modo de rehenes contra posibles bombardeos. Por eso, cuando Fuendetodos fue tomado por los republicanos en septiembre y "el Pintamantas" fue allí a buscar a los suyos, se encontró con que no estaban. El reencuentro definitivo sólo se produciría, unas semanas después, gracias a un canje de prisioneros a cambio de dos aviadores "fascistas" que habían caído en "zona roja". También de estos meses dataría, en fin, ese gran momento de celebridad del q ue, sin embargo, sólo fue supuesto, que no real, protagonista: según la prensa zaragozana (v. gr. "El Noticiero" 03-08-1936) era el aviador que había lanzado sobre el Pilar las bombas que, también supuestamente, no habían explotado por intermediación divina (véase J.S. Maluquer, "La aviación de Cataluña", 1979).

Es resto de su historia es, como la de tantos otros, la de la guerra, la derrota y el exilio. Luchó como aviador en el frente de Aragón y, durante un tiempo, en el Frente Norte, Málaga y Brunete. Entre todos esos destinos, pasó seis meses en Kirovad (Azerbaiyán) como instructor de vuelo en una misión de entrenamiento intensivo de pilotos noveles, y el paligrar el Frente Este envió a su familia a Cataluña y luego a la propia URSS. Allí se reuniría con ellos tras la guerra, la agónica retirada a Francia a principios de 1939 y la dura estancia en el campo d e concentración de Argelès-sur-Mer, de donde le sacaron enviados rusos para llevarle al Ejército soviético. Y allí, en suma, pasaría con ellos el resto de su vida. Una nueva vida que, padeciendo de sordera y de pulmonía, le llevaría después de trabajo en trabajo de Ucrania a Crimea, y de allí nuevamente a Kiev, donde acabaría sus vidas.

 

 

 

El ocaso de la II República en Teruel

Silvia de la Merced

 

Fuente: Diario de Teruel

 

En las elecciones de febrero de 1936, la candidatura de derechas se había proclamado vencedora en la mayoría de los municipios de Teruel. Atrás quedaban los primeros momentos de euforia republicana, cuando los partidos de esta adscripción barrieron electoralmente a las débi­les candidaturas conservadoras. Fue en las Cons­tituyentes de 1931, la II República acababa de proclamarse en España y los anhelos y esperan­zas de la ciudadanía, junto con la desorganiza­ción de la derecha tradicional, habían propiciado el momento dorado del republicanismo.

 

Pero la euforia de aquellos tiempos se fue des·vaneciendo a medida que avanzaba el nuevo ré­gimen. Para la clase obrera y los trabajadores del campo, había quedado al descubierto el reducido alcance de las reformas sociales, mientras que para los propietarios, la nueva legislación labo­ral junto con el crecimiento de las organizaciones sindicales de izquierdas, habían supuesto un freno a sus prerrogativas de clase. La política lai­ca, impulsada por el gobierno republicano, tam­bién ocasionó una honda fractura social. La de­fensa de la religión católica se convirtió en la bandera electoral en torno a la cual, la derecha tradicional consiguió alinear a un importante sector de las clases medias urbanas y de los pro­pietarios agrícolas.

 

La provincia de Teruel, tras los primeros mo­mentos de fervor republicano, y una vez que se reorganizó la derecha en torno a Acción Popular, se convirtió en un territorio con un importante pe­so del conservadurismo político. Zona eminente­mente agrícola, con un predominio de la pequeña e ínfima propiedad, el catolicismo social, repre­sentado por la Federación Turolense de Sindica­tos Católicos, había conseguido un gran arraigo en los pequeños propietarios agrícolas quienes, a pesar de sus míseras condiciones de vida, pronto se alinearon con los intereses de los terratenientes y, al igual que estos, percibieron con gran descon­fianza la implantación de la Reforma Agraria en el campo, un fenómeno que influyó decisiva­mente en la orientación del voto conservador.

 

A pesar de esta tendencia, en las elecciones de febrero de 1936, hubo más de cincuenta munici­pios en los que el Frente Popular se había con­vertido en la fuerza electoral mayoritaria en la provincia, entre ellos la capital, donde se concen­traba uno de los núcleos de republicanismo más activos. A estas alturas los sindicatos de izquier­das, que canalizaban las expectativas de la clase obrera y los jornaleros sin tierra, también habían experimentado un importante crecimiento, sin llegar a configurarse como unas sólidas organi­zaciones. El predominio ugetista en los partidos judiciales de Calamocha, Albarracín y Teruel contrastaba con el mayor arraigo cenetista de la Tierra Baja, efectivos sindicales que se alinearon en favor de la coalición electoral de izquierdas en unos comicios marcados por los altos índices de participación. El elevado grado de moviliza­ción social y política que se había alcanzado a estas alturas, junto con los antecedentes de un gobierno de centro derecha que había paralizado el proceso de reformas y reprimido con dureza los sucesos de octubre de 1934, favorecieron que estas elecciones estuviesen rodeadas por una gran expectación. Como afirma Santos Juliá "desde las monjas de clausura al anarquista anti­político todo el mundo fue a votar."

 

Aunque en el conjunto de la provincia el triun­fo de la CEDA había sido notable, la victoria del Frente Popular en España tuvo como consecuen­cia la destitución, por orden gubernativa, de los ayuntamientos conservadores de la provincia, re­emplazados, a partir de este momento, por perso­nal político afín a la coalición del Frente Popular. Estas nuevas corporaciones trataron de agilizar el proyecto reformista del gobierno republicano, sobre todo en materia de agricultura, ya que el reparto de tierras fue uno de los problemas más candentes en este terrÍtorio, junto con el desem­pleo, muy presente durante toda la República,

que trató de abordarse solicitando ayudas estatales y con la puesta en marcha de nuevas óbras públicas que contemporizasen sus efectos.

 

En la capital de Teruel, el Ayuntamiento de mayoría frentepopulista, también concentró sus es­fuerzos en remediar la latente crisis de trabajo que había atenazado al sector de la construcción desde los comienzos de la II República. La demolición de la vieja plaza de toros, la explanación de los terrenos para la nueva cárcel provincial o la celebración de una asamblea de fuerzas vivas; fueron algunas de estas medidas encaminadas a dar solución al problema del paro. También se recuperó el espíritu laico que había acompañado al Ayuntamiento republicano en 1931, centrado, en estos momentos, en la sustitución de la enseñanza confesional por una laica, una medida que impli­caba la habilitación de los locales para albergar a las 25 escuelas que permitirían este cambio.

 

El estallido de la sublevación militar truncó de manera definitiva todos estos proyectos. A pesar de los bajos índices de conflictividad social que se habían registrado en la provincia, y de su ale­jamiento de los centros de decisión militar, este territorio sucumbió, tempranamente, a una sublevación militar que comenzó a gestarse desde el mismo triunfo del Frente Popular, y que tomó forma el día 17 de julio de 1936, con el levanta­miento de las fuerzas del Tercio y de Regulares en Melilla.

 

Desde que la capital aragonesa cayó en manos de los militares insurgentes, los acontecimientos se precipitaron en Teruel a favor del bando rebelde. El día 19 de julio el Comandante Virgilio Aguado, cumpliendo las órdenes que llegaban de Zaragoza declaró el estado de guerra. Ese mismo día eran detenidos y encarcelados los principales representantes del Frente Popular, frustrándose toda posibilidad de contener la rebelión. El apoyo de ]a Guar­dia Civil, de Asalto y Seguridad al bando rebelde, confirmado el día 20 de julio, y al que también se sumó la organización de Falange, fue determinante en el triunfo del alzamiento en la capital. Ni siquiera la huelga general declarada por la Casa del Pue­blo de Teruel y secundada en talleres y fábricas, logró frustrar un movimiento que se dirigía a la conquista de la provincia. Este avance iba a ser conte­nido por las columnas de milicianos llegadas de Cataluña, Levante y Castilla, fuerzas gubernamen­tales que venían dispuestas a imponer un nuevo orden social en los territorios conquistados. La Gue­rra Civil era ya un hecho. Comenzaba así una os­cura noche de revolución y contrarrevolución de terribles consecuencias para una generación de tu­rolenses marcados por la tragedia.

 

 

 

Walter: un general polaco en Grañén

Manuel Benito Moliner

 

Fuente: Manuel Benito Moliner (publicado por Diario del AltoAragón)

 

La Guerra todavía suscita miedos, sobre todo si se habla del bando perdedor. Quizá esa sea la causa de que mi informante prefiera el anonimato. Por eso nos referimos a él con el supuesto nombre de Antonio.

 

El general no puede ser otro que Karol Swierczewski, apellido tan impronunciable que fuera de Polonia se trocó en Walter. Nació en el seno de una familia humilde y siendo muy joven participó en los movimientos revolucionarios que sacudían la vieja Europa teniendo que exiliarse en Rusia, allí luchó en la Revolución y en la Guerra Civil, obteniendo la Estrella Roja y un prestigio como combatiente antifascista a nivel internacional.

 

Al estallar la guerra en España, marchó a la oficina de alistamiento que las Brigadas Internacionales tenían en Paris, aunque pronto vino a la Península para entrar en acción. Luchó en el frente de Madrid al mando de una brigada, su fama se tambaleaba por los fracasos militares, pero su lealtad estalinista le mantuvo siempre limpio de sospecha. Allí se buscó una buena residencia, en Villa Paquita y desde allí dirigía las operaciones. Pero el curso de la Guerra le hizo volver a la arena y en una de las batallas en que los brigadistas caían bajo las balas fascistas y huían en algunos sectores, Walter montó en su coche y de pie iba arengando a sus hombres, ordenándoles mantener las posiciones. El coche quedó totalmente baleado y él indemne. El escritor Ernest Hemingway lo inmortalizó –como el general Golz- en la novela Por quién doblan las campanas, que acabó llevándose al cine.

 

Más tarde luchó en Belchite donde, digamos, que acabó haciendo tablas pues aunque la plaza cayó, tras una tenaz resistencia, el mérito se lo apuntaron las fuerzas republicanas españolas.

 

Después vino una tregua para las Brigadas Internacionales que se acomodaron en territorio altoaragonés. La comarca de La Litera se convirtió en un cuartel donde proliferaban todo tipo de idiomas, aunque poco a poco se imponía un lenguaje común que utilizó el general Lukács en aquella celebre frase que pretendía frenar la lujuria de la soldadesca: vostra muquera estás la fusila, comprenes, concepto que llegó hasta los estertores de la mili española, donde el fusil siguió siendo la novia, sucedáneo de la otra intangible y lejana.

 

Según Antonio, Walter llegó a Grañén protegido por una guardia de noruegos y alimentado por un puñado de cocineros polacos, pues al parecer había sufrido un atentado del que los libros no hablan. Esto explicaría el hecho de que buscara un lugar controlado por fuerzas comunistas, en este caso de la Columna Carlos Marx que llevaba aquí desde el comienzo de la Guerra. A diferencia de los rebeldes, las tropas gubernamentales evacuaron los pueblos del frente: Tardienta y Torralba. En la primera se estableció la línea de fuego, justo en el Acueducto, sirviendo la Harinera de Gavín como cuartel, la segunda localidad servía de punto de abastecimiento, cuarteles y hospitales. En Grañén había muchos refugiados llegados de esos pueblos.

 

En la cocina, como se ha dicho, sólo había polacos al mando de un capitán que no veía con buenos ojos el entrar y salir de vecinos por las casas, costumbre muy altoaragonesa, temiendo un posible envenenamiento del general. Al final optó por trasladar los fogones a una vieja casa deshabitada que quedaba enfrente.

 

Como asistente tenía un soldado sevillano llamado Manolo y por allí iba con mucha frecuencia un viejo amigo de Rusia: Karchevski que había sido oficial zarista antes que rojo. Antonio parece guardarle simpatía, también recuerda una teniente médico extranjera que frecuentaba la casa. Walter era un hombre severo, en las fotos su rostro siempre se muestra huidizo. Cuando le digo a Antonio -que entonces tenía 11 años, que el general tenía 41 cuando compartieron techo, casi no me cree, parecía mucho más viejo. No salía de su habitación ni siquiera para ir a los refugios cuando sonaban las alarmas, ningún militar abandonaba su puesto.

 

Carlos Walter al frente de la 35 División Internacional, tras un otoño lluvioso de descanso, emprendió la toma de Teruel, luego organizó la disolución de las Brigadas Internacionales y después volvió a la Academia Militar Frunce de Moscú. Hizo la II Guerra Mundial y consiguió liberar de nazis su Polonia natal, donde alcanzó el grado de Ministro de Defensa. En 1947 un grupo anticomunista de ucranianos le tendieron una emboscada cerca de su pueblo. Allí murió baleado. Un grupo de sacerdotes católicos cantaron el De Profundis, cuando lo sepultaban. En Grañén, los que lo vieron en Casa Piquero aún lo recuerdan con la misma seriedad que él infundía.

 

 

 

Una guerra poco civil

Julián Casanova

 

Fuente: El País

 

La Guerra Civil española ha pasado a la historia, y así es recordada, por la deshumanización del contrario, por la espantosa violencia que generó. Simbolizada en las "sacas", "paseos" y asesinatos masivos, sirvió en los dos bandos en lucha para eliminar a sus respectivos enemigos, naturales o imprevistos. El total de víctimas mortales, según los historiadores, se aproxima a las 600.000, de las cuales 100.000 corresponden a la represión desencadenada por los militares sublevados, y 55.000, a la violencia en la zona republicana. Medio millón de personas se amontonaban en las prisiones y campos de concentración cuando la guerra acabó en abril de 1939.

La destrucción del adversario se convirtió para muchos en el objetivo prioritario. A la política de exterminio inaugurada por los militares sublevados se adhirieron con fervor sectores conservadores, terratenientes, burgueses, propietarios, "hombres de bien", que se separaron definitivamente de la defensa de su orden mediante la ley. Donde el golpe militar fracasó, sonó la hora de la ansiada revolución y del juicio final a los patronos, ricos y explotadores. Sin reglas ni gobierno, sin mecanismos de coerción obligando a cumplir leyes, la venganza y los odios de clase se extendieron como una fuerza devastadora para aniquilar al viejo orden.

Dentro de esa guerra hubo varias y diferentes contiendas. En primer lugar, un conflicto militar, iniciado cuando el golpe de Estado enterró las soluciones políticas y puso en su lugar las armas. Fue también una guerra de clases, entre diferentes concepciones del orden social; una guerra de religión, entre el catolicismo y el anticlericalismo; una guerra en torno a la idea de la patria y de la nación y una guerra de ideas, de credos que estaban entonces en pugna en el escenario internacional. En la Guerra Civil española cristalizaron, en suma, batallas universales entre propietarios y trabajadores, Iglesia y Estado, entre oscurantismo y modernización, dirimidas en un marco internacional desequilibrado por la crisis de las democracias y la irrupción del comunismo y del fascismo.

La situación internacional a finales de los años treinta reunía circunstancias poco propicias para la paz y eso afectó de forma decisiva a la duración, curso y desenlace de la Guerra Civil española, un conflicto claramente interno en su origen. El apoyo internacional a los dos bandos fue vital para combatir y continuar la guerra en los primeros meses.

Cuando empezó la Guerra Civil española, los poderes democráticos estaban intentando a toda costa "apaciguar" a los fascismos, sobre todo a la Alemania nazi, en vez de oponerse a quien realmente amenazaba el equilibrio de poder. La República se encontró, por tanto, con la tremenda adversidad de tener que hacer la guerra a unos militares sublevados que se beneficiaron desde el principio de esa situación internacional tan favorable a sus intereses. Las dictaduras dominadas por gobiernos autoritarios de un solo hombre y de un único partido estaban sustituyendo entonces a las democracias en muchos países europeos y, si se exceptúa el caso ruso, todas esas dictaduras salían de las ideas del orden y de la autoridad de la extrema derecha. Seis de las democracias más sólidas del continente fueron invadidas por los nazis al año siguiente de acabar la Guerra Civil. España no era, en consecuencia, una excepción ni el único país donde el discurso del orden y del nacionalismo extremo se imponía al de la democracia y la revolución.

Pero eso nunca debería ser una excusa, un argumento tranquilizador para descargar las responsabilidades de amplios sectores de la población española, los grupos más cultos, las clases propietarias, los dirigentes políticos y sindicales, militares y eclesiásticos, que poco hicieron por desarrollar una cultura cívica, de respeto a la ley, a los resultados electorales, de defensa de las libertades de expresión y asociación y de los derechos civiles.

Muchos españoles vieron la guerra desde el principio como un horror, otros sentían que estaban en la zona equivocada y trataban de escapar. Hubo personajes ilustres de la República que no tuvieron participación alguna en la guerra y estaba también la llamada "tercera España", algunos intelectuales que pudieron "abstenerse de la guerra", como decía de sí mismo Salvador de Madariaga. Pero la guerra atrapó a la mayoría de la población española, a millones de ciudadanos, les hizo tomar partido, aunque algunos se mancharan más que otros, e inauguró un periodo de violencia sin precedentes en la historia de España, por mucho que todavía haya versiones que vean esa guerra como una consecuencia lógica de la tendencia ancestral de los españoles a matarse.

No hay, por tanto, una respuesta simple a la pregunta de por qué del clima de euforia y de esperanza de 1931 se pasó a la guerra cruel y de extermino de 1936. España comenzó los años treinta con una República y acabó la década sumida en una dictadura derechista y autoritaria. Por mucho que se hable de la violencia que precedió a la Guerra Civil, para tratar de justificar su estallido, está claro que en la historia del siglo XX español hubo un antes y un después del golpe de Estado de julio de 1936. Además, tras el final de la Guerra Civil en 1939, durante al menos dos décadas no hubo ninguna reconstrucción positiva, tal y como ocurrió en los países de Europa occidental después de 1945.

Los bandos que se enfrentaron en España tenían ideas tan distintas sobre cómo organizar el Estado y la sociedad y estaban tan comprometidos con los objetivos por los que tomaron las armas, que era difícil alcanzar un acuerdo. Y el panorama internacional, de nuevo, tampoco dejó espacio para las negociaciones. De esa forma, la guerra acabó con la aplastante victoria de un bando sobre otro, una victoria asociada desde ese momento con todo tipo de atrocidades y abusos de los derechos humanos. Las dictaduras que emergieron en Europa en los años treinta, en Alemania, Austria, o España, tuvieron que enfrentarse a movimientos de oposición de masas y para controlarlos necesitaron poner en marcha nuevos instrumentos de terror. Ya no bastaba con la prohibición de partidos políticos, la censura o la negación de los derechos individuales. Un grupo de criminales se hizo con el poder. Y la brutal realidad que salió de sus decisiones fueron los asesinatos, la tortura y los campos de concentración.

La victoria de Franco fue también una victoria de Hitler y de Mussolini. Y la derrota de la República fue asimismo una derrota para las democracias. Setenta años después de que las armas se impusieran a las palabras, tenemos que enseñarles a los jóvenes y adolescentes, a quienes vienen detrás de nosotros, que la violencia y la intransigencia es el legado más pernicioso de ese pasado. Sólo el diálogo, el debate político, la democracia y la libertad pueden curar las heridas, superarlas y construir un presente mejor.

 

 

 

Proyecto de ley por la que se reconocen y amplian derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura

 

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

 

El espíritu de reconciliación y concordia, y de respeto al pluralismo y a la defensa pacífica de todas las ideas, que guió la Transición, nos permitió dotarnos de una Constitución, la de 1978, que tradujo jurídicamente esa voluntad de reencuentro de los españoles articulando un Estado social y democrático de derecho con clara vocación integradora.

 

El espíritu de la Transición da sentido, de este modo, al modelo constitucional de convivencia más fecundo que los españoles hayamos disfrutado nunca. Y es ese mismo espíritu el que explica también las diversas medidas y derechos que se han ido reconociendo, desde el origen mismo de todo el período democrático, en favor de las personas que, durante los decenios anteriores a la Constitución, sufrieron las consecuencias de nuestra devastadora guerra civil y del régimen dictatorial que la sucedió.

 

Pese a ese esfuerzo legislativo, quedan aún iniciativas por adoptar para dar cumplida y definitiva respuesta a las demandas de esos ciudadanos, planteadas tanto en el ámbito parlamentario como por distintas asociaciones cívicas. Se trata de peticiones legítimas y justas, que nuestra democracia, apelando de nuevo a su espíritu fundacional de concordia, y en el marco de la Constitución, no puede dejar de atender.

 

Es la hora, así, de que la democracia española, y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella, honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos, en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia. Desde luego, a quienes perdieron la vida. Con ellos, a sus familias. También a quienes perdieron su libertad, al padecer prisión, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración dentro o fuera de nuestras fronteras. También, en fin, a quienes perdieron la patria al ser empujados a un largo, desgarrador y, en tantos casos, irreversible, exilio.

 

La presente Ley parte de la consideración de que los diversos aspectos relacionados con la memoria personal y familiar, especialmente cuando se han visto afectados por conflictos de carácter público, forman parte del estatuto jurídico de la ciudadanía democrática, y como tales son abordados en el texto. Se reconoce, en este sentido, un derecho individual a la memoria personal y familiar de cada ciudadano, que encuentra su primera manifestación en la Ley en el reconocimiento general que en la misma se proclama en su artículo 2.

 

En efecto, en dicho precepto se hace una proclamación general del carácter injusto de todas las condenas, sanciones y expresiones de violencia personal producidas, por motivos inequívocamente políticos o ideológicos, durante la Guerra Civil, así como las que, por las mismas razones, tuvieron lugar en la Dictadura posterior.

 

Esta declaración general, contenida en el artículo 2, se complementa con la previsión de un procedimiento específico para obtener una Declaración personal, de contenido rehabilitador y reparador, que se abre como un derecho a todos los perjudicados, y que podrán ejercer ellos mismos o sus familiares.

 

Se ha considerado conveniente, dado su importante valor simbólico, atribuir la emisión de estas Declaraciones, que serán publicadas en el Boletín Oficial del Estado, a un Consejo de designación parlamentaria, creado ad hoc, e integrado por personalidades de reconocido prestigio cuya elección se vea respaldada, además, por una mayoría cualificada del Congreso de los Diputados (arts. 3 a 7).

 

En los artículos 8 a 12 se establece el reconocimiento de diversas mejoras de derechos económicos ya recogidos en nuestro Ordenamiento. Y en la Disposición adicional segunda se prevé, en esta misma dirección, el derecho a una indemnización en favor de todas aquellas personas que perdieron la vida en defensa de la democracia, de la democracia que hoy todos disfrutamos, y que no habían recibido hasta ahora la compensación debida.

 

A continuación, se recogen diversos preceptos (arts. 13 a 16) que, atendiendo también en este ámbito una muy legítima demanda de no pocos ciudadanos, que ignoran aún el paradero de sus familiares, prevén medidas e instrumentos para que las Administraciones públicas faciliten, a los interesados que lo soliciten, las tareas de localización, y, en su caso, identificación de los desaparecidos, como una última prueba de respeto hacia ellos. Y ello se hace tratando de atender, con sentido de la

ponderación y del equilibrio, los diferentes derechos, intereses, y respetables opciones morales que resultan potencialmente concurrentes al respecto.

 

Se establecen, asimismo, una serie de medidas (arts. 17 y 18) en relación con los símbolos y monumentos conmemorativos de la Guerra Civil o de la Dictadura que sean de titularidad estatal, sustentadas en el principio de evitar toda exaltación del conflicto entre españoles, y en el convencimiento de que los ciudadanos tienen derecho a que así sea, a que los símbolos públicos sean ocasión de encuentro y no de enfrentamiento, ofensa o agravio.

 

El legislador considera de justicia hacer un doble reconocimiento singularizado. En primer lugar, a los voluntarios integrantes de las Brigadas internacionales, a los que se les permitirá acceder a la nacionalidad española sin necesidad de que renuncien a la que ostenten hasta este momento (art. 20); y, también, a las Asociaciones ciudadanas que se hayan significado en la defensa de la dignidad de las víctimas de la violencia política a que se refiere esta Ley, a las que podrá concederse la Gran Cruz del Mérito Civil de tipo colectivo como testimonio de este reconocimiento (art. 21).

 

Con el fin de facilitar la recopilación y el derecho de acceso a la información histórica sobre la Guerra Civil, la Ley refuerza el papel del actual Archivo General de la Guerra Civil Española, con sede en Salamanca, estableciendo que se le dé traslado de toda la documentación existente en otros centros estatales (arts. 22 a 25).

 

En definitiva, la presente Ley quiere contribuir a cerrar heridas todavía abiertas en los españoles y a dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión de la Dictadura.

 

Quiere contribuir a ello desde el pleno convencimiento de que, profundizando de este modo en el espíritu del reencuentro y de la concordia de la Transición, no son sólo esos ciudadanos los que resultan reconocidos y honrados sino también la Democracia española en su conjunto.

 

Y quiere contribuir a ello, por último, con la convicción de que no es tarea de la ley, o de las normas jurídicas en general, fijarse el objetivo de implantar una determinada “memoria histórica”, de que no le corresponde al legislador construir o reconstruir una supuesta “memoria colectiva”. Pero sí es deber del legislador, y cometido de la ley, consagrar y proteger, con el máximo vigor normativo, el derecho a la memoria personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática. Este es el compromiso al que el texto legal responde.

 

Artículo 1. Objeto de la Ley.

La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos en favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas o ideológicas, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales.

 

Artículo 2. Reconocimiento general.

1. Como expresión del derecho de todos los ciudadanos a la reparación de su memoria personal y familiar, se reconoce y declara el carácter injusto de las condenas, sanciones y cualquier forma de violencia personal producidas, por razones políticas o ideológicas, durante la Guerra Civil, cualquiera que fuera el bando o la zona en la que se encontraran quienes las padecieron, así como las sufridas por las mismas causas durante la dictadura que, a su término, se prolongó hasta 1975.

2. Las razones políticas o ideológicas a que se refiere el apartado anterior incluyen la pertenencia o colaboración con partidos políticos, sindicatos, organizaciones religiosas o militares, minorías étnicas, sociedades secretas, logias masónicas y grupos de resistencia, así como el ejercicio de conductas vinculadas con opciones culturales, lingüísticas o de orientación sexual.

 

Artículo 3. Declaración de reparación y reconocimiento personal.

1. Se reconoce el derecho a obtener una Declaración de reparación y reconocimiento personal a quienes durante la Guerra Civil y la Dictadura padecieron los efectos a que se refiere el artículo anterior.

2. Esta Declaración será de aplicación respecto de las penas y sanciones de carácter personal impuestas durante la Guerra Civil por Juzgados, Tribunales u órganos administrativos de cualquier naturaleza y respecto de todas las ejecuciones llevadas a cabo por cualquier organización o grupo durante el mismo período, siempre que, en uno y otro supuesto, se vinculen, directa o indirectamente, con motivaciones políticas o ideológicas, en los términos del artículo 2.2 de esta Ley.

3. También será de aplicación en relación con las ejecuciones, penas y sanciones de carácter personal que se hubiesen producido tras el fin de la Guerra Civil, cuando hubiesen tenido como objeto la represión o persecución de quienes defendieron la legalidad institucional anterior al 18 de julio de 1936, pretendieron el restablecimiento en España de un régimen democrático o intentaron vivir conforme a opciones amparadas por derechos y libertades hoy reconocidos por la Constitución. En todos los casos, será necesario que los comportamientos en su día enjuiciados o sancionados resulten conformes a los principios y valores constitucionales hoy vigentes.

 

Artículo 4. Tramitación de la solicitud.

1. Tendrán derecho a solicitar la Declaración las personas afectadas y, en su defecto, su cónyuge o persona ligada por análoga relación de afectividad, sus ascendientes, sus descendientes y sus colaterales hasta el segundo grado.

2. Asimismo podrán solicitar la Declaración las instituciones públicas, previo acuerdo de su órgano colegiado de gobierno, respecto de quienes, careciendo de cónyuge o de los familiares mencionados en el apartado anterior, hubiesen desempeñado cargo o actividad relevante en las mismas.

3. Las personas o instituciones previstas en los apartados anteriores dirigirán su solicitud a la Comisión Interministerial a que se refiere la Disposición adicional primera de la presente Ley, en el plazo máximo de un año a partir de la entrada en vigor de esta Ley.

4. La solicitud se acompañará de la documentación que, sobre los hechos y sobre el proceso o procedimiento originario, obre en poder de los solicitantes, así como de todos los antecedentes que se consideren oportunos.

5. La Comisión podrá inadmitir la solicitud por no encontrarse el peticionario en alguno de los supuestos de los apartados 1 y 2 del presente artículo o por haberla formulado fuera de plazo.

6. La Comisión, de oficio o a instancia de parte, podrá recabar de las distintas Administraciones públicas y de los órganos judiciales, de acuerdo con la legislación vigente, los documentos o la información que resulten procedentes para resolver. A estos efectos, podrá suspender la tramitación durante un plazo no superior a seis meses. Una vez recibida la documentación o información, la Comisión la pondrá en conocimiento del solicitante para que, en el plazo de veinte días, manifieste lo que considere oportuno.

7. A la vista de la documentación e información aportada, la Comisión, en el plazo máximo de un año a contar desde la presentación de la solicitud, elevará su propuesta al Consejo previsto en el artículo siguiente.

 

Artículo 5. Órgano de resolución.

1. Al objeto de resolver sobre las solicitudes de Declaración a que se refieren los artículos precedentes, se constituye un Consejo integrado por cinco personalidades de reconocido prestigio en el ámbito de las ciencias sociales, elegidas por mayoría de tres quintos del Congreso de los Diputados.

2. Sus miembros no estarán sujetos a mandato imperativo, ni recibirán instrucciones de ninguna autoridad. Desempeñarán sus funciones con autonomía y libertad de criterio, conforme a lo previsto en la presente Ley, y guardarán reserva sobre cuanto conozcan en el ejercicio de aquéllas. No podrán ejercer ningún otro cargo de representación o designación políticas.

3. Cesarán por alguna de las siguientes causas:

a) Renuncia

b) Finalización de sus funciones

c) Fallecimiento o incapacitación sobrevenida

d) Haber sido condenado mediante sentencia firme por delito doloso

4. Los miembros del Consejo elegirán de entre ellos a su Presidente. Será Secretario del Consejo, con voz pero sin voto, el que lo sea de la Comisión Interministerial a que se refiere la Disposición adicional primera de esta Ley.

5. El Ministerio de la Presidencia facilitará al Consejo los medios personales y materiales necesarios para su adecuado funcionamiento.

 

Artículo 6. Funciones del Consejo.

Corresponden al Consejo las siguientes funciones:

a) Resolver, en el plazo máximo de seis meses, las propuestas elevadas por la Comisión Interministerial, emitiendo Declaración favorable o denegándola, en los términos previstos en el artículo siguiente.

b) Reclamar de la Comisión Interministerial que complete la información necesaria para pronunciarse antes de emitir la Declaración, y con suspensión del plazo para emitirla.

c) Elaborar un informe anual sobre su actividad, que remitirá al Congreso de los Diputados

 

Artículo 7. Contenido de la Declaración.

1. Las Declaraciones de reparación y reconocimiento personal tendrán por único objeto la constatación de que las ejecuciones, condenas o sanciones sufridas son manifiestamente injustas por contrarias a los derechos y libertades que constituyen el fundamento del orden constitucional hoy vigente y son la base de la convivencia de la sociedad.

2. En ningún caso la Declaración a que se refiere este artículo constituirá título para el reconocimiento de responsabilidad patrimonial del Estado ni de cualquier Administración Pública, ni dará lugar a efecto, reparación o indemnización de índole económica o profesional.

3. La Declaración omitirá toda referencia a la identidad de cuantas personas hubiesen intervenido en los hechos o en las actuaciones jurídicas que dieron lugar a las sanciones o condenas.

4. La fórmula de reparación regulada en esta Ley será compatible con cualquier otra ya instada por el interesado y prevista en el ordenamiento jurídico.

5. Las Declaraciones de reparación y reconocimiento personal se publicarán en el Boletín Oficial del Estado para su general conocimiento.

 

Artículo 8. Mejora de las prestaciones reconocidas por la Ley 5/1979, de 18 de septiembre, de reconocimiento de pensiones, asistencia medicofarmacéutica y asistencia social a favor de las viudas, hijos y demás familiares de los españoles fallecidos como consecuencia o con ocasión de la pasada Guerra Civil.

1. Con el fin de completar la acción protectora establecida por la Ley 5/1979, de 18 de septiembre, de reconocimiento de pensiones, asistencia medicofarmacéutica y asistencia social a favor de las viudas, hijos y demás familiares de los españoles fallecidos como consecuencia o con ocasión de la pasada Guerra Civil, se modifican las letras a) y c) del número 2 de su artículo primero, que quedan redactadas como sigue:

“a) Por heridas, enfermedad o lesión accidental originadas como consecuencia de la guerra.

c) Como consecuencia de actuaciones u opiniones políticas y sindicales, cuando pueda establecerse asimismo una relación de causalidad personal y directa entre la guerra civil y el fallecimiento.”

2. Las pensiones que se reconozcan al amparo de lo dispuesto en el apartado anterior tendrán efectos económicos desde el primer día del mes siguiente a la fecha de entrada en vigor de la presente Ley, siendo de aplicación, en su caso, las normas que regulan la caducidad de efectos en el Régimen de Clases Pasivas del Estado.

 

Artículo 9. Importe de determinadas pensiones de orfandad.

1. La cuantía de las pensiones de orfandad en favor de huérfanos no incapacitados mayores de veintiún años causadas por personal no funcionario al amparo de las Leyes 5/1979, de 18 de septiembre, y 35/1980, de 26 de junio, se establece en 132,86 euros mensuales.

2. A las pensiones de orfandad a que se refiere el presente artículo les será de aplicación el sistema de complementos económicos vigentes y experimentarán las revalorizaciones que establezcan las Leyes de Presupuestos Generales del Estado para cada año.

3. Lo dispuesto en los dos apartados anteriores tendrá efectividad económica desde el primer día del mes siguiente a la fecha de entrada en vigor de la presente Ley, sin perjuicio de las normas que sobre caducidad de efectos rigen en el Régimen de Clases Pasivas del Estado.

 

Artículo 10. Modificación del ámbito de aplicación de las indemnizaciones a favor de quienes sufrieron prisión como consecuencia de los supuestos contemplados en la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de amnistía.

1. Con el fin de incorporar supuestos en su día excluidos de la concesión de indemnizaciones por tiempos de estancia en prisión durante la Dictadura, se modifican los apartados uno y dos de la Disposición adicional decimoctava de la Ley 4/1990, de 29 de junio, de Presupuestos Generales del Estado para el año 1990, que quedan redactados como sigue:

“Uno. Quienes acrediten haber sufrido privación de libertad en establecimientos penitenciarios o en Batallones Disciplinarios, en cualquiera

de sus modalidades, durante tres o más años, como consecuencia de los supuestos contemplados en la Ley 46/1977, de 15 de octubre, y tuvieran cumplida la edad de sesenta años en 31 de diciembre de 1990, tendrán derecho a percibir por una sola vez una indemnización de acuerdo con la siguiente escala:

                                                                        Euros

Tres o más años de prisión...............................  6.010,12

Por cada tres años completos adicionales.......... 1.202,02

Dos. Si el causante del derecho a esta indemnización hubiese fallecido, y en 31 de diciembre de 1990 hubiera podido tener cumplidos sesenta años de edad tendrá derecho a la misma el cónyuge supérstite, que sea pensionista de viudedad por tal causa o que, aun no teniendo esta condición, acredite ser cónyuge viudo del causante.”

2. Se añade un apartado siete a la Disposición adicional decimoctava de la Ley 4/1990, de 29 de junio de Presupuestos del Estado con la siguiente redacción:

“Siete. Quienes se consideren con derecho a los beneficios establecidos en los apartados uno y dos anteriores, ya sean los propios causantes o sus cónyuges supérstites o pensionistas de viudedad por tal causa, deberán solicitarlos expresamente ante la citada Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas.”

 

Artículo 11. Tributación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de las indemnizaciones a favor de quienes sufrieron privación de libertad como consecuencia de los supuestos contemplados en la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía.

Con efectos desde el 1 de enero de 2005, se añade una nueva letra u) al artículo 7 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, aprobado por el Real Decreto Legislativo 3/2004, de 5 de marzo, que quedará redactada de la siguiente manera: “u) Las indemnizaciones previstas en la legislación del Estado y de las Comunidades Autónomas para compensar la privación de libertad en establecimientos penitenciarios como consecuencia de los supuestos

contemplados en la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía”.

 

Artículo 12. Ayudas para compensar la carga tributaria de las indemnizaciones percibidas desde el 1 de enero de 1999 por privación de libertad como consecuencia de los supuestos contemplados en la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía.

1. Las personas que hubieran percibido desde el 1 de enero de 1999 hasta el 31 de diciembre de 2004 las indemnizaciones previstas en la legislación del Estado y de las Comunidades Autónomas para compensar la privación de libertad en establecimientos penitenciarios como consecuencia de los supuestos contemplados en la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía, podrán solicitar, en la forma y plazos que se determinen, el abono de una ayuda cuantificada en el 15 por ciento de las cantidades que, por tal concepto, hubieran consignado en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de cada uno de dichos períodos impositivos.

2. Si las personas a que se refiere el apartado 1 anterior hubieran fallecido, el derecho a la ayuda corresponderá a sus herederos, quienes podrán solicitarla.

3. Las ayudas percibidas en virtud de lo dispuesto en el presente artículo estarán exentas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

4. Por Orden del Ministro de Economía y Hacienda se determinará el procedimiento, las condiciones para su obtención y el órgano competente para el reconocimiento y abono de esta ayuda.

 

Artículo 13. Colaboración de las administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de víctimas.

1. Las Administraciones públicas, en el marco de sus competencias, facilitarán a los descendientes directos de las víctimas que así lo soliciten las actividades de indagación, localización e identificación de las personas desaparecidas violentamente durante la guerra civil o la represión política posterior y cuyo paradero se ignore.

