Cazarabet conversa con...   Catalina Medina López y Carlos Herrero Álamo, responsables del blog “Los paseos literarios por Madrid”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Enredados como estamos por Arturo Barea, ampliando visiones….

Entrevista con Catalina Medina López y Carlos Herrero Álamo, responsables de Los paseos literarios por Madrid.

Carlos Herrero Álamo y Catalina Medina López, Catedráticos jubilados de Lengua castellana y Literatura, han participado en numerosos y variados proyectos y programas de innovación educativa a lo largo de 40 años como profesores en diferentes Institutos de Educación Secundaria.

Desde 1976 han elaborado y siguen estudiando diferentes itinerarios literarios por Madrid y rutas por otras ciudades literarias. En los últimos años estudian y recorren, cuando les es posible, viajes curiosos realizados por el extranjero por escritores españoles.

Son autores y coautores de “El Madrid de Larra “, de “Paseo literario por el Madrid liberal”, “Guía para la elaboración de itinerarios literarios”. Han participado y coordinado numerosos trabajos y proyectos sobre Madrid en la Literatura de los siglos XIX, XX y XXI. 

La información sobre nuestros paseos y viajes literarios puede consultarse en el blog: Paseos literarios por Madrid – Lecturas, materiales, autores y recorridos

e-mail: paseosliterariospormadrid@gmail.com

Estos dos enamorados de la literatura y de su ciudad tienen una cita “como máxima”: “La Literatura es un tesoro infinito de sensaciones, experiencias y vida a nuestra disposición”

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Carlos Herrero y Catalina Medina:

 

- Lo primero que nos gustaría saber es qué son y en qué consisten los paseos literarios por Madrid.

- «La Literatura, dice Antonio Muñoz Molina, nos enseña a mirar dentro de nosotros y mucho más lejos del alcance de nuestra mirada. Es una ventana y también un espejo. Quiero decir: es necesaria. Algunos puritanos la consideran un lujo. En todo caso es un lujo de primera necesidad».

Compartimos esa imagen de la Literatura como una ventana/espejo que se abre y refleja intensamente el mundo externo e interno de la realidad sin dejar de ser un arte necesario para disfrutar y para aprender. A través de la lectura de una obra vivimos las vidas de los personajes y disfrutamos sus costumbres, pasiones y sentimientos.  Cuando recorremos los lugares por los que se mueven los personajes, sentimos su vitalidad y descubrimos su valor.

El paseo literario es una actividad que recrea los recorridos realizados por los personajes literarios y nos descubre el ambiente, los monumentos, la historia y las leyendas de la ciudad y de la gente que vivió en ella.

En nuestros paseos recorremos lugares, recreamos ambientes, estudiamos lo que nos enseña la Historia y disfrutamos de un Madrid siempre vivo y atractivo.

Muchos paseos parten de la lectura previa de una obra, pero otros los organizamos para estudiar y compartir un tema concreto. En todos ellos la documentación e investigación son imprescindibles porque complementan y enriquecen   el trazado del recorrido

Cuando Arturo Barea camina por la ciudad recordando su etapa escolar, nosotros lo seguimos en su paseo y estudiamos el sistema de enseñanza de la época, el número y tipo de escuelas que había, el nivel de calidad pedagógica, las disposiciones legales etc. Cuando bajamos con él a los lavaderos del Manzanares, conocemos el trabajo de la mujer obrera.

Es curioso descubrir que los textos literarios de finales de XIX y comienzos del XX aportan más información que la ciencia histórica tradicional. Mesonero, Larra Galdós, Emilia Pardo Bazán, Baroja y Barea…, recogen en sus obras datos de interés difíciles de encontrar en otras fuentes.

 - Tengo entendido que en estos estáis tú y tu marido y que emprendisteis la andadura de esta aventura siendo profesores, como herramienta didáctica, y que la seguís utilizando, ahora, siendo, ya, profesores jubilados…y es que de la docencia tampoco uno/a se jubila tan fácilmente, ¿verdad?

