Cazarabet conversa con... Margarita
M. Asencio López y Luis A. Ramírez-Padilla, autores de “María Civico: modista de conciencias” (Comité Pro Edificio María Civico)
En el 150 aniversario
de la abolición de la esclavitud el Comité Pro Edificio María Civico de Cabo Rojo en Puerto Rico nos hace llegar un librito
tan entrañable como sencillo (que en estos tiempos no tiene precio porque se
aprecia el sentido del corazón) sobre la vida de esta activista contra la
esclavitud que fue María Civico.
Nos llega gracias a la inestimable amistad transoceánica que
es Margarita M. Asencio López que ya estuvo con nosotros con: otro entrañable
libro, aquí os recordamos la colaboración y que ha estado detrás de este libro
con el coautor, Luis Ramírez (un exfuncionario del Departamento de Educación de
Nueva York), y nos la ha “regalado” el descubrimiento de María Civico.
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/asencio.htm
La esclava María Civico nació bajo la esclavitud en el año 1860 en la casa
de la calle Betances donde cuatro años más tarde habría de nacer el ferretero
Gonzalo García Marini. Para esa fecha se encontraba el Dr. Ramón E. Betances
ejerciendo la medicina en la ciudad de Mayagüez y visitaba a sus hermanas en
Cabo Rojo a pocas casas de donde nació María. En aquel tiempo esta calle se
conocía como calle Mirasol y ni le pasaría por su mente al prócer que en un
futuro habría de llevar su nombre.
La afro
ascendencia de María la podemos trazar a su abuela la esclava Candelaria
propiedad de Gerónimo García Trinqueiro esposo de
Benedicta Marini Ramírez de Arellano. Su madre, la esclava Patricia García era
lavandera de los García Marini. Patricia tenía tres niños esclavos (María,
Manuel y Ramón) que muy probablemente nacieron y se criaron en un cuartucho de
anexo en la casona de la calle Marisol (Betances). En la casona vivían los
hijos de Benedicta (Carmen, Gonzalo, Tomás y Gerónimo). Tal y como era
costumbre la esclava Patricia con toda probabilidad tuvo que lactar no solo a
sus hijos sino también a los de la familia García Marini.
Al declararse la abolición de la
esclavitud en 1873 María contaba con trece años. Su amo Gerónimo era juez de
paz del pueblo. Mas no sería sino hasta los 16 años que gozaría de su libertad
pues los esclavos tenían que quedarse tres años más con sus amos. A raíz de la
abolición los esclavistas recibieron indemnización monetaria por cada uno de
sus esclavos. Gerónimo y Benedicta recibieron 200 pesos por María, su madre y
cada uno de sus hermanos. O sea, 800 pesos que en aquel tiempo era un dineral.
La esclava liberta Patricia muere viuda de Ramón Civico
en Mayagüez en 1932. El eminente Dr. José Escabí
Monsanto, nieto de su esposo, la atendió hasta su muerte.
La esclava
liberta María era una mujer ejemplar y diligente quien le sirvió a sus sobrinos
de madre de crianza y tutora velando por su bienestar y educación. Esta
convirtió su casa en epicentro de ideas que promovían la pedagogía, literatura
y sindicalismo resultando en la formación de profesionales, lideres obreros,
políticos y empresarios. Era muy conocida por su maestría en el arte del corte
y confección de modas. Tenía su propio taller en la calle Salud de la ciudad de
Mayagüez. Su esposo Luis Soler Soler también tenía su
propio taller de ebanistería. En 1910 visita París, meca de la costura,
acompañando al comerciante en telas de Mayagüez el mallorquín Miguel Esteve y
su familia. Su esposo Luis muere al año siguiente.
Para 1920, María
tenía un taller de confección de modas en el Instituto Universitario José De
Diego en la avenida Ponce de León, Santurce. María estuvo laborando hasta sus
últimos días tal y como lo había hecho toda su vida. Generaciones que le
siguieron supieron valorar sus enseñanzas y ejemplo. Puso en la práctica las
ideas y acciones de las que su sobrina Paca Escabí
hablaba en sus escritos y discursos sobre el papel de las mujeres obreras en el
movimiento para cambiar la sociedad puertorriqueña.
Siguiendo su
ejemplo de integridad, firmeza y carácter la familia de María Civico estuvo envuelta en actividades encaminadas a avanzar
el desarrollo social e intelectual de los esclavos libertos y sus
descendientes. Denunciaron activamente los abusos contra los desposeídos y
lucharon por los derechos de los trabajadores.
Foto de la
esclava liberta María Civico. (US Passport Applications, 1918)
Para saber más: https://www.edificiomariaCivico.com/qui%C3%A9n-es-mar%C3%ADa-Civico
Los autores de
este libro pequeño, pero a la vez inmenso son Margarita M. Asencio y Luis A.
Ramírez-Padilla.
