Cazarabet conversa con...   Carlos de Dueñas Díez y Aurelio Quintanilla Fisac, editores de “Tormento de Castilla” de Alejandro de Frutos Yagüe (La Uña Rota)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alejandro de Frutos Yagüe es el protagonista de una historia triste...atrapados sus sueños desde el desvelo de una Castilla que, como dice el título del libro, vivió “el tormento”... de muchas formas y variedades tantas como personas que sufrieron la represión y el castigo, en este caso, en el seno de la comunidad de maestros y maestras que fueron uno de los blancos de la represión de los alzados sobre todo .

Este libro valioso, más que nunca, en estos tiempos en los que se vuelve a despreciar cualquier ejercicio alrededor de la Memoria Democrática, nos encontramos con este libro que se acerca a un maestro de Primera Enseñanza que simpatizaba, colaborando con Izquierda republicana.

Esta es la historia de “tener un poco de suerte” porque el protagonista ya estaba delante del pelotón de fusilamiento.

La historia, que contiene varias historias a la vez, es rescatada por Aurelio Quintanilla Fisac y Carlos de Dueñas Díez.

La sinopsis del libro:

La historia de un joven maestro republicano que en 1936 sobrevivió a un fusilamiento y lo contó en "Tormento de Castilla", publicado en 1937.

Segovia, 11 de agosto 1936. Alejandro de Frutos Yagüe, 23 años, maestro, es detenido por un grupo de falangistas en la Calle Real, frente a la Casa de los Picos. A media noche, tras sufrir torturas y vejaciones varias, lo conducen en un coche hasta el cementerio para ser fusilado. Pero una vez allí, esquivando un disparo, consigue milagrosamente escapar y ocultarse durante dos días camino de la sierra de Guadarrama. En 1937, ya en Madrid, decide escribir y publicar esta historia con sus fortunas, peligros y adversidades en un librito de 32 páginas titulado Tormento de Castilla: cómo escapé de la muerte, con un prólogo de Antonio Linage.

Ochenta y cinco años más tarde, Carlos de Dueñas Díez y Aurelio Quintanilla Fisac, descubren la única copia en papel que se conserva de Tormento de Castilla en la biblioteca de la Universidad de San Diego, California. Fascinados por el relato de la peripecia de Alejandro de Frutos, donde además testimonia cómo se fraguó el golpe de Estado en la provincia de Segovia, deciden emprender una investigación para desentrañar la vida y circunstancias de su enigmático autor.

Este libro reproduce, por primera vez desde 1937, la edición original de Tormento de Castilla, además de recoger íntegros los trece artículos políticos que su autor publicó en Heraldo Segoviano desde el 1 de septiembre de 1935 hasta el 19 de julio de 1936, que le puso en el punto de mira de los golpistas.

Testimonio necesario de una época y de una ciudad, Tormento de Castilla también es una indagación bien documentada que logra descifrar un rompecabezas y arrojar así un poco más de luz a nuestra Historia.

¿Quién fue Alejandro de Frutos Yagüe?

Alejandro de Frutos Yagüe (Torre Val de San Pedro, 1913 -Madrid 1984), nacido en el seno de una familia humilde, de padre jornalero y madre ama de casa, pronto se muda a vivir al casco viejo de Segovia. De profesión maestro de Primera Enseñanza, simpatiza y colabora con partido Izquierda Republicana una vez se proclama la II República.  Escribe artículos y cuentos para diversos periódicos locales hasta que en agosto de 1936 es detenido y conducido para ser ejecutado junto al cementerio

Nos acercamos a los dos docentes que rescataron la historia de Frutos Yagüe:

Carlos de Dueñas Díez, (Medina del Campo, 1954), profesor y autor de varios libros sobre historia de la educación, entre los que destacan La represión franquista de la enseñanza en Segovia, junto a Lola Grimau, y Culto a la cultura. Historia de la Universidad Popular Segoviana 1919-1936.

Aurelio Quintanilla Fisac, (Segovia, 1944), maestro.

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Carlos de Dueñas Díez y Aurelio Quintanilla Fisac:

-Amigos, ¿qué es lo que os llevó a investigar sobre ese tormento que vivió Castilla como zona que fue "ganada" en su mayor parte por los alzados y en los que se estableció la represión, también, desde un primer momento?   

-Comenzó todo con la preocupación por la represión sufrida por los maestros tras el golpe de estado de 1936 y la guerra civil consiguiente. De allí nació el trabajo publicado por Lola Grimau y Carlos de Dueñas La represión franquista de la enseñanza en Segovia. Aurelio Quintanilla fue acompañante y colaborador en muchas de las entrevistas realizadas a testigos de la época.