Lo previsto en el párrafo anterior podrá aplicarse respecto de las entidades que, constituidas antes de 1 de junio de 2004, incluyan el desarrollo de tales actividades entre sus fines.

2. Conforme a su normativa reguladora, podrán arbitrarse subvenciones para contribuir a sufragar los gastos derivados de las actividades contempladas en este artículo.

 

Artículo 14. Mapas de localización.

1. Las Administraciones públicas competentes elaborarán y pondrán a disposición de los interesados a que se refiere el artículo 13, dentro de su respectivo ámbito territorial de actuación, mapas en que consten los terrenos en que se localicen los restos de las personas a las que se refiere el artículo anterior incluyendo la información complementaria disponible sobre los mismos.

2. El Gobierno determinará el procedimiento de elaboración de un mapa integrado que comprenda todo el territorio español, que será igualmente accesible para los interesados y al que se incorporarán los datos que, en los términos que se establezcan, deberán ser remitidos por las distintas Administraciones públicas competentes.

3. Las áreas incluidas en los mapas serán objeto de especial preservación por parte de sus titulares, en los términos que reglamentariamente se establezca.

 

Artículo 15. Autorizaciones administrativas para actividades de localización e identificación.

1. Las Administraciones públicas competentes autorizarán las tareas de prospección encaminadas a la localización de restos de las víctimas referidas en el apartado 1 del artículo 13, de acuerdo con la normativa sobre patrimonio histórico.

2. Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, establecerán el procedimiento y las condiciones en que los descendientes directos de las víctimas referidas en el apartado 1 del artículo 13, o las entidades que actúen en su nombre, puedan recuperar los restos enterrados en las fosas correspondientes, para su identificación y eventual traslado a otro lugar.

3. En cualquier caso, la exhumación se someterá a autorización administrativa por parte de la autoridad competente, en la que deberá ponderarse especialmente la existencia de oposición por cualquiera de los descendientes directos de las personas cuyos restos deban ser trasladados. A tales efectos, y con carácter previo a la correspondiente resolución, la administración competente deberá dar adecuada publicidad a las solicitudes presentadas, comunicando en todo caso su existencia a la Administración General del Estado para su inclusión en el mapa referido en el apartado primero del artículo anterior.

4. Los restos que hayan sido objeto de traslado y no fuesen reclamados serán inhumados en el cementerio correspondiente al término municipal en que se encontraran, a cargo de los solicitantes de la exhumación.

 

Artículo 16. Acceso a los terrenos afectados por trabajos de localización e identificación.

1. La realización de las actividades de localización y eventual identificación o traslado de los restos de las personas referidas en el apartado 1 del artículo 13 se constituye en fin de utilidad pública e interés social, a los efectos de permitir, en su caso y de acuerdo con los artículos 108 a 119 de la Ley de Expropiación Forzosa, la ocupación temporal de los terrenos donde deban realizarse.

2. Para las actividades determinadas en los apartados anteriores, las administraciones autorizarán, salvo causa justificada de interés público, la ocupación temporal de los terrenos de su titularidad por parte de los descendientes directos de las víctimas o de las organizaciones que asuman su realización.

3. En el caso de terrenos de titularidad privada, los descendientes, o las organizaciones legitimadas de acuerdo con el apartado anterior, deberán solicitar el consentimiento de los titulares de derechos afectados sobre los terrenos en que se hallen los restos. Si no se obtuviere dicho consentimiento, las Administraciones públicas podrán autorizar la ocupación temporal, siempre tras audiencia de los titulares de derechos afectados, con consideración de sus alegaciones, y fijando la correspondiente indemnización a cargo de los ocupantes.

 

Artículo 17. Símbolos y monumentos públicos.

Los órganos que tengan atribuida la titularidad o conservación de los monumentos, edificios y lugares de titularidad estatal, tomarán las medidas oportunas para la retirada de los escudos, insignias, placas y otras menciones conmemorativas de la Guerra Civil, existentes en los mismos, cuando exalten a uno sólo de los bandos enfrentados en ella o se identifiquen con el régimen instaurado en España a su término. Lo previsto en el párrafo anterior no será de aplicación cuando concurran

razones artísticas, arquitectónicas u otras de interés general que lo hagan improcedente. En estos casos, podrá considerarse, de acuerdo con las circunstancias, la forma de dar testimonio de homenaje y recuerdo a todas las víctimas de la Guerra Civil.

 

Artículo 18. Valle de los Caídos.

1. El Valle de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos.

2. En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo.

3. La Fundación gestora del Valle de los Caídos incluirá entre sus objetivos honrar la memoria de todas las personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil de 1936-1939 y de la represión política que la siguió, con el objeto de profundizar en el conocimiento de ese período histórico y en la exaltación de la paz y de los valores democráticos.

 

Artículo 19. Edificaciones y obras públicas realizadas mediante trabajos forzosos.

Conforme a su normativa reguladora, las Administraciones públicas podrán prever subvenciones para la confección de censos de edificaciones y obras públicas realizadas por miembros de los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, así como por prisioneros en campos de concentración, Batallones de Trabajadores y prisioneros en Colonias Penitenciarias Militarizadas.

 

Artículo 20. Concesión de la nacionalidad española a los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales.

1. Con el fin de hacer efectivo el derecho que reconoció el Real Decreto 39/1996, de 19 de enero, a los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales que participaron en la guerra civil de 1936 a 1939, no les será de aplicación la exigencia de renuncia a su anterior nacionalidad requerida en el artículo 23, letra b, del Código civil, en lo que se refiere a la adquisición por carta de naturaleza de la nacionalidad española.

2. Mediante Real Decreto aprobado por el Consejo de Ministros, se determinarán los requisitos y el procedimiento a seguir para la adquisición de la nacionalidad española por parte de las personas mencionadas en el apartado anterior.

 

Artículo 21. Reconocimiento a las Asociaciones de víctimas.

El Gobierno, mediante Real Decreto acordado en Consejo de Ministros, podrá conceder la Gran Cruz del Mérito Civil de tipo colectivo a las Asociaciones, Fundaciones y Organizaciones que se hayan destacado en la defensa de la dignidad de las víctimas de la violencia política a que se refiere esta Ley y en la contribución a la recuperación de la memoria histórica.

 

Artículo 22. Creación del Centro Documental de la Memoria Histórica.

1. De conformidad con lo previsto en la Ley 21/2005, de 17 de noviembre, se constituye el Centro Documental de la Memoria Histórica, con sede en la ciudad de Salamanca.

2. Son funciones del Centro Documental de la Memoria Histórica:

a) Mantener y desarrollar el Archivo General de la Guerra Civil Española, y proceder a la actualización de las técnicas para su uso y conservación.

b) Recuperar, reunir, organizar y poner a disposición de los interesados, los fondos documentales y las fuentes secundarias que puedan resultar de interés para el estudio de la Guerra civil, la dictadura franquista, la resistencia guerrillera contra ella, el exilio, el internamiento de españoles en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y la transición.

c) Fomentar la investigación histórica sobre la Guerra civil, el franquismo, el exilio y la transición, y contribuir a la difusión de sus resultados.

d) Impulsar la difusión de los fondos del Centro, y facilitar la participación activa de los usuarios y de sus organizaciones representativas.

3. La estructura y funcionamiento del Centro Documental de la Memoria Histórica se establecerá mediante Real Decreto acordado en Consejo de Ministros.

 

Artículo 23. Archivo General de la Guerra Civil Española.

1. Los documentos originales, o copias fidedignas de los mismos, referidos a la Guerra Civil de 1936-1939 y a la represión política subsiguiente sitos en Archivos, Museos o Bibliotecas de titularidad estatal, se integrarán en el Archivo General de la Guerra Civil Española, de titularidad estatal y con sede en la ciudad de Salamanca, creado por Real Decreto 426/1999, de 12 de marzo, en la forma y mediante el procedimiento que reglamentariamente se determinen.

2. Se arbitrarán los medios necesarios para que la Administración General del Estado proceda a la recopilación de los testimonios orales relevantes sobre la Guerra Civil española y la represión política subsiguiente y a su integración en el Archivo General de la Guerra Civil Española.

 

Artículo 24. Adquisición y protección de documentos sobre la Guerra Civil y la Dictadura.

1. La Administración General del Estado aprobará, con carácter anual y con la dotación que en cada caso se establezca en los Presupuestos Generales del Estado, un programa de convenios para la adquisición de documentos referidos a la Guerra Civil o a la represión política subsiguiente que obren en archivos públicos o privados, nacionales o extranjeros, ya sean en versión original o a través de cualquier instrumento que permita archivar, conocer o reproducir palabras, datos o cifras con fidelidad al original. Los mencionados fondos documentales se incorporarán al Archivo General de la Guerra Civil Española.

2. De conformidad con lo dispuesto en la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español, los documentos obrantes en archivos privados y públicos relativos a la Guerra Civil y la Dictadura se declaran, a todos los efectos, constitutivos del Patrimonio Documental y Bibliográfico.

 

Artículo 25. Derecho de acceso a los fondos de los Archivos públicos y privados.

1. A los efectos de lo previsto en esta Ley, se garantizará a los interesados y a sus herederos el derecho de acceso a los fondos documentales depositados en los archivos públicos y la obtención de la copia que soliciten de los documentos que les conciernan.

2. Lo previsto en el apartado anterior será de aplicación, en sus propios términos, a los Archivos privados sostenidos, total o parcialmente, con fondos públicos.

3. El acceso a los documentos contenidos en los Archivos a que se refieren los apartados anteriores se regirá por lo previsto en el artículo 57 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. Lo dispuesto en el apartado 3 del citado artículo 57 será de especial aplicación cuando los documentos identifiquen a los autores o a otras personas intervinientes en los hechos o en las actuaciones jurídicas sobre los mismos, en cuyo caso los responsables de los archivos públicos sustituirán la entrega de una copia de los mismos por un certificado sobre su contenido, con el fin de preservar la identidad de aquellos.

 

Disposición adicional primera.- Comisión Interministerial para la atención a quienes padecieron las consecuencias de la Guerra Civil y de la Dictadura.

1. Se crea una Comisión Interministerial para la atención a quienes padecieron las consecuencias de la Guerra Civil y de la Dictadura, con la composición, organización y funciones que se determinen reglamentariamente.

2. La norma reglamentaria a que se refiere el apartado anterior dispondrá la disolución y el cese en sus funciones de la Comisión Interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la guerra civil y del franquismo, creada por Real Decreto 1891/2004, de 10 de septiembre.

3. Antes de comenzar sus trabajos, la Comisión Interministerial para la atención a quienes padecieron las consecuencias de la Guerra Civil y de la Dictadura dictará una resolución organizativa por la que se crearán las subcomisiones de apoyo que considere oportunas, integradas por personal al servicio de las Administraciones públicas. La existencia y composición de las mismas se reflejará en la correspondiente relación de puestos de trabajo del Ministerio de la Presidencia.

 

Disposición adicional segunda.- Reconocimiento en favor de personas fallecidas en defensa de la democracia durante el período comprendido entre 1 de enero de 1968 y 6 de octubre de 1977.

1. En atención a las circunstancias excepcionales que concurrieron en su muerte, se reconoce el derecho a una indemnización, por una cuantía de 135.000 €, a los beneficiarios de quienes fallecieron durante el período comprendido entre el 1 de enero de 1968 y el 6 de octubre de 1977, en defensa y reivindicación de las libertades y derechos democráticos.

2. Serán beneficiarios de la indemnización a que se refiere el apartado primero de esta disposición los hijos y el cónyuge de la persona fallecida, si no estuviere separado legalmente ni en proceso de separación o nulidad matrimonial, o la persona que hubiere venido conviviendo con ella de forma permanente con análoga relación de afectividad a la del cónyuge durante, al menos, los dos años inmediatamente anteriores al momento del fallecimiento, salvo que hubieren tenido descendencia en común, en cuyo caso bastará la mera convivencia.

Subsidiariamente, si no existieran los anteriores, serán beneficiarios, por orden sucesivo y excluyente, los padres, nietos, los hermanos de la persona fallecida y los hijos de la persona conviviente, cuando dependieren económicamente del fallecido.

Cuando se produzca la concurrencia de diversas personas que pertenezcan a un grupo de los que tienen derecho a la indemnización, la cuantía total máxima se repartirá por partes iguales entre todos los que tengan derecho por la misma condición, excepto cuando concurran el cónyuge o persona con análoga relación afectiva y los hijos del fallecido, en cuyo caso la ayuda se distribuirá al 50 por ciento entre el cónyuge o la persona con análoga relación de afectividad y el conjunto de los hijos.

3. Procederá el abono de la indemnización siempre que por los mismos hechos no se haya recibido indemnización o compensación económica alguna o, habiéndose recibido, sea de cuantía inferior a la determinada en esta disposición.

4. El Gobierno, mediante Real Decreto, determinará las condiciones y el procedimiento para la concesión de la indemnización prevista en esta disposición. Corresponderá la tramitación de este procedimiento a la Comisión prevista en la Disposición adicional primera de esta Ley y al Consejo de Ministros su resolución definitiva.

5. Los beneficiarios de la indemnización establecida en esta disposición dispondrán del plazo de un año, a contar desde la entrada en vigor del Real Decreto a que se refiere el apartado anterior, para presentar su solicitud ante la Comisión en él mencionada.

 

Disposición adicional tercera.- Protección de datos.

1. La recogida, cesión y tratamiento de datos de carácter personal de las personas implicadas en los expedientes contemplados en la presente Ley sólo podrán realizarse en ficheros informáticos de titularidad pública y se regirá por lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.

2. El acceso a los documentos obrantes en los archivos públicos referidos a víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura estará sometido a los plazos y condiciones establecidos en el artículo 37 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y en el artículo 37 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español.

 

Disposición adicional cuarta.- Adecuación del Archivo General de la Guerra Civil Española.

Se autoriza al Gobierno a que lleve a cabo las acciones necesarias en orden a organizar y reestructurar el Archivo General de la Guerra Civil Española.

 

Disposición final primera.- Aplicación supletoria.

Será aplicable supletoriamente al procedimiento regulado en los artículos 3 a 7 de la presente Ley lo previsto en la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

 

Disposición final segunda.- Habilitación para el desarrollo.

Se habilita al Gobierno y a sus miembros, en el ámbito de sus respectivas competencias, para dictar cuantas disposiciones sean necesarias para el desarrollo y aplicación de lo establecido en esta Ley.

 

Disposición final tercera.- Entrada en vigor.

La presente Ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

 

 

La reparación moral a las víctimas de la dictadura será una nota en el BOE

Fuente: El Periódico

El Consejo de Ministros aprobó por fin ayer, con más de un año de retraso, la conocida como ley de memoria histórica, rebautizada con un alambicado título. Inmune a las presiones y ajeno a las expectativas suscitadas, el Gobierno ha excluido del proyecto la prometida "satisfacción jurídica" a los represaliados por el franquismo, que exigía la anulación de los consejos de guerra y otros juicios sumarísimos de la dictadura. A cambio, si lo solicitan el afectado, sus herederos o alguna institución, el Boletín Oficial Estado (BOE) publicará una escueta nota sobre la injusticia de la condena. Sin efecto jurídico alguno, por supuesto.
"Proyecto de ley de reconocimiento y ampliación de derechos y establecimiento de medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura." Este es el ampuloso nombre de una norma que equipara a las víctimas de ambos bandos decepcionando a propios y extraños: a la izquierda, por sus carencias; y a la derecha, por su mera existencia.
Coordinadora del proyecto, la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega llamó el jueves a todos los portavoces parlamentarios, incluido el popular Eduardo Zaplana, para avanzarles su contenido, inspirado por el "espíritu de concordia y conciliación", y para ofrecerles consenso en el trámite parlamentario. Su objetivo, confesó ayer, es pactar le ley "con todos los grupos". Incluso el PP.
Con 25 artículos y tres disposiciones, la norma abarca desde la reparación "moral" a las víctimas hasta las ayudas económicas, pasando por la búsqueda de fosas comunes y la sistematización de los archivos. Estas son las principales medidas:

EL RECONOCIMIENTO MORAL>> Dos años de plazo para la rehabilitación simbólica
En su exposición de motivos y en los primeros artículos, el texto recoge "un reconocimiento general y solemne" del dolor sufrido por republicanos y nacionales durante la guerra civil, y después por los primeros bajo el yugo franquista. También alude al "carácter injusto" de los consejos de guerra y otros juicios políticos sin garantías sufridos por miles de españoles en esta etapa.
Lo que no establece el proyecto, como ya avanzó este diario, es la anulación de todas estas sentencias que califica de "injustas". Ni siquiera un mecanismo para que las revisen los tribunales. Y eso que Fernández de la Vega se comprometió en octubre del 2004 a brindar una "satisfacción jurídica" a Lluís Companys, el president de la Generalitat fusilado en 1940 en Montjuïc tras un consejo de guerra, y al resto de los represaliados por el régimen del general Francisco Franco.
Para justificar este flagrante incumplimiento, el Ejecutivo pretexta que quiere ahorrar a los ciudadanos largos y onerosos procesos judiciales, pero se escuda sobre todo en la doctrina del Tribunal Constitucional que, a su juicio, impide la aplicación retroactiva de normas aprobadas tras la Carta Magna. No es ese el criterio, sin embargo, de prestigiosos juristas como Carlos Jiménez Villarejo, José Antonio Martín Pallín y Baltasar Garzón.
A los condenados y a sus deudos solo les quedará un consuelo: que el Estado declare públicamente --si este concepto engloba al BOE-- la injusticia de las sentencias que padecieron. Durante el plazo de un año desde la entrada en vigor de la ley podrán solicitarlo los supervivientes, sus familias o las instituciones --la Generalitat en favor de Companys, sin ir más lejos--, y la petición será analizada primero por una comisión ministerial y, en el plazo de otros 12 meses, por una comisión de cinco expertos designados por el Congreso. En la elección de ese consejo el Gobierno ha otorgado al PP el derecho de veto, pues precisará una mayoría de tres quintos del Congreso, inalcanzable sin el concurso de los populares.
Esa reparación estrictamente "moral", como su propio adjetivo indica, no tendrá efectos jurídicos ni dará derecho a indemnización.

COMPENSACIÓN ECONÓMICA >> Equiparación de ayudas y mejora de las pensiones
Más completo es el capítulo financiero del proyecto, fruto de un exhaustivo informe sobre las 574.000 pensiones e indemnizaciones concedidas a las víctimas desde la transición, por un importe de 16.356 millones de euros. La ley eleva a 132,86 euros la pensión de orfandad --congelada desde 1981-- y amplía el número de beneficiarios de esta ayuda y de la de viudedad, que podrán obtener los herederos de todas los fallecidos a causa de la guerra civil, aunque murieran años después, y de la posterior represión.
También mejora la indemnización por prisión --6.012 euros por los tres primeros años de cárcel y 1.202 más por cada trienio posterior--, a la que accederán, para equipararlos en derechos, los reclutados por los batallones disciplinarios. Estas ayudas estarán exentas del IRPF con efectos retroactivos, esta vez sí, desde 1999.
De acuerdo con las estimaciones incluidas en la memoria económica de la ley, para sufragar estas nuevas ayudas el Estado deberá desembolsar unos 20 millones de euros, en torno a 3.324 millones de pesetas.

EL TARDOFRANQUISMO >> Los abusos policiales desde 1968 hasta 1977
Con esta iniciativa del Gobierno, los fallecidos en enfrentamientos con la policía en la etapa final del franquismo correrán mejor suerte que quienes, como Salvador Puig Antich, fueron ejecutados tras un consejo de guerra. La familia de Puig Antich seguirá sin obtener compensación alguna, pero sí percibirán 135.000 euros los descendientes de, por ejemplo, los cinco obreros que perdieron la vida a manos de la policía en la brutal represión de una manifestación en marzo de 1976 en Vitoria, que se saldó con 150 heridos.
Los beneficiarios de esta disposición serán los muertos por abusos policiales desde el 1 de enero de 1968 y hasta la amnistía del 6 de octubre de 1977. ¿Por qué en este periodo? Pues porque las víctimas del terrorismo de ETA, nacida en 1968, ya han sido indemnizadas, y por eso el Congreso pidió equiparar a las restantes para evitar agravios.
El resto de las medidas destinadas a colectivos específicos son la concesión de la doble nacionalidad a los brigadistas internacionales y una condecoración, la Gran Cruz del Mérito Civil, para las asociaciones que defienden a las víctimas del franquismo y luchan por la recuperación de la memoria histórica.

LAS EJECUCIONES >> Ayuda para abrir las fosas, pero no económica
No hay cifras oficiales, pero se sabe que miles de republicanos fueron fusilados y abandonados en fosas comunes por toda España. Sin apenas ayudas, familias y asociaciones llevan muchos años buscando estas fosas y tratando de exhumarlas para identificar a los muertos mediante costosos análisis de ADN. Para su disgusto, el proyecto aprobado ayer no satisface sus reivindicaciones, pues solo establece que las administraciones estarán obligadas a "facilitar" la búsqueda de estos osarios, pero no a sufragar la identificación de los restos. A lo sumo, podrán conceder subvenciones a quienes las pidan, algo que ya pueden hacer ahora. Antes de autorizar una exhumación, los ayuntamientos deberán atender tanto a los afectados que la soliciten como a quienes la rechacen.

LA MEMORIA DOCUMENTAL >> Digitalización de archivos y un centro para Salamanca
A raíz de la polémica desatada por la devolución a Catalunya de los papeles de Salamanca, incautados a la Generalitat durante la guerra civil, el Gobierno intentó compensar a esta ciudad castellana con la promesa de instituir en el Archivo Nacional de la Guerra Civil un Centro Documental de la Memoria. Ahora se funda por ley este centro y se apuesta por la próxima digitalización de todos los archivos históricos de España.

 

 

 

La ley de víctimas del franquismo no permitirá la publicación de los nombres de los verdugos

Fuente: El País (Carlos Cué)

El proyecto de ley de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, a cuyo texto íntegro ha tenido acceso EL PAÍS, establece en su artículo 7 que las declaraciones singulares donde se detalle que las ejecuciones, condenas o sanciones sufridas por los afectados son manifiestamente injustas no podrán señalar el nombre de los verdugos. "La declaración", establece el punto 2 de ese artículo 7, "omitirá toda referencia a la identidad de cuantas personas hubiesen intervenido en los hechos o en las actuaciones jurídicas que dieron lugar a las sanciones o condenas".

 

Los cinco miembros del Consejo de Notables que decidirá sobre esas declaraciones que se publicarán en el Boletín Oficial del Estado "no estarán sujetos a mandato imperativo ni recibirán instrucciones de ninguna autoridad". Los cinco notables serán elegidos por mayoría de tres quintos del Congreso de los Diputados y estarán vinculados al mundo de las ciencias sociales. Además, "no podrán ejercer ningún otro cargo de representación o designación políticas".

 

El texto que el Gobierno acordó el pasado viernes remitir al Parlamento para su tramitación se desarrolla en 25 artículos, cuatro disposiciones adicionales y dos disposiciones finales. La ley pretende "cerrar heridas todavía abiertas en los españoles y dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión de la dictadura", según la exposición de motivos. "Es deber del legislador y cometido de la ley consagrar y proteger con el máximo rigor normativo el derecho a la memoria personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática", concluye esa exposición. El texto contempla expropiaciones forzosas de terrenos para la localización de las fosas donde fueron enterrados muchos fusilados.

 

El PSOE de Madrid se apresuró ayer a solicitar al alcalde Alberto Ruiz-Gallardón que constituya una comisión para retirar de las calles de la capital los símbolos del régimen franquista. "Una ciudad moderna como Madrid, que aspira a celebrar unos Juegos Olímpicos, no puede seguir tendiendo en sus calles y plazas este legado de horror, sangre y violencia", manifestó Óscar Iglesias, quien pide que desaparezcan nombres como General Millán Astray, General Moscardó, Caídos de la División Azul, General Yagüe o la Avenida del Arco de la Victoria. El PNV pide que en la ley se incluya una reparación a los partidos políticos por los bienes y derechos de que se les privó.

 

Lo que sigue es un resumen del proyecto de ley, en sus apartados principales.
- Artículo 2. Como expresión del derecho de todos los ciudadanos a la reparación de su memoria personal y familiar, se reconoce y declara el carácter injusto de las condenas, sanciones y cualquier forma de violencia personal producidas, por razones políticas o ideológicas, durante la Guerra Civil, cualquiera que fuera el bando o la zona en la que se encontraran quienes las padecieron, así como las sufridas por las mismas causas durante la dictadura que, a su término, se prolongó hasta 1975.
Las razones políticas o ideológicas a que se refiere el apartado anterior incluyen la pertenencia o colaboración con partidos políticos, sindicatos, organizaciones religiosas o militares, minorías étnicas, sociedades secretas, logias masónicas y grupos de resistencia, así como el ejercicio de conductas vinculadas con opciones culturales, lingüísticas o de orientación sexual.
- Artículo 5. Al objeto de resolver sobre las solicitudes de declaración a que se refieren los artículos precedentes, se constituye un consejo integrado por cinco personalidades de reconocido prestigio en el ámbito de las ciencias sociales, elegidas por mayoría de tres quintos del Congreso de los Diputados.
Sus miembros no estarán sujetos a mandato imperativo, ni recibirán instrucciones de ninguna autoridad. Desempeñarán sus funciones con autonomía y libertad de criterio, conforme a lo previsto en la presente ley, y guardarán reserva sobre cuanto conozcan en el ejercicio de aquéllas. No podrán ejercer ningún otro cargo de representación o designación políticas.
- Artículo 6. Corresponden al consejo las siguientes funciones: resolver, en el plazo máximo de seis meses, las propuestas elevadas por la comisión interministerial, emitiendo declaración favorable o denegándola, en los términos previstos en el artículo siguiente. Reclamar de la comisión interministerial que complete la información necesaria para pronunciarse antes de emitir la declaración, y con suspensión del plazo para emitirla. Elaborar un informe anual sobre su actividad, que remitirá al Congreso de los Diputados.
- Artículo 7. Las declaraciones de reparación y reconocimiento personal tendrán por único objeto la constatación de que las ejecuciones, condenas o sanciones sufridas son manifiestamente injustas por contrarias a los derechos y libertades que constituyen el fundamento del orden constitucional hoy vigente y son la base de la convivencia de la sociedad. En ningún caso la declaración constituirá título para el reconocimiento de responsabilidad patrimonial del Estado ni de cualquier Administración pública, ni dará lugar a efecto, reparación o indemnización de índole económica o profesional. La declaración omitirá toda referencia a la identidad de cuantas personas hubiesen intervenido en los hechos o en las actuaciones jurídicas que dieron lugar a las sanciones o condenas. Las declaraciones de reparación y reconocimiento personal se publicarán en el Boletín Oficial del Estado para su general conocimiento.
- Artículo 8. Con el fin de completar la acción protectora establecida por la ley 5/1979, de 18 de septiembre, de reconocimiento de pensiones, asistencia medico-farmacéutica y asistencia social a favor de las viudas, hijos y demás familiares de los españoles fallecidos como consecuencia o con ocasión de la pasada Guerra Civil, se modifican las letras a) y c) del número 2 de su artículo primero, que quedan redactadas como sigue:
"a) Por heridas, enfermedad o lesión accidental originadas como consecuencia de la guerra.
c) Como consecuencia de actuaciones u opiniones políticas y sindicales, cuando pueda establecerse asimismo una relación de causalidad personal y directa entre la Guerra Civil y el fallecimiento."
- Artículo 9. La cuantía de las pensiones en favor de huérfanos no incapacitados mayores de 21 años causadas por personal no funcionario al amparo de las leyes 5/1979, de 18 de septiembre, y 35/1980, de 26 de junio, se establece en 132,86 euros mensuales.
- Artículo 10. Indemnizaciones a favor de quienes sufrieron prisión como consecuencia de los supuestos contemplados en la ley 46/1977, de 15 de octubre, de amnistía: con el fin de incorporar supuestos en su día excluidos de la concesión de indemnizaciones por tiempos de estancia en prisión durante la dictadura, se modifican los apartados 1 y 2 de la disposición adicional 18ª de la ley 4/1990, de 29 de junio, de Presupuestos Generales del Estado para 1990:
"Quienes acrediten haber sufrido privación de libertad en establecimientos penitenciarios o en batallones disciplinarios, en cualquiera de sus modalidades, durante tres o más años, como consecuencia de los supuestos contemplados en la ley 46/1977, de 15 de octubre, y tuvieran cumplidos 60 años el 31 de diciembre de 1990, tendrán derecho a percibir por una sola vez una indemnización de acuerdo con la siguiente escala: tres o más años de prisión, 6.010,12 euros. Por cada tres años completos adicionales, 1.202,02 euros.
- Artículo 13. Las Administraciones públicas facilitarán a los descendientes directos de las víctimas que así lo soliciten las actividades de indagación, localización e identificación de las personas desaparecidas violentamente durante la Guerra Civil o la represión política posterior y cuyo paradero se ignore. Lo previsto en el párrafo anterior podrá aplicarse respecto de las entidades que, constituidas antes de 1 de junio de 2004, incluyan el desarrollo de tales actividades.
- Artículo 15. Las Administraciones públicas autorizarán las tareas de prospección encaminadas a la localización de restos de las víctimas referidas en el apartado 1 del artículo 13, de acuerdo con la normativa sobre patrimonio histórico.
- Artículo 17. Los órganos que tengan atribuida la titularidad o conservación de los monumentos, edificios y lugares de titularidad estatal tomarán las medidas oportunas para la retirada de los escudos, insignias, placas y otras menciones conmemorativas de la Guerra Civil, existentes en los mismos, cuando exalten a uno sólo de los bandos enfrentados en ella o se identifiquen con el régimen instaurado en España a su término. Lo previsto en el párrafo anterior no será de aplicación cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas u otras de interés general que lo hagan improcedente. En estos casos, podrá considerarse, de acuerdo con las circunstancias, la forma de dar testimonio de homenaje y recuerdo a las víctimas.
- Artículo 18. El Valle de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos. En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo. La fundación gestora del Valle de los Caídos incluirá entre sus objetivos honrar la memoria de todas las personas fallecidas como consecuencia de la Guerra Civil de 1936-1939 y de la represión política que la siguió, con el objeto de profundizar en el conocimiento de ese periodo histórico y en la exaltación de la paz y de los valores democráticos.
- Artículo 21. El Gobierno podrá conceder la Gran Cruz del Mérito Civil de tipo colectivo a las asociaciones, fundaciones y organizaciones que se hayan destacado en la defensa de la dignidad de las víctimas de la violencia política a que se refiere esta ley y en la contribución a la recuperación de la memoria histórica.

 

 

 

Un consejo compensará a las víctimas de la guerra civil y la dictadura

 

Fuente: Europa Press

 

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el proyecto de Ley por el que "se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura". La conocida hasta ahora como Ley de la Memoria prevé crear un Consejo designado por el Parlamento que permitirá conseguir la rehabilitación "moral" individual de las víctimas.

Se fija el plazo de un año para poder solicitar estas "declaraciones de reparación", que una vez resueltas se publicarán en el BOE. De esta forma, el texto descarta anular los juicios sumarísimos, demandados por asociaciones y grupos como ERC e IU-ICV.

El Ejecutivo quiere dejar claro en la exposición de motivos de este proyecto -que consta de 25 artículos, tres disposiciones adicionales y dos disposiciones finales- que el texto está presidido por el "espíritu de concordia y conciliación" que guió la Transición y que no pretende "en ningún caso" reescribir la historia. La norma, según fuentes gubernamentales, incluye una memoria económica que cifra en unos 60 millones de euros su coste total de aplicación.

El Gobierno también ha estudiado los dos informes que le pidió el Congreso y que han inspirado el proyecto aprobado hoy. El primero hace un exhaustivo análisis general sobre la situación de las víctimas, incidiendo sobre todo en aspectos pendientes de regulación como su localización e identificación, los símbolos y monumentos, o la situación de determinados colectivos (batallones disciplinarios de soldados trabajadores, brigadas internacionales o víctimas de la Transición).

 

Ley de archivos

 

El segundo informe se centra en la situación de los archivos públicos, incluyendo los procedimientos de acceso a los mismos o la protección de datos. Además, recomienda al Gobierno elaborar una Ley de Archivos y Documentos y establecer planes plurianuales con el fin de proceder a su ordenación y digitalización. Dicho informe también aborda el Archivo de Salamanca como archivo de la guerra y la creación de un Centro Documental de la Memoria .

El objeto del proyecto de ley es reconocer y amparar derechos en favor de quienes padecieron persecución o violencia en la guerra civil o la dictadura, según establece el artículo primero. Los siguientes preceptos hacen un reconocimiento general de esas víctimas al tiempo que promueven la recuperación de la memoria personal y familiar de aquellas personas que sufrieron "persecución o violencia por razones políticas o ideológicas" o cualquier tipo de discriminación por razón de raza o sexo durante aquel periodo.

Para obtener dicha reparación moral, la norma dispone la creación de una Comisión Interministerial (órgano de carácter administrativo que se encargará de instruir los expedientes de aquellos ciudadanos que soliciten la rehabilitación moral); y un Consejo designado por el Parlamento que será el que esté legitimado para decidir sobre dicha reparación moral.

Este Consejo estará compuesto por cinco personas de reconocido prestigio en el ámbito de las Ciencias Sociales y su aprobación requerirá una mayoría cualificada de tres quintos. Esto obligará a los grupos parlamentarios a consensuar los nombres de los candidatos.

Por lo tanto, y si un ciudadano no está satisfecho con la rehabilitación general, podrá servirse de este procedimiento para una reparación individualizada. En primer lugar, se dirigirá a la Comisión Interministerial que, una vez que haya verificado los datos aportados, los remitirá al Consejo, que será el que decida al respecto. Además, se fija un plazo de un año para presentar las solicitudes, que serán resueltas en el plazo de otro año aproximadamente. Estas declaraciones de reconocimiento individual se publicarán en el BOE.

El Gobierno -que ha recibido alrededor de 15.000 cartas de personas interesadas en estos temas- ha optado finalmente por esta vía rechazando reivindicaciones como la anulación de los juicios sumarísimos, por entender que apenas hay jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre la retroactividad de las leyes más allá de la Constitución. Además, estima que este procedimiento es "menos costoso" para los ciudadanos desde el punto de vista judicial.

 

Ampliación de pensiones

 

También hay cinco artículos (del ocho al doce) que se ocupan de las prestaciones, pensiones, complementos de pensiones e indemnizaciones económicas. Así, se amplía el ámbito de aplicación de la Ley de 1979 sobre pensiones para que puedan beneficiarse aquellos que fallecieron por causas políticas o sindicales; se eleva el importe de las pensiones de orfandad hasta los 132,86 euros mensuales; y recogen medidas para el colectivo de batallones disciplinarios. El Ejecutivo calcula que el coste de estas prestaciones ascenderá a 20 millones de euros.

A continuación, la norma aborda (desde el artículo 13 al 16) la localización e identificación de víctimas. En particular establece que las Administraciones Públicas deberán facilitar a los ciudadanos y familiares estas actuaciones si lo demandan y dejar claro que la exhumación requerirá una autorización administrativa.

Con el objetivo de evitar conflictos, la apertura de fosas comunes estará sometida a un procedimiento contradictorio para "ponderar" los intereses en cada caso. Aunque el Gobierno no dispone de cifras oficiales, los expertos calculan que el número de desaparecidos asciende a 30.000 personas.

 

Recomendación a Ayuntamientos y CC.AA.

 

Respecto a aquellos monumentos, edificios y lugares de titularidad pública estatal dependientes del Gobierno, el texto señala que se adoptarán medidas para la retirada de los escudos, insignias, placas o menciones conmemorativas de la guerra civil o la dictadura "cuando exalten sólo a una parte". Eso sí, no se ejecutará esta práctica si se considera improcedente por razones históricas, artísticas u otras de interés general -por ejemplo, la vidriera del Alcázar de Toledo-. Esta disposición no afecta por lo tanto al patrimonio de la Iglesia. En el caso de CC.AA. y ayuntamientos, sólo se establece una "recomendación" de retirada.

El Valle de los Caídos recibe un tratamiento específico en la norma. En concreto, establece que permanecerá como lugar de culto pero añade que en "ningún lugar del recinto se podrán llevar a cabo actos exaltadores" de la guerra civil o la dictadura, lo que impedirá las concentraciones que se han venido produciendo en los últimos años en la explanada del Valle de los Caídos con motivo del 20-N.

Además señala que la Fundación que gestiona el Valle de los Caídos incluirá entre sus objetivos honrar la memoria de todos los fallecidos entre el 36 y el 39 y durante la dictadura con el objetivo de "profundizar y reconocer la memoria de todos". Este aspecto obligará a la fundación a modificar sus estatutos.

 

Víctimas del tardofranquismo

 

En este mismo capítulo, se prevén subvenciones para hacer censos de obras públicas realizadas por los represaliados del franquismo. Los últimos artículos de la norma se dedican a los archivos y crean el Centro Documental de la Memoria .

La disposición adicional segunda de la norma recoge indemnizaciones para los fallecidos en defensa de la democracia entre el 1 de enero de 1968 y el 6 de octubre de 1977, una fecha acordada por el Parlamento. Su importe ascenderá a 135.000 euros, que se pagarán de una sola vez. El Ejecutivo calcula que se podrán beneficiar de esta disposición poco más de una treintena de personas, como las víctimas de los sucesos de Vitoria del 3 de marzo de 1976.