-Sí, es cierto. Carlos y yo llevamos elaborando y realizando itinerarios literarios desde hace casi cuarenta años. Recorrer con los alumnos y compañeros los lugares descritos en un texto anima a leer, aumenta la curiosidad, desarrolla el interés por investigar, estimula la sensibilidad estética y potencia el trabajo en equipo.

Como técnica de trabajo la presentamos en   cursos de Formación del Profesorado. Desde El Centro de Formación de Profesores Acacias de la Comunidad de Madrid, dirigimos y coordinamos esta actividad diseñada para profesores de Lengua Castellana y Literatura e Historia. 

Ahora seguimos elaborando itinerarios para nuestros amigos y conocidos. Con ellos caminamos y paseamos para descubrir autores y novelas que se desarrollan en ese Madrid escondido que envuelve con sus rincones, historias y leyendas. Realizamos estos recorridos de forma altruista para disfrutar con nuestros amigos y conocidos del valor de texto literario y del encanto de las calles y lugares de Madrid y de su historia reciente y antigua.

Con los años, nuestros paseos han aumentado en número, diversidad e información sobre la vida, las costumbres, los monumentos y la historia de Madrid y también de otras ciudades.

- ¿A quiénes les dedicáis uno de los paseos literarios?

-El criterio de selección de las obras varía según el tipo de recorrido, el texto concreto del que partimos y el tema de interés propuesto. Nuestros paseos pueden recrear una zona como el Barrio de Las Letras, recorrer lugares diversos como las tertulias femeninas o seguir el itinerario de una novela como “La busca “de Baroja, La forja de Barea, “Luces de bohemia” de Valle –Inclán.

La elección de cada recorrido depende de varios factores:  interés por recrear una etapa concreta como el Madrid liberal, celebrar una efeméride, la aparición de una novela que atrae nuestro interés, profundizar en un tema que llama nuestra atención ….

En nuestro Blog : paseosliterariospormadrid.wordpress.com se puede ver una muestra amplia de autores y recorridos .

-Muchísimas plumas han pasado por Madrid y todas han dejado sus huellas, sendas y paseos…¿en base a qué hacéis unos paseos para unos y no para otros escritores…?

-La elección de una obra u otra para realizar un paseo literario es una decisión en la que intervienen factores diferentes como hemos señalado en la pregunta anterior: efemérides, premios literarios, publicación de una obra, estudio de un tema determinado que atraiga nuestro interés.  En la elección de los temas cuentan los gustos y motivaciones personales. Con motivo del centenario de Galdós elaboramos hasta cinco paseos que abarcan diferentes aspectos de la vida, intereses y obras de este autor.

Con motivo del centenario de Dª Emilia Pardo Bazán elaboramos el recorrido de “Insolación”, una de sus pocas novelas desarrolladas en Madrid.

El interés por reivindicar la obra y vida de escritoras nos ha movido a preparar un itinerario sobre la evolución de la Tertulia femenina a lo largo del siglo XX. A través de este estudio hemos disfrutado conociendo los ambientes culturales y sociológicos de ese período. 

- ¿Qué papel tiene Arturo Barea en estos paseos literarios?

-Nuestro interés por Barea (Badajoz, 1897 - Oxfordshire1957) surgió en los primeros años 80 del siglo pasado.  La publicación de su famosa Trilogía nos atrapó por su sencillez, pureza y fuerza con las que dibujaba una sociedad injusta, pobre y estancada. Nos atrajo también la precisión y cercanía con la que, desde la madurez, contaba anécdotas, sentimientos y situaciones vividos por el escritor desde su infancia hasta su exilio. Además, en “La forja de un rebelde se traza un plano del Madrid en una época 1907 a 1938 interesantísima.  

En un momento del relato dice: «Veo hoy la escena con ojos que entonces no tenía». Esta confesión explica la perspectiva y el punto crítico con el que él describe los hechos vividos muchos años antes. Sorprende la precisión y claridad con la que recuerda en su madurez las situaciones vividas cuarenta años atrás.