Sobre la
Campaña (edificiomariacivico.com)
Cazarabet
conversa con Margarita M. Asencio López y Luis A. Ramírez-Padilla:
Luis A. Ramírez-Padilla prefiere
hablarnos, contestando al cuestionario a modo de una especie de “reseña”:
“María Civico es sin duda alguna figura representativa y referente
de las contribuciones que los esclavos negros y sus descendientes caborrojeños han hecho al desarrollo de nuestro pueblo. Es
símbolo de resiliencia, integridad, carácter y es fiel representante del espíritu
betancino. La vida de María Civico
es reflejo de luchas que nuestros esclavos y sus descendientes llevaron a cabo,
y continúan llevando a cabo, por ver reivindicadas sus aportaciones a nuestra
historia. Ella es la personificación de memorias perdidas a lo largo de
generaciones. La invisibilidad de la negritud caborrojeña,
que ha persistido por tanto tiempo y ha permanecido durmiente en nuestras
memorias, toma otras dimensiones en la persona de María Civico.
Las experiencias vividas bajo la esclavitud la templaron para hacerle frente a
los retos que enfrento a raíz de ser liberada tanto en lo personal como
profesionalmente, permitiéndole ponerse al frente
de las necesidades de su familia, así como líder en su comunidad y dándole al
mismo tiempo riendas a sus habilidades y talento logrando superarse
exitosamente en el mundo de la moda. Su vida cristaliza las aspiraciones de esa
población negra explotada e ignorada que busca el reconocimiento de su
reafirmación histórica y cultural, así como de sus contribuciones a la
sociedad. María Civico sirve de conducto entre ese
pasado olvidado y un presente que busca rescatar y restablecer nuestra memoria
histórica, así como nuestra idiosincrasia como pueblo. El espíritu betancino
que representa María Civico se refleja en la figura
del doctor Ramon E. Betances y está estrechamente ligada a nuestra población
negra a través de sus iniciativas y acciones abolicionistas, que todavía
resuenan dentro del marco de nuestra personalidad pueblerina. En el caso
extraordinario de la niña esclava María, nacida en la misma calle en que nació
el patricio y cuya vida coincidió brevemente con la de éste, el pueblo ha
decidido levantarle un monumento teniendo en cuenta que el conmemorar a alguien
tiene que ver con valores. Al preguntarnos, ¿Quién creemos representa nuestros
valores? No cabe duda alguna que María es la persona idónea. El edificio que
lleva su nombre será convertido simbólicamente a través de la persona de María Civico, en monumento a nuestra población negra de
ascendencia africana y sus contribuciones a nuestro pueblo a lo largo de
nuestra historia”.
En
cambio, Margarita nos contestará pregunta a pregunta:
-Margarita, ¿cómo fue el
descubrimiento de María Civico?
- El
“descubrimiento” de María Civico lo realizó el Dr.
Luis Ramírez Padilla durante sus investigaciones históricas en Nueva York,
donde estudió su doctorado en Educación, donde trabajó (en el City College, la Universidad de Fordham
y el Departamento de Educación) hasta su jubilación y donde reside. Sus comentarios en Facebook lo enlazaron con
descendientes de los hijos de crianza de María, que han colaborado con la
biografía.
-¿Nos la podéis presentar?
-Por su condición de mujer negra, pobre
y esclavizada, no es mucho lo que se ha conocido de los antepasados de María;
solo que padre, madre, abuela materna, hermanos y primos fueron también negros
o mulatos esclavizados.
-Sus
antecedentes --sus ancestros familiares-- podemos decir que abonaron a la mujer
que fue...
- Al proclamarse la abolición de la
esclavitud en Puerto Rico (1873) y obtener la libertad definitiva en 1876,
María encontró lo que llamas “raíz reivindicativa”. El sufrimiento de la esclavitud desapareció,
pero no sus consecuencias. Tuvo que
trabajar alquilada o asalariada para sobrevivir, lo que abonó a su madurez, su
fortaleza y su dedicación a la labor que dominó: la costura.
Su mudanza a la cercana ciudad de Mayagüez (con mayores oportunidades de
crecimiento personal y económico que Cabo Rojo) y su matrimonio con Luis Soler
en 1891 le hicieron conocer las luchas comunitarias y sindicales, ya que Luis
era activista sindical, además de artesano reconocido.
-¿De dónde le viene su raíz reivindicativa?
-“Removió conciencias” precisamente por su
temperamento y sus valores. Al haber
nacido en esclavitud del tipo doméstico (contraria a la de plantación, de
gleba, agrícola), vivió su niñez con comodidad relativa: tenía acceso a un techo, comida diaria,
vestimenta, etc. Sin embargo, no podía abstraerse de su entorno: seguía siendo esclava, tan propiedad de su
ama como una silla o un caballo.
La esclavitud
desapareció de las leyes, pero no de las relaciones sociales. Los libertos estaban destinados a seguir
sirviendo a sus antiguos amos. María,
entre otros, se dio cuenta de que debía superar los conocimientos y las
destrezas inculcadas en el sistema esclavista.
