Cazarabet conversa con...   Toni Gasa Serrado, editor del libro “El soldado que quería bailar. Memorias de la Guerra Civil Española en el frente de Aragón 1936-1939” (Comuniter) de Antonio Serrado Sopena

 

 

 

 

 

 

 

Un libro tremendamente especial y que nos muestra cómo fue la vida de un soldado de la guerra civil española en el Frente de Aragón de 1936 a 1939.

Es un libro, plenamente, de memoria.

Se encuentra en la colección Es un decir de Comuniter.

Lo escribe de Antonio Serrado Sopena y la edición corre a cargo de Toni Gasa Serrado.

La sinopsis del libro: Antonio Serrado Sopena (Barcelona 1918 – Lleida 2005) tiene 18 años cuando estalla la Guerra Civil. Aunque era hijo de Monzón, el golpe de estado le sorprende en Fraga, donde está como aprendiz de barbero. 

Sin saber muy bien a qué se enfrentaría, se alista como voluntario en el bando republicano, más por casualidad que por convicciones políticas, momento en el que empieza un periplo que le lleva a recorrer varias posiciones del frente de Aragón, primero en las filas del gobierno de la República y, más tarde, en las de los sublevados. Durante los tres años que dura la guerra, ejerce como barbero personal de Buenaventura Durruti, cae gravemente herido en una batalla, está a punto de ser condenado a muerte por desobediencia y pasa unas semanas preso en Trujillo. 

Con un estilo fresco y muy cercano, Antonio Serrado hace en estas memorias una descripción minuciosa de cómo era el día a día en el frente de guerra, donde mezcla los hitos históricos de un hecho que ha marcado la historia contemporánea de España, con anécdotas cotidianas, dando lugar incluso a escenas hilarantes ante tanto horror.

El autor es Antonio Serrado Sopena, pero os acercamos más bien a la persona encargada de la edición, Toni Gasa Serrado. Lleida,1979

Toni Gasa (Lleida, 1979) es licenciado en Periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona, máster en Marketing digital y doctorando en Arquitectura, Diseño, Moda y Sociedad en la Universidad Politécnica de Madrid. Después de algunas colaboraciones en medios de comunicación, ha desarrollado su carrera profesional como director de comunicación en el sector de la moda y el lujo.

Es autor de la novela Tormenta de Verano (Editorial Milenio).

Ha vivido en Barcelona y actualmente reside en Madrid.

 

 

 

Cazarabet conversa con Toni Gasa Serrado:

-Toni, ¿qué te llevó a guardar cuidado de lo escrito por el propio Antonio Serrado Sopena sobre sus vicisitudes en la Guerra de España?

-Después de recuperar una copia de las memorias de mi abuelo, fue una sorpresa descubrir un documento tan valioso por varias razones. Contaba sus vivencias en primera persona de unos hechos tan importantes de nuestra historia, pero además lo hacía con un tono muy cercano, estaban muy bien escritas, y es que mi abuelo era un gran contador de historias. Por eso me pareció muy interesante que vieran la luz más allá del ámbito familiar, porque era un documento histórico de alto interés.

 

-¿Qué te lleva  a ti a guardar cuidado de esta edición?

-Mi labor fue básicamente ordenar los hechos narrados y pulir un poco el lenguaje, pero siempre respetando el estilo con el que están escritas, que refleja muy bien la forma que tenía mi abuelo de contar historias, y esto para mí era muy importante que se mantuviera. También hice una labor de investigación histórica para asegurar la veracidad de los hechos narrados.

 

-¿Cómo te has aproximado de manera especial a Antonio Serrado Sopena?; ¿cómo se documenta una persona que guarda cuidado sobre un libro que narra, como a manera de autobiografía de guerra, sus días en la contienda?

-Mi abuelo narra en sus memorias hechos muy concretos, nombra lugares, batallones, fecha batallas... por supuesto que no dudaba de su veracidad, ya que mi abuelo tenía una gran memoria (importante resaltar que escribió estas memorias cuando tenía 70 años), pero ya que había decidido intentar publicarlas, quise comprobar el máximo de datos posible. Todo esto fue durante parte del año 2020 y 2021, donde todavía había confinamientos varios, así que tuve que tirar de archivos digitales y de varios libros y tesis que pude comprar por internet.

 

-¿Qué has aprendido desde tu trabajo de editor de este libro?, ¿y cómo persona… qué se lleva Toni Gasa de Antonio Serrado?, porque soy de las que piensa que detrás de cada lectura hay una lección… un aprendizaje.

-Ha sido un viaje emocional muy intenso. Mi abuelo siempre había contado anécdotas de la guerra, pero leer con tanto detalle cómo fue su día a día en el frente, las penurias que pasaron, que fue herido casi de muerte, que estuvieron a punto de fusilarlo, el cambio de bando, me hizo darme cuenta con más contundencia de las vidas tan duras que tuvieron los de su generación. Para mí fue conmovedor imaginar a mi abuelo con 18 años, me ayudó a entenderlo mucho mejor, a quererlo más -si eso es posible- y a echarlo mucho de menos.

 

-¿Cómo ha sido trabajar con Comuniter?

-Ha sido un honor trabajar con el maravilloso equipo de Comuniter. Les estoy muy agradecido a Manuel Baile y a Juan Soro por el trato, el interés y el mimo que han puesto en hacer realidad este libro, así que no tengo más que palabras buenas para ellos. Es un privilegio formar parte de su catálogo, ya que están haciendo una gran labor recogiendo testimonios como los de mi abuelo.