Desde el principio nos impresionó su propia vida desarrollada en mundos y situaciones tan diferentes que le marcaron como persona y como escritor desde la infancia hasta su muerte.

La niñez vivida entre la comodidad de una casa acomodada en el centro de Madrid y la pobreza compartida en la buhardilla de Lavapiés, los trabajos en la bisutería y en el Banco Credit Lyonnais, su participación en la Guerra de Marruecos donde vivió a derrota de Annual en 1921, su militancia en el Partido Socialista y en la UGT, su actuación  como censor (farero de Telefónica) durante la Guerra Civil , su exilio, el éxito en la BBC y la muerte prematura en 1957 son ejemplos de esa vida difícil y compleja a la que se suma el divorcio y la lejanía de sus hijos desde 1938.

Su vida es la historia de un hombre comprometido, valiente y rebelde que como podemos leer en su lápida funeraria fue un: 

“… símbolo de las enormes causas perdidas de nuestra generación – la causa de España, la de los judíos, la de la social democracia en Alemania, en Italia, en fin, en toda Europa “

- ¿Qué intentáis reflejar en el mismo?

-Ya hemos comentado que en “La forja de un rebelde” Arturo Barea relata su vida y sus relaciones en ese Madrid apasionante que él recorrió tantas veces.  En esta obra autobiográfica recoge sus recuerdos y anécdotas personales de su niñez.

En el paseo dedicado a Barea: “Desde mi barrio a mi colegio “, nos centramos en el periodo de 1907 a 1914 que son los años de su niñez y formación como adolescente. Recorremos las calles en las que jugó en el barrio de Palacio y su recorrido hasta Lavapiés “Todos los días, durante muchos años de mi vida de niño he bajado desde las puertas del Palacio Real a las puertas del Mundo Nuevo”…

En su elaboración solo hemos considerado la primera parte de “La forja”, novela estructurada en dos partes de diez capítulos cada una.

El paseo atraviesa la obra como si fuera su columna vertebral y nos muestra dos zonas muy diferentes y muy queridas por Barea: la zona de Palacio y la de Lavapiés. Dos caras opuestas de la misma ciudad. El recorrido refleja la dura experiencia de un niño que a diario se mueve en el barrio acomodado en el que vive con sus tíos, y en la zona de Lavapiés, donde se encuentra el Colegio y la buhardilla donde viven su madre y sus hermanos.

El itinerario «Desde mi barrio hasta mi colegio» se percibe como un descenso físico y social desde el barrio rico hasta el barrio pobre. El paseo nos descubre las desigualdades sociales, la pobreza y el desclasamiento que marcaron su formación y crecimiento. Barea recuerda desde la madurez aquel ambiente difícil en el que nos conmueve el amor hacia su madre, su deseo constante de ganar dinero para retirarla del trabajo de lavandera, el recuerdo cariñoso hacia su tío, el aprecio por los personajes más pobres, la alegría de tantas tardes de juegos infantiles y el desengaño ante la hipocresía de otros personajes.

 “para insultarme, me ha ocurrido que los ricos me han llamado el hijo de la lavandera y los pobres me han llamado el señorito”.

Es interesante anotar la contradicción del muchacho que sufre cuando sus parientes lo tachan de rico, pero disfruta íntimamente cuando repasa su vida de v señorito que viste bien y conoce cosas que los del barrio de Lavapiés no saben.

Este recorrido literario nos anima a estudiar y a hablar de la situación política de España, los barrios y urbanismo de Madrid, las diversiones, la educación y el trabajo de la mujer en el primer tercio del siglo XX.

-¿Qué Arturo Barea se refleja en ese paseo por el Madrid literario?

-Ya hemos dicho que en este paseo se reflejan con claridad dos mundos opuestos de Madrid en los que crece y se forma Barea. En las calles cercanas al Palacio Real sentimos de cerca la relación con sus tíos, el amor y la complicidad con su madre, sus visitas diarias al Café Español, los juegos con sus amigos, sus salidas al cine, los puestos de libros de Callao y sus visitas al Teatro Real evocan con nostalgia ese Madrid que

«huele mejor. No huele a mulas, ni a sudor, ni a humos, ni a corrales sucios… Madrid huele a sol por las mañanas”. 

