Cazarabet conversa con... Jordi Siracusa, autor de “Sinfonía
Azul Prusia. Crónicas del Conde de Peralada” (Comuniter)
Vuelve el
escritor Jordi Siracusa que, en los últimos años, ha encontrado su sitio y
lugar en la editorial Comuniter, en su colección narrativa.
La sinopsis de la
historia: Sinfonía Azul Prusia es el relato de un tiempo del Siglo de
las Luces y de los lugares y personajes que lo vivieron. En la novela, Jordi
Siracusa sabe pintar y contarnos cómo cada uno de los actores se mueve por
el tablero de la ficción buscando su lugar en los acontecimientos y en su
propia quimera. A los hechos reales que relata, añade otros que fueron posibles
y que cambiaron el curso de la Historia. Entre líneas, averiguaremos pasados,
viviremos presentes e imaginaremos futuros de los numerosos protagonistas que
pueblan sus páginas, bajo la influencia del Azul de Prusia, color reservado a
las personas de la realeza.
El personaje
principal es Ferran Rocabertí-Boixadors, noveno conde
de Peralada, doctor en ciencias y en licencias, Tenorio del settecento,
Casanova español a quien ni el sevillano ni el veneciano toman ventaja en
bizarría ni en recursos amatorios. Su época es el escenario por el que
desarrolla su labor de espía, diplomático, espadachín y duelista virtuoso.
Tanto en los Reales Sitios de la corte de Carlos III, como en las cercanas de
Versalles, Roma o Lisboa y en otras lejanas como la de Estambul, San
Petersburgo o Pekín, Peralada amará, confabulará y dejará huella y cadáveres en
nombre de su rey, de sus amigos o en el suyo propio. Le acompañaremos por los
salones del Buen Retiro, Aranjuez, La Granja, el Palacio Real y hasta al
mismísimo pudridero del Escorial. Viviremos sus estancias en la mansión de su
valedor, Luis de Borbón, en el palacio de la Mosquera en Arenas de San Pedro,
allí disfrutará de las sinfonías y amistad de Luigi Boccherini y de Goya y
sus pinceladas. Asistiremos a desafíos en escondidas dehesas y corralas de
Madrid, en jardines y palacetes parisinos, en posadas, ventas y callejones.
Seremos cómplices de sus aventuras galanas en tantos lugares donde el corazón o
la diplomacia le llevan.
En la apasionante
lectura de estas páginas Jordi Siracusa desgrana, con la fina ironía y
el buen hacer a que nos tiene acostumbrados en sus anteriores y excelentes
trabajos, una narración que entusiasmará a las más apasionadas lectoras y al
más exigente de los lectores. Una inolvidable experiencia literaria que
descubriremos salpicada de intrigas, besos y rosas.
El autor,
Jordi Martínez
Brotons o Jordi Siracusa (como prefieran) nació en Barcelona, reside en
Zaragoza y es ciudadano universal. Estado civil: enamorado.
En 2005 publicó
un poemario titulado Ola en tierra adentro (Fuente Alta Libros) y su
primera novela Adiós, Habana, adiós. En 2009 y junto a otras dos
escritoras, publica Veintidós Grullas Doradas. En su segunda novela Al
hilo de la Vida. Eulalia de Borbón, la indómita (Éride
Ediciones,2011), relata la vida de la infanta Eulalia. En La Peregrina y
otras Perlas (2013), presenta siete relatos históricos. En el 2015 publicó:
Paoletta, la pasión de Haití. Ya de la
mano de Editorial Comuniter aparece en el 2017 su celebrada novela: Pingüinos
en París (Bajo dos tricolores). En el 2018 sale la primera de las aventuras
detectivescas de JB, Manila Hotel, a la que siguieron Los infinitos
nombres del diablo y La calva de Shakespeare. En abril de 2022,
apareció Tierra de Teruel, las memorias de un niño que vivió la diáspora
civil durante la Batalla de Teruel. Y ahora nos presenta su nueva novela Sinfonía
Azul Prusia, una crónica de las aventuras del IX conde de Peralada. Entren,
lean, vean y disfruten de la mejor sinfonía del Siglo de las Luces.