 

-Lo del título: El soldado que quería bailar, es, además de “bonito y acertado” muy “pegadizo” y como que da con el carácter que “me da” tenía y retenía en vida Antonio Serrado …al que imagino como una persona vitalista, alegre dentro de lo que cabe…

-Totalmente, creo que resume muy bien cómo era. Era una persona muy alegre, enérgica y decidida, y adoraba bailar, por eso titulé así las memorias. Su ídolo era Fred Astaire, y toda la vida, incluso en la guerra, le baile fue muy importante. Era un gran bailarín, y bailó hasta casi el final de su vida.

 

-Como un chaval de dieciocho años se llega a alistar como voluntario como decís en el libro “más por casualidad que por convicciones políticas”, ya me perdonarás, pero no entiendo, aquí, lo de “casualidad”, así en el contexto de una guerra…

-Él cuenta que cuando el 18 de julio las noticias hablan del golpe de estado, y empieza a ver movilizaciones en Fraga, que es donde estaba en esos momentos de aprendiz de barbero, no entendía qué estaba pasando. Reconoce que sabe poco de política, sus intereses como chaval de 18 años eran disfrutar de los momentos en los que no estaba trabajando, con sus amigos y bailando. Los barberos son colectivizados y ante la incertidumbre de lo que eso iba a suponer, decide alistarse como voluntario en el frente. Yo creo que fue por absoluta inconsciencia juvenil.

  

-Vive la guerra en las trincheras del frente de Aragón, ¿qué destacarías de aquellos días y de aquellas vivencias?

-Sobre todo me impactó imaginar la dureza de estar días y días en el monte, con frío y calor extremos, poco equipado y sin saber realmente qué estaban haciendo allí. Hay incluso alguna anécdota que no voy a contar de cómo se relacionaban los soldados de uno y otro bando aun estando en trincheras contrarias...

 

-¿Cómo es “el paso” de un bando a otro…empieza como “voluntario sin convicciones políticas” en el bando republicano y acaba, en el mismo frente, en el bando sublevado?

-Empezó en el bando republicano porque es lo que le tocó, en la Guerra Civil funcionaba así, hubo mucha gente luchando en el bando que no era el "suyo". A medida que la guerra avanza, él va tomando conciencia de lo que está pasando y cuando ya veía que el bando republicano tenía las de perder, por supervivencia, consigo pasarle al bando sublevado que, con termina siendo más afín a su forma de pensar.

 

-Lo que Antonio no puede quejarse es de vivir acontecimientos llamativos que casi podríamos calificar de “anecdotarios” como es que empezase siendo el barbero de Buenaventura Durruti… ¿qué recordaba de esos días?

-Esa anécdota me parece muy curiosa. Durruti fue una figura muy destacada y respetada, e imaginar a mi abuelo afeitándole nos hace ver que en la guerra la vida siempre continuaba, además de la confianza que depositaba en él, no olvidemos que mi abuelo pasaba una navaja afilada muy cerca de su cuello...

 

-¿Cómo  plasmaba  Antonio sus vivencias “negro sobre blanco”?

-Escribió sus memorias con 70 años, y lo hizo en su máquina de escribir. Intentamos enseñarle a que lo hiciera con el ordenador, pero no se aclaraba. MI abuelo pudo estudiar hasta bachillerato porque tuvo que ponerse a trabajar muy joven, pero fue siempre un hombre muy culto, muy leído, y un gran narrador, así que su manera de escribir refleja muy bien su estilo característico.

 

-¿Lo que le va sucediendo en el trascurso de la guerra tú lo calificarías como de hechos y acontecimientos dentro de la normalidad?

-Sin duda una guerra civil es algo absolutamente anormal. No tiene sentido que los hermanos se maten. La Guerra Civil fue un desastre, y este es el mensaje que mi abuelo quiso transmitir con estas memorias, pero a pesar de lo terrible de la guerra, no deja de sorprenderme los momentos de risas, de diversión y de camaradería entre tanto horror. La vida siempre se abre paso, las ganas de sobrevivir, y no olvidemos que en su gran mayoría era chavales de veinte años.

 

-Bueno, puede que lo que más destaque, quizás por jugarse la vida, es que está a punto de ser condenado a muerte por un acto de desobediencia…de esos de los que se saca pecho, pero que te pueden costar muy, muy caros…

-No hay una anécdota que pueda resumir mejor su carácter... Tenía mucho genio, un pronto muy fuerte, y era valiente, no se amedrentaba ante las dificultades.

 

-Lo que si hace Antonio es a los malos momentos ponerle cierta “buena cara”, hay un poco de “fino cinismo”… ¿qué nos puedes decir?

-También es algo que refleja muy bien su carácter. Era una persona alegre, tenía un gran sentido del humor, le encantaba contar chistes, chascarrillos, así que no creo que sea cinismo, yo creo que se juntaba la juventud, su inconsciencia, unas ganas de vivir muy fuerte y carácter.

 

-Amigo, ¿en qué andas trabajando ahora?, ¿nos sorprenderás con algún libro, trabajo de edición…?

-Siempre tengo algo entre manos... escribir es parte de mi vida, así que hay una historia que lleva rondándome por la cabeza desde hace algunos meses, así que no me quedará más remedio que escribirla.

 

 

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Mas de las Matas (Teruel)

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