 

 

 

Reacción de Amnistía Internacional al Anteproyecto de Ley aprobado hoy sobre reparación a víctimas de la guerra civil y el franquismo


Un Anteproyecto de Ley tardío, decepcionante y alejado de los derechos humanos

En una primera valoración sobre el contenido del Anteproyecto de Ley aprobado hoy en Consejo de Ministros sobre “reconocimiento y ampliación de derechos y establecimiento de medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura”, y según la información avanzada por el Gobierno tras el Consejo de Ministros, Amnistía Internacional considera que su contenido es decepcionante, se aleja de las normas internacionales de derechos humanos, olvida la justicia, no repara adecuadamente a las víctimas y no avanza de manera sustancial en la búsqueda de verdad.

Las medidas incluidas en el Anteproyecto de Ley, según el resumen publicado en www.lamoncloa.es, son medidas de carácter meramente asistencial incluyendo compensaciones económicas parciales para determinadas víctimas, continuando así la tendencia de las últimas décadas de compensar de una manera parcial y sin mediar mecanismo alguno para determinar la verdad y obtener justicia a víctimas de violaciones graves de derechos humanos.

Por lo que se refiere a la cuestión de las decenas de miles personas “desaparecidas” o víctimas de ejecuciones extrajudiciales que aún permanecen en fosas comunes, en muchas ocasiones sin localizar, el Anteproyecto sigue la línea decepcionante de la orden del Ministerio de la Presidencia del pasado diciembre, que establecía subvenciones a particulares para la exhumación de restos, trasladando así al ámbito privado la responsabilidad del Estado de investigar los graves crímenes contra el derecho internacional que se cometieron durante la guerra civil y el régimen franquista.

En este sentido el Anteproyecto de Ley parece no tener en cuenta la responsabilidad del Gobierno español en  dictar legislación y las normas reglamentarias necesarias para las actuaciones en materia de localización de fosas, exhumaciones, identificación de restos y restitución a sus familias para su inhumación.

Además enmarca la recuperación de restos en un contexto histórico y patrimonial, y no en un contexto judicial, como establecen las normas internacionales de derechos humanos para estos graves crímenes.

Con relación a los archivos, las medidas anunciadas, aunque pueden suponer alguna mejora para la conservación y localización de la información de los “archivos de la represión”, no parecen estar orientadas a facilitar a las víctimas y sus familiares el acceso a una información vital para demostrar la condición de víctima –y así poder acceder a las ayudas arbitradas- y satisfacer su derecho a conocer la verdad.

El Anteproyecto tampoco aborda la anulación de condenas dictadas tras juicios injustos. Amnistía Internacional quiere recordar que, en virtud del derecho internacional, toda violación de derechos humanos genera la obligación de proveer y garantizar un recurso efectivo. El derecho a un recurso ante graves violaciones de derechos humanos es inderogable, especialmente cuando se alega la violación del derecho a la vida.

Por todo ello este Anteproyecto, en opinión de Amnistía Internacional no solamente es tardío sino claramente insuficiente y muy alejado de lo establecido en el derecho internacional para las víctimas de graves violaciones y abusos contra los derechos humanos.

Esteban Beltrán, Director de la Sección Española, ha declarado “ después de 30 años de democracia este anteproyecto de ley no repara la deuda  pendiente del Estado español con las víctimas olvidadas de la guerra civil y del franquismo. Esperamos que el trámite parlamentario logre cambios sustanciales que garanticen verdad, justicia y reparación”.

 

 

 

Comunicado de la Comissió de la Dignitat ante el proyecto de Ley

 

La Comissió de la Dignitat vol expressar la seva contrarietat i decepció davant del projecte de Llei fet públic avui pel govern espanyol per les següents raons:

 

1 ) El projecte de Llei no suposa una condemna i deslegitimació explícites de l’estat franquista ni el reconeixement de la legitimitat de les institucions republicanes de les que és hereva l’actual constitució i que en el cas de Catalunya han seguit sense solució de continuïtat en la Generalitat de Catalunya restablerta el setembre del 1977. El projecte de Llei no contempla una condemna dels crims del franquisme com a crims d’Estat perfectament planificats com un autèntic genocidi contra les persones per causa de les seves idees, els pobles de l’estat i les seves cultures.

 

2) El projecte de Llei incomprehensiblement no preveu el retorn dels arxius espoliats pels franquistes als ajuntaments, quan  s'havia reiteradament proposat com la via per realitzar-ho. La llei no contempla el retorn a tots els ajuntaments de l’Estat dels documents dels arxius institucionals que els van ser requisats i que estan a l’Arxiu de la Guerra Civil. En aquest sentit el govern espanyol ha trencat el compromís que va adquirir quan es va negociar la llei de retorn dels documents de Catalunya de l’Arxiu de Salamanca a la Generalitat. Quin sentit té que com a institucions democràtiques l’estat encara conservi requisats actes dels consells o altres documents dels arxius municipals i no es faci un acte de restitució amb el seu retorn? Les víctimes del franquisme tenen el dret a la restitució i a la veritat i no es pot amagar això amb declaracions i oferiments de condecoracions. Com deia el poeta Pere Quart les condecoracions són coses  d’altres èpoques.

 

3) El Govern confon el respecte a les víctimes innocents de la guerra amb una condemna clara de l’Estat franquista  i un necessari reconeixement i restitució de les víctimes que van patir la repressió del règim. Com ha dit Perez Ezquivel, en sortir d’una dictadura les víctimes necessiten un clar reconeixement que ha d’incloure una condemna dels qui van ser causa del seu patiment i més quan la repressió era institucionalitzada pel propi estat.

 

4)  El projecte tampoc no preveu l'anul·lació dels processos. En primer lloc, la condemna a mort del President Companys com a President de la Generalitat  és un Crim d’Estat i com a tal l’Estat l’ha d’afrontar  i procedir a l’anul·lació d’aquell procés com a acte de restitució al poble de Catalunya i a les seves institucions nacionals de Govern. És del tot inadmisible que no es contempli una previsió de reforma legislativa que possibiliti l’anul·lació global dels processos de repressió política del franquisme, tant els consells de guerra militars, els del tribunal d’Ordre públic com ara el tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo i els Tribunales de Responsabilidades políticas. Això ho han fet els propis estats alemany i Italià respecte als processos polítics fets durant els respectius règims feixistes que van patir els seus ciutadans. Ho va fer també el franquisme el 1939 respecte als processos duts a terme en zona republicana durant la guerra i ara és incapaç de fer-ho el propi estat espanyol. No ho fa el règim democràtic espanyol l'any 2006. Per què? No valen reconeixements simbòlics sinó que l’estat té el deure d’esborrar les condemnes que van patir milers de ciutadans i que encara resten als repertoris jurisprudencials com a  legals i legítimes.

 

5) El projecte de Llei no contempa la revisió de processos quan l'Estat ha d’afavorir, a través de la fiscalia, les revisions dels processos de la guerra civil. Recentment hem pogut veure com el fiscal del la sala militar del tribunal suprem ha reconegut la reclamació de l’anul·lació del procés per vulneració del principi de legalitat respecte a les lleis vigents ja que el delicte de rebel·lió o auxili de la rebel·lió pel que va ser condemnat Peiró i la majoria de processats en aquells anys es referia a qui s’aixecava en armes contra la República i les institucions republicanes.            El fiscal de l’Estat s’hi ha oposat incomprensiblement tot i que el Tribunal Constitucional va establir que era una causa de revisió d’un procés penal quan un ciutadà havia estat condemnat per un delicte que no es corresponia a la conducta que se li imputava, per vulneració del principi de legalitat amb què es regeix avui la legislació penal i que es regia el Codi de Justícia Militar franquista.

 

6) El projecte de Llei no contempla cap norma específica per la qual l’Estat s'hagi de comprometre a obrir, en un termini determinat, tots els arxius de la repressió franquista, tant els centrals de l’estat com els repartits pel territori de l’estat.  Ens oposem al trasllat de més arxius a l’Arxiu de Salamanca. Els arxius de la repressió cal que estiguin a prop dels ciutadans i puguin tenir accés a la documentació en que es va basar la seva repressió. En aquest sentit demanem que a Catalunya i el país valencià s’obrin al públic els arxius repressius dels òrgans militars i policials del franquisme.

 

Comissió de la Dignitat, Barcelona 28 de juliol 2006.

 

 

 

 

Un estudio jurídico del gobierno catalán juzga factible anular los juicios de Franco

 

Fuente: El Periódico de Cataluña

 

La Generalitat no está dispuesta a cejar en el empeño de conseguir la anulación del consejo de guerra que en 1940 llevó al paredón al president Lluís Companys y, por extensión, de los juicios sumarísimos del franquismo. Ante la renuncia del Gobierno central a cumplir la promesa de invalidar esos procesos, para lo que alega diversos problemas legales, el Ejecutivo catalán esgrime un informe jurídico que avala las anulaciones. Este asunto será abordado hoy por Pasqual Maragall y José Luis Rodríguez Zapatero en Barcelona.
El citado dictamen, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, sostiene que la invalidación de los consejos de guerra para el restablecimiento jurídico del honor de las víctimas de la dictadura se ajustaría plenamente a la Constitución, sería compatible con el principio de seguridad jurídica y no obligaría a indemnizaciones.

TRES AUTORES
Este informe es obra del abogado penalista Francesc Jufresa, el catedrático de Derecho Penal de la UB Santiago Mir y el abogado e historiador Josep Cruanyes. El estudio está fechado el año pasado; es decir, mucho antes de que el Gobierno central empezase a aducir inconvenientes de corte jurídico para anular los consejos de guerra.
El dictamen constata la imposibilidad de anular los juicios apelando al recurso de revisión, porque esta vía requiere la aparición de nuevas pruebas. No es el caso. Tampoco vale apelar a que las leyes franquistas están derogadas porque el ordenamiento jurídico español solo prevé esta vía para los reos que no han acabado de cumplir la condena. Tampoco es el caso.

RETROACTIVIDAD
El camino indicado por Jufresa, Mir y Cruanyes es la aprobación de una ley "que extienda la retroactividad de la actual legalidad hasta la obligación de anular las condenas militares cumplidas".
Esta ley, agrega el dictamen, podría hacerse de dos maneras. Una, anulando de forma general y directa todas las sentencias. Dos, dando paso a procedimientos judiciales de anulación caso por caso. El informe incluye sendas propuestas de redacción de ambas leyes.
En cuanto al principio de seguridad jurídica, es decir, que una nueva ley no puede aplicarse de forma retroactiva a los que actuaron con arreglo a la legalidad vigente en un sistema anterior, el dictamen precisa que eso es así salvo que la nueva norma sea más favorable al reo que la antigua.

LEGALIDAD VIGENTE
Los problemas aducidos por el Ejecutivo central son que los juicios del franquismo no pueden ser anulados porque, según varias sentencias, se hicieron de acuerdo con la legalidad vigente en la época. El fiscal general, ade-
más, considera contraproducente la revisión de los consejos porque reabriría las heridas de la guerra civil.
Sin apoyos parlamentarios en este punto, Zapatero ha optado por resarcir moralmente, pero no jurídicamente, a las víctimas del franquismo en el proyecto de ley que el Gobierno aprobará mañana.

 

 

El Consejo de Europa condena el franquismo e insta a España a honrar a sus víctimas

 

Fuente: El País (Carlos E. Cué)

 

La Comisión Permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó por unanimidad la primera gran condena internacional del régimen franquista. Este organismo, en el que están representados 43 países, incluida Rusia, insta además al Gobierno español a erigir monumentos en memoria a las víctimas del franquismo, y a instalar una exposición permanente en el Valle de los Caídos para recordar que lo construyeron presos republicanos. El Consejo propone fijar el 18 de julio de 2006 como fecha internacional de condena del franquismo. La resolución condena con firmeza las "múltiples y graves violaciones" de los derechos humanos cometidas en España entre 1939 y 1975.

 

La iniciativa tomada ayer por el Consejo de Europa fue acogida con satisfacción entre las asociaciones de familiares de represaliados, que ven cómo este organismo se adelanta al Gobierno español, que prepara una ley de memoria histórica prometida hace un año y medio y aún no presentada. La decisión fue tomada gracias a un informe presentado por el maltés Leo Brincat. En su documento, realizado con el soporte técnico del historiador Paul Preston, se detallan las atrocidades cometidas por el aparato de represión franquista desde 1939 a 1975, cuando murió el dictador.

 

Según explica el español Luis María de Puig, presidente del Grupo Socialista y uno de los principales promotores de esta iniciativa, junto a Luis Yáñez, se trata de la primera gran condena internacional contra el franquismo, ya que en los años 40 la ONU sólo rechazó el apoyo de Franco al nazismo.

 

"La resolución se ha hecho sin voluntad de reabrir heridas, pero sí de decir con autoridad, y por primera vez, que el franquismo fue una dictadura que conculcó todos los valores de la convención europea de derechos humanos. El Consejo de Europa no puede dar lecciones de cómo alcanzar la democracia en algunos países y callarse ante el franquismo", según De Puig. Él explica que, aunque ayer no había diputados del PP en la votación porque no pertenecen a la permanente (compuesta por unas 200 personas), éstos se han mostrado favorables a la iniciativa.

 

La resolución aprobada por la comisión permanente comienza con una "firme condena" de las "múltiples y graves violaciones de los derechos humanos cometidos en España por el régimen franquista entre 1939 y 1975". El texto recuerda que el Gobierno español ha puesto en marcha una comisión interministerial para "establecer un inventario completo de los crímenes de la dictadura de Franco", y confía en que el debate en marcha sirva para realizar un examen completo y profundo sobre los crímenes del franquismo.

 

La asamblea también establece algunas conclusiones generales que afectan a España: "La violación de los derechos humanos no es un asunto interno. La comunidad internacional está tan afectada como los españoles". "El conocimiento de la historia es una de las condiciones previas para evitar repetir los errores del pasado. Además, la formación moral y la condena de los crímenes cometidos juega un rol importante en la educación de las jóvenes generaciones".

 

La asamblea tiene capacidad plena para representar al Consejo de Europa, pero para dotar de una mayor relevancia a la condena demanda al Comité de Ministros de esta institución que promueva una declaración formal de rechazo y establezca, en su próxima reunión, el 18 de julio de 2006, fecha en que se cumplen 70 años del golpe de Estado y el inicio de la Guerra Civil, como el día de condena internacional del régimen franquista.

 

El texto aprobado se adelanta a lo que pueda hacer el Gobierno y recoge peticiones de las asociaciones. Insta al Ejecutivo español a crear una comisión de investigación sobre los delitos del franquismo y presentar un informe al Consejo de Europa, a abrir los archivos civiles y militares a los historiadores -la fundación Francisco Franco se niega-, a abir una exposición permanente sobre la represión en el Valle de los Caídos y a erigir monumentos a las víctimas del franquismo.

 

 

 

DECLARACIÓN SOBRE LOS 70 AÑOS DESPUÉS DEL GOLPE DE ESTADO DEL GENERAL FRANCO EN ESPAÑA

Estrasburgo, 4 de julio de 2006

 

Un grupo de 200 diputados solicitó con sus firmas una pregunta oral a la Comisión y al Consejo  cuyo objeto era un debate sobre "la condena al régimen de Franco en el 70 aniversario del golpe de Estado franquista".

 

La Conferencia de Presidentes no aceptó esta petición. Consideró más oportuno efectuar una declaración del Presidente seguida de las tomas de posición de los diferentes grupos políticos sobre el significado de esa fecha, lejana ya en la Historia.

 

Siete décadas nos separan del 18 de julio del 36. Casi la esperanza de vida de la generación de españoles que protagonizamos la transición a la democracia. Una transición considerada modélica pero cuyo éxito necesitó de olvidos selectivos o de aplazamientos de la memoria que ahora emergen en un proceso de recuperación que llena las librerías y se plasma hasta en Leyes.

 

Como les dije hace 2 años, yo pertenezco a esa generación, como muchos de los diputados españoles que están aquí,  y es inevitable que mi relación personal con el pasado determine mi recuerdo.

 

Pero mi declaración es una declaración institucional, como Presidente de esta Cámara, y mi recuerdo de hoy debe ser un acto político que trasciende lo personal. Porque traer al presente nuestro pasado es un acto de la voluntad que tiene que ver con el futuro que queremos construir. No sólo sobre las perecederas memorias de cada cual sino sobre la Historia, que no se recuerda, sino que se aprende y por ello mismo se puede compartir.

 

* * *

 

Y la Historia nos dice que ese día, parte del ejército español se alzó contra el gobierno de la II República elegido democráticamente por los españoles en 1931.

 

Se frustró así una gran esperanza. Porque esa República había llegado con el ánimo de propiciar la democracia, y abordar reformas pendientes de gran calado: la reforma agraria y la militar; la separación entre la Iglesia y el Estado; el establecimiento de la Seguridad Social; la concesión de estatutos de autonomía para las regiones; y la instauración de derechos como el del voto de las mujeres y el divorcio en una sociedad profundamente patriarcal.

 

Aquellas reformas de nuestra II República se convirtieron en punto de referencia para muchos países europeos. La II República fue la referencia de una nueva democracia en la periferia de Europa. La nueva frontera de la democracia en Europa.

 

Una democracia que por aquellos tiempos pasaba difíciles circunstancias porque se había hundido en Italia, Grecia, Polonia, Hungría y Alemania.

 

Por eso, aquel golpe militar no sólo dio origen a una guerra larga y cruel en España, sino que acabó además con aquella "Esperanza de Europa" de la que habló André Malraux.

 

La guerra española no fue sólo una guerra. Y no fue sólo española. Fue también un enfrentamiento ideológico entre quienes defendían dos sistemas opuestos. Volvían "las dos Españas" de Larra, Ortega y A. Machado. Y a cada español, una de las dos Españas le iba a helar el corazón.

 

Pero si hubiera sido sólo una guerra entre españoles no hubiera durado tanto porque nuestras propias fuerzas no nos lo hubieran permitido.

 

La guerra española marcó,  además,  una hora decisiva para el mundo. Y el conflicto español tuvo una trascendencia internacional de enorme magnitud.

 

Desde 1936, los futuros beligerantes de Europa en la II Guerra Mundial, comenzaron a enfrentarse directa o indirectamente en la guerra civil española.

 

España fue la "primera batalla de la II Guerra Mundial", convirtiéndose en banco de pruebas de una guerra futura que devastaría Europa.

 

Por primera vez en la historia europea, se experimentó en España el bombardeo de poblaciones civiles. Hubo en España muchos Gernikas.

 

En España dejaron la vida, en ambos bandos, europeos que murieron por sus ideas. Madrid, Jarama, Belchite, Teruel, Guadalajara y el Ebro, guardan la memoria de muchos nombres europeos.

 

Para algunos de ellos, la guerra española era "la última gran causa". Para otros, una "cruzada". Yo recuerdo la cruzada. Los obispos saludando al modo fascista, rodeando generales, en la entrada de las iglesias. También recuerdo los cementerios llenos de fusilados de un bando y de otro. Para todos, la guerra más apasionada en la que por primera vez se enfrentaban las grandes ideologías del siglo XX: las democracias, el fascismo y el comunismo; guerra de religión y lucha de clases; revolución frente a reacción.

 

Este enfrentamiento se prolongaría en Europa. Y también se prolongó en España una vez que la guerra hubo acabado.

 

Porque no fue sólo una guerra. Hubo también una posguerra. Una posguerra dura y larga donde no se trataba ya de ganar al enemigo, puesto que la guerra se había ganado. Se trataba más bien de erradicarlo para mantener un sistema que por mucho tiempo obligó a que España fuera ajena al proceso de democratización y también al de reconstrucción que vivió Europa gracias al Plan Marshall.

 

Muchos colegas de los países del Este tienen en la memoria el aislamiento que sufrieron como consecuencia de Yalta y del telón de acero que los separó de la Europa libre, democrática y próspera.

 

Y así ha sido. Pero se recuerda menos que en el Sur de Europa hubo países, España y Portugal, que  también se vieron aislados de este movimiento y permanecieron durante mucho tiempo bajo dictaduras militares.

 

La derrota de la República en abril del 1939 fue el prólogo de la devastadora II Guerra Mundial.

 

También Europa conocería la guerra total con su secuela de sufrimientos para la población civil.

 

Y serían también españoles los que dejarían sus vidas en suelo europeo, también en ambos bandos, y sus nombres quedaron enterrados en Leningrado o Berlín, u honrados al liberar París o Estrasburgo con las tropas aliadas. En sus caras se veía el entusiasmo de creer que esta liberación continuaría hacia el Sur...

 

Recuerdo que un congresista norteamericano me reprochó hace unos años que los europeos habíamos sido poco agradecidos con el esfuerzo de liberación que los Estados Unidos habían hecho con Europa.

 

Yo le respondí que en lo relativo a España ese esfuerzo brilló por su ausencia porque el régimen militar les fue útil en la guerra fría y se olvidaron de liberarnos.

 

En palabras de Salvador de Madariaga, cuyo nombre figura en uno de nuestros edificios, "Antes de 1936 todos los españoles vivían en España y en libertad. Hoy, -escribía en 1954-, unos cientos de miles viven en libertad desterrados de España, y el resto viven en España desterrados de la libertad"

 

España en 1975 empezó a convertirse en un territorio de libertad y convivencia. Europa lo había hecho en 1945, y en 1957 empezaba a construir las bases de una comunidad europea basada en la democracia y la libertad.

 

Nuevas generaciones han abierto nuevas exigencias políticas respecto al futuro y respecto al pasado. Se han encontrado con una guerra y con una dictadura clausuradas.

 

Cuando hoy se habla en España de reparación moral de las víctimas, lo que queremos hacer es discutir la memoria activa de nuestro país, de nuestra sociedad para asumir la carga plena de nuestro pasado. Para honrar a todos los muertos. No discriminar en la memoria a aquella parte que nos pueda resultar cómoda. No encerrarnos en las mentiras que consuelan y afrontar las verdades que alumbran.

 

Heridas dolorosas que han cicatrizado en Europa pero que siguen en la memoria de muchas personas porque en su día no pudieron exorcizarlas. 

 

Y eso es lo que da sentido a un acto como el de hoy. Aquí, en el Parlamento Europeo. Para enfrentar al pasado vivo de una parte de la memoria de nuestro Continente. Para no repetir los errores de ayer. Para condenar críticamente a sus responsables. Para rendir homenaje a sus víctimas. Para expresar nuestro reconocimiento hacia todos los que combatieron por la democracia, padecieron persecución e impulsaron el retorno de España a Europa como nuestra patria común.

 

Muchas gracias

 

 

 

Barcelona recuperará las baterías antiaéreas de los Tres Turons

 

Fuente: El Periódico de Catalunya

Recuperar la memoria histórica, el patrimonio y ganar a la vez un espacio privilegiado para uso ciudadano: la cima de los Tres Turons, en Horta-Guinardó. Con ese objetivo, impulsado por la Fundació Escolta Josep Carol y respaldado por el ayuntamiento y la Generalitat, un grupo de jóvenes de un campo internacional de trabajo dedicarán dos semanas a limpiar el espacio donde estuvieron instaladas las baterías antiaéreas para defender la capital catalana durante la guerra civil.
Así, 24 participantes de entre 18 y 25 años de la campaña Estiujove, escogidos mediante un concurso de cartas de motivación, serán los encargados desde el 1 de agosto de retirar los escombros del interior de las salas del Turó de la Rovira, acumulados durante el fin del barraquismo, y de la limpieza del ahora abrupto camino para acceder a la cima.
Aunque también habrá representantes catalanes, la mayoría de estos voluntarios provienen de Corea, Yugoslavia, Ucrania, México, Italia, Alemania y Francia. El distrito de Horta-Guinardó les facilitará el alojamiento y la empresa arqueológica Atics SL y el historiador Josep Maria Contel, que dispone de los mapas originales de las baterías antiaéreas construidas por el gobierno republicano, serán sus asesores.

METODOLOGÍA ASESORADA


Los integrantes del grupo aprenderán la metodología para restaurar respetando factores geológicos y arqueológicos, ya que en ese mismo espacio vivieron los primitivos habitantes de una Barcelona que ni siquiera se llamaba todavía Barcino. Y aún quedan vestigios. En una fase de trabajo entre 1992 y 1993 se encontraron restos de cerámicas, así como dos muros que pertenecían a la estructura del asentamiento ibérico.
El presidente de la Fundació Escolta, Josep Maria Rossés, aseguró que "si estas acciones las hubiese hecho exclusivamente la Administración tendrían otro estilo, pero gracias a esta red social, los jóvenes podrán tener un contacto directo con la historia". Para que los voluntarios, principalmente los foráneos, puedan entender el contexto y el conflicto, se les ofrecerá la posibilidad de participar en actividades lúdicas, como la proyección de películas en el Museu d'Història de la Ciutat, que también colabora.

UBICACIÓN ESTRATÉGICA


La concejala del distrito, Elsa Blasco, aseguró que este proyecto contribuirá a que "los Tres Turons pase de ser tierra de nadie a tierra de todos", y destacó la recuperación para uso ciudadano de esa zona que se consideró estratégica por tener una visión de la ciudad de 360 grados, y que se convertirá en un atractivo mirador del futuro parque del los Tres Turons.
Una vez concluya el campo de trabajo, a partir de septiembre se procederá a un análisis de la documentación, así como al estudio de los restos arquitectónicos existentes en el Turó de la Rovira. Pero con dos semanas de voluntariado será prácticamente anecdótica la recuperación de la zona. Se prevé que el acondicionamiento dure entre dos y tres años, ya que incluye la limpieza de grafitos y del entorno y la instalación de barandillas y plafones informativos. Por ello, no se descarta organizar más iniciativas como esta.

 

 

 

Dos vecinos de Alpicat crean un registro virtual de los muertos en la Guerra Civil

 

Fuente: La Mañana

 

Dos vecinos de Alpicat, el historiador local Fabià Corretge y Anna Gilart, han creado un registro virtual de las víctimas que la Guerra Civil española produjo en esta localidad del Segrià. A partir de los datos recuperados del listado de sepelios realizados en el cementerio durante el conflicto (desde abril de 1938 hasta abril de 1939) y de las inscripciones que constan en los registros civil y parroquial, han conseguido elaborar una base de datos con 418 personas.

 

Tal como explica una de los autores, Anna Gilart, su voluntad, a parte de contribuir a la recuperación de la memoria histórica, es que “los familiares de estas víctimas encuentren finalmente el lugar donde descansan”.


De momento, de las tres personas que se han puesto en contacto con ellos a través de su página web, www.alpicat.org/historiaguerracivil , dos han encontrado a sus familiares en este registro virtual.

 

Este proyecto, además, se enmarca en el Pla Pilot per al Memorial Democràtic de les Terres de Lleida, que dirige la professora de la Universitat de Lleida Conxita Mir.

 

Los autores dividen los fallecidos durante la contienda civil en militares (146), ajusticiados por el ejército de Franco (39), víctimas de bombardeos (22) y civiles (261). Cabe destacar que algunos de estos difuntos murieron en Lleida o procedían de la capital, como los refugiados, pero recibieron sepelio en Alpicat.

 

La razón que explican los autores para ese traslado de víctimas hacia Alpicat es porque “la línea del frente del Segre separó la ciudad del cementerio, y a partir de abril de 1938, la Comisión Gestora Municipal de Lleida decide recurrir al cementerio de Alpicat”.

 

La mayoría de las víctimas fueron enterradas en una fosa común dentro del antiguo cementerio, con 110 años de antigüedad y ubicado en la salida de la localidad, en dirección a Malpartit. Sin embargo, no todos los cuerpos recibieron este trato, así, los 39 fusilados por la represión franquista fueron sepultados en una fosa común a extramuros, justo en el lugar donde fueron ejecutados. De este grupo de víctimas, 17 fueron asesinados en Lleida, a pesar de ser enterrados en Alpicat. Según los datos recopilados por Corretgé y Gilart, todas esas víctimas, menos una, eran civiles, procedentes en buena parte de Alfarràs y Conques, en Tremp. También destacan que la mayoría eran agricultores y que un grupo de seis fusilados fueron acusados de espionaje.

 

A causa de la saturación del campo santo durante el conflicto, las autoridades decidieron buscar un nuevo emplazamiento y en febrero de 1939 comenzaron las obras del nuevo cementerio, situado en el camino de Alguaire. El paso del tiempo y el abandono pasaron factura al anterior recinto, que en la actualidad ha quedado absorbido por la expansión urbanística de la localidad. No obstante, antes de derruirlo, los restos que no fueron reclamados por nadie se trasladaron a la osera del nuevo cementerio.
Evolución del frente del Segre

 

En marzo de 1938, las tropas de Franco iniciaron el ataque definitivo al frente de Aragón por dos puntos, uno al sur y otro al norte. El ataque hacia Lleida se produjo por ambos lados, desde el sur con el ejército marroquí del general Yagüe y, desde el norte, las tropas comandadas por el general Moscardó.

 

Tras este ataque inicial, la línea en las tierras de Lleida, que reseguía el curso de los ríos Noguera Pallaresa, Segre y Ebro, se estabilizó durante nueve meses. A lo largo de esta línea se establecieron cuatro cabezas de puente: Tremp, la Baronia, Balaguer y Seròs. Durante este tiempo, fue cuando el cementerio de Alpicat recibió el mayor número de víctimas.


El 23 de diciembre de 1938 empezó la ofensiva final sobre Catalunya, y la línea se alejó de las tierras de Lleida.

 

 

 

Nuestra Guerra Civil”: la recuperación de la memoria histórica también pasa por el comic

 

Fuente: Avui (Carles Santamaria)

 

Les imatges de la Guerra Civil Espanyola no es veuen solament en documentals o fotografies. El còmic ha esdevingut un mitjà excepcional per explicar amb dibuixos i textos algunes de les historietes més esfereïdores del conflicte que va dessagnar tot un país a causa del cop militar feixista. El procés de recuperació de la memòria històrica també passa per les vinyetes.

L'àlbum col·lectiu Nuestra Guerra Civil (Ariadna Editorial) parteix d'un plantejament interessant. Els autors van rebre l'encàrrec del dinàmic editor José Vicente Galadí de dibuixar historietes sobre la guerra protagonitzades per familiars o amics propers. El resultat és divers. El prolífic guionista Felipe Hernández Cava i la dibuixant Laura recuperen a Días de rejones la figura de José Robledano, un humorista gràfic republicà que va patir presó. Per la seva banda, a Historias rotas, Pepe Gálvez i Josep Maria Beroy rememoren una de les moltes execucions de camperols a mans de falangistes i guàrdies civils sublevats. Mi tío, que estuvo en el infierno, de Fritz, narra la vida de l'oncle de l'autor, soldat republicà que va morir en un camp d'extermini nazi. Jorge García i Ángel de la Calle reflexionen a Entre líneas sobre quin sentit té l'Arxiu de Salamanca, quan allà encara hi són presoneres cartes personals adreçades a les respectives famílies.

Miguel Ángel Gallardo és conegut gràcies al personatge Makoki. Aquest inquiet dibuixant ha evolucionat molt al llarg dels anys, quasi trenta, per mostrar-se com un autor inconformista. A Un largo silencio (Edicions de Ponent), il·lustra un text autobiogràfic escrit pel seu pare sobre la pròpia experiència com a soldat republicà. L'obra defuig l'heroisme militant i parla dels desastres de la guerra.

La Fundació Pere Ardiaca ha publicat la novel·la gràfica Primavera tricolor, amb dibuix de Pepe Farruqo i guió de qui escriu aquestes ratlles. La historieta tracta l'amistat d'un anarquista i un marxista des del 14 d'abril del 1931 fins a la batalla de l'Ebre l'estiu del 1938. La vida dels personatges està marcada per la convulsa Segona República, fet que fins i tot enfronta en determinats moments els protagonistes. Els autors ja treballen en una segona part ambientada en la lluita del maquis antifranquista.

Vittorio Giardino és l'autor dels àlbums de la trilogia ¡No pasarán!, els dos primers reeditats per Norma Editorial i el tercer encara en procés. El còmic està protagonitzat per Max Fridman, espia descregut i antic brigadista que torna a Catalunya a la tardor del 1938 per esbrinar què ha passat amb un amic desaparegut. Les tropes franquistes són a punt de trencar el front de l'Ebre. Descriu l'ambient enrarit a Barcelona, dominada per la policia política comunista, mentre els quintacolumnistes multipliquen els saboteigs. Giardino capta l'atmosfera de la derrota imminent, inserint en el relat personatges històrics com Lister. En el seu darrer viatge a Barcelona, Giardino va compilar més material documental per acabar el seu esperat tercer àlbum, que veurà la llum l'any vinent.

Parlant de projectes, el dibuixant i il·lustrador Roger Subirachs treballa en l'edició en àlbum d'Emili Piula, que va aparèixer com a historieta per entregues fa més de vint anys a la revista El Víbora. Amb guió de Montesol, ofereix un interessant retrat dels primers mesos de la guerra des del punt de vista anarquista: la tardor del 1936 al Madrid assetjat per les tropes franquistes, la batalla de Guadalajara o els fets de maig del 1937 de Barcelona. Subirachs havia deixat fa temps el còmic per dedicar-se al disseny d'escenaris i ambientacions per a cinema.

El dissenyador i dibuixant Lluís Juste de Nin, després de la seva monumental Els Nin. Memòria a llapis d'una família catalana, que té un capítol dedicat a la Guerra Civil, prepara un nou àlbum. El plantejament és original: una versió de La Il·líada protagonitzada per uns republicans que s'embarquen en un viatge iniciàtic pel Mediterrani.

Soldats refugiats

DC Comics va publicar el 2003 War Story: Condors, amb guió de Garth Ennis i dibuixos de Carlos Ezquerra, editat aquí per Norma Editorial. Quatre soldats dels dos bàndols troben refugi en un sot en terra de ningú, i per unes hores deixen les armes per explicar cadascun la seva història. Malgrat certes incongruències, com l'angelical caracterització del pilot de la Legión Cóndor, el còmic ofereix detalls interessants.

Aquest repàs quedaria orfe si no esmentéssim l'extraordinària obra del desaparegut Antonio Hernández Palacios, un dels gran autors espanyols del còmic històric. La seva saga sobre la guerra va arrencar el 1979 amb Eloy, uno entre muchos, per continuar amb Río Manzanares, Euskadi en llamas i Gorka Gudari, editats per Ikusager. La revista CIMOC de Norma Editorial va publicar entre el 1986 i 1987, coincidint amb els 50 anys de l'inici de la guerra, una sèrie d'historietes amb autors tan destacats com Florenci Clavé, Jesús Blasco, Annie Goetzintger, José Ortiz, Víctor de la Fuente, Alfons Font i Tha, amb guions de Víctor Mora. Una altra aportació prou interessant és 17 días de julio (Ediciones La Torre) de Luis Murillo i Justo Jimeno, publicat el 1982, que descriu l'inici de la sublevació militar.

La vida és plena d'historietes grans i petites que ens ajuden a entendre millor la Història de tots plegats.

 

 

Juegos contra Hitler: una exposición recuerda la Olimpiada Popular de Barcelona de 1936

 

Fuente: El Periódico de Catalunya


Se expone en el Palau Robert un cartel en el que tres hombres enarbolan una bandera que dice: "Olimpiada Popular". A su lado hay otro póster de los Juegos Olímpicos de Berlín, celebrados en 1936. Hay un enorme contraste entre uno y otro. Mientras el cartel alemán muestra el estilizado dibujo de un tipo blanco y musculoso, casi un superhombre, las tres personas del póster de la Olimpiada Popular están trazadas de manera sencilla. Uno de ellos, además, es negro.

 

La Olimpiada Popular, que se iba a realizar en Barcelona entre los días 19 y 26 de julio de 1936, pretendía ser una réplica antifascista de los juegos de Berlín del mismo año, esos juegos en los que Adolf Hitler abandonó el estadio olímpico de la capital germana para no entregar una medalla al velocista norteamericano Jesse Owens, de raza negra.


La muestra, que se presentó ayer y estará en Barcelona hasta el 3 de septiembre, es una de las cerca de 80 actividades llevadas a cabo por el programa del Memorial Democràtic. Según los organizadores de la exposición --que alberga fotografías de la preparación del certamen, carteles e incluso una camiseta de uno de los deportistas-- la Olimpiada Popular pretendía ser "un acto de afirmación de la unión entre cultura y deporte y de la lucha antifascista".

 

Pero todo quedó en nada. 24 horas antes de la inauguración de la competición, el 18 de julio de hizo ayer 70 años, estalló la guerra civil. La Olimpiada Popular, que era una iniciativa por la paz y contra el autoritarismo, se vio frustrada por una guerra de corte autoritario. El comité organizador preparó la salida de Barcelona de los miles de atletas extranjeros que habían venido. Gran parte se fue, pero hubo muchos que se enrolaron en las Brigadas Internacionales.

El participante frustrado

 

Antonio Cánovas coincidió en el frente con algunos de esos atletas reconvertidos en voluntarios. Cánovas, de 86 años, recorrió ayer la exposición con cara de cierta incredulidad. "Es estupendo ver que la gente todavía se acuerda, es el pago de toda mi vida", dijo.

 

Miembro del Club Natación Barceloneta, este hombre integraba el equipo encargado de la ceremonia inaugural de la Olimpiada. Recuerda que tenía pensado llevar un mono verde y dar volteretas en el agua. Lo que no recuerda es cuándo le informaron que el certamen se suspendía. No hizo falta que le dijeran nada. La mañana del 19 de julio de 1936 los disparos ya se oían en Barcelona.

 

La historia de la Olimpiada Popular es, pues, la historia de un proyecto hecho añicos. Uno más de los muchos de aquella época.

 

 

 

La Garriga abre primer refugio Guerra Civil convertido en museo

 

Fuente: Terra

 

Más de 200 personas han participado en la primera visita guiada al refugio antiaéreo de la estación de La Garriga, el primer refugio construido durante la Guerra Civil en Cataluña que se convierte en un museo, lo que le sitúa como referente del patrimonio de la guerra.


Según han informado fuentes municipales, con el estreno de este refugio museístico, enmarcado en los actos de conmemoración del 70 aniversario del estallido de la Guerra Civil, se culmina el proyecto de recuperación de la memoria histórica de La Garriga iniciado en 2004.