Cazarabet
conversa con Jordi Siracusa:
-Jordi, ¿de dónde o desde dónde y desde
qué mundo lector sale este libro Sinfonía Azul Prusia?
-El Siglo de las
Luces es un tiempo atractivo y poco novelado. He tratado de escribir una novela
que retrate este momento de la historia porque creo que será muy interesante
para el público en general y para los amantes del XVIII en particular. Para
ello he recurrido a personajes poco conocidos y que
sin embargo, tuvieron mucha importancia en la segunda mitad del siglo.
-Es
un relato que, a la vez, da luz y muestra ciertos “esperpentos”…
-Efectivamente.
Cada luz tiene su sombra. Así el Siglo de las Luces, el momento de la razón,
tiene la lobreguez de un tiempo en el que el absolutismo se esconde bajo la
pátina de la Ilustración, pero que se conforma con ser solo la antesala de los
cambios. Todo para el Pueblo, pero sin el
Pueblo, resume las intenciones del momento. Una sociedad, educada, culta y
elegante que esconde despotismo, arbitrariedades y como diría la añorada
escritora Montserrat Roig, mucha ropa y poco jabón.
-¿Es tu relato más diferente respecto a los
demás como el que quiere mostrar que Jordi Siracusa es un escritor de historias
varias, un contador de historias?
-Sí, eso me
gustaría pensar, que mis relatos se mueven por la Historia soplando como los
vientos alisios y que tratan de mostrar quienes la protagonizaban, sin perder
la intención de crear personajes y acciones que pudieron ser.
-Mezclas
y no es la primera vez que lo haces como autor realidad o hechos reales con
ficción…es una tarea difícil, pero seguro que es la fórmula con la que te
sientes como más a gusto, ¿no?
-Por supuesto. La
Historia la cuentan los vencedores y los poderosos, pero detrás del relato oficial
están una serie de matices que la complementan y esa es la tarea de la
escritora o del escritor, hacer que la ficción sea tan real que cree una
atmósfera perfecta con lo que nos aseguran que pasó.
-Y
todo bajo una influencia que es la de la realeza que tú aquí nos la presentas
con el color en que se vestía y se presentaba, el Azul Prusia…
-Claro, uno de
los personajes principales, el infante don Luis de Borbón y Farnesio, hermano
de Carlos III, es un ilustrado fiel reflejo de aquel tiempo y el rey, pese a
ser uno de los mejores monarcas de su dinastía, no está exento de actitudes
miserables como la de negar a sus sobrinos honores y apellido; tiene que ser un
aragonés, Francisco de Goya, quien retrate a uno de esos sobrinos, Luis María
de Borbón y Vallabriga, con una indumentaria color
Azul Prusia, reservado solo para miembros de la casa real.
-El personaje del “Casanova” sea en
España, con Ferran Rocaberti-Boixadors, sea en Italia
con el eterno Casanova de siempre tienen cierto “atractivo” del “bon vivant” de
siempre.
-Cierto. Esos
personajes se movían por las cancillerías y las Cortes como peces en el agua.
La conquista mundana y amorosa era para ellos su estilo de vida, para ello se
necesitaba de ciertas dotes de seducción, de buena bolsa, poca vergüenza y
mucha suerte, por eso nos resultan tan encantadores, en el sentido más
convencional del adjetivo.
-Y
lo tienen todo como un James Bond de épocas pasadas…este no enarbola una
pistola con silenciador, sino que se reta en duelos como espadachín…todo para
satisfacer sus tareas que van desde el ser espía a ser un diplomático un tanto
como que va por libre…
-En efecto,
siempre hubo y habrá, agentes secretos y diplomáticos poco ortodoxos que saquen
las castañas del fuego. Ferran de Rocabertí obedece
con gusto la orden real de espiar, pactar, engañar, intrigar, robar y matar por
la Corona. Dice el propio Peralada: Y a
pesar de todo, no creo haber merecido un lugar en el infierno.