Con orgullo refiere todo lo que ese ambiente le ha proporcionado: buena formación, comodidad y buenas amistades

En el barrio de Lavapiés, Barea comparte con sus hermanos y su madre una vida humilde caracterizada por la buhardilla, el frío, la falta de comida, los juegos infantiles entre las sábanas colgadas al sol en los lavaderos del Manzanares…

En el paseo reflejamos la formación (forja) de un niño pobre criado en un ambiente de clase media, el nacimiento de su espíritu rebelde, el desengaño y la decepción personal ante las diferencias sociales e injusticias de ese Madrid de principio de siglo.

- ¿Por qué es un autor tardío y poco valorado? 

-Arturo Barea recibió una buena formación en las Escuelas Pías de San Fernando hasta los trece años. La muerte de su tío trunca las expectativas e ilusiones de ser ingeniero y cambia su futuro. La guerra de Marruecos y la Guerra Civil, el divorcio de su mujer y el exilio cambian su vida.

Barea sintió siempre curiosidad por los medios de comunicación, interés por el cine y por la lectura, pero hasta 1937 no se le conoce ninguna publicación.  En mayo de ese año publica un artículo en el periódico El Sol titulado “Madre” en el que muestra el dolor de una mujer descrita con los rasgos de su madre a la que tanto quiso.  En 1938 publica “Valor y miedo: relatos” referidos a las dolorosas situaciones vividas en la Guerra Civil.

Barea no vuelve a publicar hasta en 1941, año en el que, ya exiliado en Inglaterra, publica en inglés “La forja”. Dos años después publica “La ruta” y en 1946, “La llama”. En 1951 la editorial Losada edita en Argentina las tres novelas con el nombre de “La forja de un rebelde”. En España no aparece la trilogía hasta 1978 editada por Turner. La edición argentina es un éxito y la obra se traduce a diez idiomas.

“La forja de un rebelde “es la historia de una vocación tardía, dispersa, intermitente que se logra gracias a un conjunto de circunstancias excepcionales e imprevistas. Aquel muchacho que leía novelas compradas en los puestos de la calle, sentía curiosidad por los medios de comunicación y le gustaba ver películas en los cines madrileños, acaba siendo cronista de los trágicos sucesos de la Guerra Civil y posteriormente autor de una visión de España llena de amor y dolor.

Entre 1948 y 1952, Barea es el quinto escritor en lengua castellana más traducido a otros idiomas.

Otras obras suyas menos conocidas son “Lorca: the poet and the people”, “Unamuno”, “La raíz rota” y “El centro de la pista” y algunas reseñas sobre Sender y Camilo José Cela.

Estos datos confirman que Barea llegó a ser escritor desde la faceta de periodista radiofónico, primero en Madrid (La voz desconocida de Madrid, seudónimo con el que se dirigía a los oyentes desde un sótano de la Telefónica) y después en la BBC donde como Juan de Castilla realizó más de ochocientas charlas a América Latina con las que adquirió fama internacional.  Según William Chislett: 

servían para contrarrestar la propaganda de los nazis en América Latina “

A comienzos de los años 50 del siglo pasado, Barea era el quinto escritor en lengua castellana más traducido a otros idiomas. Desde los años 80 su trilogía ha sido muy valorada por numerosos lectores.  La fractura de la Guerra Civil y la larga dictadura impidieron su reconocimiento. Durante la Dictadura de Franco las únicas alusiones a él se refieren con el despectivo nombre de Arturo Beria (probable alusión al secretario de Stalin).  El exilio a Inglaterra no facilitó su integración en los círculos literarios españoles.

Para Antonio Muñoz Molina, Barea fue “víctima” de la fracturada cultura española posterior a la Guerra Civil y tampoco obtuvo reconocimiento de los escritores exiliados “ortodoxos”.

