Cazarabet conversa con... Noelia Mostajo Pardos, autora de “Tenían una cosa dentro
que no pudieron sacar. Zuera. Mujeres víctimas del franquismo” (Comuniter)
Comuniter pone la
lupa sobre las mujeres en Zuera víctimas del franquismo.
Lo hace editando
un libro, muy trabajado y minucioso, desde la pluma de Noelia Mostajo Pardos
con el libro, ensayo de investigación, que lleva el título de Tenían una
cosa dentro que no pudieron sacar.
El libro se ha
alzado con el II Premio de Investigación “Clementina Pala Labasa” del 2022.
El libro,
decíamos, editado por la Colección Es un decir
La sinopsis del
libro:
Tenían
una cosa dentro que no pudieron sacar recoge, además de la necesaria
contextualización, información de 271 mujeres represaliadas durante la guerra
civil y el franquismo en Zuera, municipio de la provincia de Zaragoza. Se trata
de una investigación histórica realizada por Noelia Mostajo para el
reconocimiento de la vida y memoria de estas mujeres ignoradas con el paso del
tiempo.
Tenían
una cosa dentro que no pudieron sacar… y muchas se fueron sin sacarlo.
Esta frase de una
de las entrevistadas por la autora impresionó a Noelia, y no es para menos, es
una constante en la generación de víctimas (sobre todo en las mujeres) de la
guerra civil y del régimen que la siguió, en el que la represión les llegaba de
todas partes, desde las administraciones del Estado al vecindario de toda la
vida, sin esperanza y sin apoyo.
La joven
historiadora autora de esta obra ha recopilado esa información utilizando las
herramientas de los historiadores: archivos, hemerotecas, bibliografía,
entrevistas con supervivientes y el contraste de todas las fuentes, en un gran
trabajo de investigación.
Esa cifra, 271
mujeres represaliadas, da idea de la tragedia que supuso, pero lo que nos
propone la autora es visibilizar las historias que hay detrás. Por ello este
libro trata de recuperar esa represión que sufrieron, oculta e ignorada durante
mucho tiempo, para que por fin la justicia y la verdad se impongan sobre el
silencio y la culpa. Me gustaría que esta investigación fuera un motivo de
orgullo para ellas, así como para quienes las recuerdan, que se trate de una
oportunidad de escapar de especulaciones y silencio para acercarnos realmente a
su sufrimiento, para acompañarlas, comprenderlas y honrarlas.
La autora, Noelia
Mostajo Pardos:
El interés por la
historia de las mujeres llegó a mí en segundo de carrera, estudiando Historia
en la Universidad de Zaragoza, cuando descubrí a las grandes olvidadas. Desde
entonces no he parado de leer e investigar la historia con perspectiva de
género. Gracias a haber podido formar parte de iniciativas solidarias y a ser
cofundadora de la Asociación de Mujeres María de Zayas he desarrollado una
empatía y compromiso con el que guiarme.
Esto, unido a mis
valores, me ha ido dirigiendo hacia el mundo de la memoria histórica en España
y de la conservación del patrimonio histórico.
Por todo ello,
disfruto especialmente investigando, enseñando, charlando y escribiendo sobre
la historia de las mujeres durante el franquismo en España.
Cazarabet
conversa con Noelia Mostajo Pardos
-Amiga, ¿qué es lo que os llevó a
investigar sobre las mujeres represaliadas por el franquismo en Zuera?
-He tenido el
privilegio de poder estudiar la carrera de Historia y, en ese camino, he podido
asomarme a diferentes procesos que la humanidad ha experimentado. La historia
contemporánea siempre había despertado un especial interés en mí, en concreto
la guerra civil española y la dictadura franquista. Sin embargo, cuando
realmente me apasioné por esta ciencia fue al descubrir la importancia de
desarrollar nuevas perspectivas con las que interpretar y reescribir lo
sucedido tratando realmente de acercarnos a una historia abierta, transversal y
viva. Si buscas sal en el mar por supuesto que la encontrarás en abundancia,
pero si no buscas el agua, tu concepción de lo que es el mar será muy lejana a
la realidad tangible. Las mujeres han estado por mucho tiempo alejadas del
análisis del historiador lo que ha supuesto una errónea interpretación de la
historia en su totalidad y, en consecuencia, una falta de experiencias y
referentes que con el paso del tiempo se han hecho notables. Cuando conocí la
posibilidad de investigar sobre las mujeres zufarienses para el premio
Clementina Pala, fue inevitable no plantearme el análisis de las experiencias
de las mujeres durante el conflicto ya que no sólo me interesaba personalmente
sino que intuía un evidente vacío sobre esta realidad. Aunque he de reconocer
que ni de lejos pude imaginarme lo que iba a encontrar.