Desde 2005, el Ayuntamiento ha ido recuperando el refugio antiaéreo de la estación y este año el taller de proyectos de la Universidad de Barcelona ha realizado el proyecto museográfico para convertir a este refugio en un referente cultural, patrimonial, turístico y educativo.

El refugio, que se podrá visitar de forma regular a partir del próximo mes de septiembre, está situado detrás de la estación, su estado de conservación es bueno, tiene unos 110 metros de galerías excavadas en la roca, con el refuerzo de obra en algunos tramos, y se construyó durante el año 1938.

El refugio se ha limpiado completamente, se ha instalado iluminación y se ha consolidado el tramo de la entrada, que era la única parte más dañada.

El proyecto museográfico incluye en la entrada un gran plafón con información básica sobre el desarrollo de la guerra en La Garriga y sobre el refugio, además de incluir un visor con fotos de la época de la guerra en la población y otro plafón que indicará, a la manera usual durante la guerra, la entrada del refugio.

En el interior se ha reproducido el sistema de iluminación original, con elementos de atrezzo y la reproducción de algunos carteles sin llenar de material el refugio para observar la estructura original.

En el interior también hay cuatro puntos de audio que se activarán con unos sensores al notar la presencia de los visitantes.

En estos audios se simulará un bombardeo con una voz que informará sobre el desarrollo de la guerra en la población y el bombardeo del 29 de enero de 1939, se escuchará la charla de dos trabajadores del refugio mientras pican dentro de las galerías, la conversación entre una abuelo y su nieto que le pregunta cosas sobre la guerra en La Garriga.

Además se puede oír otra conversación entre dos soldados internacionales que hablan sobre la evolución del conflicto ya que poco antes del bombardeo sobre La Garriga se celebró un encuentro de internacionales en la población.

Estas charlas sirven de excusa para introducir datos e informaciones sobre la situación en Cataluña y La Garriga durante la Guerra Civil.

 

 

 

La Pedrera exhibe 40 pinturas inéditas de Ramón Gaya 

 

Fuente: El País

 

Ramón Gaya (Murcia, 1910-Valencia, 2005) desarrolló una obra a contracorriente, ajena a los grandes movimientos vanguardistas de su época. Su aportación estética al arte español se hace evidente en la exposición Ramón Gaya. La hora de la pintura, abierta en las salas de La Pedrera de Barcelona, sede de la Fundación Caixa Catalunya, hasta el 1 de octubre. La exhibición, que reúne 128 obras de las que 40 son inéditas, recorre la trayectoria del pintor a lo largo de 74 años, desde un retrato de su padre, de 1926, hasta obras de 2002 (año en el que recibió el Premio Velázquez), que reducen la pintura a su quintaesencia.

 

"Pintor excepcional y sin etiquetas, Gaya vivió a contrapelo del siglo de las siglas. Poseía la virtud de saber captar la esencia del tiempo que pasa en obras leves, profundas y esenciales, que dialogan con el pasado y funden arte y vida", afirmó ayer el comisario, Juan Manuel Bonet, que ya organizó las dos anteriores grandes exposiciones de este artista, en 2000, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), y en 2003, en el Museo Reina Sofía de Madrid. Como director de estos centros, Bonet también adquirió obras de Gaya para las colecciones permanentes, en las que hasta entonces no estaba representado.

 

A diferencia de aquellas exposiciones, centradas en las décadas de 1980 y 1990, que marcan el regreso del pintor a España, tras los años del exilio en México y las prolongadas estancias en Italia, la exhibición de La Pedrera pone el acento en los años centrales, entre mediados de la década de 1950 y finales de la de 1970. "La exposición subraya la duplicidad del discurso de Gaya, que desarrolla dos obras paralelas, una plástica y otra literaria, que se entremezclan a lo largo de toda su vida y acaban siendo complementarias. Además, se diferencia por la calidad de las numerosas obras inéditas encontradas en colecciones privadas de México, Nueva York y España", señaló Àlex Susanna, director de la Fundación Caixa Catalunya.

Entre las obras que se exponen por primera vez destacan dos bodegones de su época mexicana, Homenaje a Santa Teresa y Homenaje a Velázquez. "En México extrañaba tanto los museos europeos, que se montó un pequeño santoral de postales de sus artistas preferidos: Rembrandt, Tiziano, Cézanne y Velázquez, a quien -a su vuelta a España en 1969- dedicó su libro fundamental, Velázquez, pájaro solitario", explicó Bonet. Los homenajes salpican todo el recorrido expositivo. Entre otros, los hay a Murillo, Masaccio, Mozart, los viejos pintores japoneses y también Solana y Nonell, protagonista del ensayo Picasso, Nonell y el arte moderno, que se publica por primera vez en esta ocasión.

Entre los inéditos sobresalen dos vistas de Venecia, su ciudad fetiche y objeto de algunas de las mejores páginas de su Diario de un pintor. Se trata de La ropa tendida y El Gran Canal desde el Albergo Rialto, ambas de 1953, propiedad de la galería Guillermo de Osma de Madrid, que se exponen junto a Nacimiento de la pintura, de 1953. La exposición recoge también una selección de las obras realizadas para el bando republicano durante la guerra, incluido el cartel del Congreso de Intelectuales Antifascistas, que le valieron la reclusión en el campo de concentración de St. Cyprien y el exilio en México.

 

 

 

María Salvo: “Barcelona era una fiesta aquel 18 de julio"

 

Fuente: El Periódico de Catalunya


Quedan pocas Dones del 36. Enriqueta Gallinat murió la semana pasada. Y Maria Salvo, espléndida en sus 86 años, admite tener menos fuerza para ondear la bandera de la memoria. Tenía 16 años cuando estalló la guerra. Se comprometió con la Joventut Socialista Unificada, sufrió el exilio y pasó 16 años en cárceles franquistas (Ricard Vinyes lo cuenta en el libro El daño y la memoria. Las prisiones de Maria Salvo, editado por Plaza & Janés). Pero ella quiere recordar aquí el principio de una tragedia colectiva.

--Aquel 18 de julio amaneció caluroso, como este.
--Así es. Y Barcelona era una fiesta. Hervía. Por las calles había 60.000 deportistas de toda Europa y América. El 19 de julio, por la tarde, se iba a inaugurar la Olimpiada Popular, la respuesta obrera a los JJOO de Hitler. Pau Casals ensayaba en el Palau. Y mi hermano, Ferran, campeón de natación de Catalunya, subcampeón de España, ¡el orgullo de casa!, iba a participar en dos modalidades.

--Para celebrarlo con litines...
--Sí. Además, tres amigas planeábamos ir a la playa de Badalona al día siguiente, por la mañana. Yo tenía 16 años. Ir el domingo a la playa era lo máximo que me dejaba hacer mi padre, republicano, pero machista con su mujer y su hija.

--Mientras, el alzamiento triunfaba en Melilla.
--África quedaba tan lejos... Aquella noche, mi hermano fue a las Picornell a entrenar. Cuando volvió, nos dijo que la plaza de España estaba llena de guardias de asalto. Fuimos a dormir pensando que estaban allí por la Olimpiada, soñando con el pollo que le haría mi madre a Ferran si lograba una buena marca.

--No estaban allí por eso.
--No. A las seis de la mañana nos despertó el ruido de disparos. Mi madre era portera del número 56 de la calle de Balmes. El piso estaba bajo la azotea. Subimos. Los disparos venían del cuartel de Pedralbes.

--Las azoteas fueron miradores.
--Allí nos quedamos. Menos mi hermano, que fue corriendo al club, en la Escuela Industrial. ¡Volvió tan decepcionado! Habían cancelado la Olimpiada. Creo que lo que más me pesó aquel día de julio fue ver su frustración, ¡la frustración de toda una juventud...!

--¿Pesó más que el miedo?
--Más. Mi hermano volvió a salir. Fue a la plaza de Catalunya, a la Rambla. Había un gran movimiento de gente y de camiones. La radio decía que había habido una sublevación militar y que la gente salía a sofocarla. Sobre todo la CNT, y luego la FAI. El 20 de julio, un grupo de incontrolados con el pañuelo rojo y negro sacaron libros de la biblioteca del Seminario y los quemaron en Balmes.

--¿Y los seminaristas?
--Habían huido el 18, dejando intacta la cena... Mi padre, que era laico, salió gritando: "La cultura no tiene nada que ver". Sofocó las llamas. Se quemaron muchas iglesias, muchas, y sacaron aquellas momias, y dieron el paseo a los curas por la Arrabassada... Eso nos disgustó. A muchos.

--Usted tenía la edad de las primeras veces.
--Si no hubiera habido aquella sublevación, habría seguido estudiando, porque tenía sed de independencia... Pero cerraron la academia. Y la empresa para la que trabajaba como planchadora fue colectivizada por la CNT y la UGT. Yo quería seguir los pasos de mi hermano, que contactó con la Joventut Socialista Unificada.

--Se politizó el nadador.
--Participó en la colectivización de la fábrica de motos en la que trabajaba, que se transformó en una industria de guerra. Y más tarde fue a la escuela de comisarios políticos. A principios de 1938 se fue voluntario al frente. Y yo ingresé en la JSU.

--Saltó sobre el guión establecido.
--Sí. Mi voz era escuchada en las asambleas. Me sentía libre, emancipada de mi padre, que no tenía otro plan para mí que casarme. Ya no podía impedirme llegar tarde, atravesando una Barcelona a oscuras. Las mujeres jugamos un gran papel en aquella resistencia de 32 meses.

--Tenían ustedes mucho valor.
--Teníamos firmeza. En la célula del partido preparábamos paquetes, escribíamos cartas al frente, apadrinábamos combatientes...

--Era carismática, doña Maria.
--Era tímida, pero tenía claro que había que ganar la guerra. Llegué a ser responsable de propaganda del comité de Barcelona, bajo el mando de López Raimundo. Nos encargábamos de los refugios, de animar a la gente, de contrarrestar a los quintacolumnistas que se infiltraban en las colas de suministros...

--Y todo se fue haciendo añicos.
--Sí. A mi hermano lo hicieron prisionero en el frente. Decían que lo habían matado... Mi madre se quedó en los huesos. Y el 26 de enero de 1939 salí entre otros 500.000 hacía el exilio. Me llevaron a un campo de concentración de la Bretaña. Me devolvieron con engaño y me entregaron a la guardia civil en Fuenterra- bía. Estuve escondida año y medio...

--La posguerra no tenía fin.
--Fue durísima. En la guerra me sentí útil, libre, capaz, mientras que en la posguerra era una proscrita. ¡Y Barcelona...! Aquel silencio. Aquel pan de serrín. Y tantos fusilados... Murió mi madre, rompí con una relación y caí en una depresión terrible... Hasta que se organizó en Madrid la resistencia y me sumé.

--Y pasó 16 años en la cárcel.
--Por conspirar contra la seguridad interior del Estado. Cuando salí tenía 37. Pero yo no soy una víctima. Soy una derrotada. Y los derrotados siempre luchan. Hasta el final.

 

 

 

Marc Recha estrena “Días de agosto”, una road-movie con la memoria de la guerra como fondo

 

Fuente: Terra

El director de cine Marc Recha ha presentado hoy su quinta película, 'Días de agosto', una 'road-movie' en la que participa como actor principal y que ha sido seleccionada para competir en los festivales de Locarno (Suiza) y Toronto (Canadá).


Recha (l'Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 1970) es el principal protagonista, junto a su hermano David, de un filme de ficción que parte de una treintena de historias, anécdotas o personajes que le descubrió el periodista Ramón Barnils.

La figura o relatos de Barnils (Sant Cugat, Barcelona, 1940-Reus, Tarragona, 2001) planean durante toda la película, rodada en cuatro semanas en 35 mm.

Es 'una película libertaria', ha explicado Recha, 'no sólo por la simbología ácrata que desprende y en la que nos educaron, sino por mostrar la confluencia de la naturaleza en todos los elementos' que muestra.

Su punto de partida es 'el deambular errático' de dos hermanos gemelos, los dos Recha, personajes nacidos en la década de 1970 y relatados por la voz en 'off' de la hermana pequeña, nacida algo más de una década después.

Todos los personajes de la película son reales y, excepto David Recha, no tienen experiencia como actores, por lo que su actuación nace y se alimenta de la experiencia vital de cada uno de ellos.

Además de los Recha, aparecen en el filme Mariona, la autoestopista que quería ser bailarina; Pere, el guarda forestal y trompetista solitario, y Fina, la camarera del cámping.

Todos ellos acompañan en algún momento el viaje de los dos hermanos en una furgoneta roja alrededor del embalse de Riba-Roja, en la parte de Mequinenza (Zaragoza).

Los dos hermanos emprenden un viaje por la zona propuesto por David para que su hermano Marc desconecte de la obsesión que tiene por seguir la estela de los testimonios de una época.

El recorrido de la furgoneta es la 'road-movie' de los dos protagonistas, que se encuentran con una serie de personajes que conectan con su peculiar universo.

Los días de agosto que recrea la naturaleza inmortalizada por la cámara reflejan desde la tierra seca y cuarteada hasta detalles de moscas o pequeños insectos en las ramas.

Los dos hermanos hablan poco y el relato corre a cargo de la voz de la hermana pequeña, pero la cámara se detiene también en sus figuras y expresiones.

Además de la sequía y del calor del verano, que roza los cuarenta grados y que traslucen las imágenes, la película está rodeada de agua, la del embalse, que es la gran protagonista.

La memoria de la Guerra Civil española está también presente en las localizaciones, con sonidos de bombas y explosiones de la zona, escenario de la batalla del Ebro.

Esa recuperación de la memoria del bando republicano de la guerra se detiene en la visita de los dos hermanos a una masía abandonada, guiados por pasajes del dietario de guerra que el abuelo paterno había escrito en 1938.

Marc Recha rinde un claro homenaje a Barnils cuando su personaje ficticio y real, Marc, desaparece, y David lo encuentra más tarde fumando en el café de Cabra del Camp (Tarragona), lugar en el que el periodista se retiró los últimos días de su vida.

'Días de agosto' ha sido seleccionada para competir en el festival de cine de autor de Locarno, que se celebrará en esa ciudad suiza el próximo mes de agosto, y en septiembre se exhibirá en el festival de cine de Toronto.

 

 

 

Constituyen en Orihuela la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica

 

http://www.orihueladigital.es/orihuela/memoria_historica_060706.htm

 

Por iniciativa del Movimiento Ciudadano por la III República “Miguel Hernández” de Orihuela, se ha constituido en esta ciudad la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica.

 

Según explican sus responsables en un comunicado, "esta Comisión nace después de una trayectoria de actividades que se han realizado en Orihuela sobre este tema

(recuperación de los valores republicanos, campañas por la eliminación de la simbología franquista y fascista en nuestra ciudad –monumento a Franco y calles- , reconocimiento de las victimas del franquismo en nuestra ciudad y comarca, reivindicación del compromiso social y republicano de nuestro poeta Miguel Hernández,

conferencias sobre la Recuperación de la Memoria Histórica, como la del Campo de Concentración de Albatera , etc

 

Esta Comisión también nace ante la necesidad de ampliar esta labor a otros colectivos y ciudadanía en general. Por lo que hacemos un llamamiento a todos los

colectivos y ciudadanos para que se incorporen a este movimiento que ya está extendido a todo el estado español.

 

Estamos en contacto y coordinación con otras Plataformas, como la de Alicante y la reciente creada en Callosa de Segura. La voluntad que tenemos es la extensión

de estas plataformas y comisiones a toda la Comarca de la Vega Baja. De hecho ya estamos trabajando en diferentes temas relacionados con la represión y las victimas del franquismo en Orihuela y la Comarca.

 

La voluntad de ésta Comisión es investigar y dar a conocer la historia silenciada de la represión en nuestra zona.

 

Buscamos el reconocimiento histórico de esas personas que lucharon por el sistema legal establecido por las urnas y por la libertad de nuestro pueblo.

 

Personas que esta honrosa labor le costó a unos la muerte y a otros el exilio. Ciudadanos, la mayoría desconocidos, ignorados y silenciados por la historia de los vencedores. Tenemos claro que es una tarea difícil y llena de obstáculos

 

Objetivos

 

Los objetivos prioritarios de ésta Comisión, en una primera fase, son los siguientes:

- Trabajos de investigación sobre la represión franquista y los fusilamientos producidos en Orihuela y Comarca, como los producidos el 17 de Noviembre de 1939

- Recuperación de la dignidad de las víctimas que murieron por defender la legalidad republicana.

- Investigación sobre la represión y muertes, dando a conocer la verdad, del Campo de Concentración de Albatera.

- Investigación para la localización de las numerosas fosas comunes desconocidas en nuestra Comarca.

- Colaborar en la creación de un Archivo Histórico para la recuperación de la Memoria en la Comarca.

- Realizar actos relacionados con la República y la Guerra Civil.

- Dar a conocer a las nuevas generaciones la verdad histórica sobre la República, la Guerra Civil y el genocidio franquista.

- Exigir al Ayuntamiento la eliminación de toda simbología fascista de las calles de nuestra ciudad.

- Extensión de las Plataformas y Comisiones por la Recuperación de la Memoria Histórica por toda la Comarca.

- Buscar el testimonio de personas que tengan conocimiento de hechos ocurridos, a través de testimonios de sus familiares o documentos.

- Proporcionar dentro de nuestras posibilidades ayuda a personas que quieran saber sobre algún familiar desaparecido, informándoles de los servicios de oganizaciones que se dedican a ello.

- Rendir homenajes para su reconocimiento a todas las victimas del franquismo.

- Seguir luchando por la anulación de todos los procesos judiciales políticos en todo el período de la represión.

 

En una primera fase forman parte de esta Comisión (quedando abierto a todo colectivo, organización y ciudadanos), las siguientes organizaciones y colectivos:

Movimiento Ciudadano Por la III República “Miguel Hernández”.

Ateneo Socio-Cultural “Viento del Pueblo”

Bloque de Iquierda Alternativo

Partido Comunista de los Pueblos de España

Independientes y ciudadanos a nivel particular.

 

Nuestro correo electrónico: cpr_vbsegura@yahoo.es

 

 

 

 

José Pellicer: el Supremo rechaza anular la sentencia por la que un dirigente anarquista fue fusilado

 

Fuente: El País

 

Coral Pellicer, hija de José Pellicer, cofundador y delegado de la mítica Columna de Hierro que combatió a las tropas de Franco en el frente de Valencia y el Bajo Aragón durante la Guerra Civil, no tendrá derecho, por el momento, a pedir la anulación de la condena a muerte de su padre. Así lo ha decidido la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, que considera que la hija del máximo responsable de ese grupo de milicianos anarquistas y socialistas fusilado el 8 de junio de 1942 tras un consejo de guerra que lo declaró culpable de un delito de adhesión a la rebelión, no podrá restaurar por esa vía la memoria de su padre y de sus tíos Pedro y Vicente, ejecutados tras el mismo proceso, sin pruebas y sin garantías judiciales.

Restaurar esa memoria era la finalidad del recurso de revisión que Coral, a través de su abogado Luis Fernando Parra, presentó el pasado mes de marzo ante el Supremo. En ese documento, que buscaba la declaración de nulidad de las tres sentencias de muerte, se argumentaba que la única razón que llevó al patíbulo a los hermanos Pellicer, eran sus ideas anarquistas. El fin de sus condenas, según el escrito, era "evitar la progresión ideológica entre la sociedad del momento" por la vía del exterminio, algo completamente contrario a los valores y los derechos fundamentales consagrados por la Constitución Española.

"Esta parte entiende que, efectivamente, el recurso de revisión, como extraordinario, lo es para aquellas circunstancias donde aparecen nuevas pruebas que determinen la no imputación del condenado", admitía el documento. "Pero entendemos que, a partir de la entrada en vigor de la Constitución Española, debe ser aplicado en aquellos procedimientos donde la forma del proceso y la ejecución del mismo se realizaron sin ninguna garantía de los derechos fundamentales a un juicio justo", añadía.

La Sala de lo Militar deniega ahora mediante auto la posibilidad de solicitar la nulidad de las sentencias basándose en tres razones. Considera, en primer lugar, que el recurso no fundamenta su pretensión en ninguna de las causas tasadas previstas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para este tipo de recursos -condenas a dos personas por los mismos hechos, que alguien supuestamente asesinado aparezca vivo o que una resolución se base en hechos declarados falsos o conseguidos de forma ilegal- ni presenta hechos nuevos sobre los que pueda basarse la revisión de las condenas.

La resolución, adoptada por mayoría, se basa en diversas sentencias del Tribunal Constitucional para argumentar que la Constitución, la única norma citada en el recurso de Coral, "no tiene efectos retroactivos, por lo que no cabe intentar enjuiciar, mediante su aplicación, los actos de poder producidos antes de su entrada en vigor". Por último, el auto establece que el derecho que se le aplicó a José Pellicer y a sus hermanos para condenarlos a muerte era el vigente en el momento en que se celebró el consejo de guerra, "independientemente de la valoración que del mismo pueda tenerse".

Todos esos argumentos se rebaten en el voto particular del magistrado José Luis Calvo Cabello, que se opone de raíz a las consideraciones de sus compañeros de Sala. Para el magistrado, la Constitución es el "hecho nuevo" que permite ampliar el recurso de revisión a casos como el de José Pellicer y sus hermanos. El voto particular establece que ese consejo de guerra fue injusto, ya que fue dictado por un órgano "ilegítimo, dependiente y parcial".

Era ilegítimo, según Calvo Cabello, "porque era continuidad de los consejos de guerra creados el 1 de noviembre de 1936 por el decreto número 55 dictado por el general Franco, que se hallaba al frente de la sublevación contra el Gobierno legítimo de la República". Dependiente, porque todos sus miembros dependían de quien tenía el poder absoluto, es decir, de Francisco Franco. Era, además, parcial, ya que "al participar sus miembros en la idea de construir un nuevo Estado, desarrollaban su función sin el necesario distanciamiento", escribe el magistrado discrepante, que considera que esas tres razones son suficientes para fundar "la nulidad radical del juicio", que podría declararse en recurso de revisión "como última posibilidad prevista por el ordenamiento jurídico".

El abogado de Coral Pellicer recibió el auto con una mezcla de sentimientos. "Deniega nuestra petición, pero nos proporciona nuevos argumentos para seguir adelante con la reclamación", afirma. El letrado prepara ya un recurso de amparo que se basa, en gran parte, en la fundamentación de José Luis Calvo Cabello. Coral recuerda que su padre escapó a la muerte en cuatro ocasiones antes de ser sentenciado. El Tribunal Constitucional decidirá si anula la condena que impidió a Pellicer y a sus hermanos volver a esquivarla hace 64 años.

Un juicio sumarísimo basado en pruebas sin validez

 

El análisis de la documentación del consejo de guerra que ordenó el fusilamiento de José Pellicer y sus hermanos, realizado en el voto particular de José Luis Calvo Cabello en su voto particular, además llevar al magistrado a considerar a ese tribunal "ilegítimo, dependiente y parcial", relata cómo la sentencia contra el dirigente anarquista se dictó en un proceso sumarísimo que supuso "la negación de toda garantía".

En primer lugar, "el acusado no podía elegir libremente un abogado, sino que debía nombrar como defensor a un militar y, en caso de no hacerlo, le era nombrado de oficio". Ese defensor, según el voto particular, se nombraba después de la instrucción, por lo que no tenía derecho a intervenir en la investigación del supuesto delito. Además, el plazo para preparar la defensa nunca era superior a tres horas y la sentencia era irrecurrible, "adquiriendo firmeza con la aprobación de la autoridad judicial del Ejército de acuerdo con su auditor".

Las pruebas que se presentaron contra Pellicer carecen, según el voto de Calvo Cabello, de cualquier validez probatoria. Una de ellas era la declaración de un preso republicano llamado Francisco Piquer Llobregat, tomada durante otro proceso sumarísimo que se seguía contra él. La segunda era el testimonio de un teniente coronel que aseguró otro republicano, Ernesto Gomar, le confesó que los asesinos de su hermano habían sido los hermanos Pellicer.

El voto particular cuenta cómo el defensor de Pellicer no pudo interrogar en ningún momento a ninguna de estas personas porque "no fueron convocadas a juicio". El testimonio de Piquer Llobregat era "una extensa declaración autoincriminatoria" en la que, sin asistencia de abogado, "atribuyó a José Pellicer y al menos a otros siete más haber cometido determinados asesinatos".

En el expediente tampoco consta la razón por la que el otro preso republicano (Gomar) no acudió al juicio de Pellicer. "Parece que había sido ejecutado", explica el magistrado.

Como último argumento, el voto particular considera que la Constitución, en contra de lo establecido por la Sala de lo Militar en el auto por el que se deniega el recurso de revisión, sí puede tener "una débil eficacia retroactiva" en causas en que, como ésta, deba restituirse el derecho al honor personal o de la familia. En el caso de José Pellicer, "la invocación del derecho a su honor está presente en su propia petición de autorización para interponer el recurso de revisión", concluye.

 

Fe de errores

 

Vicente Pellicer, hermano de José Pellicer, dirigente anarquista fusilado en 1942, fue condenado a 30 años de trabajos forzados, y no fue fusilado como se decía en la información publicada ayer en la sección de España.

 

 

 

 

El itinerario de la infamia en Palma de Mallorca

 

Fuente: Diari de Balears


El 19 de juliol, fa 70 anys des que el general Goded llegí, quan eren les 7.30 del matí, el Ban de Guerra al Palau de l'Almudaina, allò que aleshores rebia el nom de Comandancia General de Baleares. I encara ahir el sentiment d'indignació es mantenia en el grup de persones que es reuniren per seguir l'historiador Gaspar Valero pel «recorregut de la infàmia», un itinerari per Ciutat que mostrà els indrets més significatius dels primers dies del cop franquista i d'homenatge a les seves víctimes.

L'Associació per a la Recuperació de la Memòria Històrica de Mallorca organitzà aquest acte de condemna conjunta contra el cop d'Estat de 1936, al qual estaven convocats tots els ciutadans «demòcrates»; i entre representants d'ERC, EU-EV, PSM i PSOE, no se'n pogué veure cap del PP.

Els familiars de les víctimes hi eren Maria Antònia Oliver París, presidenta de l'Associació i filla de l'assassinat fundador del PSOE d'Inca; la néta de l'impressor Llorenç Martorell; el fill d'Antoni Blanch, ciutadà de Porreres; i un grapat de gent anònima amb ferides obertes que enganxà per un dia a la creu d'homenatge A los caídos por la patria els noms dels més de 1.000 republicans desapareguts a les Illes durant l'Alzamiento.

Aquest itinerari de la memòria recordà el tiroteig entre falangistes i militars davant l'Ajuntament, que acabà amb els primers dos morts de la guerra; les primeres notícies sobre l'Alzamiento rebudes al Govern Civil, al costat de l'antiga seu d'ERC, al primer pis de l'actual bar Bosch. L'itinerari revelà també com el Gran Hotel es convertí en el quarter dels aviadors italians fins al 39; o com a l'Escola d'Arts i Oficis es realitzaren els consells de guerra que condemnaren l'antic batle de Palma Emili Darder, entre d'altres.

El recorregut, entre altres punts, passà per la Rambla i l'estació de tren, tots testimonis dels esdeveniments, com l'Antiga Casa del Poble al carrer Maria Cristina, que es convertí en el quarter dels falangistes. Finalment, aquest trajecte acabà a l'antic magatzem de Can Mir, convertit en presó militar durant la contesa i que ara anomenam Cinema Augusta.

L'acte conclogué amb una concentració a la plaça d'Espanya, on es llegí un manifest de condemna i rebuig contra la repressió franquista i on es realitzà un homenatge a les víctimes de la guerra amb música i textos. I com no podia ser d'una altra manera, acabà amb eCant dels Ocells, moment en què la gent mostrà tota l'emoció continguda aquests 70 anys.

 

 

Pamplona, campo de concentración

 

Fuente: http://www.diariodenoticias.com/ediciones/2006/05/29/vecinos/pamplona/d29pam24.609472.php

Campo de concentración es una denominación que provoca escalofríos y agita los horribles fantasmas que habitan en el inconsciente de varias generaciones, en cuya retina se guardan imágenes de Auswichtz y Mauthausen, iconos del holocausto nazi. Pues bien, el Archivo Militar de Ávila guarda documentos originales en los que se habla del "campo de concentración de la Merced (Pamplona)" y de otros también ubicados en Navarra, como el de Irache.

No consta, desde luego, que los concentrados en esos campos, entre 1937 y 1939 aproximadamente, sufrieran ni de lejos las atrocidades que poco después iban a poner en práctica los nazis, pero sí fueron víctimas del hacinamiento, las malas condiciones higiénicas, la arbitrariedad y la persecución política, lo que en muchos casos desembocó en sumarísimas condenas a muerte.

El colectivo navarro Memoriaren Bideak (Los caminos de la memoria ) está trabajando por desvelar y hacer pública la existencia de estos campos de concentración, especialmente el de la Merced, que funcionó en pleno corazón de Pamplona durante varios años y por el que llegaron a pasar "alrededor de 5.000 personas".

La última iniciativa en este sentido consistió en reunirse con los grupos políticos municipales para dar a conocer esta realidad histórica e impulsar una moción de reconocimiento a los presos de aquella época. "No acudieron a la reunión ni UPN ni CDN, pero el resto de partidos mostraron muy buena disposición", señala Fernando Mendiola, historiador miembro de Memoriaren Bideak.

De hecho, Aralar ha adelantado su intención de presentar al próximo Pleno la moción propuesta por Memoriaren Bideak, que pide colocar un texto conmemorativo en la entrada de la Escuela Oficial de Idiomas (plaza de Compañía). "Hace poco, se colocó como puerta de este centro el antiguo arco de entrada del convento de la Merced -explica Mendiola-. Por eso nos parece el lugar más apropiado".

Dicho convento estuvo hasta diciembre de 1945 entre las calles Dormitalería, Merced y Labrit, justo enfrente del actual frontón, aunque no tenía carácter religioso desde la desamortización de Mendizábal de 1836. Un siglo más tarde, al inicio de la Guerra Civil, se conocía como cuartel de Pelayos, y poco después empezó a albergar a prisioneros antifranquistas o, sencillamente, sospechosos de no ser afectos al alzamiento.

Según consta en el Archivo Militar de Ávila, el convento se utilizó como campo de concentración, y de hecho los documentos oficiales utilizan esa denominación. "Edificio de tipo cuadrangular con dos patios y claustros, naves dormitorio y locales para distintas dependencias", se lee bajo el epígrafe Campos enclavados en Navarra. La Merced (Pamplona) . Los militares sublevados lo consideran de forma oficial "un buen campo para 1.200 prisioneros, pero actualmente (redactado en junio de 1938) acoge a 2.800".

Asimismo, se adjuntan planos de la planta del convento pamplonés y también del campo de concentración que hubo en Irache. En Estella se instaló "el campo de prisioneros en dos locales distintos", revelan los documentos, "uno de ellos en la Casa Blanca, antigua fábrica abandonada a orillas del río Ega, y el otro en una parte del monasterio de Irache".

 

 

 

La exposición “Irún 1936” recuerda el incendio de la ciudad al comienzo de la Guerra Civil

 

Fuente: Diario Vasco

 

Hace setenta años este país vivió una de las experiencias más trágicas que puede tener lugar. Si algo puede haber peor que una guerra, es que ésta se dé entre hermanos. El 17 de julio de 1936 a España le tocó sufrir el desgarro de semejante tragedia e Irun se convirtió, casi enseguida, en un ejemplo de la dureza y la crueldad que trae con sigo semejante atrocidad.

Con la perspectiva que dan siete décadas, el Ayuntamiento de Irun ha pensado en una doble exposición que sirva para recordar lo ocurrido y dárselo a conocer a quienes tuvieron la suerte de no tener que padecerlo. «Hay que vivir el presente mirando hacia el futuro, pero somos hijos de la historia, una historia que en este caso ha marcado profundamente a las generaciones futuras», decía en la presentación de la doble muestra el delegado de Cultura del Consistorio, Fernando San Martín.

Una de las colecciones, la denominada “Brigadas Internacionales. Imágenes recuperadas”, es un trabajo de recopilación de los franceses Michel Lefebvre y Rémy Skoutelsky. El primero de ellos apuntó su origen español (su padre se llamaba Mariano Peña) para explicar la importancia de que su trabajo esté en Irun. «Mi padre se exilió a Francia y fue por aquí por donde regresó antes de ser detenido y encarcelado en Burgos». También resumió el por qué de este trabajo, aduciendo que miles de fotos que se hicieron a los brigadistas desaparecieron bien durante el franquismo, bien durante la Guerra Mundial. «Nos parecía importante rescatar la memoria de muchos hombres que vinieron a luchar y que murieron en una aventura única de defensa de las libertades, combatiendo en un país que no era el suyo», haciendo propio el sentido de una guerra geográficamente ajena.

Su compañero Skoutelsky apuntó la importancia del «papel que jugó Irun en la génesis de las brigadas internacionales». Al parecer, a nuestra ciudad llegaron algunos de los primeros combatientes extranjeros que venían a defender el legítimo Gobierno de la República. «Tras las experiencias aquí, en Madrid y en Barcelona, surgió la idea de crear las brigadas internacionales».

Irun y Guerra Civil

El carácter fronterizo de Irun la convertía en un punto de estrategia militar fundamental. Así lo apuntaba el propio Skoutelsky y así lo afirmaba también Nicolás Aguirre, quien a puesto los textos a la segunda exposición que desde el lunes acoge el Amaia, Irun, 1936, una colección fotográfica recopilada por otro irundarra, José María Castillo. Podrá contemplarse hasta el 3 de septiembre.

«Los que me conocen saben que soy un sagutxo que se dedica a recopilar imágenes», se definía ayer Castillo. Para esta cita, presenta más de 200 fotografías separadas por «capítulos como La defensa de Behobia, San Marcial, El incendio, Las ruinas de la ciudad, El éxodo...»

Nicolás Aguirre les ha puesto letras a las fotos. «Irun era una ciudad eminentemente de izquierdas, de una izquierda moderada, no revolucionaria, pero de izquierdas». Aseguraba que cuando el 17 de julio de 1936 se sublevó el ejercito en África, «la izquierda irundarra se hizo cargo de organizar la ciudad y prepararse para la guerra». Según la visión de Aguirre, esa ideología y su ubicación estratégica la convertían en un «objetivo bélico primordial. En una reunión, Franco habló de la necesidad de ocupar la frontera, y el general Mola, que era un hombre más capaz y mejor formado, le dijo que lo que había que ocupar era Irun». Se formó una columna ofensiva hacia Madrid y una segunda para conquistar Irun.

«Arde, Irun»

Desde el comienzo de la guerra «hubo escarceos bélicos en Endarlatza entre los requetes navarros y las milicias republicanas de Irun» que según contó Aguirre y corroboraron Lefebvre y Skoutelsky, «formaban los hijos de la ciudad, ayudados por anarquistas asturianos, socialistas y comunistas, con la participación de combatientes extranjeros». Entre estos últimos destacó al «belga de Pun-ttas, un hombre popular para muchos en Behobia, que organizó una verdadera sarracina» en el llamado «bando fascista».

Los refuerzos continuos en las filas de las tropas nacionales y la dificultad para obtener suministros de munición condicionaron las batallas en el entorno de la ciudad, que las hubo y muchas: la de Punttas-Behobia, la menos conocida de Erlaitz, la cruenta y sanguinolenta de San Marcial... «Aún con municiones, los defensores, que lucharon con uñas y dientes, hubieran terminado claudicando igual», comentó Aguirre. El caso es que en el casco urbano no hubo lucha, pero «los anarquistas asturianos», afirma Aguirre, «prendieron fuego a la ciudad y el otro bando no quiso apagarlo. El general Beorlegui, antes de recibir el balazo en la pierna que al tiempo le costaría la vida, miraba desde la avenida de Francia la ciudad en llamas y decía 'arde, Irun, arde'».

A este respecto, Fernando San Martín quiso añadir que «es cierto que los anarquistas quemaron Irun el 4 de septiembre, pero alguien había encendido la mecha el 17 de julio».

 

 

 

El archivo de la memoria histórica de Gijón empieza a recuperar documentos

 

Fuente: La Voz de Asturias

 

El ayuntamiento, a propuesta de IU, ha encargado al historiador gijonés, Luis Miguel Piñera, el proyecto de recuperación de la historia social de la ciudad en los siglos XIX y XX. Este proceso de localización, definición, recuperación e inventario de fuentes documentales se inició el pasado mes de junio y se desarrollará durante seis meses con un presupuesto de 12.000 euros.

Para la recopilación de material, se recurrirá a los fondos municipales y regionales pero también se pretende devolver a la ciudad la documentación, original o copia, que se conserva fuera de la región. Los fondos asturianos en el Archivo Histórico Nacional de Salamanca son 1.500 rollos de microfilmes que contienen datos sobre partidos políticos, masonería, juicios y comités de guerra, entre otros. El índice alfabético del inventario contiene 10.000 entradas.

También hay documentos sobre la guerra civil en la ciudad y sobre procesos y condenas a gijoneses/as durante la contienda y los años posteriores en los archivos militares de Avila y El Ferrol así como en el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares (Madrid). El objetivo del ayuntamiento es digitalizar todo el material que se solicitará a estas instituciones, ya sean los originales o copias. Este proyecto marcará el inicio de la creación del centro de estudios de la memoria histórica que IU pretende instalar en el edificio de Tabacalera.