-También un autor que parecía arrastrar una especie de culpa, de derrota…

-En los escritos de Barea se observa un desasosiego y un malestar producido por diversos acontecimientos que lo apartaron de sus ilusiones y metas:

Quiso ser ingeniero, pero la muerte de su tío lo impidió.

Quiso ser escritor, pero triunfó como periodista.

Quiso a su familia, pero la Guerra lo separó de ella y encontró una nueva relación.

 La paradoja de este escritor es que necesitó perderlo todo, para reencontrarse consigo mismo, encontrar una vida nueva y un reconocimiento profesional como obtuvo en Inglaterra.

-¿Era Barea o crees que llegó a sentirse como un derrotado, en algún momento, entre los derrotados?

-Sí. En 1937 fue despedido como jefe de la censura, se separa de Aurelia, su primera mujer, y se casa en 1938 con Ilse Kulcsar, corresponsal austriaca en la Guerra Civil. Esta relación influye mucho en el cambio y en el futuro de Barea.

Ambos deciden salir de España en 1938. Primero se marchan a Alicante y después a Barcelona. Desde allí se trasladan a Paris donde malviven en el Hotel de L´Alhambre (en sus escritos lo llama Hotel del Hambre). En marzo de 1939 viajan a Inglaterra donde son acogidos por Lord Faringdon en cuya casa viven varios años. En 1948 adquiere la nacionalidad inglesa y se acomoda bien a la vida y costumbres inglesas.

Según el periódico el País (19/XI/ 2012), Barea solicitó a la Embajada de París asilo en México, pero su nombre nunca llegó a figurar en la lista de intelectuales españoles que deseaban emigrar a México. Tampoco obtuvo respuesta de José Bergamín cuando en 1951 le pidió ayuda para publicar “La forja”. Estos dos hechos pueden servir para hablar de ese sentimiento de derrota y aislamiento del escritor.

Los dos fragmentos de la carta dirigida a sus hijos el 2 de agosto de 1956 muestran sus sentimientos:

“En toda esta historia existe el desastre de vuestras vidas; pero la mayor culpa de este desastre ha sido ajena a mí. Ha sido causada por la guerra civil, primero, por la guerra en Europa después y también en una gran medida por la ceguera y el rencor que impidió que al menos alguno de vosotros se reuniera conmigo”.

“Tenía la seguridad de que había de llegar un día en el que mis hijos o al menos alguno de ellos, se daría cuenta de que su padre no era un monstruo ni mucho menos, sino un hombre lleno de cariño y de buena voluntad que se estrelló en todas sus intenciones por circunstancias ajenas a él. Sin que esto sea quitarme culpas de encima”

-De todas maneras, siempre fue un rebelde, con cierto orgullo, ese orgullo de clase, que se hizo a sí mismo, ¿no?

-En la autobiografía de Barea percibimos con naturalidad la formación férrea (forja) y la evolución de un personaje que nos conmueve por su sinceridad, valentía y seguridad con las que se enfrenta (rebelde) a su tía con 13 años, a los parientes que le disputan la herencia, se niega a continuar como alumno pobre en Bachillerato y se rebela ante las injusticias que vive en el Banco con 17 años.

Cuando abandona la casa de los tíos con su madre exclama “Hay en mí todas las iras” producida por el desprecio con el que la tía había y tratando a su madre en los 12 años que la tuvo como criada.

La palabra forja se relaciona con golpe, martillazo, choque sobre el hierro candente. En la formación de este niño hubo demasiados golpes que el muchacho recibe y rechaza con una gran fuerza interior (rebeldía) y mucha rabia 

El último capítulo de la segunda parte de “La forja” se titula Rebelde y es un grito de dolor contra la resignación de su hermano Rafael que dice “a los pobres nos toca aguantarnos”.

Arturo Barea se rebela contra el inmovilismo y estancamiento social, contra la hipocresía de la Iglesia y contra la actitud del capitalismo.