-Luego
está su parte, cómo decirlo, como más sinfónica que son sus “artes amatorias”
con todo un repertorio que deja en un segundo eslabón a Frank Sinatra, actor y
cantante al que las actrices definían que las enamoraba debajo de las sábanas…
-Es un seductor y
ejerce de ello. Pero, al igual que Casanova, es el eterno seducido, nunca busca
sus conquistas con engaños y entre oscuridades; a pesar de su innata necesidad
de conquistar, tiene un gran respeto por las mujeres, siempre hay ternura en
sus relaciones, aunque sean pasajeras. Y no le importa si las sábanas son de
hilo o de algodón, ni siquiera que haya sábanas, lo que más le interesa es
sentir que le aman y le desean.
-Esta
gente marcó una época…un antes y un después, ¿no?
-Sí, pero es un
retrato falso, por lo menos en lo que se refiere a los ambientes cortesanos y
palaciegos. La historia de aquellos tiempos fue escrita casi siempre por
hombres y eran ellos los que se vanagloriaban de sus éxitos amorosos; sin
embargo y pese a lo que nos han contado, las mujeres no les anduvieron a la
zaga. No solo las cortesanas, también las nobles de la época, sentaron cátedra.
Verdaderas maestras en el arte amatorio, tuvieron a reyes, príncipes y nobles,
sometidos a sus voluntades y a sus caprichos; las cortes europeas y los
llamados salones literarios, uno de los
aspectos característicos de la Ilustración, fueron su campo de juego y
los paniers y las aparatosas vestimentas femeninas
no les representaron ningún obstáculo.
-Pero,
además vuelves a conseguir una obra coral con personajes históricos reales de
lo más variopinto y muy reconocidos…esto ha sido muy difícil, ¿no?; ¿qué nos
puedes explicar?
-Confieso que así
ha sido. Poco hay sobre el IX conde de Peralada, he tenido que indagar en
archivos, documentos y testamentos. Distinto ha sido sobre ciertos personajes
más reconocidos, pero, sobre ellos, he tenido que separar leyenda de realidad,
incluso visitar los lugares que describo en la novela, por ejemplo, Arenas de
San Pedro, la villa en la que don Luis levantó la que sería su última morada y
que todavía sigue inconclusa.
-¿Cómo ha sido la tarea de
documentación, investigación y demás?
-En el fondo ha
sido muy emocionante, ha sido como desnudar el alma de ciertos personajes.
Descubrir este o aquel detalle, contrastarlo con lo escrito por investigadores
e historiadores ha sido apasionante.
-Amigo
Jordi, ¿qué es lo que te ha costado más y qué es lo que te ha costado menos en
la elaboración de esta novela?
-Lo más difícil
ha sido ponerme en la psicología y el carisma de cada personaje. ¿Cómo era en
realidad Carlos III? ¿Por qué hay tan poco escrito sobre Ferran Rocabertí, IX conde Peralada? ¿Cuáles eran los sentimientos
de Luis de Borbón o de su esposa María Teresa de Vallabriga,
ante la injusticia real? ¿Cómo era en realidad la duquesa de Alba? Ese
ejercicio de empatía ha sido lo más complicado. Y lo más fácil, imaginar
situaciones divertidas que capten la atención del lector.
-Supongo
que la metodología habrá sido poco más o menos la misma, ¿no?
-Si os referís a
definición de personajes, situaciones, geografía, investigación y relato, sí.
Ese es más o menos mi patrón.
-Y
dinos, amigo sigues como en “luna de miel” con Comuniter porque si repites
es que te sientes a gusto editando con ellos…
-Por supuesto, Comuniter
es una familia donde prima más el gusto y la entente, que la búsqueda por la
apuesta fácil. En esta novela, por ejemplo, he querido incluir una serie de
fotografías imitando retratos del siglo XVIII. Tal vez la idea estuviera fuera
de lugar en una publicación del siglo XXI; sin embargo, mi pretensión era
trasmitir algo de la Ilustración (y lo digo con el doble sentido) y el equipo
editorial –pese a sus dudas– se ha venido a ello.
-¿Nos puedes dar alguna pista de lo que estás
trabajando?
-Esta vez voy a
contar mi niñez en la Barcelona de los cincuenta. La ciudad y yo mismo hemos
cambiado tanto, que conviene dejar constancia de las vivencias de aquel niño
que sigue todavía recorriendo una ciudad hoy imposible de adivinar.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)