Esta iniciativa pretende también reunificar en Gijón las fuentes documentales de la región. En el Archivo Histórico de Asturias, en Oviedo, se conservan al menos tres fondos con Gijón como protagonista. En la Delegación del Gobierno hay más de 3.000 cajas y 100 libros sobre multas, permisos, datos sobre asociaciones culturales, deportivas y políticas, detenciones y registros. También se recuperará la documentación sobre la fábrica de tabacos entre los años 1835 y 2000, se recurrirá al Archivo Municipal de Gijón, al archivo de los astilleros del Cantábrico y Riera que contiene información relativa a los años 1921 y 1975 y que consta de 935 cajas con 6.000 planos y mil fotografías.

Para esta investigación son importantes los archivos privados. Así el de Daniel Palacio consta de tres cajas y 200 fotografías, el de Orencio Valdés sobre tranvías, el de la familia Ruiz-Monasterio con 800 unidades documentales de la desaparecida empresa de Prudencio Monasterio. El trabajo se extenderá a colecciones de audiovisuales, postales y de fotografía como la del Padre Patac con 18.000 unidades entre 1880 y 1975, la municipal con más de 2.000 unidades entre 1940 y 1997, la de Constantino Suárez con 9.000 unidades entre 1920 y 1877 y la de Luis Sevilla con 4.000 imágenes en negativo entre 1991 y 1992. Se obtendrán más fondos de la Biblioteca Asturiana del padre Patac, la biblioteca pública Jovellanos, Pueblo de Asturias, hemeroteca, e Incuna.

 

 

 

 

El “Barco da memoria” recorre la costa gallega para mostrar la represión franquista en las poblaciones marítimas


Fuente: Europa Press

La Conselleira de Cultura e Deporte de la Xunta de Galicia, Ánxela Bugallo, presentó hoy el "Barco da Memoria", una iniciativa que se enmarca dentro de los actos del "Ano da Memoria" y que pretende dar a conocer la represión franquista que sufrieron las poblaciones marineras de la costa gallega.

Bugallo informó hoy en rueda de prensa que el barco encargado de realizar esta actividad será el "Hidria", un barco de vapor restaurado que recorrerá en 51 días, 19 pueblos de la costa gallega. El viaje lo inició el 17 de julio en el puerto de Cambados, y lo terminará el 6 de septiembre en Vilagarcía.

La nave será recibida por embarcaciones locales a su entrada a puerto y permanecerá abierta para que la gente pueda acceder a su interior y contemplar la exposición "Os mártires do mar: Represión franquista contra os mariñeiros galegos". Conjuntamente a esta muestra, en los pueblos que visite habrá, según indicó Bugallo, otras actividades como conciertos, documentales audiovisuales y danza, entre otros.

A exposición, tal y como indicó Dionisio Pereira, coordinador de la actividad, constará de tres bloques; la importancia del asociacionismo marinero antes de la guerra civil, la represión sufrida por los marineros durante el franquismo y la resistencia que se organizó en estas zonas.

Asimismo, Pereira también recalcó la colaboración "desinteresada" que están recibiendo para la organización de esta tarea tanto de los ayuntamientos en los que se realizarán los actos, como de cofradías de pescadores, asociaciones independientes y entidades portuarias. El escritor Manuel Rivas será el encargado de leer un pregón en el acto de inauguración de esta actividad que tendrá lugar o día 17 de julio en el puerto de Tragove (Cambados).

OTRAS ACTIVIDADES

 

Dentro de las actividades para el segundo trimestre del "Ano da Memoria 2006" está prevista también la apertura en el mes de octubre de una exposición que recoja la represión franquista con el nombre "Memorial da Liberdade. Represión e Resistencia en Galiza. 1936-1977" así como la página web www.anodamemoria.com , que estará operativa a partir del día 13.


 

 

 

La Barraca vuelve a la carretera: cuatro grupos de teatro universitario recuperan el proyecto itinerante de la República

 

Fuente: El País

 

Lorca quiso entonces "poder colaborar con esta hermosa hora de la nueva España"

 

Montar el tablado de madera en la plaza del pueblo; establecer las conexiones eléctricas; colocar las cortinas y los decorados; comer en la fonda; vestirse para la actuación y desgañitarse para que "todo el pueblo se enterase bien de la escena", antes de acometer el desmontaje del "tinglado de la antigua farsa" y poner rumbo a la siguiente plaza.

 

Esta rutina llena de polvo y nervios, descrita por Luis Saénz de la Calzada en su libro La Barraca Teatro Universitario, ha sido retomada este verano por cuatro grupos de teatro universitario que recuperan aquel innovador proyecto que Federico García Lorca emprendió a principios de los años treinta. Tirso, Cervantes y Lope de Vega vuelven así a los escenarios de pequeños pueblos y ciudades españolas de la mano de jóvenes actores aficionados, que hoy, gracias a los micrófonos, se ahorran parte del griterío.

 

Las rutas de La Barraca (www.lasrutasdelabarraca.es) integra las aulas de teatro de las universidades de Valencia, Murcia y Santiago, junto al grupo teatral de la Carlos III de Madrid. Las obras representadas -El burlador de Sevilla, Fuenteovejuna, El Caballero de Olmedo y de varios entremeses cervantinos, respectivamente- pertenecen al repertorio original de la compañía lorquiana. Y el homenaje al gran proyecto de difusión cultural republicano, organizado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), incluye desde la recuperación del atuendo obrero-cultural hasta la representación de las piezas en muchas de las plazas históricas como Aragón, Soria, Burgos, A Coruña, Alicante, Rioja o Valencia, incluidas en las cuatro rutas que hasta finales de julio recorrerán España.

 

La Barraca histórica peinó durante cuatro temporadas el país en su empeño de "hacer al público en el camino", según explicó entonces su fundador y director: ..."será montable y desmontable, irá por villas y lugares, sobre todos los caminos del mundo, porque el público está en cualquier camino, al final de cualquier jornada de camino".

 

En el verano de 1932 estrenaron su uniforme de mono azul con el anagrama de la compañía diseñado por Benjamín Palencia: una máscara sobre una rueda de carro. Fue aquel primer año cuando Gonzalo Menéndez Pidal, además de atender la iluminación del escenario desmontable de madera, aún tuvo fuerzas para cargar con un pesado equipo de cine y rodar en 35 milímetros la primera salida. "Trabajábamos con alargadores de 30 y 40 metros y con unos focos enormes que al iluminar el fondo negro de la escena producían un efecto nuevo", recordaba el veterano "barraco" que aún lamenta entre risas no haber sabido dar la luz negra que en una ocasión le pidió el director, Lorca. La proyección de su documental la semana pasada en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde la histórica compañía ensayaba, inauguró la resurrección del proyecto.

 

La localidad leonesa de Villablino, un enclave minero estrechamente ligado a la Institución Libre de Enseñanza no recibió la visita de la compañía lorquiana, y sin embargo acogió la tarde del pasado jueves el début de los estudiantes del centro madrileño. Despojados ya de los monos azules que lucían la tarde anterior, reivindicaban el Encuentro Universitario Itinerante de Artes Escénicas (Unitínere) en el que se enmarca su propuesta. "Llevamos tres años con este proyecto y La Barraca nos ha permitido ampliar la ruta y representar en más plazas", explicaba su director Domingo Ortega.

 

Un pasacalles infantil reclutó a un buen número de niños como público para las nuevas versiones de La cueva de Salamanca y La guarda cuidadosa, de Cervantes, que esa tarde ocuparon la escena. Las fuerzas del orden, que antaño protegieron a los barracos en alguna ocasión de la furia reaccionaria, se encargaron esta vez de impedir que los niños jugaran con balones en la plaza.

 

Lorca declamaba antes de cada actuación que su objetivo era "poder colaborar con esta hermosa hora de la nueva España". El grito de "queremos teatro", entonado por los miembros de la compañía de la Universidad Carlos III, sustituyó las palabras del poeta y dio paso a su representación, que incluyó ritmos de pasadoble y danzas folclóricas de la región.

 

 

 

Sobre el libro “Rouges. Maquis de France et d'Espagne. Les guérilleros”


Fuente: DESPAGE http://www.nodo50.org/despage/

 

Gracias a la coordinación y decisivo impulso de Jean Ortiz, hijo del guerrillero Enrique Ortiz Milla (Albacete, 1916), y profesor de Lenguas y Literatura Románicas, desde Biarritz (Pirineos Atlánticos) Editorial Atlantica (www.atlantica.fr) ha alumbrado la importante obra colectiva: Rouges. Maquis de France et d'Espagne. Les guérilleros.


Se trata de un libro de 492 páginas, con 33 de documentos y fotos inéditas, cuyo contenido recoge las actas del congreso internacional celebrado el pasado mes de octubre, bajo los auspicos de la Amical del Campo de Concentración de Gurs y la Universidad de Pau et des Pays d'Adour.


Prologa el novelista, maquisard y exbrigadista, Jean-Pierre Chabrol: Los españoles nos enseñaron no sólo las reglas de la guerrilla sino también y sobre todo la solidaridad de los pueblos en lucha.


El coronel FFI Serge Asher "Ravanel", cuyo puesto de mando clandestino era el restaurante del catalán Joan Clot en la calle Poitiers de Toulouse, afirmó en su momento que los españoles tenían el corazón robado a los resistentes franceses por su coraje, fraternidad, gentileza, abnegación, y ahora añade: Se batían por la libertad de Francia. Pero sabían también que la Résistance estaba presta a la movilización después de la guerra para restablecer la República en España.


Sobre la guerrilla como fuente de inspiración literaria el valenciano Alfons Cervera promociona su trilogía maqui a la que ha unido el nuevo título Aquel invierno. Carole Meudic y Christian Manso descubren para la literatura gala, Luna de Lobos (Julio Llamazares) y La mitad del alma (Carme Riera). Puede resultar curioso para cuantos estudiaron en España posteriormente a la muerte del Centinela de Occidente, una especie de "florido pensil" elaborado por Adrián Blázquez, sobre el tratamiento de la historia en los textos escolares franquistas.


De la resistencia antifranquista destaca el testimonio de Narcís Falguera Boixareu (Barcelona, 1920), jefe de Estado Mayor de la 11ª Brigada de Guerrilleros que atacó el Valle de Arán en 1944, autor de Guérilleros en Terre de France y actual presidente de la Amical de Antiguos Guerrilleros Españoles en Francia. Y Felipe Matarranz, "comandante Lobo" (La Franca, Oviedo, 1915), ex-teniente republicano, herido y preso de 1937 a 1942, enlace del Maquis de los Picos de Europa hasta 1946, presidiario hasta 1952, sufrió torturas, estuvo dos veces condenado a muerte, en 1958 aún carecía de pasaporte.
Sin nuevas aportaciones, pero prácticamente desconocida en Francia, el prócer de Talavera de la Reina e hijo de guardia civil, Benito Díaz resume la actividad guerrillera en el Centro, José Aurelio Romero, la de Granada y Málaga, Mikel Rodríguez, la de Navarra y la profesora de París, Mercedes Yusta, la de Aragón.


Jean-François Berdah explica como las Compañías y Grupos de Trabajo Extranjeros, con mayoría española, contribuyeron a engendrar la Résistance. Claude Laharie recuerda que el campo de Gurs fue usado para internar a 1.475 guerrilleros el otoño de 1944 a su regreso de la Operación Reconquista de España.


Charles y Henry Farreny, nietos del poeta de Unión Republicana, Rafael del Bosque, e hijos de un FTP catalán, abanderados en la recuperación de la Memoria Histórica en el Midi, descubren la envergadura que ya tenía Unión Nacional Española en 1942 según se desprende de una gran redada practicada en el departamento de Lot-et-Garonne en julio de aquel año.


Jean Ortiz escribe la introducción, luego aporta mucha información sobre las infiltraciones guerrilleras de 1944 y 1945 por Aragón, Navarra, País Vasco y finalmente entrevista a Carmen Blasco (Huesca, 1922), enlace de la 10ª Brigada de Guerrilleros de los Pirineos Atlánticos, casada con el exinspector de Policía republicana Felipe García Blanco, comisario de dicha brigada, perseguidos ambos a raíz de la Operación Bolero-Paprika de 1950.


Sobre esta acción represiva contra los comunistas españoles,, a pesar de sus condecoraciones como liberadores de Francia, pero calificados apriorísticamente de presuntos quintacolumnistas de la Guerra Fría, es de enorme interés la investigación del profesor de lenguas eslavas de la Universidad de Poitiers, Enrique Líster, hijo de Enrique Líster Froilán (1907-1994), presidente del Sindicato de Canteros de Santiago de Compostela, mayor de milicias en España y la URSS, cuyas cenizas, como era su deseo, fueron esparcidas en el escenario de la Batalla de Teruel.


Líster hijo, desenmascara definitivamente al agente de la CIA David W. Pike, autor de Jours de gloire, jours de honte (1984), una historia del PCE repleta de medias verdades y numerosas tergiversaciones encaminadas a enaltecer "el peligro comunista" cuando faltaban cinco años para que cayera el Muro de Berlín. También habla del general español más prestigioso en la URSS, el leridano y ex-seminarista Ramon Soliva (dirigió la defensa de la bahía de Cochinos en 1960), y descubre el misterioso "enlace Quim": Fiodor Kratvtchenko "Antonio Martínez Serrano", Héroe de la Unión Soviética y ex-consejero en la Guerra Civil que impregnó de un fuerte olor a azufre, la célebre fotografía de Toulouse con la Plana Mayor de la Agrupación de Guerrilleros Españoles en 1946, que sería perseguida y deportada con 177 ex-guerrilleros en 1950, acusados de ser un brazo armado al servicio de Moscú.


El historiador de Foix, Claude Delpla, relata los orígenes de los guerrilleros españoles en los Pirineos entre 1940 y 1943, Fabien Garrido resume un manuscrito inédito de 104 páginas escrito por el general FFI Luis Fernández, que abarca el período abril de 1939 - mayo de 1944 y nuestro compañero Ferran Sánchez Agustí, además de relacionar una exhaustiva bibliografía sobre los guerrilleros españoles FFI y la Operación Reconquista de España (verano de 1944 - primavera de 1945), reafirma la tesis de que dicha maniobra pirenaica, saldada con 700 guerrilleros presos y 450 muertes entre guerrilleros (331), Gobierno (95) y ciudadanía (24), constituyó el desafío más relevante de toda la larga noche de piedra, pues el mediero del Pardo se puso nervioso por una vez, mandó en siete días más de 100.000 hombres a la frontera e intensificó hasta 1950 la construción de la estúpida y millonaria Línea Gutiérrez, "la Maginot de los Pirineos", a la espera de un ataque aliado precedido de fuerzas guerrilleras republicanas que, desgraciadamente, nunca llegó.

 

 

 

El Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca costará 17 millones y estará en marcha en 2010

 

Fuente: Europa Press

 

El futuro Centro Documental de la Memoria Histórica que surgirá del Archivo de la Guerra Civil que tiene su sede en Salamanca requerirá una inversión de unos 17 millones de euros y su puesta en marcha se prevé para 2010, según calcula el Gobierno en el informe económico de su proyecto de ley de ampliación de derechos de las víctimas de la guerra civil y la dictadura, al que tuvo acceso Europa Press.

 

Este proyecto, remitido al Congreso y que comenzará su andadura parlamentaria en septiembre, establece en su artículo 22 la creación en Salamanca de un Centro Documental de la Memoria Histórica que, además de desarrollar el Archivo General de la Guerra Civil ya existente, deberá "recuperar, reunir y organizar" los fondos documentales "que puedan resultar de interés para el estudio de la Guerra Civil, la dictadura franquista, la resistencia guerrillera contra ella, el exilio, el internamiento de españoles en campos de concentración extranjeros en la Segunda Guerra Mundial y la transición".  

 

En su memoria económica, que también se ha enviado a las Cortes, el Gobierno calcula que pone en marcha este centro implicará una inversión de unos 17 millones de euros a lo largo de los próximos ejercicios presupuestarios.

 

EXPROPIAR UN PALACIO

 

En concreto, prevé invertir cinco millones y medio en la expropiación forzosa del Palacio de Orellana, que funcionará como segunda sede añadida del actual edificio de San Ambrosio donde se encuentra hoy el Archivo de la Guerra Civil, y otros ocho millones para rehabilitarlo en el periodo 2007-2009. Después se empleará un millón de euros en equipar el edificio, lo que no se podrá hacer hasta terminada la rehabilitación.    

 

Para gastos corrientes se calcula un presupuesto de 1,54 millones (calculados como el triple de los actuales gastos corrientes del Archivo más la proyección del IPC en 2010, y en concepto de personal se prevén otros 900.000 euros, incluida la Seguridad Social, dado que la plantilla del actual Archivo habrá de pasar de 36 a 60 puestos de trabajo.  

 

La promesa de ubicar en Salamanca este futuro Centro Documental de la Memoria Histórica ya se reiteró con motivo de la polémica suscitada por la devolución a Cataluña de los 'papeles' depositados en el Archivo de la Guerra Civil que venían reclamando la Generalitat y particulares.  

 

 

 

 

18 de julio: las cicatrices de la memoria 
José Antonio Martín Pallín

 

Fuente: El País

 

Las heridas de los vencedores tuvieron un largo y delicado tratamiento, debían haber cicatrizado. Los vencidos vivieron con ellas, hasta que murió el dictador y se restituyó la soberanía al pueblo español. Las manos expertas y cuidadosas de los cirujanos suturan las heridas con pausa y detalle de tal forma que, pasado el tiempo, la cicatriz se hace prácticamente imperceptible.

Al comenzar la transición había que suturar las heridas, todavía abiertas, de los vencidos. Algunos sostienen que nuestra transición fue modélica. En mi opinión las heridas se cosieron apresuradamente, con hilo grueso, e inevitablemente, dejaron huella. Las leyes de Amnistía e Indulto están plagadas de frases grandilocuentes y quizá bien intencionadas. Pero no se encuentra ni una mirada al pasado esbozando una leve autocrítica por lo que había sucedido hace cuarenta años. El Real Decreto de 30 de julio de 1976, reconoce la imposibilidad de conseguir que los militares interioricen y asuman la nueva situación. Llamo la atención sobre un párrafo del texto. Se condona la pena impuesta a los militares de Unión Militar Democrática que habían dado un paso arriesgado y ejemplarmente ético para desmarcarse de las ideas autoritarias, cuando no nítidamente fascistas, de sus compañeros de armas. Cuando vieron el ejemplo de sus compañeros de armas portugueses cerraron filas entorno al Régimen y despreciaron a sus camaradas demócratas. No satisfechos con ello consienten, con cierta magnanimidad, que se les saque de prisión si bien seguirán definitivamente separados, justificando esta medida por la necesidad de "velar por la mejor organización y moral militar de las instituciones armadas". Cualquier estudioso de la transición, ajeno a los entresijos de nuestros poderes fácticos, no saldrá de su asombro. Ser demócrata y jugarse la carrera a favor de su venida, es un acto desmoralizador para los nostálgicos herederos del golpe militar. Los militares portugueses saldaron su deuda histórica devolviendo la soberanía a sus conciudadanos, los nuestros la arrebataron en el 36 y no hicieron nada para restituirla.

Este punto de sutura se hizo groseramente y como era de esperar supuró el 23-F. Quedan muchas cicatrices por cerrar. Los vencedores están mal acostumbrados a decidir lo que se puede y lo que no se puede hacer. Desarrollaron este vicio en condiciones favorables durante cuarenta años y les cuesta adaptarse al debate civilizado y a la necesidad de realizar una autocrítica liberadora. Sólo ellos pueden tener memoria y el monopolio de la verdad. Memoria siempre selectiva. La tesis que parece imponerse son las de una República, sin orden ni ley, a la que casi tuvieron que salvar los propios militares. Parece que la historia vista desde fuera no va por esos derroteros, pero, en todo caso, es una opinión que muchos no compartimos.

Los vencidos no sólo no pueden tener memoria sino que, sea cual sea su análisis, estará siempre salpicado por el ruin ánimo de venganza que anida en sus duros y pervertidos corazones. Bastante condescendencia se tuvo con ellos permitiéndoles acceder a una democracia que consideran todavía tutelada por sus maniqueas tesis. Cualquiera que disienta pone en peligro la reconciliación nacional, está provocando a los fantasmas del pasado y preparando los bisturíes de unos nuevos cirujanos. Citaré algunos puntos que considero imprescindible resolver: "nulidad de los consejos de guerra sumarísimos" y devolución a las víctimas y sus familiares del honor de haber defendido a un régimen constitucional y democrático. Se trata de promulgar una ley de anulación y no de reconocer, como se hace en la reciente Ley de la Memoria Histórica, los méritos democráticos de algunos protagonistas relevantes.

"Ejecuciones extrajudiciales y desaparición forzada de personas". Esta práctica sistemática durante la guerra puede ser imputada a rebeldes y republicanos. En la larga y dolorosa posguerra es el monopolio de los vencedores. Se trata de un crimen de lesa humanidad y por tanto, imprescriptible ante el derecho internacional consuetudinario y el de los tratados cuya aplicación retroactiva, a partir de Núremberg, está admitida por la doctrina internacional. La Justicia Internacional está abierta a estos crímenes y cualquier juez podría enjuiciarlos del mismo modo que España ha juzgado a los asesinos de la dictadura argentina.

"Confiscación de bienes particulares y de entidades públicas". El despojo fue el botín de los vencedores. La situación, según se ha visto, puede ser corregida utilizando fórmulas parecidas a la que se contiene en el Real Decreto que devuelve su patrimonio a la Unión General de Trabajadores.

"Indemnizaciones pendientes por otros perjuicios no comprendidas de las leyes de Amnistía". Lo ha hecho el Estado alemán y debemos hacerlo también nosotros. El Caudillo, se consideró investido por la gracia de Dios y sólo admitió responsabilizarse ante él y ante la Historia. La Historia nunca se detiene ni dejará de valorar su conducta.

Los mártires de la fe que, según el cardenal arzobispo de Toledo, murieron por odio a la religión, pueden ser inmediatamente beatificados sin más trámites. Sin embargo, resulta difícil admitir que alguien odie a una religión, por sus dogmas, ritos o ceremonias, más bien sería una confrontación con los representantes humanos de unas creencias que no se compartían y por un rechazo a comportamientos personales. En todo caso los hechos son condenables. También los vencedores ejecutaron a sacerdotes, se supone que por no odio a la religión, sino por su falta de adhesión al nacional-catolicismo que, según propia confesión de Franco, fue decisiva para ganar la Cruzada.

Todavía no han pedido perdón y ya ha pasado bastante tiempo como para que hubieran reflexionado sobre su inhumana postura. El Papa Benedicto XVI ha desaprovechado, una vez más, la ocasión durante su reciente visita a Valencia. No hay obstáculos para seguir con las canonizaciones sin temor a ser tachados de rencorosos, sin embargo, el perdón se reserva para la influyente comunidad judía que, por fin ha conmovido el corazón de un Papa alemán angustiado ante el monumento al horror que se escenifica en el campo de Auschwitz. Ahora tratan de endosarle la responsabilidad a Dios, y se preguntan dónde estaba cuando aquellos horrores sucedían. Si de verdad no encuentran a Dios en los momentos difíciles, ¿por qué no intentan mirar a los ojos de las víctimas, donde seguramente podrán encontrarlo?

 

 

Ahí están todos

Jordi Pujol

 

Fuente: La Vanguardia

 

Visité recientemente el monaste­rio de Bellpuig de Les Avella­nes, situado al norte de Bala­guer, en el municipio de Os de Balaguer, en la carretera que lleva a Áger, en dirección al Pallars. Es una antigua abadía donde fueron enterrados algunos de los condes de Urgell y que durante el siglo XX fue seminario de los maristas. Pero el motivo de mi visita no tenía nada que ver con los condes de Urgell.

 

Lo que me indujo a visitar Les Avella­nes fue la historia que en repetidas ocasio­nes me habían contado, y de orígenes di­versos, acerca de una gran fosa donde ha­bía muchas personas enterradas. ¿Y qué tenía esta fosa de particular? Según la ver­sión que tenía, la particularidad era que en ella había tres niveles o capas de muer­tos. En la de más abajo estaban los cadá­veres de personas asesinadas durante los meses de julio, agosto, septiembre y, tal vez, octubre de 1936. Los asesinados eran sacerdotes y gente manifiestamente católica y fejocistes (es decir, miembros de la Federació de Joves Cristians de Ca­talunya). También personas políticamen­te conservadoras, algunas manifiestamen­te acomodadas. Algunos terratenientes, pero también algún masovero. Quizás al­gún usurero. Tal vez estuviese enterrado algún cacique. O personas víctimas sólo de antipatías de pueblo, de familias o per­sonales.

 

La segunda capa era de cadáveres de soldados del ejército republicano. Cerca de Les Avellanes, en la primavera de 1938, tuvieron lugar combates muy du­ros, con muchos muertos. Y el monaste­rio se convirtió en hospital militar.

 

En el tercer nivel se encontraban las víctimas de la represión franquista, cuan­do las tropas de Franco rompieron el fren­te y llegaron al Segre. La represión fue muy dura. Mucho.

 

Sería bueno, pensaba yo, que allí nos congregáramos un día para reflexionar. Porque me decía a mí mismo: "Ahí están todos".

 

Parece que la realidad no es exactamen­te así. En la fosa ha habido soldados y ma­ristas asesinados, y probablemente algu­nas víctimas civiles. Pero no este amonto­namiento por capas de víctimas de uno y otro bando, y de soldados de uno y otro ejército. Allí no están todos. Pero en muchos cemente­rios de Catalunya -empezando por el de Llei­da y terminando por el de Montjuïc-, y esparci­dos por el conjunto de nuestros campos y bos­ques, están o han estado todos.

 

Es verdad que durante muchísimos años, en relación con esta fosa, y con muchas otras y con muchos cementerios, ha habido silencio. A ratos por miedo, o por olvido, a ratos por espíri­tu de concordia o también por prudencia. Es cierto que ha habido momentos en que una par­te de estos muertos han sido glorificados por una parte del país; ahora unos, después otros. Pero excepto si la invocación a la reconcilia­ción, que afortunadamente mucha gente y gen­te diversa ha asumido, la consideramos un gran acto de mutuo perdón y de reconocimiento a todos y cada uno de los muertos de aque­llos años -de 1936 a bien entrados los cuaren­ta-, no podemos decir que hayamos hecho el acto de catarsis que la trayectoria de aquellos años requería y la culpabilidad colectiva recla­maba. Y tal vez no habría sido necesario. Tal vez desde aquella mezcla de espíritu de concor­dia y de prudencia que significaba una reconci­liación discreta pero eficaz, no habría sido pre­ciso. Tal vez los catalanes de ahora, descendien­tes de tantos muertos y continuadores de una historia que fue dramática, habríamos podido considerar que el hecho de haber recuperado la paz y la convivencia para todos era ya un homenaje a la memoria de los muertos y de sus fami­lias. De todos ellos. El mejor homenaje. Tal vez no habría sido necesario ir a recogerse a Bellpuig de Les Avellanes. Y de hecho así ha sido durante muchos años.

 

¿Por qué tal vez ahora sea necesario?

 

Porque de repente se ha querido romper aquel silencio de una forma sesgada. Tal vez era necesario romper el silencio, pero no estoy seguro de ello. Seguro que hay gente que lo agra­dece. Se entiende. Tienen derecho a ello. Pero de ninguna forma podía hacerse para sacar pro­vecho político, para revestirse con una capa de superioridad moral y para presentar una ima­gen parcial de lo que sucedió. Esto sólo puede hacerse en el marco de una visión de concor­dia, de arrepentimiento y de compasión. De so­lidaridad en el dolor y en el horror. En Catalu­nya todos fuimos verdugos y todos fuimos már­tires. Como sociedad y, a menudo, en una mis­ma familia.

 

No sé si es preciso que diga que un tío mío fue voluntario republicano y que llegó a coman­dante. O que la primera vez que fui a Mataró, cuando tenía 8 años, fue en febrero de 1939 pa­ra visitar a otro tío mío en la cárcel. También puedo recordar que la consigna de la reconcilia­ción -de los muertos y de los vivos- salió del PCE. Y estuvo bien que lo hiciera. Fue valido a finales de los sesenta y lo es ahora. Creo que no es preciso que recuerde nada de eso.

 

Ya sé que se puede decir que algunos muer­tos se glorificaron, y se les dedicaron calles con su nombre. Pero ahora que se reclama que tan­ta gente pida perdón por lo que se hizo hace 50 años, o 100 o 500 años, ¿alguien se ha reconoci­do públicamente responsable, o ha pedido per­dón, por estos muertos después glorificados, in­cluso sectariamente glorificados, pero en defi­nitiva muertos? Asesinados.

 

Por este motivo me fui a recoger a la fosa de Bellpuig de Les Avellanes. Para recordar al obispo Borràs, auxiliar del cardenal Vidal i Barraquer, y a los obispos de Barcelona y Lleida, y al general Batet, y a tantos fusilados por ser fieles a la República, es decir, al orden constitu­cional. Y a los miles de sacerdotes y monjas, o simplemente gente católica, entre ellos 316 fejocistes. Y a los 23 monjes de Montserrat. Y a los propios maristas de Les Avellanes, asesina­dos allí, o en la checa de San Elías. Y a Carles Rahola, y a Joan Peiró, sindicalista y ministro de la República. Y a los alcaldes republicanos de Berga y de Badalona, casos emblemáticos de tantas personas que como ellos habían inten­tado salvar a gente inocente, tantas personas que no huyeron, confiadas porque no habían hecho nada malo, y a las que mataron. Y al al­calde de derechas de Lleida, Rovira i Roura. Y a Carrasco i Formiguera. Y al president Companys. Y a tantos y tantos exiliados, no asesina­dos, pero muertos en el exilio. Y a los muertos de El Cullell y del Camp de la Bota. Y también al teniente Sospedra, y a tantos soldados del ejército republicano.

 

La memoria son todos ellos. Y en nuestro co­razón deben estar todos.

 

Si queremos ser honestos con ellos y con el país, tenemos que recordarlos a todos. Si no querernos caer en una actitud reprobable de querer sacar provecho del dolor, si no quere­mos utilizar a los muertos -o una parte de los muertos- para nuestro propio e interesado be­neficio -político, ideológico, sectario, final­mente, tal vez de poder-, tenemos que recor­darlos a todos. Y a todos debemos pedirles per­dón. Y todos debemos hacer -el país debe ha­cer- un acto de contrición general, hecho des­de la compasión y desde el juego limpio y des­de la responsabilidad de todos. Sin que el obje­tivo sea sacar provecho político o ideológico, ni tampoco religioso, sino para restablecer completamente nuestro propio honor colecti­vo y defender y reforzar las bases de nuestra convivencia.

 

DE NINGUNA FORMA podía romperse el silencio para sacar provecho político y presentar una imagen parcial de lo que sucedió

 

TODOS DEBEMOS HACER, el país debe hacer, un acto de contrición general, hecho desde la compasión, el juego limpio y la responsabilidad de todos

 

Jordi Pujol fue presidente de la Generalitat de Catalunya

 

 

 

Los exiliados de 1936

Albert Manent

 

Fuente: La Vanguardia

 

Se han dedicado muchos libros a estudiar o a inventariar el exilio de 1939, pavoroso éxodo bíblico. Yo mismo publiqué una obra sobre la literatura catalana en el exilio. Pero se ha profundizado poco en otro exilio, más selectivo, que fue el de quienes, viendo su vida amenazada por extremistas de la FAI, el POUM o incontrolados, tuvieron que huir, generalmente por mar, pero también a través de la montaña, como Manuel Brunet, o en tren. El alzamiento militar de julio de 1936 destruyó el orden público, deshizo al ejército sublevado y debilitó casi al límite el poder de la Generalitat de Catalunya. Hay quien ha escrito que el poder estaba en la calle. Se abrieron las cárceles y muchos delincuentes se alistaron en las llamadas patrullas de control que con los comités locales empezaron a asesinar a eclesiásticos (unos 2.500), a

quemar iglesias o a incautarse de propiedades de gente de derechas, que a veces fueron igualmente víctimas mortales. Carles Pi i Sunyer en sus memorias habla del “cuadro de horror y de terror” que constituían las listas de los que habían sido “paseados” el día anterior. Ante esta hecatombe, el gobierno de Companys tuvo, principalmente, a dos consejeros, J. M. Espanya y Ventura Gassol, encargados de salvar vidas, ofreciendo, si hacía falta, pasaportes en blanco y buscando artimañas para embarcar a los perseguidos en buques franceses, italianos, alemanes, etcétera. Ventosa i Calvell se disfrazó de oficial de la marina francesa y el cardenal Vidal i Barraquer fue llevado al puerto en el mismo coche de Ventura Gassol.

 

Esta tarea de salvamento en el caso francés ha sido inventariado con la cifra de 6.600 personas. Pero, como han escrito Josep Benet i Josep Massot i Muntaner, los mitos de la revolución de 1936 han tapado la realidad de una situación caótica, de desgobierno, que llevó al exilio a primeras figuras del gobierno o de la sociedad catalana. Santiago Gubern, presidente del Tribunal de Cassació, sufrió un atentado y tuvo que exiliarse por orden de Companys, porque no podía garantizar su vida. El comisario general de Ordre Públic, el militar Frederic Escofet, en agosto fue enviado a Francia después de haber salvado a un grupo de religiosos. El presidente del

Parlament de Catalunya, Joan Casanovas, en peligro de muerte, tuvo que exiliarse en noviembre de 1936 porque se oponía abiertamente a las ejecuciones sumarias y a los tribunales populares.

 

Y llegó el turno a los que habían salvado a miles de personas. El conseller Espanya en septiembre se refugió en Francia y en octubre Gassol fue al campo de aviación camuflado en una camioneta de guardamuebles, para volar hacia París. Entre tanto la Generalitat había salvado a los obispos de Tarragona, Girona, La Seu d'Urgell, Solsona, Vic y Tortosa. Y también evitó que el estado mayor de la Lliga Catalana fuera víctima de los criminales. Así pudieron marchar Raimon d'Abadal, Puig de la Bellacasa, Duran i Ventosa, Trias de Bes, Vallès i Pujals, Ventosa i Calvell, Valls i Taberner, etcétera. También pudieron ser salvados dirigentes monárquicos como el barón de Viver, o el carlista Josep Cunill.

 

La mano benefactora de Gassol, Espanya, Carles Pi i Sunyer, Nicolau d'Olwer y otros dirigentes catalanes logró que se salvaran figuras del mundo empresarial como Carlos de Godó Valls, propietario de La Vanguardia. Éste primero se escondió en casa de un familiar y luego el hijo de su padre político, Leonard Rowe, consiguió el pasaporte del conseller Espanya y con un coche con bandera inglesa llevó al puerto al conde, a su esposa y a tres hijos. Miquel Mateu, futuro alcalde de Barcelona, fue detenido por el comisario de la Generalitat en Girona y mandado a Francia. Y el vizconde de Güell pudo huir en un buque italiano. También pudieron salvarse, protegidos

por la Generalitat, escritores y periodistas como Sagarra, Carles Soldevila, Gaziel, Pla o Sentís. En septiembre de 1936 se formó un llamado gobierno de unidad,  presidido por Tarradellas como conseller primer, donde evidentemente no estaba la Lliga, pero había un consejero del Partit Obrer d'Unificació Marxista (POUM), tres de la

CNT y dos del PSUC, además de los de ERC y AC. Exilados políticos importantes, a finales de año, viendo que no sería posible volver a Catalunya, donde habían asaltado sus casas o se habían apoderado de bienes materiales, firmaron una carta de adhesión al gobierno de Burgos. La sangría de dirigentes de toda clase que significó el exilio de 1936 ha sido apenas analizada, excepto en el Els catalans de Gènova (2003), de Rubén Doll, que completa con su aportación el volumen Les exilés

catalans en France, obra publicada por la Sorbona en el 2005. Además de en algunos estudios míos. La memoria histórica, que ahora tanto se reivindica, es básica para

comprender la complejidad de un periodo como el de la Guerra Civil. Pero hace falta recurrir a todas las fuentes y no sólo a las de un bando contendiente.

 

 

 

Mi curriculum en la República

Marta Mata Garriga

 

Fuente: Rebelión

 

Discurso de la fallecida recientemente Presidenta del Consejo Escolar del Estado que debía pronunciar en la Biblioteca Nacional de España

 

Tengo que aclarar de entrada que jamás en aquellos años treinta oí tal palabrota en boca de mis maestros, ni luego la encontré en ningún libro. Pero hoy en día se encuentra incluso en las leyes y en sus críticas, (curriculum oculto), y me ha parecido que quizás serviría para definir todo lo que aprendí y disfruté aquellos años y que continuo viviendo aun ahora.

Curso 1931-32. La escuela es bonita y alegre. Iba a cumplir cinco años cuando se inauguró mi “Grup Escolar Pere Vila”. Oriol Bohigas puede situarlo en la historia de la arquitectura escolar. Yo lo recuerdo por fuera y por dentro. Tres grandes pabellones de un color ocre brillante, unidos por dos porches con columnata. Tres granda patios, los laterales con plátanos, rodeados y unidos por parcelas ajardinadas. En el patio central, ¡oh maravilla de las maravillas! “el monumento”. La base de una ancha columna de mármol con el relieve en bronce de Pere Vila i Codina, aquel muchacho que hizo fortuna en América y había dejado dinero para construir escuelas, una de ellas, la nuestra. La columna daba soporte también a una escultura de Dunyac (mi madre, maestra, lo conocía). Un niño y dos niñas sostenían un escudo con el nombre de Pere Vila. Una niña llevaba trenzas, como bastantes niñas de la escuela, yo misma, otra llevaba tirabuzones, como una de las niñas mayores de la escuela. Oí decir que era “muy distinguida”; yo nunca llegué a serlo. Pero feliz, sí. La felicidad empezaba cada día cuando entraba a la escuela y me iba al monumento. No lo había dicho antes, pero a su alrededor había un pequeño estanque a la medida de los párvulos, con pared circular de mármol acanalado de donde salían unos chorritos de agua, “el brollador”, y cuando te agachabas para beber, se escondían unos peces rojos debajo una piedras que iban poblándose de terciopelo verde.