-Y parte del blanco de esta represión fue el colectivo de maestros y maestras, ¿verdad? ;¿por qué?-Colectivo que se caracterizaba por simpatizar por el republicanismo y, más concretamente, desde la izquierda... ¿qué nos puedes decir?

-La dureza del castigo infringido a los maestros por haber permanecido fieles al sistema legalmente constituido fue enorme, pero sorprende aún más la ejercida sobre el magisterio segoviano, en una provincia en la que la represión se produce desde el primer momento -14 de agosto de 1936- y con una crueldad muy superior a otras provincias en las que la fluctuación de los frentes de combate y, por tanto su adscripción a los bandos contendientes, podría explicar que la brutalidad hubiera sido mayor. Obviamente esa tremenda represión se explica por los movimientos pedagógicos y estructurales desarrollados en Segovia en los años veinte y durante el periodo republicano, así como por el fuerte compromiso con el sistema nacido en abril de 1931, que también recogimos en el trabajo De las sombras a la luz. La enseñanza en Segovia 1900-1931.

-¿Hay o hubo algún incentivo , amigos, qué os ha hecho  investigar sobre en concreto este maestro Alejandro de Frutos Yagüe?; ¿qué tenía de particular?

-En las entrevistas que antes mencionábamos hubo varias personas que nos hablaron de un maestro, Alejandro de Frutos, que había sido paseado junto al cementerio de Segovia y que por motivos, a veces imaginados por los narradores, había conseguido escapar indemne.

-¿Qué conocéis de él como persona?; ¿y como maestro?

-Lo pocos datos que tenemos de él son los que, después de un enorme esfuerzo de búsqueda, hemos recogido en nuestra edición de Tormento de Castilla, lo que es un claro índice del exilio interno, y en muchas ocasiones personal, de los represaliados a lo largo de toda su vida: pública, porque se les condenó al ostracismo, y privada, porque ocultaron sus vivencias, en muchas ocasiones, a sus propias familias, renunciando así a sus propias vidas y experiencias vitales previas.

-Un hombre que tuvo una suerte muy, muy particular porque ante el pelotón de fusilamiento tiene la suerte de salir con vida...

-Aclarar, primero, que no se enfrentaba a un pelotón de fusilamiento; para calificarlo así tendría que haberse celebrado un juicio (quizá tan espurio como los que se celebraron entonces), dictado una sentencia de muerte y haberse formado el pelotón. No fue así. Como cuenta Alejandro, unos cuantos falangistas lo secuestran en la calle, a punta de pistola, y después de vejarle todo lo que les vino en gana, intenta uno de ellos pegarle un tiro.

-¿Por qué van los falangistas en un lugar, relativamente tranquilo, a por él para torturarle, cebarse y  pretender matarle?

-La respuesta anterior nos indica que la fortuna de haberse salvado de la ejecución no excluía la muerte vivencial. También refleja la crueldad y la codicia de aquellos adeptos al nuevo régimen fascista, que se movían, en muchas ocasiones, no ya tanto por convicciones ideológicas, como por una mezcla de estas con turbios intereses personales, de ahí el sistema de delación y caciquismo exacerbado que se implantó en España desde 1939.

-Cuando consigue escapar, después de varios días escondiéndose y escapando de la muerte, llega a Madrid donde escribe su periplo: Tormento de Castilla: cómo escapé de la muerte, ¿cómo fueron esos días y el escribir esa experiencia fue una manera de exorcizar los miedos internos, el verse ante la muerte...?

-Pretender comprender lo que llevó a Alejandro de Frutos a escribir sobre esa cruel experiencia es excesivamente aventurado. Podemos suponer que sería una especie de ejercicio catártico, a la vez que una denuncia del nuevo régimen e, incluso, una puntualización precisa y rigurosa sobre lo publicado en la prensa de Madrid al respecto –Juan de Gredos- y que mencionamos en nuestro trabajo.

-¿Qué pasa con ese original para que más de ochenta años después seáis vosotros dos los que encontréis la única copia que quedaba en la Biblioteca de la Universidad de San Diego, en California?

-El hallazgo fue consecuencia de la búsqueda de documentación sobre otros temas relacionados con la guerra civil. Pero sobre todo se debió a la amabilidad sin cuento de los bibliotecarios de la Biblioteca de la Universidad de Toronto -a los que también desde aquí les damos las gracias- Cassidy Foxcroft, Patricia Serafini y Mike Hamilton 

-Allí, además de quedaros fascinados por el periplo de Frutos Yagüe, también os enteráis, por el relato de éste, de cómo ha sido la planificación del alzamiento en la provincia de Segovia, ¿verdad? ¿Cómo fue?