-Porque, amiga, pongámonos en antecedentes, ¿cómo eran y vivían las mujeres
en Zuera antes de que el Golpe de Estado militar de julio del 36 desembocara en
la Guerra Civil y la posterior dictadura versus represión franquista....?
-Me parece una
pregunta muy adecuada ya que es uno de los primeros capítulos por los que
comienzo en la investigación: la situación de la mujer a principios del siglo
XX. Sin duda existieron tantas mujeres como realidades, por lo que, al generalizar,
como bien indica la RAE voy a “abstraer lo que es común y esencial a muchas
cosas, para formar un concepto general que las comprenda todas”. Teniéndolo en
cuenta, puede considerarse evidente que en los años 30 del siglo XX se produjo
una transformación social. La Constitución elaborada en 1931 permitió a las
españolas ser ciudadanas de pleno derecho y acceder a ciertos ámbitos que
anteriormente estaban vetados para ellas. En el caso de las zufarienses, al
investigar sobre ellas descubres que muchas personificaban los cambios que se
estaban produciendo: numerosas jóvenes estaban afiliadas a las juventudes de
determinados partidos e incluso ostentaban cargos reseñables, y otras tantas
frecuentaban espacios socioculturales como casinos o asociaciones. Por
supuesto, idealizar este proceso no resultaría sino desacertado ya que
continuaban en dinámicas sociales y familiares propias de su tiempo, pero se
estaba viviendo un cambio fundamental para el progreso de sus derechos y
libertades que en julio de 1936 se vio ferozmente obstaculizado.
-¿Cómo vivieron los tiempos de la República que, para mucha mujeres, fueron
tiempos en los que se abrían algunas luces que, hasta entonces, se consideraban
apagadas...?
-La metáfora de
la luz me parece acertada: creo que vivieron la salida de un largo túnel y
disfrutaron de los cálidos rallos de luz de los primeros instantes. Aquellas
que por su edad habían vivido más tiempo dentro del oscuro túnel valoraban los
progresos mientras las más jóvenes ocupaban valientemente los nuevos espacios
que estaban surgiendo. Además, en este caso, el factor rural juega un papel
vital ya que las responsabilidades eran muchas, por lo que adquirir derechos
resultaría satisfactorio para aquellas preparadas para asumirlos. Aunque la
libertad e independencia no fueron realmente puras al continuar acompañadas de
restricciones y subordinación, sin duda les acercaron a un nivel de
autoconsciencia más digno.
-¿Hay o hubo algún incentivo qué te ha
hecho o te hizo investigar sobre esto y no sobre alguna otra cuestión?
La recuperación
de la memoria histórica y la reinterpretación de las experiencias de las
mujeres en la historia han sido los principales incentivos de esta
investigación. En un inicio fueron los motores que me llevaron a investigar
sobre este tema y durante la investigación los encarnaron las experiencias
vividas en las entrevistas con los familiares de las represaliadas, el asombro
que surgía al preguntar sobre ellas o las dificultades por la naturaleza de la
investigación.
-¿Con qué sorpresas te fuiste encontrando sobre el mundo de las mujeres y la
represión que cayó sobre ellas?
-La verdad es que
podría extraer un comentario o sorpresa de cada una de las mujeres que pude
investigar, pero, para evitar extenderme más de lo deseado, hay tres elementos
que sin lugar a duda me impactaron más. En primer lugar, que ninguna de estas
mujeres publicó sus memorias. Más de tres libros pude examinar de hombres
represaliados de esta localidad, sin embargo, ninguna mujer dejó por escrito su
experiencia y no porque fuese menos importante, sugestiva o apropiada. Como
resultado, es imposible conocer de puño y letra cómo vivieron la represión. En
segundo lugar, que la represión había sido tanto política como de género.
Cuando se comenzó a investigar sobre las mujeres represaliadas durante la
guerra civil española muchos historiadores e historiadoras se centraron en el
prototipo de mujer revolucionaria y politizada, pero, al igual que esta visión
ha cambiado dentro de la historiografía, en este camino he podido garantizar
que un gran número de las represaliadas lo fueron por el delito consorte o por
su condición de género. Y, por último, aunque no por ello menos importante, la
necesidad que continúa existiendo por parte de los familiares de hablar. Como
se apunta en El exterminio de la memoria de Fernando I. Lizundia, “una persona
sin memoria no tiene rostro, no tiene historia, carece de identidad y de
pasado. No puede aprender porque no ha recogido ninguna lección, no se ha hecho
cargo de ningún error. Solo amnesia. Y la amnesia es la vecina de la demencia,
del vacío, de la nada”. Es imperante preguntar, escuchar, escribir y difundir
sobre aquello que, como anuncia esta investigación, “tenían [...] dentro que no
pudieron sacar”.