Poco a poco los peces volvían a salir, y los párvulos aprendimos a no asustarlos, para verlos. Creo que llegamos a ser amigos; me parece que su vista no alcanzaba más allá de nosotros. Nuestra vista en cambio, y nuestra persona, iba creciendo cuando levantábamos la mirada y veíamos la bronceada de aquel señor tan bueno que mandó hacer aquella escuela tan grande y bonita para nosotras, más grande que el Arco de Triunfo de ladrillo rojo que teníamos delante y mucho más bonita que la mole de piedra gris oscuro del Palacio de Justicia que estaba al lado.

Adiós a los peces rojos, encuentro con todos los compañeros y compañeras, bata blanca y entrada en clase, pero ya con la alegría dispuesta para todo el día.

Curso 1932-33. Conozco el cuadro más bonito del mundo. Nuestra señorita se llama Teresa Vila Arrufat, es hermana de un pintor y ella misma es un cuadro que cada día se pinta y viste a su distinta manera. Pero la voz suave, ligeramente grave, con algún ritmo de humor, siempre es la misma, o quizás gane algo cada día, como nuestra clase, donde van apareciendo objetos de materiales nobles: un gran perol de bronce bruñido en el centro, sobre una base de madera, una cerámica sobre un armario, un jarrón con una o pocas flores distintas. Nosotros, nosotros y nosotras, hemos hecho un “friso”; ¿alguno de ustedes ha hecho un friso a los seis años? Es un friso con las hojas de plátano más bonitas que encontramos en el patio; jamás hubiéramos pensado que pudieran ser tan de colores tan distintos: amarillo, hacia los ocres, verde con manchitas rojas, tostados, secos. Para que el friso quede bonito la señorita nos hace ver grados y contrastes y al final el friso queda expuesta a la altura de nuestros ojos, debajo de los grandes ventanales donde asoman las ramas ya sin hojas ni pájaros, de los plátanos. Pero en la gran pared opuesta al friso hay algo que no hemos hecho nosotros, si no el mejor pintor del mundo, la Primavera de Boticcelli. Es un cuadro de fiesta para celebrar la venida de la primavera, cada año, después del invierno. Hay una gran señora central, con un manto oscuro, y delante otra señora con un vestido transparente de hojas bordadas, a la izquierda, tres gracias, jugando, y más allá un joven que señala hacia arriba. Sobre la señora del centro un niño, volando como un ángel, y al lado de la mujer con el vestido bordado de hojas, un chico persigue a un chica. La señorita nos dice que todas las líneas de este cuadro van juntas y dicen algo, especialmente las manos, y miramos las manos: señalan, recogen, piden, juegan, sostienen, dan, acarician... La señorita nos explica que con el arte se puede hacer todo y que por eso es tan importante conocer el arte y los artistas y aprender de ellos. Pero este curso, además, hemos empezado a leer poesías y a escribir redacciones, (mi primera fue una redacción-poesía de cuatro líneas, sobre la golondrina que se va y la hoja que cae). ¿Y hemos recibido un libro, no diríais de quién? Del señor Alcalde, en persona. Y es que por vez primera se ha retratado Barcelona desde una avioneta y se ve todo lo que conocemos, y más, pero desde arriba. Y el Alcalde nos lo ha querido explicar a los niños de las escuelas. Desde entonces siempre he querido a los Alcaldes que se hacen maestros de niños y niñas.

Curso 1933-34. Conozco la primera biblioteca. En el pabellón central, donde hay una sala para hacer música y rítmica, teatro y cine, en la planta baja han puesto una biblioteca. Yo era de las pocas niñas afortunadas que tenía libros en casa y los leía y comentaba con mis hermanos. Pero una biblioteca es otra cosa. En primer lugar hay muchos más libros que en casa, luego están ordenados, se nota en seguida donde hay los de aventuras, los cuentos más conocidos y los nuevos, y finalmente está una bibliotecaria. Nosotros teníamos dos: la mayor y la más joven, la que explicaba cuentos a los niños que quizás no sabían leer. A mis siete años yo fui siempre con la mayor, la que me había presentado mi madre, y empecé a transgredir. En primer lugar el horario de mediodía era para los niños de la escuela, y el de tarde, para la gente mayor del barrio. Pero yo era hija de maestra y algunas tardes... No pasaba nada, me iba a la esquina de la lectura infantil y juvenil, pero luego... transgredía y me encontraba con el 9, Geografía, Historia, Biografías... ¿porqué no podía echar un vistazo a la de Pere Vila i Codina? Y luego el 8, Literatura, que en la inglesa tenía libros de Dickens hermanos de mi querido Oliver Twist. Y luego el 7 con las reproducciones de todos los cuadros, incluso el de la Primavera con todos los colores. La señorita Rosa, la bibliotecaria mayor, nunca me denunció. Y creo que fue por eso que empecé a ordenar los libros de mi casa según aquellos números y que no he podido hacer ni trabajar en nada, un pueblo, una escuela de niños, una escuela de maestros, un consejo, sin hacer al lado una biblioteca donde se pueda encontrar libros de todo con todas las ramas de su parentesco codificadas en diez cifras. Claro que una buena enciclopedia te lo da todo por orden alfabético, pero hasta que no te das cuenta que el delfín, además de ser un animal saltarín puede ser el hijo de rey de Francia, ha pasado un buen rato , mientras que en la biblioteca los animales están en un sitio y los reyes de Francia en otro.

Curso 1934-35. Ese curso aún resuena en mis adentros. Se celebraba algún aniversario de Juan Sebastián Bach. Hicieron pruebas a nuestras voces y yo resulté contralto. Pere Vila cantó la cantata 140 a cuatro voces en el Palacio de Bellas Artes, dirigidos por el maestro Lamotte de Grignon. En casa fuimos a escuchar la Pasión según San Mateo. Todo era difícil de cantar y de escuchar, pero descubrí que en cuanto cantabas, luego escuchabas mucho mejor; y que eso pasa con casi todo: en cuanto haces algo, te es más fácil comprender lo que han hecho los otros. Aquel año, también descubrí que alguna de las cosas que estudiábamos, ya las sabíamos y no servían para mucho, que si el plural, que si el singular, que si el artículo, el nombre, el adjetivo y el verbo. Mejor era leer aquellos señores y señoras que escribían tan bien y sabías muco más. Luego también descubrí que era un mal gasto comprar las tablas de sumar o de multiplicar, que te las podías hacer tú misma en una sola página, como había hecho Pitágoras, y finalmente, ¡oh sorpresa! Que la música y las matemáticas (no las matemáticas de problemas de ganar dinero) se parecían por lo de la armonía, que Bach y Pitágoras se parecían y ayudaban más de lo que la gente creía.

Curso 1935-36. Curso del gran recuerdo de la paz. Fue aquel un curso muy denso y diverso de trabajo, del cual conservo el llamado cuaderno de rotación que hacíamos entre todas (la coeducación había quedado paralizada en 1933), dos volúmenes encuadernados, uno para el quehacer diario, aunque muy variado, y otro para las excursiones, visitas y fiestas. Mi madre, que era la maestra, me dijo años después, que este su duodécimo curso profesional fue como su fruta madura. Sabía lo que sabía y lo que no sabía, y había descubierto libros para apoyar sus vacíos: cálculo mental francés, dibujo del Grupo Escolar Cervantes de Madrid, trabajos manuales con sus compañera de Pere Vila, y luego lo suyo, muy suyo, lengua, especialmente poesía y redacción, ciencias naturales con las excursiones, geografía con las narraciones, y sobre todo, historia. De aquel año recuerdo que Egipto es un don del Nilo, la sonrisa arcaica de Creta, la montaña del poder en Grecia, con los esclavos trabajando bajo tierra, los artesanos, los artistas y los atletas encima, los filósofos y los políticos ya en la cumbre y los dioses entre las nubes del Olimpo, pero tan distintas Atenas y Esparta. Yluego ¡Roma! Sacaba dibujos de la Historia de la Humanidad de Hendrik van Loon y contenidos más cercanos del librito de Historia de Enric Bagué y Jaime Vicens Vives. Vimos gráficamente la lucha entre la cruz y la media luna y llegamos al renacimiento. El día por la paz de la sociedad de naciones, hicimos una redacción colectiva. Por lo demás no hicimos nunca una redacción con el mismo título para todas las niñas. Ante cualquier acontecimiento, se desmenuzaban los aspectos en clase y salín tantos títulos y tanta vida como niñas, y la crónica era la más completa que pueda recordar. Como la comedia más alegre fue la del burgués gentilhombre, ríe que te ríe con la criada, que representamos el último día de curso. Bueno, yo tuve que mirar todos los ensayos, pero no actué, porque mi madre era muy mirada y no debo haber sido nunca demasiado buena comedianta.

Curso 1936-37. La guerra no puede con la escuela, ahora. Mi maestro, Anicet Villar, es un enciclopedista. No de la enciclopedia en orden alfabético, si no la de las ramas del saber creciendo en paralelo. Algo de eso había intuido yo en el orden de la biblioteca y en la relación entre la música y la matemática. Pero ahora lo confirmaba con aquel maestro que sabía de todo y lo explicaba tan claro y bien trabado, que era imposible olvidarlo. La evolución del mundo, sus minerales, plantas y animales. Los distintos climas y características de los continentes, la evolución, o las evoluciones, del hombre, la evolución de las ciencias, una con otra, hasta llegar al álgebra, la física, la química y la biología, la relación entre puebles y leyendas, como decía y escribía Herminio Almendros, o entre tierra y alma como dijo y escribió el mismo Anicet Villar. Nos llegó a explicar la revolución francesa y Napoleón, y quedamos advertidos. Yo me entusiasmé por todo, e incluso le propuse escribir una Constitución para después de la guerra. Él creyó y dijo que era muy equilibrada. Lo que sí creo que quedé fue acorazada por su ciencia y un profundo afecto; hasta que murió lo encontré en su correspondencia de maestros de antes de la guerra con mi madre.

Curso 1937-38. Voy al Instituto-Escuela, la mejor institución escolar de España. La guerra no puede con él, por ahora. Al contrario, en Barcelona le da una tensión especial. Mueren algunos alumnos mayores y algunos profesores jóvenes en el frente de Aragón, pero el director Joseph Estalella Graells, que lo había sido también del Instituto-Escuela de Madrid, nos recibe y nos sitúa en nuestra nueva y vieja casa, el Palacio del Gobernador de la Ciudadela en tiempo de Felipe V. Ahora nos habla de cómo viviremos y conviviremos allí, trabajando y jugando, pero sin gritar, por respeto a los demás, del cuidado de las dos plantas de gardenia que nos reciben, se pueden ole, pero no tocar. Cada día lo encontremos al comenzar y terminar la jornada y nos habla por nuestro nombre. Luego los profesores: Angeleta Ferrer Sensat, de Ciencias de la naturaleza, y de mdanza y de trabajos manuales, Enric Bagué, tan miope que no puede ir al frente, pero tan lúcido que conoce hastalo que pensamos, Anna María Saavedra, de lengua y literatura, y Enric Rodon de Matemáticas. Qué curso!

Con el tiempo he llegado a calcular que fueron muy pocos días .Un bombardeo nos obligó a cambiar de local. A Angeleta Ferrer la operaron. No obstante, descubrimos una nueva manera de hacer las cosas, una nueva metodología, distinta de todo lo que habíamos hecho hasta entonces.

Se empezaba con el conocimiento directo: las plantas y los animales del parque eran observados, dibujados, discutidos. Y antes de hablar de una célula, se había hablado del corte transversal y del longitudinal. Y antes de hablar de la historia de Grecia habíamos leído el fragmento de los regalos de Aquiles en la Ilíada. Y luego habíamos consultado los libros de la biblioteca. Y a los 11 años tuve que dar mi primera conferencia, sobre Egipto. Estaban también los juegos de matemática y el juego de la literatura, y la imprenta con un impresor como profesor para quienes quisieran aprender su técnica.

Fue entonces cuando aprendí el significado del término cualidad, y el significado de la construcción de la ciencia, del arte y de la persona al mismo tiempo.

Antes de terminar el año, tuvimos que dejar de acudir a la escuela para buscar comida trasladándonos a vivir a un pueblo. Parecía que la guerra no nos dejaba ser personas. Pero de pronto volví a ser una persona importante, cuando mi madre fue a buscarme a aquel pueblo para ir al entierro del Dr. Josep Estalella, que había muerto de pena.

Cuando en marzo de 1939 pude volver a mi Instituto Escuela, ya no existía. Se llamaba Instituto femenino Verdaguer, habían muerto las gardenias, habían cambiado los profesores y la biblioteca estaba cerrada. En la escuela Pere Vila, el estanque estaba seco y los profesores fueron dispersados en pocos meses.

Una tarde me quedé sola en mi instituto. Pensé: conmigo no podrán. Y, aparentemente, no pudieron. Pero poco a poco he ido descubriendo lo mucho que se perdió. Lo descubrí cuando conocí a Maria Aurèlia Capmany, que había hecho un bachillerato completo que yo no hice y a algunos que conocieron la verdadera Universitat Autònoma que yo no conocí.

El currículum completo de la República se llevó a término en cinco años de paz, gracias a las raíces de cincuenta años de la Institución Libre de Enseñanza, más de treinta años de raíces con el Movimiento Pedagógico catalán y una conjunción astral entre los dos.

¿Cómo asumir la responsabilidad de que aquel currículum ocultado renaciera? Muchos pensamos que era importante que lo conocieran y se formaran en él, y a través de la práctica, las generaciones de maestros que no lo habían vivido. Y, con ellos, los padres de sus alumnos. Los niños y las niñas, desde luego, lo aceptaron como si fuera la cosa más natural del mundo.

De ahí nacieron los Movimientos de Renovación Pedagógica. Creímos que para afianzarlos, la escuela debía ser un foco de participación de todos, pero no sólo de la escuela, sino también de la administración educativa.

Nos pareció un hito el reconocimiento constitucional de la participación, convertido luego en ley. Ciertamente, ha resultado difícil. Me empeño en que no es imposible, porque lo que sí ha sido posible es que mucho del currículum ocultado de la República ha renacido en muchas más escuelas de las que parece a simple vista; en cualquier caso, muchas más que los episodios negativos que se jalean de algunas escuelas.

Con el optimismo que preconizaba Freinet, creo que el currículum de la República puede volver a triunfar. Quizás, quizás, en la participación cuando sus posibles agentes se den cuenta de la belleza de este currículum.


 

 

Dos visiones de la guerra civil
Andreu Mayayo

 

Fuente: El Periódico de Catalunya

Existe una máxima que los profesionales de la Historia intentamos inculcar a nuestros alumnos: los hechos son sagrados y la interpretación es libre. Setenta años después, los historiadores tenemos el deber de responder sin tapujos a la pregunta clave: ¿por qué estalló una guerra civil?
Si el golpe de Estado perpetrado el 18 de julio de 1936 hubiera sido un éxito, como lo fue el pronunciamiento del general Miguel Primo de Rivera 13 años antes, se habrían podido producir algunos enfrentamientos con los partidos y sindicatos obreros, pero nunca una guerra civil. Fue el fracaso de la sublevación militar, que provocó la división del Ejército y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la causa principal de la confrontación bélica. La República, con gobiernos de izquierda y derecha, había conseguido controlar el orden público, incluso hacer frente a la insurrección que hubo en Asturias en octubre de 1934. El quebranto del juramento de honor por parte de algunos jefes y oficiales del Ejército es el causante de la guerra y, para colmo, del estallido de la revolución social.
El ocaso del liberalismo político tras la primera guerra mundial, la recesión econó- mica de los años 30 y el ascenso de los regímenes fascistas por toda Europa no ayudaban, ni mucho menos, al mantenimiento de una República liberal y democrática en España. También en nuestro país había polarización electoral, conflictos sociales, enfrentamientos violentos e incluso una mística, a derecha e izquierda, favorable a la insurrección. No obstante, sin fractura en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Civil no habría habido guerra.
Algunos publicistas, más que historiadores, vuelven a insistir en las justificaciones del golpe, la mayoría elaboradas a posteriori. Nadie impugnó ni puso en entredicho la legitimidad de las elecciones del 16 de febrero de 1936. La grandeza de la Segunda República fue que en el año 1933 ganó las elecciones la derecha con un Gobierno de izquierdas y, en 1936, al revés. Manuel Azaña formó un Gobierno de centroizquierda, sin la participación de socialistas ni comunistas.
Ni los comunistas se habían apoderado del Estado, ni la patria estaba en peligro, ni todos los militares eran unos golpistas: al contrario, fueron los primeros en ser objeto de la implacable represión de sus compañeros. Tampoco los 34.391 guardias civiles merecen un reproche generalizado. En ninguna capital donde la Guardia Civil se mantuvo leal al Gobierno vencieron los golpistas.
El 18 de julio por la mañana, el comandante José Rodríguez Medel Briones, jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Navarra, respondía negativamente a los requerimientos del general Mola para que se sumara a la sedición. Mola le preguntó por teléfono: "Entonces, ¿para usted no importa nada la salvación de España? ¿Qué haría usted si se implantase el comunismo?". "Cumplir con mi deber", contestó Medel. "¿Y cuál sería su deber?", insistió Mola. "Obedecer las órdenes del poder constituido", señaló el jefe de la Guardia Civil. Horas más tarde, mientras arengaba a sus hombres para que se opusieran al levantamiento, uno de sus subordinados le descerrajó un tiro en la cabeza.
La brutalidad de la represión de los rebeldes no se justifica por la guerra, sino que es anterior y seguida del golpe de Estado. La directriz primera del propio general Mola es suficientemente clara: es necesario propagar una atmósfera de terror; tenemos que crear una impresión de dominación; cualquiera que sea abierta o secretamente del Frente Popular deberá ser fusilado.
Finalmente, la internacionalización del conflicto alimentó la guerra civil. Sin la ayuda decisiva de Alemania, Italia y Portugal no habría sido posible desplazar el Ejército de África, el único profesional y de cierta entidad, a la península. También se habría podido yugular la sublevación en pocas semanas con una ayuda decidida al Gobierno republicano por parte de Gran Bretaña y Francia.

 

Andreu Mayayo es Profesor de Historia Contemporánea de la UB

 

 

 

El proyecto de ley de afectados. La Irrecuperable Historia
Antonio Cruz González

 

Fuente: Antonio Cruz González

Claudicar ante los victoriosos, es claudicar ante el fascismo. La izquierda no ha puesto un gobierno, mediante las urnas, para que al llegar al poder pacte con los vencedores, injustos vencedores, como se debe perfilar la Historia. El PP representante oficial, porque él quiere, no porque se lo adjudiquemos otros, de los herederos victoriosos de aquel Golpe de Estado que desembocó en Guerra Civil, Dictadura, Represión y pérdidas de vidas, derechos, propiedades a favor de los que hoy vetan cualquier intento de recuperación de derechos, de memoria, de símbolos, etc. etc., presiona sobre el Gobierno, veta cualquier intento de aproximación democrático y lo que es más gracioso, se siente víctima, después de la provocación victoriosa.


Ante la presión de los demócratas, el Gobierno se ve obligado a presentar un proyecto de Ley, al fin, tras cuarenta años de dictadura y treinta años de transición, pero como tantas otras veces sucede y no a nivel español, sino mundial, los poderes ya no se acuerdan de quién los colocó en la poltrona y favorecen o se esconden, ante el temor del miedo a la oposición a la que vencieron legalmente. ¿Cómo se puede hacer una ley de recuperación de la Memoria Histórica de los vencidos, con recomendaciones?. ¿Cómo se puede hacer desaparecer hasta el título por miedo a los victoriosos?. ¿Cómo se puede legislar tan mal?. ¿Cómo se pueden reconocer unos procesos injustos y no anularlos, o mejor dicho declararlos nulos?. ¿Cómo se puede decir que no se puede declarar nulo actos contra el derecho de forma continuada, que todavía procede aclarar, como es el caso de más de 100.000 desaparecidos, con posterioridad a la Guerra Civil, cuyo seguimiento legal nunca se ha
hecho, o de 40.000 niños separados de sus padres, por distintas causas, pero basados en unas leyes dictatoriales, retroactivas, y de delito continuado porque aún están sin aclarar? . ¿Cómo no escuchar a los expertos Martín Pallín y Jimenez Villarejo, ni al equipo Nizkor, sobre la legalidad de los actos continuados, contra los derechos humanos, sobre el genocidio, etc.?


Y por el contrario, se pretende solucionar con un "parcheo" de recomendaciones, a los ayuntamientos y comunidades para que quiten los símbolos, a la Iglesia para que desmonte sus anticristianos "caídos por Dios y por la Patria", cómo si los curas fusilados por Franco no lo fueran por Dios, o los patriotas vascos, catalanes, andaluces, no hubieran luchado por su tierra y por la libertad y los derechos; o también las recomendaciones de ayudar a las Asociaciones y personas que buscamos desaparecidos, que abrimos fosas y denunciamos hechos que por ley, los fiscales y jueces están obligados a perseguir. Otra recomendación: reorganizar y agrupar la documentación de la represión franquista.


Primero el manto de silencio de 30 años de Transición Amnésica, y ahora colocar sobre la mesa unos posibles 60 millones de euros para que lo resuelvan los privados y unas recomendaciones, para que vean lo que se preocupa el Gobierno. ¡Para esto Zapatero no hace falta una ley!. Una ley es para obligar, por que ya se ha visto, que la oposición, heredera del franquismo, realice lo que no ha estado dispuesta a hacer de motu proprio. Pero quién es cómplice de los herederos, en realidad es responsable también de la herencia. Para permitir al Gobierno entrar en la Academia Militar de Zaragoza a quitar el caballo y el dictador en bronce, sinceramente no hace falta esta ley.  Es decir, como decía Tomás de Lampedusa, vamos a cambiarlo todo para que nada cambie. Para este burro no necesitamos alforjas.  Y puestos a que esta oposición cerril del PP, vá a decir a todo que no, ¿Por qué señor Zapatero, no nos decidimos de una vez a coger el toro por los cuernos y cerrar el capítulo de la guerra civil con el reconocimiento pleno, total y absoluto de los derechos de las víctimas, que no son otras que las del bando perdedor, legal y legítimo republicano?.

 

Le recuerdo los derechos pisoteados:
Los niños reconocidos por sus padres verdaderos, y devueltos sus derechos por haber sido objetos como si de una mercancía se tratase y entregados a familias del bando vencedor sin consentimiento de sus legítimos padres.
Los desaparecidos, buscados y enterrados en sitios dignos, con total solvencia legal por parte de jueces, fiscales, alcaldes y familias. 

Los desposeídos de derechos y propiedades por su condición de republicanos indemnizados como lo han sido los del bando victorioso, ni más ni menos.
Los represariados con cárceles, con trabajos esclavos, con condenas injustas, devueltos sus derechos de ciudadanos y declarados nulos los procesos, leyes y consecuencias emanadas de la firma de un golpista y sus gobiernos sucesivos.
Los fallecidos sin juicio, perseguidos acabada la guerra, enterrados en sitios indebidos, el retorno de sus derechos y el reconocimiento público, en su lugar de residencia y/o origen de caídos por la República, gobierno legal y legítimo, atacado por la deslealtad de unos golpistas.
Los maquis, huídos del ejército de la república o bien huídos de la represión falangista y franquista, que formaron un verdadero ejército de resistencia, que recuperen sus derechos de resistentes al franquismo, desapareciendo de los dossieres el nombre de "bandoleros o ladrones" y reconocimiento de su pensión correspondiente como a los militares de la República.
Y por último, de los exilados, y sus familias, exiladas también, no importa su edad, el tratamiento de trasterrados por causa política, no por emigración o por causas económicas, como figuran muchos de ellos, que no les impida acceder a las ayudas, subvenciones y pensiones que por derecho humanitario les pertenece.
Por supuesto que no nos olvidamos de Brigadistas, niños de la guerra, y otros colectivos, pero el concepto de represión es tan grande, que ya los incluímos en los otros conceptos. 

 

Lo que es evidente, o debiera de serlo para el Señor Zapatero y su Gobierno, es que los derechos no deben ser objeto de mercadeo ni de situaciones jurídicas, que nos impidan recocerlos. Si se ha creado una Constitución para salir del franquismo, es en nombre de ella de la que debemos tomar medidas. Y si en ella se han reconocido Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, y otras instituciones, no lo son para que nos impidan que esta Constitución llegue a todos. Las tropelías, los escándalos, las canalladas se han cometido en el franquismo con un estado centralizado y totalitario. Desmontar eso es una labor de Estado, no de un pequeño alcalde, o de un presidente de Comunidad más proclive al franquismo y a los escándalos inmobiliarios. Así no avanzamos. Las leyes deben ser para los hombres, no los hombres para las leyes.


Confíamos, porque no nos queda otro remedio, como demócratas, que las enmiendas que se tomen contra el desdichado Proyecto de Ley, se ajusten lo más posible a las peticiones de la mayoría de la población representadas por los diputados de izquierda de esa cámara, que estamos seguros se deberían acercar bastante más a lo señalado arriba.

 

 

 

El régimen fascista de Franco

Carlos Jiménez Villarejo

 

Fuente: El Periódico

 

Recientemente, un dirigente del PP, alineándose con la posición de su partido en el Parlamento Europeo contra la condena del franquismo, dijo, como minimizando lo que significó, que solo fue un régimen "autoritario de derechas". En el 70° aniversario del golpe militar contra la Segunda República, es necesario recordar la verdadera naturaleza del régimen impuesto por los vencedores, su carácter fascista y el genocidio que cometieron durante la guerra y tras la derrota de la República.

La represión mantenida de forma calculada y sistemática por los sublevados y luego por la dictadura tuvo el alcance suficiente como para ser calificada de genocidio. Así resulta de los datos, parciales, facilitados en su día por el Ministerio de Justicia de la Dictadura: los presos políticos el 7 de Enero de 1940 eran 270.719, y el 10 de abril de 1943 todavía eran 92.477. Los presos políticos fallecidos, entre los que incluía a los fusilados tras un proceso y los muertos en las cárceles, desde abril de 1939 hasta el 30 de junio de 1944 fueron 192.684. Esta terrible realidad la justificaba un decreto de 1939 sobre las prisiones: "El notorio incremento de la población reclusa derivado del nobilísimo afán que anima al nuevo Estado de liquidar jurídicamente las responsabilidades contraídas por cuantos participaron en la monstruosa rebelión marxista".

Todos esos presos y muchos miles más fueron sometidos a procesos ante los consejos de guerra y los tribunales especiales que eran la culminación de un régimen de terror impuesto a los encausados desde que eran detenidos. Eran arrestados ilegalmente, por la ausencia de causa que justificara la detención --que se prolongaba indefinidamente, sin control judicial alguno--, eran salvajemente torturados y, cuando eran condenados a prisión, se les sometía a un régimen penitenciario presidido por la venganza y la crueldad. Los consejos de guerra, que llevaron a la prisión o al fusilamiento a dichos presos, no podían calificarse de tribunales de justicia. Eran, pura y simplemente, una parte sustancial del aparato represor implantado por los facciosos y luego por la dictadura.

LOS PROCESOS ante los consejos de guerra eran radicalmente nulos por varias causas. En primer lugar, no merecen la calificación de tribunales de justicia en cuanto fueron constituidos, ya desde el decreto 55 de 1936 del general Franco, por el poder ejecutivo. En segundo lugar, los militares que los formaban carecían de cualquier atributo de independencia, propio de un juez, en cuanto que eran estrictos y fieles servidores de sus superiores. En tercer lugar, era incompatible su posible independencia con la disciplina castrense impuesta por todos los jefes. La sumisión al Ejecutivo quedaba de manifiesto cuando la ejecución de la pena de muerte exi- gía del "enterado" del Jefe de Estado.

Además, concurría una total vulneración de todas las garantías y derechos fundamentales. La instrucción del procedimiento era inquisitiva y bajo el régimen de secreto, sin ninguna intervención del defensor de los encausados, que siempre permanecían en situación de prisión preventiva. A todos estos procesos se refería la declaración de la Asamblea de Parlamentarios del Consejo de Europa sobre el franquismo como un "sistema de justicia militar expeditiva" en el marco de la imposición de la "ley marcial".

Otros instrumentos esenciales de la represión fueron el Tribunal de Represión de la Masonería y del Comunismo y los Tribunales de Responsabilidades Políticas. Eran tribunales radicalmente ilegítimos, tanto por su origen como por su composición, y por ser organismos de naturaleza administrativa dotados de competencias para la imposición de sanciones penales.

La ley de 1-3-1940, creadora del primero de aquellos tribunales, es la máxima expresión de la arbitrariedad al servicio de la represión ideológica y política. Establecía penas gravísimas de reclusión menor y mayor, además de otras privativas y restrictivas de derechos. Franco nombraba al presidente del tribunal y a sus miembros, que debían ser "un general del Ejército", "un jerarca de Falange" y dos letrados. Era la más rotunda negación del Estado de derecho.

De similar naturaleza fueron los tribunales establecidos por la ley de 9-2-1939 de responsabilidades políticas. También eran tribunales administrativos, presididos por "un jefe del Ejército", y sus miembros eran responsables políticos de la dictadura, falangistas y militares, facultados para imponer sanciones de orden penal, como inhabilitaciones, extrañamiento, confinamiento, destierro y pérdida total o parcial de bienes.

LOS DAÑOS causados a las víctimas fueron inmensos. Ahora es inaplazable una reparación que la democracia debe a quienes sufrieron tan brutal represión. ¿Qué espera el Gobierno? Desde 1948 está vigente la Declaración Universal de Derechos Humanos, que la dictadura no solo ignoró, sino que violó de forma sistemática.

En 1948 se aprueba la Convención para la prevención y sanción del Genocidio, que en ese momento estaba cometiéndose en España, igualmente ignorada y violada durante 20 años. La ley de amnistía, salvo en los supuestos de desaparecidos y de los delitos ya prescritos, favoreció de forma singular a los responsables franquistas de toda clase de delitos y, en particular, a los miembros de los consejos de guerra, muchas veces constituidos ilegalmente, y de aquellos seudotribunales responsables de gravísimos delitos. La reparación y rehabilitación moral y jurídica de las víctimas no admite más demora.

 

 

Empacho de memoria

Isaac Rosa

 

Fuente: El País

 

Sólo llevamos seis meses del oficialmente llamado "Año de la Memoria Histórica", y algunos empezamos ya a estar un poco empachados. No es que estemos saturados de memoria, nada de eso. Pero sí empalagados por todo tipo de sucedáneos que, como golosinas, engordan pero no alimentan, engañan al hambre y hasta saben bien, pero no son muy recomendables desde el punto de vista nutricional. Trasladado el paralelismo alimenticio al debate sobre la memoria, uno tiene a veces la sensación de que, entre bocado y bocado, le cuelan cucharadas de sucedáneo dulcísimo que poco tiene que ver con la recuperación de la memoria, y sí con otro tipo de intereses. Me explico.

En los últimos años, desde finales de los noventa, se ha producido un fuerte resurgir del interés por el pasado, el llamado movimiento de recuperación de la memoria histórica, que se diferencia de anteriores intentos de alumbrar el pasado. Sustentado sobre un decisivo cambio generacional (la llegada a la madurez de quienes no vivimos el franquismo ni hicimos la transición), se trata de un fenómeno ciudadano, asociativo e intelectual que plantea una recuperación mucho más sólida y posible que la que se planteó en los primeros años de democracia. Además de homenajes, este movimiento pide rehabilitación, indemnizaciones, anulación de juicios. Además de poner nombre a las víctimas, señala a los verdugos. Además de exigir memoria, demanda justicia. Y se niega a dar por cerrado el pasado reciente, a considerarlo histórico e irrecuperable, impugnando el discurso construido en torno al mismo, optando por reivindicar la experiencia republicana y cuestionar la hasta ahora sacralizada transición española.

Ante tales planteamientos, amenazantes para quienes durante años se han sentido cómodos con una memoria floja, inofensiva, con aspecto de expediente resuelto y liquidado, han surgido varias formas de respuesta que son las que amenazan con hacer zozobrar este barco, bien sea por exceso de carga, bien por falta de rumbo.

Una de esas respuestas, la más evidente, es el creciente revisionismo histórico por parte de un sector de la derecha política y mediática, que se ha dedicado a jalear a unos cuantos sedicentes historiadores que se limitan a actualizar el viejo discurso franquista y pasarlo por las más eficaces herramientas de la comunicación de masas. Ante su incapacidad para acallar la demanda cada vez mayor de quienes quieren conocer el pasado, el revisionismo apuesta por la confusión y el relativismo, pero más aún por la tensión, por crear una apariencia de enfrentamiento social (de oposición irreconciliable entre dos memorias contrapuestas) que aconsejaría a los prudentes "no remover el pasado". Ello en un año en que, por la concurrencia de acontecimientos políticos (reformas estatutarias, negociación con ETA), la derecha más crispadora se mueve en terreno favorable.

Una segunda respuesta al resurgir de la memoria vendría desde el lado institucional. Al movimiento social se han unido muchos memoriosos de última hora, que nunca han estado muy interesados por mirar al pasado ni por cuestionar el discurso construido en torno al mismo, y que ahora sin embargo se suben al tren y se colocan la gorra de revisor y hasta el traje de maquinista. Es apreciable un cierto intento por controlar ese rebrote de la memoria, por poner diques, limitar el alcance de esa mirada crítica al pasado.

Los mismos que durante años hemos reclamado una mayor implicación institucional, desde políticas públicas de la memoria, nos asustamos ahora ante su progresiva institucionalización. El cambio de gobierno tras las últimas elecciones generales levantó expectativas pero también suspicacias. La creación de la Comisión Interministerial encargada de estudiar el asunto y dar forma a la prometida Ley de Memoria Histórica lleva meses atascada, provocando la desconfianza del movimiento asociativo, que ve en la dilación un síntoma de desgana y de pretender controlar, o cuando menos congelar, ese cuestionamiento del ayer antes de que se vaya de las manos.

Ha habido numerosas iniciativas públicas en el último año,desde ayuntamientos, comunidades autónomas y administración central, relativas a la recuperación de la memoria histórica. En muchos casos se trata de actuaciones valientes y valiosas, insólitas hasta ahora. En otros, sin embargo, sólo se crea una ilusión de memoria un tanto engañosa. Se apuesta en estos casos, con presupuesto público y mediante la creación de nuevos organismos, por formas limitadas de memoria, inofensivas, mientras siguen pendientes asuntos esenciales, aquellos elementos más controvertidos, más molestos, más incompatibles con el discurso hasta ahora sostenido del pasado.

Hay todavía una tercera respuesta que contribuye a ese empacho del que hablaba al principio, la que dan los verdaderos fabricantes de golosinas. Se trata de la respuesta "comercial" que se da al movimiento de recuperación de la memoria. Desde la industria cultural se ha detectado que, en efecto, existe un interés amplio entre los ciudadanos por todo lo que tiene que ver con la historia reciente de España, con la llamada recuperación de la memoria histórica. Eso, unido a la coincidencia de aniversarios (30 años de la muerte de Franco, 70 del inicio de la Guerra Civil, 75 de la proclamación de la Segunda República) y al impulso institucional (Año de la Memoria, programación televisiva, exposiciones y actos...), hace que algunos vean en toda esta inflación memoriosa un filón comercial.

Se trataría, en resumen, de convertir ese interés ciudadano, esa demanda de conocimiento, esa exigencia de memoria, en un acto de consumo. De ahí la sobreproducción de títulos referidos a la Guerra Civil o al franquismo que llenan las librerías. Pareciera que las editoriales han corrido a vaciar sus almacenes, recuperando títulos olvidados en sus fondos, a la vez que apremian a sus autores a producir obras relacionadas con la memoria. Librerías con mostradores monotemáticos y quioscos desbordados de coleccionables dan prueba de ello. Por debajo de esta acumulación (que, sin duda, ha permitido recuperar títulos interesantes que estaban descatalogados, y que conviven con nuevas obras de indudable valor) se aprecia un claro oportunismo por parte de algunas editoriales y también de algunos autores empeñados en no quedar al margen de este filón de la memoria.

El lector interesado por el pasado, sensibilizado por esa recuperación de la memoria, puede acabar confundido ante la convivencia de títulos de desigual interés y calidad, así como aturdido por lo inabarcable de tanta producción. Dependiendo de lo que escoja para su alimentación, puede aprovecharle o puede sin más empacharle. Lo único cierto es que no se quedará con hambre.

Porque corremos el riesgo de que este año se tome a efectos de liquidación. Como si nos diesen todo un año de la memoria para, una vez pasado, olvidarnos para siempre. Pareciera que nos encontrásemos en un año decisivo, definitivo, en el que hacerlo todo de una vez porque no tendremos más oportunidades, no como ésta. Lo que queramos recuperar, reivindicar, denunciar u homenajear, hagámoslo ahora o nunca. Y de la misma forma, para otros, la sensación de que lo que no vendan este año ya no lo venderán después.

Nada de eso es cierto. Este movimiento de recuperación de la memoria histórica, por esa solidez de la que hablé al principio, no concluye en este año de la memoria. Pero sí puede ocurrir que algunos acaben el año con la barriga llena de pasteles y, pasada la fiesta, rechacen otro bocado agitando una mano y palmeándose la abultada tripa mientras disimulan un regüeldo ahíto y dicen: no más memoria, por favor.

Isaac Rosa es escritor. Su última novela es El vano ayer (Seix Barral).

 

 

 

España debe levantar el manto de silencio
Antony Beevor

 

Fuente: El País

 

A lo largo de las últimas semanas, en la ciudad de Valencia ha resurgido un periodo de la historia española sin resolver, demostrándose una vez más que todas las naciones siguen siendo prisioneras de su pasado. La alcaldesa conservadora de la ciudad quiere crear un nuevo cementerio en un sitio en el que ya hay 5.039 cuerpos enterrados: los restos de izquierdistas asesinados después de la Guerra Civil. Sólo en Valencia murieron más de 26.000. En opinión de la izquierda, esto constituye una afrenta a la memoria de sus camaradas caídos, un intento por cubrir de cemento una fosa común política. Estalló una disputa tremenda que ahora ha llegado incluso a la Comisión de la Unión Europea.