-Una de las tareas que nos planteamos al realizar este trabajo fue la de contextualizar la situación previa, inmediata y posterior –hasta finales de ese mismo año- al golpe de estado que reflejara algunos hechos –creemos que poco conocidos- del levantamiento militar, así como su absoluta falta de justificación y su tremenda brutalidad. Golpe, que también hemos querido referenciar, se venía fraguando desde el mismo día de la proclamación de la República. En estos hechos estuvieron implicadas algunas personas establecidas en Segovia o muy estrechamente vinculadas a esta provincia como, creemos, queda recogido en la publicación.

-¿Qué es lo que más os impresionó de este relato de Frutos Yagüe?

-Su madurez y riqueza narrativa, el uso riguroso del lenguaje e incluso su desapasionamiento, su absoluta falta de visceralidad.

-¿Cómo y de qué manera, desde qué hilos, emprendéis la investigación en  torno a este maestro que casi resucita de la muerte para contar lo suyo y las circunstancias?

-Como ya hemos mencionado todo surge de aquellas entrevistas de comienzos de los años noventa. Pero luego ha sido determinante el encuentro casual con el que sería nuestro editor Carlos Rod de La Uña Rota que se prestó desde el primer momento a sacar a la luz pública ese, entonces posible, trabajo.

-¿Descubrís entonces que además de maestro este republicano de izquierdas escribía en el Heraldo segoviano y que más que probablemente eso lo acabase de poner en el punto de vista, en este caso de los falangistas?

-El compromiso social y político de Alejandro iba mucho más allá de sus publicaciones en Heraldo Segoviano. Basta ver su implicación social y política en asociaciones de maestros, sus trabajos en la fundación y desarrollo de la Federación Universitaria (FUE) escolar de Segovia, su participación en la Universidad Popular de la FUE, su militancia en Izquierda Republicana, su participación en mítines de campaña, etc.

-Pero, ¿de qué trataban esos artículos y colaboraciones suyas en el Heraldo Segoviano?

-En el libro están recogidos los 13 artículos que Alejandro publica desde el 1 de septiembre de 1935 hasta el mismo 19 de julio del 36, por lo que el lector podrá ver en ellos sus preocupaciones. Por nuestra parte, creemos que queda claramente recogido en el análisis y contextualización de esos artículos que hacemos en el libro. Esos artículos, en conjunto, nos muestran la sólida formación, el rigor, la precisión y el compromiso social de Alejandro; así como, su capacidad prospectiva.

-¿Cómo fue el proceso y la tarea ardua de investigación que, además tiene mucho a ver con el proceso de documentación?;¿qué os costó más de conseguir , qué parte del rompecabezas os dio más trabajo para hilvanar esta historia?

-Como ya hemos indicado, todo el proceso fue bastante arduo, considerando la escasez de datos y la dificultad en ocasiones para acceder a ellos. De ahí nuestro agradecimiento a los archiveros y archiveras segovianas: Isabel Álvarez González y Rafael Cantalejo, del Archivo Municipal de Segovia; Enrique Gallego Lázaro, del Archivo General Militar de Segovia; M.ª del Mar Peñas, del Archivo Diocesano de Segovia; Susana Vilches, archivera-bibliotecaria de la Diputación Provincial de Segovia al personal de la Biblioteca Pública de Segovia, y al historiador Santiago Vega Sombría.

-La investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello...el aproximarse a testimonios, más o menos directos, sobre vuestro trabajo...es un trabajo que requiere de trabajo, minuciosidad, pero también de mucha gratificación, ¿qué nos puedes decir?

-Es obvio que poder llevar a la luz estos oscuros acontecimientos, poder precisar y contextualizar unos hechos históricos y que personas como ustedes muestren su interés por todo el proceso es tremendamente gratificante.

-¿Y qué metodología de trabajo habéis  seguido?  , teniendo en cuenta de que sois dos los que  os habéis acercado al Tormento de Castilla de Alejandro de Frutos Yagüe

-Ha sido un proceso de elaboración estrecho y en contacto constante, ya que nuestra amistad y afinidad de largos años nos ha permitido escribir al unisón.

-¿Trabajasteis sobre un guion de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?

-En un primer momento intentamos localizar y recopilar información, fundamentalmente de fuentes primarias, del contexto en el que íbamos a trabajar. El conocimiento aportado por nuestros trabajos previos ayudó a esa contextualización. A partir de ahí, elaboramos un guion de trabajo que nos condujo a completar –hasta donde fuimos capaces y las circunstancias nos permitieron- el rompecabezas.

Así vio la luz esta edición que esperamos sea de interés y aporte algo novedoso a la historiografía de esa época.

 

 

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Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

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