Ese orgullo lo vemos en la respuesta a Corachan, su jefe en el Banco, al que llama ladrón y canalla, le enseña su carnet de La casa del Pueblo y le pide que le pague la liquidación el mismo día que le presenta su dimisión. Todo esto ocurre en 1914. Barea tiene 17 años y cuando sale del Banco a la calle Alcalá, los periódicos anuncian que “ha estallado la guerra europea” (primera guerra mundial).

La palabra forja se relaciona con golpe, martillazo, choque sobre el hierro candente. En la formación de este niño pobre hubo bastantes golpes que el muchacho recibe y rechaza con una gran fuerza interior (rebeldía) y mucha rabia 

-Con la referencia, siempre imperecedera, a personas que quiere como a su madre, a su tío…

-Es importante destacar el precioso homenaje a su madre con el que comienza la obra:

“Doscientos pantalones de la Escolta Real secándose, flotando en el aire junto al Manzanares… Los doscientos pantalones se llenan de viento y se inflan. Me parecen hombres gordos sin cabeza, que se balancean colgados de las cuerdas del tendedero. Los chicos corremos entre los traseros hinchados”.

Son muchos los momentos en la obra en la que Barea sueña con ganar dinero para retirar a su madre del oficio de lavandera. A ella están dedicadas la páginas más tiernas y emotivas de la novela. Destaca y alaba la generosidad y capacidad de sacrificio de esa “mujer pequeñita, un poquito redonda, rápida en sus movimientos, tiene las manos más finas que las de su tía…”

En “La Llama”, tercera novela de la Trilogía habla de su separación matrimonial, del alejamiento y de la muerte de su madre en 1931.

Siempre contó con el amor, comprensión y complicidad de su madre a la que tiene que besar a escondidas de la tía. Cuando los dos se marchan de la casa de los tíos, él va tan orgulloso y ella pensativa y llena de dolor porque todo esto acaba con su deseo de que el niño fuera ingeniero, pero no hay ni una recriminación a la decisión firme del muchacho.

El libro se cierra con el recuerdo lleno de ternura hacia su madre que, abatida y triste, por el relato que acaba de contarle (se ha despedido del banco), le acaricia como siempre la cabeza y le dice: “Ves como todavía eres un niño

En “La forja”, Barea describe la magnífica relación con el tío José, su segundo padre, del que recuerda sus sabios consejos, sus salidas por Madrid y sus viajes al pueblo.  Relata con tristeza el dolor que le produjo su muerte:

      si me duermo, se muere, me digo”

Es estremecedora la descripción del traslado a la casa del tío moribundo

En la obra también hay espacio para hablar de las relaciones con su hermano Rafael con el que comparte aficiones como las de ir al cine o a los merenderos populares.

-La guerra de España le parte por la mitad: en lo personal, en lo profesional y en sus ideas e idearios de cómo deberían ir desarrollándose las cosas

-La Guerra Civil cambió profundamente la vida de Barea. Participó en la toma del cuartel de la Montaña, vio cómo ardían las Escuelas Pías (su Colegio) y fue nombrado censor de Prensa extranjera del Ministerio de Estado en el famoso edificio de Telefónica situado en la Gran Vía madrileña. Su actuación como el farero de Telefónica estuvo completa de situaciones complejas y difíciles en aquellos días de bombardeos terribles. Su misión era no filtrar nada que no fuera victoria del Gobierno. Allí conoció a importantes corresponsales como Hemingway, Martha Gellhron, John Dos Passos y a Ilsa Kulcsar, su ayudante más cercana, periodista austríaca y mujer muy culta e inteligente que lo convenció de que transmitir la verdad sería beneficioso para la causa republicana. Fueron días de miedo y valor.

La dureza de los bombardeos, las largas jornadas de trabajo como censor y como periodista radiofónico, las diferencias de posturas entre los republicanos, su divorcio, la detención de Ilsa… lo llevaron al exilio donde inició una vida nueva alejada de sus raíces, pero tranquila y fructífera en lo profesional.