 

La historia y el legado de la despiadada Guerra Civil española de 1936 a 1939, como pude aprender mientras escribía e investigaba durante la elaboración de un nuevo libro sobre el conflicto, siguen despertando grandes pasiones, y en ocasiones han llegado a causar más controversia que la II Guerra Mundial. Algunos historiadores mantienen que la dimensión internacional de la Guerra Civil -con Joseph Stalin apoyando a la República con armas y consejeros, y Adolf Hitler proporcionando apoyo aéreo para los nacionalistas- constituyó el acto de ronda inaugural de la II Guerra Mundial. Y en España la guerra sigue siendo causa de amargura y discordia, incluso hoy, más de tres décadas después de la muerte del general Francisco Franco, el último de los dictadores europeos que surgió de este periodo.

 

La raíz de la discordia es precisamente el éxito de la transformación española. Después de que Franco muriese en 1975, el mundo entero admiró el paso de España a una monarquía constitucional y a la democracia. Pero el proceso requirió que se llegase a lo que después se llamaría el pacto de olvido. Ningún general o torturador fue sometido a juicio. Ninguna comisión de la verdad analizó el pasado de España. El régimen murió en la cama junto con su fundador. Y eso representaba un problema para la izquierda. Nunca tuvo la ocasión de derrocar al régimen, ni de participar en la transformación española.

 

Hoy, el pacto de olvido debe romperse, aunque sólo sea para que todos los españoles -ciudadanos de la nación más moderna y con mayor proyección de futuro de la Unión Europea- puedan comprender cómo sucedió la tragedia. La peor opción sería un retorno a las divisiones propagandísticas del pasado, las de las Dos Españas, que demostraron ser irreconciliables y estar destinadas a destruirse mutuamente. Los falsos paralelos internacionales ayudaron a radicalizar España antes de la Guerra Civil. La sombra del levantamiento bolchevique en Rusia contribuyó a hacer aún más intransigente a la derecha española. Mientras tanto, los llamamientos a la revolución por parte de la izquierda, incluida una gran parte del Partido Socialista, se hicieron más intensos. Ambos bandos intentaron comparar Madrid con la Petrogrado revolucionaria de 1917. Este tipo de comparaciones engañosas no hicieron más que acentuar los miedos que llevaron tanto a la izquierda como a la derecha a adelantarse a sus adversarios y tomar ellos mismos el poder.

 

La honestidad intelectual fue la primera víctima de los agravios morales, unos agravios que se volvieron aún más acerbos para la izquierda tras la derrota de la República en 1939 a manos de Franco y los nacionalistas. Al final de la II Guerra Mundial, tras la derrota de los dos aliados principales de Franco, Adolf Hitler y Benito Mussolini, muchos esperaban que los aliados occidentales obligasen a España a celebrar unas elecciones libres. Pero el régimen franquista se salvó gracias a la neutralidad británica y al apoyo estadounidense, en un momento en que se estaban definiendo los nuevos bandos de la Guerra Fría.

 

Incluso en la actualidad, mientras los viejos derechistas -los nostálgicos del franquismo- se niegan a admitir error alguno en la cruzada de Franco, la mayoría de los socialistas siguen negándose a reconocer que el gobierno de izquierdas del Frente Popularde 1936 fue cualquier cosa menos una víctima completamente inocente. Y porque nunca condenó a sus partidarios por intentar derrocar en 1934 al anterior Gobierno de derechas elegido legalmente. Algunos se niegan a reconocer incluso que las huelgas, los disturbios, la confiscación de tierras y la quema de iglesias contribuyeron al desmoronamiento de la ley y el orden en la primavera de 1936.

 

Hacia junio de ese año, España se había vuelto ingobernable, y el caos era tal que la derecha puede argumentar que el levantamiento militar habría tenido lugar en cualquier caso, dirigido no contra el gobierno electo, sino contra la falta de gobierno. Y efectivamente, Franco no dejó escapar la oportunidad de aplastar la democracia.

Pero la irresponsabilidad de las facciones izquierdistas le brindó esa oportunidad. Los líderes más moderados de la República les habían advertido una y otra vez sobre las consecuencias de sus actos, pero se negaron a escuchar.

 

Tras la muerte de Franco, cuando ya habían desaparecido todas las amenazas de intervención militar, empezó a extenderse por España la sensación de insatisfacción y de injusticia. Sin duda es posible comprender el resentimiento de la izquierda. Había sufrido la humillación de la derrota en 1939 y de los largos años de dictadura. Después, cuando los socialistas llegaron al poder por primera vez en medio siglo, siguieron contemplando con amargura el manto de silencio bajo el que se ocultaba el pasado. Las víctimas derechistas de las masacres cometidas por la izquierda durante la guerra habían sido enterradas como mártires. Pero los cuerpos de los izquierdistas se descomponían en fosas anónimas.

 

El golpe más reciente a la unidad nacional de España tuvo poco que ver con la Guerra Civil, pero las viejas divisiones no tardaron en salir a la luz. Esto ocurrió después de los atentados en los trenes de Madrid del 11 de marzo de 2004 -el 11-S español-, en los que murieron 191 pasajeros y más de 400 fueron gravemente heridos. Fue una conmoción traumática, incluso para un país que soportaba desde hacía años los ataques del grupo terrorista vasco ETA, y los españoles se echaron a la calle en la manifestación contra el terrorismo más numerosa que se haya visto jamás en Europa. Hay que recordar que ETA siempre había insistido en que seguía en guerra con el Gobierno porque no se habían respetado los términos de rendición de las tropas vascas en la Guerra Civil.

 

La unidad de la cólera no duraría mucho. Las explosiones ocurrieron tres días antes de unas elecciones generales que se esperaba que ganase cómodamente el conservador Partido Popular del primer ministro José María Aznar. Unas horas después de los ataques, el Gobierno acusó a ETA, que sólo tres meses antes había intentado colocar bombas en trenes con destino a Madrid. Aznar, él mismo víctima de un atentado anterior de ETA, estaba convencido de que el grupo era el responsable. El hecho de que las fuentes de ETA lo negasen sólo contribuyó a aumentar su ira.

 

Pero la indignación de Aznar también era defensiva. Como aliado del presidente Bush, Aznar había enviado tropas a Irak a pesar de la aplastante oposición de la población a la guerra. De modo que se negaba a creer que la atrocidad de Madrid tuviese algo que ver con su política exterior. Además, había basado su campaña electoral en el éxito del Gobierno en la lucha contra ETA.

 

A lo largo del día siguiente más o menos, cada vez más pruebas apuntaban a los islamistas radicales. A pesar de ello, Aznar llegó al extremo de llamar personalmente a los directores de los periódicos para garantizarles que la responsable era ETA. Pero en poco tiempo no quedó la menor duda de que esta atrocidad terrorista había sido perpetrada por islamistas radicales, en nombre de Al Qaeda. Con sus negativas, a las que ya no se daba ningún crédito en el momento en que los españoles acudieron a las urnas, Aznar dividió al país y sirvió en bandeja una victoria a Al Qaeda. Una de las primeras cosas que anunció el nuevo Gobierno socialista fue la retirada de las tropas españolas de Irak.

 

La exasperación del país con Aznar también reforzó el eterno escepticismo de los españoles con respecto a los ejércitos y las guerras en el extranjero, que tiene sus orígenes en la caída del imperio español a finales del siglo XIX. Aznar reforzó el resentimiento al intentar utilizar las declaraciones de Osama Bin Laden de que España era una parte eterna del mundo islámico. Era una jugada peligrosa, aunque sólo fuera porque se corría el riesgo de perpetuar la vieja polarización entre islam y cristianismo, muy anterior a las manipuladas alternativas del fascismo y el comunismo, y que podía tomar su lugar una vez más.

 

En realidad, nadie en España salió ganando, salvo a muy corto plazo. Una vez más, la nación estaba profundamente dividida por su historia, una señal más de que a los españoles les cuesta mucho separar su identidad política del pasado nacional. El pasado septiembre, me sentí consternado cuando los periodistas españoles preguntaron si las divisiones actuales eran comparables a las que causaron la Guerra Civil. Lo que España necesita ahora es un pacto de recuerdo, no de olvido, pero debe enfocar la memoria de un modo completamente distinto: uno que evite los fantasmas propagandísticos del pasado que se alimentan a sí mismos; uno que reconozca libremente las peligrosas consecuencias de negarse a transigir. Los españoles tienen muchas y grandes virtudes, especialmente la generosidad, la imaginación, el sentido del humor, el valor, el orgullo y la determinación. Pero no suelen distinguirse por intentar comprender el punto de vista del adversario. Es un vicio infravalorado. La tragedia de la Guerra Civil es sin duda el recordatorio más fuerte del peligro de despreciarlo.

 

 

 

La vuelta a la tortilla
Javier Pradera

 

Fuente: El País

 

La proposición de ley sobre la declaración de 2006 como Año de la Memoria Histórica -presentada en diciembre de 2005 por Izquierda Unida- terminó la pasada semana su recorrido parlamentario: el Congreso aprobó -con los votos en contra del PP y la abstención de ERC y PNV- las sustanciales enmiendas al primer texto de la Cámara baja introducidas por el Senado. La iniciativa recuerda el legado de la II República -75 años después de su proclamación- como "la más importante experiencia democrática" y "el antecedente más inmediato" de la España actual; también rinde homenaje y reconocimiento a las víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista. El Gobierno anuncia además el próximo envío a las Cortes de un texto íntimamente emparentado con la norma aprobada: el proyecto de ley para la recuperación de la memoria histórica. El PP presentó como alternativa la celebración de un Año de la Concordia dedicado sólo a la Constitución de 1978; a su juicio, las referencias de la proposición de ley a la II República, la Guerra Civil y la represión franquista son una astuta estrategia para revisar el pacto de la Transición, deslegitimar la Monarquía parlamentaria, ajustar cuentas y dar la vuelta a la tortilla a fin de que los vencidos del conflicto fratricida del 36 pasen a ser los vencedores.

Fiel a esa torturada línea de razonamiento, el portavoz popular sentenció que su partido "no tiene más historia que la Constitución y la democracia"; ese adanismo político, predicable formalmente de los militantes que llegaron a la edad de la razón tras la muerte de Franco, encaja mal, sin embargo, con la trayectoria de su presidente fundador, ministro y embajador del régimen anterior. La función bautismal atribuida por el PP a la Constitución de 1978 como pila sacramentadora del pecado original de unos españoles despojados de pasado histórico no es una teoría inocente. Si bien el portavoz popular conminó en el Congreso a "dejar la historia para los historiadores y no usarla jamás como arma política entre unos y otros", tal interdicción no tiene alcance general: afecta únicamente a los episodios susceptibles de abrir una polémica en torno al franquismo que pudiera dividir a su electorado.

 

Pero cuando la historia es arrojada por la puerta, regresa por la ventana: lejos de respetar su propio tabú sobre el pasado, los ideólogos y los publicistas del PP vienen sosteniendo como dogma de fe que la Guerra Civil constituyó una secuela inevitable de la II República y que la sublevación militar de 1936 fue la justificada respuesta a Octubre de 1934 y a la victoria del Frente Popular. Esa doble absolución del golpe de Franco permite a sus patrocinadores retrospectivos poner entre paréntesis las cuatro décadas de dictadura o atribuirla a la fuerza del destino.

 

Los dirigentes del PP dan por sentado que la celebración de 2006 como Año de la Memoria Histórica forma parte de una estrategia ideada para romper el consenso constitucional y abrir el camino al revanchismo. Pero la exposición de motivos del proyecto de ley de artículo único aprobado por las Cortes no deja el menor resquicio a esa paranoica interpretación. La memoria histórica ha sido definida por Juan Pablo Fusi como el estudio de las huellas dejadas en la sociedad por los acontecimientos, los hombres, los lugares y los símbolos del pasado: desde los monumentos hasta la historia oral. El déficit de ese tipo de representaciones sobre la España de los vencidos resulta evidente. Durante décadas, la imagen de la II República fue ensuciada por el franquismo con la impunidad que regalan la cárcel y la censura. Los lugares de la memoria y las conmemoraciones quedaron monopolizados por los vencedores. Mientras la España de Franco rindió homenaje a sus muertos, los vencidos fueron olvidados y enterrados en fosas comunes. Es cierto que los recuerdos personales -por definición plurales y contradictorios- no pueden edificar un "relato compartido" capaz de arrebatar a la historia su papel imprescindible; sin embargo, como subraya Paul Preston en el prólogo del hermoso libro (Ellos y nosotros, Blume, 2006) en que Sofía Moro reúne el testimonio oral y fotográfico de varias decenas de combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil, resulta cada vez más urgente -los años pasan- registrar las voces de los supervivientes de ese período trágico y sangriento.

 

 

 

Los juicios de la dictadura

José Antonio Martín Pallín

 

Fuente: El Periódico

 

Uno de los más eminentes juristas de la historia contemporánea, Gustav Radbruch, decía, muy plásticamente, que una orden es una orden y eso está muy bien para mantener la disciplina militar, pero un jurista no puede conformarse con una máxima tan esquemática. La ley no es todo texto escrito que figure en los periódicos oficiales de los diversos regímenes que en el mundo han sido y que, por desgracia, todavía se perpetúan en diversos lugares.


Mantener esta postura le ocasionó al profesor alemán la persecución del régimen nazi y su exilio en Oxford, donde siguió dándonos lecciones sobre el papel de los juristas como buscadores del equilibrio entre los valores irrenunciables del Estado de derecho y los textos legales, más o menos rígidos, que contienen las hemerotecas jurídicas.

 

Si la ley se reduce a una tabla pétrea, promulgada por el que se arroga la exclusividad de la razón y la representación de los ciudadanos, sin tener en cuenta su origen y su contenido, debemos advertir que estos rupestres argumentos fueron laminados de forma irrefutable en los procesos de desnazificación que culminan en los tribunales de Núremberg y, especialmente, en el juicio que inmortalizó la película de Stanley Kramer Vencedores o vencidos (1961), sobre las condenas impuestas a los altos responsables de la magistratura alemana que aceptaron o miraron hacia otro lado ante leyes que constituían verdaderos crímenes contra la humanidad.

 

Si los fervientes seguidores de la seguridad jurídica elevan su salvaguarda a la categoría de dogma intocable, incluso ante un sistema penal brutalmente represivo, deben llegar a sus últimas consecuencias y extender esta teoría a toda clase de leyes, procedan de donde procedan y sea cual sea su contenido.

 

Desbocados por esa pendiente, tendrán que admitir que la esterilización de los asociales y la solución final de Hitler que dio paso a las cámaras de gas son el producto legal de la voluntad de los gobernantes, imposibles de anular.

 

Según las tesis que se escuchan últimamente, tengo la sensación de que anular todas las decisiones amparadas en estos monstruos legislativos afectaría, también, a la seguridad jurídica. ¿Se han tomado la molestia de repasar los bandos de guerra y las normas posteriores que regulaban los consejos de guerra sumarísimos?

 

A LA VISTA de las posturas, públicamente insinuadas por altos responsables del Gobierno sobre la imposibilidad de anular los consejos de guerra sumarísimos del franquismo, se me ocurre plantear algunas cuestiones:
¿Se puede mantener en la Europa comunitaria y en el mundo civilizado que un proceso con jueces designados a dedo por su fidelidad al fascismo debe ser respetado frente a las exigencias del Estado de derecho? ¿Pueden sostener que se garantizaba un juicio justo y con todas las garantías, el derecho de defensa y la igualdad de oportunidades entre el acusador y el acusado? ¿Tenían la posibilidad de utilizar medios de prueba de descargo? ¿Podían exigir que la sentencia razonase las causas por las que se imponían, una tras otra, innumerables condenas de muerte? ¿Se puede afirmar que existía alguna vía para recurrir a un tribunal superior que revisase la condena? ¿Se puede sustraer a la opinión pública que la última instancia era el caudillo de España que, como señor de la vida y de la muerte, confirmaba la ejecución o la conmutaba por 30 años de reclusión?

 

Los que, desde el anonimato, asesoran al Gobierno sobre la intangibilidad de estos traumáticos e inasumibles sucesos del pasado tienen que exponer sus argumentos. Las decisiones políticas no nos competen a los juristas, pero, en mi opinión, existen alternativas más adecuadas a las respuestas que está dando la comunidad internacional a los crímenes de las dictaduras militares.

 

En el debate jurídico, toda postura está sometida a contradicción. Es posible que esté equivocado, pero el horror y la ignominia que supone para una sociedad ignorar estos planteamientos puede marcarnos para el futuro y perpetuar una aspiración de todos los fascismos: que los ciudadanos sientan el temor de expresar sus opiniones con libertad. Espero humildemente, y con la promesa de admitir mis errores, que alguien sostenga, con argumentos jurídicos, que no es posible anular los juicios sumarísimos de un régimen totalitario.

 

CONFÍO EN que no repitan la fundamentación que se asumió en algunas resoluciones de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y del propio Tribunal Constitucional.

Parece que los asesores legales invocan la doctrina del Tribunal Constitucional que considera las sentencias omo "pronunciamientos judiciales" emanados del poder político constituido. El argumento final de una simple resolución que declara la inadmisión de un recurso de amparo debe ser conocida: "La dura realidad de la historia no puede soslayarse en lo jurídico con procesos de revisión indefinida".

 

Creo, con todo respeto, que despachar un recurso de revisión contra sentencias recaídas en consejos de guerra sumarísimos con el argumento de que, al fin y al cabo, era el ordenamiento jurídico vigente en la época, es incompatible con las normas del Derecho Internacional de los derechos humanos. Nos ha costado sangre, sudor y lágrimas construirlo en medio de continuos fracasos. Por favor, no fracasemos una vez más.

 

Luz entre tinieblas  

Antonio Elorza

 

Fuente: El País

 

He visitado Auschwitz en varias ocasiones, y no porque espere encontrar nada nuevo en ese espacio de muerte. Tampoco por masoquismo. Simplemente, me resulta imposible disfrutar de la ciudad de Cracovia, cada vez más hermosa, sin acercarme a su antítesis desde el punto de vista humano, ese lugar creado a pocos kilómetros de distancia, precisamente para exterminar a aquellos que tuvieron la desgracia de ser designados como chivos expiatorios del imperialismo hitleriano. En las fotografías tomadas por las SS de quienes están a punto de ser gaseados, tenemos el contrapunto del retrato más sutil de Leonardo, La dama del armiño, conservado en el Museo Czartoryski de la antigua capital de Polonia. Tanto el horror como la belleza forman parte de la historia, y el conocimiento de ambos resulta imprescindible si aspiramos a construir la vida humana sobre la base de la libertad.

En el límite, frente a los lager y al gulag, frente al camboyano Tuol Sleng y a los cientos de lugares de destrucción del hombre que pueblan nuestro pasado reciente, de Villa Marista a Guantánamo, y también a Gaza y Beirut, la única salida consiste en una actitud permanente de seguimiento y de denuncia. Nadie pudo detener los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid, un episodio en que tanto por la organización racional de la muerte como por la deshumanización de la masa de víctimas, se encuentra prefigurado el escenario de los campos nazis. Queda el último recurso: la linterna, emblema de la razón, iluminando la escena, grabándola de modo indeleble en la conciencia de los hombres. Tal es en buena medida el papel de la historia, y para reconocer su importancia basta con evocar el vuelco dado a la historia del colonialismo por una amplia bibliografía, con el "libro negro" de Max Ferro y el Imperio de Niall Ferguson entre sus últimos hitos. Sin olvidar documentales cinematográficos, ejemplo el Río Congo del belga Thierry Michel, que en su recorrido remontando el eje fluvial ofrece al espectador el panorama de desolación causado por un sistema colonial depredador y su heredero Mobutu. Como en el dibujo de Goya, la luz surge de las tinieblas.

Ahora bien, el ejemplo de Cracovia-Auschwitz muestra que la tarea de esclarecimiento encuentra siempre obstáculos. A pesar de la impresionante difusión del filme de Spielberg y de obras documentales de gran calidad, como la de Lawrence Rees, en la guía de Cracovia editada el pasado año y que es la única en venta por la oficina local de turismo, las referencias a lo ocurrido en Auschwitz y en el barrio judío de la ciudad, Kazimierz, son sorprendentes por la voluntad manifiesta de reducir la significación del holocausto. "Durante la ocupación alemana -se nos informa acerca del primero-, se convirtió en lugar de muerte de los hombres de todas las naciones encerrados en el campo de concentración". Subrayado nuestro. "El desarrollo de la cultura judía en Kazimierz fue sofocado por la Segunda Guerra Mundial", se dice del barrio, aun cuando en este punto haya menciones sueltas al holocausto y a Spielberg. El débil reconocimiento de lo ocurrido, y de los sujetos activos y pasivos del genocidio afecta al propio campo de Auschwitz. La suerte de contar con un buen guía en la visita me permitió entender algo que siempre me había intrigado. Al pie del monumento conmemorativo de la matanza, entre los dos crematorios volados por los nazis a última hora y bajo la chimenea de piedra que preside la escultura, había una inscripción en polaco bajo un escudo con dos espadas y en la inscripción de la lápida destacaba una alusión a Grunvald, la batalla medieval en que los polacos vencieron a los prusianos, una especie de Las Navas de Tolosa que en el último siglo se ha convertido en emblema del nacionalismo polaco más reaccionario. La traducción del guía me lo confirmó: en pleno auge del comunismo nacionalista y antisemita, en 1967, no se les había ocurrido a los gobernantes estalinianos nada mejor que sepultar el holocausto bajo un canto a los héroes de Polonia.

La transición democrática no mejoró las cosas, siempre en detrimento de la memoria judía. Al lado del campo fue construido un convento de carmelitas, con madre superiora antisemita incluida, y la visita del Papa Wojtyla en 1989 sirvió para colocar una gran cruz, que al provocar protestas resultó envuelta en un bosque de cruces menores, hoy desaparecidas. La católica Polonia debía presidir la lista de naciones que sufrieron la persecución nazi, con los judíos privados de todo protagonismo. Muchos polacos ayudaron a los judíos en tiempos del nazismo, pero fueron más los adeptos del antisemitismo, hasta el punto de registrarse pogromos después de 1945. Incluso un cineasta tan sensible al tema de la persecución judía, como Andrzej Wajda en Paisaje después de una batalla y en Korczak, no dejó de ofrecer la visión caricaturesca del judío torpe y avaro en La tierra de la gran promesa.

La incomprensión dura hasta hoy en esa Polonia donde surgen los últimos defensores del franquismo, a pesar de que un mínimo ejercicio de ponderación hubiera mostrado la per

-fecta compatibilidad entre el respeto a los casi cien mil polacos asesinados en Auschwitz y el reconocimiento de que el millón de judíos exterminados lo fueron en el marco de un plan de eliminación definitiva de la raza judía. Ninguna de las dos partes puede ser olvidada, ni sumergida en la referencia general a unas naciones sin nombre, y la memoria ha de construirse teniendo en cuenta la jerarquía que trágicamente pone en primer plano el exterminio de los judíos europeos.

Estas consideraciones pueden ser aplicadas perfectamente a la conmemoración ahora en curso entre nosotros de la guerra civil y de la Segunda República. Resulta lógico que en una democracia restaurada el quinquenio republicano sea rescatado como principal antecedente y que sean realizados los esfuerzos necesarios para que no caiga en olvido la dictadura franquista, en un primer paso para su rehabilitación. Conviene insistir una y otra vez en que la crisis española no es un fenómeno aislado en una Europa presidida por el ascenso de los fascismos, y los consiguientes preliminares de la Segunda Guerra Mundial. También recordar el gran esfuerzo reformador del primer bienio, así como la intensa participación de los intelectuales que adquieren un peso creciente desde su entrada en escena a fines del siglo XIX. De ahí a una visión idealizada hay sólo un paso que no conviene franquear. La República sufrió un prolongado proceso de damnatio memoriae, de destrucción de la memoria bajo el franquismo, mantenido por razones tácticas durante la transición, y ahora corre el riesgo de que entre en juego una construcción oficial de la memoria, selectiva y tal vez manipuladora, con realces y supresiones, en el lugar que debiera ocupar por sí sola la historia elaborada por los investigadores. Las deformaciones propias de esa fábrica de la memoria pueden ya vislumbrarse, por ejemplo en la imagen del socialismo, con la permanente exaltación de un hombre de gran valor moral, pero mediocre como político, Julián Besteiro, al que ahora se suma en el vértice Juan Negrín, mientras sigue en la sombra Indalecio Prieto.

Hacen falta análisis y, a la hora de conjugarlos, ponderación. Tal y como hubiera sido preciso al forjar la memoria de Auschwitz, entre polacos y judíos. El desequilibrio va a parar al fraude. No resulta lícito evocar el holocausto en La lista de Schindler y dar una visión dulce del militarismo japonés en El imperio del sol. Tampoco desde una perspectiva de gobernante conferir una importancia capital a un antepasado que Franco hiciera matar y olvidar el genocidio armenio al crear lazos con Turquía. Este criterio es de particular aplicación al tema de las víctimas de la guerra civil. La necesaria recuperación de la terrible imagen de los miles y miles de fusilamientos de republicanos por los sublevados ha hecho posible una reevaluación del régimen de Franco como dictadura homicida, lejos del "autoritarismo" patentado por Juan Linz. Pero ha llegado el tiempo de integrar la imagen de la otra represión, sin disneylandias revolucionarias a lo Tierra y libertad, reconociendo la oposición a esas muertes y la denuncia de figuras del republicanismo, de Azaña a Juan Peiró, pero también sin olvidar que los datos de Ian Gibson y la documentación de Moscú sugieren que Paracuellos lleva la imagen de marca leninista y con toda probabilidad, la responsabilidad del mandamás de la Internacional Comunista en España, el ítalo-argentino Victorio Codovila. Es la otra cara de la defensa de Madrid y de las Brigadas Internacionales. Para un demócrata de hoy, esos muertos deben ser también nuestros muertos.

En definitiva, tal exigencia concierne asimismo al tema inmediato de las víctimas del terrorismo en el País Vasco. El reconocimiento de su tragedia, del dolor de sus familiares, las compensaciones económicas, el deber moral de darles voz en el proceso de paz, son cosas importantes, pero todo ello será insuficiente si en la sociedad vasca no queda fijado, de la historia a la memoria, el conjunto de causas y de responsabilidades que convirtieron en criminales a tantos jóvenes nacionalistas. Y de paso que convirtieron en más de una ocasión al Estado en organizador de su propio terrorismo. Tarea imposible, se dirá, subordinada al prioritario logro de "la paz". Sin abordarla, no obstante, el objetivo de reconciliación efectiva entre los vascos mal puede ser alcanzado, con la perspectiva de una historia interminable de recelos y enfrentamientos, al modo de los que aún hoy separan a judíos y a polacos.

Antonio Elorza es catedrático de Ciencia Política.

 

 

 

Medias verdades

Andrés Trapiello

 

Fuente: El País

 

Tiene uno la sensación, y la tienen muchos otros, a izquierda y a derecha, de que lo que se ha dado en llamar "la recuperación de la memoria histórica" o no significa nada o significa muy diferente cosa para unos y otros. Se diría que, cuando la realidad es compleja, y el nudo de la guerra civil y el franquismo es todavía el más apretado y difícil de deshacer que tienen los españoles entre manos, algunos sienten una irresistible atracción por la solución gordiana, o sea, la de partirlo con el filo de una espada o de un decreto.

Si yo no lo interpreto de modo abusivo, parece que hoy se entiende por memoria histórica únicamente lo que les sucedió a los que perdieron la guerra civil y sufrieron, tras ella, la persecución del Régimen de Franco. Es decir, ha querido formularse ese propósito civil como una "discriminación positiva de la memoria": tras haber sido machacados durante cuarenta años con recuerdos, desagravios y vindicaciones en una sola dirección, tenemos derecho a recordar, desagraviar y vindicar únicamente en la contraria, parece decírsenos.

Las historias de la zona nacional acalladas o desconocidas hasta ahora son tantas y tan dramáticas, que encogen aún el ánimo y espantan el entendimiento, pero al mismo tiempo algunas resultan tan lejanas ya, que muchos las encuentran irresistiblemente embellecidas, "como una novela". Se ha dicho que no se ha escrito aún la gran novela de la guerra civil española, nuestra Guerra y paz. Esa, francamente, hoy por hoy, en España, no se le aceptaría ni a Tolstoi, tan cervantino, ni a Cervantes, tan español.

Hace veinticinco años dos jóvenes se embarcaban en una tarea desproporcionada y de porvenir dudoso: editar, entre otros contemporáneos, a escritores del pasado reciente que tenían la característica común de haber hecho o vivido la guerra civil española, unos en un bando y otros en otro. En ningún caso se trataba de literatura política, sino de libros que reputaban literariamente sobresalientes. En cuanto llegaron a las librerías los primeros ejemplares de Rosa Krüger, de Sánchez Mazas, algunos reaccionaron con nerviosismo, y aunque esa novela iba acompañada de otros libros de escritores notoriamente de izquierda y exiliados, como Giner de los Ríos, Jiménez Fraud o Ramón Gaya, devolvían los paquetes sin abrir a una editorial que había tenido la impertinencia de incluirlos en una que se llamó "Biblioteca de Autores Españoles". No les entraba en la cabeza que pudiera firmarse un armisticio en la literatura española, y tampoco comprendían que se editara la novela de un excelente escritor de derechas que llevaba muerto casi veinte años, bien porque creían que ese libro contaminaba los de sus compañeros, bien porque la palabra "españoles" les parecía muy apropiada para escritores fachas, pero insuficiente a esas alturas para quienes habían sido despojados de ella por los vencedores que les mandaron al exilio. Incluso el adjetivo "facha" desactivaba el sustantivo "escritores", como en aquel oxímoron del que hablaba Baroja a propósito del periódico El Pensamiento Navarro. De modo que se ahorraron leer a Sánchez Mazas (hasta que llegó la moda veinte años después) y optaron por la solución gordiana: el ostracismo.

Aunque el dogma quedó tocado, todavía quedaron muchos (en la izquierda, pero también en la derecha) que creían que haber perdido la guerra garantizaba el no ser un mal escritor, lo mismo que haberla ganado era incompatible con serlo bueno, y trataron de frenar esa "evidencia" asustando a la gente con un gran surtido de vade retro, como hacía el jesuita Ladrón de Guevara en su cómico y ridículo Novelistas malos y buenos, y haciendo circular el infundio de que esos dos muchachos eran hijos de Satán, o sea, fachas. La calumnia se mostró tanto o más eficaz justamente porque no tenía ningún fundamento, y aunque ellos dos hubieran confesado que seguían siendo de izquierda, no hubiese servido de nada; ya nadie estaba interesado en saber: se había conculcado un principio sagrado en las guerras sucias: al enemigo, ni agua. ¿Y para qué hablar de literatura pudiendo hacerlo de política, de la política de "los nuestros", contra los pocos que defendían que en literatura "los nuestros" son todos, si son los mejores? La solución gordiana pasó primero por cortar en dos mitades la historia, quedarse con una y supeditarla a la otra. Bastaron dos o tres libros (literarios, hay que insistir) de escritores de derechas frente a treinta o cuarenta de izquierda, para que la editorial Trieste, que unos pocos consideran hoy piadosamente mítica y ejemplar, quedara apestada para siempre.

Uno podría pensar que eso había cambiado y que el cerrilismo español habría ido cediendo poco a poco, pero se ve que no. Hace unos meses publicó uno un manual de tipografía española. En él, tratando de espulgar los lugares comunes, se afirma algo que sabe cualquier persona que se haya paseado por las librerías de viejo: de 1939 a 1959 se editó en España, desde unpunto de vista tipográfico, tan bien o mejor que en tiempos de la República, y desde un punto de vista industrial mejor y más que en todo lo que se llevaba de siglo. Claro que entonces, ¿qué haremos con todas esos bonitos embustes de quienes nos han querido presentar a aquella España durante años como un país comatoso? Comprende uno que la tentación de postularse como resurrector de la Patria es grande, pero para ello hay que pasar antes por certificar su muerte, y así un gran número de beneméritos luchadores antifranquistas (en muchos casos ni tan luchadores ni tan antifranquistas) han llegado a creerse de buena fe que hasta que ellos no llegaron, la Patria sesteaba o agonizaba.

Cierto que España de 1939 a 1959 era un lugar siniestro en el que los escritores resistían de modo anómalo (del mismo modo que no siendo lugares siniestros muchos de los países del exilio, los escritores exiliados sufrían igualmente su propia anomalía), pero ello no quita para comprender que nuestra literatura, industria literaria y tipografía de entonces no vivían uno de sus peores momentos. Ocultar esa verdad no beneficia a nadie y declararla no justifica el franquismo, salvo que se sea muy idiota para entenderlo así, como le ha ocurrido a cierto crítico de resorte, que una vez más ha tratado de recurrir a la solución gordiana, o sea, la de Ladrón de Guevara, que al igual que este no ha dudado en acompañar su vade retro con una batería de insidias y falsedades. Y sí, se puede criticar a la izquierda sin dejar de ser de izquierda, aunque el temor a la verdad nos haga sentirnos más cómodos viendo enemigos cortados por el patrón de nuestra propia tontería, como hacía el jesuita, amigo también de las medias verdades.

Por todo ello, no sabe uno cuando se habla de memoria histórica, qué es lo que queremos recordar, ya que cuando nos disponemos a recordarlo todo, puede aparecer por el horizonte una sotana que trata de impedirlo con acusaciones risibles o miserables, según por donde se tomen.

Durante el franquismo, un Régimen sin ninguna legitimidad recordó y honró únicamente a las víctimas de su propia facción, engañándolas o mintiéndolas incluso, si eso le convenía. Hoy, con una democracia legitimada y firme, sería gravísimo y peligroso que se cayera en simétrico error, sólo que con las víctimas del otro bando. La democracia tiene la obligación moral de hacer la historia de todos, por lo mismo que un historiador de derechas debería abordar, por ejemplo, los crímenes de la represión en Málaga o Badajoz, y uno de izquierdas no ceder a la derecha en exclusiva la visión de la represión revolucionaria en el Madrid de las checas. A diferencia de la derecha, que no parece querer ver ni en pintura nada de lo ocurrido entre 1939 y 1975 por miedo a tener que asumir sus graves y a menudo criminales responsabilidades, cierta izquierda autoritaria querría recordar únicamente "lo suyo", un "suyo" que no siempre es verosímil ni creíble, como no sea hermoseándolo con la distancia y la leyenda, o incluso falseándolo sin escrúpulos, si con ello su victimación logra ser mayor y los réditos que de ella piense obtener, más saneados. La realidad no se comprende con medias verdades. Abramos las fosas que aún quedan en las cunetas, por decencia y respeto a las víctimas, desde luego, pero también todas aquellas otras fosas mentales donde siguen enterradas las ideas más reaccionarias y jacobinas, ya que la única memoria histórica posible ha de llevarnos a comprender que aquellos muertos son todos "nuestros muertos", como nuestra es una historia que algunos se empeñan todavía en partir con mandobles justicieros, para poder decir una vez más: blanco, negro. Y no, raramente logramos vivir en paz como no sea en la amplia gama de los grises, de los matices, de las contradicciones, libres de todo prejuicio, de todo interés y de todo resentimiento, y al menos cuando hablemos del pasado, este debería empezar a ser un nudo más fácil de aflojar y deshacer, sin tener que recurrir por enésima vez a la espada. El pasado no está hecho de mitades, tuya o mía, sino de un todo que no es ni tuyo ni mío, sino de todos.

 

Andrés Trapiello es escritor.

 

 

 

Memorias en lugar de memoria

Santos Juliá

 

Fuente: El País

 

A POCO QUE se rasque por debajo de la superficie de las palabras surgen enseguida los equívocos sobre los que se construyen algunas políticas. El hecho de coincidir el 75º aniversario de la República y el 70º de la Guerra Civil ha dado lugar a una abrumadora exigencia de recuperar algo que se llama memoria histórica, desaparecida bajo una losa de olvido. Hasta un famoso historiador británico, Anthony Beevor, autor de una historia de la Guerra Civil que pasó inadvertida hasta que, gracias al trabajo de decenas de investigadores españoles, pudo emprender una segunda versión de éxito, nos exhorta a levantar el manto del silencio. Uno más en la larga y cansina serie.

 

Ante semejante clamor, lo primero que se ocurre es preguntar inocentemente: ¿qué es memoria histórica? ¿Es un tesoro que, perdido en algún naufragio, se puede recuperar? ¿Es un objeto sobre el que se deba legislar? ¿Es, puesto que siempre se habla de ella en singular, una y la misma para todo el mundo? Sería imposible formular estas preguntas si memoria histórica fuera algo más que una metáfora para designar un relato sobre el pasado que, a diferencia de la historia, no está construido sobre el conocimiento o la búsqueda de la verdad, sino sobre la voluntad de honrar a una persona, proponer como modélica una conducta, reparar moralmente una injusticia. La memoria histórica se plasma en relatos construidos con el propósito de reforzar la vinculación afectiva de la persona o grupo que rememora con hechos del pasado que mantienen algún significado para su vida presente.

 

No es, por tanto, un acto de conocimiento, sino de voluntad: pretende llenar de sentido el presente trayendo a la conciencia un hecho del pasado. Ocurre, sin embargo, que en la construcción de sentido del pasado, sobre todo si es traumático, olvidar es tan necesario como recordar. Por eso, no hay memoria histórica sin olvidos voluntarios. Si un comunista quiere hoy exaltar el valor de su lucha por la democracia se verá obligado a pasar por alto los duros combates emprendidos por otros comunistas contra la democracia; si un cristiano quiere conservar una memoria histórica de fraternidad universal tendrá que atribuir a circunstancias ajenas a su fe las despiadadas quemas de herejes y disidentes por otros cristianos. Por eso, del recuerdo de estas cosas se prescinde cuando se pretende construir una trama de sentido con materiales del pasado.