Se refugió en la educación y en la costura, y transmitió a sus
familiares el afán por aprender para afrontar los retos del diario vivir.
-¿Más que nada removió conciencias?, ¿por qué y
de qué manera lo hacía?
- María Civico
fue “un ejemplo” en muchas instancias.
No fue una mujer revolucionaria de tribunas ni manifestaciones
callejeras (su marido y una hija de crianza sí lo fueron), pero se comprometió
con las causas justas. Su taller de
costura se convirtió en escuela para niñas y jóvenes que quisieron aprender el
oficio, comenzando por sus hijas de crianza.
Su casa fue hogar de acogida para sus nueve hijos de crianza, para su madre
y uno de sus hermanos, y para muchos otros que vivieron allí. Su casa fue también lugar de reuniones para
los obreros de la ciudad y, por tanto, centro de formación y de educación
sindical y cooperativista.
Esta mujer negra,
inculta y sencilla fue maestra de generaciones.
Sus ideas quedaron sembradas en sus descendientes, que siguen dedicados
a educarse y a trabajar ejemplarmente en sus oficios o profesiones (en las
generaciones actuales, hay profesores de ciencias, matemáticos, músicos,
antropólogos…).
-Fue
una mujer que en el tema de la abolición del esclavismo y de la concienciación,
fue verdaderamente pionera, pero cómo lo dinamizó porque debieron incluso
tomarla como “de ejemplo”. ¿Qué acciones llevó a cabo y cómo lo hacía?, no
debía de ser nada fácil... ¿Qué huella ha dejado?
- Nuestra biografiada no realizó actos
heroicos, no escribió poemas o discursos, no se enriqueció ilícitamente ni se
involucró en tramoyas políticas. Trabajó
sin descanso hasta labrarse un nicho en el mundo de la costura de su época y se
convirtió en madre sin parir: adoptó sin
papeles a nueve huérfanos, a los que enseñó a asearse y a trabajar, disciplinó
con firmeza y cariño, y encarriló hacia la educación en las artes o las
ciencias. Esa es su huella.
-A
vosotros, amigos, ¿qué os ha enseñado... qué habéis aprendido de ella?
-Es posible y
deseable que quede mucho por descubrir de María Civico,
pero poco probable. Los relatores,
literatos e historiadores de su época se concentraban en resaltar la vida y
obra de hombres destacados en la política, la milicia o las artes. Las mujeres en general no eran importantes,
salvo las reinas, las santas o las esposas de los “grandes hombres”.
-Es
tristísimo, pero después de 150 años de la abolición de la esclavitud, ¿qué ha
quedado?
- Después de la esclavitud en Puerto
Rico quedó el racismo, aun entre la descendencia de los antiguos esclavos. Entre ellos han sido más frecuentes siempre
la pobreza, el analfabetismo, la falta de oportunidades de trabajo, la vivienda
precaria… En las instituciones
educativas se enseña poca historia de Puerto Rico, se minimiza el impacto de la
esclavitud (p.e.: “aquí los amos eran buenos”) y solo
se destacan las aportaciones de negros o mulatos en la música o las artesanías
(los ritmos de bomba y plena, los tambores, las máscaras de coco), pero no en
la política, el comercio o la industria.
Ante la pobre
educación en general y la ignorancia sobre la esclavitud, es muy difícil que
nos libremos pronto de los yugos del racismo y la marginación. Cada día es mayor la tendencia a “blanquear”
la historia del país y a imitar las prácticas racistas de los supremacistas
blancos de los EE.UU., que representan poder y beneficios.
-¿Cómo ha sido la experiencia de “mostrarnos” a
María Civico?
-Además de
encontrar a María Civico, Ramírez Padilla descubrió
que una antigua escuela en el pueblo de Cabo Rojo llevaba desde su fundación
(1903) el nombre de un esclavista, soldado confederado y supremacista
blanco: Jabez
Lamar Monroe Curry. Se creó un comité
para gestionar la eliminación de ese nombre y sustituirlo por el de María Civico, lo cual ya se logró (falta instalar la tarja y el
rótulo correspondientes). Estamos
luchando para que se nos ceda un espacio allí para establecer un “museo vivo”,
con libros sobre la esclavitud, objetos de la época, etc., donde el público
pueda conocer más de la vida de María y de nuestra historia.
-Eres,
Margarita, muy activista y dinamizadora, ¿nos puedes explicar en qué estás
investigando ahora?
-Por mi parte,
estoy preparando una secuela a la biografía, con la ayuda de Ramírez
Padilla: las biografías breves de “los
hijos de María”, los nueve huérfanos que crió (dos
médicos, una farmacéutica, un zapatero, dos líderes obreros, un arquitecto, una
maestra y un escritor). Luego,
transcribiré la obra disponible de este último.
También voy a publicar próximamente la biografía de Flavia Acosta,
cantante de ópera; otra mujer mulata desconocida.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)