-Y después el peso de un exilio, con la dura separación de los suyos, y esas duras decisiones que uno/a, a veces, debe de tomar en la vida y que toda la vida, toda, van a ser juzgadas y volver a ser juzgados…

-El exilio es una experiencia dura y en el caso de Barea se dan unas circunstancias especiales que aumentan el dolor de la separación de su familia y el abandono de España a la que nunca volverá. En ese exilio de 18 años mantuvo alguna correspondencia con su hija Adolfina. En las cartas que conocemos, el autor muestra su alegría por esta comunicación y se siente aliviado por la comprensión mostrada por la hija. Los otros tres hijos se marcharon a Brasil y el autor nunca volvió a tener contacto con ellos.

 Antolín, protagonista de su novela “La raíz Rota “cuenta el desengaño sufrido al reencontrarse con su familia en su regreso a España.  Antolín, alter ego de Barea, se siente un extraño en su país de acogida y un extranjero en España.

 Ya hemos comentado la buena adaptación de Barea a las costumbres inglesas y la serenidad que le proporcionaba su nueva relación sentimental, sus éxitos profesionales y sus numerosas amistades.

-Dicen que un escritor no deja de escribir, nunca, la misma historia, ¿es así?, en el caso de las vueltas que da dentro de sí mismo Barea…

-El propio Barea nos informa de sus propósitos como escritor en el prólogo a la edición inglesa de su trilogía:

 “Descubrir cómo y por qué he llegado a ser el que soy; quería comprender las fuerzas y las emociones que están dentro de mis sentimientos y acciones actuales. Traté de encontrarlas no por medio del análisis psicológico, sino evocando las imágenes y las sensaciones que alguna vez vi y sentí, y que más tarde fui absorbiendo y retocando inconscientemente”

-La forja de una rebelde encierra, en sí mismo, ¿a muchas historias que él después retuerce en otras historias y con él mismo?

-Sí, en esta obra dividida en tres novelas abarcan la historia del autor desde la niñez y adolescencia en ese Madrid de comienzos de siglo XX, la dura experiencia de soldado en Marruecos y el horror de la Guerra Civil. Barea habla de la sociedad, la miseria, las injusticias, el caos, la dictadura, las intrigas políticas y muestra el deseo de una sociedad mejor y más justa.

Según sus propias palabras tardó mucho en escribirla porque tenía que ahondar mucho y muy profundo en su interior.

En la obra resalta su sinceridad moral y su claridad expresiva. Es el testimonio personal de una vida llena de intensidad y pasión en una época y en un país anclado en la tradición que vive de espaldas a los grandes acontecimientos de la primera mitad del siglo XX.

-¿Qué Madrid encierra el polvo que se levanta de los zapatos de Arturo Barea?

 -Creo que esta pregunta ya está respondida, pero puedo añadir cómo es ese Madrid que Barea recorrió y recordó siempre con amor y dolor.

En Madrid se producen numerosos acontecimientos y de que influyen en todo el Estado. Como capital es una ciudad en vías de modernización:  instalación de tranvías, ferrocarril, metro, electrificación de casas y calles, abastecimiento de agua, construcción de la Gran Vía y de la Ciudad Universitaria, instalación de grandes entidades financieras y de empresas importantes… Paralela a esta modernización se observa un auge increíble de barrios periféricos donde se van a hacinar los emigrantes de otras regiones que acuden a la capital en busca de mejoras personales. Se inicia en esta época la diferenciación social por barrios.

 Es, además, una ciudad alegre, brillante y bulliciosa. En sus plazas encontramos espectáculos diferentes y numerosos empleados que van de un lado a otro de la ciudad llevando sus productos.

-Y pregunta un poco trampa: ¿Barea qué Madrid refleja como una larga sombra más allá de su presencia: ¿desde La forja de un rebelde, pero que se deja ver en otras obras?

 -Las descripciones de Madrid y de sus gentes pueden recordar a algunos textos de Galdós y Baroja, pero la actitud, el estilo y la intención de Barea son notablemente distintos.

Para vuestra mejor información:

https://paseosliterariospormadrid.wordpress.com/

Arturo Barea en los Paseos Literarios por Madrid:

https://paseosliterariospormadrid.wordpress.com/sobre-la-forja/

 

    

 

 

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