 

Por eso también, nunca podrá haber una memoria histórica, a no ser que se imponga desde el poder. Y por eso es absurda y contradictoria la idea misma de una ley de memoria histórica. ¿Qué se legisla? ¿El contenido de un relato sobre el pasado? El empeño no sólo carece de sentido, sino que revela una tentación totalitaria: no puede elaborarse un único relato sobre el pasado porque ningún pasado -menos aún el de luchas a muerte- puede conservar idéntico sentido para todos los miembros de una misma sociedad. ¿Una revisión de las injusticias más allá de una declaración moral o de medidas reparadoras? En ese caso, tendrán que venir los jueces, buscar culpables, abrir procesos, llamar a testigos, recoger pruebas, escuchar a fiscales y a abogados defensores, y sentenciar. ¿Sobre hechos sucedidos hace decenas de años?

 

Lo que se puede hacer en España, en el ámbito político, con el pasado, además de enterrar los tópicos sobre la losa de silencio, la amnesia, la desmemoria, es lo que ya propuso la Comisión Constitucional del Congreso el 20 de noviembre de 2002 cuando recordó que "nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios"; y cuando proclamó el "deber de nuestra sociedad democrática de proceder al reconocimiento moral de todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la Guerra civil, así como de cuantos padecieron más tarde la represión de la dictadura franquista".

 

Reconocimiento moral de todas las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura: esa es la única declaración política posible sobre el pasado. Por lo demás, mejor será dejar al cuidado de la sociedad y fuera del manejo instrumental de los políticos la tan asendereada memoria histórica; mejor olvidarse de centros de la memoria y dotar con mayores medios archivos y bibliotecas; mejor renunciar a un relato consolador sobre el pasado y favorecer el conocimiento y los debates sobre la historia. Y si, a la vista del tumulto, es imposible pasarse sin una ley, mejor el plural que el singular: una ley de las memorias históricas, porque, como las personas, que son los únicos sujetos dotados de esa facultad, las memorias son muchas y casi siempre conflictivas.

 

 

 

¿Nacionalistas o golpistas?
Vicenç Navarro


Fuente: Rebelión

Ha sido práctica común en la historiografía dominante en España, tanto en la época dictatorial como en el periodo democrático, referirse a la Guerra Civil como un conflicto entre las dos Españas, la España nacional por un lado, y la España republicana por el otro, presentando tal conflicto como parte de un conflicto internacional en el que Hitler y Mussolini apoyaron a las tropas “nacionales” y la Unión Soviética apoyó a las tropas republicanas, considerándose tales apoyos como semejantes en cuanto a cantidad y calidad de material bélico. Esta versión de la Guerra Civil se complementa con otra que atribuye la derrota del bando republicano a las divisiones internas del Gobierno Republicano, instrumentalizado éste por el Partido Comunista, que era un mero agente de transmisión de Stalin.

La Guerra Civil, sin embargo, fue un alzamiento de militares profesionales del Ejército, que invadió el sur de España mandando tropas extranjeras: la Legión Extranjera y las tropas marroquíes. Como bien ha escrito la historiadora británica Helen Graham (en su excelente libro Breve Historia de la Guerra Civil), la Guerra Civil vio la paradoja de ser una supuesta “Cruzada en defensa de la civilización cristiana” llevada a cabo por tropas mercenarias islamistas, por cierto, conocidas por su enorme brutalidad, y lideradas por el mariscal Mohamed Mezian que acaba de ser homenajeado en Marruecos por el Embajador del Gobierno español con asistencia de altos mandos del ejército español. Es más, estas tropas fueron equipadas con material alemán e italiano, contando con el apoyo de 75.420 soldados italianos pertenecientes a destacamentos fascistas italianos que gozaron de plena autonomía, sin obedecer las órdenes de los líderes militares españoles. Además de estas tropas extranjeras, los asesores nazis alemanes fueron los que definieron la estrategia aérea del bando golpista, realizando los bombardeos que incluyeron ataques sistemáticos a la población civil, no sólo de Guernica, sino de 26 otras ciudades españolas, incluyendo gran parte de las ciudades de Cataluña, bombardeos que tuvieron como objetivo desmoralizar a la ciudadanía que vivía en tales centros urbanos. En estos bombardeos jugaron un papel clave los espías fascistas en el lado republicano, incluyendo personas de derechas tan conocidas como Josep Pla (que tiene monumentos en varias partes de Catalunya). El lado golpista no tuvo nunca escasez de equipamiento militar y ello como consecuencia del apoyo conocido y público de la Alemania Nazi y de la Italia fascista a los golpistas españoles. Nunca antes un gobierno español había sido tan dependiente de los intereses y fuerzas extranjeras como lo fue el bando golpista. Llamar a este bando, el bando nacional, identificado con la defensa de la nación española, tal como los golpistas se autodefinieron, es ignorar que su victoria se debía a fuerzas extranjeras sin las cuales el golpe militar hubiera sido una nota a pie de página en la historia de España, como lo fueron otros alzamientos militares anteriores.

Fue precisamente la gran resistencia popular a este alzamiento lo que explica que, a pesar de la enorme ayuda nazi y fascista italiana a los golpistas, éstos no ganaron hasta tres años después de iniciarse el golpe. La República tuvo muy poca ayuda militar. El infame pacto de No Intervención se debía –tal como señaló Winston Churchill- a que las clases dominantes de Gran Bretaña y Francia antepusieron sus intereses de clase (temerosos del contagio que una República española progresista pudiera haber tenido en las clases populares de sus propios países) a sus intereses nacionales y geopolíticos, que les habrían tenido que movilizar para interrumpir la expansión del nazismo y del fascismo en Europa. En realidad, los únicos países que ayudaron a España fueron México y la Unión Soviética, ayuda que fue enormemente dificultada por el comportamiento del gobierno francés que no colaboró en su mayoría en el tráfico de armas a la España republicana. La única ayuda extranjera vino a través de las Brigadas Internacionales, cuyo efectivo en batalla nunca alcanzó más de 12.000 soldados, aun cuando el número de brigadistas extranjeros a lo largo de todo el período fue de alrededor de 30.000. Por otra parte, las tensiones dentro del lado republicano no fueron la causa, sino el síntoma de la falta de apoyo internacional. Algún cronista de tales desacuerdos, como George Orwell, exageraron el papel del Partido Comunista, atribuyéndole una influencia del que tal partido carecía. Orwell, que como indica Helen Graham no conocía ni el catalán ni el castellano, atribuyó erróneamente a los comunistas el deseo legítimo de la Generalitat de Catalunya de recuperar (durante los famosos sucesos de Mayo) el control de la situación que había perdido inmediatamente después del golpe militar del 18 de julio.

El enorme desequilibrio de equipamiento militar fue lo que dio la victoria a los golpistas, los cuales eran plenamente conscientes de que tenían a la mayoría de la población en contra, tal como reconoció el golpista General Queipo de Llano (hoy enterrado con todos los honores en la Iglesia de la Macarena en Sevilla, ciudad en la que sus tropas asesinaron a 36.422 ciudadanos) en su defensa de lo que él llamaba el “terror saludable” necesario –según él- para imponer su mandato. Este terror de los golpistas continuó después de su victoria con el asesinato de 192.684 personas (ejecutadas o asesinadas entre abril de 1936 y junio de 1944 en cárceles o campos de concentración, según cifras del propio Ministerio de Justicia de aquel régimen), además de 30.000 que todavía hoy permanecen desaparecidos. La mayoría de estas víctimas del fascismo no han sido ni homenajeadas ni reconocidas durante el período democrático (tal como ha ocurrido con las víctimas de ETA), habiendo retrasado el gobierno socialista español tal homenaje por temor a antagonizar a los herederos de los golpistas.

Vicenç Navarro es Catedrático de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra

 

 

 

Represión, miedo y silencio: la Desmemoria Histórica

Enrique González Duro

 

 

Enrique González Duro. La Guardia, Jaén, 1939. Profesor universitario y psiquiatra. Enrique González Duro es uno de los más destacados psiquiatras de nuestro país. Con más de treinta años de labor profesional a sus espaldas, ha sido uno de los grandes renovadores de la psiquiatría en España. Colaborador habitual en diversos medios de comunicación es autor de numerosas obras. Actualmente trabaja en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. Es autor entre otros títulos de Psiquiatría y Sociedad Autoritaria, Consumo de Drogas en España, Distancia a la locura, Treinta años de psiquiatría en España. Memoria de un manicomio, La paranoia. Franco una biografía psicológica, Historia de la locura en España, Biografía interior de Juan Ramón Jiménez, El miedo en la posguerra y La sombra del General.

 

Conferencia pronunciada en el marco de las “Jornadas de Memoria Histórica y Reconstrucción de la Paz”, organizadas por el Instituto de la Paz y los Conflictos (Universidad de Granada), el Foro por la Memoria de Granada y Acción Alternativa, los días 28 y 29 de junio de 2006.

 

La represión franquista durante la guerra civil y la posguerra española fue mucho mayor de lo que los militares rebeldes podrían “justificar” en tanto que necesaria para la consecución de la victoria. Así, en las provincias en las que el Movimiento triunfó desde el primer momento y sin apenas resistencia (Burgos, Valladolid, Navarra, La Coruña, Pontevedra, Cádiz, Huelva, Sevilla, etc.,), la violencia que se ejerció sobre las autoridades republicanas, sobre los militantes de izquierdas, sindicalistas, masones, simpatizantes del Frente Popular o sospechosos de serlo, fue implacablemente sistematizada: detenciones masivas, torturas, vejaciones, trabajo forzoso, encarcelamientos en campos de concentración o en las numerosas cárceles habilitadas, “paseos“, sacas, ejecuciones por condena de los consejos de guerra sumarísimos por delitos de rebelión (“el derecho al revés”), depuraciones profesionales, incautaciones de bienes, etc. Era lo que figuraba en las instrucciones reservadas del General Mola, organizador de la conspiración para el golpe de estado: “La acción ha de ser en extremo violenta […] Hay que extender el terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos a todo el que no piense como nosotros”. Ese plan de exterminio se fue aplicando durante la guerra en todas las zonas que iban siendo “liberadas” por las tropas “nacionales”, y luego en la posguerra.

Cuando a finales de julio de 1.936 Franco, al mando del Ejército del Norte de África, esperaba pasar el Estrecho de Gibraltar, un periodista norteamericano le preguntó cuánto duraría la matanza, ahora que el golpe militar había fracasado. Franco le respondió: “No puede haber acuerdo ni tregua. Seguiré preparando mi avance sobre Madrid. Tomaré la capital. Salvaré a España del marxismo a cualquier precio”. Cuando el periodista le replicó: “¿Significa eso que tendrá que matar a media España?”; un Franco sonriente le respondió: “Le repito, a cualquier precio”. En Sevilla se instaló el feroz Queipo de Llano: los cadáveres se amontonaban, las cárceles estaban atiborradas y patrullas de caballistas realizaban frecuentes “razzias”, en las poblaciones cercanas, al tiempo que él aterrorizaba a toda Andalucía con sus siniestras charlas radiofónicas. Gran parte de la población estaba realmente aterrorizada y pretendía vanamente no enterarse de lo que estaba pasando. Una mujer de Sevilla, por ejemplo, recuerda los días que siguieron a la ocupación del barrio obrero en que vivía: “Pasamos cinco días sin salir de casa para nada […]. Había fusilamientos en el paredón, justo delante de donde vivíamos. Pero yo no los veía. Algunos se despertaban por la mañana para ver a quién habían matado. Los dejaban allí dos o tres horas para que la gente los pudiera ver […]. Los camiones cargados de gente en dirección al cementerio también bajaban por mi calle […]. Pero tampoco queríamos verlos. Cuando sonaban los disparos por la noche nos tapábamos los oídos”. Nadie preguntaba nada porque eso podía implicarle. Era el miedo en estado puro…

Desde Sevilla las columnas africana enviadas por Franco avanzaban rápidamente por Extremadura, llenando de sangre los pueblos que iban tomando y enterrando los cadáveres en fosas comunes cercanas a la carretera. La intimidación y el uso del terror, denominados eufemísticamente “castigo“, estaba especificada en las órdenes que llevaban. La mayor carnicería tuvo lugar el 14 de agosto de 1.936 en Badajoz, donde más de dos mil prisioneros fueron masacrados en la plaza de toros. Tres días antes Franco había enviado una misiva a Mola en la que revelaba su voluntad de purgar de enemigos todo el territorio ocupado, lo que le parecía más importante que una victoria rápida. No tenía ninguna prisa en tomar Madrid, lo que probablemente supondría el fin de la guerra, y prefería una guerra larga, largamente exterminadora de todo adversario posible. A primeros de Septiembre cayó Talavera de la Reina, con la consiguiente masacre. El 21 del mismo mes Yagüe tomó Maqueda, y Franco tomó una decisión aparentemente desconcertante: desvió sus tropas de la ruta hacia Madrid, que comenzaba a fortificarse, y las dirigió hacia Toledo para liberar el Alcázar, asediados por las milicias republicanas. El 27 de septiembre liberó el Alcázar, con el consiguiente efecto propagandístico ante la opinión pública mundial, “chocada” por la pasada matanza de Badajoz. Un día después el alto mando nacionalista confirmó a Franco como Generalísimo de los Ejércitos Nacionales y le confirió el cargo de Jefe de Estado. Inmediatamente, asumió la dirección de la guerra de exterminio tal como él deseaba y comenzó la construcción de un Nuevo Estado en Burgos, haciendo cierta la predicción de historiador republicano José Castillejo: “La guerra, el pánico, la miseria y la memoria de los crímenes horribles van a impedir la libertad durante mucho tiempo”.

Al comenzar la guerra, los sublevados eran incapaces de ponerse de acuerdo sobre la forma constitucional que hubiesen podido poner a la República, pero compartían algunas ideas reaccionarias. Se unificaron en la idea de la vuelta a una España idealizada, a la fuente de la patria y a la hispanidad. Entonces su justificación se hizo primeramente en base a negarle a los adversarios la calidad de españoles. Si se consideraban caducadas las instituciones republicanas, era “porque favorecían el desorden y la revolución”, algo contrario a lo español. Para los militares España era una, eterna y bien ordenada, tierra de tradiciones, religión y orden, una nación organizada y no política. Por consiguiente, cuando el desorden se convirtió en revolución y la sublevación en guerra, se hizo indispensable insistir en la expulsión del adversario fuera de lo español. Siendo la revolución extraña al alma del país, los revolucionarios eran extranjeros. Fueron designados “los rojos”, siendo los comunistas privilegiados después por la propaganda: además de ser enemigos de los valores españoles, aparecían más claramente como “agente del extranjero” e intoxicadores de las incultas clases populares.

La inversión también se situaba en el terreno religioso: el enemigo era impío, quemaba iglesias, quería destruir la esencia de la España tradicional y representaba la Anti-España. Con el apoyo de la jerarquía católica se desarrolló el tema de la cruzada, que ayudó a fijar una nueva ideología con los elementos comunes a todos los sublevados: la patria y la religión. Múltiples propagandistas difundieron esta ideología, en el centro de la cual se situaba el Caudillo, enviado por Dios para salvar España y a la civilización cristiana. De la misma manera que, antes del 18 de julio, se atribuía la responsabilidad del desorden público a los sindicatos y a los partidos de izquierda, fue fácil ver la guerra como una agresión comunista. La deslegitimación del campo heterogéneo del adversario residía en la proyección de una imagen tópica construida alrededor de la noción de “rojo“. La categoría abarcadora de “rojos” se podía declinar en “rojo-separatista” o “rojo-masón”, o bien “republicano”, compañero de viaje. Los rojos no eran el movimiento obrero ni la pequeña burguesía ilustrada, sino esas “hordas salvajes” marxistizadas por agentes del comunismo internacional. No había que tener piedad con ellos… Franco vendía la imagen de baluarte frente a la “barbarie roja”, aunque la denuncia republicana del fuerte apoyo que recibía de las potencias del Eje le obligó a situar el enfrentamiento en el terreno de la defensa patriótica y de la religión católica, esencia de la españolidad: aquello no era una guerra civil, ni mucho menos una guerra de clases. Apenas era una guerra, sino una cruzada contra el comunismo, o en todo caso “una guerra de liberación nacional” contra la invasión extranjera y la “lepra roja”. Así se fijaba la frontera indestructible entre  “nosotros” (los buenos) y “ellos” (los malos), sin paliativos y sin posibilidad de mediación alguna. Ni los obispos la querían.

El primero de abril de 1.939, con el ejército rojo preso o exiliado, Franco obtuvo una resonante victoria, que suponía la rendición incondicional y la sumisión completa del enemigo. No pocos republicanos, combatientes o no, se alegraron un tanto ingenuamente porque supusieron que eso significaba el fin de la cruenta violencia y de tantas privaciones, y porque creyeron lo que la propaganda franquista había difundido por doquier: no habría represalia para los que tuvieran las manos “limpias de sangre”. Incluso muchos de los que se habían exiliado volvieron al cabo de poco tiempo, porque no habían tenido buena acogida en el extranjero, porque el quedarse fuera implicaba un delito cuyas consecuencias pagarían con creces sus propios familiares o porque literalmente fueron puestos en la frontera por el gobierno colaboracionista francés: no sabían que les esperaba la ejecución, la cárcel o, cuando menos, la libertad vigilada por la policía. Muchos republicanos volvieron a sus casas, a sus pueblos de origen, donde serían rechazados como apestados, vejados, detenidos, torturados y encarcelados, otros optaron por echarse al monte, o convertirse en “topos” -también los había en la antigua zona nacional-, ocultados durante años y años en increíbles escondrijos: cuando al fin pudieron salir, algunos habían enloquecido. Todo había sido una vil engañifa propagandística…

Al final de la guerra, todos los combatientes republicanos y muchos significados políticos fueron llamados o buscados e internados en los numerosos campos de concentración distribuidos a lo largo y a lo ancho de todo el país, en pésimas condiciones de habitabilidad e higiene (sin apenas comida, a veces sin agua, sin techo para cobijarse, vejados por los guardianes y por las frecuentes visitas de falangistas y familiares de víctimas nacionales para identificarlos y “sacarlos”, en atroz hacinamiento, con sarna y expuesto a toda clase de enfermedades). Se trataba de clasificarlos, con una lentitud agobiante, en cuatro categorías, una de las cuales era la de Adictos al Movimiento: para demostrarlo tenían que haber sido combatientes no voluntarios y presentar los correspondientes “avales “de “personas de orden”, o del jefe de Falange, el Comandante de puesto de la Guardia Civil y el cura; y aún así tenían que incorporarse a filas para hacer el servicio militar. Muchos más fueron encarcelados, previo paso por la comisaría de policía o el cuartelillo de los falangistas -donde fueron ferozmente torturados durante semanas o meses-, para ser procesados por los juzgados militares y condenados a muerte o a largos años de prisión. Se cebaron especialmente con los militares republicanos: creyeron que sus antiguos compañeros de armas iban a ser benévolos con ellos, teniendo en cuenta además que en su mayoría eran católicos fervientes. Se equivocaron del todo: considerados traidores, fueron de los primeros procesados, juzgados en consejos de guerra sumarísimos, condenados a muerte y ejecutados con la mayor brevedad posible. No se libraron de la purga ni siquiera algunos militares que habían combatido en el bando franquista, siendo cuando menos expulsados del ejército por sus antecedentes masones.

En realidad, la desaparición no significaba el final de la guerra: de hecho el estado de guerra se mantuvo hasta el año 1.948. Había habido una guerra civil, y la naturaleza del conflicto había residido sobre todo en la definición de la forma de sociedad, de la forma misma de la ciudadanía, de la ideología. Porque lo que estaba en juego era sobre todo una cuestión social, los vencedores debieron seguir batallando. Los soldados no tenían más territorio que ocupar, pero el General que los mandaba y sus aliados (falangistas, carlistas, monárquicos, eclesiásticos, conservadores tradicionalistas y gente que había hecho un “pacto de sangre” -¿sangre de quién?- con Franco no habían terminado con el adversario). Por eso dijo Franco que “la paz no existe, la paz es la constante preparación para la guerra“. Y por eso todas las noches el “parte” de Radio Nacional, que los españoles debían oír en posición de firmes y con el brazo en alto, repetía la misma cantinela: “¡Españoles, alerta! España sigue en guerra contra todo enemigo del interior o del exterior, perfectamente fiel a sus caídos”. No se habla de paz, ni mucho menos de reconciliación, sino de victoria, una victoria que jactanciosamente exhiben los vencedores uniformados: falangistas de camisa azul, carlistas de boina roja, guardias civiles, curas, monjas, las muchachas del Auxilio Social o de la Sección Femenina y muchos que lucen emblemas del nuevo régimen tal vez para no resultar sospechosos. Una nueva palabra identificaba al enemigo, una palabra que podía resultar peligrosa para quienes se les atribuyera: “desafecto”. Los desafectos no salían a la calle o de su barrio, a no ser en busca de comida, porque iban muy mal vestidos y podían ser identificados. En la Gran Vía de Madrid estaba prohibido circular sin chaqueta ni corbata. Los periódicos, absolutamente controlados por el nuevo régimen, atizaban el fuego, repetían machaconamente los tremebundos estragos que los republicanos habían cometido en la guerra y por los que debían pagar, alentando a la delación. La victoria era casi la única fuente de legitimación del franquismo. Por eso era continuamente referida y celebrada.

Pero el discurso de la victoria constantemente renovado, cultivaba la retórica de la nostalgia como medio de remoralización y reconstrucción nacional, de recuperación o vuelta a un pasado mítico (El Cid, Los Reyes Católicos, Felipe II, etc.); una retórica de la obediencia como fundamento de la vida política. La historiografía franquista se planteaba junto a la glorificación de Franco, una identificación infantil y narcisista con el pasado perdido, que chocaba con un hipotético duelo que significaba el reconocimiento implícito de su radical alteridad, de su singularidad, de su anacronismo. Y aunque Franco mantuvo en pie de guerra un ejército de un millón de hombres, con vistas a una posible alianza con Hitler como medio de recuperar parte del viejo imperio español, el discurso fascistoide e imperial resultaba cada vez más incongruente con la creciente penuria económica del país, el hambre de la mayor parte de la población, la cartilla del racionamiento, la falta de abastecimientos, el “estraperlo”, el enriquecimiento súbito de muchos jerarcas del régimen, la ruptura de la familia, la prostitución, la orfandad de tantos niños, la apabullante mendicidad, la corrupción generalizada a todos los niveles.

Así la reconstrucción nacional del Orden Nuevo era prácticamente imposible, por lo que pretendió fundamentarse en la exaltación de lo espiritual, de lo religioso y de lo milagrero; en la moralización de las costumbres y en el exterminio y el silencio de los desafectos. Mientras se concedía a los vencedores vivos o muertos, derechos exclusivos sobre los sentimientos patrióticos, la autojustificación, la sensación de comunidad y sentido del sacrificio, amén del reconocimiento público, de la preferencia en el empleo, de la pensión como caballeros mutilados o ex-cautivos, la lápida de los “caídos” en las iglesias, etc., el “luto republicano” tenía que ser reducido al ámbito de lo muy privado, porque expresarlo públicamente era considerado como un crimen que sólo podía ser redimido por la aceptación del pecado y del castigo. Los republicanos que no estaban en el exilio, en la cárcel o en una fosa común, tenían que “olvidar” su pasado inmediato, aislarse, renunciar a todo sentimiento de pertenencia social y callar siempre. Callar incluso dentro de su propio hogar, porque los hijos iban al colegio o al Auxilio Social y podían contarlo todo. En familia no se podía hablar de la guerra civil. Los que no estaban casados debían hacerlo, bautizar a los hijos, verles cantar el “Cara al Sol” y hasta vestirse de falangistas. Iban incluso a misa y asistían a celebraciones religiosas y patrióticas para no despertar la sospecha de la muchedumbre de delatores, estimulados por el propio régimen, con el que querían congraciarse. No se podían fiar de nadie, pues hasta en los bares y cafés había infiltrados de la policía, que podían denunciarlos incluso por no colaborar en las numerosas cuestaciones que se hacían, o por no saber disimular su alegría por las victorias de los aliados. Cualquiera podía ser detenido por la vía gubernativa y pasarse meses en la cárcel sin cargo alguno. Había que tener mucho cuidado con lo que se hablaba, con lo que se escribía en las cartas familiares, con lo que se decía por teléfono, porque todo estaba absolutamente controlado. De modo que lo mejor era quedarse en casa, trabajar si era posible y no hablar con nadie. El “luto” reducido a lo estrictamente privado era lo menos doloroso para los que habían sido republicanos, o era una simple cuestión de supervivencia, pero a la larga podía aumentar el daño psicológico, la duda, la culpa, o el arrepentimiento. Ellos mismos podían ser los culpables de lo que les había pasado. Está psiquiátricamente comprobado que el acosado que no señala, nombra o denuncia a su agresor, interioriza el conflicto, pierde autoestima e identidad. Imposible hacerlo en aquellos tiempos en que la guerra se prolongaba a través de la guerra simbólica. Los pocos que resistían trataban de reorganizarse, corrían gravísimos peligros, pero ganaban dignidad.

El silencio también se lo auto-impusieron muchas familias conservadoras y de derechas. Todas tenían algún pariente que había “desaparecido”, que había sido ejecutado, que estaba en la cárcel o en el exilio. No era conveniente hablar de ello, podía fracturar la armonía familiar y no era acorde con los nuevos tiempos. Tampoco nadie se sentía obligado a comprender a los “equivocados”, porque un manto de pudor, de pensamiento ortodoxo, de temor de Dios y de rancia religiosidad encubría todo. Y, sin embargo,  la guerra civil permaneció durante muchísimo tiempo en el imaginario colectivo de la gente, como una oscura nebulosa nada fácil de descifrar. Naturalmente, a ello contribuía decisivamente la estricta censura, que no toleraba la menor disidencia de la verdad oficial. Juan Benet, en su novela Volverás a Región, iniciada a comienzos de los años 50 y no publicada hasta 1.967, se refería a la gente de un remoto país -¿España?- que había “optado por olvidar su propia historia: muy pocos deben conservar una idea veraz de sus padres, de sus primeros pasos, de una edad dorada y adolescente que terminó de súbito en un momento de estragos y abandono”. Como en la novela, los niños que crecieron en la dura posguerra, especialmente los de familias republicanas, no se sometían a la estrategia del olvido de los adultos que combatieron en la guerra, porque en su memoria reciente quedaron grabadas experiencias que, por su aparente y desagradable absurdidad, no podían ni querían olvidar. Y el rememorar es parte de la supervivencia psicológica, y es bueno para la introspección y la comprensión de la realidad. “Mi madre nos decía: no digáis nunca que han matado a tu padre. Pasaron años y nadie iba a nuestra casa porque estábamos fichados […]. Mi hermanito de tres años no podía salir a la calle porque los niños le decían: te vamos a matar como a tu padre”.

¿Cómo se puede olvidar eso? Era el comienzo de una ruptura generacional en una familia ya fracturada: los niños querían saber, pero nadie satisfacía su curiosidad, porque de la guerra no se podía hablar y la verdad oficial no convencía a casi nadie.

En la posguerra el tiempo parecía detenido, estancado. Aunque las cárceles se fueron vaciando por sucesivos indultos, los excarcelados seguían controlados por las comisiones sobre la libertad condicional e incluso podían ser deportados. La dura represión continuaba especialmente contra los comunistas, que no cesaban de tratar de organizar la resistencia pese a sus frecuentes caídas, y contra los guerrilleros que fueron masacrados casi en público, juntamente con sus familiares y enlaces. El gobierno se empeñó en acabar con ellos a toda costa y como fuese, lo que no logró hasta pasado el año 1.950. Luego, la posición de Franco se fue consolidando cada vez más, hasta convertirse en una figura clave en la defensa de Occidente. En 1.959 se cambió la política económica y se inició el desarrollo, en buena parte financiado por las divisas que aportaban los turistas y las que enviaban los millones de españoles que trabajaban en el extranjero. Pronto el mito del “milagro económico” desplazaría el mito de la cruzada. En 1.964 se hizo un enorme esfuerzo propagandístico para celebrar, no ya la victoria, sino los “veinticinco años de paz”. La paz significaba en ese año el orden: el control social siguió siendo más importante que la representación, aunque el control a través de la familia, la escuela y el sindicato vertical resultaba cada vez más difícil, cuando no inoperante. La paz debían seguir manteniéndola las fuerzas de seguridad. Pero, a pesar del inmovilismo del régimen, la sociedad española había ido evolucionando una ruptura, no sólo de la memoria, sino también en la narrativa de la identidad personal y colectiva. Ese cambio se debió a los efectos sociales desestabilizadores del “estraperlo” de los años 40 y a los efectos psicológicos de la emigración forzada por el hambre de los años 50 y continuada en los 60. A fines de la década de 1.950, miles de jornaleros sin tierra, arrendatarios y pequeños propietarios habían emigrado del campo a las grandes ciudades industrializadas, donde los “desafectos” podían pasar desapercibidos si no se dedicaban a otra cosa que a trabajar. Los recuerdos de la represión estaban aún muy vivos en los años 60, pero su valor político fue reorientado por la magnitud de un cambio que abría el futuro para los hijos. Para que los hijos progresasen, la generación anterior hubo de sacrificarse.

La resignación se mezclaba con una ligera crítica social compartida con muchos otros trabajadores, reforzando la disociación con el pasado y con la cultura del “pueblo”: “Desde luego, aquí estamos llenos de miseria, pero nada se puede comparar con lo que hemos pasado en el pueblo, enfermedades, hambre, frío y cada año un hijo”. Por lo menos, ahora los inmigrantes podían trabajar, aunque con salarios bajos y viviendo en chabolas, y los hijos tenían mejor porvenir. Durante los años 50 y 60, los inmigrantes rurales se vieron obligados a adoptar una nueva forma de vivir y otras maneras de relacionarse con los demás, saliendo del aislamiento coactivo que habían soportado. Dejaban atrás el pasado y miraban hacia el futuro. Pero la memoria se fue perdiendo casi del todo, aunque persistiesen los malos recuerdos. Lentamente, se fue generalizando un estilo de vida asociado a una incipiente sociedad de consumo y a una cultura de masas: crecía la apatía política y la tendencia a la evasión (el football, el cine, la canción folklórica, etc.). Aumentaba la amnesia colectiva con respecto a lo pasado, y se fue asumiendo el acuerdo tácito de que la guerra civil había sido una trágica locura, de la que todos los españoles habían sido culpables, porque los españoles eran casi congénitamente ingobernables, demasiado apasionados y poco preparados para la democracia. Pero seguía siendo difícil olvidar que el régimen político, tal como seguía funcionando, había nacido con los “castigos” de la guerra y de la posguerra y a costa de las libertades públicas. Una cierta sensación de pecado original, de frustración y de culpa persistió de algún modo mientras se mantuvo el poder franquista. Pero la aceptación de una corresponsabilidad abstracta de todos por lo que había sucedido, suponía justificar la “purificación” y la “purga” efectuada por la dictadura. Esta justificación quedó anticuada en el discurso oficial del régimen, y al cabo de tanto tiempo coincide con la posición actual de los grupos más conservadores, tan neofranquistas en muchos aspectos.

Ciertamente, las generaciones más jóvenes no sabían lo que había pasado en este país, no sólo porque los vencedores lo habían oscurecido y tergiversado, sino también porque los que tanto habían sufrido se guardaron la verdad para sí mismos y no quisieron o no pudieron transmitirla a sus descendientes. Era como si la evocación de los recuerdos trajera consigo los horrores de la guerra y que se repetiría afectando a los mismos de antes. Tras la victoria franquista prosiguió la política de exterminio, represión, depuración y “regeneración” de las víctimas, avalada por la chusca teoría de los fervorosos psiquiatras que abogaban por la higienización de la verdadera raza hispánica, bendecida por la iglesia. Era imposible que las propias víctimas fueran corresponsables de aquello, y sus descendientes biológicos o ideológicos no podían ser cómplices de la conspiración del silencio, ni del miedo impuesto por el régimen a través de una represión que nunca cesó. En todo caso, los españoles fueron prudentes, debiendo aprender que era mejor permanecer callados o desinteresados por las cuestiones políticas. El legado de la guerra y el duro disciplinamiento condujeron a una cierta forma de autocensura que aún, después de tanto tiempo, dura. Hasta finales de los años 80 no pudo iniciarse el movimiento, hoy imparable, de la recuperación de la memoria, en contra de la prolongada inercia y de la desmemoria histórica. Es vergonzoso que aún existan más de treinta mil desaparecidos de la guerra civil, y es sumamente penoso que a los jóvenes actuales se les trate de impedir el conocer un pasado que les fue amputado. El dolor persiste, aunque sea negado por los descendientes biológicos o ideológicos de los vencedores en aras de una reconciliación que nunca se ha efectuado. No se puede confundir la reconciliación con el revanchismo. Aquí y desde hace setenta años los revanchistas siempre han sido los mismos: “ellos”.

 

 

 

¿Legislando la memoria?

Luis Arias Argüelles-Meres

 

Fuente: La Nueva España


Qué le está pasando a este país con la traída y llevada memoria acerca de la II República, la guerra civil y el franquismo? ¿Cómo es posible que, existiendo una bibliografía tan oceánica, todo ello esté aún sin resolver en el debate público de la España de hoy? ¿Por qué el Gobierno de Zapatero retrocedió tanto a la hora de legislar al respecto? ¿Por qué el PP se contradice de forma tan escandalosa acerca de ello? ¿Por qué no nos planteamos la trascendencia de este asunto en la medida en que supone algo decisivo para dirimir la legitimidad democrática del Estado que ahora tenemos? ¿Por qué hay tanta ceguera ante el hecho de que la generación que ahora está en el poder no acepta la forma en que se zanjó en el debate de la vida pública nuestro pasado más inmediato?

Resolver algo así no pasa, desde luego, por el revanchismo, argumento que se esgrime por parte de quienes no desean que se hable acerca del período referido. Pero yo no creo que se pueda considerar tal cosa abominar de una dictadura que hizo un daño irreparable no sólo en la medida en que fue un régimen represor, sino también por el hecho de haber condenado a miles y miles de españoles al exilio.

El señor Rajoy argumenta que todo lo que sea ocuparse oficialmente de estos asuntos supone crear crispación. ¿No recuerda el actual líder de la oposición que fue su antecesor, Aznar, un entusiasta de la figura de Manuel Azaña? ¿También lo ha olvidado doña Esperanza Aguirre, que manifiesta en tono de reproche que el modelo de Zapatero es la II República? ¿Es de recibo que en un momento dado, hace poco más de una década, el partido conservador y sus mariachis hayan utilizado en su discurso a figuras históricas de un tiempo que ahora no quieren recordar? ¿Es pertinente jugar así con la Historia, como si todo lo que la configura fuesen objetos de usar y tirar? ¿Cómo puede cuadrarnos que don Jaime Mayor Oreja en su discurso en el Parlamento europeo contra la condena del franquismo considerase disparatado que estemos en una segunda transición, cuando se da el caso de que Aznar, en su momento, publicó un libro que tenía precisamente por título «La Segunda Transición»? ¿A qué juega el PP entonces?

Gran parte del argumentario contra la II República se fundamenta en que aquel Estado no logró un clima de acuerdo en la sociedad española, al tiempo que favoreció los enfrentamientos, frente a la atmósfera de concordia que presidió la transición. Si la República no logró ese deseado ambiente, alguna responsabilidad tendrían también en ello todas las fuerzas que a ella se oponían.

Es cierto que la transición fue posible, entre otras cosas, por el afán que había de alcanzar acuerdos que permitieran la convivencia. Lo que no está tan claro es que ese clima exista hoy. Y, caso de no haberlo, alguna responsabilidad tendrá en ello el PP. ¿O es, acaso, la única fuerza política dialogante en la España de hoy, frente al sectarismo de las restantes? A tanta desfachatez argumentativa es de esperar que no se llegue.

En cualquier caso, el Gobierno actual ha legislado sobre la memoria colectiva de este país. Estoy persuadido de que la expresión «memoria histórica» no es la más afortunada. Pero la forma en que se ha bautizado el decreto de marras suena a palabrería huera de principio a fin: «proyecto de ley por el que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura».

El derecho a la memoria frente a la amnesia. ¿Con qué derecho se le puede pedir a un país que no recuerde a las víctimas de una guerra y de una dictadura? ¿Con qué razonamientos se puede enarbolar un discurso en virtud del cual las víctimas de los que perdieron la guerra no tienen derecho a ser recordadas? Alguien hablará también de que hubo víctimas entre los vencedores. Por supuesto que sí. Por supuesto que se cometieron atrocidades en ambos bandos. Pero será difícil negar que de eso se hizo recordatorio y martirologio durante cuarenta años. Entonces, se trataría de recordar a todos. Y, eso sí, no como revancha, sino en virtud de reconocer la dignidad no sólo de los que vieron sus vidas y derechos pisoteados, sino también la de un país que tiene la suficiente altura de miras para abominar del horror.

¿No sería deseable y plausible un pacto, sin ruido y sin furia, entre los partidos y administraciones públicas para que todos los restos de la dictadura estén en la Historia, pero no en los callejeros y en organismos oficiales de un Estado democrático?

Legislando la memoria colectiva, acerca de ella. Si esta pluscuamperfecta y bienamada Constitución monárquica es un modelo para la convivencia democrática, ¿por qué tiene que ser tan problemático abominar de una dictadura y dignificar el recuerdo de los que lucharon contra ella? ¿Qué puede tener tal cosa de inquietante?

¿Alguien podría explicarlo?

 

 

 

 

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