-¿Qué retrato se puede hacer sobre las mujeres represaliadas por el
franquismo?¿qué características comunes, como a modo de denominadores,
guardaban y retenían?
-Más que un
retrato sería un gran mosaico compuesto por piezas sumamente variadas. Fueron
represaliadas jóvenes politizadas, esposas de políticos, hijas de campesinos
sindicalistas, profesionales cándidas, madres protectoras, entusiastas
silenciosas, viudas potentadas, ancianas temerosas... ¿qué tenían en común? Que
eran mujeres y que, cada una por determinados motivos, no eran del agrado de
las autoridades fascistas o de sus adeptos.
-¿Y qué conjunto de cosas tenían
dentro que no pudieron sacarles o casi diría como extirparles?
-Tantas cosas
como la experiencia vital nos proporciona porque la mayoría se vieron obligadas
a vivir en silencio, tratando de no hacer mucho ruido. Callaron lo que creían,
habían visto, habían dicho, habían amado y habían pensado. Tuvieron que vivir
de forma que la vida pública fuera un teatro en el cual interpretar un papel
lejano a lo privado, a lo espontáneo y a la pasión.
-¿Cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que, además
tiene mucho a ver con el proceso de documentación? ¿Y qué metodología de
trabajo sueles seguir?
-Ha resultado tan
ardua como apasionante. En este caso los tres pilares principales de los cuales
obtener información han sido las fuentes orales (es decir, aquellas y aquellos
familiares o conocidos interesados en hablar sobre lo que podían recordar), las
fuentes escritas primarias (toda la documentación de por suerte se conserva en
los archivos como expedientes, multas o notificaciones) y las fuentes escritas
secundarias (en especial, los dos tomos del Rueda, Rueda, Palomera de Raúl
Mateo y Luis Pilacés, obra fundamental sobre la historia contemporánea de la
localidad y varias memorias publicadas). Teniendo claras las fuentes, como la
restauradora que recompone las piezas de una antigua vasija, he ido
contrastando, confrontando y transcribiendo los datos recopilados hasta lograr
recomponer los recorridos y vivencias que se conservan de cada una de las
mujeres. No obstante, como señalo en varias ocasiones a lo largo del libro,
seguramente ni están todas las mujeres represaliadas ni están todos los datos
ya que no se trata de biografías.
-La investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo
ello...el aproximarse a testimonios más o menos directos sobre vuestro
trabajo...es una tarea que requiere de trabajo, minuciosidad, pero también de
mucha gratificación al final, ¿no?, ¿qué nos puedes decir?
-Sin lugar a
duda, investigar resulta gratificante en muchos momentos. Cuando la información
recopilada casa o cuando aparecen nuevos datos relevantes, satisface y motiva a
continuar. Pero personalmente nada se compara al instante en el que conoces a
alguien al cual tu trabajo ha reconfortado. La recuperación de la memoria
histórica no salva de la muerte (ojalá), pero salva vidas. Sólo viviendo desde
la consciencia y la verdad se vive plenamente. No existe mejor recompensa que
ver el agradecimiento y el orgullo en aquellos que tuvieron que ver tanto miedo
y silencio.
-¿Trabajas sobre un guion de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir
encontrando respuestas?
-Sí. Mientras y
tras informarme sobre lo escrito me van surgiendo preguntas, a las cuales se
suman nuevas mientras la información es contrastada. También intento leer de la
forma más transversal posible para que surjan preguntas cada vez menos
esperadas. En ese proceso elaboro un guion con esas preguntas que creo
importantes responder y a las respuestas que surgen trato de realizarles nuevas
preguntas de manera que la investigación esté lo más atada posible y que
realmente cumpla el objetivo: recopilar y recoger la historia en todos sus espectros.
-Amiga, Noelia, ¿nos puedes comentar en qué estás trabajando ahora...?
-Actualmente
estoy centrada en difundir “Tenían una cosa dentro que no pudieron sacar”, en
hacerlo llegar a la sociedad y participar en espacios en los que resuene su
eco. No obstante, continúo aprendiendo y leyendo sobre diferentes temas y estoy
deseosa de que surja la oportunidad de volver a encontrarme en los archivos,
entre libros y personas buscando reconstruir un nuevo puzzle.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)